sergio pérez

Préstale tu barca al Señor

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El capítulo 5 de Lucas dice: “Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y el Señor vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago y los pescadores habiendo descendido de ellas lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco y sentándose enseñaba desde la barca a la multitud.

Cuando terminó de hablar dijo a Simón, “Boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar.” Respondiendo Simón le dijo, “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado, más en tu palabra echaré la red.” Y habiéndolo hecho encerraron gran cantidad de peces y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles y vinieron, y llenaron ambas barcas de tal manera que se hundían.

Viendo esto Simón Pedro cayó de rodillas ante Jesús diciendo, “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Porque por la pesca que habían hecho el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él y así mimso de Jacob y Juan, hijos de Sebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón, “No temas, desde ahora serás pescador de hombres.” Y cuando trajeron a tierra las barcas dejándolo todo le siguieron.”

Bendiga el Señor su palabra. Amén. Préstale tu barca al Señor. Dios nos ha escogido para que colaboremos con él en la evangelización del mundo. Y a nosotros nos toca decirle sí a esa invitación a través de nuestra vida. Como Cristo le rogó a Simón Pedro que le prestara su barca para llevar a cabo su tarea evangelística que estaba delante de él. Él también nos pide a nosotros que le entreguemos nuestra barca, nuestra vida, nuestros recursos para que él pueda expresarse a través de nosotros.

Este pasaje comienza describiendo una necesidad en el ministerio docente evangelístico de Jesús. Las multitudes lo seguían dondequiera que él iba y estaban desesperados, se agolpaban sobre él. ¿Por qué? Porque el Señor les daba comida, llenaba las necesidades de la gente y por eso lo perseguían. Jesús era muy diferente a los religiosos de su tiempo, a los fariseos, a los saduceos, a los establecidos de la religión. Él llenaba necesidades, si la multitud tenía hambre él proveían comida, si estaban endemoniados los liberaba, si estaban necesitados de una palabra de afirmación como Saqueo o la mujer con el flujo de sangre o sanidad, lo que fuera, el Señor proveía esa necesidad. Si necesitaban sanidad física, el Señor los sanaba físicamente, les daba esperanza.

Y yo creo que una iglesia que quiera ser efectiva evangelísticamente tiene también que llenar necesidades. Ahora no solamente las necesidades que la gente identifica, por si usted le dice a la gente simplemente qué ellos quieren, le van a decir queremos comida, queremos dinero, queremos fama, queremos que Dios nos diga que somos buenos, pero no van a estar dispuestos necesariamente a pagar el precio de esas cosas. Y la iglesia tiene también que llenar necesidades secretas que ellos mismos no conocen.

Tenemos que despertar esas necesidades y eso es parte también de la predicación de la iglesia. Pero es importante que esta gente se agolpaba sobre Jesús, lo perseguía, lo cual no sucedía con los fariseos y los saduceos. Una religiosidad muerta no tiene nada que enseñarle o darle a la gente. Hay que ofrecerle a esta cultura un enfoque del Evangelio que llene las necesidades de esta cultura.

¿Cuáles son algunas de las necesidades de la gente de este tiempo? Hace poco fui a comer con un pastor que me invitó en New Hampshire, un pastor amigo mío, John Foster, y me llevó a un sitio muy lindo, un restorán italiano muy bonito en un área muy próspera de New Hampshire y nos sentamos en un sitio precioso. Este hombre tiene dos restoranes, uno que queda bien cerca y este es como una especie de un grocery store, una bodega italiana con carnes exquisitas, curtidos de todo tipo, todos los vinagres habidos y por haber, todas las aceitunas. Es un sitio como de museo casi, precioso. Y dentro de ese sitio grande tiene también una cafetería, un pequeño restaurante, un café donde la gente puede tomarse sus lattes y sus capuchinos, un sitio muy lindo, muy escogido.

Y mientras estábamos ahí esperando que nos sirvieran yo miraba alrededor y veía toda esa gente de clase media y media alta, porque esa área de New Hampshire es así, es uno de los sitios más prósperos de toda la nación. Yo le decía a John, mirando esta gente ahí sentados tan contentos, tan sofisticados, en ese ambiente tan sofisticado, decía guau, venir a esta gente y decirle, ¿sabes qué? Cristo quiere sacarte de tu vida miserable. Él quiere calmar tu infelicidad, se reirían de nosotros. Porque esa gente está muy contenta, tienen dinero, tienen casas lujosas, tienen sitios como este para comer lo que les da la gana, leen periódicos muy sofisticados, tienen acceso a toda la cultura del mundo. Venir a decirles a ellos, el Señor quiere rescatarte de tu vida pobre y triste, no les hace sentido a ellos.

Tenemos que ofrecerle un Evangelio que hable a lo que ellos necesitan. Porque hay necesidades en ellos, y nosotros tenemos que entonces presentarles el Evangelio de una manera contextualizada, como hizo Pablo, por ejemplo, en el areópago en Grecia. Les habló acerca de su apetito de conocimiento, de intelecto, de cultura y enmarcó el Evangelio en una forma que ellos pudieran entender, y aún lo rechazaron así, pero hubo cierto tipo de cosecha al final.

Pero nosotros tenemos que ser una iglesia que llene necesidades como Cristo llenó ciertas necesidades. Yo diría que algunas de las necesidades de la cultura de este siglo XXI que está alrededor de nosotros, Boston, una de las grandes, grandes ciudades del mundo, bueno la gente siempre necesita comunidad. La gente a pesar de todo su dinero está solitaria y necesita venir a un ambiente donde se sientan amados.

Una de las cosas que yo descubro, aún por ejemplo en el ministerio en inglés que ahora misma celebra su culto paralelo a nosotros, es que hay mucha gente de Europa, de Asia, quieren venir a donde estamos nosotros los latinos porque hay un calor que nosotros ofrecemos. Se sienten bienvenidos. Se sienten que están entre gente que tiene cierto grado de sanidad emocional, porque a veces el dinero y la cultura te da ciertas cosas pero también te esteriliza muchas veces y esta gente necesita calor humano, necesitan una sonrisa, necesitan estar con gente que tenga salud emocional, que se rían, que no tengan todas las pretensiones que tiene la gente sofisticada y muy estudiada.

Y nosotros podemos ofrecerles ese cariño. Cuando la gente viene a la iglesia salúdeles. Si usted no conoce a la persona, extienda su mano hacia ellos, cuando entren por la puerta, quien quiera que sea, si usted no le conoce, preséntese, quizás es miembro de la iglesia pero usted no lo conoce, ni él o ella a usted. Preséntese, salúdele, extiéndale la mano, en vez de salir apurado que vamos de acá de una vez para la casa, o ir a saludar a la gente que conocemos, tenga ese sentido ministerial de extenderse hacia a alguien y busque a alguien, dígale, mi nombre es… no tiene que darle un discurso, simplemente, hey, ¿cómo está? Mi nombre es tal y tal, Dios le bendiga, qué bueno que estamos acá ¿verdad? Y quien sabe si se puede entablar una amistad muy bonita.

Así que la gente necesita comunidad. Todo el dinero que tengan y la vida allá afuera la gente está solitaria. Una persona con mucho dinero no encuentra a veces sinceridad, no encuentra calor humano muchas veces y usted se va a sorprender de lo que puede hacer una sonrisa y un gesto de generosidad.

La gente también necesita un sentido de realización personal, se sienten inseguros acerca de sí mismos. A pesar de que tienen el título universitario o académico, a pesar de que tiene la posición en la corporación, todavía hay áreas en que se sienten inferiores, se sienten que no han llegado, se sienten que les falta algo todavía. Y por eso es que tratan de llenarlo con cosas materiales y con títulos y logros y posiciones, pero eso no llena la necesidad que hay en su alma de sentirse como conectados a algo que está más allá de ellos.

Y una iglesia tiene que ser un lugar que conecte a la gente con Dios, los conecte con un sentido de mayor propósito, de que hay algo más. Y por eso es que cuando nuestra gente viene a la iglesia y cuando la gente de afuera viene, necesitan un ambiente donde la vitalidad del Reino de Dios sea manifiesta, donde la adoración sea sentida, intensa.

Yo les insto, hermanos, a meterse en la alabanza y la adoración, a crear un ambiente, a suscitar un ambiente de alabanza. No vengamos como gente pasiva, a que nos manipulen como marionetas, no, usted venga bien orado, bien preparado para adorar al Señor y para suscitar un ambiente de alabanza. Usted es parte del milagro de la adoración, usted es parte del milagro de hacer vivía la presencia de Dios en medio del ambiente, así que yo sé que sobre todo para el servicio de las 9, es temprano en la mañana y como que la mañana invita a una quietud y a una suavidad, y por eso es que tenemos que ser doblemente insistentes en adorar al Señor con vitalidad para que la gente venga y sienta esa presencia de Dios en el espíritu.

Hay que ir más allá y a veces nos sorprendemos cuando hacemos un poquito de esfuerzo se calientan los motores y sentimos más fuertemente la presencia de Dios. Porque hay una parte que nosotros tenemos que hacer en nuestra vida y que la gente venga y sienta esa presencia de Dios. La gente necesita enseñanza práctica acerca de las relaciones humanas, el trabajo, la familia, tienen problemas interrelacionales y la iglesia tiene que ser un lugar que provea consejo, que provea enseñanza, que provea una predicación práctica, que los ayude a entender cómo relacionarse con los demás y cómo relacionarse también con su familia, esposos y esposas. Por eso, por ejemplo, estos talleres de matrimonio, son tan importantes.

