TRANSCRIPT
Dios quiere una iglesia ágil, una iglesia nueva, una iglesia poderosa, una iglesia que pueda funcionar en el siglo XXI y hay unos recursos tremendos que el hombre ha desarrollado en este tiempo, como es el Internet. Y nosotros tenemos que entrar a ese nuevo mundo, la iglesia no se puede quedar atrás.
La iglesia tiene que evolucionar con los tiempos, reteniendo el Evangelio, que como dice la palabra fue una vez dado a los hombres, pero encontrando formas nuevas y más poderosas de llevarlo. Recuerden que en la palabra dice que el Señor no vendrá hasta que el Evangelio no sea predicado a todas las naciones. Y yo creo que Dios está proveyendo en este tiempo formas de que eso se haga posible, porque ya su tiempo está cerca de venir. Entonces yo creo que Dios está usando la mente humana para desarrollar formas de alcanzar a toda la humanidad, y eso incluye, por ejemplo, esta maravillosa tecnología del Internet.
Usted se imagina que nosotros estamos aquí en Mérida, México, y ahora mismo hay personas, potencialmente ahora podrían estarnos escuchando en la China o en el Japón o en Canadá o en Australia, en el mismo tiempo en que nosotros estamos transmitiendo aquí, podrían estarnos escuchando en un campo por allá de Tailandia o de África. ¡Es increíble el tiempo que estamos viviendo! Y la iglesia tiene que agilizar su mente para poder entrar en esa nueva dimensión. No nos podemos quedar atrás. Es más, sería una deshonra para el Señor, porque como hemos dicho antes, nosotros tenemos la mente de Cristo. Amen. Y eso quiere decir que nosotros tenemos que funcionar a un nivel mucho más efectivo que las demás personas.
Esta mañana el doctor Ernst Diehl y yo fuimos a desayunar a un Burger King que estaba cerca. ¿Cuántos saben lo que es Burger King? Y yo le decía a Ernst, nos atendió una señora de evidentes facciones indígenas, pero esta señora tenía su uniforme de Burger King, tenía su aparato electrónico puesto en los oídos y para escuchar las órdenes y comunicarse con las personas que estaban haciendo la comida, tenía la tecnología de una corporación multinacional norteamericana y a mi me causó, me intrigó esta combinación, ¿no?, de esta señora de facciones indígenas, representando una cultura milenaria de hace miles de años, con su tecnología del siglo XXI puesta, ¿no?. Y ese es el México nuevo, que está unido a las corporaciones multinacionales, y el mundo se está estrechando. Y el mundo se ha hecho muy pequeño a través de las comunicaciones y de la tecnología. Y Dios ha puesto en nuestras manos un instrumento tremendamente poderoso que nosotros tenemos que aprender a usar. Amen. Y por eso es que ustedes también deben aprender a usar su computadoras.
No le tengan miedo a esa máquina rara que están allí, que le miran con ojo grande, luminoso. Esas máquinas están bajo su autoridad y usted puede aprender a usarla. Diga amen. Y Dios va a darles computadoras en el nombre de Jesús para que ustedes aprendan. Lo declaramos en el nombre de Cristo y usted trate de conseguir una, de alguna manera, y pídale al Señor que se la de para sus hijos para que puedan entrenarse en eso y puedan usar esa tecnología para gloria del Señor. Y Dios quiere sacar a su iglesia del encogimiento y si no lo hacemos nosotros Dios va a mandar a los inconversos para que nos obliguen a hacerlo a nosotros, hermanos. Porque cuando Dios tiene un propósito, El usa hasta el diablo para entrenarnos contra el mismo. Así es Dios de poderoso y de efectivo en el uso de sus hijos y en sacarles el máximo provecho. Todavía ni siquiera he comenzado a predicar, pero es gratis. Eso le va ahí a ustedes de yapa, como decimos los dominicanos.
Pero hay otra cosa que quiero compartir con ustedes antes de entrar de lleno. Yo aquí he estado pensando en estos días y creo que aquí hay una palabra profética para ustedes, esta congregación y para todas las congregaciones que están representadas aquí esta noche. He estado pensando en el proceso que ustedes acaban de vivir en estas últimas semanas como iglesia, y el pastor Antonio me hablaba acerca de cómo ustedes han estado en cierto conflicto y cierta tensión por el sonido que emite una congregación dinámica como es esta y que está incrustada en un vecindario residencial, y cómo la gente pues,..... claro, también por ciertas oposiciones religiosas y otras cosas, han reaccionado con respecto a esto y cómo han tenido luchas con las autoridades y han tenido las dificultades a veces en abrir su templo y otras cosas. Y yo le decía al hermano Antonio, cuando veníamos desde el aeropuerto que yo siento que el diablo ha querido usar esto para destruir esta congregación o para oprimirla o obstaculizarla, pero Dios lo ha usado en realidad para bendecir a esta congregación.
El Señor Jesucristo dijo una vez, ‘el enemigo solo sabe matar, robar y destruir, pero Yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia’. En otras palabras el Señor ha venido para neutralizar las malas intenciones del enemigo y convertirlas en caminos e instrumentos para bendición y vida para su pueblo. Porque eso es lo que pasa cuando tu estás en la gracia de Dios y el amor de Cristo está fluyendo en tu vida, y esa bendición que Dios ha declarado sobre tu vida de la cual hablamos anoche, está desarrollándose dentro de ti y tu estás moviéndote en esa atmósfera de bendición que Cristo hace posible. Mira, aún tus enemigos Dios los usa para bendecirte y para sacarte adelante.
Y el Señor me dio una palabra acerca de eso que se encuentra en Proverbios y dice allí en Proverbios 16 versículo 7 que dice: “cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aún a sus enemigos hace estar en paz con El”. Mire eso, cuando tus caminos son agradables a Jehová, son agradables porque tu estás en Cristo Jesús, aún a tus enemigo Dios los lleva y los doma y los hace estar en paz contigo y los usa para bendecirte y para llevarte a otro nivel de gloria, de bendición y de provisión. Y yo creo que eso es lo que ha pasado en este proceso y lo que está pasando que Dios ha usado la adversidad por la cual ha estado pasando esta congregación y las dificultades para obligar a esta congregación a entrar a un nuevo nivel de excelencia y de efectividad ministerial y evangelística. Porque en esos contactos con las autoridades y en esas negociaciones, y todas esas zozobras y ese hablar con diferentes personas allá afuera de la autoridad, sus líderes van perdiendo el miedo a esas dimensiones de diálogo, Dios nos obliga a salir del cocuyo protector de las paredes de la iglesia y del mundo evangélico y nos echa a nadar, nos tira al agua.
Usted sabe que cuando el águila quiere entrenar a sus polluelos los toma en el pico, los levanta a las alturas y los suelta. Y ese polluelo o aprende a volar o hay huevos estrellados en algún momento. Porque el águila es un ave de presa y es un ave guerrera y entrena a sus polluelos por medio de la presión y la guerra y así es Dios también. Dios quiere entrenar hombres y mujeres llenos del espíritu santo, guerreros, agresivos en el espíritu, poderosos para con Dios y El usa medios, a veces un poco ásperos para entrarnos en la grandeza a la cual nos quiere entrar.
Entonces Dios ha estado usando eso para obligar a esta avecita que está apenas probando sus alas, a levantarse a un nivel más alto. Y cuando yo miro alrededor a mi me dicen que hace poco aquí no había estas paredes, y ahora, miren, mi hermano aquí me decía, pastor le cambiaron el color de la plataforma. Hace un ratito era verde y mire ahora qué bonita se ve esta plataforma bien formal, ya bien bonita, estas cortinas lindísimas y todo esto y ya este lugar, me imagino que parece más iglesia que antes y ustedes están más protegidos, más formales. Dios los está llevando a otro nivel de excelencia. Dios ha usado los problemas de allí afuera para llevar a la iglesia y desarrollarla y poner presión sobre ella para que salte a otro nivel y los ha obligado a ustedes entonces a dar más y a comprometerse más con sus pastores, con sus líderes, con la visión de la iglesia para que la iglesia pueda avanzar a otro nivel.
