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Josué, capítulo 6. Invito a nuestra hermana Marlene a proyectar esta lectura en Josué, capítulo 6. Yo llamo aquí este sermón La toma de Jericó: la necedad de Dios o la locura de Dios. Quiero decir que la locura de Dios es más sabia que toda la sabiduría de los hombres.
Ustedes recuerdan que llevamos dos domingos metidos en este pasaje que viene del libro de Josué y es algo en lo cual entramos sin saber que estábamos entrando en una mina de oración de enseñanza, basados solamente en ese pensamiento que Dios puso en mi corazón de por qué nunca antes habéis pasado por aquí. un llamado a una expectativa de algo grande y a tiempo atinado que Dios tiene para nosotros bien cercano en el tiempo y que es algo inusitado, nuevo, diferente, no terreno familiar, y que por lo tanto tenemos que seguir las directrices de Dios, como dijimos el domingo pasado.
Y recordamos ese bello servicio que tuvimos en el santuario original donde Dios soberanamente nos metió allí para recordarnos de los tiempos originales, volver a esos tiempos del santuario original donde Dios hizo tantas cosas bellas antes de nosotros entrar en nuestro santuario nuevo. Ese santuario tiene algo especial allí.
Y vimos como el Señor soberanamente supuestamente bajo la excusa de que no estaba trabajando la calefacción cuando a las 8:30 nos llamaron para decirnos que la calefacción aquí estaba dañada por el frío extraordinario que hubo, y entonces decidimos, vamos a hacer en el santuario original. Pero cuando entramos allí Dios nos habló y vimos claramente que Dios tenía algo muy especial para nosotros en ese lugar.
Y ya se había arreglado, a las 9:00 de la mañana ya estaba arreglado y estaba calentándose aquí bastante bien, pero yo entendí claramente que Dios nos había llevado allí por una razón, para que celebráramos allí un acto profético muy especial que ha sido de tanta bendición para mi vida, y fue como una confirmación de muchas cosas. Y yo venía precisamente a predicar acerca de seguir el arca, de seguir las instrucciones de Dios. si nosotros queremos vivir la vida sobrenatural tenemos que dejar que Dios nos guíe y creer que Dios va a darnos instrucciones en la vida.
Y estuve pensando ahora en este pasaje de Josué, capítulo 6, más adelante, donde finalmente los hebreos, los israelitas, después de cruzar el río Jordán llegan y entran a la tierra prometida y les espera la primera gran ciudad que tienen que conquistar antes de conquistar la tierra prometida. Había varias ciudades, varias tribus y ejércitos en diferentes partes de esa tierra que Dios les había dado que estaban hacía siglos y siglos pero Dios les había entregado la tierra a los israelitas, pero esa gente incrédula, pagana, empedernida no le iban simplemente a decir, ah, sí, aquí están las llaves de nuestras tierras. Ellos habían estado ahí durante siglos y siglos y se requerían batallas.
Y la primera batalla con la cual ellos se tienen que confrontar es la toma de una ciudad llamada Jericó, que de hecho la vamos a visitar un día de estos y es una ciudad que está allí durante siglos y siglos. De hecho, Jericó, tengo entendido, lleva como 15 mil años habitada por seres humanos de diferentes extracciones, diferentes etnicidades. Es la ciudad más antigua del mundo de hecho. Está ahí todavía.
Esta ciudad, dice la Biblia, vamos a ver, es impregnable. Dice el versículo 1 de Josué:
“Ahora Jericó estaba cerrada, bien cerrada. – Digan conmigo, cerrada, bien cerrada. No quedaba duda de que era impregnable, una ciudad con unos muros altísimos y densos. Se dice que probablemente 2 carros de guerra podían caminar paralelo el uno al otro y correr encima de esa ciudad, de lo densa, lo gruesa que eran y altas. Y adentro había un pueblo que estaban trancado de manera que nadie, dice, nadie entraba ni salía.
Para estos judíos pocos relativamente, no entrenados en el arte de la guerra en una manera persistente, nunca habían peleado una batalla, la idea de penetrar esta ciudad era inconcebible, humanamente hablando no había forma. Sabe que muchas veces Dios permite que caigamos en situaciones en nuestra vida en que asimismo es, nuestra situación está cerrada, bien cerrada, y parece que no hay salida, no hay solución, no hay posibilidad de victoria.
