La cruz y el Dios de gracia

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Lucas, 6:27. Y quiero hablar acerca de la gracia como el verdadero espíritu de la pascua, de la narrativa de la Semana Santa, la gracia al centro de esa narrativa. Pensando que dentro de pocos días, como habíamos dicho durante los anuncios, estaremos celebrando la llamada Semana Santa donde recordamos la pasión de Jesucristo, su sacrificio por nosotros, y su resurrección evidentemente también.

Quiero enmarcar ese tiempo con una meditación sobre gracia, la gracia de Dios y nuestra gracia que debemos también extender hacia los demás. Lucas, capítulo 6:27 dice:

“Pero vosotros los que oís os digo amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, bendecid a los que os maldicen y orar por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla preséntale también la otra, y al que te quite la capa ni aún la túnica le niegues, a cualquiera que te pida dale, y al que tome lo que es tuyo no pidas que te lo devuelva, y como queréis que hagan los hombres con vosotros así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman qué mérito tenéis, porque también los pecadores aman a los que los aman y se hacéis bien a los que os hacen bien, qué mérito tenéis, porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir qué mérito tenéis, porque también los pecadores prestan a los pecadores para recibir otro tanto. Amad pues a vuestros enemigos y haced bien y prestad no esperando de ello nada, y será vuestro galardón grande y seréis hijos del Altísimo. ¿Por qué? Porque él es benigno para con los ingratos y malos, sed pues misericordiosos como también vuestro Padre es misericordioso.”

El Señor bendiga su palabra. Yo les decía que esta semana que se acercan y de hecho en la tradición cristiana de muchas diferentes denominaciones está esta idea de esos días que celebramos en mira hacia el domingo de resurrección y para muchas iglesias y muchas ramas del cristianismo, esas semanas antes del domingo de resurrección son semanas de recogimiento, de meditación, de pensar en los diferentes eventos que acompañaron el proceso que Cristo vivió camino hacia la cruz.

Y yo quería por lo menos tomar este domingo para meditar un poco acerca de esa narrativa, ese relato de la pascua. El Señor me llevó a pensar mientras preparaba este sermón en ese amor inmenso de Dios que lo llevó a extender su vida, su poder a favor de una humanidad sumida en el pecado. La Biblia enlaza el amor de Dios con la salvación que nosotros recibimos.

Juan 3:16, el versículo más conocido de toda la Biblia, “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado su Hijo unigénito,” su único hijo, hay un misterio allí bien grande. El lenguaje de la biología humana pero sabemos que la relación de Jesús con el Padre va más allá de eso que conocemos como hijo–papá, es algo mucho más profundo, pero es una aproximación a lo que es la relación entre el padre y el hijo.

Pero dice que Dios amó tanto a la humanidad que dio a su único hijo para que todo aquel que cree en ese hijo en Cristo Jesús, no se pierda sino que tenga vida eterna. El amor de Dios que fue tan grande que lo llevó a donar a Jesucristo a favor de nuestra salvación. Y eso ya de por sí que un ser entregue algo totalmente único a favor de otros, es ya algo muy ejemplar, muy espectacular. Pero lo que hace de este amor de Dios aún más llamativo es el hecho de que Dios extendió ese amor a los que no lo merecen, ni lo merecían.

Dios no salvó a una humanidad que lo amaba y estaba buscando de él y adoraba al único Dios, sino que extendió su gracia y su misericordia hacia una humanidad que estaba perdida en el pecado, totalmente ignorante de él y hacia esa humanidad el Señor extendió su amor. Una humanidad que no lo merecía.

Y eso nos lleva a meditar en lo que es la gracia. Ese concepto de gracia, caris en el griego original, es bien importante en toda la teología cristiana, está detrás de esa idea de la gracia o caris, es esa idea de dar algo de valor a alguien o algunos que no lo merecen, esa es la idea cuando hablamos de la gracia de Dios, caris. De donde viene la palabra caridad, por ejemplo, es esa idea, de la caridad o el amor de Dios, la gracia de Dios que asignó a su Hijo a una humanidad que no lo merecía.

Se ha dicho que gracia es darle a alguien lo que no se merece y no darle a alguien lo que se merece. Y si usted examina esa idea eso es lo que Dios hizo con nosotros, nos dio algo que no merecíamos, nos dio la salvación, reconciliación con él, nos dio a su Hijo Jesucristo para que fuéramos salvos por medio de él, y nosotros no estábamos ni siquiera deseando eso. La humanidad estaba muy contenta en ese tiempo cuando Cristo vino al mundo, estaba sumida en su pecado. Luego vamos a ver un poquito de eso.

Es decir, que Dios nos dio algo que no nos merecíamos. Pero también hizo algo maravilloso y es que no nos dio lo que merecíamos, porque en ese estado pecaminoso de haber ofendido la ley de Dios, lo que nosotros merecíamos era ira, castigo, justicia, pero Dios no nos dio eso, sino que nos dio reconciliación por medio de Cristo Jesús, nos dio el perdón de los pecados.

