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Hay varios pasajes de hecho, pero quiero aislar uno, digamos, que puede ser útil como punto de partida al tema que yo quiero tratar con ustedes. Podríamos escoger muchísimos pasajes, hermanos, pero, miren, vamos a ir a Deuteronomio 28, porque quizás sea uno que no voy a tener ocasión de discutir, pero por lo menos quiero plantar ahí en su corazón la promesa que hay en este pasaje que nos sirve como punto de partida. Porque estamos hablando acerca de cuáles son los elementos de una vida exitosa. ¿Cuáles son los elementos del éxito?
Y yo he llamado también a esta serie de sermones que inicié el domingo pasado a “la actitud del éxito”, porque me doy cuenta más y más mientras preparo los temas, que si tu no tienes la actitud correcta, la predisposición correcta, el marco mental correcto, cualquier cosa, cualquier sugerencia que yo te de, cualquier principio que yo comparta contigo, va a caer en tierra infértil. Si tu tierra está apretada y dura, la semilla va a rebotar de la tierra. Tu tierra tiene que estar preparada, removida para poder recibir el nutriente de la palabra de Dios y esa tierra es tu actitud. Esa tierra es tu disposición y si yo no preparo la disposición tuya, la actitud tuya, el marco mental tuyo, entonces todo lo demás que yo diga no va a tener éxito. El éxito comienza aquí, en la mente y en la voluntad y en la disposición del ser humano. Y Dios quiere cambiar nuestra mente y quiere cambiar nuestra actitud.
Por eso la palabra está llena de referencias y de ejemplos, “case studies”, como dicen en las universidades que entrenan a la gente para administración de empresas. La Biblia es simplemente casos particulares que ilustran verdades universales.
Entonces allí en Deuteronomio, Capítulo 28, por ejemplo, el pueblo judío, el pueblo de Israel, está listo para salir del desierto donde han estado 40 años y entrar en la tierra prometida, a donde Dios les quiere hacer habitar permanentemente. Y eso es algo importante que entendamos aún antes de comenzar la lectura. Dios te puede tener por un tiempo en el lugar de la sequía, de la falta, de la escasez, de la esterilidad, de la prueba, pero el destino final de Dios para tu vida es el lugar de la abundancia y del éxito. Amen.
Pueden venir rachas de prueba en tu vida. pueden venir tiempos de escasez y de crisis, pero tu siempre tienes que decirte ‘está bien, quizás por un tiempo estoy aquí mientras aprendo algunas cosas, pero mi Dios me sacará y pondrá ,mis pies sobre piedra’, como dice la palabra del Señor, enderezará mis pasos y pondrá un cántico nuevo en mi boca. El tiempo de la prueba es simplemente para mi, el tiempo del entrenamiento, eso es todo. Pero Dios te va a sacar del desierto y te va a poner en la tierra prometida.
Entonces aquí vemos al Señor hablándole a Israel antes de entrarlos en la Tierra Prometida. El Señor quiere, precisamente, llamarlos a cómo deben comportarse en esa nueva tierra a la cual El los llama, y cuáles son las promesas que El tiene para ellos y qué tipo de vida ellos deben esperar en esa nueva tierra, siempre y cuando se mantengan obedientes a la palabra y a los principio de Dios. Porque yo no estoy aquí para darte respuestas fáciles al éxito. Mucha gente viene y va a seminarios de inspiración y de superación buscando que le den al vapor recetas y fórmulas mágicas para el éxito, y no hay tal cosa. Es todo un sistema compuesto de diferentes verdades que se complementan mutuamente. Y una de ellas es la obediencia a los principios del Señor.
Por ejemplo, si tu quieres tener éxito financiero, tu tienes que ser consecuente financieramente con Dios. Eso es una verdad. Si tu quieres que Dios te prospere, tu tienes que ser generoso para con Dios. Eso es una gran verdad. Y yo les hablo de convicción personal porque lo he visto tantas veces en mi propia vida y muchos de ustedes pueden decir amen, por experiencia de lo que les estoy diciendo. Si no hay obediencia a la palabra de Dios en otros elementos también, tampoco vas a ser bendecido. Así que hay que entender estos principios.
Entonces, el Señor antes de entrar al pueblo, les dijo ‘miren, Yo quiero bendecirles. Les quiero leer la cartilla, como dicen por ahí. Les voy a decir sus responsabilidades y sus privilegios también. Y el Capítulo 28 es un hermoso pasaje que te enseña, mi hermano, mi hermana, lo que tu tienes derecho a esperar de parte de Dios, lo que tu tienes derecho a esperar una vez que entraste en la Tierra Prometida del Evangelio. Cuando tu entras en Cristo tu entras en una Tierra Prometida, de posibilidades, de éxito, de victoria en las pruebas, de crecimiento, de desarrollo personal. Para mi eso es lo que más me enamora del Evangelio, el Evangelio no es para esclavos, como decía el filósofo Nieztche, no es para gente derrotada, es para héroes, es para gente guerrera, es para gente ambiciosa, porque Dios nos llama a la victoria y a la abundancia.
Entonces aquí dice, miren lo que dice el 28 de Deuteronomio: “acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová, tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy”.
Ven, ahí está la precondición, escuchar atentamente la voz de Jehová. Eso quiere decir si tu escuchas con atención lo que El te está diciendo que hagas, sus principios, sus verdades, si tu eres reverente a la verdad que Dios te da. Mucha gente viene a las iglesia pensando pajaritos en el aire, pensando en la película que van a ver esta noche, o en la comida que se van a comer esta noche, a qué restaurante van a ir después que salgan del servicio, y el pastor está ahí el pobre despellejándose, tratando de animar a la gente, y ellos están por allá pensando en otras cosas. Entonces la palabra no cae en su sensibilidad como tiene que caer. No son bendecidos porque no la reciben con una postura de fe. ¿Usted entiende? Nunca tomes livianamente la palabra del Señor, siempre cree y recíbela con fe y di amen en tu espíritu.
Dice “.... si oyeres atentamente la voz de Jehová, tu Dios, para guardar por obra –porque hay que obedecer y hay que practicar- dice “también Jehová, tu Dios, te exaltará sobre todas las naciones de la tierra”.
Hermanos, esa es la herencia suya. Esa es la carta de derechos que usted tiene. Esas son las expectativas a que usted tiene derecho a albergar en su espíritu para sus hijos, para usted, para su futuro. Eso es lo que León de Judá, como comunidad colectiva tiene derecho a esperar acerca del futuro, y eso es lo que yo, como pastor, está ya declarando sobre ustedes y lo estoy viendo y seguiremos viendo en los próximos años. Si Cristo no viene, y llego a los 80 años y estoy con ustedes, yo veré gente transformada: una comunidad prosperada, mucho más allá de lo que jamás nos imaginamos, porque a eso nos ha llamado el Señor.
