Vivir la verdad con amor

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Voy a leer los primeros versos del capítulo 4, lea así la Palabra del Señor, y mantengamos en mente que Pablo está escribiendo desde la prisión: “Yo pues preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbrem soportándoos con paciencia los unos a los otros con amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios, y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos; pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.”

“Por lo cual dice: subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dió dones a los hombres. Y de eso que subió ¿qué es? sino que también había descendido a la parte más baja de la tierra?”

“El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo, y Él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo aquél que es la cabeza, esto es Cristo de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Dios bendiga Su Palabra en esta tarde, oremos: Padre celestial y amado, me pongo delante de Tu Presencia en estos momentos para que Tú traigas Palabra a Tu pueblo, que yo solamente sea un canal pero todo venga de Ti para enriquecimiento de nuestras vidas y almas, todo eso te pedimos, amén.

En este período bíblico, el cual nos ha tocado vivir como una generación, trae consigo unos retos, desafíos que provocan en nosotros el definir nuestra posición y actitud de manera intencional y directa de nuestra realidad como seguidores de nuestro Señor Jesucristo, en un mundo que es influenciado por el intelectualismo y el humanismo. El propósito de estas tendencias es confundir, socavar, separar y dividir lo que hemos sido enseñados, en lo que hemos crecido, lo que hemos escuchado, y lo que la Palabra dice.

En algunos momentos cuando transitamos por esta vida nos viene nuestro pasado, y el pasado muchas veces en ese proceso determina nuestro presente y nuestro futuro. Escuchando al Apóstol Pablo en esta tarde yo quiero decirte, primero: no dejes que tu pasado defina tu presente ni defina tu futuro. La Iglesia de Éfeso estaba en un sitio muy importante ya que el comercio de Asia Central Menor y toda Roma se beneficiaba de ella, y Pablo entendía que esta ciudad refleja un privilegio que tenían con César, ya que le producían mucho dinero, so para los romanos era una ciudad muy importante, lo que va a traer entonces las complejidades de que los creyentes que entren a esta Iglesia vienen de un trasfondo judío, de un trasfondo romano, de un trasfondo greco-romano, de un trasfondo humanista.

¿Y qué es interesante? que el Apóstol Pablo estando preso les dice a ellos: os ruego, les suplico, les imploro que andéis como es digno de la ocasión con que fuisteis llamados, y a esta hora yo quiero que tú que estás conmigo repitas esta frase: vamos a vivir la verdad en amor, ese es el tema de la prédica de esta tarde.

Tal parece que Pablo los conoce bien porque después de hacer esa súplica, que andéis como es digno, él añade “con toda humildad y mansedumbre”, con toda humildad y mansedumbre. Y él añade algo que quizá no aplica ahora cuando dice: “soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.” Dile a tu hermano esta tarde: soportándote con paciencia y con amor. ¿Qué le parece ese ejercicio vocal, no?

Hablando con Roberto esta semana acerca de estos pasajes, Roberto me comentaba de la necesidad de que nuestra gente esté al tanto de que las estrategias y programas que vamos a emprender de Evangelismo tienen que estar fundamentadas en el amor. No pueden estar fundamentadas en mi educación, no pueden estar fundamentadas en mi experiencia, tienen que estar fundamentadas en el amor de nuestro Señor Jesucristo ya que el amor me mueve a mí a compartir la historia.

So Pablo establece primero: “os ruego que andéis como es digno, con toda humildad y mansedumbre” y después añade: “soportándoos con paciencia los unos a los otros” y después añade: “guardad la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.

Para un pueblo en el siglo XXI poder tener éxito en estrategias de Evangelismo y alcance fuera de nuestro edificio tiene que comenzar estando al tanto de que mi motivación y propósito surge de que yo no merezco nada, y lo que he recibido lo he recibido por gracia, y aunque yo no lo entienda sigo ese mandato de que tengo que estar entonces preparado y dispuesto para decirle a otro: Dios te ama, Cristo te ama.