Yo sé que muchos de ustedes, y yo mismo, habremos pasado por situaciones así, en que uno sabe de dónde va a salir la solución. Ahora mismo quizás tu estás pasando por una situación de crisis financiera, una deuda que tu miras y dices, cómo voy yo a pagar esta deuda, los intereses son más grandes que mi salario completo. Puede que sea la situación de inmigración que está cerrada, bien cerrada ahora mismo para muchos y parecería como que no hay solución, como que el oído está en 20 mil otras cosas y cómo vamos a salir. Dios tiene una solución.
El caso es muchas veces nos encontramos con un Jericó en nuestra vida, nos encontramos con una situación que está cerrada, bien cerrada. Y yo creo que este pasaje está diseñado para darnos algunas lecciones espirituales sobre cómo salir de situaciones que son absolutamente cerradas, bien cerradas.
Entonces Dios le dice algo a Josué como para animarlo, en el versículo 2, “Más Jehová dijo a Josué – y aquí hay algo interesante, hermanos, e inclusive he predicado sobre él pero como que fue la primera vez que yo me di cuenta de ese más, que está en el versículo 2, “Más Jehová dijo a Josué,” ese más de Dios que es un pero, pero Jehová le dijo a Josué. En otras palabras, puede que los hombres den un diagnóstico pero si Dios da otro diagnóstico ese es el que vale, ese es el que cuenta. El médico te puede decir, no hay solución para ti, más Dios puede decir, sí, pero yo tengo algo para tu vida.
Una hermana compartía conmigo esta semana de un milagro que Dios ha hecho en la vida de su familia, de su nuera, por fe lo decimos así, que no podía dar a luz y los médicos le habían dicho, mira, es imposible, tu matriz no puede dar vida. Y esta joven saludable, fuerte, normal en todas las otras maneras, se sintió totalmente devastada por esa respuesta. Tomaron clases y tratamientos de fertilidad, nada. Finalmente le dijeron, deja de tratar porque no hay solución para tu problema.
Y gracias al Señor que esa suegra, yo doy gracias a Dios por las suegras que la gente habla tanto de ellas, pero hay suegras que son extremadamente buenas, la mía fue una de ellas. Y esta, deseosa de ser abuela también, la voy a poner así, le dijo, eso es lo que los médicos dicen pero Dios puede decir otra cosa. Hoy esa joven está como 7 y medio, 8 meses encinta y lista para dar a luz porque sorpresivamente pudo concebir totalmente inesperadamente porque cuando Dios dice sí, el hombre no puede decir no. Y hasta que Dios no diga no, no te quedes tranquilo sigue tocando a la puerta del Señor. Esos muros pueden caer bajo el poder de Dios.
Entonces, si Dios dice más algo, pégate a ese más. “Más Jehová le dijo a Josué, mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey con sus varones de guerra.” Dios le quería infundir fe a Josué para que creyera ante esta situación aparentemente insoluble. Y entonces Dios le da instrucciones, yo no voy a leer todo el pasaje, pero es interesante las instrucciones específicas que Dios le da, dice:
“Rodeareis pues la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de ciudad una vez y esto haréis durante seis días.” Digamos que ellos comenzaron el lunes, los primeros 6 días, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado, se suponía que ellos dieran una vuelta alrededor de la ciudad. Seis días dar una vuelta, “con 7 sacerdotes, llevando 7 chofares, bocinas de cuerno de carnero delante del arca, y en el séptimo día, en este caso digamos que fuera el domingo si comenzaron el lunes, en el séptimo día daréis 7 vueltas a la ciudad y los sacerdotes tocarán las bocinas.”
Seis días una vuelta con los hombres de guerra, los hombres armados delante, en el medio respaldándolos a ellos y respaldando su caminata, el arca del Señor con los sacerdotes en el medio como significando la centralidad en este caso del arca. A veces el arca va a ir adelante pero a veces tiene que estar en el centro. Había una guerra que pelear y este arca era como el núcleo, el centro, y ahí estaban esos sacerdotes con sus chofares y detrás de ellos el pueblo, sin armas, el pueblo común y corriente, los civiles, los niños, los ancianos, los hombres que no eran de guerra, detrás, dándole una vuelta todos los días.
Mientras daban esa vuelta los que tocaban el chofar iban soplando y tocando las bocinas y el pueblo calladito. Dios les dijo, no digan ni hi, no hablen nada, no es el tiempo. Hay que llevarse de las instrucciones, sabe? Mi imagine que habrá gente allí que hubiera querido gritar, oh Jehová es el Dios, gloria a Dios, Aleluya! Dios está con nosotros. Hay tiempo yo creo para declarar cosas y hay tiempo para callar. Amén. Hay tiempo para impregnarse simplemente del poder de Dios.