Y cuando ustedes hayan ya tomado este nivel y hayan aprendido a funcionar en el, Dios les sacará a un nivel todavía más alto, de más expectativas, de más demanda, pero también de más gloria, de más alcance y de más capacidad para abarcar más pueblo. Porque el Señor nos lleva de nivel en nivel y cuando un pueblo está siendo dirigido por el Señor, y está siendo entrenado por el Señor, y cuando el espíritu santo se está moviendo en una familia, en un individuo o en una congregación, el Señor es el entrenador y El toma control y comienza a llevarnos en una forma fuerte pero también tremendamente gentil y amorosa y paternal a nuevos niveles de efectividad y de alcance.
Entonces, yo quiero decirles que el Señor está obrando y el Señor está coordinando el crecimiento y el desarrollo de esta congregación. Y el Señor está asegurándose de que ustedes crezcan en una forma orgánica. Les va a poner ciertos niveles de presión cuando se sientan cómodos para llevarlos a otro nivel, y a otro nivel. Y eso es lo que dice la palabra, la palabra de Dios dice que ‘la senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día perfecto’. Y así es que tu tienes que ver tu vida, hermano. Tu tienes que ver tu vida como que tu vas de gloria en gloria, como que tu vas de crecimiento en crecimiento, como que Dios te ha llamado a ser cada día mejor, cada día más sabio, cada día más profunda, cada día más peligrosa para el diablo y las huestes de maldad, cada día más entendida en los misterios de Dios y el espíritu santo te va a ir guiando paso a paso. Y tu tienes que cooperar con el espíritu santo, tu tienes que estar atento a los movimientos del espíritu santo. Tu tienes que estar alerta a la voz profética de Dios que te va a hablar a través de las circunstancias y los eventos de la vida y a través de las personas que van a entrar en contacto contigo. Y tu tienes que creer que cada momento de tu vida, cada cosa que pasa, cada conversación que tu tienes, cada evento que sucede en tu vida, todo es parte de la revelación de Dios para llevarte al nivel donde El te quiere llevar.
No desperdicies nada. Dios siempre nos está hablando. Dios se está revelando a nosotros, pero a veces nosotros somos torpes y ásperos en nuestro entendimiento y no podemos apreciar esa voz sutil de Dios que quiere hablarnos a través de cosas pequeñas y de revelaciones pequeñas. Y cada vez que tu salgas de tu casa, y es más aún antes de salir de tu casa, tu tienes que creer y decir ‘hoy Dios me va a hablar y hoy Dios va a usar los eventos de mi vida para entrenarme y prepararme y hacerme más útil para su reino y entrenarme y quebrantarme para hacer que yo pueda habitar en paz conmigo mismo y con los demás’. Y Dios va a estar usando todas las dimensiones de tu vida para esto.
Por eso el Señor Jesucristo dijo ‘el que tenga ojos para ver, vea’ porque hay mucha gente que tiene ojos para ver, pero no ven. Las palabras de Dios y las revelaciones de Dios nos pasan a mil millas por hora por encima de la cabeza y desperdiciamos esos momentos que Dios está usando para entrenarnos, para llevarnos a nuevos niveles. Por eso es que nosotros tenemos que ver que Dios siempre nos va a estar hablando, y Dios le ha estado hablando a esta congregación y Dios les dice ‘pongan atención porque Yo los estoy entrenando. Pongan atención porque Yo los estoy llevando y hay un propósito que Yo tengo con ustedes y Yo los voy a dirigir paso a paso’.
Así trabajó el Señor en nuestra vida y ha trabajado en mi vida continuamente a través de todos los años que yo tengo sirviendo al Señor, veintipico de años como pastor de mi congregación, siempre he podido ver la mano de Dios coordinando todos los aspectos de mi ministerio, no porque yo sea la gran cosas ni nada, sino porque Dios lo quiere hacer con cualquiera que se rinda al Señor y que se entregue y que se abra y que quiera ser usado grandemente por el Señor. Dios te va a tomar en serio y va a comenzar un programa de entrenamiento exclusivamente diseñado para ti, según tu temperamento, según tus cualidades, según tu historial pasado, según tus circunstancias, según el propósito que El tiene para tu vida, según la dotación que El ha puesto en ti. Dios va a leer todo eso y va a diseñar un plan de entrenamiento específicamente para ti, como hacen los grandes entrenadores cuando reciben un atleta que tiene potencial, identifican dónde está la fuerza de ese atleta. Si es un boxeador por ejemplo, y quizás no es muy pesado o musculoso pero tiene agilidad, entonces lo que le falta en peso, lo repone en agilidad o en tamaño. Entonces el entrenador va a ver la fuerza del boxeador y va a adecuar su entrenamiento para desarrollar la parte fuerte de ese boxeador. Porque quizás ese boxeador no va a poder competir con su contrincante al nivel de fuerza, pero va a poder reponer al nivel de agilidad, de inteligencia. Entonces el entrenador usa eso para entrenarlo.
Y asimismo Dios es capaz de entender exactamente cuál es el llamado que hay en tu vida, cuál es la dotación que El ha puesto en ti, cuál es el área en que tu puedes servir, y entonces Dios va a diseñar un programa, una forma de entrenarte que va a ser cada día, cada momento, cada encuentro, cada intervención, Dios la va a estar usando para desarrollar en ti el llamado que El tiene para tu vida. Y si tu eres alerta, y si tienes fe y si crees que Dios obra en esa manera con los hombres, entonces tu vas a ser un estudiante observador y vas a aprender cada día lo que Dios está diciendo en tu vida, y tu crecimiento va a acelerarse y a desarrollarse mucho más rápidamente porque tu vas a ver con ojos espirituales y vas a poder interpretar lo que Dios está haciendo en tu vida. Y te vas a poder entrar en el fluir de Dios y eso va a acelerar tu movimiento.
Es importante que nosotros aprendamos a fluir con el trato de Dios en nuestras vidas y rápidamente coger en el aire la enseñanza que Dios nos está dando y correr con ella, antes de que Dios nos tenga que venir con un bate de 10 libras a darnos por la cabeza. Dios comienza a veces con una plumita, y si no entendemos con una cuchara, y si no entendemos coge una tabla, y si no entendemos coge un bate, y si no coge una viga de acero y nos da por la cabeza. Yo prefiero escucharlo y entenderlo desde que coge la plumita. Amen. Tenemos que ser sensitivos a la voz de Dios y entender lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.
Yo he visto la mano del Señor, y ya entré en mi sermón hace tiempo. Yo he decidido que en estos tiempos voy a dejar simplemente que el Señor hable como El quiera. Yo he visto cómo Dios ha ido interviniendo en nuestra congregación a través de los años y déjenme compartir algo de ese testimonio porque quizás pueda ser de bendición para ustedes como líderes y para esta congregación también. Porque así es que Dios obra. Dios pone un llamamiento en nuestras vidas.