Pablo entonces nos recuerda, tal parece que le está hablando a niños de escuela dominical pero él le está hablando a gente adulta, y les dice: así ya no seremos niños zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza, Pablo tenía la experiencia de estar sobre un bote y él sentir lo que una ola hacía con un bote de lado a lado, y cómo lo rompía, y él compara eso con toda enseñanza que no es bíblica, y cómo eso rompe y corrompe lo que nosotros deberíamos tener en todo momento: vivir la verdad con amor.

Pablo está preso, estuvo dos años trabajando en Éfeso, ya él no está presente en Éfeso, pero Pablo en su mente sabe que lo que Dios le permitió levantar tiene que ser edificado y sostenido, y tiene que estar basado en el amor. Y al final de este capítulo hay una frase que él usa en el verso 15 y 16 cuando dice: “siguiendo la verdad del amor, crezcamos en todo en aquél que es la cabeza, esto es Cristo” y añade: “de quien todo el cuerpo bien concertado, y unido entre sí por todas las coyunturas” o ligamentos dicen algunas versiones, “que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Pablo entiende y nos dice ahora en el siglo XXI que tú y yo somos parte de un organismo, no de una organización, somos miembros de un solo cuerpo y este cuerpo tiene que trabajar de una manera organizada para que obtenga resultados, y lo primero que debemos pensar en esta tarde es: ¿estoy yo como individuo caminando digno delante del Señor? ¿estoy yo caminando digno de la vocación que Él me ha dado a mí?

Y Pablo usa la frase de la coyuntura, y eso me recuerda a mí que Pablo como un buen fariseo y judío sabe de una historia en el Antiguo Testamento en que se usan coyunturas y ligamentos, el valle de los huesos secos en Ezequiel, y mi pregunta es: si estamos caminando dignamente en la vocación con que fuimos llamados déjame decirte algo, Dios te ha llamado a ti a un valle de huesos secos, ya sea tu casa, ya sea tu familia, ya sea tu trabajo, ya sea tu comunidad, ya sea tu entorno o tu ciudad, y para poder tener éxito dentro del valle de los huesos secos, el pasaje dice que Ezequiel fue llevado y puesto en el medio, él no estaba fuera observando el valle, él estaba adentro, y Pablo entiende que para ser dignos de la vocación tenemos que estar realmente preparados y enseñados en lo que realmente somos dentro de una postura completamente real.

Usted y yo reflejamos esa realidad, usted y yo enseñamos esa realidad, y viendo esta realidad con amor el reto entonces es que mi acción va a determinar lo que mi persona realmente es, Dios me ha llamado, Dios me ha equipado, me siento contento, estoy bien, siento que estoy con el Señor, pero es el momento de demostrar y enseñar con hechos palpables realmente dónde está mi compromiso dentro de esa escala de valores.

Yo no necesito que Pablo me repita a mí lo que ya yo debo saber. Nuestro mensaje hacia nuestra Congregación y nuestra gente, ustedes que están sentados, ustedes que son parte de esta Iglesia, ustedes que son parte del Cuerpo de Cristo es y deberá ser: ¿estoy yo viviendo dignamente la vocación que Dios me ha enviado a mí? y si no soy digno porque mi estilo de vida no refleja esa dignidad comencemos con los individuos.

Una vez la Iglesia comienza con sus individuos a edificar las áreas que tienen que ser mejoradas, de entrar nuevamente de un patrón de vivir lo que estamos hablando, lo que estamos predicando, lo que estamos leyendo, una vez el pueblo está unido, todos unidos como un solo hombre, como un solo cuerpo, reflejando lo que Dios nos ha dado y nos ha enviado cuando nos enfrentamos con los retos de esta vida que vienen y van a seguir viniendo, podemos decir y le podemos decir al reto: no tenemos mucho, quizás no somos tanta gente, quizás no tenemos tanto dinero pero conocemos a uno que nos ha hecho dignos en la vocación y yo he sido leal y responsable con mi llamado, cuando llegue ese momento de enfrentarme a esa situación yo puedo decir: Señor Jesús, cuenta conmigo porque yo estoy viviendo dignamente la vocación que Tú me has dado a mí.