Dice “Jehová, tu Dios, te exaltará sobre todas las naciones de la tierra, vendrán sobre ti todas estas bendiciones”
¡Qué lindo eso! ... vendrán sobre ti, es decir como que te caerán encima como un saco de papas, te van a golpear en la cabeza cuando andes por la calle. Me gusta lo que dice el salmista que dice también ‘el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida’, es como que me van a perseguir todos los días de mi vida. El sabueso de la gracia de Dios va a estar rastreándome dondequiera que yo vaya para bendecirme.
Entonces dice “vendrán sobre ti estas bendiciones y te alcanzarán”.
Hay gente que, miren, no recibe una bendición de Dios ni que les den con un bate en la cabeza porque no creen que Dios les puede bendecir. Dice te van a alcanzar aunque tu no lo quieras, las bendiciones, yo creo que el hijo de Dios, aunque no quiera va a ser bendecido por la misericordia de Dios. Será más bendecido si quiere y si se aplica, pero es que es el estado natural del hijo de Dios, ser bendecido, ser prosperado.
“.... te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.
Miren, aquí comienza una de las bendiciones más grandes que hay en toda la Escritura. Este es uno de mis pasajes lema, mi favorito. Subráyelo, enmárquelo, póngale 4 colores a la letra, pero recuérdelo porque esto es bien importante.
Dice “.... bendito serás tu en la ciudad y bendito tu en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar y bendito en tu salir”. Gloria al Señor.
Hoy en día diría, bendita será tu computadora, bendita será la nevera que tienes en tu casa, bendita será la estufa en la cual cocinas tu comida, bendito será el carro en que sales y entras a tu ciudad y a tu casa a donde vives. Bendito será tu apartamento lleno de la misericordia y la gracia, la presencia de Dios. Benditos serán tus hijos cuando vayan a la escuela pública. Ellos escucharán la verdad y la recibirán, ellos serán ejemplo a los demás. Bendito será tu matrimonio, bendito serás tu en tus estudios, en tu profesión. Eso es lo que está diciendo la palabra del Señor en términos modernos.
“Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti. Por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante de ti”, dice el Señor. Jehová te enviará su bendición sobre tu chequera, tu graneros y sobre todo aquello donde pusieres tu mano, todo lo que tu emprendas, el Señor lo prosperará. Esa es la promesa del Señor, y Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, dice la palabra del Señor.
Lo que le prometió a su pueblo bajo un pacto imperfecto, cuánto más ahora bajo un pacto perfecto como es Cristo Jesús.
“Y te bendecirá en la tierra que Jehová, tu Dios, te da. Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová, tu Dios, y anduvieres en sus caminos. y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti y te temerán, dice el Señor. Y te hará Jehová sobreabundar en bienes en el fruto de vientre, en el fruto de tu bestia, en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te habría de dar. Y abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra, en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos.” Bendiga el Señor su santa palabra.
Podría continuar leyendo pero lo voy a dejar ahí. Esto yo diría es la magna carta de los hijos de Dios, es el testamento de Dios para tu vida. Es lo que Dios te quiere dar, es el marco para todas tus empresas y para todos tus esfuerzos. Yo hablaba con un hermano esta semana de nuestra congregación, se lanzó a un negocio de real estate y la verdad es que cuando yo lo vi lanzarse, yo temí por su vida, porque pensé, dentro de mi, ‘mmmm, no se si le va a ir bien’. Pero ¿saben qué? Yo he aprendido ya a no pisotear los sueños de los hijos de Dios y a respetarlos y a decir ‘bueno, el Señor sea contigo. Lánzate en el nombre del Señor.’ Y esta semana ¿cómo te va? Ya lleva un año más o menos y hermanos se desbocó hablando de la bendición que recibió. Y cómo Dios lo ha bendecido y lo ha prosperado. Yo creo que podemos hacer esas cosas.
Yo me lancé prematuramente en este sermón, hay una hermana que me compartió algo de lo que Dios hizo en su vida últimamente y también lo que Dios ha hecho a través de su vida. yo le dije, ‘mira, vas a tener 5, 7 minutos para testificar de cómo Dios te ha bendecido.’ Es una joven que yo conozco hace años, es psicóloga, Maribel Quiñónez. ¿Maribel estás por ahí? Ven rápidamente si estás ahí. Y Maribel es una joven que ama al Señor, trabaja sirviendo a jóvenes y a hispanos aquí en la comunidad y yo le dije ‘Maribel, tómate un momentito y comparte lo que Dios ha hecho en tu vida. Porque son ilustraciones, lo que ha hecho en la vida de Maribel, lo puede hacer en tu vida también. ¿Usted entiende? Esa es la clave, así que, adelante.
Dios les bendiga, hermanos. Quiero hacer una corrección, yo no soy psicóloga, me entrené para ser terapeuta. No quiero..... no quiero tomar tal crédito. Hermanos yo quiero decirles que yo soy el producto de una promesa que tuvo Dios con mi madre. Mi madre se crió y la criaron en el espiritismo en Puerto Rico. Su madre era espiritista y sus diez hermanos fueron criados así. Dice mi madre que cuando ella estuvo trabajando en la fábrica en Nueva York hace 50 años, cuando regresaba del trabajo de la fábrica, viviendo en Harlem cerca de la 110, oyó una voz que le dijo ‘Aquí te quiero’, y ella miró alrededor y no vio a nadie, ya era de noche. ‘Aquí te quiero, párate aquí’, y ella pensó, serán de esos espíritus que están muertos, que me están llamando, y ella miró y no había a nadie. Y oyó por tercera vez, ‘Aquí te quiero’, y ella miró hacia el lado y cuando vio era una iglesia, la iglesia Bertel y ella entró asustada, porque nunca había entrado en una iglesia, y no había nadie solamente un ujier. Y ella se sentó atrás, y el ujier le dijo ‘hermana, siéntese ahí que ahorita comenzamos la predicación y vendrán los hermanos’. Mi madre dice que ella ni sabe cómo fue, pero que cuando ella abrió los ojos, después de la predicación, abrió los ojos y estaba en al altar hablando en lenguas y el espíritu la tomó y le prometió que toda familia será salva. Hoy día solamente una de sus hermanas practica el espiritismo, 9 han sido salvos y su padre de 102, antes de morir, aceptó a Cristo, igual que su madre. Mi madre se casó de edad avanzada y pensó que no iba a poder tener hijos, pero cuando ella vio, le dijeron que estaba embarazada de su primer hijo, le pidió a Cristo que le diera una hija, y le suplicó y le dijo ‘Dios, yo te prometo que si tu me das una hija, ella será criada en el camino de Dios y yo siempre le hablaré acerca de Dios. Y aquí estoy, hermanos. Aquí estoy. Y yo le doy gracias a mi Cristo por mi madre, porque ella le prometió que iba a salvar a ella y a su casa.
