Adaptar una perspectiva sobrenatural (2 Reyes 6:24 - 7:20)

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“... y hubo gran hambre en Samaria a consecuencia de aquel sitio, es decir a consecuencia de aquel ataque, de aquel cerco de la ciudad, tanto así que la cabeza de un asno se vendía por 80 piezas de plata y la cuarta parte de un seah de estiércol de palomas por cinco piezas de plata”. Aclaro aquí con respecto a “un seah de estiércol de palomas”, aparentemente en el hebreo original no es necesariamente lo que supuestamente es en español, es una traducción desafortunada. Es mas bien un tipo de comida muy barata pero no es lo que parece.

“Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó: “Salva rey Señor mío”, y el dijo “si no te salva Jehová, de dónde te puedo salvar yo, del granero o del lagar?”, y le dijo el rey “qué tienes?”, y ella respondió “Esta mujer me dijo: Da acá a tu hijo y comámoslo hoy y mañana comeremos el mío. Cocimos pues a mi hijo y lo comimos. El día siguiente yo le dije “Da acá tu hijo y comámoslo, más ella ha escondido a su hijo”. Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos y pasó así por el muro y el pueblo vio el silicio que traía interiormente sobre su cuerpo. Y el dijo: “así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo, hijo de Saphat queda sobre él hoy.”

Y entonces vamos a saltar al versículo 1 del Capítulo 7

Dijo entonces Eliseo: “Oíd palabra de Jehová, mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo y dos seahs de cebada, un siclo a la puerta de Samaria. Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba respondió al varón de Dios, y dijo: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, sería esto así?” y él dijo: “he aquí tu lo verás con tus ojos, más no comerás de ello”. Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron uno al otro: “Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si trataremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad, moriremos en ella, y si nos quedamos aquí también moriremos. Vamos, pues, ahora y pasemos al campamento de los sirios, si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte moriremos. Se levantaron pues al anochecer para ir al campamento de los sirios, y llegando a la entrada del campamento de los sirios no había allí nadie. Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos y estrépito de gran ejército. Y se dijeron unos a otros: “He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios para que vengan contra nosotros. Y así se levantaron, y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos y el campamento como estaba, y habían huido para salvar sus vidas.”

Versículo 9. “Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien, hoy es día de buena nueva y nosotros callamos, y si esperamos hasta el amanecer nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey”.

Padre bendecimos tu nombre y pedimos que tu palabra descienda sobre nosotros con poder y aclare cualquier cosas que tu quieras aclarar en nuestras vidas, en el nombre de Jesús. Amen.

Hermanos, este pasaje es una continuación del pasaje que estudiamos hace un par de domingos atrás, donde vimos al Rey de Siria que estaba continuamente atacando al pueblo de Israel. Y vimos como el profeta Eliseo iluminado por Dios, obró un milagro de manera que el ejército Sirio fue derrotado y regresado a su patria avergonzado. El profeta Eliseo pidió que su criado pudiera ver la gloria de Dios, y al criado se le abrieron los ojos y vio que estaban cercados ellos de ángeles y de carros de fuego para defenderlos. El ejército sirio fue cegado y confundido mentalmente y llevado al centro mismo de la ciudad de Samaria. Allí el rey les dio de comer y luego los envió de regreso a su patria, derrotados y humillados.

Quien hubiera pensado que después de este gran favor que le hicieron al ejército sirio, ellos hubieran dicho: ‘bueno, nos derrotaron y fueron bondadosos con nosotros, vamos a dejarlo allí y nunca más volvamos a atacarlos.’ Sin embargo, qué sucede? Vemos otra vez que el ejército sirio vuelve a la carga y una vez más sitian a Samaria, la ciudad capital, y proceden a atacar al pueblo de Israel. Y esta vez el cerco es mucho más fuerte que nunca. La crisis llega a la ciudad en una manera terrible, y se nos da una ilustración de cuán terrible es el estado de crisis de la ciudad. Dos jóvenes mujeres con sus niños hacen un trato de que una le va a dar de comer a las dos a su hijo y que cuando se acabe esa comida, la otra va a entregar a su hijo para que también ella lo comparta, tal era el hambre que había en la ciudad. Y la segunda mujer no se avergüenza de ir ante el rey y pedir que el rey “haga justicia” obligando a la otra mujer a que entregue a su hijo para comérselo. Y el rey escandalizado, y abrumado por el estado de crisis en que ha llegado su gente, se desploma prácticamente, y la gente puede ver cuando el camina por la ciudad todo desalentado que está cubierta su piel por dentro de silicio en señal de luto delante de Dios. Y en esa primera parte del relato vemos varias cosas:

1. Yo dije la última vez que comentamos sobre estos pasajes que Siria y el rey de Siria en su odio contra Israel persistente, es un tipo de Satanás en su odio contra el pueblo de Dios. Satanás siempre maquinando y buscando formas de destruir a los hijos de Dios. El elemento del mal siempre tratando de hacer daño en nuestras vidas, buscando diferentes estrategias, poniendo trampas y tratando siempre de destruir el estado de bien de la gente de Dios. Y vemos esto, que Satanás nunca se da por vencido. Fue derrotado una vez, pasa un tiempecito pero luego vuelve una vez más a la carga. Y ahí tenemos una primera lección espiritual para nuestras vidas: nunca podemos bajar la guardia con respecto a nuestra vida espiritual. El pueblo de Dios, y me refiero a ti y a mi, siempre estamos en un estado de guerra espiritual.

Aún mientras nos movemos en el mundo secular del tiempo y del espacio, tenemos que entender que siempre está esa dimensión de la cual hablamos el domingo pasado, esa dimensión espiritual donde se mueven los poderes del diablo y de Dios. Aún mientras vivimos en el siglo XXI, el siglo de la psiquiatría y el siglo de la ciencia, tenemos que entender que esas reglas no han cambiado. Esa insistencia de Satanás la vemos, por ejemplo, en la tentación de Jesús en el desierto. Cuando el Señor fue tentado por Satanás en el desierto, Jesús lo venció varias veces y finalmente dice la Escritura que cuando el Señor finalmente le dijo: “Vete de aquí Satanás, apártate” dice que Satanás se fue y lo dejó por un tiempo. En otras palabras, en muchas otras ocasiones el Señor tuvo que confrontar los esfuerzos del enemigo por desestabilizar y destruir su ministerio.

El apóstol Pablo nos dice que seamos sobrios y velemos porque nuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor y eso es una imagen de insistencia y consistencia, anda alrededor buscando a quién devorar. Y la Biblia también dice que nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra estados y potestades. Por lo tanto tenemos que vestirnos con toda la armadura de Dios. De hecho yo creo que esa es una de las perspectivas o una de las actitudes más importantes del pueblo de Dios que se identifica con una mentalidad sobrenatural. Y recuerden que yo les he dicho muchas veces, que nos ayude como iglesia a adoptar esa mentalidad sobrenatural. Esa mentalidad tiene diferentes componentes y uno de ellos es el componente de la guerra espiritual.

Hay muchos miembros de nuestro Señor Jesucristo y muchas buenas iglesias que a pesar de su buena teología, no tienen en el lugar adecuado, ese concepto de guerra espiritual en la cual se encuentra el pueblo de Dios continuamente. Y eso no quiere decir que le demos mas lugar o más importancia al diablo de la que merece, es simplemente entender que el elemento de la lucha espiritual es algo de gran importancia en la vida del creyente, junto con otras enseñanzas. Tenemos que tener un balance, en otras palabras. Y ese concepto tan importante de guerra espiritual continua nos lleva a un segundo concepto que es parte de la mentalidad sobrenatural también.

2. Y ese es el concepto del poder, de la unción. Ahora el concepto de la guerra espiritual nos lleva a este concepto de tener poder sobrenatural sobre nuestras vidas. El pueblo Pentecostal, el pueblo que se suscribe a una mentalidad sobrenatural por eso insiste tanto en la importancia del poder espiritual también. Por qué? Porque si uno está en guerra, la guerra requiere poder. Por eso es que el apóstol Pablo dice en Efesios 6 que nuestra guerra, es decir nuestra lucha es contra poderes espirituales.