Yo le pedí al Señor hace meses, muchos meses atrás, Señor, ayúdanos a ser una iglesia que le ministre más a la familia, a la juventud, a los matrimonios, esposas y esposos, padres e hijos, y hemos hecho esfuerzos y hemos visto gracias al Señor, que hay cosas, pero desgraciadamente muchos de nosotros a veces que necesitamos esa enseñanza no venimos.

¿Sabe quiénes vienen muchas veces a los talleres de matrimonios? Los que no necesitan, porque tienen familias y matrimonios sólidos. Digo no necesitan, todos necesitamos, pero muchas veces los que vienen a estos talleres son las personas que tienen ya matrimonios que están funcionando muy bien. Por eso tienen buenos matrimonios, porque le dedican tiempo a ello.

Muchas veces las parejas que necesitan fortalecerse no vienen. Y esto no es un regaño, o sí, quizás sea un regaño. Pero les animo a participar de estos recursos porque la iglesia quiere ser una iglesia que supla necesidades y esa es una de las áreas que más necesita el siglo XXI, familias y matrimonios saludables.

Entonces, hay muchas otras cosas que diría. No quiero perderme en ese punto solamente, pero es importante que nosotros, la iglesia de Cristo, como Jesús provea para las necesidades del hombre, de la humanidad. Y si una iglesia, si un cristiano, si un creyente es un indicio de la presencia de Dios en el mundo, va a ser contagioso y la gente va a venir a donde él, a donde ella, o va a venir a la iglesia porque está supliendo necesidades.

Y el Señor de momento se encuentra que hay una multitud que lo está persiguiendo, quiere escucharlo, se pegan contra él y él está rodeado de la gente y no puede hablar, no puede predicar porque se requiere distancia entre el predicador y la gente a quien le va a predicar. Entonces él mira alrededor, uh, una barca sola, vacía. Hay unos pescadores cerca de ella que están limpiando sus redes, lavando las redes para que la sal no se las carcoma y están preparándolas para la próxima pesca.

El Señor decide resolver su dilema pidiéndole al dueño de la barca, Pedro, y va donde él y le dice, “Mira, ¿me quieres prestar tu barca porque necesito predicarle a esta multitud?” “Claro que sí, no la estoy usando, adelante.” Y el Señor me imagino que llamó a un par de personas, cogen la barca, la retiran de la orilla y la ponen más o menos cerca de la orilla pero ya en el agua. El Señor se sube sobre la barca y la multitud está un poquito más alejada y entonces el Señor, teniendo una plataforma adecuada puede predicarle a la multitud el mensaje con más detenimiento.

Y es interesante que Pedro, veremos más adelante, ha estado toda la noche tratando de pescar y no ha cogido ni un solo pez. Pedro en un sentido es ahora una imagen hasta cierto punto de derrota financiera. Tiene problemas financieros porque si usted no pesca va a tener problemas, pero eso es para más adelante. Hay un drama también paralelo que se está desarrollando allí.

Pero ahora Pedro puede ser útil prestándole su barca al Señor. Y aquí yo veo un simbolismo muy interesante y es que nuestras vidas, como dije al inicio, nuestras vidas son como la barca de Pedro. El Señor necesita su palabra proclamada a una multitud necesitada que urge de la palabra del Señor y nosotros, como Pedro, como la barca de Pedro, somos la respuesta a la necesidad del Señor.

Ahora Jesucristo hubiera podido buscar otra solución a su dilema, como Dios que él era y como un ser totalmente milagroso. Vemos a Jesús haciendo milagros tremendamente creativos en otro momento, calmando una tormenta, haciendo que aparezcan monedas en un pez. Para él no hubiera sido ningún problema magnificar su voz. ¿Usted cree que él no podía hacer eso? claro que sí, magnificar su voz y que toda la gente le escuchara. No hubiera necesitado de la barca de Pedro.

Pero Dios en sus esfuerzos por la redención del mundo Dios siempre trabaja en asociación con el hombre, siempre. Dios no trabaja unilateralmente, a él le gusta trabajar en comunidad y nos ha escogido a nosotros para que seamos parte del milagro de la evangelización del mundo.

Eso es un misterio para mí porque Dios podría coger un arcángel poderoso, fuerte, no le da problemas al Señor, no necesita comida, no tiene mujer que sostener, no tiene un hogar, hijos que le causan problemas, no tiene que dormir, puede viajar con alas muy poderosas de un país a otro y predicar el Evangelio, no necesita mantenimiento, no hay peligro de que cometa errores. Él podría usar ángeles pero no, él ha querido usarnos a nosotros, su creación. Y nosotros somos parte del milagro de la evangelización.

El plan evangelístico de Dios es usar a hombres y mujeres como nosotros para proclamar su Evangelio. No tiene ningún otro plan. Aunque es un plan un poquito difícil, pero le trae gran satisfacción al Señor y si nosotros no predicamos el Evangelio no hay quién lo predique.

La palabra dice, cómo escucharan el Evangelio si no hay quién les predique. Qué misterio tan grande es ese. Entonces, el Señor dice, “Pedro, préstame tu barca,” y Pedro accede a la petición de Jesús y desde ese momento se inicia un proceso que llevará a un cambio radical, dramático en su propia vida también. A veces los cambios pequeños, las decisiones pequeñas que nosotros hacemos son tremendamente significativos y cambian nuestro destino.

Pedro dice, no estoy usando mi barca, claro que sí, Señor, adelante, úsala. Esa decisión que él hizo cambia su vida radicalmente. Y así con nosotros también. Asistir a la iglesia, aparte del domingo, un día usted decide, voy a dejar de venir a la iglesia solamente el domingo, voy a ir un miércoles en la noche y quizás Dios le encuentre en un servicio de oración humilde, sencillo, usted vea otra dimensión del plan de Dios para su vida.

Registrarse para una clase de discipulado puede cambiar su vida. Cuántos de nuestros hermanos han sido impactados grandemente por su estudio en las clases de discipulado. Invitar a alguien a nuestra casa a una cena para hablarle del Evangelio. Acercarse a ese vecino que usted todos los días ve y que baja la cabeza. Ambos bajan la cabeza para no mirarse cuando se van para el trabajo por la mañana. Acérquese un día, preséntese y quién sabe lo que Dios puede hacer a través de ese encuentro pequeño.

Hacer una lista de oración para orar por 5 personas, meterla ahí en su Biblia y cuando usted está en el autobús o en el tren sacarla y 5 minutos orar por cada uno de esas personas para que conozcan al Señor, para que Dios cambie sus vidas. Apuntarse para servir en algún ministerio de la iglesia. Venir al taller de parejas. Son cosas sencillas pero esas son las cosas que llevan a una vitalidad espiritual que le permite entonces ser útil al Señor.

Y cuando usted comienza y es fiel en lo poco en lo mucho entonces Dios le pondrá. Amén. Tenemos que salir de la rutina, de ser domingueros, perdóneme si eso le ofende un poco, pero la vida cristiana es mucho más que venir a la iglesia los domingos. Hemos retenido esa tradición católica de ir a la misa, pero la vida cristiana es mucho más que eso. El domingo es simplemente como la culminación de una vida de toda la semana vivida ante la presencia del Señor. Y no es sustituto para una vitalidad, para una entrega, la vida de un verdadero discípulo, consagrado, sirviendo al Señor militantemente, entregando todo lo que tiene, todo lo que es para el servicio al Señor.

Es allí donde se dan los encuentros con el Señor. Es en esos momentos donde Dios te habla y cambia tu vida y te provee también para tus necesidades. Pedro hace un gesto pequeño, accede a que Cristo use su barca y eso cambia su vida totalmente. Y entonces el Señor puede montarse sobre la barca de Pedro, cumplir su propósito predicándole a la multitud y aquí yo creo que verdaderamente se inicia el verdadero drama de este texto, de Lucas 5 1 al 11.

Porque a mí siempre me encantan esos momentos de encuentro dramático entre el drama de un hombre y Jesucristo. Y aquí está este caso, porque ahora Pedro es invitado por Jesús a tomar la barca y bogar mar adentro. Dice aquí que cuando él terminó de hablar, “le dijo a Simón, “Boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar.”

Guau, parece que el Señor tenía otra agenda secreta y ahora esa agenda va a comenzar a desarrollarse. Y aquí yo veo otro simbolismo bien importante. Primero señalamos la barca en su simbolismo de nosotros, nuestras vidas que pueden ser usadas como plataforma para la proclamación del Evangelio. Pero aquí yo veo un simbolismo rico que a mí me abrió mucho acerca de este texto, y es que este texto nos habla de 3 posiciones diferentes que ocupa la barca a través de esta narrativa.

Y así puede ser también nuestras vidas, nuestros niveles de acercamiento al Señor. 3 diferentes niveles de acercamiento al Señor, y también 3 niveles de utilidad y de compenetración con el espíritu de Dios. Porque esta barca, primero cuando la vemos retratada en Lucas 5, está cerca de la orilla dice el versículo 2, “vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago.”

La primera posición es cerca de la orilla. La segunda posición de la barca es apartada de tierra un poco, versículo 3, “le rogó que la apartase de tierra un poco.” Esta barca pasa de estar a la orilla, pasa a estar apartada de la tierra un poco. Y finalmente vemos que la barca es llevada mar adentro, “boga mar adentro.”