A la edad de 13 años yo estuve en Puerto Rico bien enferma, me dio en ataque de asma todos los días. Rebajé demasiado. Mi mamá me llevaba a doctores, y mi padre, y no sabían que hacer conmigo. Es más, las hermanas de ella que en aquel tiempo no estaban salvas, le dijeron, ‘dámela, la vamos a llevar a Nueva York para llevarla a un centro de espiritismo’, y mi madre les respondió ‘prefiero que mi hija se muera antes de que vaya a un centro de espiritismo.’ Y ¿saben qué?, ella corrió, le dijo a mi padre, ‘me voy con ella y mis otros varones a ver lo que Cristo va a hacer con ella aquí, en Massachussets. Y se mudó a los suburbios de Massachussets, los suburbios de Boston. Hermanos, yo estoy aquí levantada. Cuando los doctores en Puerto Rico le dijeron ‘dale todo’, enfrente mío le dijeron ‘dale todo’, ella no va a sobrevivir de mucho tiempo y aquí estoy levantado, hermanos, y Dios me ha quitado el asma, solamente de vez en cuando me fatigo, pero no me los ataques de asma que cuando los maestros le dijeron a mi mamá, ‘dale de baja, porque ella no puede seguir continuando aquí’. Y hermanos, a la edad de 14 años, como mis padres eran pobres, fui a un programa que se llama Cita, que ya no existe, pero que ayudan a los niños que busquen trabajos adolescentes, y yo comencé a diezmar a la edad de 14 años. Yo creo que no daba ni 5 dólares cada dos semanas, hermanos. Eso era mi diezmo. Y yo con mi sobrecito escribía mi diezmo feliz, porque mi mamá me enseñó a diezmar y a dar ofrendas. Ella desde niña nos daba a nosotros una peseta cada uno y decía ‘ponga eso en el plato porque usted tiene que darle gracias a Dios’.
Sabe usted, a la edad de 17 años yo estuve en el programa porque yo no sabía mucho inglés,....... second language. Mi maestra, que era judía, vio en mi algo que yo no sabía que tenía, y ella me dijo ‘tu tienes que ir a la universidad, a una universidad privada’. Yo le dije ‘yo no tengo dinero. Mi familia no tiene dinero’. Pues ella fue a casa de mis padres y les dijo ‘Esta niña tiene mucho talento y ella merece ir a una escuela privada’, y mi madre le dijo ‘bueno, yo puedo trabajar dos turnos para que ella pueda a una universidad del estado, pero ya mi maestra puso en mi el ir a una escuela privada. Y yo dije ‘Dios mío, cómo será’.
Mi maestra me dijo a dónde solicitar y cogí las 5 solicitudes de la universidad y las llené. ¿Y qué hice? En tiempo de estar en la iglesia las puse aquí mismo en el altar, lloré por ellas, y le dije ‘Dios tu me dirás a dónde yo tengo que ir. Mi maestra me dice que yo debo ir a una escuela privada, pues Tu dirás, Señor’.
Y yo había ido a mi consejero de la escuela superior y le dije que mi maestra me dijo que yo fuera y solicitara Boston College. ¿Saben lo que me respondió el consejero? ¿Boston College? Allí no va ningún puertorriqueño. Así me dijo, hermanos. Tengan cuidado cuando ustedes tengan estos consejeros que no apoyan a sus hijos porque somos minoría. Pues ¿saben qué? Nunca olvidaré que tuve que dar una presentación en la escuela superior en mi clase y el tema era hablar de tu mejor amigo. Pues, hermanos, jóvenes, yo nunca tuve miedo de hablar de Cristo. Mi tema fue hablar de Cristo en la clase. Y ¿saben qué? El maestro se quedó atónito. Nunca, juro, pensó que yo iba a hablar de Cristo. Pero yo tenía un compañero de escuela en esa clase que parece que estaba metido en droga y turbado. Yo siempre oraba por él. Yo de niña, y el dibujaba y hacía dibujos del diablo, todo era oscuro. Se vestía de negro. Y cuando él oyó acerca de Cristo, y yo terminé mi plática y me senté, me dijo ‘sabes, nunca alguien me hablado de tal Señor que se llama Cristo. Tu hiciste un buen trabajo. ¿Quién sabe donde él estará hoy? Pero, hermanos, déjenme decirles que cuando yo recibí en la primavera de aquel año una carta de las universidades. Recibí una carta que decía que Boston College me aceptó con una beca completa, yo ni sabía donde era Boston College. Yo no sabía dónde era Boston College, pero yo le doy las gracias a mi Cristo porque El me prometió. Yo fui obediente, di mi diezmo, di mi ofrenda y mi madre le prometió a Cristo, Dios le prometió a Cristo la promesa de su hija.
Y déjenme decirles que después comencé a hacer la maestría. Una vez más Dios me dio una beca con muy poco préstamo y mientras yo estaba haciendo mi maestría, un profesor me dijo ‘Maribel, yo he recibido una noticia de que el presidente Bush, el padre, tiene una programa por medio del Defence Department, el Departamento de Defensa, para que estudiantes aprendan otros idiomas y la oportunidad de ir a otros países, y yo quiero, yo te escojo a ti, para que escribas una propuesta si tu quieres ir a otro lugar.’ Y yo dije ‘Dios mío, yo no se hacer esto. Yo estoy en competencia con estudiantes de Harvard University.’ Pues, el maestro dijo ‘no te preocupes, yo te voy a buscar a alguien para que te ayude a escribir como si fuera un grant’.
Pues, yo no sabía nada de dinero. Pues esta persona me ayudó a calcular, perdón, a calcular el dinero que yo necesitaba y entonces yo también era nany en una casa y la niña de la casa me dice ‘y si te aceptan para tu ir a donde tu estás escribiendo ¿qué tu harías?’. Yo dije ‘eso sería una bendición de Dios’, eso le dije a la niña. Pero yo le oré a Dios y usted sabe que Dios me mandó a donde yo escribí la propuesta. Yo quería estudiar las razas minorías en la China y Dios me mandó a la China por un año. Y yo le doy gracias a mi Cristo. Porque vio el mundo una persona como yo, que viene de los proyectos de padres trabajadores, pero no tenían el dinero suficiente, pero querían que sus hijos, cuando vinieran a este país estudiaran y avanzaran, que aprendieran del mundo, que tuvieran sus casas, y eso fue lo que Dios me ha dado a mi y a mi familia.
Y déjenme decirle, no solamente eso, también estudié en Yale University y esto fue otra beca que hice mi course master, cuando me dijo una esposa de otro maestro ‘¿tu crees que tu vas a ser aceptada allá? Y yo le dije ‘claro, que si’. Enseguida que terminé con él, fui a orarle a Cristo porque mi fe es grande, muy grande. Desde niña mi madre me leía el salmo 21. Desde niña, antes de acostarnos teníamos que orar y leer un salmo, y ella me leía el salmo 91 ‘el que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente, diré yo a Jehová, esperanza mía y castillo mío en quien confiaré’.
