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El espíritu pionero, el espíritu de unos cuantos cristianos locos que todo el mundo los llamaba Aleluyas. Estos Aleluyas están locos. Y así que ellos tuvieron que escaparse de su país y buscar un país donde pudieron alabar a Dios con libertad y edificar una sociedad que ellos esperaban que representara los principios del Reino de Dios. Se metieron en un barquito y llegaron aquí donde habían osos y animales y indígenas que les disparaban flechas a ellos y fundaron un país.
Y vivimos bajo la bendición generacional de ellos. Y yo quiero hablar hoy del espíritu pionero que les impulsó a llegar aquí, el espíritu pionero que Dios quiere poner en nosotros y que nosotros queremos vivir en el nombre de Jesús. Y vamos a ver que aún los peregrinos no eran perfectos, y ningún país es perfecto. Pero Dios es fiel y ama a cada nación de la tierra y tiene su propósito con cada nación de la tierra y nosotros somos parte de eso, y vamos a hablar de eso.
Josué Capítulo 3 comenzando en versículo 1. Estamos hablando de los israelitas en el éxodo de Egipto saliendo del desierto al punto de cruzar un río para pelear con gigantes. Esto es el espíritu pionero. Dice la palabra de Dios “.... Josué se levantó de mañana y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitín y vinieron hasta el Jordán y reposaron ahí antes de pasarlo. Y después de 3 días los oficiales recorrieron el campamento y mandaron al pueblo diciendo ‘Cuando veáis el arca del pacto de Jehová, vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marchareis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir, por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino’.”
Quiero detenerme en estas palabras. “.... por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino”. El pionero va por un camino desconocido. El pionero va donde nunca jamás ha ido antes. El pionero hace y se atreve a hacer lo que nunca ha hecho antes buscando y sembrando para mejor futuro. Vamos a orar.
Padre, en nombre de Jesús somos una iglesia pionera y tenemos un llamado especial y yo te pido en el nombre de Jesús que sea tu espíritu santo hablando en este tiempo, que sea tu palabra hablando para el beneficio de tu pueblo. Yo te pido, Señor que lo que están luchando y esforzándose a pesar de muchos conflictos y oposición, que cobren ánimo de que tu, Señor, nos llamas y que no es en vano lo que sacrificamos en tu nombre. Así que te pido que guíes este diálogo, te pido que sea tu espíritu santo conversando con nosotros en el nombre de Jesús.
Dios ama al pionero y a la pionera. Yo diría para definirlo, el pionero es la persona que hace lo que dice Star Trek, no se, nave a las estrellas. ¿Cómo es ese programa? No se, hace muchos años atrás..... Nave a las estrellas, Viaje a las estrellas.... y parece que tu perdiste mucho tiempo viendo ese programa. Yo conozco cada uno de los episodios de memoria, perdóname Señor. To bodly go where no men has gone before. A ir atrevidamente a donde ningún hombre ni ninguna mujer ha ido antes.
Atreverse en el nombre del Señor a hacer algo nuevo. No es fácil. Yo recuerdo la primera vez que yo fui a Latinoamérica, creo que era Honduras. Y yo un gringo perdido en Centroamérica, imagínate. No sabía nada, no sabía cómo meterme en el bus, cómo se paga, cómo operaba en al tienda para comprar tu pan. No sabía cómo es la cosa. Yo andaba como un loco perdido y todo el mundo mirándome como si tuviera dos o tres cabezas. Me sentía como tan raro, como tan perdido. No sabía nada de nada. Un pionero tiene que ir donde nunca ha ido antes a perder la comodidad y estar dispuesto a arriesgar todo.
Queremos definirlo un poco. El pionero está dispuesto a seguirle a Dios a pesar de no saber para donde vas. Abraham dejó todo para seguir al Señor a pesar de no saber para donde iba. Eso no es fácil. Es difícil. No se si alguien aquí ha tenido la experiencia de seguir a Dios y no saber, bueno, para dónde voy, cómo va a resultar las cosas. No estamos seguros pero sabemos una cosa: Dios está ahí delante de mi, me está guiando, me tiene de la mano, y si yo mantengo mis ojos sobre él, él me guiará. A pesar de que sea un laberinto confuso, si yo le sigo a mi guía no me voy a perder demasiado.
El pionero está dispuesto a seguir a Dios, está dispuesto también a tomar riesgos. Ojalá que la vida siempre tuviera garantías. Ojalá que siempre pudiera decir que no te preocupes, todo, todo de esta situación te va a salir precisamente como tu quieres que sea. Pero la realidad no es así.
Las personas que esperan estar seguros antes de moverse nunca se mueven. Hay un dicho por un pelotero deportista muy bueno que dice: “You miss one hundred per cent of the shots you never take”
Tu, como futbolista, vas a perder 100% de las.... no se qué, patadas.... que nunca tomas. Si nunca estás dispuesto a hacer las cosas, nunca marcas, y no vas a ganar el mundial. Señor, perdónanos. Todo brasileño que Dios le bendiga doble, triple....
Pero si nunca estoy dispuesto a fracasar, si nunca estoy dispuesto a arriesgarme un poco, no vamos para ningún lado. Los que tienen éxito son los que se atreven a tomar riesgos y tomar el riesgo de fracasar de vez en cuando y meter la pata.