Yo diría como dice Salomón, hay tiempo para gritar y hay tiempo para callar. Y hay tiempo para que otros hagan la guerra y tu simplemente respáldalos en oración y fortalécelos con tu intercesión. Entonces, 6 veces ellos tenían que dar vuelta alrededor y al final el tiempo que se tomara regresaban a su campamento. Y estuvieron haciendo eso 6 días, una vez, y en el séptimo día Dios les dijo, caminen 7 veces, den 7 vueltas y entonces cuando se toque el chofar en la séptima vuelta, dice, el pueblo grite y los muros se caerán.
Versículo 10, “Y Josué mandó al pueblo diciendo, ‘vosotros no gritaréis ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga. –subraye eso, hasta el día que yo os diga ‘Gritad’ y entonces gritaréis.”
Bajemos al ver 20 donde dice que a la séptima vuelta, el séptimo día, “Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las bocinas y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina gritó con gran vocerío.”
Estos no eran cantos suaves, Dios está aquí, esto era todo el mundo gritando con el galillo que se le salía por la garganta. Esto era diciendo cosas y gritando, haciendo ruido, etc., el gritería, no se oyeron los himnos, eran un griterío lo que había. Hay momentos para tener griteríos santos en los servicios. Me gustaría de vez en cuando, más a menudo, que hubiera gritería, no todas las veces, pero sí bastante. Podemos un día hablar acerca de esos griteríos santos, apúnteme eso, un buen sermón, un título, griterío santo o vocerío.
“El pueblo gritó con gran vocerío y el muro se derrumbó.” Hay algo de ese grito de guerra, de adoración que no debemos convertirlo en un ritual vacío pero hay momentos para gritar y hay momentos también para callar y seguir el orden de Dios.
Entonces, yo veo aquí hermanos, rápidamente unos principios espirituales que quiero compartir con ustedes que creo que es lo que más importante. Ya he compartido algunos de ellos, pero yo veo aquí como unos 5, 6 principios de vida para cuando nos encontramos en situaciones difíciles en la vida, cuando nos encontramos en situaciones de guerra y de dificultad.
Número 1, el primer principio que yo veo en este pasaje que nosotros tenemos que fundamentar nuestras vidas en las promesas específicas de Dios. Subraye específicas, de Dios. Cuando te dice, mira, yo tengo algo específico, esa situación de inmigración, esa situación de esterilidad, esa situación familiar, ese hijo que está descarriado, metido en drogas o lo que sea, y Dios te dice, ‘yo lo voy a traer a mi reino,’ cuando Dios nos dice una palabra específica.
La Biblia también está llena de promesas específicas. Dios le había dado a Josué una promesa específica. Mire en Josué, capítulo 6 versículo 2, “entonces Dios le dijo a Josué, ‘mira, yo he entregado en tu mano a Jericó,” y mira cuán específica fue, dijo, “y a su rey con sus varones de guerra.” Esa era una promesa para esa situación específica que Josué estaba confrontando. Y el Señor le dijo, ‘es tuya.’ Y él podía entonces estar seguro de que esa era una realidad para su vida.
La Biblia está llena de promesas de ese tipo. Creo que fue en el servicio de las 9, el domingo pasado, que yo les dije acerca de un dinero santo que Dios me llevó cuando comenzamos este edificio y estábamos en las cosas de encontrar un banco que nos prestara, nadie quería prestar dinero porque era en el tiempo cuando estaba comenzando aquella crisis grande, seria del año 2007, 2008. Y yo estaba preocupado por de dónde iba a salir el dinero.
Nos había dado un estimado de $10 millones de dólares, una compañía que se especializa en presupuestos para construcción, para la construcción de este edificio. Y me entregaron ese presupuesto con todas las cosas que consistía y yo cogí un lápiz, una pluma, eran hojas como de 17 pulgadas por 11, con cientos de diferentes entradas, plomería, hierro, acero, carpintería, alfombras, todo, y yo comencé con lápiz a cortar. Yo recuerdo que por el aire acondicionado y calefacción eran como $350 mil dólares solamente o más. Y yo cogí $350 mil como el siervo infiel crucé eso y puse $150, $200 mil, pero era fiel en este caso.
Saben la historia? Lea la Biblia, por eso tiene que leer la Biblia. Corté electricidad, $275 mil, puse $ 150 mil. Cuando yo terminé de cruzar lo que me decían los estimadores, de esos $10 millones de dólares quedaban $4.2 millones de dólares y yo dije, por esta cantidad, con la ayuda del Señor vamos a hacer el edificio. Y escribí, que no lo he encontrado porque no he tenido tiempo de buscarlo, yo tengo todos esos papeles por ahí, escribí debajo, a la mano derecha, presupuesto profético, $4.2 millones de dólares.