Si usted puede ir a Efesios, capítulo 2, un momento, del 3 al 5, allí dice:

“Todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, es decir, nuestra carnalidad, nuestra humanidad irredenta, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos – porque el pecado no es solamente los pecados inmorales con los cuales asociamos normalmente el pecado, pero qué de vivir solamente conforme a la razón, como vive tanta gente, conforme a la ley del tiempo y el espacio, creyendo que la vida es puramente horizontal, lo que está contenido dentro de esta realidad que nosotros vemos, tocamos, palpamos, porque dice aquí:

“… la voluntad de la carne y de los pensamientos…” Sabe que la tiene una enemistad no solamente contra la parte animal nuestra sino con la parte puramente racional muchas veces que trata de limitar el mundo a lo material y a lo que podemos constatar con nuestros cinco sentidos, empobreciendo lo que es la experiencia humana que va mucho más allá, infinitamente más allá de lo puramente material, temporal. Y hay mucha gente que se irá al infierno no porque sean grandes pecadores sino porque han limitado a Dios a la razón, grandes intelectuales, grandes filántropos, grandes hacedores de bien, grandes músicos y artistas que por su racionalidad no han podido acceder el misterio de Dios.

Y es importante que Pablo haga esa aclaración porque la mente puede ser tan enemiga de Dios como lo puede ser la carne. Entonces él dice, “la voluntad de la carne y de los pensamientos y éramos por naturaleza hijos de ira lo mismo que los demás.”

En otras palabras, por naturaleza, eso es algo bien interesante porque Pablo está diciendo aquí que la verdadera naturaleza del hombre, la mujer, que no ha tenido un encuentro con Dios es ser un hijo de ira. En otras palabras, carne de cañón como dicen por allí. Tu estás destinado a la muerte. Estructuralmente tu eres un reo de la ira de Dios y se requiere un acto de gracia de parte de Dios para cambiar tu estado de ira a un estado de reconciliación y trato con Dios.

Por eso es que todo ser humano no importa cuán desarrollado sea en benevolencia, en buenas intensiones, en buenos actos, si su vida… es como una reacción química, se necesita un catalítico, una energía que rompa las divisiones entre diferentes esencias y las haga una sola y las una, si no se da esa chispa enérgica de Dios uno se queda muerto, un hijo de ira. Ahora cuando Cristo entra en nuestra vida, cuando estamos en relación con él, esa chispa de vida añade exactamente la cantidad de energía que se necesita para crear algo diferente. Y eso es lo que se llama nacer de nuevo.

Por eso es que Cristo le dijo a Nicodemo, un fariseo bien desarrollado, un hombre muy intelectual, muy religioso, Nicodemo vino donde Jesucristo para hablarle de teología y esto y lo otro y para impresionarlo con su conocimiento y el Señor lo paró y le dijo, “un momentito, si tu no naces de nuevo, si alguien no naciere de nuevo no puede entrar al Reino de Dios.” eso que la Biblia llama nacer de nuevo quiere decir precisamente cuando Dios activa tu espíritu y te convierte de un mero ser biológico a un ser verdaderamente espiritual, activado por Dios y entonces tu naturaleza humana, carnal, terrenal, adquiere otra dimensión. Tu naces de nuevo.

Y si no se da ese proceso tu te mantienes como una materia inerte, puramente existiendo en el tiempo y el espacio, pero no tienes el espíritu de Dios activado dentro de ti porque esa es tu verdadera naturaleza, ser reo de ira.

Entonces habla de que éramos prisioneros por naturaleza de la ira lo mismo que los demás, pero mire el versículo 4, “pero Dios que es rico en misericordia, en gracia, por su gran amor con que nos amó aún estando nosotros muertos en pecados nos dio vida juntamente con Cristo. Por gracia sois salvos.” Aleluya!

Gracia. Nosotros no merecíamos. Estábamos metidos en nuestros pecados, muertos en nuestros pecados, hijos de ira, pero Dios extendió su misericordia sobre nosotros e ideó un plan de salvación que se llama el Evangelio, las buenas nuevas. Entonces, esta idea de gracia inmerecida es indisociable, no se puede separar de este acto de la salvación.

Y estoy compartiendo con ustedes aquí un poco de teología pero voy hacia un final que es muy práctico. Qué es gracia? Gracia, como dicen algunos significa el amor de Dios en acción a hombres y mujeres que no merecían ese amor. Dios extendió su vida hacia nosotros pecadores que no podíamos levantar un solo dedo para salvarnos a nosotros mismos. Gracias significa que Dios envió a su hijo único a descender en el infierno de la cruz de modo que nosotros culpables pudiéramos recibir reconciliación con Dios y tener diálogo con las cosas del espíritu.

Qué nos dice Romanos capítulo 3, versículos 22 al 24? Dice, “la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo para todos los creen en él, porque no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es Cristo Jesús.”

En otras palabras, otro texto importante es eso que nos dice que la gracia de Dios se hace real en nosotros por medio de un instrumento que se llama Cristo Jesús. Eso es importante para añadirle otra capacidad a este proceso. Dios nos ama, Dios nos redime aunque no lo merecemos, eso constituye un acto de gracia y Dios lo hace a través de su Hijo Jesucristo. Y entonces aquí habla de esto de la fe, de nosotros creer en ese Señor Jesucristo que Dios mandó para nosotros.