Esta barca va como a través de diferentes niveles posicionales, pero yo creo que así también nuestra vida es igual. Y también así como esa barca sirve en 3 maneras diferentes y tiene como 3 niveles de utilidad, también nosotros en la medida en que vamos a través de las 3 posiciones también nuestra vida adquiere diferentes niveles de utilidad y de riqueza espiritual.

Porque se trata de 3 posiciones con respecto al mundo. Para mí la orilla es el mundo. Ustedes recuerdan la historia de la semilla que cae en 3 ó 4 diferentes lugares. Una dice que cae junto al camino y en el camino la gente la pisotea y queda infructuosa. El camino, la orilla, es el lugar donde estar el ir y venir de la vida, es el mercadeo, es el afán humano, es el lugar donde están las multitudes, donde la gente va y viene y trafica y todas estas cosas. Y esa barca se encuentra allí cerca de la orilla cuando la vemos.

Y muchos cristianos son como la barca de Pedro que está cerca de la orilla. Su mente todavía está en las cosas del mundo. Sí, han hecho un gesto de acercamiento al Señor pero todavía están en la orilla, tienen interés en las cosas espirituales, es cierto, visitan la iglesia de vez en cuando, evitan los pecados más gruesos, más escandalosos, pero no se han entregado al Señor completamente, no son discípulos todavía, no son verdaderamente seguidores de Jesucristo. Son gente religiosa, más o menos, y a veces ni siquiera eso. son quizás como Nicodemo. Nicodemo sabía que Jesús era un hombre importante, religiosamente hablando y viene a donde Jesús de noche para que no lo vean. Cuántos de nosotros así somos, ¿verdad? No cargamos nuestra Biblia porque no queremos que nos identifiquen como religiosos, evangélicos. Eso no quiere decir nada, quizás su Biblia la tiene en un Ipod o en un Iphone o lo que sea. Pero la verdad es que muchas veces nosotros tenemos hasta vergüenza de que en nuestro vecindario nos identifiquen como uno de esos pentecostales rajatablas que van con la Biblia en el brazo.

Muchas de estas personas todavía no han tenido ese encuentro. Nicodemo era así. Vino de noche, Señor, sabemos que tu eres un hombre de Dios porque haces esto y lo otro. Y el Señor lo paró y dijo, Nicodemo, no me vengas con esas cosas. Si tu no naces de nuevo no puedes ver el Reino de Dios. El Señor era directo, identificó de qué pie cojeaba. Es como el joven rico, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna? Bueno, entrega tus bienes a mí, sígueme. No puedo, Señor, estoy demasiado apegado a mi dinero.

Hay gente que está cerca de la orilla. En León de Judá puedo decir que hay unos cuantos, me perdonarían si soy así directo, pero los hay. Debes tu preguntarte, ¿Dónde estoy yo con respeto a estas posiciones espirituales? Y Dios nos recibe allí pero él quiere que vayamos más hondo, que vayamos más a fondo. Dios no nos puede usar. La barca está allí vacía, infructuosa, simplemente inerte. Y cuando un cristiano no se ha consagrado al Señor, no ha entregado su vida al Señor, no ha habido ese quebrarse de la vara de la voluntad bajo el dominio de Cristo, ese cristiano tarde o temprano va a estar vacío como la barca, va a estar inútil como la barca, no va a experimentar las revelaciones más profundas del Evangelio, no va a experimentar el gozo del Señor como Dios lo quiere. Va a tener cierto grado de beneficio porque el Evangelio tiene beneficios.

Cuando tu pones el dedo sobre el Evangelio se transmite energía y vida, pero qué bueno sería si metes toda la mano para que traspase todo tu ser, sería mucho más poderosa esa experiencia.

La segunda posición de la barca es cuando se aparta de tierra un poco. El Señor le dice, sácame la barca un poquito para yo poder anunciar la palabra a la multitud. Muchos creyentes pasan a veces de ser seguidores casuales, como los que acabo de describir, permitiéndose escapadas a la carne de vez en cuando, una vacacioncita después de toda la santidad es tan difícil que de vez en cuando hay que sacar un día libre. Manteniendo su tiempo y sus finanzas y sus placeres separados de su fe hasta cierto punto, evitando todo lo posible ser cristianos radicalmente comprometidos, vienen a la iglesia, dan su ofrenda, alaban, leen la Biblia de vez en cuando, se identifican hasta cierto punto como evangélicos, pero todavía no han tenido esa entrega radical. No viven esa posición desesperada, clamando al Señor, Señor, quiero más de ti. Quiero conocerte.

Hay una posición donde Dios nos llama a muchos de nosotros y ya hemos entrado a cierto nivel en la vida de la iglesia. Y yo quiero animarles a ir más allá de esa posición, quizás usted hace ciertas cosas, quizás es miembro del grupo de ujieres o ayuda en I wanna u otras cosas. Usted ha entrado a cierta posición, pero yo creo que hay una posición todavía más poderosa de la vida cristiana y yo soy un poco místico en ese sentido, en el sentido bueno de la palabra, porque Dios quiere algo más de nosotros y hasta que no llegamos a la tercera posición vamos a estar a medias en la vida espiritual. Dios quiere algo más profundo que simplemente venir a la iglesia todos los domingos y aún a veces algunos miércoles.

Yo veo mucho cristiano que le da al Señor lo externo y le da al Señor las cosas más grandes, más feas y más notorias de la vida cristiana, pero no le dan su interioridad. Yo veo cristianos que los he conocido durante tantos años y son, hasta cierto punto su carácter no ha cambiado mucho, tienen los mismos defectos personales, uno predica a veces sermones que uno dice, guau, finalmente la flecha se metió en el corazón, y al otro día usted lo ve haciendo exactamente lo que han estado haciendo todos los días de su vida.

¿Por qué? Porque han cerrado ciertas partes de su ser a la penetración de la palabra del Señor. Sabe que para mí la frontera más fuerte del Evangelio es cuando usted le da su interioridad al Señor, su carácter, su temperamento, sus defectos, sus relaciones humanas, su forma de hablar, su forma de tratar a los demás, su orgullo. Hay gente que Dios tiene que convertirles la lengua, tiene que convertirles el bolsillo, tiene que convertirles su cerebro, tiene que convertirles su pasado, sus recuerdos del pasado. No han permitido que el Señor entre en esas áreas de su vida y vienen a la iglesia a hacer muchas cosas pero no le han entregado al Señor su interioridad, esa segunda etapa de la barca, cuando hay un nivel de consagración que nos separamos.

Mejor dicho, es el segundo nivel en el sentido de externo. Pero el tercer nivel, no quiero confundir las imágenes. Primero, casualidad más bien en el Evangelio; segundo, una entrega mediana y Dios hace ciertas cosas a través de nuestra vida. Pero a mí la que más me interesa de todos es la tercera posición. El Señor le dice a Pedro, “ahora boga en mar adentro. Lleven la barca bien afuera.” Es cuando la barca está totalmente separada de la orilla, hasta el punto de que casi no se puede ver la orilla.

Esa es la posición que yo llamaría la posición de la consagración del yo, la entrega total a Dios. Es ahí en esa posición radical donde Dios puede obrar en nosotros y a través de nosotros, y hacernos verdaderos ganadores de almas, efectivos. Es allí donde Dios comienza a contestar nuestras oraciones dramáticamente, donde vemos los milagros de Dios, donde comenzamos a vivir una vida sobrenatural, donde le conocemos a él profundamente y él a nosotros.

Yo hablaba con un hombre muy exitoso esta semana en unas reuniones que tuve y me sorprendí de su profundidad espiritual. Estábamos sentados almorzando en unas reuniones – ustedes pensarán, el pastor se pasa la vida almorzando todo el tiempo. Estábamos en una junta directiva y este señor, un inversionista muy exitoso, me sorprendió con su profundidad espiritual. Yo lo he visto, lo conozco ya varios años porque siempre que vamos a las mismas reuniones ahí nos vemos, pero nunca había tenido ocasión de hablar. Y descubrí un hombre muy profundo, muy conocido en las cosas del Evangelio, los misterios del Evangelio, muy consagrado al Señor.

Y él me hablaba de conocer a Cristo y de ser conocido por él. Y él me hablaba de que él quiere ser conocido por Dios. Él dice que cuando Dios nos conoce, y es cierto, la Biblia habla de eso de ser conocido por Dios y de conocer a Dios. Conocer es algo activo, no solamente algo pasivo. La Biblia dice que Adán conoció a Eva. En el Antiguo Testamento conocer quiere decir tener intimidad física.

Y yo creo que esa es la idea de conocer a Dios y ser conocido por él. Esa es el bogar mar adentro. Pablo dice, quiero conocerle, hablando de Jesucristo. Y quiero conocerle en su poder y en sus padecimientos. Moisés le dijo al Señor, muéstrame tu rostro. Si tu me amas, si quieres verdaderamente usarme, quiero verte, quiero conocerte. Ese es el lugar donde verdaderamente Dios quiere que lleguemos. Es allí donde tenemos encuentros con Dios, donde él se abre a nosotros, nos enseña quién él es verdaderamente.

Mar adentro Pedro conoce quién es Jesús. La multitud escuchó solamente una dimensión de Jesús pero en mar adentro Pedro conoció la deidad de Jesús, tanto así que se llenó de temor. Cuando vio esa pesca milagrosa, todos esos peces y entendió, este ser con quien yo estoy aquí en tanta intimidad y cercanía en esta barca acaba de mandar cientos y cientos de peces que acudieran de todas partes y que se metieran en nuestra red. La peor de las situaciones, durante el día cuando los peces están asustados y hay ruido y no quieren estar cerca y se van bien lejos, Cristo hace este tremendo milagro. Y Pedro se llena de temor, como se llenó Isaías cuando vio la divinidad de Dios, como los profetas cuando vieron a Dios muy cerca, sentían que iban a morir porque vieron la deidad de Dios.