Yo les digo a ustedes, ¿en quienes ustedes confían? Porque las promesas están ahí esperando que ustedes oren y tengan fe porque Cristo tiene mucho para nosotros. Hace un año y medio yo pedía desde niña porque mi mamá siempre quería, ‘Maribel, tienes que ser una mujer independiente, no depender de hombres y bastarte por ti misma’, y ella decía ‘tu tienes que tener una casa’. Desde niña me decía eso. Y hace un año y medio yo oré, era tiempo en enero, yo oraba y ayunaba y yo comencé a ayunar y a orar y a pedirle a Cristo que me diera una casa, porque siempre ha sido mi sueño, porque mi mamá puso ahí la semilla. Y ¿saben qué?, hermanos, por medio del programa de Boston, por medio de una lotería me gané una casa, una casa nueva, y aquí vivo ahora hoy día, en Boston. Y yo le doy las gracias y gloria a mi Cristo.
Creo que podríamos muy bien, pero es algo que no voy a hacer, cerrar el servicio y ya habemos echado una buena palabra del Señor. Hay madera de predicadora en ti, Maribel definitivamente, mucha buena madera.
De eso se trata hermanos, de creerle a Dios y creerle a Dios por nuestros hijos, por nuestra comunidad. ¿Quién ha dicho que la comunidad hispana tiene que ser una comunidad disfuncional o la comunidad afro americana o latina en general? Nosotros tenemos tantos tesoros de cultura y de belleza dentro de nosotros que debiéramos estar reinando sobre esta nación. Pero Cristo desata, desencadena la potencialidad de los seres humanos, como lo desencadenó en la madre de Maribel, que estuvo tantos años esclavizada por Satanás. Pero cuando Cristo entra, cambia todas las cosas.
Yo me paro aquí al lado de Maribel y puedo decir lo mismo de la vida de mi familia, de mi propia vida. Cómo Dios ha desatado su gracia en tantas maneras. Dios nos pone en lugares de reyes, hermanos, y mientras pobres somos más se deleita Dios en ponernos en lugares altos. Esa es la realidad. Gracias, Maribel, nos has bendecido mucho y no sabía lo que teníamos en esta mujer. Te quiero comprometer para las 12, ojalá, si tienes algo inevitable pues entendemos, pero me encantaría que pudieras ensayar ya tus alas de predicadora. Gracias. Amen.
Eso es lo bello. Por eso es que yo vivo enamorado del Evangelio y por eso sirvo al Señor. Porque el Evangelio es algo atómico, cuando usted lo recibe usted entra en una dimensión nueva y no hay nada más hermoso que facilitarle a la gente esa entrada en la dimensión de lo divino. ¡Que cosa más noble uno poder ayudar a desatar las cadenas de la mente de la gente y ubicarlos en el amor de Dios! No hay profesión más noble que esa, yo diría. Así que por eso yo sirvo al Señor.
Y eso es lo que ustedes tienen que entender cuando entran a los caminos del Señor, ustedes entran a una tierra de promesa, a una tierra de posibilidades, donde el Señor les dice ‘mira, esto es lo que Yo tengo para ti, estas son las cosas, estos son los derechos a los cuales tu tienes acceso. Ahora, ponte a trabajar por ellos y Yo te bendeciré y te los entregaré. Haz tu parte y Yo ciertamente haré la mía’.
Yo comencé el domingo pasado diciendo que el elemento más importante es eso, expandir y ensanchar nuestro terreno mental. Si tu quieres vivir una vida de éxito, tu tienes que expandir tu capacidad para creer que grandes bendiciones pueden venir a tu vida. si tu territorio es pequeño, Dios solamente podrá ubicar cosas pequeñas. Si tu expectativa es pequeña, Dios solamente te podrá dar cosas pequeñas. Pero si tu expectativa es grande y ambiciosa, Dios podrá poner cosas mayores en tu vida, conforme a lo que tu visualizas y esperas, así será la bendición que tu recibirás. Amen.
Si tu esperas cosas chiquitas, Dios te dará cosas chiquitas. Si tu ambicionas cosas grandes en el Señor, si tu no te conformas a ir, y Gloria a Dios por las escuelas estatales, son tremendas, si estás en una escuela estatal no te avergüences de eso; pero Dios le dio a Maribel una medida de fe que le decía ‘mira, tu no solamente tienes que ir a una escuela estatal. Tu tienes suficiente para ir a una escuela privada, de alto rango’, y Dios la bendijo con eso.
Alguien me recordaba un pasaje del cual yo prediqué y he predicado muchas veces, es el pasaje del rey Josafat y Eliseo, cuando Eliseo en su lecho de muerte lo llama para que venga a tener una última conversación con el profeta. Porque eso es otra cosa, cuando Dios bendice a la iglesia, la iglesia llama a los reyes, y los reyes tienen que venir a ella. Eliseo convocó al rey para que viniera a su lecho y le dijo al rey: ‘Rey, toma las flechas que están en el piso y toma tu arco y ponte en la ventana, hacia donde está Siria, el enemigo peor que tenía Israel. Estaba siempre persiguiendo y maltratando a Israel. Y le dijo primero ‘toma’, en entonces Eliseo dijo una palabra ‘flecha de Jehová de salvación’, y lanzó así simbólicamente, y dijo ‘toma las flechas en tu mano y golpea el piso con las flechas’. Y Josafat que era un hombre mediocre en la fe, si usted mira su vida, cogió las flechas en su mano y golpeó tres veces sobre la tierra. Y Eliseo, ahí en su lecho de muerte, se airó contra el rey y le dijo ‘No sabes lo que has hecho. Has perdido la oportunidad. Si hubieras golpeado 4 ó 5 veces en el suelo, Dios hubiera destruido a Siria hasta que no quedara ninguno. Pero como solamente golpeaste 3 veces, solamente lo vas a derrotar 3 veces, pero no lo vas a destruir completamente.’
¿Usted ve, hermano? La fe de este hombre solamente le dio para entrar en el propósito de Dios mínimamente, pero si hubiera sido un hombre de arrojos, si hubiera sido un David, esas flechas las hubiera despedazado sobre el piso, dándole golpes, y hubiera anulado completamente. Dios nos quiere bendecir, pero bendice a la medida de nuestra capacidad para creerle a Dios.
Y es algo increíblemente revelador, que según tu capacidad para creer, Dios quizás quiere bendecirte a muchísimo más, pero si tu fe para creerle a Dios solamente da para cierto nivel, Dios te va bendecir y en tu mano está, en tu control está cuán grande va a ser la bendición y la abundancia de Dios en tu vida.
Aquí hay mucha gente que Dios quisiera ya tenerlos en lugares de reyes, pero su capacidad para creerle a Dios no da, para atreverse a emprender cosas grandes: ser atrevidos, ser empeñosos, ser emprendedores. Entonces Dios los ha bendecido al nivel de su capacidad para creer de anchar su mente a otros niveles.
Yo te pido en el nombre de Jesús ensancha el sitio de tu tienda como decíamos el domingo pasado. Abre el solar mental para que la casa que Dios ponga allí sea una mansión en vez de una chocita solamente. ¡Qué triste que hay gente que se está perdiendo bendiciones inmensas porque no tienen la capacidad para ensanchar su capacidad para creerle al Señor!
Entonces yo decía, la primera regla del éxito comienza en concebir sueños grandes para el Señor y en el Señor. Creer cosas grandes acerca de tus hijos y esperar cosas grandes acerca de tu matrimonio. Esperar cosas grandes acerca de ti mismo. Esperar cosas grandes en el futuro acerca de las finanzas.