La gracia de Dios se activa en un hombre, en una mujer cuando nosotros recibimos a Jesús y lo personalizamos como nuestro salvador, cuando escribimos nuestro nombre al final de esa página que escribe la narrativa del Evangelio, cuando nosotros apropiamos ese acto de gracia de Dios entregando a su Hijo Jesucristo, entonces esto se hace una realidad en nuestra vida.

Y hay muchos textos que podemos usar para continuar desarrollando, por ejemplo Efesios, capítulo 1, versículo 7. Solo quiero montar algo aquí en este momento antes de ir a lo que verdaderamente me interesa. Dice hablando de Jesucristo:

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia en Cristo Jesús que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia.”

Y qué de Romanos 5:17, “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte mucho más reinarán en vida por un solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”

Aquí el Apóstol Pablo está hablando de Adán y de Jesucristo. Cuando ese primer hombre, esa primera generación humana pecó en el huerto del Edén y violó el mandamiento de Dios, eso desató una serie de consecuencias negativas en el cosmos, en la economía humana. El pecado de Adán rasgó ese velo delicado de la perfecta santidad en que Dios creó el universo, entró un elemento de contaminación en el perfecto universo que Dios había creado. Y eso tuvo ramificaciones para toda la tierra que todavía están con nosotros. Es decir, que Adán, Eva, al pecar y violar la ley de Dios hubo unas consecuencias terribles. Pero qué dice? Que el segundo Adán, que es Cristo Jesús, por medio de su acto también, porque Adán pecó por un acto que fue una violación de la ley de Dios, Jesús por el acto de montarse a la cruz, morir por nuestros pecados, neutralizó esa ofensa de la caída.

Y ahora todos aquellos que se acogen a ese acto de gracia de Jesucristo pueden recibir salvación y vida eterna. Entonces el acto de Adán trajo cierto grado de maldad al mundo, pero el acto de Jesús cubrió y sobrepasó la ofensa de Adán. Así que en Cristo Jesús nosotros tenemos una bendición mucho más grande, más extensiva. Y yo creo que también tenemos más obligación entonces de servir más al Señor, en todos los sentidos, ser más fieles al Señor porque ese acto de Jesús fue un acto sin precedentes totalmente maravilloso y con unas consecuencias extraordinarias.

Entonces tenemos esta idea de que Cristo hace posible esa gracia de Dios y nosotros al recibir ese acto de Jesús entonces pasamos a ser beneficiarios de lo que Cristo hizo en la cruz del calvario por medio de la gracia de Dios.

Ahora, mi principal deseo esta tarde, hermanos, no es darles una lección de teología cristiana, eso es muy bueno, lo que yo quiero es establecer el fundamento para algo que para mí es más importante, y yo creo que para ustedes me parece mucho más práctico y más valioso. Esta es la parte de la aplicación del sermón.

Lo que quiero decir es que Dios nos llama a vivir en una manera similar a la manera en que Cristo vivió. Dios nos llama a comportarnos en el mundo con esa misma conducta de gracia y de misericordia por los que no merecen gracia o misericordia. Dios nos llama a expresar ese mismo corazón generoso, compasivo, que Dios puso en evidencia por medio de la cruz del calvario y el relato de la Semana Santa y del domingo de resurrección.

Es decir, lo que yo quiero poner en sus mentes y en la mía es que esa semana santa no es simplemente un evento histórico que recordamos sino que representa un estilo de vida que nosotros tenemos que abrazar. Como Dios es misericordioso nosotros también tenemos que ser misericordiosos. Como Dios es un Dios de gracia nosotros también tenemos que tener gracia para con los demás, porque esta es la esencia del Evangelio.

Sabe lo que hace distintivo el Evangelio, el cristianismo? No solamente en mi opinión, sino en la opinión de muchas personas más sabias y más doctas que yo, el distintivo del cristianismo es eso que está en el corazón del mensaje del Evangelio que es la gracia, la misericordia, el amor. Yo creo que cuando uno compara todas las demás religiones del mundo, claro que sí, son religiones exaltadas y dignas de respeto, pero yo creo que ese elemento de la gracia y de la bondad y el amor para con el enemigo, para con la persona que no merece favor, está en el corazón mismo del Evangelio, el darle a los demás lo que no merecen y no darles lo que merecen.

Esta es la esencia de la narrativa del Evangelio. Y digo esto con mucho respeto, porque cuando hablo de otras religiones quiero que sepan que hablo en una manera muy respetuosa, pero honestamente, hoy en día por ejemplo hay mucha controversia acerca del islam, el islamismo, el mundo musulmán y hay un debate de si islam es una religión de odio y de violencia o no lo es, etc. y cuando yo comparo, de nueve con todo el respeto que se merece el islamismo, y examino los textos del Corán y examino los textos por lo menos del Nuevo Testamento, aunque les voy a mostrar que eso está en todas las páginas de la escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis, es claro que en la narrativa cristiana hay un contenido inevitable que no se puede ignorar y que uno se tropieza con él continuamente cuando uno examina las páginas de la escritura, de un llamado hacia el amor, la misericordia, la gracia, el perdón, la bondad.