Pedro se llena de temor y dice, “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Mar adentro Cristo le revela su divinidad, le revela su verdadera identidad a Pedro. Es mar adentro donde tu conoces al Señor, es en oración, buscando de Dios, entregando tu vida, clamando a él, deseándolo de una manera desesperada, es allí donde Dios quiere mostrarte lo que él quiere para tu vida.

Hasta que no tenemos mucha hambre Dios no nos da mucha comida. La Biblia dice, buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y las demás cosas vendrán por añadidura. Pedro le cede su barca a Jesús y el Señor le dice, “Ahora te voy a mostrar algo que tu no has visto jamás.”

Cuando servimos a Dios primero y le damos todo lo que tenemos y somos para sus propósitos entonces él nos da cosas que ni siquiera esperábamos. Una de las cosas que Cristo le da a Pedro es que le suple sus necesidades físicas, materiales. Pedro está en la orilla lavando redes que no han pescado ni un solo pez y ahora el Señor le dice, “Boga mar adentro, echa tu red para pescar.”

Tu sabes, cuando tu sirves a Dios y dejas que Dios use tu vida primeramente sabes que el Señor vela por toda tus demás necesidades. Yo no tengo temor de decirle a la gente, sirve a Dios, sirve a Dios radicalmente en tu vida y el Señor siempre te bendecirá. Esto no es prosperidad barata. Esto es gente que sabe. Yo le puedo decir que yo hablo porque he experimentado la generosidad de Dios en la vida.

Cuando tu sirves a Dios, Dios te bendice, bendice a tus hijos, bendice a tus finanzas, bendice tu matrimonio, bendice tu familia, bendice tus emociones, pero tienes que amarlo desesperadamente y darle la mejor parte a él. Muchos de nosotros le damos al Señor el ala para quedarnos nosotros con la pechuga. Tiene que ser de la otra manera, dale la pechuga y él te va a dar el pollo entero.

Esa es la clave de una vida bendecida. Yo les digo sin temor a equivocarme, dejen que Dios les use primeramente, denle y dense al Señor y ustedes verán que su vida…, Dios va a velar por los suyos, Dios va a defender sus intereses, Dios va a multiplicar sus panes y sus peces, pero tienes que comenzar así.

Pedro le dio a Jesús su barca y el Señor le dijo, “Ahora, Pedro, te voy a enseñar algo, ven, vamos mar adentro.” Y Pedro, que no pudo pescar un solo pez en la noche en condiciones óptimas, ahora pesca una gran multitud de peces, porque atendió primero a las necesidades del Señor.

Cuando ustedes me escuchan aquí animándolos, denle al Señor para que su iglesia tenga lo que necesita para su trabajo misioneros, los pastores no deberíamos tener que estarle rogando a la gente, inventándonos cada domingo una forma nueva y creativa de que den, eso debe ser la ética del creyente, del hijos de Dios, deseo de darle al Señor. Usted no necesita que le rueguen ni que le convenzan, dele al Señor generosamente y olvídese de todo lo demás y usted verá que Dios se encargará de sus necesidades. Tan sencillo como eso.

Otra cosa que yo veo mar adentro es que la fe de Pedro es probada. El Señor le pide que pesque en condiciones menos que ventajosas y esto requería fe de parte de Pedro. Hoy en día, la posibilidad de una pesca milagrosa de almas parecería imposible. El mundo está tan indiferente a las cosas del espíritu. Yo pienso en esta jornada que estamos emprendiendo al evangelismo y a traer vidas a Cristo y de hacer de nuestra iglesia una iglesia con una orientación primordialmente evangelística, en esta ciudad tan cerrada, tan sofisticada, tan siglo XXI, como es Boston, y pienso en tanta gente, no solamente los latinos. Los latinos somos hasta cierto punto fáciles de evangelizar, aunque también tenemos nuestra propias complejidades, pero pienso también en otras personas, otras nacionalidades, otros grupos. Porque Dios ha puesto a León de Judá para pescar en muchas aguas diferentes.

Pero cuando usted contempla la gente hoy en día parecen muy difíciles de pescar, y el Señor nos dice, no, echa la red para pescar. Pedro dice, “pero Señor, si hemos tratado toda la noche y no hemos cogido ni un solo pez.” Gracias a Dios que él tuvo la sagacidad de decir, “Pero en tu palabra yo echaré la red.”

Nosotros tenemos que echar la red la palabra de Dios. Es su responsabilidad no es nuestra. Echa tu red en el en el nombre de Jesús, echemos las redes en el en el nombre de Jesús. Si estamos en la voluntad de Dios él se encargará de darnos la tecnología y de darnos la estrategia y los medios. Yo sé que Dios va a bendecirnos con una gran pesca milagrosa porque lo vamos a hacer en el poder sobrenatural de Dios.

Cuando el poder de Dios está en nuestras vidas ningún obstáculo puede frenarnos o empobrecernos. Dios siempre proveerá su poder para sacarnos victoriosos. Lo importante es tenerlo a nuestro lado y ponerlo a él en el primer lugar y obedecerlo en todo. La obediencia a la palabra de Dios siempre trae recompensa y victoria.

Yo veo mucha gente cambiando la metodología y queriendo irse a formas que no escandalicen a la gente, opacan el Evangelio, le quitan sus demandas radicales. Tratan de hacer el Evangelio tipo vainilla, básico, quitan el nombre que puede inquietar a la gente, omiten todos los temas que puedan resultar desagradables y escandalosos, y tratan de buscar un Evangelio término medio para que la gente… abren un poco más la puerta para que la gente pueda entrar.

Pero a la misma vez empobrecen el Evangelio porque la cosecha de almas, la pesca milagrosa no se da nosotros mejorando los medios del Evangelio, sino buscando el poder de Dios. Y por más escandaloso que sea, por más contra intuitivo que sea, si lo estamos haciendo en el espíritu de Dios y en la palabra de Dios, tendremos resultados positivos en nuestra vida. Llenémonos del poder de Dios, busquemos vidas más entregadas al Señor.

Estos tiempos de oración que hemos tenido los viernes… De paso este viernes no vamos a tenerlo por diferentes razones, pero el otro viernes sí vamos a tener tiempo de oración, como lo hemos tenido. Dios ha bendecido grandemente esos tiempos, hemos tenido una asistencia maravillosa, unas visitaciones del poder de Dios espectaculares, muy bellos tiempos de oración.

¿Por qué estamos haciendo eso? porque queremos el poder de Dios, queremos una iglesia bien cerca al Señor y a su palabra, queremos llenarnos del Espíritu Santo, queremos que esa vitalidad cunda en todas las áreas de nuestra vida congregacional, porque si estamos llenos del poder de Dios, si estamos mar adentro, si tenemos un entendimiento de la deidad de Cristo y de su poder, no hay obstáculo que no podamos vencer.

Por qué no bogar mar adentro en tu vida, en mí vida. Eso es lo que Cristo quiere que nosotros hagamos, que tengamos una visión de él como Señor, como salvador, como Dios. Eso es lo que tenemos que hacer en nuestra vida espiritual. Dios te está llamando a un encuentro con él.

Y yo quiero llamarles a todos ustedes y a mí mismo a buscar una consagración mayor en nuestras vidas. Tómese un momento en su espíritu y ingiera este mensaje y reciba este llamado del Señor en su vida. Si hay alguien que siente de Dios buscar más hondo, buscar más profundo en esa vida espiritual, en ese acercamiento al Señor, yo le invito ahora a entregarse completamente al Señor, consagrarse a él. Adopte una vida más radical para con Cristo. Pídale al Señor que lo inquiete a buscar más hondo en la vida cristiana. Comprométase a leer más de la palabra, una vida de oración más profunda.

Pídale al Señor que esas áreas de su vida que le impiden ser todo lo que Dios quiere para usted, sean quitadas. Saque tiempos de ayuno, santifíquese más, clame más al Señor. Santiago dice que doblemos las rodillas, que lloremos delante de Dios, que le pidamos al Señor que nos fecunde. Entrega tu vida al Señor. Consagra tus recursos al Señor cada día más y más. Eso es lo que Dios quiere para tu vida.

Si hay alguien en este día que quiera entregar su vida al Señor Jesucristo inclusive también abrimos ese espacio. Puede levantar su mano, pasar aquí al frente. Queremos orar por usted también, es una manera que usted puede ir, salir de la orilla y entrar más hondo, apartarse de la tierra un poco, comenzar esa jornada con el Señor. Si no lo ha hecho, le invito a hacerlo en esta mañana, levantar su mano, si no quiere pasar al frente, yo puedo orar desde donde usted está también, pero no se quede pasivo. Participe con el propósito de Dios en su vida también.

Y como congregación le pido, hermanos vamos a entregarnos más. Dios quiere una congregación radicalmente comprometida con el Reino de Dios. Invito a todos nuestros hermanos a buscar más hondo el propósito de Dios en su vida. Padre, en el en el nombre de Jesús te pedimos, Señor, éntranos más hondo en la vida espiritual. Éntranos más hondo, Señor, en la vida del espíritu. Queremos más de ti, Señor. Queremos que tu gloria, Padre, llena esta congregación. Y te pedimos, úsanos, sácanos de la orilla, Padre, éntranos mar adentro donde podamos tener una visión de lo que tu tienes para nosotros, que pasemos a ser verdaderos pescadores de hombres, Padre. Queremos más de ti, Señor, te necesitamos.