Parece que por eso es que tenían problemas en Éfeso porque él tenía que enfatizar un solo cuerpo, un solo espíritu, un solo Señor, una sola fe. Si tienes el primer punto de vivir dignamente la vocación siéntete orgulloso en el Señor que has sido seleccionado para vivir esa vocación, que tú representas lo mejor del Reino. Que yo unido con mi hermano hacemos un pueblo.

Esto de la coyuntura me recuerda que esto es parte del sistema muscular del cuerpo humano y la coyuntura no puede trabajar sola. El esqueleto si no tiene las coyunturas y todos esos ligamentos no se puede mover, ¿cuántos dicen amén por eso? amén, y a veces nosotros sin percatarnos somos así. Okay, Dios me dijo que yo voy a ser músculo, no me puedo pegar a la coyuntura. Dios me ha dicho que lo que voy a ser dentro de Su Cuerpo van a ser los pies pero no me llevo con los ligamentos, Dios me ha dicho que voy a ser pulmón pero no me llevo con el otro pulmón.

Gregory usó una expresión esta mañana acerca de estos que estaban en Éfeso en el ambiente de la magia y se dieron cuenta de que había un Jesús que predicaba, y en ese Nombre se hacían milagros, usted sabe esta gente, ellos buscaban la manera de sacar dinero con alguien famoso y dijeron: vamos a ser jubilados con ese Jesús, so se encuentran con un endemoniado y le dijeron a él: te reprendemos fuera en el Nombre de Jesús y el Nombre en el Pablo predica, ¿y qué dijo el demonio? conozco a Jesús y a Pablo pero a ustedes no os conozco, y un solo hombre acabó con siete. Pero el punto es en esta tarde ¿cuántos conocen a Jesús o cuántos conocen de Jesús? porque esa es la idea. Yo no quiero conocer de Jesús, yo quiero conocer a Jesús.

Mi compromiso no es para hacer sentir bien a Pablo, no es para hacer sentir bien a los Pastores, mi compromiso es que en estos tiempos tan peligrosos la Iglesia tiene que estar decidida y definida, que el que nos llamó nos ha hecho hijos, hijos, hijos aleluya qué bendición, qué beneficio. Cuando yo le digo a otro: te voy a contar mi historia pero es porque lo he leído, es porque ese Jesús llegó también a mi vida y yo lo he experimentado.

Estoy seguro de quién es Jesús y puedo compartir quién es Jesús. So cuando llegue ese momento crucial en la historia de tu vida cuando estés frente al valle de los huesos secos, imagínate: estas comunidades están secas, ¡no tienen vida! y Dios te ha elegido a ti, Dios te ha elegido a ti para que en tu trabajo tú seas ese Ezequiel que se levante en medio de los huesos secos y proclame la verdad con amor viviéndola. Qué privilegio que Dios me ha escogido a mí, Él te ha escogido a ti y te ha puesto en lugares privilegiados.

Esos que trabajan en el sistema de salud que es controlado por la confidencialidad tú estás en un sitio importante. Esos que están en el sistema de educación donde no todos pueden entrar porque yo no tengo hijos en la escuela, el Señor no me ha puesto en la escuela pero tú estás en la escuela, tú eres maestro, tú eres council, ese es tu valle de los huesos secos, esa es tu área.

Ya trabajas manejando camiones, estás trabajando con personas tipo “A”, ese es tu valle de los huesos secos, y Dios te recuerda en esta tarde: anda dignamente de la vocación que Él te ha dado, no te abochornes, no te arrepientas, Dios te ha llamado a ese sitio, alábalo, haz tu trabajo que Él va a hacer el de Él.