Y entonces concluye: “por tanto vestios de toda armadura de Dios. Ahí está el concepto de poder. Y por eso es que el pueblo de Dios siempre debe estar deseoso y hambriento de encontrar esa fuente de poder. Y eso nos lleva a que como necesitamos poder, ese poder viene del espíritu santo, una vida de intimidad con el espíritu santo, de compenetración del poder que está en Dios por medio de la oración, del ayuno, de la lectura de la Palabra.

No es suficiente venir a la iglesia, o dar diezmo o leer ni siquiera la Biblia. No es suficiente tener mucha información acerca de teología, o digamos acerca de historia de la Biblia o cosas por el estilo. No es suficiente simplemente identificarse como miembros de una religión cristiana. Se necesita siempre estar hambriento y siempre estar buscando esa fuente de poder, esa intimidad con Dios, esa es la clave para una vida victoriosa.

Es decir, esos son dos principios, hay muchos otros, en la vida sobrenatural pero esos dos son muy importantes y tenemos que entenderlos. Y aquí en este pasaje se hace muy obvio ese juego de estos dos principios, donde el rey con todos sus principios y sus buenas intenciones se encuentra impotente para lidiar con este ejército que está insistentemente atacando su nación. Este rey evidentemente está sensitivo al sufrimiento de su gente, pero lo único que puede hacer es lamentarse y ponerse silicio en su cuerpo y adoptar una postura religiosa pero no efectiva contra el enemigo que asedia a su pueblo. Mientras tanto el enemigo va ahogando y estrangulando más y más a la capital de Israel y a toda la nación.

Una de las cosas que me motivó a meditar en este pasaje es que nosotros estamos en un tiempo en que Satanás ha establecido un cerco muy cerrado sobre esta nación y su cultura, vemos que como en el tiempo de este rey la gente ha llegado a un punto de deterioro espiritual máximo como estas dos mujeres lo reflejan. Pero también en este tiempo es lo mismo, es la comparación, vemos que en este tiempo hemos llegado a un deterioro espiritual igual, donde el enemigo se ha apoderado y no hay nada que lo pueda resistir. Aún la iglesia está reducida hasta un simple contemplar esto que está sucediendo y nos estrujamos las manos desesperados sin saber qué es lo que vamos a hacer. Es decir, los organismos oficiales ven el deterioro, y ni la iglesia oficial ni el gobierno oficial tienen en realidad poder para poder cambiar la situación que se presenta.

Este rey saca su frustración sobre por la iglesia poderosa, verdadera, representada por Eliseo. El rey parece que tiene resentimiento contra el profeta a quien identifica con lo que está sucediendo. Por eso el rey dice más adelante: “así me haga Dios y me añada, si la cabeza de Eliseo, hijo de Saphat queda sobre él hoy”. Me recuerda cuando Jesabel hizo una amenaza bastante parecida con el profeta que es anterior a Eliseo que es el profeta Elías.

Cuando Dios envía su juicio sobre las naciones y sobre los gobiernos que se han apartado de Dios muchas veces esos gobiernos reaccionan contra la iglesia persiguiéndola e identificándola hasta cierto punto con el deterioro que está experimentando la sociedad. Y sin embargo vemos aquí que la única esperanza para esa nación cercada por el enemigo es precisamente la iglesia de Dios representada por el profeta Eliseo. El profeta Eliseo decide reaccionar ante la frustración del rey y fíjense aquí la misericordia de Dios, que en vez de Dios enviar su juicio contra este rey confundido y hostil decide intervenir a favor de la nación y salvarla de su situación de aprieto.

Eliseo se acerca a este rey y viene a él con una profecía completamente extraordinaria y fuera de serie. Eliseo le dice al rey: “mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo y dos seahs de cebada un siclo a la puerta de Samaria”. Es como si dijéramos que hay un hambre grande en este país y dijéramos que una libra de arroz cuesta 50 dólares y un pote de aceite de 12 onzas cuesta 75 dólares, y todos los sistemas económicos indican que es imposible que haya un cambio por muchos, muchos años. En ese momento se levanta una voz profética y dice: mañana a esta misma hora, digamos las 10.40 de mañana, esa libra de arroz que valía 50 dólares va a valer 25 centavos y ese pote de aceite que valía 75 dólares va a valer 40 centavos. Imagínese la gente diría, imposible, eso no puede suceder!