Yo les digo, hermanos, yo no puedo esperar los próximos 10, 15, 20 años para ver lo que Dios habrá hecho en mi vida. Porque yo vivo enamorado de eso Dios que dijo ‘Yo te voy a bendecir todos los días de tu vida’. Y para mi la vida es una caja hermosa de sorpresas y cada día yo abro nuevas cosas. Y yo espero grandes cosas de mi Dios porque yo llevo tantos años viendo grandes cosas que he aprendido a esperar siempre grandes cosas del Señor. Así que expande tu capacidad para creerle a Dios. Eso es para mi una de las reglas más importantes del éxito.
Y la segunda que quiero compartir con ustedes, así brevemente, es hermana de la primera, es lo que se llama en el campo de la filosofía, una corolaria. Es decir es una vertiente hermana de la primera y podría parecer casi igual, pero no es lo mismo, es una destilación, es algo más sutil de lo primero que acabo de decir. Tan sutil que el domingo pasado cuando yo iba a comenzar el sermón, en realidad y en mis notas originales, yo las puse las dos juntas y yo las iba a hacer así. Pero en el momento mismo de abrir la boca me di cuenta de que eran dos cosas diferentes, entonces decidí separarlas para propósito de aprendizaje. Por lo tanto la segunda ley del éxito es creer que Dios está contigo y a tu favor.
Lo primero es creer que Dios puede bendecirte más allá de tu lugar actual, pero lo segundo es creer que Dios está contigo y está a tu favor en todo lo que tu emprendas, en todo momento de tu vida, Dios está contigo. Y El está allí para ayudarte, por eso es que el espíritu santo Cristo lo llamó el paracletos. El prefijo ‘para’ significa ‘al lado de’ en el griego original. El espíritu santo siempre está al lado tuyo y es tu ayudador, es tu coach, es tu animador, es tu entrenador, es tu respaldador, es tu proveedor. El Señor siempre está a tu lado diciendo ‘dondequiera que tu vayas, Yo voy a ir contigo. Y si alguien pelea contigo va a vérselas conmigo. Si alguien habla mal de ti va a tener que hablar conmigo. Y a tus enemigos, Yo los voy a arreglar. No te apures. Yo los voy a atender de manera que un día tu te preguntes ¿dónde están?, y ni siquiera vas a poder encontrarlos.’ Eso es lo que dice la palabra del Señor en Isaías.
Entonces, hermanos, lo que me permite a mi muchas veces emprender cosas atrevidas, que yo mismo a veces en mi mente carnal, creo que voy a fracasar, es esa ley que hay en mi espíritu de que Dios es mi ayudador. Dios es mi respaldo. Dios está conmigo y lo que yo no tengo Dios lo pone. El déficit que hay en mi vida, Dios lo llena, Dios me respalda. Cuando yo emprendo algo que es más grande de mis fuerzas, yo siempre digo ‘Yo tengo un Dios que puede pagar el déficit. Yo tengo un Dios que al final del día, que aunque esté en menos mi cuenta dice ‘No te preocupes, duerme tranquilo, porque Yo la he saldado’. Ese es el Dios en que yo he creído.
Y yo ya he aprendido en que yo no puedo pensar en si tengo miedo, si dudo de lo que estoy haciendo, si parece que me voy a romper la cabeza en el abismo. Yo digo ‘mi Dios está conmigo y El sabrá cómo me saca de este lío en el cual yo me he metido en su nombre y para su gloria’. Eso me permite emprender cosas que me dan miedo cuando yo las miro. Eso me permite atreverme a hacer cosas que yo pienso a mi mente humana, no veo cómo es posible que esto se de.
Yo les puedo decir hermanos que yo no he perdido una batalla en el nombre para gloria del Señor y si he perdido algo, siempre Dios me lo ha repuesto en otras maneras. Porque es que cuando uno emprende las cosas en el nombre y para gloria del Señor, Dios siempre te saca del aprieto. Y si cometes algún error en el camino, Dios te lo arregla porque tu corazón va estar como el de David, que ama al Señor, pero Dios dice ‘No te preocupes, te metiste en un lío pero Yo te voy a sacar de el porque tu estás conmigo’. Eso es bien importante.
Y yo veo a través de toda la Escritura eso, tu tienes que decirte y darte terapia a ti mismo continuamente y decirte a ti mismo ‘Dios está conmigo. Dios está a mi favor.’ Yo creo que uno de los textos que más hermosa y elocuentemente expresa esta verdad y es el famoso y conocido salmo 23. Todos los sabemos de memoria:
“Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugar de delicados pastos me hará descansar. Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre, -y miren lo que dice- y aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno –¿por qué?- porque Tu estarás conmigo.”
¿Usted ve? Dios está conmigo. ........... a ver esas mesas delante de mi en presencia de mis angustiadores.
David está poseído de un sentido embargador de la presencia continua de su Dios y él lo mira de la perspectiva de una ovejita indefensa que está confiada porque su pastor fuerte y leal está siempre pastoreándola. Y eso hermanos, David era ese tipo de psicología, un hombre que todo lo que emprendía, lo emprendía diciendo ‘Jehová y yo somos mayoría.’ Todo lo que David emprendía, lo emprendía con su Dios a su lado.
Yo le pido al Señor que nos desate nuestra mente para creer que Dios está con nosotros 24 horas al día, 7 días a la semana. En la cocina mientras tu preparas la comida para tu familia, Dios está contigo, mientras lavas los platos, mientras arreglas las camas de tus hijos, mientras vas a la factoría en un frío de 10 bajo cero, con un viento que está mordiendo las mejillas. Mientras te sientes solo y apartado de tu familia que está en Centroamérica, Sudamérica o donde sea, Dios está contigo. El mismo Dios que estuvo contigo allá, está contigo aquí. Y si te llevan allá, allá también estará contigo porque toda la tierra es terreno de Dios y sus brazos no se acortan, ni aquí, ni en Guatemala, ni donde sea. Dondequiera el Señor está presente en tu vida.
Dios, el Señor Jesucristo dijo ‘He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’. Cuando tu crees que Dios está a tu favor y que El pelea tus batallas y que El te respalda en todo momento, eso te debe dar valor para emprender cosas atrevidas en tu vida, para poner una solicitud en una universidad que parece que no te van a aceptar.
Yo compartía con ustedes la bendición tan grande para mi que fue recibir esos 630.000 dólares para entrenar pastores hispanos cuando yo jamás pensé que nos iban a dar ese dinero, jamás en la vida. Pero lo hice en obediencia a mi Dios porque Dios está conmigo. Dios respalda los proyectos de sus hijos.