Esto es la esencia. Cuando usted le pregunta a alguien acerca de Jesús y sus enseñanzas, mucha gente, aún los que no conocen de la Biblia, qué van a mencionar? El sermón del monte. Sabe que el sermón del monte ha pasado de ser un texto meramente cristiano a ser uno de los grandes legados culturales de toda la humanidad? Mucha gente, aún ateos, conocen del sermón del monte. Y qué es lo que está en el sermón del monte? Esas palabras que yo leí al inicio de nuestro sermón de amar al enemigo, de bendecir al que te maldice, de hacer bien a los que quieren hacerte daño a ti.

Y Cristo mismo lo ejemplificó. Cuáles fueron unas de sus últimas palabras en la cruz? Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Se extendió hacia aquellos que estaban crucificándolo y burlándose de él y buscó una excusa para que Dios los perdonara. Dijo, es que Señor, son ignorantes. También extendió su gracia hacia ese criminal que estaba al lado suyo y que le dijo, “hey, acuérdate de mí cuando estés en tu reino.” Quizás él ni siquiera sabía quién era Jesús pero sabía que era un hombre especial, algo había allí y ese hombre tenía poder, ese ser tenía poder para entrarlo en ese lugar donde él quería estar después de la muerte. Y el Señor no se puso a exigirle una cantidad de cosas, sino que le asignó gracia, le ministró.

Qué cosa más interesante. En la cruz él bendijo a un hombre y lo incluyó en el plan salvador de Dios. Gracia. Y no solamente eso sino que una de las cosas más conmovedoras es que el Señor está allí crucificado y uno no se imagina lo que era la cruz, tan terrible método de tortura, y allí él ve a su madre María, y al discípulo que él amaba mucho, Juan, y se preocupa por qué va a pasar con su mamá cuando él se muera, ya una mujer probablemente un poco más avanzada de edad y le dice a Juan, “Juan, trátala a ella como si fuera tu mamá,” y a María le dice, “trátalo a él como si fuera tu hijo.” Le dijo, “Madre, he ahí tu hijo, hijo, he ahí tu madre.” Y desde ese momento dice que María vivió en la casa de Juan.

Mire al Señor preocupándose por el plan de retiro de su mamá mientras está ahí en la cruz, crucificado. Usted cree que si usted está ahí siendo torturado usted va a pensar en cosas parecidas? Pero es que Cristo rebozaba gracia, su persona es gracia. Cuando la mujer con el flujo de sangre lo toca sin que él se dé cuenta por detrás para robarle bendición al Señor, el Señor ni siquiera se percata, él está haciendo sus cosas, hablando con la multitud, cuando ella lo toca, dice que gracia salió de él y ella fue sanada instantáneamente. Y cuando el Señor sintió esa descarga de vida que salió de él y de sanidad, él dijo, “’Quién me ha tocado?” y los discípulos dijeron, “Señor, pero cómo que quién te ha tocado si tu estás rodeado de una multitud? Todos te están codeando, están empujándose contra ti.” Dice, “alguien me ha tocado porque virtud salió de mí, gracia salió de mí.”

Es que el Señor era como esos dinamos que unos ve en Sommverville cuando yo viajo hay un sitio que está cerrado con mayas protectoras porque ahí hay una estación de electricidad. Si usted se mete allí y toca uno de esas cosas se electrocuta y se carboniza completamente, porque tienen energía, son energía en sí. Si usted se pega de ellos su naturaleza es eso.

La naturaleza de Cristo es gracia y virtud. Si usted se pega a él lo toca, hace contacto con él, virtud sale de él, misericordia, amor, bendición, y esa es la esencia del Evangelio. El hecho de que Cristo entra al mundo por un acto de gracia y sale del mundo con un acto de gracia. Y esa gracia Dios nos dice, ahora yo quiero que tu se la extiendas también a los demás porque esa es la esencia misma.

Hay personas que dirían, bueno sí, eso es cierto, eso está en el Nuevo Testamento pero en Antiguo Testamento es un texto de odio y de genocidio y de guerra y hay unos textos bien difíciles. A veces queremos como dividir la revelación de Dios y es como que el Señor tuvo su tiempo de adolescencia en el Antiguo Testamento y después en el Nuevo Testamento ya se arrepintió de los errores de la juventud y ahora ya es más sobrio, más amoroso, más misericordioso a través de Cristo Jesús. No. toda la narrativa de la Biblia es una narrativa, usted se tropieza continuamente con actos de gracia.

Piense en Génesis capítulo 3, creo que versículo 21, cuando Adán y Eva pecan y el Señor les está diciendo, “Miren, ustedes han cometido un grave error y hay consecuencia, yo se los había dicho. Ahora ustedes han dañado las cosas.” Pero ya el Señor está pensando en la redención y la salvación de la humanidad. Y cuando Adán y Eva participan de ese acto que él les había dicho, no coman de ese árbol, yo creo que era algo simbólico ese árbol, se le abren los ojos. Hasta entonces eran como inocentes.