Cuántos saben que para Dios nada es imposible. Dios muchas veces espera que las cosas lleguen a su punto de máxima maldad y crisis para entonces intervenir. Lo hemos visto continuamente. En nuestra vida asimismo en nuestras vidas las cosas pueden llegar a su punto de mayor dificultad y desesperación y es el momento que Dios está esperando para entonces entrar con su poder bondadoso y hacer la obra de restauración. Por qué? Porque Dios siempre quiere manifestar su gloria.

Muchas veces El artificialmente establece las cosas de manera que sea claro de que el hombre no tiene la respuesta, y que si se da alguna respuesta tiene que ser por El y no por nadie más. Ese es uno de los temas más constantes a través de toda la Escritura.

Lo vemos en el Libro del Éxodo cuando el ejército egipcio está cercando al pueblo de Israel y el mar está enfrente y no hay nada qué hacer, y el mismo Moisés se desespera y Dios entra y sale con una solución espectacular abriendo el Mar Rojo.

Lo vemos con Gedeón con sus 300 hombres contra un ejército de miles. Lo vemos con David peleando contra Goliat. Lo vemos con Lázaro hediendo durante 4 días en la tumba y el Señor esperando hasta que llegue ese momento para entonces obrar una resurrección. Dios se toma su tiempo.

Y yo pienso, hermanos, que en este tiempo cuando la maldad del hombre parece estar llegando a su máxima expresión es el tiempo precisamente en que Dios quiere intervenir con un poder poderoso de su espíritu, este es el tiempo. Y se necesita una iglesia como lo que representa el profeta Eliseo, con una mentalidad sobrenatural que sea como una antena que pueda recibir el poder de Dios y canalizarlo entonces hacia la sociedad. Una iglesia que esté buscando más y más del poder de Dios, menos del espectáculo y más de la intimidad con Dios.

Esta mañana cuando comenzamos nuestro tiempo de oración, ustedes recordarán, yo les confieso que mi deseo es que un día de domingo ni siquiera hiciéramos más nada que estar todo un servicio en oración. Y pídanle al Señor que me de suficiente valor como pastor para hacer eso, porque a veces uno como pastor está pensando: “bueno, y qué de los visitantes que puedan venir y qué de aquellos que no les gusta orar mucho y se aburran, y me dejo acobardar por eso, lo confieso.”

Pero muchas veces Dios quiere que su iglesia asuma esa mentalidad sobrenatural de no venir solamente al show sino que cada persona que viene, entienda que venimos aquí como guerreros espirituales para buscar la bendición de Dios en nuestra vida. Yo le pido al Señor que todos ustedes y yo podamos crecer en cambiar de formato y de percepción de lo que es verdaderamente venir a la casa de Dios. A qué venimos y qué venimos a buscar? Y que según vayamos nosotros madurando más en el espíritu, se haga posible soltarnos más al fluir de Dios, como Dios quiere en nuestras reuniones y nuestras vidas. Porque es la única manera, yo creo, en que Dios va a hacer la obra que El tiene que hacer en esta sociedad. La situación está demasiado desesperada para que se pueda solucionar con estrategias de hombres.

Como en el caso de Jericó, otra situación desesperante, el muro de la ciudad, el muro de los enemigos de Dios está cerrado, bien cerrado y el pueblo de Dios con su propia fuerza no tiene la capacidad para derribar y romper ese muro y derrotar al enemigo. Solamente por una revelación de la estrategia divina podrá el pueblo de Dios hacer caer ese muro y entrar y derrotar al enemigo. Y así será con nuestras vidas también, porque cada uno de nosotros tiene su propio ejército sirio cercando nuestra vida matrimonial, nuestra vida de salud, nuestra vida emocional, nuestra vida con nuestros hijos, de trabajo, financiera y necesitamos de la estrategia divina, del poder poderoso de Dios para romper ese cerco del enemigo. Y necesitamos usar las armaduras de la fe, por eso es que de nuevo el apóstol Pablo dice “vestios de toda la armadura de Dios”.