Poco tiempo después yo me encontré, era verano, saliendo de mi carro en donde vivimos, en Somerville y cuando me bajé del carro puse el pie y vi una papeleta de $1.00 dólar ó $2.00 dólares y la recogí, y claro, qué voy a hacer? Me la metí en el bolsillo, no, fui espiritual y dije, eso yo voy a aguantar a que Dios me de $20 dólares. No, la cogí rápidamente. Caminé un poquito más, una de $5.00 y yo dije, guau, esto se está poniendo bueno. Entonces, seguí un poquito más, hermanos, $1.00 y yo dije, bueno, Dios me está diciendo algo.
Estamos hablando de un área, yo busqué por un área como de 50 pies por 50 pies. Comencé a buscar, porque yo dije, Dios me está diciendo algo y tiene que haber más dinero por aquí. Yo no sabía lo que Dios me estaba diciendo. El caso es cuando yo terminé, hermanos, tenía $43.00, dos de $10, dos de $5 y 12 ó 13 de $1.00. pero era una cosa, que yo me metí debajo del carro para mirar, me fui a las otras cosas, encontré dinero tirado por todas partes, hermanos. Yo no sabía que iba a dar esta ilustración porque lo tengo allá, yo llamo a eso dinero profético, nunca lo he gastado, está ahí en una gaveta.
Dios me dio por cada $100 mil dólares de gasto que yo había puedo con el presupuesto original, me dio $1.00, eso fue lo que yo entendí. Ahora, hubiera sido $42 pero eran $43, ese extra dólar fue que Dios me dio, esto es una ñapa para ti. Y sabe que es bien interesante esto, pero nosotros no se suponía que termináramos el cuarto piso porque no había dinero, ni siquiera con ese presupuesto grande que nos dieron para hacer el cuarto piso. Y Dios nos permitió hacer ese cuarto piso y también nos permitió los dos puentes que están allá afuera, y compramos sillas, alfombras, sistema de sonido, de proyección. Nada de eso estaba contemplado en ese presupuesto. El Señor se mostró fiel.
Pero yo entendí que Dios me estaba dando una promesa específica, en ese momento raro que yo experimenté. Cuando tu recibes una promesa así, específica, fundamenta tus acciones en esa promesa. A Meche Dios le dijo, ‘en casa no faltará nada.’ Y Meche me lo dijo al principio del proyecto, Dios me habló y me dijo, en mi casa no faltará nada.
Ahora, hay promesas en la escritura específicas también, hay tantas promesas que Dios… yo soy tu sanador, por ejemplo, es una promesa muy poderosa para nosotros. La Biblia está llena de grandes promesas de Dios y nosotros tenemos fundamentarnos en esa promesa. Cuando tu necesitas algo en tu vida ve a la palabra del Señor y di, Padre, tu palabra dice tal cosa, yo la creo y por esa palabra yo recibo tu bendición.
No tenemos tiempo para desarrollar eso más, pero fundamenta tu vida en las promesas y entonces tienes que conocer cuáles son esas promesas, estudia la palabra, llénate de la palabra para que tu puedas apelar al Padre directamente y pedir e interceder a la luz de esas promesas. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa. Padre, dile al Señor, Papá, tu has dicho que seré salvo yo y mi casa, eso quiere decir mis hijos, mi esposo, mis seres queridos, es una promesa que tu puedes usar. Promesas específicas de Dios.
Segundo, para rompe brecha, para entrar en la bendición de Dios, asume la bendición general y el favor de Dios en todo lo que tu hagas y emprendas. Esto es importante. Hay una diferencia entre una promesa específica que Dios te da y la bendición general que Dios te promete en la cual tu habitarás como un hijo de Dios. y tu tienes que vivir tu vida creyendo que el favor de Dios está contigo dondequiera que tu vas.
Que tu eres favorecido por Dios, que como un hijo de Dios tu tienes el viento de Dios detrás de tu nave guiándote hacia la bendición, a la prosperidad, a la salud, a la victoria, que el hecho de que tu perteneces a un linaje bendecido, justificado, sanado, tu puedes creer que dondequiera que tu vayas el favor de Dios irá contigo. Amén.
Lo que dice el salmista, ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. Aleluya! Hay una cosa que es la promesa específica de Dios para una situación pero hay otra cosa que es la promesa general de que tu habitas en el favor, que tu eres muy favorecido.
Cuando el ángel se le aparece a Gedeón le dice, Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Cuántos creen que el Señor está con ustedes en su vida? Qué le dijo Samuel a Saúl cuando lo bendijo y lo ungió, “ahora cuando estas señales caigan sobre ti y se realicen has lo que te venga a la mano porque Dios está contigo.”