Ahora mismo muchos de ustedes estuvieron el viernes allá en Tremont Temple y ustedes vieron la bendición que fue eso. Hermanos, yo estaba allí, cuando yo veía a esa gente llegar, llegar y llegar de todas partes de esta área, había como 40 ó 50 pastores allí de diferentes iglesias, cuando se mandó que pasaran al frente los pastores; cuando yo vi esos gringos con deseos de recibir del Señor y veía un grupo de latinos ministrándoles a través de la alabanza y veía el espíritu de recepción y de amor y de entrega de esa gente, yo me arrepentí de mi poca fe, un día antes, porque ya en la mañana yo mismo había hablado de que esa noche iba a ser de gran bendición.
Cuando yo he emprendido este esfuerzo para unificar las iglesias en Massachussets para trabajar a favor de Cristo y del Evangelio, hermanos, yo les digo, mi corazón está lleno de dudas y de temor. Mientras yo más exploro los peligros y las divisiones en el pueblo de Dios, menos cierto parece esa empresa. Es la cosa más ambiciosa y más pública que yo he emprendido en mi vida y vivo continuamente con temor a que eso se va a dispersar en nada. ¿Pero sabe lo que yo hago? Yo pongo un pie delante del otro y creo que mi Dios, quien me ha puesto en este trabajo, no va a dejar que yo sea avergonzado. Y entonces cada paso que yo doy, yo veo que Dios lo bendice, que las cosas que yo digo en mi boca, a veces ni siquiera creyéndolas, comienzan a suceder.
Y Dios me ha dado este proyecto. Yo no se a dónde va a llevar y les digo que tengo miedo, pero ya yo he aprendido, yo ya no puedo dejarme llevar por mis emociones. Yo he aprendido que mis emociones, la duda y el temor, yo he aprendido que voy a vivir con ellos todos los días de mi vida, pero lo que voy a hacer es que lo voy a poner a un lado. Sigan allá hablando si ustedes quieren pero yo voy a seguir la voz de mi Dios. La persona de éxito en última instancia no es diferente de la persona que vive en el fracaso, que vive en la mediocridad. Todos sienten temores y dudas, la diferencia está en que la persona de éxito ha sabido poner sus dudas y sus temores a un lado y creer simplemente que Dios está con ellos y siguen adelante. Esa es la única diferencia.
Aún en el mundo secular la gente le va a decir, los honestos, que su luchas y las cosas que emprenden, muchas veces se sienten dudosos, pero simplemente lo hacen porque hay una fuerza en ellos natural, aún el hombre secular, que le dice ‘yo puedo’. Cuanto más en Cristo Jesús.
Porque Pablo dice: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Si tu no te sientes que tu no puedes en ti mismo, apela a Cristo y enchúfate al poder de Dios que está en tu vida. El tiene un motor ilimitado y ese motor te transfiere energía al tuyo, corre como un tanque de guerra atómico en la vida. Cree que Dios está a tu favor. Esa es la clave. Yo tengo tantos textos que pudiera compartir con ustedes en el tiempo que me quede.
Hay que pagar un precio para recibir la enseñanza del Señor, así que déjenme, no se me aburra, ni se me apoque allí sentado, ¿ok? Mire, hay tantos textos que yo podría mostrarles a usted sobre eso. vamos a continuar con David ya que estamos con él.
Primera de Samuel, 17, un texto extremadamente revelador y yo voy a continuar compartiendo estas cosas, según el tiempo me de en las próximas semanas y tengamos ocasión.
Primera de Samuel, 17. Es el famoso pasaje de David y Goliat y nos revela mucha acerca de la mentalidad de David y cosas que nosotros debemos aprender, porque David fue un hombre de gran éxito en la guerra, en la música, en las finanzas, en la política, en todas las áreas que emprendió, fue un hombre multifacético, pero tenía un corazón grande y creía que su Dios estaba con él en todo momento. Y aquí tenemos a David jovencito todavía y vemos cómo Dios lo bendice en esta empresa.
Vamos al 17, versículo 26. David, un muchachito todavía inexperto en la guerra, ha sido simplemente ungido por el Señor por medio de Samuel, pero todavía no ha entrado en su reinado. Llega al campamento de sus hermanos, donde están sus hermanos como miembros del ejército de Israel y él simplemente viene a hacer un trabajito casero. Viene a llevarles una comida a sus hermanos al campamento, pan y queso, unos quesos que le envía su papá con él; un muchachito de mandados porque eso es la cosa. No importa dónde tu comienzas, con Dios es dónde tu terminas lo que importa. David comienza allí como nada, simplemente a mandar.
Hay veces que Dios te va a mandar a un sitio a hacer algo y tu lo vas a hacer en obediencia, y eso va a parecer pequeñito pero allí va a estar la bendición de Dios en tu vida. cuando tu sirves a los demás comienza la bendición de Dios. Nunca desprecies los pequeños comienzos. Es una de las verdades que yo quiero compartir con ustedes en el futuro. No desprecios los pequeños comienzos. La gente de triunfo no desprecia los pequeños comienzos. David es llevado para traerle queso a sus hermanos y allí se da cuenta que hay un gigante que está continuamente insultando al pueblo de Dios, un tipo que mide 8 pies y pico, un guerrero experimentado, y nadie en el ejército de Israel se atreve a meterle mano a ese gigante. Todos los días ese hombre se para allí para avergonzar e insultar al pueblo de Dios.
Llega este muchachito inexperto en guerra y miren lo que dice David en el versículo 26 “... entonces habló David a los que estaban junto a él diciendo ‘¿qué harán al hombre que venciere a este filisteo y quitare el oprobio de Israel?’
Yo ahí por algo acerca de la psicología de David, ahí en esa pregunta hay mucho. Porque David está diciendo ‘bueno, qué beneficio hay para..... este muchachito ya está pensando acerca de su futuro, está pensando en qué provecho...... Hermanos, no hay nada de malo en que tu quieras una vida exitosa y bendecida. A veces queremos ser más católicos que el Papa. Y dice ‘oh, yo voy a servir al Señor aunque no me de nada, esto y lo otro’. Miren, todos queremos ser bendecidos por Dios. No hay daño en usted ambicionar y desear cosas grandes. Hay que ser inquieto en la vida. Hay que querer triunfar, hay que querer el éxito. Si usted no tiene deseos de éxito, si usted no quiere que Dios le bendiga, si usted no está inquieto por éxito en el ministerio o en su trabajo, o en su matrimonio, usted no va a recibir nada.
David, en su corazón, tenía deseos de progresar. Dios había puesto en él ambición, había puesto en él un carácter emprendedor, y cuando él ve esto él dice ‘mira, quien sabe, aquí, yo puedo adelantar mi vida y mi carrera’, entonces comienza a preguntar. Hay que preguntar en la vida. Hay que tocar puertas. Hay que ser inquieto.
