Transcripción
Es Dios grande para ustedes? Es verdaderamente grande? No los oigo. De verdad es grande? Es un gusto estar en medio del pueblo de Dios.
Es un tiempo agradable. Jesucristo bien dijo: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio”. Yo creo que cuando nos juntamos en el nombre de Jesús se construye la presencia de Jesús de una manera especial, porque a Jesucristo le gusta estar en medio de su pueblo y tiene grandes cosas para cada uno de nosotros.
Cada vez que Jesucristo está en un lugar siempre ocurren cosas maravillosas porque siempre tiene algo bueno para su pueblo. Su voluntad es buena, agradable y perfecta. Es grato estar en la presencia del Señor. En este día yo he gozado con todos ustedes.
Anteriormente habíamos hablado con su pastor de que me gustaría visitar esta congregación y se dio alguna manera interesante porque vinimos a dar una serie de conferencias. No estaba programado con mucha anticipación pero ocurrió en este iglesia y ha sido un gusto estar en medio de ustedes.
El ambiente se siente agradable y cuando nosotros vamos a un determinado lugar podemos sentir el ambiente. Es bonito ver los adornos, es bonito ver el orden, las luces, la instrumentación, pero también hay otro ambiente que se maneja y es el espíritu del ambiente. Es el ambiente que da la bienvenida del Señor.
El Señor es un Dios que siempre se revela. El revela su amor de una forma especial, como un padre hacia sus hijos. Jesucristo revela su gracia en una manera especial. En la cruz, El nos reveló que nos amaba a través de un acto en la historia de la humanidad. En el Espíritu Santo se revela a nosotros como una consolación, como alguien que da poder.
En el día de hoy el Señor trae una palabra para todos nosotros y se encuentra en Marcos Capítulo VII. Estaremos leyendo empezando con el versículo 24. Dice la palabra del Señor en ese día:
Levantándose de allí se fue a la región de Tiro y Sidón y entrando en una casa no quiso que nadie lo supiese, pero no pudo esconderse porque una mujer que oyó de El vino y se posó a sus pies. La mujer era griega y fenicia de nación y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: “Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perríos.” Respondió ella: “Sí, Señor, pero aún los perríos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.” Entonces le dijo: “Por estas palabras el demonio ha salido de tu hija.” Y cuando llegó ella a su casa halló que el demonio había salido y a la hija acostada en la cama.
Vamos a orar por un instante. Señor te damos a ti la honra y la gloria en este día. Reconocemos tu presencia en este lugar. Reconocemos tu presencia en este lugar. Sabemos que tu tienes el control de todas las cosasY sabemos que tu corazón es un corazón que desea bendecirnos; desea revelarse a nosotros y sobre todas las cosas formar en nosotros una actitud especial que pueda hacer de nosotros el pueblo tuyo, el pueblo capaz de vivir a la altura de tu propósito.
Tu tienes un propósito en cada uno de nosotros, un propósito individual, un propósito para nuestra familias, un propósito en esta congregación, un propósito en esta ciudad. Tu tienes un propósito en este estado. Tu tienes un propósito en esta nación. Señor, hoy nos sometemos a tu propósito y recibimos esta palabra, Señor, este desafío a nuestra vida. Desde ya te decimos, sí, Señor, lo queremos. Anhelamos que nos hables. Deseamos que te manifiestes entre nosotros.
Recibimos lo que tienes. Estamos dispuestos Señor a abandonar cualquier cosa equivocada. Estamos dispuestos, Señor, a extender nuestra tienda. Estamos dispuestos a salir de la zona del confort; porque somos tu pueblo, porque Tu nos has redimido, porque tu tienes un propósito para nosotros.
Señor, hoy te decimos ‘Sí’. Aceptamos tu palabra y rechazamos toda oposición espiritual, toda cosa que impida que tu palabra fluya en nuestra vida. Desde ya le decimos al enemigo de nuestras almas, a ti Satanás, que no tienes arte ni parte en nosotros. Jesucristo es nuestro Señor y que El es el dueño de mi voluntad. Es en el nombre de Jesús que oramos. Amen y Amen.
Este día queremos hablar de un tema que yo he titulado “La actitud del vencedor”. Dígale a la persona que está a su lado: yo quiere tener la actitud del vencedor.