Si tu trabajo tiene que ver con limpieza, otro mundo lleno de valle de huesos secos. Si estás cuidando niños y ese es tu trabajo todos esos padres de niños que no conocen al Señor, todos esos son valles de huesos secos, tienes que vivir esa verdad en amor. Si trabajas en el mundo corporativo de América, el mundo controlado por el dinero, el mundo en el que a la gente no le interesa servir a nadie sino conseguir dinero, Dios te ha puesto a ti en ese valle de los huesos secos para que tú seas la diferencia, para que conozcan al Señor a través de ti. En esta tarde tú no estás solo, no te rindas, no nos rindamos, al contrario, andemos con nuestra cabeza alta porque Dios me ha llamado a mí y si Dios me ha llamado a mí Él dará el trabajo, Él hará el resto, mi función es cumplir con mi lealtad y mi libertad.

En un momento crítico, en un momento en el que se cuestiona aún la Palabra del Señor, se cuestiona la perseverancia de esa Biblia, se cuestionan nuestras conductas como creyentes yo te digo a ti: mi conducta no es importante a menos que Jesús esté dentro de mi vida dirigiendo mis pasos y guiándome, yo me siento contento de andar digno de la vocación que Él me ha dado para vivir la verdad con amor, no con juicio, no con condenación, con amor.

Si no podemos trabajar juntos y somos un cuerpos ¿cómo podemos entonces alcanzar al que está perdido? Si los organismos de la Iglesia sea cual sea tu función no pueden trabajar juntos ¿para dónde se moverá el Cuerpo? ¿saben qué pasa? el Cuerpo se queda estático porque no se puede mover. No queremos que nuestra Iglesia sea estática sino que se mueva.

Líder de ministerio en esta Iglesia, escúchame bien en esta hora, Dios te ha puesto en tus manos un deseo, te ha puesto un organismo. Es tu deber como líder reflejar la verdad y vivirla en amor, ¿cómo? con tu otro compañero líder, que representa otra área de nuestro Cuerpo pero sigue siendo el mismo cuerpo. Que tu obra de liderato en donde estés trabajando no sea antagónica ni egocentrista, ni sea para que me reconozcan a mí lo que yo estoy haciendo sino que sea para que Dios vea que yo vivo dignamente lo que Él me ha dado y que yo amo la verdad, y amo la verdad, y la vivo con amor, para que seamos una Iglesia unida no en concepto ni en programación, en el Espíritu de Dios, una sola Iglesia.

En una ocasión en Puerto Rico, ya no es en Nueva York, Puerto Rico, esto pasó de verdad, cuando yo comencé a pastorear en Puerto Rico, yo era bien joven y no tenía mucha experiencia, me había quedado con una familia, una familia que eran como familia para mí, y en una ocasión le pido al papá de esta familia: mira, nuestra casa tiene una ventana que se llama ventana Miami que es con perillas, le faltan como cuatro perillas ¿tú puedes ir el sábado y ponerle las perillas? y me dijo: seguro Pastor, yo voy a ir, okay, él fue y lo hizo. So cuando yo llegué el domingo en la mañana él me estaba esperando primero que nadie para decirme: Pastor, hice mi trabajo, y yo: qué bien, puso cuatro perillas.

A mí se me olvidó en el transcurso del servicio reconocerlo a él públicamente porque él había puesto cuatro perillas en la ventana, a mí se me olvidó, y mi amigo se quedó en su casa por tres meses porque al Pastor se le olvidó anunciar o reconocer que el hermano había puesto cuatro perillas, y en esta época en que estamos viviendo, siglo XXI, los últimos tiempos, lo que estamos haciendo viviendo esa verdad en amor, hágalo para el Señor, hágalo para el Señor. No mire al lado quién lo está viendo, quién no lo está viendo, quién lo va a reconocer, quién lo va a saludar, quién no lo va a saludar, hágalo para el Señor, espere el premio del Señor.

Porque a nosotros los humanos se nos escapa, se nos puede olvidar y no es intencional, especialmente después de los 20 años ¿no? la mente falla. Pero la idea es, así como estamos reunidos ahora tranquilos, contentos, sin dolores de cabeza, somos el Cuerpo de Cristo, somos el Cuerpo de Cristo, vive la verdad con amor.