Gracias por este día. Entregamos este servicio a ti con acción de gracias en el en el nombre de Jesús. Amén.

Como edificar un templo para Dios

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Quiero poner como base algo que el Señor me ministró hace unos años atrás. Sucede que yo tengo como 8 años aproximadamente que al empezar el año yo realizo un retiro visionario, me gusta hacer esta aclaración porque es como una reunión de negocios con Dios.O sea, no es que me vaya a ayunar a un lugar a un campamento, no, me voy a un hotel bien elegante, a un lugar que son de mis favoritos en Nueva Inglaterra y ahí paso 5 días. No importa el día que caiga el 1 de enero, ya el 1 yo estoy afuera, paso los siguientes 5 días. Este recurso ha sido una bendición tan grande porque en esos 5 días yo me enfoco en pedirle al Señor la visión para todo el año, visión en cuatro áreas, visión de qué voy a estar ministrando a la iglesia durante el año, qué voy a estar ministrando a mi hogar durante el año, también la visión financiera del ministerio y nuestro trabajo en relación con la región.

Así que lo he realizado ya por los últimos 8 o más años y ha sido una tremenda bendición, la manera como se refresca la visión de Dios en mi vida, tanto así que el pueblo está acostumbrado a que ya sea el 1 o el segundo domingo del año, están como pollitos esperando cuál va a ser la estrategia de trabajo para todo el año.

Pues en el año 2003 de igual manera yo me retiré y antes de este retiro yo me preparo, o sea, paso en comunión con Dios, meditando, voy a mi librera y chequeo ahí qué libros aún no he leído, o qué libros me gustaría volver a repasar y resulto llevándome 2, 3 libros para que cuando esté allá en algunos tiempos entonces me pongo a leer.

Pero en ese momento estábamos en un tiempo bastante crucial de la construcción del templo, así que me vi muy inclinado a buscar libros que enseñasen sobre cómo financiar la construcción de templos. Yo tenía esa necesidad. Ya como pueblo habíamos hecho bastante esfuerzo, así que quería yo saber qué otras estrategias, qué otros modelos existían de cómo financiar los templos.

Y me llevé un par de libros que hablaban de ese tema, pero al llegar a este lugar, entonces me puse en comunión con Dios, a dedicarle los 5 días, este retiro visionario y cuando estaba meditando acerca de la parte de el financiamiento del templo, y estaba mencionando al Señor que llevaba con la intención de leerlos, entonces el Señor habló a mi mente, a mi corazón, muy fuerte y me dijo esto, “por qué tu andas buscando en los libros si en mi palabra existen tres modelos de cómo se edifican los templos y cómo se financian los templos?”

Inmediatamente yo pensé y yo dije, guau, es cierto. En la Escritura hay tres modelos de cómo se edifican los templos y cómo se cubren los gastos. A cuántos les interesa eso? Okay. Quiero llevarlos entonces rápidamente a el libro de Éxodo, Capítulo 25, allí encontramos la historia de aquella famosa tienda en el desierto conocido como el tabernáculo o el tabernáculo de Moisés o el tabernáculo del desierto. Y veamos este modelo de Dios. Éxodo 25 del 1 en adelante:

“…El Señor le dijo a Moisés, “Dile al pueblo de Israel que me traiga sus ofrendas sagradas. Acepta las contribuciones de todos los que tengan el corazón dispuesto a ofrendar….”

Quiero repetir esa parte, “…. Acepta las contribuciones de todos los que tengan el corazón dispuesto a ofrendar…” Notan eso? Note que Dios siempre ha amado al dador alegre. Okay? Y entonces luego menciona una lista de lo que han de ellos recaudar, versículo 3, dice:

“…La siguiente es una lista de las ofrendas sagradas que podrás aceptar de ellos: oro, plata, bronce, hilo azul, púrpura y escarlata,…”

Muchos materiales, luego dice en el versículo 8:

“… Has que los israelitas me construyan un santuario santo para que yo habite en medio de ellos…”

En otras palabras, Moisés dile al pueblo que contribuya para levantarme un santuario, para qué era ese santuario? Simple y sencillamente porque yo quiero estar en medio de ellos. Para qué son los santuarios? Para la manifestación de Dios en medio de su pueblo. Yo sé que hay mucha gente que tiene una comunión con Dios muy cercana, muy íntima, adoran al Señor dondequiera que están, cuando van hacia el trabajo, en el vehículo o cuando están en la cocina o… bueno, gloria a Dios por esas personas. Pero aún así, díganme si acaso no nota la diferencia entre estar aparte en comunión con Dios a que reunirse con el propósito de buscar el rostro de Dios y de escuchar su palabra.

Hay una versión muy linda, está escrita, plasmada en aquel famoso salmo 133, mira cuán bueno y delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía. Es como el buen oleo, como el aceite, es como una unción derramada sobre Aarón que baja sobre sus barbas hasta sus vestiduras. O sea, así es la unción, así es la gracia de Dios cuando nos reunimos en los santuarios. Es decir, para ello es que Dios ha siempre puesto la inquietud y aún los proyectos de levantarle casa a su nombre, es porque Dios quiere manifestarse en medio de ellos. Para qué? Para ministrar vida, para ministrar gozo, para ministrar sabiduría, para instruir al pueblo, para que tengan vida.

Estamos claros? Okay. Vamos a otro segundo ejemplo, entonces. El otro ejemplo es el que se conoce como el templo de Salomón. La verdad a mí me gusta decir que es el templo de David que edificó Salomón, porque ustedes recordarán la intención de David. Este David era tremendo, tremendo. Lo que a mí me impresiona de David, a diferencia de Moisés, es que a Moisés Dios le pidió el tabernáculo y le dio el diseño. En el caso de David fue algo bien espontáneo, es algo fascinante porque David estaba gozando del reino en Israel, estaba en una casa por lo que se escucha, un palacio hermoso, y él al ver la bendición de Dios a su alrededor, él dijo, caramba, esto no se ve bien, hay algo mal en todo este panorama. Cómo es posible, Señor, que tu que me has bendecido con todo este reino y este palacio, y mira tu, en una tiendita, en una tiendecita, en unas cortinas? No, no es justo, dijo, y entonces David propone su corazón de levantarle una casa a Dios.

Usted se recuerdan cómo Dios envía al profeta y el asunto es que Dios no se lo permite. No se lo permite porque David había sido un guerrero desde su juventud, había derramada tanta sangre que Dios dice, sabes qué, David? Pues, buena la intención pero, guau, aquí sale otro mensaje, por cierto, porque Dios le dice, mira, sabes qué, David? Yo conozco la intención de tu corazón, y no vas a edificarme casa, y escucha lo que le dice, yo voy a edificar casa a tu nombre y cuando le dice, voy a edificar casa a tu nombre, sabe lo que le dice? Le dice, David, por cuanto has dispuesto en tu corazón edificarme casa, escucha esto, esta es la oración de todo padre, Dios le dice, sabes qué?

“…Yo me encargo de tus hijos, y es más David, es más, durante todo el reinado de Israel no faltará uno de tus hijos que se siente en el trono que yo te he dado…”

Y todos sabemos, hermanos, lo que Dios hizo con David. Aún Dios tuvo que dividir el reino entre el reino del norte y Judá para preservar, porque todos los de Judá, todos los reyes de Judá eran hijos de la línea de David, y esa línea siguió hasta que nació el Mesías.

O sea, es cosa seria cuando nosotros nos disponemos en medio de la bendición de Dios a decirle, Señor, tu has sido tan bueno conmigo que tengo que hacer algo para tu casa. Cuantos han dicho ya eso aquí en este lugar? Cuántos han reconocido la bondad de Dios y decir, Señor, cuánto nos has bendecido. Usted mira su vida, su hogar, su trabajo, su carro, su apartamento, su casa y usted dice, Señor, de verdad que has sido bueno en gran manera. Vamos a edificarte casa a tu nombre.

Eso fue lo que hizo David. Ahora, ya le expliqué por qué David no edificó él mismo personalmente la casa, pero lo que nos enseña el primer libro de Crónicas, Capítulo 29 es muy hermoso, versículo 1, voy a entresacar algunos versículos, del 1 en adelante:

“…Después, dijo el rey David a toda la asamblea… ─ le cuento, este ya es el David anciano, el David maduro ─ … dice David, solamente a Salomón, mi hijo, ha elegido Dios. él es joven y tierno de edad y la obra grande…”

Esto va con dedicatoria para todos aquellos que en algún momento se han preguntado, pastor, para qué meternos a otro lío si estamos tan bien aquí? me gustó lo que dijo Cash Luna en una ocasión, cuando la persona estaba viendo el templo que estaban construyendo, el primero, no este que están haciendo ahora de Ciudad de Dios, pero cuando estaban edificando este templo que tienen actualmente, dice que una persona de dinero y le dijo, pastor, para qué tanto lío de edificar algo tan lujoso y tan costoso? Por qué no hace una galera? Le dijeron, no sé si usted sabe el término de galera. Y él, aunque no se lo contestó, dentro de sí dijo, la galera son para los pollos, dijo, no para el pueblo de Dios.

Y la mujer se subió a su Mercedes y se fue. O sea, porque el concepto muchas veces nuestro es, para qué tanto lío? Para qué algo tan caro? Para qué meternos otra vez a tantos retos? Para todos los que han pensado así, que lindo que la palabra lo contestó. David lo contestó, él dijo que la obra es grande por qué? Porque la casa no es para hombre alguno sino porque es casa para Jehová, Dios.