El texto de hecho que yo iba usar, y simplemente lo voy a relatar, es un texto que muchos de ustedes conocen, y es el texto de cuando el Señor Jesucristo encuentra a Pedro, después que Pedro ha estado una noche completa tratando de pescar y no encuentra ningún pez. Eso se encuentra en Lucas, Capítulo 5, usted lo puede buscar allí si quiere. Dice que había unos pescadores que estaban en la orilla lavando sus redes, después de una noche de tratar de pescar, y el Señor Jesucristo fue abrumado por la multitud que quería escuchar palabras de vida que salían de El, y el Señor se vio de momento abrumado por toda esa gente y entendió que El tenía usar un instrumento, algo, una plataforma para poder hablarle a tanta gente, porque todos estaban alrededor de El y no podía llegar su voz de esa manera. Entonces El miró alrededor vio la barca de Pedro que estaba un poquito retirada de la orilla, llamó a Pedro, se subió en la barca, y le pidió a Pedro, dice que le rogó a Pedro que le dejara usar la barca para predicarle a la multitud. Y después que el Señor terminó su mensaje a la multitud se viró hacia Pedro: ‘Pedro, ahora boga mar adentro, boga mar adentro y echa tus redes para pescar. Y Pedro obedientemente cogió su barca, la echó hacia el mar y entonces cuando estaba allí el Señor le dice: ‘echa tus redes’, y Pedro le dice: ‘Señor, toda la noche hemos estado pescando y no hemos cogido ni un solo pez, pero en tu palabra yo echaré la red.’ Dice la Biblia que Pedro echó la red obedientemente y ¿qué pasó? .... cogió una multitud de peces, tanto que la barca se hundía. Y Pedro al ver esto, asombrado y lleno de temor santo, ante la presencia de uno que él entendía claramente que tenía que ser Dios, para poder ejecutar un milagro tan portentoso, se echó al suelo enseguida de la barca, temiendo, como han temido los profetas a través de la historia y todo aquel que ha tenido un encuentro con la deidad de Dios, su terrible presencia, y como dijo uno de los profetas ‘ay de mi porque he visto la gloria de Dios’ y Dios siempre dice ‘no temas’. Y el Señor Jesucristo le dijo ‘no temas, porque desde hoy vas a ser pescador de hombres’. Dice la Biblia que Pedro, dejando sus redes, siguió al Señor. ¡Qué maravilloso pasaje! ¿no?
Ahí yo veo a Dios tratando con un hombre a quien El quiere usar, como Dios está tratando con ustedes a quien Él quiere usar, como Dios está tratando contigo, pastor, como Dios está tratando contigo, líder de la congregación, como Dios está tratando con los pastores de esta congregación, como está tratando con mi vida y con mi congregación. Porque cuando Dios nos llama, El siempre establece tratos con nosotros.
Esta mañana yo hablaba acerca de los viajes que Dios diseña cuando nos llama, cuando nosotros aceptamos el llamado de Dios. Dios siempre nos mete en unos viajes individuales donde El se mete con nosotros como se mete aquí con Pedro, y nos lleva a un lugar donde El quiere revelarnos algo diferente acerca de su gloria. Y nos quiere dar una visión de quién El es para con nosotros. Y entonces nos dice, como le dice a Pedro aquí..... nos mete en un viaje y le dice a Pedro ‘boga mar adentro’, que es un símbolo de una trayectoria del Pedro torpe y meramente humano, un pescador como cualquier otro, anónimo, sin nada que lo distinga, y lo saca de allí, lo mete a un viaje mar adentro, pero que también es un viaje hacia su destino, y cuando está bien apartado de la orilla, se le revela y se quita su traje de Clark Kent y se revela como Superman que es el Señor Jesús, hijo de Dios.
Y así Dios quiere darte a ti una revelación de su gloria. Dios quiere que tu lo conozcas. Al Señor le encanta que lo conozcamos. El quiere revelarse. El nunca va a poder revelarse en toda su gloria, pero si El quiere revelarse a ti en una manera diferente. El quiere que tu lo conozcas íntimamente para que tu puedas serle útil entonces. Solamente una persona que ha tenido un encuentro poderoso con Jesús puede ser útil al Señor. Y por eso en este pasaje, y yo veo que hay 3 niveles de cercanía que Pedro tiene con el Cristo todopoderoso. Hay 3 niveles de profundidad espiritual que Pedro ocupa en ese pasaje. Como hay diferentes niveles de espiritualidad que nosotros ocupamos en nuestra trayectoria espiritual.
Mire que Pedro lo vemos, al principio en la misma playa, junto con el montón de la gente, bien cerca de la gente. Está allí lavando sus redes para pescar, está sobre tierra firme. Ese es el primer nivel. El segundo nivel es cuando el Señor le dice ‘aparta tu barca de la tierra un poco para que Yo pueda hablar a la multitud’, ese es el segundo nivel, apartarse un poco de la tierra firme donde está la multitud. Y el tercer nivel el cuando el Señor termina de predicar le dice ‘ahora, boga mar adentro’ que es un nivel de mayor separación y distancia de la multitud y de la tierra firme.
Y yo creo que allí hay 3 diferentes niveles de profundidad espiritual, 3 diferentes niveles de conocimiento del Señor, 3 diferentes niveles de desarrollo ministerial en la vida de Pedro. Entonces entendemos que Dios no quiere que tu te quedes estático. Dios no quiere que tu seas el mismo ministerialmente, o temperamentalmente o relacionalmente, que tu eras hace un año o diez días, o cinco años o lo que serás dentro diez años. El cristiano siempre tiene que estar evolucionando. Las iglesias siempre tienen que estar desarrollándose, los ministerios siempre tienen que estar en movimiento, porque nosotros no somos lagos, somos ríos que tenemos que estar siempre fluyendo. Si nos estancamos, nos morimos. Siempre tenemos que estar en proceso, siempre tenemos que estar yendo hacia la próxima etapa, hacía el próximo nivel, hacia la próxima meta y Dios es glorificado en eso. Dios aborrece la persona haragana y cómoda, por eso le dice a Josué ‘mira que te mando que te esfuerces y seas valiente porque Dios nos llama a estar siempre en proceso, siempre en movimiento. Cuando nos paramos, nos morimos.
Siempre tenemos que estar alerta. A donde se va a mover la nube, a dónde se va a mover la gloria de Dios, a dónde va a ir la columna de fuego, y cuando el Señor dice ‘muévete’, tu tienes que moverte porque si no te mueves, te vas a morir. Y por eso tenemos que estar siempre alerta, donde Dios me está llevando, qué Dios me está diciendo, cómo me está hablando. Yo quiero infundir en ti una visión de un Dios dinámico y de una vida cristiana dinámica donde tu tienes que estar siempre alerta a lo que el espíritu santo te está diciendo y dónde está la próxima montaña que tu tienes que escalar.
Entonces, en la primera etapa de Pedro, en ese viaje es donde Pedro está allí en la tierra, junto con el montón de la gente. Y para muchos líderes ese es el nivel donde simplemente somos gente que estamos haciendo cosas en la vida cristiana o en el ministerio o simplemente quizás estamos en el mundo y todavía no somos ni siquiera hijos de Dios y nada nos separa del montón. Tenemos una espiritualidad religiosa, venimos a la iglesia, hacemos los movimientos que todos los demás hacen, pero no hay profundidad espiritual, no hay contacto con Dios, no ha habido un entrar y trabar relación personal, un diálogo de comunicación con Cristo y con el espíritu santo. Y la mayoría de los cristianos desgraciadamente, están en ese nivel donde el 70%, el 60% de las congregaciones son personas que simplemente llegan a la congregación. Gloria a Dios porque aceptaron a Cristo. Gloria a Dios porque se van a ir al cielo, pero qué lástima que se están perdiendo la oportunidad de ser útiles para el Señor aquí en la tierra y se están perdiendo de la oportunidad de beber la leche y la miel que Dios tiene para aquellos que se dan a servirlo. Y es un desperdicio, un desperdicio para la iglesia, porque se les roba talentos y recursos que podría usar para expandirse y es un desperdicio para las personas que viven a ese nivel porque no reciben la bendición y la gloria que Dios tiene destinada para sus vidas. Y yo te digo a ti que no te quedes a ese nivel. ‘Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo’, dice el Señor en esta noche. Esas rodillas que están paralizadas, que se doblen en oración y ayuno para buscar la gloria de Dios. Esas manos que están caídas y puestas en el piso y en los bolsillos, que se levantes para recibir el fuego que va a venir sobre tu vida cuando tu clames al Señor y busques la unción de Dios en tu vida, cuando tengas hambre de Dios.
Dios te dice ‘despiértate, salte del montón, desarrolla hambre, sed de mi porque Yo quiero usarte, Yo quiero bendecirte, Yo quiero revelarme a ti, Yo quiero que tu me conozcas en una manera diferente. Yo no soy un Dios genérico. Yo soy un Dios personal, un Dios individual y Yo me aparezco a mis hijos y Yo quiero hablarle a mis hijos y Yo quiero que mis hijos me conozcan a mi como Yo los conozco. Yo quiero que mis hijos tengan tratos conmigo. Yo quiero hablarles en el sueño de la noche. Yo quiero usar las circunstancias de su vida para revelarme a ellos detrás de las cortinas del tiempo y del espacio. Yo quiero que mis hijos vean algo de mi gloria y que conozcan mis tratos, que puedan transferirle a sus hijos las leyendas y las hazañas que ellos han hecho a través de mi poder y puedan transmitirle a sus hijos la pasión por el Evangelio y que puedan convertirlos entonces en instrumentos también, en una nueva generación que haya visto la gloria de Dios reflejada en sus padres’.