Siempre que yo pongo a hacer ejercicios a las personas me gusta observar cómo lo hacen. Me gusta leer la actitud de las personas. Al principio suena chistoso. Lo estoy haciendo porque me lo están diciendo, pero yo soy tímido. Cuando yo vengo a la iglesia me gusta concentrarme en lo que me están diciendo.
Pero la conquista tuya representa la victoria de tu hermano. La victoria de esta iglesia representa la victoria del vecindario. Cuando los vecindarios conquistan representa también la victoria de la ciudad. Y cuando las ciudades son ciudades conquistadoras podemos también conquistar estados.
Yo se que ustedes tienen luchas. Yo se que ustedes tienen desafíos. Y es posible que este mensaje el Señor lo esté trayendo para ustedes. Los mira con ojos especiales. Los está viendo como personas capaces, como personas que tienen potencial, como personas que pueden hacer una diferencia. No solamente como personas que están escuchando algo sino que están escuchando con un propósito.
Porque Dios está formando en ustedes una actitud. Así es que les quiero mostrar que le diga a la persona que está a su lado con convicción: ‘Dios está formando una actitud de vencedor en mi’ Mírele a los ojos: ‘Dios está formando una actitud vencedora en mí.’ Cuantos dicen Aleluya, cuantos dicen Amen. Cuántos dicen: yo soy un vencedor. Yo soy un vencedor. Yo soy un vencedor en el nombre de Jesús.
La actitud comienza a través de la fe. Cuando soy capaz de creer estoy en el camino a una actitud. Es interesante como aprendemos de una manera clara y concisa de esta mujer. Posiblemente de los pasajes que yo he leído este es en el que más claramente se nota una actitud un tanto áspera de parte de Jesús hacia el ser humano.
Muchas personas que hablan de este pasaje se preguntan cómo es posible que Jesús le haya hablado a esta mujer de esta manera. Cómo es possible que siendo Jesús un ser tan compasivo reaccionó de esta forma con esta mujer?
Y algunas veces nosotros podemos perder el sentido de lo que Dios está haciendo cuando nos enfocamos en un detalle. Porque Dios tiene la gran imagen. Nuestro Dios es un Dios de procesos. Aunque el trabaja en pequeños detalles, aunque a el le gustan pequeños pasos, El está en rumbo hacia algo grande y nos está llevando a nosotros a algo grande.
El tiene cosas grandes para nosotros. El tiene cosas grandes para mi. Esas cosas grandes se conquistan a través de pequeños pasos. Pero si nos concentramos solamente en ese pequeño paso y se nos olvida que tenemos una trayectoria podemos perder el sentido de propósito. Así es que este pasaje debe ser leído. A través del propósito de Dios en el cual el Señor ayuda a una mujer a desarrollar, a formar una actitud que la iba a llevar más allá de sencillamente pedir que el demonio saliera de su hija.
Algunos de nosotros venimos a las iglesias cristianas para que nos solucionen una pequeña cosita en nuestra vida. “Pastor yo necesito que usted ore por mis finanzas. Yo necesito un trabajo. Yo lo necesito urgentemente. Yo se que tengo tiempos de no estar en las cosas del Señor. Pero yo necesito ir, así que allí le caigo el domingo. Fíjese que se me enfermó mi hija. Así es que yo necesito ayuda. Así es que ahí le caigo el domingo. Mire, yo estoy teniendo problemas con mi esposa. Ya no me quiere cocinar. Ya cuando le estoy pidiendo comida me enseña la olla. Entonces yo ya tengo hasta temor de pedirle comida. Yo necesito que me la cambie. Así que voy a la iglesia para llevarla.”
Y muchos de nosotros venimos a las iglesias para que nos solucionen un área de mi vida. Y lo que ocurre es que algunas veces el Señor sí nos ayuda a solucionar ese área. Y de ahí nosotros nos acomodamos hasta que se desarrolla otro problema más. Y eso nos estimula a volver a buscar al Señor.
Esto es lo que Dios quiere evitar. Porque eso no es tener la actitud de un vencedor. La actitud de un vencedor se caracteriza por algunos pasos que da algunas características son claras en la actitud de una persona vencedora.
Vea usted conmigo este pasaje, verso 25: “Porque una mujer, dice, cuya hija tenía un espíritu inmundo. Luego que oyó acerca de El vino y se postró ante sus pies.” La primer cosa que vemos de una persona que tiene una actitud vencedora es que no se conforma, no permite que el problema la neutralice.