¡Aleluya! Por qué tanto lío? Porque la casa es para Dios. Nosotros también nos hemos metido en nuestro propio lío, algunos lo saben, pero un lío que guau… cuando yo me paro así, cuando veo cuánto falta, lo que me llena tanto consuelo es, Señor, gracias a Dios que un día decidimos empezar, porque de aquí nos sacas tu, Señor.

Pero no dejo de sorprenderme, Señor, pero por qué me dijiste que te edificara esta casa? Y ¿Saben cuáles es una de las explicaciones naturales para explicarle a la gente con una mente natural? Ha pasado de casualidad usted alguna vez por algún vecindario, quizás manejando su vehículo, por el autobús, y usted pasa por un vecindario y de repente ve una casa que le llama la atención por lo hermoso, el jardín, los detalles y usted se pregunta, se detiene y se pregunta, guau, quién vivirá ahí? Sí. Hasta se imagina usted a los que viven ahí. Usted dice, quién vivirá ahí? Guau. Nosotros nos hemos parado con mi esposa en algunas casas, hermanos, y por eso nos gusta ir mucho también a Newport a ver las mansiones. Y uno se pregunta, guau, quién vivió ahí? Y uno por eso lee la historia de ellos o escucha la historia de ellos.

Por supuesto, está la otra cara de la moneda. Cuántos han pasado por alguna casa o apartamento que solo la apariencia, usted dice, quién vivirá ahí? Y usted se imagina quién vive ahí. Ojalá que no sean hispanos, pero bueno. Entonces, la razón por la cual hemos edificado un templo hermoso es porque el mundo que no conoce a Dios y aún los que no conocen a Dios que están en la iglesia, cuando se pregunten, y la gente pase, guau, ese edificio qué será? Quién vivirá ahí? Y usted, pase, pase, pase adelante, entre para que puedan encontrarse con la presencia de aquel que llena ese lugar y que transforma las vidas y las familias y las naciones. Por eso es que edificamos cosas grandes para el Señor.

Y entonces David empieza a mencionar y dice, versículo 2;

“…Con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro, madera, piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, toda clase de piedras preciosas, piedras de mármol en abundancia…”

Oiga a ese David tremendo, pero más tremendo lo que va a escuchar ahorita, porque le cuento, David hizo todo este inventario y dijo,

“…Aquí entrego para la casa de Dios y toda la lista de riquezas…”

Pero ¿Saben qué? Eso lo hizo él en calidad de rey, por eso él dice a continuación, versículo 3:

“…Ademas de todo esto de lo que he entregado, por cuanto tengo mi afecto, mi amor en la casa de mi Dios, yo guardo en mí tesoro particular… ─ en otras palabras, esto no tengo por qué hacerlo, como rey he dado del tesoro del reino, pero de mí tesoro personal - … oro y plata que además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios…”

Y viene la segunda lista:

“… 3 mil talentos de oro ─ cómo le queda el ojo? ─ …. Tres mil talentos de oro y oro de ofir, 7 mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas, oro pues para las cosas de oro y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices…”

Para todo esto que estaba… óigame toda esa riqueza, para toda esa riqueza, ya es como que algunos estaban, hermanos, buscando a qué hora llegaba la hora de la ofrenda, ojalá que pida la ofrenda David, ojalá que recoja ofrenda. Porque déjeme decirle, así como la avaricia se contagia, también la generosidad se contagia.

Si usted está en medio de un pueblo generoso entonces le dan ganas de dar. Si usted está en medio de un pueblo tacaño, ahí cuesta dar. Y qué lindo que David, que lindo que como es el sacerdote, es el pueblo, y en este caso como era el rey, era el pueblo, y David percibió que la gente estaba inquieta con esto de darle al Señor para su casa porque dice David, a continuación:

“… Y quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?..”

Y ahí los oficiales, óigame,

“…los oficiales, los jefes de familia, dice el versículo 6, los príncipes de las tribus de Israel…”

Usted dirá, pastor, eso está en la Biblia? ahí se lo estoy leyendo. En mi Biblia, ahí está. Pastor nosotros pensamos que esto de ofrenda de templo era que empezó ahorita con León de Judá. No. así es como Dios siempre ha financiado sus proyectos, desde el tiempo allá de Moisés, desde el tiempo de Israel, así lo ha hecho Dios.

Y entonces, dice el versículo 6, ante la invitación de David:

“… que los jefes de familia y los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas con los administradores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente…”

Y va la tercera lista de riquezas. Ahí aparecen las riquezas que dieron ya todos los oficiales. Y sabe qué sucedió? Que ante ver el testimonio del rey de los oficiales, el pueblo entero se contagió de generosidad. El pueblo estaba nervioso, ojalá que recojan ofrendas aquí. y sí, le dieron oportunidad y dice el versículo 9:

“… Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente…”

Están escuchando hasta allá atrás? Se escucha hasta allá atrás? Allá arriba se escucha? Cómo ofrecieron ellos ofrenda? Voluntariamente. Tremendo.

Vamos a avanzar. Vamos a el tercer modelo que aparece en la Escritura que fue un modelo muy interesante a raíz de que pasaron los años, Israel en su rebeldía hacia el Señor fue invadida y llevados a el exilio, a la cautividad, destruyeron el templo, fue cuando los de Judá fueron llevados a Babilonia. Algunos de ustedes recordarán esa porción, habían destruido el templo.

Pero se cumplieron los 70 que había profetizado Jeremías y ahora llegaba el tiempo en que ellos habrían de regresar. Muy interesante los detalles que sucedieron ahí. Pero el punto es este, el libro de Esdras, Capítulo 1, quiero leerle el versículo 1 en adelante. Me parece muy interesante porque aquí la iniciativa Dios se la da precisamente a un rey que no tenía mayor cosa que ver con Israel. Bien tremendo, entonces dice el versículo 1 de Esdras:

“…En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro, rey de Persia el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino diciendo, ─ escuche cuál fue el edicto que salió del rey ─ … “Así ha dicho Ciro, rey de Persia, Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén que está en Judá.”

Oiga que tremendo esto. Es uno de esos casos que Dios utiliza a un inconverso, imagínese usted, pero el principio es el mismo, quiero que se de cuenta. Escuche la invitación de Ciro para con el pueblo de Dios, dice el versículo 3:

“…Quien haya entre vosotros de su pueblo, ─ está hablando a los exiliados, okay? ─ quien haya entre vosotros de su pueblo sea Dios con él y suba a Jerusalén que está en Judá y edifique la casa de Jehová, Dios de Israel, él es el Dios, la cual está en Jerusalén, y a todo el que haya quedado en cualquier lugar de donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios la cual está en Jerusalén. Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá, y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas ─ Note que interesante, ─ …todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios…”

Amén. Sabe que para que se logren los grandes proyectos de Dios, Dios tiene que despertar el espíritu del pueblo. No sé a cuántos de ustedes les ha pasado que ha recibido un impacto de Dios tremendo, hermanos, algunos le llaman el primer amor, pero cuántos de ustedes han experimentado eso, que no quiere perderse ni un culto, que cuando trata de ofrendar ahí está usted, se vacía los bolsillos, y aquí está… está sirviendo al Señor, o sea, esa pasión tan tremenda, su espíritu ha sido despertado para las cosas de Dios.

Pero de repente viene el pecado, el mundo, el diablo y te ve tan despierto y busca cómo distraerte y cómo darte una pachita y tu que quieres estar bien despierto en las cosas de Dios, bien atento, de repente, Dios no me llama, tranquilo si esto es para largo, si esto no es una carrera de 100 metros planos, esto es cristiano… mira, pues te convertiste a los 20 y empiezas a ser cristiano hasta los 80, take it easy man. Cálmate.

Y algunos hermanos no se dejan. No, dicen, no, los ha conocido usted? Hermano, por años pasan eléctricos en el Señor, ah, yo he visto varios aquí. uno viene, hermano, a los años y siguen cañones. Hermanos comprometidos con el Señor. Hay otros hermanos que óigame el enemigo logra distraerlos, quitarles esa fuerza, y les empieza a cantar… arrorró mi niño… y de repente hermano que viene un culto de [inaudible] y yo tengo que despertar, yo no puedo dejarme por el enemigo ni por el pecado, ni nada. Y el enemigo, no, no, no, arrorró, arrorró… vamos cristianito…duérmase ya…

Y de repente resulta el cristiano, óigame, tan animado que estaba, de repente resulta, hermanos, con los años sin fuerza, desganado, ya ni sirve. Y el diablo haciéndole piojitos, decimos nosotros. En una actividad especial, en un tiempo de oración, en un culto, se quiere despertar, hermanos, y le dice, no, no, yo tengo que cambiar mi manera… y el diablo, arrorró, arrorró…piojito, piojito. Hasta busca su blanket por ahí.

Y ahí pasa durmiendo por meses y años. Palabra. Ya van dos. Óigame, el caso es cuando llegan los proyectos de Dios y encuentra un pueblo dormido, ay, no, dicen, que pereza, otro templo. No, no. eso no es para ti, shhshhshs. Ay, yo pensé que tenía que dar. No, no es para ti, es para el pueblo nuevo que viene, para gente que tiene…, no es para ti…. a dormirse otros años más.