Tu no le puedes dar a tus hijos ni a las personas que tu estás discipulando, tu no les puedes transmitir lo que tu no has experimentado en tu vida. tu no puedes esperar que tus hijos amen al Señor y crezcan con una pasión por el Señor, si ellos no ven esa pasión reflejada en tu vida. Tu no puedes esperar a hablarles a tus vecinos de Jesucristo si tu voz es una voz débil y que no tiene autoridad, que no tiene el tono de autoridad que solo se consigue habiendo batallado y peleado y habiendo domado a los demonios y a los poderes del enemigo, habiendo sufrido mucho y ganado mucho y entonces tu voz se torna, de un simple raso a la voz de un oficial del ejército que cuando habla tiene el peso de Dios en su voz y la gente se alinea porque entiende que hay alguien allí que tiene autoridad.
Se necesita salirse del montón. Dile a tu hermano ahí a tu lado ‘salte del montón’. Díselo, díselo, ‘salte del montón’. Amen. Tenemos que salirnos del montón. Tenemos que salirnos de la mediocridad. Tenemos que salirnos de lo genérico. Tenemos que entrar en lo específico. ¡Aleluya! Tenemos que entrar en ese lugar secreto y tenemos que ir al monte para que Dios nos hable, para que podamos bajar del monte entonces con la gloria de Dios manifestándose en nuestros rostros. La palabra del Señor dice que ‘mirando a cara el rostro del Señor somos transformados de gloria en gloria’. Si tu no miras el rostro del Señor, la gloria del Señor no se va a poder transferir a tu vida. Tu necesitas pasar tiempo con Dios. Tu necesitas salirte de la multitud. Tu necesitas apartarte de lo común y lo corriente para que Dios pueda tratar con tu vida y revelarse a tu vida. Tu tienes que desarrollar apetito por Dios. Desgraciadamente la mayoría de la iglesia está adormecida, está indiferente, piensan ‘Dios no tiene nada conmigo, eso es para el educado. Ah, eso es para fulanita que fue a la escuela superior. O eso es para aquel hermanito que ora mucho y que ayuna mucho. Eso es para el otro que sabe hablar y que no le tiene miedo a la gente’. Mira, la revelación, el don de Dios es para todos. El Señor nos ha llamado a todos a desarrollar un plan, una meta en la vida, y tu tienes que dejar de pensar de ti mismo como insignificante, como no llamado, no dotado. Todos tenemos algo que contribuir al Reino de Dios.
Dice la Biblia que Dios vino y distribuyó dones a los hombres. Nosotros todos recibimos un don. No importa cuán nuevo tu seas, no importa cuán pequeñito tu seas, no importa cuán ineducado tu seas, Dios te puede usar si tu te atreves a usar su gloria y apartarte de la multitud y apartarte de lo genérico y meterte a pedirle al Señor y a ayunar y a pedirle a Dios un llamado para tu vida. Créelo. Y tócale a la puerta a Dios hasta que Dios haga bajar su fuego hasta tu vida y te transforme en un hombre o una mujer llena del espíritu santo. Pero no te quedes, no te quedes en la orilla. No te quedes con la multitud, no te quedes con el montón porque allí te vas a morir y vas a desperdiciar la bendición de Dios para tu vida. Y nunca vas a entrar en el destino que Dios ha determinado para ti. En el nombre de Jesús yo ahora mismo desato la mente del pueblo de Dios para que entienda que sus ojos sean abiertos, que el velo sea quitado del entendimiento, que sean despertados para entender que Dios les está llamando para cumplir un propósito para llegar a una meta. Que se inquieten, que no se les permita dormir ni descansar hasta que busquen la gloria de Dios y encuentren el llamado de Dios para sus vidas. En el nombre de Jesús, ¡Aleluya! Recibe eso en esta noche. Dios te está llamando. Dios quiere que te salgas del montón y que entres a un nivel de poder y de efectividad. Atrévete en nombre del Señor. Esa es la palabra del Señor para tu vida. Atrévete a creer que Dios tiene un llamado para tu vida y comienza a dar pasos de fe, pequeñitos al principio, pero se irán haciendo más y más grandes, más y más firmes, más y más confiados y si en lo poco eres fiel, en lo mucho serás puesto, dice el Señor.
Pero hay que salirse de lo cómodo, hay que salirse de lo general, hay que salirse del sueño que muchos de nosotros estamos metidos. Y luego viene el llamado al servicio y el Señor le dice a Pedro: ‘Pedro, permíteme usar tu barca para poder hablarle a la multitud’, y ahí hay algo maravilloso que nos revela algo acerca de cómo es que Dios obra para llevar a cabo el mensaje a las naciones y las multitudes. Fíjese que había una gran necesidad, la gente estaba hambrienta de la palabra de Dios, estaban como ovejas sin pastor, dice la palabra. Los líderes religiosos les había fallado, habían convertido la revelación de Dios en religión muerta. Los fariseos en vez de atraer a la gente a Dios, los había alejado y los habían apartado con un montón de mandamientos y de leyes y era una religión muerta, llena de letra, pero hacía años que el espíritu de Dios se había ido de esa letra, y lo único que tenían era entonces eran prohibiciones. Y la religión se había convertido en algo para los privilegiados, los que habían estudiado, los que eran atletas de la religión, la gente respetable, la gente de bien entre comillas, la gente decente, la gente de clase media, clase alta, y sabemos que ahí no está, no puede estar Dios porque su revelación es para todos, para los grandes y para los pequeños. Pero el fariseísmo le había fallado, el judaísmo le había fallado a Dios y le había fallado al pueblo.
Y cuando viene Jesús con su poder expresando una fe viva y una espiritualidad personal y un Evangelio de esperanza y de buenas nuevas, la gente siente en su espíritu que hay algo que tiene ese ser que no tienen los fariseos. Usted ve que continuamente había personas que apasionadamente seguían a Jesús, porque en algún momento el les había tocado con su mensaje de vida y de esperanza y de amor y de redención y esas personas que se habían sentido rechazadas y sin esperanza por parte de los líderes religiosos, y pensaban que Dios no los necesitaba, ni los quería, y es más los aborrecía, de momento se despertó su espíritu y sintieron que había un llamado posible para sus vidas, que había esperanza para ellos. Y cuando esperaban recibir condenación de Cristo, lo que recibieron fue amor y gracia y perdón y esperanza.
Y por eso vemos a esta mujer en las páginas de Escrituras que se acerca a Jesús, era una mujer de mala vida, una mujer que todo el mundo la rechazaba cuando pasaba por las calles murmuraban de ella, susurraban. Las mujeres la veían venir y agarraban sus maridos y se los llevaban para el otro lado de la calle. Y parece que esa mujer fue tocada por Cristo y por su mensaje de esperanza y esa mujer sintió que para ella había una posibilidad.