Cómo pasó eso? no me pregunte a mí. La mente humana es increíblemente maravillosa y multi dimensional y hemos visto muchas veces que cuando yo he hablado de perspectiva, de cómo a veces uno puede estar en un estado y uno se pregunta… a cuántos les ha pasado que están manejando– Quizás yo porque ya tengo unos cuantos años encima –, pero usted está manejando y de momento tiene como un microsegundo de que usted está pensando, dónde estoy? Sí o no? eso le pasa a cualquiera. Pero como que es un microsegundo y entonces como que de momento el mundo vuelve a ensamblarse y usted dice, ah, estoy en Sommerville, en Union Square, y será mejor que ponga la mano en el guía otra vez. Es un instante y entonces usted dice, guau, qué raro, cómo yo me sentía en ese momento?

La mente es maravillosa. Adán y Eva estaban así, yo creo, antes de pecar, se miraban el uno al otro, desnudos, en cueritos en pelotas, como dicen los dominicanos. Y para ellos estaba de lo más chunchun, muy bien, todo bien. Adán miraba a Eva, Eva a Adán y felices los dos. De momento cuando ellos ingieren de esta sustancia que es la que ayuda a discernir el bien y el mal, yo pienso que es como la razón crítica. Es interesante lo que ellos… es el hombre crítico, el hombre racional, la razón se convierte en un obstáculo para tener intimidad con Dios.

Por eso es que muchas veces Cristo dice, el que no se hace como un niño no puede entrar al reino de los cielos. Porque Adán y Eva cuando eran como niños se veían y estaban perfectamente felices y tenían una relación perfecta con Dios, cuando su mente se abre y ellos desarrollan la capacidad para discernir diferentes estados, de momento se dan cuenta, guau, Adán no está tan bonito como yo pensaba. Y comienzan a sentirse incómodos el uno con el otro.

Pero sabe lo que Dios hace? Se convierte en un diseñador de ropa. El primer diseñador de ropa es Dios. Porque dice que Dios les hizo unas túnicas a ambos para cubrirlos. Mire, Dios está enojado con ellos, está viendo que le han dañado la fiesta y ahora va a tener que arreglar este lío en que ellos lo han metido, y sin embargo está pensando en su comodidad y en su confort psicológico. Yo creo que eso fue un acto simbólico del Dios que se preocupa por nosotros, un Dios de gracia, un Dios de misericordia, un Dios de bondad, quería que su criatura…

Es como cuando un niño rompe un vaso y tira el jugo sobre esa alfombra que usted acaba de comprar y mientras usted tiene ira con él, pero se le metió una pequeña astilla en el dedo y usted está preocupada para sacarle la astilla también mientras piensa, ahora cómo voy a arreglar este tollo que ha hecho este muchacho aquí.

Dios es un Dios de gracia. En los mismos albores de la humanidad Dios está mostrando su misericordia, su gracia, su perdón y le está diciendo a la mujer, “sí, la serpiente te mordió en el calcañar pero tu la vas a pisotear en la cabeza por medio de Cristo Jesús cuando él venga.” Estaba pensando ya en la redención que había de venir a través del fruto de la mujer.

Y ustedes recuerdan en el Antiguo Testamento hace unos 3, 4 domingos yo prediqué acerca de Eliseo y los sirios cuando los sirios vienen a capturar a Eliseo y llevárselo cautivo y Dios los pone en otros de esos trances de los cuales estoy hablando. Y Eliseo les dice, “vengan conmigo que yo los voy a llevar a donde ustedes están buscando.” Ellos están como, okay, gracias, vamos allá. y se los lleva y los mete al corazón mismo de Israel, Samaria, y cuando ellos se despiertan de su trance están rodeados del ejército de Israel.

Y qué le dice el rey de Israel? De nuevo, este es el hombre carnal, el rey de Israel representa el hombre que no vive por gracia sino por venganza. Le pregunta a Eliseo, “Papá, qué tu quieres que hagamos, los matamos?” y Eliseo le dice, “No, hombre, cómo tu vas a hacer eso? cómo tu vas a coger a gente que Dios ha entregado en tus manos y los vas a matar? No, vamos a darles comida, vamos a hacerles un sancocho y que coman acá y vamos a mandarlos de regreso a su casa.” Gracia. Ve, el hombre irredento lo que quiere es ojo por ojo, diente por diente, voy a exterminar a mi enemigo, lo voy a matar, lo voy a destruir. Pero el corazón de Dios es, no, dales de comer.

Me recuerda a las palabras de Pablo, si alguien quiere tu mal dale de comer, dale de beber porque ascuas de fuego amontonará sobre su cabeza. No pagues el mal con el mal sino bendice porque con eso lo vas a hacer más reos de la justicia de Dios. No busques tu propia venganza.

Entonces vemos una y otra vez, hermanos, que en el corazón de la escritura está este concepto de gracia, misericordia y bondad. Eso está en toda la Biblia. Y esa idea de Eliseo extendiéndole gracia a los sirios nos recuerda, hermanos, de nuevo la esencia de mi sermón y es que nosotros también tenemos que ser un pueblo de gracia y de misericordia. Congregación León de Judá eso es lo que yo quiero dejar plasmado en tu corazón y en tu espíritu esta mañana.

Nosotros tenemos que ser un pueblo de misericordia y de gracia. Y una de las cosas que hace la gracia es que va en contra de la naturaleza biológica y le da amor y cuidado y atención a los que no debieran esperarlo de nosotros. El Señor dice en Lucas, el texto que leí, en el versículo 32, “porque si ustedes aman a los que los aman qué mérito tienen.”