Una persona con una actitud de vencedor es una persona que el problema la mueve a hacer algo, es una persona que no permite que ese problema sea mayor que el deseo que ella tiene de vencerlo. El deseo es mayor, el anhelo de salir adelante es mayor que cualquier depresión, que cualquier enfermedad, que cualquier crisis, que cualquier problema matrimonial, que cualquier cosa que esté quitando el propósito de Dios. Los problemas lo mueven. Los problemas lo sacan del lugar donde está. Es la primer cosa que debemos saber acerca de las personas que son vencedoras.
La segunda característica de la persona vencedora es que se rodean de personas superiores a ellos, Veamos lo que hizo esta mujer. Fue y buscó a Jesús. Qué fue lo que hizo? Qué es lo que usted tiene que hacer cuando usted tiene un problema? Tiene que buscar a quién? A quién tiene que buscar? Aleluya! Usted y yo tenemos que buscar a Jesus.
Jesús es el ser superior a todos nosotros. Ella se rodeó de personas superiores. Jesús estaba supuesta de vacaciones en este pasaje. El estaba tratando de estar en privado, tratando de recuperar fuerzas. Nosotros también debemos esforzarnos para que también podamos tener un momento para recuperarnos.
Pero esta mujer tenía una necesidad y esa necesidad apuntaba a alguien que podia ayudarla y ese nombre era: Jesus. El es el único que puede ayudarnos en muchas situaciones de nuestra vida. Así que tu estás en el lugar correcto. Este es el tiempo correcto. Este es el ambiente correcto. Es el lugar correcto para nosotros.
Así es que esta mujer va y busca a Jesús quien supuestamente estaba, dice aquí, en el verso 25, dice que se estaba prácticamente escondiendo o sea estaba tratando de tener un tiempo en privado. Eso revela un detalle interesante acerca del carácter de Dios . Cuando hay una necesidad Dios no puede esconderse. Dios está disponible para una necesidad. Cristo estaba allí para ella y ella lo buscó hasta encontrarlo.
Cuál es su actitud frente a una dificultad en su vida? Empiezan a buscar un poquito y dicen: bueno voy a ir a la iglesia. Si me hablan algo que me ayuda regreso si no me voy. Porque yo no tengo mucho tiempo. Yo se que tengo problemas. Yo se que tengo dificultades. Yo se que llevo una vida caracterizada por muchas crisis. Pero yo no tengo tiempo de andar buscando en la iglesia.
Esta mujer persistió, persistió y persistió - hasta encontrar a Jesús. Ahora ocurre algo interesante. Vean ustedes las barreras que ella tiene que sobrepasar. Una vez que encontró a Jesús y nosotros vemos la palabra un tanto áspera que dice: “primero tengo que darle a los hijos.” Antes que a cualquiera, a los hijos.
Y mencionó la palabra que nosotros traducimos al español “perríos”. Es una palabra que se utilizaba culturalmente en aquel entonces y que significaba aquellas personas que no pertenecían al grupo cultural de los judíos. Y entonces Jesucristo la utilizó. Pero algo interesante ocurrió con esa mujer porque ella tuvo que vencer algunas barreras. En primer lugar ella era griega de nacimiento. Su nacionalidad iba en contra de la práctica de este Rabí. Jesucristo había venido a los suyos. Era el Rabí de los judíos y ella va hacia El. Sabiendo que los maestros judíos no iban típicamente a aceptarla a ella.
La segunda barrera que tuvo que vencer era la ley judía. No solamente era la nacionalidad, sino el sistema legal judío. Porque precisamente en ese sistema que evitaba el relacionamiento y el servicio hacia los no judíos.
Un tercer elemento es Jesucristo mismo en su capacidad de Rabí del maestro de la ley. Representaba como una especie de patrulla fronteriza. Tenía que reforzar la ley, Así es que ella conocía bien sus barreras. Ella sabía a lo que se enfrentaba. Esta es una característica de una persona vencedora. Tiene que conocer la naturaleza de las cosas. De qué se trata este problema? Por qué estoy pasando por este problema?