Tenemos que abrir puertas para que la gente pueda venir. Cuando entren entonces les enseñamos, cuando les hemos mostrado que hay posibilidad en Cristo, que no lo tienen que hacer ellos sino el espíritu de Dios en ellos, y que Dios los va a redimir, Dios los va a cambiar, no eres tu ni soy yo ni es la iglesia la que va a cambiar a los pecadores. Cuando una iglesia está siendo eminentemente evangelística va a tener unos problemas grandísimos que no va a encontrar los manuales que te digan ¿cómo brego yo con esto?, esta situación nunca la he visto antes en mi vida. ¿Por qué? Porque Dios va a estar trayendo gente con todo tipo de problemas y situaciones raras y difíciles y tu vas a necesitar del espíritu santo y de la gracia de Dios para poder resolverlo. ¿Por qué? Porque eso es lo que Dios quiere. Cristo vino a buscarlo porque se había perdido. A Cristo no le interesa la gente que está con todas sus cosas resueltas y todos los papeles en orden. Dios quiere a la gente que viene con todos los problemas habidos y por haber para que la iglesia los resuelva. Cristo le dice a la iglesia ‘Denle vosotros de comer.’ Una iglesia que está siendo usada por Dios es una iglesia que va a tener problemas y gloria a Dios por eso. Las iglesias muertas son las que no tienen problemas, pero una iglesia que tiene la vida de Dios va a tener retos y tiene que estar preparada. Por eso es que Dios le dice a la iglesia ‘¡despiértense!’, porque estamos en un tiempo con tantos problemas y la gente va a venir atados con todo tipo de ataduras, y si usted quiere una iglesia bien limpiecita, bien bonita, donde nadie rompa un vaso, donde todos se comporten bien, usted no está fluyendo en la voluntad de Dios. Porque si usted mira Cristo siempre fue rodeado de gente que los respetables no los querían. Saqueo, los publicanos, las mujeres de mala reputación, la gente de mal temperamento como Pedro, etc. etc. el Señor siempre estaba rodeado de una gente que la mayoría de nosotros no queremos ser vistos con ellos en la calle.
Pero lo que quiero decir, hermanos, es que esta mujer vino con Jesús porque el Señor le había dado esperanza, en vez de rechazarla, en vez de juzgarla, en vez de castigarla, el Señor le dijo: ‘mira, tu puedes salir de esa vida. Dios usándote y trabajándote en tu vida puede romper tus ataduras y convertirte en una mujer respetable, una consejera, una esposa.’ Y esa mujer sintió tal agradecimiento por Jesús que lo buscó hasta que lo encontró en la casa de Simón, el fariseo, y llegó y trajo un vaso de perfume caro en un vaso de alabastro, quebró el cuello del vaso y vertió el perfume sobre el Señor y con sus lágrimas mojaba los pies del Señor y con sus mismos cabellos secaba los pies del Señor. ¿Por qué? Porque había recibido esperanza, porque el Evangelio que Cristo predicaba era un Evangelio de bendición y cuando haya una iglesia que predique bendición y gracia y amor y potencialidad y posibilidad de transformación y el poder de Dios para cambiar las vidas y para transformar las generaciones y traer prosperidad y santidad y poder y autoridad sobre los yugos y las ataduras, esa iglesia va a ser prosperada y la gente va a venir a ella, va a querer encontrar esa iglesia.
Y por eso es que cuando el Señor está allí, la multitud vino donde El y se le agolpaban y se le tiraban encima porque los fariseos no predicaban así. Si tu estás lleno de la gloria de Dios, si tu pasas tiempo con Dios, si tu estás cerca de Jesús, tu vas a ser contagioso y te va a pasar lo mismo que le pasó a Jesús, que la gente va a buscarte y no vas a poder estar tranquilo porque van a estar tocándole a la puerta a la vecina para que tu le des un consejo, te va buscar aquel que tiene un problema matrimonial para que tu ores por él. Y te van a pedir que los lleves a la iglesia, en vez de tu tener que estar rogándoles que vayan, porque el poder del espíritu santo se va a manifestar en tu vida. Por eso el Señor Jesucristo dice ‘permaneced en mi, permaneced en mi y yo en vosotros y llevaréis mucho fruto’.
Hermanos, el dar fruto viene como producto de permanecer en Cristo, de tener intimidad con El, de meterse a Cristo dentro de nosotros y nosotros meternos dentro de Cristo. Y entonces la vitalidad de Jesús, el mismo estilo de Jesús, el atractivo de Jesús, se transmite a través de nosotros y nos tornamos en gente magnética que otros vienen a nosotros. Y Dios nos fecunda y pasamos de ser estériles, como decíamos anoche, a habitar en familia. Porque a Dios le encanta tornar nuestra esterilidad en fertilidad y bendición. Por eso hay en la Escritura hay tanta gente estéril, tantas mujeres estériles que Dios tornó en mujeres fructíferas y muchos de los grande líderes que vemos en la Biblia nacen de mujeres estériles, como Samuel, de Ana; como Juan el Bautista, de Elizabeth; como Jesús de María que aunque no era estéril, pero no podía concebir porque no era esposa todavía; como Sara que da a luz un hijo, Isaac. ¿Por qué Dios siempre usa mujeres estériles para traer sus grandes líderes? Porque Dios dice a la humanidad ‘Yo quiero tornar tu esterilidad en fruto. Yo quiero tomar tu vida estéril, improductiva, impotente, a la merced de las circunstancias, bajo el yugo del diablo y quiero tornar esa vida en un instrumento para mi gloria. Yo quiero tornarte en un hombre, una mujer que pueda bendecir a otros, que pueda usarse para traer redención a la humanidad. Yo quiero tu des vida. yo quiero que tu des a luz hijos espirituales. Yo quiero cambiar tu nombre de Abran a Abraham, padre de multitudes. Quiero cambiar tu nombre de Sarai, a Sara, mujer que habita en familia, madre’.
Dios quiere cambiar tu nombre, Dios quiere cambiar tu identidad y el Señor está buscando gente a quienes El pueda preñar, perdone que use esa palabra así gráfica, impregnarnos con su vida para que podamos dar a luz hijos y traer a otros al conocimiento de Jesús. Pero hay un precio que pagar. Hay que pegarse a Jesús. Hay que llenarse de la vida de El. No podemos ser usados. El Señor Jesucristo quiere que nosotros nos impregnemos de su personalidad que es una personalidad eminentemente fructífera, por eso donde Jesús iba, iban los milagros, iba la revelación, iba el consuelo, iba la sanidad, iba la multiplicación de los recursos, iba la palabra de potencial que daba vida a la gente que rompía sus ataduras, que vencía a la muerte, y el Señor está diciendo ‘Yo quiero esa misma vida para ti. Yo quiero que tu seas como Yo. Yo quiero transferirte mi código genético para que tu también seas un dador de vida, para que tu también seas un transmisor de la gracia del padre, pero tienes que salirte del montón.’
Y por eso cuando el Señor está allí predicando la gente viene hacia El, la gente lo busca porque la gente tenía hambre y sabía que El tenía algo que darle que la iglesia institucional, religiosa, no le podía dar. Ayer yo hablaba con un médico eminente aquí en México que fue a Boston a visitar, allá conoció al Señor en nuestra iglesia. Vive en Morelia y cuando supo que iba a estar acá, pues vino y me honró con su visita aquí y trajo a otro médico eminente de aquí de Mérida y él hablaba precisamente de su vida, y de todas las cosas como Dios ahora está abriendo su vida y está haciendo transformaciones en él y está acercándolo más al Señor.
Esa es la idea, que Dios quiere tocar gente y traerlos al conocimiento del Señor e inquietarlos y tornarlos en gente que pueda a su vez traer a otros al conocimiento de Jesús. Y él decía sobre todo, decía esto, porque es un nuevo creyente, él hablaba...... y miren hermanos yo no tengo nada contra la iglesia católica. Yo creo que hay mucha gente de Dios en la iglesia católica. Yo no se cuál es su teología y yo la respeto, pero yo creo que hay gente católica que se va a ir al cielo con todo y zapatos, porque no es cuestión de religión, es cuestión de relación con Jesucristo, pero muchos de sus líderes les han fallado y por eso están teniendo los problemas que tienen. Pero también hay muchos evangélicos, muchos en mi país ahora mismo hay muchos evangélicos que están apoyando el aborto y apoyando la homosexualidad, iglesias que se llaman evangélicas y están recibiendo a todo tipo de gente, le están diciendo ‘sigue con tus pecados’, ni siquiera le llaman pecado, no hay problema porque Dios te ama así. Y esa gente está tan lejos de Dios, esas iglesias están tan lejos de la voluntad de Dios como están los católicos. Porque sean evangélicos eso no les el privilegio de violar la palabra de Dios.