¿Recuerdan que yo les decía acerca de eso en el éxito? La gente que es industriosa y pregunta y toca y se mete y emprende y arriesga, esa es la persona que es bendecida. Entonces él comienza a preguntar. Y mire lo que dice:
“Porque quién es este filisteo, incircunciso, para que provoque a los escuadrones de Dios viviente.” Y el pueblo respondió la misma palabra porque Saúl había prometido una gran recompensa para el que se atreviera a meterle mano a Goliat y nadie había estado dispuesto. ¿Ve? Solo se requería un hombre de corazón que creyera que Dios estaba con él. Y ¿saben qué?, cuando sus hermanos lo oyen preguntando, ¿qué pasa? Se le tiran encima y lo insultan. ¿Cómo te atreves...? ¿Quién eres tu, muchacho, ahí mocoso, para estar pidiendo y preguntando? Váyase para la casa ahora mismo. La gente mediocre, cuando tu tengas sueños grandes, van a querer arrastrarte hacia la mediocridad también. Nunca escuches la voz del consejero de Maribel que te dice ‘los hispanos no van a Boston College’.
Va a haber mucha gente en tu vida que va a ...... y a veces bien intencionadamente. A veces tus padres son los primeros que te van a decir ‘muchachito, no te metas en eso, lo vas a pasar mal. Vas a fracasar y te vas a sentir mal. Mejor ve algo más a tu nivel’. Cuando mi hija Sonia me dijo que quería ir a Harvard en su segundo año de escuela superior, dentro de mi, yo hizo un propósito de tratar de quitarle ese sueño lo más pronto y lo menos violentamente posible. ¿Saben por qué? Porque en ese momento, ella no estaba preparada académicamente para ir a Harvard. Y yo que he asistido a universidades ....... y que fui oficial de admisiones de unas de las más exigentes de Harvard, que es Princeton University, sabía lo que se requería, y mi hija no lo tenía, porque era una muchacha naturalmente inteligente, pero no se había aplicado todo y simplemente hacía las cosas por inteligencia natural.
Pero cuando ella comenzó a buscar de Dios en su vida, Dios cambió su mente. Cambió su carácter y cambió su mente, y puso en su corazón que ella quería ir a Harvard como su papá. Y yo dentro de mi dudé, pero gracias a Dios que no le dije nada en ese momento. Ella comenzó a trabajar y yo vi que sus notas comenzaron a subir y entonces cuando yo la vi en serio, en algún momento dije ‘bueno, voy a tener que respaldar a esta muchacha’.
Yo me senté con ella y le dije ‘Mira, si tu quieres llegar a Harvard no hay espacio para tu cometer un solo error de aquí al momento en que te consideren. Tu vas a tener impecable y perfecta en todo lo que tu hagas académicamente. Y para ser una larga historia, hermanos, Sonia terminó con el promedio, el segundo o tercero más alto de toda su escuela, una A+. Hizo un proyecto extra curricular, que se ganó la admiración de todos los maestros en la escuela y al final, cuando ella solicitó, la aceptó no solamente Harvard, la aceptó Princeton, la aceptó Yale, la aceptó Brown University, la acepto Boston University con becas generosísimas. Y Dios la convirtió de un fracaso seguro a un éxito seguro. Cuando llegó el momento de recibir las cartas de admisión, yo sabía que ella iba a ser aceptada.
¿Por qué, hermanos? Porque cuando uno se atreve en el nombre del Señor y se aplica y tiene el viento de Dios detrás de tu barca, tu puedes llegar a cualquier cosa. Y yo te digo, tienes que atreverte en el nombre del Señor. David tenía esa cuestión de que él estaba destinado para el éxito y cuando vio ese gigante, él no se vio a si mismo, sino que vio a Dios que estaba con él.
Pero la gente muchas veces cuando no tiene tu fe, no tiene tu entendimiento, cuando ven tus sueños se van a sentir amenazados por ti y sin darse cuenta van a querer bajar ese balloon que está subiendo y van a querer traerlo a su propio nivel. No los dejes que te maten los sueños. Sigue soñando. Sigue atreviéndote. Si te cierran una puerta, métete por otra, pero sigue adelante y Dios te dará la victoria.
David fue a lo de Saúl y le habló, y mire el encuentro entre David y el gigante, y esto es lo importante. El gigante mira David con desprecio y ¿quién eres tu que vengas ante mi con una piedra?, en versículo 42 por ahí. “Le tuvo en poco, dice, porque era muchacho y rubio y de hermoso parecer.”
David era un muchachito delicado y atractivo y este gigante, este hombre de guerra experimentado en la lucha, lo ve y dice ‘este renacuajo, cómo se atreven a enviarme, yo esperaba un hombre de guerra, con todo su armamento, y todas sus espadas y sus cosas y su lanza. No es los recursos que tu tengas a tu mano, es el poder de Dios que dirige esos recursos.
Entonces David en el versículo 45 dice “David dijo al filisteo: ‘tu vienes a mi con espada y lanza y jabalina, más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel a quien tu has provocado”. David sabía que Dios estaba con él. No había nada en su físico ni en sus circunstancias inmediatas que justificara lo que él estaba haciendo. Lo único que lo justificaba era una sospecha persistente en su corazón de que Dios lo iba a honrar y aunque él fuera allí, y le temblaran las piernas mientras caminaba, Dios estaba con él y lo iba a sacar de su aprieto.
Y miren cómo habla “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré y te cortaré la cabeza y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.”
Una de las cosas más importantes que uno tiene que hacer cuando uno está buscando el éxito en su vida es hablar positivamente en el Señor. Quizás tu no puedes controlar los sentimientos que hay dentro de ti, pero tu puedes controlar lo que dice tu boca. Porque si tu hablas negativamente, pesimistamente o neutralmente, el diablo sabe e intuye lo que está pasando en tu mente y muchas veces te frena. Pero cuando tu hablas positivamente y tu profetizas en el nombre del Señor, aunque todo tu ser te diga ‘no, no es verdad’, habla de todas maneras. Acostúmbrate a cultivar un lenguaje positivo en tu vida. Destierra el lenguaje negativo en tu vida. Destierra el continuo confesión de depresión o de tristeza o de fracaso o de temor y habla cosas positivas, aunque no te lo creas. Pero a medida que tu vayas confesándolo, tu mente va a ir reprogramándose y tus emociones van a aprender a obedecer a tus declaraciones.
Cultiva un lenguaje positivo en el Señor. Profetiza en el Señor. Habla del futuro que Dios te va a dar. Habla del éxito que tu vas a tener. Habla de las cosas que tu vas a ver. Bendice a tus hijos con una actitud positiva. Por eso es que muchos hijos de padres depresivos, crecen con depresión porque se acostumbraron al lenguaje y a la práctica negativa de sus padres y se contagiaron con eso. No es necesariamente porque sea algo genético, sino que una genética espiritual ha sido transferida a los hijos.
Un lenguaje negativo crea un ambiente negativo y crea resultados negativos. La confesión positiva en Dios reconfigura la realidad externa, y la alinea a la realidad del hijos de Dios. Hay que confesar positivamente. Habla positivamente. Declara en el Señor cosas positivas y vendrán a tu vida.
“Y sabrá toda esta congregación –v. 47- que Jehová no salva con espada y con lanza, porque de Jehová es la batalla y El os entregará en nuestras manos”.
Las batallas que tu pelees, no las pelees en ti mismo, peléalas con Dios y en Dios. El Señor no salva con tus penosos esfuerzos. El Señor salva con su poder a través de un conducto de fe que es tu fe.