Hay algo cuando una persona habita en el favor de Dios, en esa condición de ser hijos y de habitar en la prosperidad general de Dios, el shalom de Dios, eso quiere decir que cuando tu camines la bendición de Dios estará sobre ti, estará sobre tu vida.
Yo creo eso, hermanos, desde niño me he creído como un favorecido de Dios. Antes de yo entender el principio espiritual que fundamentaba eso, yo siempre he creído que soy un niño añoñado, chineado de Dios. y yo tengo el favor de Dios que por lo tanto yo puedo habitar en lugares deleitosos, que las cuerdas me han caído en lugar deleitosos, como dice la palabra.
Entonces es lo que siente un niño cuando ha sido cuidado, amado. Yo pensaba esta mañana, les decía a nuestros hermanos, nuestros 3 nietos que viven en Nashville con nuestra hija Abby y Miguel, yo veo que esos niños, para gloria de Dios y siempre sea así, son el objeto de tanto amor, todas sus tías, sus abuelos, sus primos, hay tanto amor en la familia y siempre se les está diciendo, we love you, you’re beautiful. Tu eres inteligente. Se le está dando atención, gracias al Señor, habitan en un hogar donde hay armonía.
Sabe que un niño que crece en un ambiente así yo creo que en la mayoría de los casos va a crecer como una persona confiada, saludable emocionalmente, que tiene una auto estima sana y que se atreve a emprender cosas porque se le ha afirmado, se le ha dicho que vale, que es amado, que es preferido. Ese niño tendrá en su subconsciente como una protección que le permite caminar la vida esperando cosas buenas, porque eso es lo que ha recibido tda su vida.
Pues ¿sabes qué? Eso es lo que nosotros debemos sentir. Nuestros Padre Celestial que nos ama, que dio a su Hijo por nosotros, que nos justifica, que nos ha perdonado, que tiene buenos propósitos para nosotros, entonces vive tu vida con esa expectativa, porque cuando la expectativa, el favor de Dios esté dentro de ti, que aún tu durmiendo, tu estás pensando en el favor de Dios, aún mientras estás manejando, caminando por la calle, tu habitas en el favor de Dios. Eso se convierte en un imán que atrae la bendición y se convierte en un aliado que te invita a emprender cosas grades porque ya la bendición de Dios está sobre ti y tu te atreves a emprender cosas audaces porque Dios te ama, Dios está contigo, Dios te ha prometido su favor.
Josué tenía esto Dios le había dicho al inicio de su ministerio, “yo estaré contigo dondequiera que tu vayas. No temas ni desmayes, yo te he entregado toda la tierra que pise la planta de tus pies.”
Entonces Josué sabía que su ministerio y su vida estaban descansando en el favor de Dios y entonces él podía emprender. Fíjese que hubo dos promesas en la vida de Josué, una es una promesa general, toda la tierra que pise la planta de tus pies. Y una promesa específica, yo te he dado la ciudad de Jericó con su rey y todos sus hombres de guerra.
Entonces, nosotros tenemos que aprender a movernos tanto en la promesa específica como en la promesa genérica y general de bendición. Si ustedes entendieron lo que yo estoy diciendo estarían gritando subido en esos asientos, dando maromas sobre el asiento, que es una promesa de Dios, una gran bendición que Dios tiene para nosotros. Amén.
Dos cosas he dicho, promesa específica que Dios nos da en su palabra y en nuestra vida, la bendición general y el favor de Dios en el cual habitamos.
Número 3, ejercítate en la fe, aumenta tu fe. La fe, dice la palabra, que es la certeza, la convicción de lo que no se ve y la certeza de lo que se espera. Fe es algo misterioso y difícil de definir pero es posible crecer en fe. Pero la fe, dice la Biblia, que sin fe es imposible agradar a Dios. La fe es el conducto a través del cual corre la energía divina. La fe es la pista de aterrizaje donde aterrizan las promesas divinas y se convierten en realidad.
Nosotros tenemos que pedirle al Señor que nos ayude a crecer en fe porque la fe es lo que hace posible la realización de las cosas que Dios ha declarado. Si tu te acercas a Dios, dice la Biblia, tienes que creer que él existe y que él es galardonador de los que confían en él. Y la fe no es una sensación emocional, la fe es algo diferente, es una esencia que más bien reside en la dimensión del espíritu que en las emociones. Y voy a decirle algo acerca de eso.