Pero este hombre decía, este médico decía, acerca..... dice hay una catedral allá inmensa en Morelia y allí va toda la gente y lo que se hace dice, se lee la Biblia, unos minutos y el sacerdote lo que hace es que la lee literalmente y ni siquiera la explica. Y todo termina allí y la gente se va y no ha recibido la palabra de vida, y se van como entraron. Yo espero que Dios traiga un avivamiento a la iglesia católica. Yo espero que Dios la despierte y que puedan entrar en la vitalidad. No es que estamos hablando en contra de ellas, son gente que Dios ama y hay allí mucha gente que ama a Dios, pero les ha fallado su visión. Y donde nosotros tenemos que estar es donde está la palabra de vida siendo predicada, y donde esa palabra de vida sea predicada la gente va a venir y donde haya gente que tenga entendimiento de Dios y una experiencia con Cristo, con el Cristo personal, esa gente va a ser efectiva, y por eso la gente viene donde Jesús y está allí. Y entonces Jesús tiene un dilema, ¿cómo alcanzo yo a esta gente?
Ve, cuando una iglesia está llena del espíritu santo va a tener problemas y el problema va a ser no, ‘no tenemos gente’, sino ‘tenemos demasiada gente, y cómo vamos a resolver el problema’. Ese es el tipo de problema que yo como pastor quiero tener. Ahora mismo allá en Boston tenemos ese problema. Nosotros construimos una iglesia hace diez años y nos permitió saltar a otro nivel, y tuvimos que ir a dos servicios, ya tenemos dos servicios y ya estamos claros de que ya aún esos dos servicios no nos dan y tenemos que estar pensando, rompiéndonos la cabeza cuál es el próximo nivel. Y ahí estamos en ese momento ahora mismo. Yo tenía una conversación con el Dr Diehl esta mañana, ¿qué hacemos, construimos un nuevo templo y estamos en ese proceso, alquilamos, qué hacemos, gastamos millones de dólares en un nuevo templo, qué pasa, cuáles son....? Hay problemas que surgen cuando Dios te está usando, cuando el poder de Dios está en tu vida, cuando tu iglesia está experimentando la gloria de Dios, van a tener problemas, pero van a ser buenos problemas. Yo prefiero tener el problema de que voy a hacer con la gente, de que no hay gente con que hacer nada. ¿Usted entiende?
Y cuando usted está lleno del espíritu santo, su problema va a ser ‘tengo demasiada gente, me están buscando, tengo que esconderme. Porque llego a la casa y ya me están esperando allí y pedirme consejo y pedirme que ore con ellos’. Ese es el problema de Jesús, dondequiera que iba, ya la gente lo estaba esperando. ¿Usted recuerda? Mandó a sus discípulos, estuvieron trabajando y dijo ‘vamos a un lugar ahí de vacaciones, vamos a playa del mar, ¿del mar o del Carmen?, Playa del Carmen, vámonos a Acapulco. Les dijo el Señor, ‘muchachos, porque al Señor le gustaba de vez en cuando descansar. Sus pastores deben tener también tiempo para descansar. Digan amen. Hay que refrescarse, hay que buscar. Pero ¿qué pasó?. Cuando llegaron allá ya la gente de alguna manera había descubierto dónde iban a estar, y cuando llegan allá ahí están todos sonrientes esperándolo. ‘Señor ¡qué bueno que viniste! Estábamos esperándote. Gloria a Dios.’
Ese es el problema de la gente que tiene la unción de Dios. La gente lo va a estar buscando porque hay necesidad en este mundo. En tu vecindario hay gente que se está cociendo en su propio jugo, todos los días, con problemas, con dificultades financieras, con problemas matrimoniales, problemas con los hijos, problemas en el trabajo, problemas de salud, problemas existenciales, problemas del pasado, problemas del presente y problemas del futuro, problemas con el jefe, problemas con los amigos y problemas con los enemigos, y necesitan consejo, necesitan una palabra redentora, y esa palabra está en tu boca porque tu conoces al Dios que puede resolver los problemas. Y Dios quiere que tu compartas esa palabra. Y cuando la gente sepa que hay un creyente lleno del espíritu santo esa gente va a fluir a donde está esa persona, por eso es que necesitamos cristianos llenos del espíritu santo. Necesitamos gente experta en la guerra para que puedan guerrear a favor de los pobrecitos y de los impotentes y de los indefensos que el diablo tiene bajo su yugo, en todos los vecindarios de la ciudad de Mérida. Y necesita Dios a mujeres como las tres que veo aquí ahora mismo. Ustedes así hermanas, Dios las quiere usar, las va a usar en el nombre de Jesús. Ustedes representa esa Mérida humilde que Dios necesita su voz, su presencia en los vecindarios de esta ciudad para que prediquen el Evangelio del poder y transformación en su vida. Dios tiene un llamado para ustedes, entren en su llamado y déjense usar por el Señor. Conviértanse en consejeras, madres espirituales, maestras del Evangelio. Ahora mismo en el nombre de Jesús lanzo el poder, la potencialidad de Dios en sus entrañas espirituales, las declaro ungidas en el nombre del Señor para ser usadas por Dios grandemente. Recibe la dotación del poder de Dios en tu vida.
Hermanos Dios quiere una iglesia redimida, una iglesia llena del espíritu santo, una iglesia que sepa donde está el agua para beber, dónde hay pan para comer y entonces decirles a otros ‘vengan aquí hay pan, aquí hay agua. Coman.’ Pero si no hemos ido a esas fuentes, cómo podemos llevar a otros. Por eso tenemos que pedir al Señor: ‘Señor, ayúdame a entrar en tu intimidad.’
Y el Señor tenía ese problema, dondequiera que iba la gente lo seguía. Ahí lo vemos retratado, donde comienza este texto en el Capítulo 5 de Lucas, tiene el problema, la gente está fluyendo a donde está él, y El mira a su alrededor y su mente divina le dicta lo que El tiene que hacer, y ve una barca. Hermanos, estos pasajes son tan profundos que uno podría pasar mucho tiempo exponiéndolos y dele gracias a Dios que voy a ser respetuoso de su tiempo y no lo voy a hacer así. Pero hay tantas cosas porque mire por ejemplo, si me da un par de minutos más, ¿está bien?
El Señor vio la barca y yo siempre he dicho que el Señor es el creador del universo y El hubiera podido magnificar su voz, si El hubiera querido. Ustedes saben que El tenía poder para hacerlo, ¿si o no? El no necesitaba este micrófono, en una ocasión vinieron a cobrarle los impuestos y El le dijo a Pedro, creo que fue, ‘vayan al mar, saquen un pez y ahí van a encontrar unas monedas. Vayan y paguen con eso’. Yo creo que el Señor se estaba riendo, estaba haciendo un chiste con eso. Porque después le dijo ‘hey, quiénes son los que pagan los impuestos? Son los ciudadanos, los meros ciudadanos o los hijos de los reyes? bueno, claro, los que son ciudadanos, los reyes no pagan impuestos. El Señor estaba diciendo: ‘ven, yo no tengo que pagar los impuestos’ pero para que se cumpla la Escritura y para respetar la ley, pues vayan y páguenlo, está bien, muchachos’, pero le guiñó el ojo a los discípulos, usando un instrumento sobrenatural para pagar los impuestos. ¿Usted ve? El tenía poder para hacer lo que le daba la gana.
El hubiera podido predicar el Evangelio sobrenaturalmente con una voz magnificada. Es más, El hubiera podido levantarse de los aires diez pies de altura y predicarle a la gente sin ningún problema. Pero ¿qué hizo? Buscó una solución humana, natural para resolver el problema y encontró una barca, y encontró un hombre que era el dueño de esa barca, y le pidió a ese hombre que le dejara usar esa barca. Y ¿saben qué? Dios, si hubiera querido, hubiera desarrollado un plan mucho más económico para predicar el Evangelio. El hubiera podido enviar un arcángel poderoso, con una voz de trompeta, que ni come, ni duerme, ni peca, y haberlo enviado a predicar todo el Evangelio en todas partes del mundo y el mundo se hubiera convertido en unos cuantos días ¿si o no? Imagínense que un arcángel se le aparezca a usted y diga ‘recibe al Señor’. Usted le va a decir, ‘bueno, déjame pensarlo.’ Usted enseguida se va a tirar al piso y le va a decir, dónde, dónde, dónde tengo que ir. Pero Dios escogió un plan, escogió usarnos a nosotros, escogió una forma humilde de llevar a cabo, porque Dios siempre quiere cooperar y trabajar en asociación con su criatura, que es el hombre, la humanidad. El Evangelio no se va a predicar si tu no ayudas a predicarlo. Ese es el plan que Dios desarrolló. Y por eso el Señor miró, y en vez de hacer El la labor sobrenaturalmente, buscó un hombre y buscó una barca para que ese hombre le prestara su barca, para El poder predicar el Evangelio.