Esa es la iglesia que Dios quiere, una iglesia con una mentalidad de poder. Yo me dirijo a todos esos hermanos nuevos en la fe que están viniendo a nuestra iglesia. Yo les suplico que desde el principio se comprometan a adoptar esa mentalidad sobrenatural en sus vidas. No se formen en una mentalidad religiosa institucional. No coman de ese pan viejo que no tiene ningún nutriente dentro de el. Tenemos que beber de ese vino nuevo de la revelación del poder de Dios.

Eliseo sale con un arma totalmente inadecuada por los principios de la razón, digamos. Simplemente una palabra, una pronunciación de una palabra profética. Eliseo declara algo que va a suceder para el otro día, es algo tan revolucionario y tan escandaloso que uno de los nobles del rey se ríe y expresa su escepticismo y dice que eso es imposible aún si Dios interviniera, eso no se podría dar. De nuevo este oficial del rey es símbolo del establecimiento, es decir el ala oficial de la sociedad que no puede pensar en términos espirituales, que siempre está pensando en términos de la razón y conforme a los patrones del hombre y no de Dios. Y qué le dice Eliseo: “He aquí, tu lo verás mañana con tus ojos pero no comerás de ello”.

Por qué, hermanos? Porque cuando uno no tiene fe, nunca va a experimentar en su propia vida los milagros de Dios. Podrás ver a Dios obrar en otros pero tu no podrás experimentar la saciedad, la satisfacción de ver a Dios intervenir en tu propia vida, porque es solo por fe. Por eso es que otro de los conceptos de la mentalidad sobrenatural es la necesidad de fe. Y la fe es el resultado de toda una serie de prácticas en nuestras vidas, que van aumentando. Es como la salud espiritual del creyente, la fe. Como un niño que crece saludable porque se alimenta bien, tiene una buena vida familiar, recibe amor, hace ejercicio y todas estas cosas contribuyen a su vigor espiritual.

Asimismo el creyente de fe llega a esa postura de fe porque ha comido de esa palabra, porque se ha mantenido en oración, porque se mantiene en comunión con otros hombres y mujeres de fe, porque participa de todas esas cosas que van contribuyendo para su fortalecimiento espiritual. La fe es el hilo, el conductor del poder de Dios. Sin eso no podemos recibir la gloria de Dios en nuestra vida.

Inmediatamente después de esta declaración del profeta Eliseo el escenario cambia inmediatamente. Y se nos presenta a 4 hombre leprosos parados en frente de la ciudad, y estos 4 hombres representan algo muy interesante y es el tipo de personas que Dios quiere usar en este tiempo para revelar lo que el va a hacer y está haciendo ya. Estos hombres son representativos de otro elemento constante en toda la escritura. El Dios que usa a las personas que nadie más quiere usar. El Dios que usa a los de abajo y a los de afuera. No había nadie más despreciado en esos tiempos del antiguo Testamento y del Nuevo también, que una persona leprosa. Se les tenía miedo por el temor al contagio, primeramente. Se les tenía miedo también por las deformaciones físicas que causaba la lepra, y se les tenía miedo también porque religiosamente eran impuros y cualquier contacto con ellos también hacía que la otra persona quedara impura delante de Dios, supuestamente. Y por eso los encontramos a ellos en la entrada de la puerta, es decir en las afueras de la ciudad. Y eso representa que Dios quiere usar a los pequeños de esta tierra.

Yo creo, y con esto no quiere echar a nadie al lado, que Dios quiere usar a las iglesias humildes y a veces a las iglesias étnicas de esta nación para traer un avivamiento a esta nación. Las iglesias pobres, a las que nadie está poniendo mucha atención porque no están en los lugares estratégicos, ni tienen el dinero, ni tienen la posición social, pero que son humildes y están deseando, y creen en el poder de Dios. Estos hombres también tienen algo interesante y es que se encuentran en un estado de desesperación, no les importa vivir o morir. No tienen nada que perder, son leprosos, ya están fuera al margen de la sociedad. Su posición física se refiere también a su posición social, espiritual, en todo sentido de la palabra. Yo creo que irónicamente, el hecho de estar afuera es lo que les permite pensar en una forma diferente a los que están adentro, el rey, sus nobles y toda la gente que está en el poder.