Si nosotros queremos salir adelante en nuestra vida tenemos que aprender a analizar las situaciones de nuestra vida. Tenemos que penetrar y conocer a través de cada crisis. Es interesante que uno de los deportistas más sobresalientes del mundo es uno de mis deportistas favoritos. Es Lance Amstrong.
Yo soy ciclista. Entonces tenemos algo en común. El se hizo realmente famoso después de recuperarse del cáncer y ganar 5 Tours de Francia. En ciertas frases de su último libro “Cada Segundo cuenta” el dice: “si me dieran a escoger entre el cáncer y ganar el Tour de France me quedo con el cáncer” Déjenme explicar lo que quiere decir.
El cáncer le enseñó a el cuáles eran las verdaderas prioridades de su vida, cuál era el valor de la vida, cuál era el futuro que le podía deparar, que el tenía que dedicarse a una vida de servicio a la humanidad. El tenía que aprender a apreciar ciertos personas y a ciertos familiares. El tenía que apreciar el regalo del cuerpo físico. El aprendió mucho, principalmente en la actitud que la victoria no se encuentra en el confort.
El pudo recuperarse. Estaba un 40% de que iba a vivir y un 60% de que iba a morir. Así es que el empezó a tomar una actitud. Empezó a leer acerca del cáncer. Agarró los mejores doctores. Los mejores doctores para el no eran los que simplemente le decían: “tu tienes cáncer” sino aquellos doctores que conocían bien el problema del cáncer, que miraban la posibilidad de vencerlo. El se rodeo de esas personas y empezó a conocer cuáles son todos los detalles del cáncer. Y empezó a creer que el podía vencerlo y cada día el se levantaba. Y después de una sesión de quimioterapia el se sentía mal pero en vez de concentrarse en el sentimiento el se concentraba en que eso era necesario para el para salir adelante
Y empezó a ver eso tan doloroso como una posibilidad para salir de ahí más fuerte. Así es que el pudo vencer al fin y al cabo. Y cuando el regresa a competir algo milagroso ocurre. Su condición física después del cáncer era más fuerte que antes del cáncer. Hasta el día ha ganado 5 Tours de France. En el mes de julio va a competir por el sexto. Nunca nadie ha ganado 6 y jamás nadie, sobreviviente del cáncer, ha ganado un Tour de France.
Es importante conocer su problema. Es importante rodearnos con personas positivas. Es importante buscar la ayuda correcta. Esta mujer entendía eso.
Otra cosa que nosotros vemos es que una persona con una actitud de vencedora. Es irracionalmente insistente. Aunque las cosas le digan: ‘no es posible’, aunque las barreras le dicen: ‘No, no va a ocurrir’ la persona cree: ‘Tengo que hacer que esto ocurra. Va a ocurrir, voy a salir adelante. Mi matrimonio no tiene solución. No tiene más salidas. Tiene que haber una manera de cómo conquistarlo.”
Eso es creer en el Señor. Eso es saber que Dios está al lado tuyo. Y esta mujer estaba aprendiendo a tener esa actitud correcta.
Otra cosa que me llama la atención de esta mujer es que ella aprendió un nuevo lenguaje en su vida. Yo le llamo el “lenguaje del éxito”. Vea usted cómo conmigo este lenguaje, Este mensaje en el verso 26 dice: “La mujer era griega y fenicia de nacionalidad y le rogaba”. En el verso 28, después que Jesucristo le dijo prácticamente que no ella respondió: “Sí Señor pero aún los perríos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.”
Y este es el lenguaje del éxito que aprende a poner ‘peros’ aquellos que te dicen: no es posible. Pero ella dijo: pero aún hay posibilidad. Y peleó con Jesús. Y peleó con la situación. Y la conquistó.
Jesucristo le dice: “Por esta palabra eso va a realizarse en tu vida”, por esa palabra que tu has dicho, por ese lenguaje que tu tienes, por esa mentalidad que tu tienes esto se va a realizar en tu vida. Yo te quiero decir algo, hermano. El cristianismo es acerca de un lenguaje; es el lenguaje de la fe y el lenguaje del éxito. No es un lenguaje que tiene una ausencia de problema y una ausencia de sufrimiento. Es un lenguaje que aprende a desafiar cualquier problema y cualquier situación.