Y yo siempre he dicho que nuestras vidas son como la barca de Pedro. Y el Señor siempre está buscando nuestras vidas para poder subirse a ellas y poder predicarle a la multitud hambrienta. Tu eres la barca de Pedro, yo soy la barca de Pedro y Dios continuamente se está acercando a los creyentes y les está diciendo ‘¿me permites usar tu barca para predicarle a una multitud hambrienta? Y tu puedes escoger decirle al Señor, si o no, como hacen tantos. Y cuando el Señor viene a sus vidas y les llama se hacen loco y se hacen que no oyeron y continúan haciendo lo que siempre hacen en su vida. Se creen que el Señor no se dio cuenta de que le voltearon la cara, y el Señor los deja y los sigue amando, pero se perdieron la gran oportunidad de ser usados por Dios.
Hace veintipico de años el Señor me llamó y me dijo ‘¿puedo usar tu barca?’, cuando yo estaba en medio de mis estudios en la universidad de Harvard, una de las universidades más selectas del mundo, deseoso de entrar en el mundo académico y de lograrme académicamente y de vivir la vida elegante y afluente de un profesor universitario, en EEUU, y ese era mi sueño. Yo venía de una familia pobre y por fin aquí tenía la oportunidad de hacer algo sobresaliente y de entrar en una vida elegante y intelectual y yo estaba deseoso de seguir en ese curso. Y ahí me interrumpió el Señor y me dijo ‘Yo quiero usar tu barca.’ Y el pastor que había fundado nuestra iglesia tuvo que irse y nuestra iglesia estaba apenas comenzando, y no habrá nadie que atendiera esa iglesia, no había posibilidades en ese tiempo, de que alguien capacitado que pudiera con una iglesieta pequeñita que ni siquiera tenía dinero para pagar part time al pastor. Y el Señor me habló y me dijo ‘ a mi me gustaría usarte a ti para pastorear estas vidas. Que no se pierda esto que está comenzando tan bonito. Y Yo quiero usarte. ¿Me dejarías usarte?’
Yo le doy gracias al Señor, veintipico de años después que tuve el valor de decirle ‘si, Señor’. Y dejé mis redes por la gloria de Dios, Dios me dio el gozo y el privilegio y la satisfacción de terminar mi doctorado en el mundo secular, pero yo hace veinte años que creo que no leo un libro de literatura, esa fue mi área, porque me dediqué al pastorado. Y yo les digo hermanos, Dios no me debe nada, Dios ha sido más que generoso conmigo. Por cualquier cosita que yo le he dado, Dios me ha dado con creces y me ha bendecido y me ha hecho padre de multitudes. Y cada vez que yo veo un hombre que fue alcohólico y drogadicto, lúcido y cuerdo y vestido bien, viviendo una vida productiva, y yo fui usado por el Señor para que esa vida se mejorara y se sanara, yo me siento glorificado, me siento bendecido, me siento como que ¡qué privilegio que Dios me pueda usar a mi para redimir una vida! Y ese hombre es un libro, yo quizás no llegué a escribir los libros que yo quería escribir, pero ese hombre es un libro viviente que yo he ayudado a escribir.
Como Pablo dice, ‘vosotros sois mis cartas abiertas’. Mis libros son la gente que Dios me ha ayudado a redimir por el poder del Evangelio. Y dejé lo que amaba y dejé lo que me hubiera gustado hacer, pero eso no me da ninguna gloria, como digo, Dios no me debe nada. Dios me ha pagado mucho más de lo que yo jamás hubiera pensado. Quizás no me ha pagado con dinero, pero me ha pagado con felicidad, con satisfacción, con un sentido de destino, con el privilegio de ser usado por Dios para bendecir a seres humanos, de ser un instrumento a través del cual corre la bendita y pura y santa gracia de Dios. ¡Qué privilegio que por un instante la energía divina que bendice y que da vida pueda correr a través de ti y detenerse por un milésimo de segundo para que tu puedas usarla para bendecir a otros!
Por eso cuando Pedro ve la gloria del Señor, el Señor le dice ‘No te preocupes, ahora vas a ser pescador de hombres’. Porque cuando tu te dejas usar por el Señor, Dios cambia tu destino y lo eleva. Tu podrías simplemente estar haciendo cosas meramente humanas que se quedan aquí en la tierra. Yo le decía a alguien hoy, nada que esté en este mundo se va a ir de este mundo, porque dice la Biblia que un día Dios hará arder los elementos, los átomos mismos que componen la materia, van a prenderse y el cielo se va a enrollar como un pergamino y la tierra va arder en llamas y Dios va a crear una tierra nueva y un cielo nuevo, porque a esa dimensión pura donde Dios tiene determinado que viviremos por la eternidad, no puede entrar nada que haya sido tocado por el pecado. Y esta tierra, y este universo, dice la Biblia que ‘la creación misma gime con gemidos indecibles porque hay pecado en ella’, el pecado ha manchado la creación y por lo tanto todas las obras de este mundo se quedarán. Nada que tu has hecho en este mundo se irá, ni las pinturas que hay en los grandes museos de este mundo, ni los grandes rascacielos, ni los carros brillosos que hay en las calles, ni los dólares que hay en todos los bancos del mundo, ni las estatuas que escultores han hecho a través de todos los siglos, nada de eso va a sobrevivir. Ningún libro que se ha escrito, ninguna gran obra que se haya hecho, ninguna construcción que se haya edificado, nada va a entrar en la eternidad. Lo único que va a entrar en la eternidad es esas inversiones que tu has hecho para el Reino de Dios.
Por eso es que la Biblia dice que invirtamos en bancos donde no se corrompen las cosas, donde no penetra el óxido, donde no penetran los insectos, donde no hay come gen, porque esas cosas materiales se van a quedar aquí, lo único que tu vas a poder reclamar por la eternidad es esas obras que Dios permitió que tu hicieras para traer a otros al conocimiento de Jesucristo. Y por eso es que Dios te dice ‘no te entusiasmes con las cosas de este mundo. Déjame Yo usarte, porque eso es lo que te va a dar una nueva identidad y te va a ascender a un nivel mucho más alto. Todo lo demás aquí se va a quedar. Tu podrías pasar toda tu vida como Pedro pescando peces malolientes, y oliendo a peces toda tu vida, o puedes convertirte en un pescador de hombres que dos mil años después de tu vida, todavía hablen en Mérida, México acerca de ti, como estamos haciendo acerca de ese humilde pescador. Y por eso el Señor cuando termina ..... con esta idea termino.....
Cuando Pedro le permite usar su barca habiéndola retirado u poquito de la tierra, porque para transmitir el mensaje de Dios hay que retirarse del montón, hay que apartarse, hay que buscar tiempos, hay que apartarse de la influencia de la gente, del control de la gente, del qué dirán, qué piensan de mi, el prestigio que queremos, la aprobación de la gente. Cuando nos retiramos de todo eso, bogamos mar adentro y entramos en la intimidad donde el Señor nos puede hablar, donde el Señor nos puede dar su revelación y allí el Señor nos revela quién El es, y allí el Señor nos provee.