Miren lo que dice el versículo 3: “Había en la entrada de la puerta 4 hombres leprosos los que dijeron uno a otro: ‘Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? Si tratáramos de entrar a la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella y si nos quedamos aquí también moriremos. Vamos pues ahora y pasemos al campamento de los sirios, si ellos nos dieran la vida viviremos y si nos dieran la muerte, moriremos.”

Están pensando en una forma muy cuerda. Han llegado al punto de la desesperación. No les importa si viven o mueren, de cualquier manera vamos a morir entonces vamos a entrar en acción.

Hermanos yo creo que los individuos que aprenden a pensar fuera de la caja, fuera de lo oficial, fuera de lo religioso, fuera de lo institucional, esas son las personas a quienes Dios les va a dar la estrategia para llevar a cabo su obra en este tiempo. Aquellos de nosotros que estemos dispuestos a adoptar una actitud de que si vivimos, vivimos y si morimos, morimos.

Esa fue la actitud de Ester, “si perezco, que perezca” pero yo voy a hacer algo, recuerdan. Saben qué hermanos, Dios no te puede usar hasta que tu no entregas tu vida, hasta que tu no adoptes una actitud de muerto aquí en la tierra. El Señor Jesucristo dijo “Si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, es decir no da fruto” recuerdan? “Pero si muere lleva muchos frutos”.

Hasta que tu no entregas todo, tu no puedes recibir el todo de Dios y hasta que nosotros no nos hacemos pobres en nuestra humanidad orgullosa y autosuficiente, Dios no puede entrar con su nueva revelación, con su nuevo vino y llenarnos. Hay que vaciarse para recibir la unción de Dios en tu vida.

El Señor Jesús le dijo al joven rico: “Si tu quieres experimentar la paz de Dios, toma tus bienes y véndelos, toma el dinero dáselo a los pobres y entonces despojado de todo, ven y sígueme:” Pero conocemos la historia, el joven rico no pudo deshacerse de su autosuficiencia, de su posición social y por lo tanto se fue triste y decepcionado.

Yo creo que las iglesias están llenas de personas que están en la iglesia pero que la iglesia no está dentro de nosotros. Que no nos hemos vaciado de nuestro amor al mundo, a nuestro yo, a nuestra comodidad, o a nuestras posesiones materiales. Y todavía estamos como el grano de trigo, entero. Le decimos a Cristo, quebrántame pero estamos cerrados a la obra de Dios en la vida. Y hay todavía mucha gente que dice, ‘no mi tiempo es mío’, ‘mi dinero es mío’, mi familia es mía, mi profesión es mía, mi descanso es mío, mi novela es mía, mi televisor es mío, y cuando el Señor viene y nos pide estas cosas para entrarnos en una dimensión más profunda de su gloria le decimos: “no Señor, ahí tu no puedes entrar porque eso es demasiado precioso para mi”, y hasta que nosotros no llegamos al punto en que le hemos dado todos los títulos de propiedad a Dios y El es quien los tiene en su Reino, no podemos ver la gloria de Dios en nuestra vida. Hasta que no llegamos a la posición de estos leprosos que no tenían nada que dar, no tenían nada que perder, no tenían nada que defender porque lo habían perdido todo ya. Hasta que Dios no nos ha quebrantado, hermanos, hasta que no nos haya llevado a un punto donde no deseamos más que su gloria en nuestras vidas y no tener nada de nosotros sino todo vendido todo a Dios, no podremos ver la gloria de Dios. Por eso es que estos leprosos están en esa posición estratégica en ser los primeros que detectan que la situación ha cambiado radicalmente.

Hay muchas mas cosas que decir pero quizás más adelante continuaremos con este pasaje. En realidad lo que más me interesó a mi de este pasaje es lo siguiente, la situación ha cambiado y nadie se da cuenta. Los sirios habían sido derrotados, habían huido. El pueblo estaba libre para moverse y sin embargo todo el mundo en Samaria estaba con una perspectiva de que todavía estaban cercados y estaban asediados por el rey de Siria. La realidad ha cambiado pero no hay discernimiento para entender ese cambio radical en el pueblo.