Y le dice: Pero yo tengo un Dios más grande, un Dios más poderoso. Yo tengo un Dios sanador. Yo tengo un Dios transformador. Mi Dios es más grande que mi problema. Y ella lo conquistó. Ella logró esos resultados. Eso es lo que el Señor quiere
Cuál es tu necesidad? Cuál es tu problema? Dios no te tiene aquí para que resuelvas solo un problema. Te tiene para darte una actitud. El quiere darte la capacidad (digan conmigo: capacidad) de conquistar y vencer.
Cuál es tu necesidad? Cuál es tu desafío? Qué es aquello que tu necesitas vencer en este día? Eso es algo que queremos nosotros orar. Esta es la palabra que Dios trae con El. Tu tienes algo ahí que tu necesitas conquistar porque tu puedes hacer mejor de lo que tu ya eres.
Como iglesia ustedes tienen cosas grandes que aceptar.Estamos escuchando las noticias de un evento político que va a comenzar. Cuál va a ser su actitud? Ah, yo sabía que tarde o temprano . O te vas a parar y decir: no. Pero aún podemos vencer. Pero aún tenemos poder. En el nombre de Jesús vamos a hacer la diferencia. La historia todavía se está escribiendo. Hay una posibilidad para vencer porque Dios es el Dios que controla todo. Ahí es donde yo quiero hacer una oración.
Quiero que te imagines en este momento con esa situación que tu tienes cuál es esa necesidad que, si tu tuvieras a Cristo aquí de carne y hueso, le dirías: Señor, yo necesito esto en mi vida. Señor, yo necesito que trabajes en mi casa. Mi relación con mis hijos no está bien. Mi relación con mi esposa no está bien. Yo no estoy conforme. Señor, mi situación financiera cada vez va de mal en peor. Señor yo no estoy conforme con mi vida. Señor a mi me gustaría lograr tener una mejor educación. Me siento frustrado porque yo siempre tuve sueños y no los he podido realizar. Señor, mi situación legal también está mal. Señor, yo necesito tu ayuda. Señor, yo quisiera que en este estado de Massachussets que podamos tener Señor un estado mas saludable. Señor, yo quisiera que tu no pasaras estas penas. Qué tengo que hacer? Yo no me conformo con esta situación
Será que tu puedes ver a Jesús en ese momento? Que te dice: trabajemos. Yo voy a crear en ti una actitud y tu vas a crear una diferencia. Déjame trabajar en tu actitud y tu vas a crear el cambio. Me quiero unir contigo en esta situación y te quiero hacer una vencedora. Quiero ayudarte no solamente a que resuelvas un problema sino que seas un resolvedor de problemas; una persona que sea capaz de enfrentar cualquier situación y traspasar a través de la crisis y salir al otro lado y decir: he vencido! Porque Dios, porque Jesús, me ha ayudado.
Quiero orar por ti ahora ahí donde tu estás. Yo quisiera que levantaras tu mano. Manten apenas ahi. Yo quisiera en este momento, encomendarle la tarea de orar por este pueblo. Yo creo mucho en vuestro Pastor. El ora por ustedes. El los ama. Yo confío en la oración de un pastor que ama a su pueblo. Ahí donde tu estás, ponte de pie, sencillamente allí donde tu estés. Vuestro Pastor va a estar orando, yo voy a estar intercediendo por el.
Vamos a orar hermanos. Padre, no somos nosotros quienes resolvemos nuestros problemas - eres Tu en nosotros.
Es tu Espíritu Santo que como decía el sermón es un consolador y un fortalecedor. Así que Padre, en esta mañana nosotros nos plantamos en tu promesa y en tu fidelidad y decimos: fortalécenos. Nosotros ponemos a un lado las actitudes negativas, toda actitud de derrota, Señor, en el nombre de Jesús. Rehusamos conformarnos a nuestra situación y declaramos que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Tu palabra dice que no hay nada imposible para Dios. Oh Señor nos revestimos de esa actitud.
Señor tu palabra dice que antes que estas cosas, somos más que vencedores. Aleluya. Más que vencedores, Señor. Padre nos enfocamos esta mañana en ese aspecto de tu palabra que dice que somos más que vencedores por medio de lo que Cristo ha hecho en la cruz del calvario.
Así que fuera toda actitud de derrota, fuera todo temor. Padre nos vestimos con la vestidura de la esperanza, del gozo, Señor, de la alabanza. Y te adoramos a ti Señor. Damos gracias al Señor. Tu fidelidad es grande.