Pero entonces hay que crecer en fe. La pregunta, quiero ser práctico, cómo podemos crecer en fe? Rápidamente apunte 2 ó 3 cositas allí. 1. Comienza con cosas pequeñas, dónde está tu fe y para qué da y de ahí comienza a estirarte hacia cosas más grandes. Construye desde allí. Yo recuerdo hace años cuando nos entregaron un edificio nuevo regalado, no era nuevo pero era regalado y bellísimo en Cambridge. Nosotros alquilábamos espacio en el South End y a los 6 meses de estar allí Dios nos dio un edificio completamente gratis de una iglesia que había entregado el espíritu y ya no quedaban sino una puñada de viejitos, se habían ido y el edificio había quedado para nosotros.
Y cuando el pastor que fundó nuestra iglesia, Juan Vergara, nos dijo, éramos un grupito como de 20 personas, 30 personas como mucho, cuando Juan Vergara nos dijo, y yo era un líder, tenía unos cuantos meses en la iglesia comenzada y estaba en la intimidad del pastor, y él me dijo que ‘nos han entregado un edificio,’ y fuimos a verlo y yo vi que era un edificio grande. Usted sabe, yo tenía en ese tiempo como 25 años, 27 años, y sabe, para mi vergüenza cuando yo vi ese edificio, sabe lo que yo le dije? Pastor, nosotros no podemos coger este edificio, cómo vamos a pagar la calefacción? Óigame, yo recuerdo eso y me da vergüenza porque mi fe daba solamente para algo mucho más pequeño que eso. Gracias a Dios que este era un hombre de fe y él metió la mano y cogimos el edificio y claro, nunca faltó nada.
Yo recuerdo cuando los inicios de nuestra jornada para venir aquí a Boston, que para mí pedir los $100.000 primero que yo creía que iba costar ese edificio, arreglarlo, yo sudé y bajé como 20 libras antes de venir ante la congregación para pedirles $100.000 que después terminó siendo muchos cientos de miles de dólares más. Mi fe no daba. Hoy yo pido millones y ustedes los pobres están ahí sufriendo, otra ofrenda más. Yo sé que muchos están rogándole al Señor que ya no haya más ofrendas por muchos años por delante.
Yo le pude creer al Señor ya hace unos años por un edificio completo, grande como este. Porque mi fe había aumentado. Entonces comienza pequeño y comienza a pedirle al Señor por cosas que son realistas y que tu puedes… tu fe da, y poco a poco según tu veas la bendición de Dios, Dios te irá dando fe para mayores cosas, comienza pequeño.
2. Satura tu mente con la palabra de Dios. al tu aprender estos principios, por ejemplo, si tu lees el libro del Capítulo 6 de Josué, estúdialo, métetelo en tu mente, saca tiempo para exprimirlo, triturarlo como esos huesitos de pollo que uno los coge y los tritura hasta que no queda nada, polvo solamente, el tuétano, sácale la carne, los tendones, todo, cómetelo todo, la piel. Deja que esa palabra se meta dentro de ti y que los paradigmas de la palabra de Dios, las estructuras de fe te formateen tu mente de manera que tu pienses como piensa la palabra de Dios.
Entiende lo que estoy diciendo? Lea la palabra porque la palabra se va a meter dentro de ti, la palabra viva de Dios se va a hacer vida dentro de ti y va a pensar y se va a mover a través de ti, pero hay que estudiar la palabra, hay que leerla, hay que metérsela por los ojos y por la boca, por los dientes, por todas partes. Satura tu mente con la palabra de Dios.
3. declara las promesas de Dios verbalmente en tu vida. Habla positivo, habla fe, cree que Dios es poderoso para cambiar tu situación. No te quedes solamente aplatanado, que esto es demasiado grande, que esto es un problema, que no tengo dinero, que estoy enfermo. No. di la palabra, la promesa de Dios para tu vida.
Una de las cosas que me gusta acerca del salmista David es que muchas veces él dice, por ejemplo, mis enemigos me han rodeado, me están persiguiendo, como perro se han tirado sobre mí para devorar mis carnes. Pero no se queda ahí, dice, pero yo en Jehová he confiado. Mi Dios es poderoso, Dios me va a sacar hacia adelante. Dios está conmigo como poderoso gigante, Dios es quien fortalece mi mano para doblar el arco de bronce. David reconocía su realidad pero entonces decía, pero Dios es poderoso para romper esa realidad y llevarme a otro nivel.
Acostúmbrate a hablar positivamente. Acostúmbrate a declarar los buenos propósitos de Dios y tirarle una pedrada a esa situación de tu vida diciendo que Dios es poderoso y creyendo. Habla, declara la verdad de Dios en tu vida.