La impresión mas grande en este último tiempo en mi vida es que la realidad de esta nación ha cambiado. En medio de una situación que parece terrible allá afuera y no nos damos cuenta de que Dios nos ha entregado al enemigo en nuestras manos y tenemos que darnos cuenta de eso.

En mayo 17, 2004 los homosexuales comenzarán a casarse aquí en Massachussets y sin embargo yo insisto en que este es el tiempo en que Dios ha declarado un cambio en la realidad espiritual de esta nación. Y que ya el pueblo de Dios tiene que comenzar a moverse asumiendo que el enemigo ha sido derrotado y que la tierra está en nuestras manos para poseerla. Que nosotros tenemos que obrar ahora para ir y despojar, como hicieron los hebreos, que llegaron al campamento y se aprovisionaron de todo lo que pertenecía al enemigo y lo usaron para tener una gran celebración y una gran fiesta.

Hermanos, yo no tengo una justificación racional ni siquiera circunstancial para expresar esto pero yo siento en mi espíritu que yo tengo que declararlo verbalmente porque cuando declaramos las cosas como Eliseo, entonces se hacen reales en nuestras vidas. En mi mente yo me digo, Roberto tu estás loco en decir esto en este tiempo, sin embargo yo entiendo que nosotros tenemos que obrar por medio de la palabra profética que declaramos en el nombre del Señor y en fe. Esa es la acción que yo estoy tomando en lo personal en este tiempo. Estoy tomando un gran riesgo al decir esto, pero yo siento que cuando sentimos que Dios nos habla en el espíritu tenemos que hablar por fe aunque nada nos justifique en el mundo exterior.

Yo le digo a este pueblo, hermanos atrevámonos a predicar el evangelio a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a nuestros familiares porque la unción de Dios está en nosotros para traer a la gente a la iglesia. Dios quiere que tu te atrevas a hacer cosas raras y atrevidas en tu vida creyendo que Dios las va a honrar y las va a bendecir, cada uno de ustedes, hermanos.

Comience a orar por la gente para sanidad. Comience a atreverse a evangelizar a otros e invitarlos a la iglesia. Comience a dar atrevidamente creyendo de que Dios le va a bendecir y le va a honrar. Comience a hablar en fe de que Dios va a cambiar su situación familiar, o emocional o financiera, o de empleo o de vivienda. Inmigración Dios puede cambiar todas esas cosas. Comience a obrar, a hablar y a moverse con fe en el espíritu y crea que Dios va a respaldar su vida y va a llenar de su unción su vida, porque Dios ha derrotado al enemigo como hizo con el ejército sirio y dios nos ha entregado toda la tierra que pise la planta de nuestros pies. En este tiempo nosotros vamos a ver la gloria de Dios manifestada, la vamos a ver como nunca antes en la historia. Y Dios nos dice preparemos nuestros corazones y nuestras vidas porque El va a hacer cosas que van a llamar la atención de todo el mundo. No miremos a las circunstancias, comencemos a discernir la realidad como Dios la ve no como la ve la gente corriente. Llenémonos del espíritu santo. Adoptemos la perspectiva bíblica espiritual y movámonos creyendo que Dios va a honrar nuestra fe. Adoptemos una mentalidad desesperada, violenta como la de los leprosos y tomemos acción diciendo “bueno, si morimos, que muramos” pero vamos a hacer algo. Despojémonos de todo interés personal de comodidad o de defensa de nuestros propios intereses y entreguémoselo todo al Señor y entonces veremos como El nos devuelve todo con creces, bendecidos.

Vamos a ponenernos de pie y vamos a pedirle al Señor que haga descender sobre nosotros ese espíritu sobrenatural, esa mentalidad. Atrévete en el nombre del Señor. Atrévete a pronunciar. Hermanos por favor, vamos a pedir que el Señor nos devuelva su poder, vamos a decirle al Señor: “Señor cambia mi corazón, cambia mi mente. Te pedimos en el nombre de Jesús, que nos visites con tu poder y que cambies nuestra mente incrédula. Te damos gracias Señor, porque tu has cambiado la realidad alrededor de nosotros.