Y como dicen los hermanos que el Señor reprenda al diablo en el nombre poderoso de Jesús. Tienen que aprovechar cuando el espíritu de Dios despierta a un pueblo, hay que aprovechar cuando el espíritu de Dios despierta a un pueblo porque dice que entonces aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén, y dice que todos los que estaban a su alrededores le ayudaron con plata y oro, con bienes, ganado, con cosas preciosas además de todo lo que se ofreció y la palabra clave es, se ofreció voluntariamente.

Así se hacen los proyectos de Dios, con gente despierta. Atentos a qué es lo que Dios quiere hacer, atentos qué es lo que Dios quiere hacer, cómo voy a participar y cuando usted oiga los susurros del enemigo ya sabe cómo decirle, y mándale hermano a que le cante a otro pero a usted no. usted va a estar despierto porque el espíritu de Dios está en usted y donde esté el espíritu de Dios ahí hay vida. ¡Aleluya!

Amén. Tremendo esto. Voy a hablarles de por qué es que Dios ha diseñado dentro de su plan, que el pueblo mismo se el encargado de financiar los templos. O sea, por qué? Usted sabe que todas las iglesias están esperando que entre el millonario. Casi la mayoría de iglesias, hermanos, especialmente con proyectos grandes, sí, y muchos oran por eso, muchos oran, Señor, Padre, el millonario que va a dar los 3 millones. Sí la gente ora hermanos, y óigame y los espera de verdad, los espera. Y miran a alguien que entra así, hermano, tu bien. Y dicen, ahí viene, ahí viene. Oremos por él. Señor, tócalo, tócalo.

Yo hace años dejé de esperar al millonario. Sí, porque también lo esperaba, no crea, con tanta presión, yo también lo esperaba, sí. Y no se miraban muchos con cara de millonarios. Pero después le voy a decir por qué dejé de esperar al millonario.

Quiero enseñarle un video que recién lo produjimos para un evento especial y es un video que dediqué al pueblo de Dios en este caso, a nuestra Congregación, pero quiero mostrárselo porque habla… es como una dedicatoria a aquel pueblo que no escucha directamente la voz de Dios. Porque los hombres visionarios escuchan la voz de Dios, los que son dignos de admirar, son los que tienen que seguir la instrucción de lo que el hombre de Dios dice que Dios le habló. Esos hermanos, mis respetos para ellos.

Sí, Abraham tenía la voz de Dios, Isaac tenía que confiar que Dios le había hablado a su papá, Josué tenía la instrucción, vamos a decir de vuelta [inaudible] sí, pero los guerreros, bueno, ojalá que este esté en lo correcto. Entonces, este es un tributo a aquellos que se atreven a creerle al Señor. Yo les quiero mostrar este video que Dios nos inspiró de nuestro proyecto, que espero que sea de bendición para ustedes.

Por qué es que Dios llama a su pueblo a financiar los proyectos de su reino? Qué es lo que está en la mente de Dios? y déjeme contestarle por si acaso alguien tiene que irse temprano…

Entonces, saben por qué yo dejé de ver a los millonarios que llegaran? Sabe por qué? Porque entendí que si llegaba el millonario Dios lo iba a bendecir a él y lo iba a prosperar pero ahora entiendo que lo que ellos quieren hacer es entrenar al pueblo para que ellos sean los millonarios. Y esto no es, hermanos, esto no lo digo por decir algo que suene como a consolar a los que dan. No. por qué es que Dios le pide al pueblo que participe de sus proyectos? Le voy a dar unos puntos importantes.

Primero, porque Dios quiere enseñar al pueblo a invertir en lo eterno. Damas y caballeros, hasta la fecha usted no ha visto a un camión de mudanza detrás de un funeral. Nadie puede llevarse sus cosas por muy lindas que sean. Lo captó? Mucha gente se afana por obtener tantas cosas y óigame, como dijo Job, desnuditos salimos del vientre y desnuditos nos vamos a ir.

Lo único que nosotros podemos llevarnos de esta tierra, ya pensó qué es? Lo único que podemos llevarnos de esta tierra con nosotros, sabe qué es? Son otras almas. Por esto lo que nosotros podamos hacer para predicar el Evangelio de Jesucristo y de la maneras más masivas posibles, porque lo único que podemos llevarnos son otras almas para el Reino de Dios.

Por eso cuando invertimos, esto es clave, hermanos, esto es clave, esto se le aprendí a Joel Osteen cuando estaba haciendo la presentación del proyecto que Dios le dio en Texas, en Houston. Porque él dijo…, él presentó un proyecto y entonces la manera como él lo puso es que la gente se comprometiera con una ofrenda de $ 2500 cada uno de los miembros, pero él hizo una presentación tan linda que él dijo, si usted ve 2500 dólares le va a costar darlos. Pero si usted ve almas siendo restauradas, familias siendo restauradas, hermanos, si usted ve block y metal no le va motivar mucho dar en el Reino de Dios.

Por eso cuando Dios nos invita a darle a él es porque él quiere que nosotros invirtamos en las cosas eternas. Esto es hermoso de aprender a dar. La otra razón por la cual Dios nos invita a participar de sus proyectos es… ah, esta es tremenda, es para que nosotros aprendamos a confiar en él.

Porque, óigame, eso es lo que trae tantas crisis entre las familias y entre las personas, el afán de la vida. Jesús explicó la parábola del sembrador y dice que la semilla que cayó entre espinos es aquella que la palabra cae, es recibida pero las preocupaciones de la vida y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y se queda sin fruto. Las preocupaciones meten a las personas en tantos problemas, los afanes de la vida. Cuando nosotros aprendemos a invertir en el Reino de Dios sabe qué estamos haciendo? Estamos viviendo Mateo 6:33,

“…Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas serán añadidas…”

Ah, eso es rico. Cuantos están despiertos? Recibe esa palabra. Esa palabra es tan poderosa. Yo la recibí en un momento oportuno de mi vida, cuando era joven y el diablo me susurraba al oído y me decía, te vas a morir de hambre, si tu no hace esto, si no haces lo otro. Y en ese momento el Señor me dio esa palabra, lo que hicimos nosotros fue una vivencia.

Si tu inviertes tu vida en el Reino de Dios y su justicia todas las demás cosas serán añadidas. Y eso es lo que he visto, hermanos, a lo largo de toda mi vida. Todas las cosas, hasta mis gustitos me da el Señor, hasta mis gustitos. No solo mis necesidades, mis gustitos. Por confiar en él. ¡Aleluya!

La otra razón por la cual Dios nos hace parte de sus proyectos, es precisamente así proyectos grandes, gigantescos, sabe por qué lo hace Dios? para expandir nuestra mente. Déjeme darle un ejemplo. Y no le puedo dar muchos detalles por el tiempo.

Yo me recuerdo cuando Dios empezó a desafiarme a mí, a sembrar, a dar. Entonces, yo recuerdo cuando yo empecé a hacer mis primeros cheques de 100 dólares, porque uno tiene como ya cierto estilo. Pastor, yo soy de a 5, okay, de a 5. Sí, otros son de a 20. Cuando van a ofrendar es de 5 para arriba o de 20 para arriba.

Entonces, yo digamos en cuanto a ofrendas muy significativas, yo notaba que iba subiendo, hermanos. Pero cuando Dios me dio esta palabra, la que le estoy compartiendo, yo empecé a soñar, a soñar, y dije, Señor, yo quiero invertir en tu reino. Señor, yo sueño el día, así decía yo, yo sueño el día cuando yo pueda hacerte un cheque de miles de dólares, Señor. Así es que eso es tan hermoso que yo soñaba el día, yo me visualizaba, yo me veía escribiendo cheques de miles de dólares, tres mil, cuatro mil, 5 mil, yo escribiendo un cheque para el Señor. Y la firma.

Si, porque la mayoría saber firmar solo para endeudarse. Firme aquí, 30 mil dólares. Dónde firmo? Aquí, aquí. 30 mil dólares, 5 años amarrado, 7 años amarrado. Y feliz de la vida. Dónde firmo? Aquí, aquí y aquí. okay. Feliz.

Yo empecé a soñar en el momento en que podía darle al Señor. Y sabe, Dios me lo fue permitiendo, escribí cheques, hermanos, de 5 mil, 10 mil. Cuando logré hacer eso, no estoy exagerando, cuando logré a hacer empecé a soñar, yo dije, Señor, cómo será el día cuando pueda dar una ofrenda de 100 mil dólares? Así escribir un cheque, cómo será el día? No de la iglesia, personal, cómo será el día Señor cuando yo pueda escribirte un cheque de 1000 dólares, y la firma.

Usted pensará que son exageraciones de verdad, pensará que son exageraciones. ¿Saben qué? Dios ya me lo permitió. Dios ya me lo me permitió con esta esposa, el año que más hemos ofrendado al Señor como familia, hermanos, hicimos un negocio, Dios nos honró, Dios se glorificó, para gloria de Dios, y ese año pudimos darle al Señor más de 160 mil dólares, como familia. Y así hemos ido creciendo, o sea, claro, eso fue algo que le dijera yo, para ese tiempo, algo bien fuera de lo natural.

Pero sí quiero decirle esto, cuando eso ocurrió yo seguí soñando. Y ahora lo próximo que le pido a Dios, no sé cuánto tiempo se va a llevar el Señor, yo digo, Señor, cómo irá a ser el día que yo escriba un cheque para tu reino de 1 millón de dólares. Dios sabrá. Dios sabrá si me encuentra fiel para lograrlo.