Sabe que la palabra mérito traducida es la misma palabra en el griego original, coiné, en que fue escrito el Nuevo Testamento, es la misma palabra caris que es gracia. Entonces, el Señor dice, pero si ustedes aman a los que ya los aman, qué gracia están ejerciendo? Porque gracia es cuando tu te extiendes más allá de lo que es normal, común y fácil de hacer.

Qué es lo más fácil? Que si alguien te ama, tu lo amas en retorno. Pero eso no tiene nada de extraordinario, eso es lo que uno hace normalmente en la vida. Si tu haces el bien a los que te hacen bien, qué gracia estás usando? Porque también los pecadores, los que no conocen de Dios hacen lo mismo. Y si tu prestas a alguien que tu sabes que te va a pagar y con un poquito de interés, qué de gracioso tiene eso? la gracia está cuando vienen ante ti y te dicen, “mira, yo necesito $100.00 para pagar la renta,” y tu miras tu cuenta de banco y tu dices, “Bueno, está bien, en nombre del Señor te lo voy a dar,” y extiendes tu mano de misericordia. Eso es gracia.

Gracia es cuando tu invitas a la persona menos popular de la escuela y te sientas a comer con ellos o los llamas por teléfono o lo haces amigo, aunque no es una persona que necesariamente puede ser un buen conversador o un amigo que traiga mucho interés a tu vida. Gracia es cuando tu le das respeto a ese maestro que es torpe en su relaciones con los estudiantes y no sabe cómo ser gracioso con ellos, y tu le das respeto.

Una de las personas que más me bendijo en mi vida a mí hace más años de los que yo ni siquiera me atrevo a decir, yo estaba en una escuela en Nueva York y había un maestro que era una muy afeminado y los muchachos se reían de él, pero era un hombre muy culto, graduado de la Universidad de Yale, enseñaba francés y un hombre muy dado a la cultura griega y todo este tipo de cosas, pero era un hombre de gestos y de modales muy afeminados y los muchachos se reían de él y lo ridiculizaban sin respeto. Yo siempre, aún en esa edad, de 16, 17 años, sentí que este hombre había que darle respeto y había que tratarlo con su rango de maestro. Y así siempre yo lo traté con mucho respeto y me lo gané. Eso ha pasado a través de la vida cuando tu vives en una postura de gracia, Dios te bendice.

Entonces, yo estaba en ese tiempo en un proceso de cambios en mi vida y yo había ido a esta escuela superior porque era una escuela enfocada en ciencia y matemáticas y después me di cuenta que no me interesaba tanto enfocar mi vida sobre las ciencias y las matemáticas y que me estaba interesando mucho la religión, la filosofía, el arte, la literatura, y este hombre un día en un encuentro que yo tuve con él, tuvimos una conversación y yo le dije acerca de mi frustración de que me encontraba en esta escuela, yo había tomado une examen para ir a ella, me había preparado y una vez que estaba allí no era lo que yo quería y estaba frustrado. Y él me dijo, “No te preocupes, mira, yo conozco una escuela donde yo creo que tu encajarías muy bien, y quiero ayudarte para que entres a ella.”

Y entonces este hombre se encargó de buscar información acerca de esa escuela y me ayudó a llenar los papeles. Inclusive me pagó el viaje, una vez que me invitaron, yo había hecho la solicitud a esa escuela, un internado muy exclusivo en el norte de Massachusetts, yo ni sabía que existía ese mundo de las escuelas preparatorias aquí en Estados Unidos, lugares tremendamente privilegiados donde solamente los muy ricos podían ir.

Y él tomó a pecho esa causa, por así decirlo, y me ayudó en todo el proceso incluyendo escribir una recomendación para mí y para gracia y gloria del Señor yo pude entrar a esa escuela a los 17 años, Phillips Academy, una escuela que es muy exclusiva, y eso cambió mi vida, cambió mi trayectoria académica, porque de allí el Señor me ayudó a ir a otra universidad y otra cosa. Pero ese fue un tiempo muy fértil en mi vida personal, intelectual y este hombre despreciado por estos estudiantes, fue el instrumento que Dios usó. Pero yo veo claramente que fue porque yo había visto el valor que había en él más allá de su gesto y de su torpeza social, y Dios me dijo, ¿sabes qué? Te voy a bendecir por eso.

Y hermanos, esa es la gracia en acción. Y tantas veces yo he visto a través de los años que la gracia es lo que defiende y es lo que permite que este mundo funcione. Sabe por qué este mundo está trancado ahora mismo como está Estados Unidos? Es como una máquina que no puede ir ni para adelante ni para atrás. Porque todo el mundo está peleando por mis derechos y lo que yo requiero. Vivimos en un mundo totalmente estéril porque es un mundo de derechos donde toda la gente pelea por sus derechos y el mundo no puede funcionar solamente a base de derechos. Tiene que haber un momento en que alguien ponga a un lado su derecho para que la sociedad entre a otro plano de funcionamiento.