Finalmente, no bases tu vida en sentimientos, sino en las promesas de Dios. aunque tu mente te diga, esto no va a funcionar, esto es demasiado grande, es demasiado difícil, muévete por fe. Yo les digo, hermanos, muchas veces yo emprendo algunas cosas continuamente, no tengo tiempo para ilustrar esto, pero hay tantas cosas que en mi vida yo emprende y muchas veces cuando las declaro y me meto en un proyecto y digo, vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro, ya sea aquí con los [inaudible] de Nueva Inglaterra, con los cuales trabajo, y después yo digo, ¡guau! en qué yo me he metido? Yo siempre metiendo la pata, abriendo la boca, diciendo esto, diciendo lo otro. Me entra miedo, yo creo que es algo diabólico, a veces me entra un sentido como de desánimo y de negatividad, pero gracias al Señor que yo he aprendido que yo no me dejo llevar por mis sentimientos.
Yo opero en fe, yo me muevo por fe. Si Dios lo dijo yo lo voy a hacer, y Dios ya bregarán con mi neurología. Eso es problema de mis emociones. Y yo veo que siempre Dios abre el mar delante de mí, nunca me deja quedar en vergüenza. La mitad del tiempo yo estoy peleando con mis sentimientos negativos y simplemente caminando.
La imagen de un piloto en un jet viajando a 32000 pies de altura en una noche oscura completamente, con nubes debajo, no tiene ninguna manera de él visualmente orientarse, no puede decir, ah, mira ahí está el Empire State Building, ya sé que estoy cerca de Nueva York. No hay nada que él pueda ver. Noche cerrada, en el medio del océano Atlántico, agua por dondequiera, de qué se lleva el piloto? Los instrumentos que le dicen, tu vas norte y estás en tal configuración, y estás aquí, y estás a esta altura. Él solamente se dirige por sus instrumentos, no puede guiarse por sus ojos. No puede guiarse por sus oídos, no puede guiarse por los olores. Ah, mira ahí hay una pupusería, ya sé que estamos cerca de El Salvador. No, nada. Simplemente… hay pupuserías? Esa palabra se usa? Okay.
Simplemente por los instrumentos. ¿Verdad que sí? Y a veces uno tiene que navegar por la palabra de Dios, solamente lo que Dios dijo. No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluya!
Y mis hermanos que me ven están entusiasmados, están nerviosos señalándome, pastor, mire la hora. Han aprendido muy bien de mí. No aprenden las cosas buenas pero sí las malas. No, estoy jugando. No bases tu vida en sentimientos sino en lo que Dios ha declarado. Obediencias. Sigue las instrucciones de Dios.
Josué recibió instrucciones bien claras. 6 días, 6 veces, una vez cada día. La gente no grite, no hable. Al séptimo día 7 veces, cuando oigan los chofares griten entonces y los muros se caen. Obediencia, obediencias, obediencia. Muchos de nosotros creemos que sabemos más que Dios y queremos mejorar un poquito las fórmulas que Dios nos da. La Biblia dice que no seas sabio en tu propio entendimiento. Seamos humildes, dejémonos guiar por la palabra, las instrucciones divinas. Obediencia. Obediencia. Seguir los principios de la palabra de Dios. Tu no puedes ser bendecido si estás en desobediencia, estás en rebeldía con Dios.
Otro principio, persistencia y repetición hasta que veamos la bendición de Dios. qué tenía que hacer el pueblo? 6 veces y después 7 veces al séptimo día. Persistencia. Dios quería plasmar en la mente de su pueblo principios y paradigmas de vida. Muchas veces los milagros de Dios requieren tiempo y si tu te rajaste, como dicen los mexicanos, la primera oración y ya como no viste una respuesta te diste por vencido, perdiste la bendición. Muchas veces hay que persistir, hay que dar 7 vueltas, hay que dar 13 vueltas. Hay oraciones que yo tengo delante de Dios durante 30 años y todavía no las he visto respondidas. Pero cada día así como me cepillo los dientes, le traigo y le recuerdo, Señor, tu has dicho esto. Tu has dicho lo otro. Hay situaciones que se van a tomar tiempo para que tu puedas entrar en la bendición que Dios tiene para tu vida. Hay que insistir delante de Dios y recordarle una y otra vez.
Búsquelo en su tiempo. Debida diligencia humana, hacer la parte tuya, no esperes que Dios lo haga todo. Había hombres de guerra armados, listos para entrar en la batalla cuando Dios hiciera su parte. Qué estás haciendo tu para que la bendición de Dios que ha sido declarada en tu vida se haga una realidad?