Pedro había pasado toda la noche pescando y no cogieron un solo pez, pero ahora el Señor le dice ‘mira, te voy a bendecir espiritualmente y también te voy a bendecir materialmente’. Cuando tu sirves al Señor, Dios te provee. Yo te lo aseguro. Una de las razones por las cuales yo no quería ser pastor era porque pensaba que me iba a morir de hambre. Y yo les digo hermanos, Dios me ha sido fiel todos estos años, no me ha faltado nada y Dios nos ha bendecido mucho más de lo que yo hubiera pensado cuando me inicié. Porque es que Dios bendice a sus siervos. Yo creo que Dios no te llama para morirte de hambre, Dios te llama para bendecirte, pero tienes que ser fiel y tienes que pagar el precio. Y Dios cambia tu destino. Yo te quiero preguntar si te gustaría ceder tu barca al Señor en esta noche. Yo voy a pedir a los músicos que pasen por aquí.
Dios está llamando a Pedros en esta noche para servirle y para usarlos para su gloria, para usarlos como instrumentos en su gloria y tu tienes el poder de decirle si o no al Señor. Si tu quieres ser usada por Dios hay un precio que pagar. Tu vas a tener que vivir como sacerdotisa, como un sacerdote. Tu vas a tener que ser un nazareo, no vas a poder vivir como la gente del montón. Hay un precio que pagar. Pero yo te aseguro que no hay nada que se pueda comparar con el estado privilegiado de un sacerdote del Señor. Una persona que vive en una dimensión diferente a los demás, que se preserva y se aparta para que el Señor le hable, lo impregne con su vida, para entonces salir y dar de lo que ha cultivado en el sitio de intimidad con el Señor. Vas a tener que eximirte de muchas cosas. Vas a tener que vivir la vida de un atleta, de un sacerdote consagrado. Vas a tener que orientar tu vida hacia tu llamado y vas a tener que alinear tu vida con el llamado que Dios te ha dado para poder fluir en el poder de Dios y para mantenerte siempre alerta a la voz y al entrenamiento de Dios, pero vas a ser una pescadora, un pescador de hombres. Tu vas a ver la gloria de Dios manifestada en tu vida y vas a mamar de los pechos de Dios. Vas a comer de su mesa. Vas a sentir la palabra de Dios hablando a tu vida y qué privilegio más grande que ese. Vale la pena pagar el precio. Vale la pena apartarse de la orilla. Vale la pena ir mar adentro porque en esos lugares hay bendición. Si tu quieres ser usado por Dios yo te pido, ponte de pie, no lo hagas por cortesía sino hazlo porque verdaderamente tu sientes que el Señor en esta noche te está llamando a ser un sacerdote, una sierva del Señor. Si tu no sientes preparado no te levantes, pero si tu sientes que tu quieres que Dios haga esa obra en tu vida y que te use, yo te pido que te pongas de pie en esta noche.
Y yo quisiera preguntar también si hay alguien aquí en esta noche, yo no conozco aquí, pero quizás haya alguien que ha venido en esta noche, y todavía no ha dado un paso de fe para entrar en intimidad con Jesucristo y todavía está con la multitud y no conoce a Jesús, como Pedro no conocía todavía quién era Jesús. Y en esta noche el Señor te ha hablado y te ha dicho ‘hija, hijo, yo quiero tener una relación contigo. Yo quiero que tu abras tu corazón y me dejes entrar a tu vida y me aceptes como tu Señor para Yo trazar un plan contigo. Yo quiero sanarte. Yo quiero limpiarte y Yo quiero darte un nuevo nombre. Yo quiero que tu habites en la eternidad conmigo y quiero tener diálogos contigo y me interesa tu vida. Yo quiero que tu abras tu corazón y me dejes entrar a tu vida, porque cuando Yo toco la puerta, si tu escuchas mi voz y abres la puerta, Yo te prometo que Yo voy a entrar y voy a cenar contigo y tu vas a cenar conmigo’.
Yo quiero preguntar si hay alguien en esta noche que le quiera decir a Jesús “entra a mi vida”, y lo quiere invitar a ser el Señor de su vida, yo te pido que levantes tu mano si no lo has hecho antes. Veo una mano allí. ¿Tu mano se ha levantado? No temas, no temas. Amen. Dios te bendiga. Una mano aquí se levanta también, aquí al lado. Alguien más que le diga a Jesús “yo te recibo en esta noche, Señor, como mi Señor y salvador”. No lo has hecho antes. Dios te bendiga. Hay manos que se levantan, manos que se levantan.
Atrévete en el nombre del Señor. Dios tiene un plan para tu vida. Dios te está llamando en esta noche. Dios quiere convertirte de un mero pescador de peces a un pescador de hombres y mujeres. Dios quiere darte una nueva identidad. Levanta tu mano y dile al Señor Jesús “entra a mi vida”.
Yo quiero invitar a esas personas, pasen aquí adelante. No tengan temor. Si usted vino con alguien, venga con esa persona aquí, que venga aquí adelante. No tenga temor. Esto es la familia de Dios. Usted no está entre extraños. Esta es la familia del Padre que está aquí y Dios quiere bendecirte en esta noche y Dios quiere convertirte en una pescadora de mujeres. Pasa por acá inmediatamente. No temas. Ven acá. Diste el primer paso de levantar tu mano, ahora ten el valor de pasar aquí al frente. Y vamos a orar por ti y tu vida va a cambiar en esta noche y tu vas a ser transformado en una persona diferente porque el espíritu de Dios va a entrar a tu vida. Si hay alguien más, no se detenga, venga ahora.
Dice la palabra que hoy es el día de salvación, ahora es el momento en que Cristo quiere hacer una obra en tu vida. no te detengas. Pasa aquí adelante y recibe y abre tu corazón al Señor, y Dios va a hacer grandes cosas en tu vida. yo te aseguro que tu no estás aquí por coincidencia ni porque no tenías otro lugar a donde ir, tu estás aquí porque el espíritu santo te trajo, porque tiene un encuentro destinado contigo en esta noche. Si hay alguien más todavía, yo le quiero invitar. Ven, pasa por acá. Eso es, joven, no temas. Todavía hay tiempo, Dios quiere hacer una obra. Aunque tu quizás no entiendas todo, no todo esté claro en tu mente, no te preocupes. A veces decimos, bueno, yo primero tengo que arreglar esto, tengo que arreglar lo otro, tengo que arreglar mi situación. No, no, el Señor dice: “ven tal y como tu estás, ven con tus problemas, ven con tus trabas, ven con tus dificultades y entonces comencemos a trabajar juntos para llevarte a dónde Yo te quiero llevar”.
Si tu tuvieras todos tus problemas resueltos y todas las cosas en orden, no necesitarías a Cristo. Precisamente porque tienes trabas y tienes dificultades, es que tu necesitas venir al pie de Jesús. Y aunque tu no entiendas toda la teología y toda la doctrina que está involucrada en esto, lo importante es que tu sepas que Cristo murió por ti y que El dice “si tu me dejas entrar, Yo entraré a tu vida, sanaré tu vida, escribiré tu nombre y el libro de la vida y te daré una nueva identidad”. Eso es todo, lo demás viene por añadidura, viene con el caminar, viene con el trato, viene con la conversación que vas a tener durante años y años para conocer a plenitud lo que Cristo quiere hacer en tu vida. Pero en esta noche lo que El quiere es que tu hagas una conexión con El y entonces comiences un peregrinaje que te lleve a donde El te quiere llevar.
Di conmigo: Señor Jesús te recibo como mi salvador y como el dueño de mi vida. reconozco mis pecados y te doy gracias porque a través de tu cruz tengo perdón de mis pecados. Rompo todo trato con Satanás y establezco un pacto contigo. Tu eres el dueño de todo lo que tengo y todo lo que soy. Entra a mi vida y transformarme y enséñame lo que Tu quieres de mi. Gracias Señor Jesús. Amen. Amen. Gloria al Señor. Denle un aplauso al Señor en esta noche. ¡Aleluya!. Te adoramos. Te bendecimos. Ahora yo quiero que tu sepas, que aunque tu no hayas sentido nada, pero si invitaste a Jesús a entrar, El entró, El entró, porque El dice: “Yo entraré. Yo entraré. Si alguien abre la puerta Yo entraré, cenaré con él y el conmigo".