Es como el matrimonio. Cuántas veces uno aconseja parejas y usted escucha a uno y a otro, y cuando usted escucha cada parte, cada uno tiene razón. Hay veces que usted se sienta en la sala – y Meche que hace consejería, podemos decir lo mismo – cuando usted escucha el argumento aislado de cada uno, cada uno tiene razón. A veces yo he tenido que orar, Padre, qué voy a decir? ayúdame, dame sabiduría sobrenatural. Y yo he visto una y otra vez que en el matrimonio a menos que uno de los dos no de un paso de gracia y misericordia hacia adelante, y deje de demandar su derecho y entre en un momento de sacrificio personal, no va a haber sanidad sino que vamos a seguir trancados cada uno demandando lo que es su derecho. Y el matrimonio es algo que exige que haya muerte para que haya vida. Cada uno tiene que morir en algo para que haya vida de la pareja. Alguien tiene que entregar algo, un poco de algo. Tiene que ser, tu das, yo doy, y alguien tiene que ser el primero.

Y en la iglesia es igual. En la iglesia cuanta división hay en las congregaciones a veces. Las iglesias, y le estamos echando la culpa al pobre diablo pero somos nosotros mismos que estamos siempre demandando nuestros derechos. Y si el pastor me pasó por el lado y no me saludó, pues ya lo raí de mi libro, lo saqué de mi libro. Si me enfermé y no me fueron a visitar ya esa iglesia no quiero volver a ella. Si yo quería tocar el piano y no me dejaron, olvídate que ya esa iglesia es una iglesia para la élite solamente.

Si alguien canta desafinado detrás de mí le doy una mirada fea y me volteo porque me está violando mi espacio. Usted ve que eso es lo que está detrás de todas las cosas en el mundo. Todas las atrocidades del mundo es por esa mentalidad de ‘mi derecho.’ El aborto dice, no, ese es el real estate de la mujer, su cuerpo es un pedazo de territorio y nadie puede entrar en él, inclusive la vida que está dentro de ella está sujeta a su derecho y ella puede coger esa vida y en su última semana de vida si ella quiere cortarla y raerla, está bien porque ese es su derecho.

Y así toda la humanidad está… ahora mismo los blancos están peleando por sus derechos. La clase trabajadora, sus derechos; el afroamericana, sus derechos; el latino, sus derechos. Hermanos, el mundo no puede funcionar bajo ese principio de derecho, porque el mundo no puede acomodar todos los derechos de cada individuo, de cada grupo.

Sabe lo que cambia el mundo? una actitud de gracia, misericordia, amor y perdón y generosidad. La fuerza más poderosa del universo es la gracia, la misericordia y el amor. Gracia es como una pedrada que usted le da en la misma frente al diablo cuando usted pone a un lado su derecho, su ira y usted cede para que otro tenga un momento de respiro, y usted dice, “Señor, te entrego este momento de silencio a ti, haz lo que tu quieras.”

Mire, en ese momento la configuración misma del universo cambia. Cuando un hombre o una mujer pone a un lado su derecho para que otros sean y ejerce un acto de generosidad está trabando manos con el mismo Señor de señores y rey de reyes porque él hizo eso, él puso a un lado sus derechos.

Filipenses 2, dice, que haya en nosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús el cual siendo igual a Dios no tomó el ser igual a Dios como algo a lo cual aferrarse sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de hombre, y no de cualquier hombre sino siervo y se hizo obediente y obediente hasta la cruz.”

Y usted ve allí la misma cosa, ese Dios que se dio por ti, que no dije, bueno, mi derecho es quedarme allá arriba en el cielo, glorioso y divino como soy. Él no se aferró a eso sino que lo puso a un lado y se zambulló en la realidad del tiempo y del espacio. Se hizo un humilde bebé, frágil, experimentó todas las sensaciones y tendencias y tentaciones que nosotros experimentamos para que él pudiera constituirse en un representante de la humanidad y ganar liberación y salvación para cada uno de nosotros.

Pero mire lo interesante, cuando uno vive así, yo le decía eso a una joven esta semana con quien me reuní, le decía, mira, vive conforme a la gracia y se un instrumento de la gracia de Dios en este mundo porque este mundo necesita como nunca instrumentos de gracia y constitúyete en un canal de la gracia de Dios aquí en el mundo, que dondequiera que tu vayas tu seas una estación del cielo que Dios puede usar para bendecir a los que están a tu alrededor. Vive así. Sé generosa con tu dinero, con tus conocimientos, con tu tiempo. Bendice, bendice, bendice y da todo lo que tu puedas alrededor de ti en tu vida porque eso es algo revolucionario.

Y lo que yo le decía a ella es que si uno vive así entonces la bendición de Dios cae sobre la vida de uno y uno es bendecido uno mismo y levantado. Porque eso fue lo que le pasó a Jesucristo, cuando él se dio a sí mismo en la cruz del calvario, cuando él entregó su deidad perfecta y se hizo hombre, dice la Biblia, “por lo cual Dios lo levantó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla de lo que está en el cielo, la tierra y debajo de la tierra.”

Eso fue lo que le pasó Cristo Jesús. Yo he aprendido que la gracia es el arma más poderosa que existen en el universo para hacernos felices y para depararnos todo lo que nosotros necesitamos en la vida. La gracia yo digo es el yudo de Dios, es lo que toma la fuerza del contrario y la torna en contra de él.