No importa que el vecino no la viva, tú, tú vive esa verdad con amor. Que el mundo vea que somos diferentes no por lo duro de los gritos que damos o lo que cantamos sino que nuestra vida, en el momento de emitir un juicio emita gracia, emita amor, estamos en el gozo de evitar que la gente vaya al infierno.

¿Sabe cómo se llama la gente, un ejemplo para que practique aquí? domingo en la mañana tenemos mucha gente que viene que vive en la calle, que no tienen casa, que han perdido su dignidad, a esa gente hay que decirle: yo te amo, yo no soy mejor que tú. Cristo llegó a mi vida antes y yo estoy en esa condición porque Cristo llegó a mi vida antes, no porque yo me lo merecía ni porque soy de los favoritos de Él, es porque Él llegó a mi vida antes y me libró de esa vida pero eso me ha enseñado a mí a amar, a amar, a amar porque Dios me ha dado gracia, porque yo fui salvo por gracia, y hay que dar gracia cuando por gracia hemos recibido, pero hay que vivirlo.

No puede haber ninguna manera de permitir que esto pase porque vamos para la calle, tú sabes que en la calle hay que vivir la verdad con amor, hay que ser sinceros, sinceras, ¿cuántos están dispuestos a unirse y reconocer el llamado de nuestro Pastor principal y también de nuestro Dios? estamos en el negocio de rescatar almas con amor, con amor.

En esta ciudad, en esta Iglesia hemos sido bendecidos, muy bendecidos y esa bendición tiene que ser para hacernos más humildes, más humildes porque todo lo que tenemos es por el Señor, eso es bien importante. Cuando el Señor lo llamó nuestro Pastor respondió a ese llamado pero quien lo llamó también te dice: Únete a ese llamado, únete a vivir la vida dignamente. Y cuando yo llegue al cielo que no haya hecho muchas cosas pero me digan: viviste la vida en verdad, fuiste fiel a lo que Yo he exigido y lo que Yo puse. Nunca cambié los valores del Reino, nunca los adulteré. Yo quiero escuchar cuando llegue al cielo: Siervo fiel, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor.

Ahora termina, yo quiero que se miren, mírense los unos a los otros, mírense hermanos, miren ese Cuerpo. Den gracias al Señor por lo que está a su lado que es parte del Cuerpo del Señor Jesucristo, de esa Iglesia poderosa. En algún momento oiremos el sonido de la trompeta y será para responder en una manera positiva, al escuchar el sonido si tú has sentido en esta tarde vivir esta vida dignamente como te ha sido puesto en ti, vivir la verdad con amor, yo te pido que te unas a mí poniéndote de pie en un simbolismo de una sola Iglesia, de un solo Cuerpo. Cuando al cuerpo le pasa algo a uno de sus órganos todo el cuerpo sufre, todo el cuerpo sufre.

Cambiando mi perspectiva, viviendo la vida y la verdad con amor, cuando cambio mi perspectiva contagio a otros con la misma, viviendo la verdad con amor el Señor cumplirá Su misión en mí y cumpliéndola en mí en el Cuerpo, y cumpliéndola en el Cuerpo en esta mañana, en esta hora.

Y repitan conmigo: Señor Jesús, Tú sabes qué órgano soy, permite que mi función sea en unísono con el resto del Cuerpo y que yo sea parte de ese Cuerpo que eres Tú. Ayúdame, cubre mi vida, cubre mi casa, cubre mi familia y dame la autoridad para que cuando esté en el valle de los huesos secos yo pueda seguir viviendo la verdad con amor. Me comprometo a funcionar como órgano de un cuerpo y me comprometo, y me someto a Tu Señorío, voy a trabajar por Tu causa, voy a trabajar para que el Evangelio sea expandido, voy a trabajar por gracia, voy a trabajar por gracia porque Tú me distes gracia y a Ti te lo debo todo.

Señor dame las fuerzas para poder vivir la verdad con amor, toda la gloria y toda la honra es tuya Señor porque Tú eres el Dios del amor. Hermanos, Dios les bendiga.