Ahora, escuche esto, por el tiempo tengo que también ir aterrizando. Pero escuche esto. Cada año Dios nos ha hecho diferentes desafíos, estrategias financieras, cada año. Yo puedo hablarle casi como que tuviera registrados todos los detalles en mi mente, el 2003 cuando Dios me habló acerca de cómo se edifican los templos, yo le dije al Señor, Señor, guau, caramba, pero cómo recaudar tanto dinero si realmente no quieres que lo busque de otra manera sino que el pueblo va a financiar el templo? Señor, cómo vamos a hacer para encontrar tanto dinero? Y recuerdo que ese año, quizás algunos han escuchado de esto, pero ese año el Señor me dio la estrategia que óigame, que yo digo, eso no puede venir de mi mente, yo sé que soy inteligente pero no es para tanto. Sí, yo no puedo pensar en esforzarme… una idea, una idea… no. es en el reposo de Dios, en la tranquilidad donde vienen las ideas.

Esa vez que estaba en el 2003 en este lugar, hermanos, retirado con el Señor, el Señor me dio esta palabra y me dijo, te has fijado qué fácil para ustedes enojarse con mi pueblo Israel cuando está en el desierto, que que pueblo más rebelde, que pueblo más… cómo se voltea contra Dios, que pueblo más desobediente, que pueblo más incrédulo. Y Dios me decía, hasta te has enojado tu, te indignas con ver a mi pueblo Israel en el desierto. Y muchos creo nos ha pasado. Quienes hemos leído la Biblia varias veces, hermanos, o tenemos años de escuchar de la palabra, no resulta uno como… ay, que pueblo rebelde, incrédulo.

Y el Señor me dijo, sabes por qué piensas así? Porque tu nunca has estado en esa situación, te es fácil juzgar. Y por qué me estás diciendo esto, Señor? Y me dio esta instrucción en el año 2003, me dijo, quiero que este año hagas pasar a todo el pueblo por el desierto.

Cómo así? Dile al pueblo que este año se comprometa a vivir solo cubriendo lo básico, que este año se abstenga de todas las distracciones y entretenimiento y todo lo innecesario, que cuántos están dispuestos a hacerlo? Y óigame, ese año yo me recuerdo, yo antes de compartirlo al pueblo se lo presenté, como siempre hago, a mi familia, luego a los líderes y así a todos hasta que se lo presento al pueblo. Llevé a mis hijos al moor y ahí les hablé, hijos, esto fue lo que Dios me habló. Este año estamos dispuestos a cubrir solo lo básico? Qué significa? Este año no va a haber cine, no va a haber comidas afuera, no va a haber regalos para cumpleaños, no hay vacaciones, este año vamos a vivir con lo básico y todo eso que gastamos extra, lo vamos a invertir en la casa de Dios, multiplicado esto por las familias del pueblo.

Escuche esto. Sabe cuánto logramos recaudar ese año en pro templo, no diezmos, solamente en pro templo? Con la iglesia logramos recaudar 1 millón 600 mil dólares. Y no solo eso, porque aquí viene la otra parte. Escuche esto, esto es tremendo, por qué Dios nos invita a participar de sus proyectos, especialmente cuando son desafíos fuertes y uno se compromete con ofrendas significativas al estilo David, okay?

Porque Dios que está escrito en Deuteronomio 8:18, dice Dios:

“…Porque yo soy el que doy el poder para hacer las riquezas a fin de confirmar el pacto hecho a vuestros padres…”

Note que interesante, Dios da el poder para hacer la riqueza. Ahora, por qué es que Dios nos mete a esto? Porque ante los desafíos y cuando sumamos y nos damos cuenta que con las ofrendas del pueblo, que con el salario del pueblo, y sumamos, no da, no da para cumplir algo tan grande no da. Señor, no podemos. Entonces, cuando no podemos, cuando se estanca nuestra mente y nuestras posibilidades, y Dios nos sigue desafiando, sabe qué sucede? Y hacemos nuestras cuentas y decimos, Señor, realmente qué difícil.

Habrá otra manera de hacerlo? Uno se pregunta, habrá otra manera de hacerlo? Ese año 2003 nos dimos cuenta cuánto la gente desperdicia el dinero. Óigame, porque hicimos un trato. Dios me dio todo el plan y parte del plan era, nosotros no vamos a invertir, si alguien Dios lo usa afuera para regalarnos y para que viajemos, entonces, aceptémoslo, ese fue el trato. Entonces, en esa ocasión surgieron oportunidades, salíamos a comer y yo veía… nosotros mirábamos, cuando íbamos al restaurante, cuánto la gente desperdiciaba y desperdicia su dinero en cosas innecesarias. Desde de ese tiempo nosotros quedamos entrenados cómo ahorrar. Y no le estoy hablando de vivir apretados, ese año sí fue apretado, pero logramos, hermanos, recoger esa cantidad de dinero.

Déjeme contarle lo que está pasando este año en la iglesia. Este año nuevamente en el retiro Dios me desafió. Y óigame, cuando yo estaba escuchando esto, yo mismo le decía, Señor, esta estrategia está difícil. Esta sí, yo voy a decírselo porque al fin tu me estás diciendo… pero como ese ni yo lo creo porque el Señor me dijo, has un llamado a la iglesia, tres grupos de personas que en 4 meses se comprometan a dar una ofrenda de 10 mil dólares en 4 meses.

Yo no les estoy hablando de 4 meses después de venir de 10 años de tranquilidad. No, les estoy hablando de una estrategia así, después de un pueblo venir dando y dando, y dando, o sea, esa es la aclaración. Después de venir dando ahora una estrategia así de personas que puedan comprometerse con el Señor a una ofrenda de 10 mil dólares en 4 meses, y Dios me dio toda la estrategia de cuál eran las características del primer grupo que corría de enero a abril, y luego el siguiente grupo que entraba de mayo hasta agosto y ahorita estamos en el tercer grupo de septiembre a diciembre.

Dios me dio todo el plan, las características de estas personas. Eran personas comprometidas, personas fuertes, personas que tenían un record en la iglesia de dar, que no era solamente lo que yo puedo hacer, no, que pudieran comprometerse y hacerlo.

En el primer grupo se inscribieron 30 personas, a los 4 meses 31 habían terminado. Se sumó uno más. En el segundo grupo 34 se inscribieron, solo como dos no terminaron. Y el grupo que está ahora, que es el grupo final de septiembre a diciembre, se han inscripto 69.

Ahora, escuche esto, cuando ellos se comprometieron, por eso este año con nosotros, se llama el año de hacer historia, cuando la gente se compromete y se conecta por la fe a estos proyectos de Dios, y ellos hacen el compromiso, se dan cuenta que si han de producir dinero, riquezas, no puede venir por los medios que ellos conocen. Eso ha abierto todo una dimensión de cómo generar dinero entonces.

Escuche esto, ni siquiera se lo voy a leer por el tiempo, usted lo busca en su casa, está en Primera de Samuel, Capítulo 1. Se recuerda usted a Ana? Que momento aflicción hizo un voto al Señor? Le prometió a Dios que si le daba un hijo ella se lo iba a devolver. Eso se llama votos. Hay una diferencia entre pactos y votos, pero el caso es que Ana hizo un voto. Si tu me das ese hijo que tanto he esperado, yo te lo consagro, Señor.

Escuche esto, porque esta palabra el Señor me la dio estos días mientras pensaba venir, no lo dije en la mañana así que quiero soltarlo con ustedes porque el Señor me inquietó que se las soltara a ustedes como iglesia. Escucha esto.

Ana estuvo criando al baby. No tengo claridad a qué año, unos piensan que es a los 4, otros que hasta los 7, pero imagínense que es entre los 4 a los 7 años, que fue destetado Samuel. O sea, Ana, tuvo esa relación, no que haya nacido y le haya dado por adopción. No, convivió con la criatura, que corazón el de Ana que la hora de hora, no lo retuvo sino que cumplió su palabra y se lo dio. Escuche, estoy por terminar, escucha esta parte:

El Señor me dijo, sigue leyendo, sigue leyendo, más adelante en el Capítulo 2, recuérdese que Ana era estéril, pero cuando Ana le promete a Dios su hijo que es Samuel, el profeta Samuel, la matriz de Ana se abre y da a luz al que ella había prometido. Pero el Señor me dijo, observa bien, que luego Dios le dio a Ana más hijos. El Señor me dijo, dile al pueblo que de la misma manera que yo les proveo para que me den, yo quiero proveerles pero para que ellos sean bendecidos, para que ellos sean prosperados.

Y esto es lo que está existiendo ahorita en la iglesia, que los que han cumplido en traerle ofrendas al Señor significativas, de muchos miles de dólares, el Señor me ha dicho, dile a ellos que de la manera como les he provisto para alcanzar sus ofrendas, ahora quiero dejar esa matriz siempre fructífera pero que estos hijos serán para ellos. Dijo estas palabras, cuando tu te comprometes con Dios a ser parte de sus proyectos, y te esfuerzas y trasciendes a tus posibilidades y te ves obligado a orar, a buscar de Dios, a hacer tantas cosas, entonces Dios lo que quiere es expandir tu mente, ayudarte a administrar para que puedas entonces manejar la bendición y la prosperidad de Dios.

Y hoy lo que estamos encontrando son personas que están tomando iniciativas. Y dicen, pastor, de la misma manera que yo recaudé fondos para el Señor, de eso mismo voy a poner un negocio. Yo digo, así es. Así es.

No le huyas a los proyectos de Dios. Responde a los proyectos de Dios y en el proceso aprende qué Dios quiere enseñarme, qué es lo que Dios quiere enseñarme. Amén.