Cuando un hombre o una mujer guarda silencio ante una ofensa, cuando un esposa o un esposo se remite por un momentito a la misericordia de Dios y no agrede porque está siendo agredido o porque está molesto o lo que sea, cuando una persona cede un puesto en la iglesia para que otro pueda desarrollar su don, cuando alguien baja la cabeza porque le quitaron un puesto, porque la iglesia necesitaba eso en vez de echar pestes y salirse de la iglesia echando rayos y diciendo todas cosas malas de la congregación, y dice, Señor, yo me remito a ti. Sabe que eso se constituye, hermanos, en algo muy poderoso y la persona que aprende a vivir así será feliz siempre, dormirá bien, no tendrá que gastar mucho dinero en los médicos y los psiquiatras, gozará de mejor salud, las úlceras van a disminuir grandemente en una comunidad que ejerce gracia, se lo aseguro. La bendición de Dios va a fluir.

Entonces, mis hermanos, yo les pido y me pido a mí mismo, yo merezco aplicarme este sermón a mí mismo continuamente, seamos un pueblo de gracia, de misericordia y de amor. Y demos generosamente, yo sé que lo que yo le pedí a esta congregación hace unos meses atrás fue algo muy duro y muy difícil de que entregáramos ese servicio de las 9 para que pudiéramos alcanzar a otro sector de la ciudad de Boston, el sector anglo parlante, y que yo les decía, Dios nos ha llamado a ser más que una iglesia latina. Dios nos ha puesto a construir todos estos edificios y nos ha dado todos estos recursos financieros que hemos gozado pero no es para que los atesoremos y pongamos aquí nuestro brazo alrededor. Nadie nos toca excepto si somos latinos y hablamos español, entonces sí.

Yo sé que mucha gente se habrá preguntado, bueno, caramba, hemos dado tanto dinero, hemos hecho esto y lo otro y ahora nos quitan este servicio para dárselo a los gringos, estoy jugando. Pero lo que quiero decirles, hermanos, es que cuando uno se despoja a sí mismo como Cristo se despojó para un ideal más alto, la bendición de Dios cae como lluvias torrenciales sobre una iglesia. Esa es la gracia de Dios.

Yo les animo a vivir de esa manera en su vida. Deje de estar contando las moneditas de su justicia y de su derecho y dé, cuando la carne quiera diga, no, aguanta, guarda los bolsillos. Diga, te voy a enseñar algo, y saque y tírelo al aire para retar al diablo y retar a la carne. Y bendiga y sea generoso y usted va a descubrir una fuente de poder como ninguna otra en el universo y Dios le va a bendecir y le va a exaltar y le va a levantar. Esa es la historia de la semana santa. Esa es la historia del domingo de resurrección. Que Cristo se hizo pobre y Dios entonces lo constituyó y lo levantó de la muerte, rompió la inercia de la muerte y de la tumba y lo exaltó y le dio un nombre sobre todo nombre.

Te gustaría a ti vivir así esa vida de victoria? Sé un hombre, una mujer de gracia, de amor y de misericordia. Póngase de pie un momentito. Vamos a recibir este llamado. Yo soy el primero que tengo que aplicarme eso. Cada vez que manejo por la ruta 93, Señor, yo creo que Dios creó el túnel de Boston para mí solamente para santificarme a mí, para purificarme. Pero es así, hermanos, necesitamos decirnos esta historia una y otra vez.

Pídele a Dios ahora mismo que te haga un hombre, una mujer de gracia y vive en la gracia. Llénate de la gracia de Dios, despójate a ti mismo, hazte pobre para que otros sean ricos, hazte débil para que otros sean fuertes, perdona y desperdicia tu cash que tienes, y confía que si tu lo haces en el nombre de Jesús y para su gloria, nada te faltará, porque el Señor te constituirá en un conducto de su riqueza aquí en la tierra y de su bondad.

Dios solo le confía su poder a aquellos que primero han aprendido a vivir con gracia, recuerde eso. Padre recibimos tu palabra. León de Judá te pide que nos hagas una congregación de gracia, de misericordia, de bondad, una congregación que sea hospitalaria, una congregación de buenas obras, una congregación de buena reputación, una congregación generosa, una congregación que dé y haga el bien sin mirar a quién, una congregación de perdón, de bondad, de amor, de paciencia unos con los otros, Señor, comienza conmigo. Haz esa obra en nosotros, queremos ser un pueblo de gracia, de bondad y de misericordia. Queremos que estas semanas de meditación en la pasión sean más que un acto religioso, sean una realidad en nuestras vidas, que reforcemos el llamado del Evangelio a ser hombres y mujeres de bondad, gracia y misericordia.

Ahora mismo reprendemos la carnalidad, la biología y ascendemos a otro principio que es el principio de la divinidad, el principio de la eternidad, el principio del amor. Ayúdanos a vivir así, Señor. Ese es nuestra ética, nuestro deseo, sé glorificado en nuestra vivencia al estilo de Jesús. Te damos gracias Señor, en su nombre pedimos estas cosas. Amén y amén.