El poder del simbolismo profético. Hay algo cuando hacemos cosas proféticas que rompen ataduras en nuestras vidas, eso que hicimos el domingo de ir allá y quedarnos allá, yo lo vi como un acto profético. Hubiéramos podido venir antes, de hecho no pudimos grabar el servicio que se manda a muchas partes, gente que quería ver el servicio, que estaban preparados, no lo pudieron ver pero yo sentí claramente, Dios me dijo, esto es un acto profético.
En el servicio de las 9 una señora que quería cantar. Yo generalmente no permito que la gente venga con improvisaciones, si yo no la conozco sobre todo. Yo morí como 10 muertes en ese momento por muchas razones, pero yo creo que algo pasó en el mundo del espíritu, rompimos barreras y hubo una gran bendición con yo permitirle a esa hermana sencilla de corazón, bendecirnos con ese cantico titubeante y humillamos. Algo allí dentro de mí se murió como 17 veces. El orgullo, el control, el querer que las cosas salgan bien, la excelencia, todas estas cosas, a veces yo soy un hombre de orden pero también creo en el caos santo muchas veces. A veces hay que humillar el intelecto. Muchos de nosotros no hacemos cosas que Dios quiere que hagamos porque… now you know how I feel, Sam, many times.
Hermanos, muchas veces hay que humillar el intelecto. Hay cosas que Dios quiere que tu hagas y tu no las haces porque qué van a decir su esposa, tus hijos, si te ven cantando, tu nunca has cantado. Canta en el nombre del Señor, aunque sea desafinado. Levanta la mano. Hay que hacer actos proféticos para romper las ataduras.
Finalmente, la metodología y la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres. Qué metodología más loca de gritar 7 veces al final y de cada día ir tocando con os chofares, etc. una locura. Pero Dios usó eso para plasmar la sensibilidad del pueblo de Dios de que son los métodos de Dios no los métodos del hombre, los que hacen la diferencia.
Ellos no tenían por sus propios recursos, no tenían lo que necesitaban, pero Dios les dijo, esta es la forma en que yo quiero que ustedes ganen la victoria. Puede parecer loco, Josué, pero este es mi medicina. y gracias a Dios que Josué le obedeció a Dios y lo hicieron de la manera en que Dios quiso y los muros se cayeron.
Ahí tu tienes algunos principios para tu vida. La palabra de Dios es fiel, si nosotros somos fieles Dios es fiel. Si estás pasando por una situación de lucha en tu vida, cree ahora mismo que el Señor es poderoso.
Vamos a ponernos de pie y confiar en el Señor. Esto yo no quiero apresurarlo, lo siento mucho. Ya yo terminé mi parte aquí, pero tómese 30 segundos porque no quiero… esto es un momento sagrado donde tu tienes que creerle a Dios ahora mismo. Si lo que yo he dicho hace sentido en alguna manera espiritual para tu vida, si hay algo en uno de esos principios, obediencia, actos proféticos, persistencia, lo que sea, estos principios que yo he mencionado, si Dios te ha hablado, coge uno de ellos y métetelo en tu corazón. Fe, pídele a Dios que aumente tu fe, que te de ejercicios que te lleve por un camino de fe creciente. Y cree que esto es una prescripción.
Yo te estoy dando ahora mismo una promesa de Dios con cada uno de estos principios. Y Dios quiere un pueblo victorioso, Dios quiere un pueblo aguerrido, Dios quiere un pueblo que tenga una mentalidad sobrenatural y Dios quiere un pueblo que use las armaduras del espíritu para triunfar en el día malo, para arrancarle de los dientes la victoria al enemigo.
Y Dios nos está llamando a ser un pueblo sobrenatural y a vivir en ese terreno. Algo puede parecer loco, desatinado, pero es la fórmula de Dios para tu milagro. Créelo y recíbelo en el nombre del Señor.
Padre, ahora mismo nos apropiamos de tus promesas, nos apropiamos de los principios de tu reino. Ayúdanos, apresurado como ha sido este sermón, apretado como ha sido, a creer en tu metodología y haznos un pueblo sobrenatural, un pueblo de fe, un pueblo que vea sus victorias en esta época en que tu nos estás entrando. Desatamos el mover sobrenatural de tu espíritu. Desatamos el poder de Dios sobre esta congregación. Desatamos la manifestación de tus dones y tu poder sobrenatural sobre este pueblo, Padre. Creemos que tu estás liberando una esencia de sobrenaturalidad sobre este pueblo y recibimos nuevos componentes, nuevos nutrientes para nuestra vida como congregación. Y te damos gracias desde ya, Padre en el nombre de Jesús. Amén.