Entonces, usted puede ver allí que lo que gobierna a David es ese sentido de que mi Dios está conmigo, mi Dios me va a respaldar. Dios es mi ayudador. Y esa es la mentalidad que tu tienes que cultivar en tu vida. es una mentalidad positiva, de posibilidad y no de escasez.
Nosotros hemos emprendido este proyecto de comenzar un servicio en inglés. Yo llevo años resistiendo hacerlo porque no tengo tiempo. Humanamente hablando es una locura, comenzar un servicio en inglés en este tiempo de mi vida y de la iglesia con todas sus demandas sobre el personal pastoral y todo eso. Yo no lo puedo justificar en términos de los recursos de la iglesia, mi tiempo, el tiempo de los demás pastores, el espacio que tenemos disponible en esta etapa de tantas actividades, la responsabilidades que tengo en tantas otras cosas afuera y adentro. No hay manera, es una locura.
Lo que me ha hecho hacerlo es dos personas norteamericanas que insistentemente me han dicho ‘Pastor, ¿cuándo usted va a comenzar un servicio en inglés? Si usted tuviera, nosotros vendríamos todos los domingos, y esa voz, yo he aprendido que cuando me viene así, yo he aprendido a escucharla. Son voces proféticas que ellos mismos quizás no saben que están siendo usados. Yo he escogido pensar que esas son voces proféticas de Dios porque Dios me ha estado hablando interiormente hace tiempo de que quiere que ya nuestra iglesia comience a expandirse a la comunidad anglo parlante también.
Y yo me reuní con ellos, hace un tiempo, los invité a cenar con mi esposa y les dije ‘no es posible, ahora no es el tiempo’. Pero volvieron otra vez en una manera gentil y suave. Son muchachos tímidos y suaves pero Dios les ha puesto eso en su corazón, y a través de los años otros han venido también. Y yo creo que estamos en un tiempo donde Dios está llamándonos más a un ámbito más público, más extendido que simplemente el campo latino. Y usted tiene que aprender a observar los tiempos y las sazones y mirar con ojos de discernimiento porque muchas veces la circunstancia alrededor lo van a empujar a usted hacia donde Dios quiere. Y usted tiene que estar atento para escuchar la voz. Eso es algo bien importante, la gente del éxito siempre está atenta a su medio ambiente, y siempre están observando y midiendo las cosas y obteniendo información y eso les da lugares para ir y buscar y estar en el lugar de la bendición.
Es decir que yo he puesto tantas excusas y tantas razones por las cuales no comenzar un servicio en inglés, no hay tiempo, no hay recursos físicos, no hay recursos personales, ministeriales, requiere mucha planificación, 27 cosas, pero yo siempre he creído algo y es que nunca operes desde una mentalidad de escasez sino de una mentalidad de provisión. Es otra regla del éxito que voy a discutir con ustedes más adelante.
Siempre obra en términos de lo que Dios puede hacer, no lo que tu no puedes hacer. Entonces yo estoy mirando el manual y yo he aprendido que no debo mirar lo que no tenemos, sino mirar el Dios que nos va a proveer si nos lanzamos en fe. Comienza a caminar por fe. Esa es la clave de la vida. Da pasos de fe y de obediencia.
Pasen adelante hermanos, si. Da pasos de fe y de obediencia. A los sacerdotes se les dijo ‘comiencen a caminar y cuando su pie pise el río, el río se abrirá’. No les dijeron esperen a que el río se abra y entonces comiencen a caminar. Cuando su pie pisen el río..... hay que comenzar a dar pasos de fe. Y yo he aprendido que en el camino Dios te encuentra siempre. Amen.
Entonces, por eso estamos..... es que siempre yo estoy viviendo esa dinámica en mi vida, no la expreso en esos términos, pero instintivamente yo he aprendido a incorporar esos principios a mi vida. Detrás de ese servicio en inglés hay todo un drama de principios espirituales que están en batalla. Voy yo a ceder a la duda y a las limitaciones o voy a ceder al Dios que es poderoso para no permitir que esto se torne en un desastre. Yo creo, yo apuesto a Dios. Y yo creo que Dios sabe honrar la fe de sus hijos. Entonces uno se lanza por fe y Dios da la respuesta. Dios bendice en maneras.
No cedas a las imposibilidades, sino trata según los principios que tu ves en la palabra de Dios. No cedas a la duda, no cedas a la experiencia previa, cede a lo que Dios ha dicho en su palabra. Amen. Así es que el pueblo de Dios vive.
Vamos a ponernos de pie un momento. Señor te dice, Señor te llama, a creer que Dios está contigo. Deja de guardar luto por lo que te pasó cuando tu eras niño. Deja de mantener tu cabeza en el fracaso que tuviste hace 20 años o 10 años atrás. Pon a un lado la pobreza de tu familia y de tus orígenes. Deja de mirar la insignificancia de tu persona o tu apariencia y comienza a poner tu mirada en el Dios que es el dueño de toda bendición espiritual, que te ha dicho ‘Yo te he bendecido con toda bendición espiritual, los lugares celestiales’.
Dios ha declarado bendición sobre tu vida. ahora está en tus manos, el tomar esa bendición y bajarla al ámbito del tiempo y del espacio. Depende de ti. Estás tu dispuesto a creer Dios está conmigo como poderoso gigante, como dice la palabra del Señor. Aunque ande en valle de sombras no temeré mal alguno porque El estará conmigo. Aplica esa verdad a todas las dimensiones de tu vida. cualquier proyecto, sea grande, sea pequeño, cualquier situación en tu vida, cualquier lucha, cualquier atadura, cualquier problema emocional, mental, neurosis, defecto físico, lo que sea, aplícale ‘con Dios yo puedo’.
Digan conmigo ‘con Dios yo puedo’ ‘con Dios yo puedo’ ‘con Dios yo puedo’. Vamos a decirlo cinco veces como Josafat esperaba que lo dijera, cuarta vez ‘con Dios yo puedo’, ‘con Dios yo puedo’. Y una última vez, es una buena medida ‘con Dios yo puedo’. Damos gracias al Señor. Gloria a Dios. .............. con Cristo Jesús es posible. En el nombre del Señor conquistamos montañas, alturas, derribamos fortalezas, le quitamos la cabeza a los gigantes en nuestra vida y poseemos la tierra que Dios nos ha dado. Porque el Señor en nosotros es más poderoso que el que está en el mundo. Vive con ese programa en tu mente. Vive con esa certeza en tu mente. Conviértela en un programa de vida y eso va a transformarte completamente. Los próximos 15, 20, 30 años, tu vida va a ser vida de crecimiento, de desarrollo, de expansión profesional y emocional y relacional y espiritual. Cree. Comienza a querer grandes cosas por mi Dios. Amplía tu pantalla visual y también cree que Dios estará contigo para realizar tus sueños y lánzate en el nombre del Señor.
Yo quiero preguntar si hay alguien aquí en esta mañana, que todavía no ha entregado su vida a Jesús. Hace un tiempo que no hacemos un llamado.