Por Camen Ray-Calvo
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 2 Timoteo 2:21
Absteneos de toda especie de mal.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
I Tesalonicenses 5:22-23
Como maestra de Discipulado Nivel II en mi congregación;
El Señor me ha usado para ayudar a hombres y mujeres a moldear sus caracteres,
sobre la rueda del alfarero que es donde se inicia todo vaso de honra.
En nuestros hogares tenemos una variedad de utensilios a los cuales les damos diferentes usos, algunos de ellos sólo son para exhibirse en un lugar específico en la casa. Estos por su apariencia y valor cautivan nuestras miradas pero eso es todo. Y nos preguntamos ¿cuál es su utilidad? ¿Porqué invertimos nuestro dinero en tales objetos ya que no los utilizamos?
En la vida cristiana no sucede así, nosotros como vasijas finas bellas y de alto precio, somos las que Dios quiere utilizar para mostrar al mundo su gracia, poder, amor y misericordia. Él quiere transmitir su luz a través de nosotros para disipar las tinieblas que han cegados los ojos de hombres y mujeres de esta generación que llama a lo malo bueno y a lo bueno malo (pasado de moda, anticuado)
Quiero recordarles que la palabra de Dios es viva y eficaz. Y antigua sin vejez.
La palabra de Dios nos dice que si pues habéis resucitado con Cristo buscad las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios (Col.3:1-2)
Para ser usados por Dios con eficacia tenemos que aprender el proceso de la Santificación en nuestras vidas. Que es el proceso de llegar a ser más como Jesús en nuestro comportamiento, actitudes y palabras. Al igual que en nuestras casas, en la casa de Dios no todos los cristianos son iguales.
Para lograr ser un cristiano útil para uso honroso hay que buscar la santidad.
¿Te estás conformando con una santidad superficial?
¿Vives en una forma diferente cuando no estás en la iglesia?
¿Pueden notar tus compañeros de trabajo que eres diferente a los demás?
¿Hay patrones familiares que no puedes cambiar?
¿Estás honrando a Dios con la totalidad de tu ser?
¿Cuáles son las tentaciones de tu vida? ¿Has aprendido a vencerla?
Si estás confrontando dificultades en unas de estas preguntas. Puedes hacer una oración a tu Padre Celestial rindiéndole la totalidad de tu ser.
Y a la medida que Él te hable da los pasos necesarios en el nombre de Jesús.
“Conoce el Señor a los que son suyos”