El Apóstol Pedro, qué pasa con pobre Pedrito, ¿no?, está en la barca con los Apóstoles, miran a Jesús, caminando sobre las aguas y hay un loco en la barca que dice, ‘Mira, that looks like fun, I want to do that’. ‘Qué lindo, yo quiero tratar de hacer eso. yo quiero caminar sobre las aguas. Qué loco!’.
Para ser pionero tiene que ser un poquito loco, un poquito fuera de si, listo para atreverse y tratar de hacer algo completamente loco y estar dispuesto a quedarte un poco mojado también, y que todos los demás se rían de ti. Pero los demás que quedaron en la barca nunca tuvieron el gozo de ni tomar un pasito sobre las aguas.
Hay un libro que me gusta mucho que dice en inglés, lo voy a decir: “If you want to walk on water you’ve got to get out of the boat”. “Si quieres caminar sobre las aguas, tienes que salir de la barca”. Es necesario.
El pionero se atreve a arriesgarse. Se atreve a seguir. Se atreve a fallar de vez en cuando porque sabe que si yo invierto, si yo siembro hay bendición que viene después. No voy a ser encadenado por mi temor ni mi pasado. Voy a estar dispuesto a lanzarme y tratar de hacer algo nuevo, a pesar de las circunstancias malas.
Quiero hablar un poco de un inmigrante a la fuerza, obligado. Se llamaba José y él fue vendido a esclavitud y terminó en Egipto, en una cárcel. El no era un inmigrante a la buena voluntad. No, él era un inmigrante obligado, impulsado a ser pionero. La cosa es que cuando la vida te da lo negativo, cuando la vida te obliga a lo que no hubieras querido, ¿qué haces? Te quedas ahí como temblando, quejándose o decides en el nombre de Jesús veremos qué hacemos, y vamos a seguir adelante.
Lo que dice el dicho, “cuando la vida te da los limones..... has la limonada”. José llegar a ser el segundo a Faraón y bendice no solamente a su familia, sino toda una nación donde él fue llevado.
Somos pioneros. El pionero nunca está quieto. Si tu estás demasiado cómodo no vas para ningún lado. Tenemos que estar dispuestos a estar inquietos y no quedarnos en un lugar demasiado, y a movernos, y romper con nuestro pasado un poco.
Yo se que mi familia, y yo he hablado un poco de esto antes, no viaja mucho. En mi familia para mi mamá especialmente, un viaje de Connecticut a Cape Cot es un viaje al otro lado del mundo. Se prepara por semanas como se empaca todo, cómo va a estar, después le cuesta semanas para recuperarse de un viaje tan largo, de meterse en el avión y vagar por Latinoamérica. Mira, Gregory, no somos así. Somos de la casa. ¿Qué tu haces?
En Cristo estamos dispuestos a romper con el pasado. Y la mamá llega a entenderlo y está tranquila. Pero saber que no importa lo que hemos hecho siempre antes, en el nombre de Jesús yo voy por nuevas cosas. El pionero está dispuesto a lanzarse y seguir adelante y está obligado a caminar por fe. Porque la naturaleza de ser pionero es sacrificarme hoy, tomar riesgos hoy, porque yo confío que tendrá su fruto y que si yo pago el precio, aunque yo no veo en el momento cómo me va a resultar, yo se que Dios es fiel para bendecir lo que yo estoy confiando a él. El pionero tiene que caminar por fe y no por vista.
Y esto es ser pionero: tomar la mano del buen pastor y confiar que aun cuando estoy perdido habrá una voz detrás de mi diciendo: ‘ese es el camino, camínate por ahí’; y confiar que Dios no me va a dejar. El me va a guiar, pero me tengo que lanzar un poco. Esto es ser pionero.
Un pionero somos llamados como iglesia a ser una iglesia pionera. Tenemos un pastor que es súper inquieto en el Reino de Dios. No se conforma. El momento que ya algo está puesto, dice: ‘ya, a la próxima’. Es increíble. Es un don que tiene. Nos cansa a los demás. Dice ‘vamos, vamos para adelante’. Ahora está vagando por México, predicando la palabra de Dios, no vagando, está en un lugar invitado. Pero, él es un pionero y somos llamados a ser pioneros.
Tengo noticias para ti: 98% de los que están en la casa hoy quiera o no son pioneros. Porque el inmigrante por naturaleza es pionero. Has dejado tu casa, has dejado el arroz con habichuelas y te has metido aquí con este frío y calor y todo lo feo y los Red Socks y tráfico, y aquí estás. Pionero, pionera, lo quiera o no.
Algunos dicen, ‘mira, yo nací, son los papás que tomaron la decisión.’ Bueno, tu eres parte de la ganga, no te puedes escapar. Eres hijo de pioneros y tu estás en la cosa. Somos pioneros, inmigrantes que están lanzándose para adelante buscando algo mejor para su familia, para su futuro.
Yo creo que es importante que veamos el ser inmigrante como algo sagrado, algo precioso, algo que Dios está con ustedes, con nosotros en la cosa, que él entiende lo que estamos pasando y está detrás de nosotros impulsando el camino.
Quiero hablar un poco de unos inmigrantes especiales en mi vida. Bueno, hay mil inmigrantes especiales en mi vida, pero además de eso, quiero mencionar dos en especial. Mi esposa es de ascendencia japonesa, su abuelos vinieron de Japón, y sabe que los japoneses no eran tan queridos al llegar a California. Tenían apariencia diferente, costumbres diferentes, comían pescado crudo. Todo el mundo los miraba un poquito raro.
¿Y sabes qué pasó durante la Segunda Guerra Mundial? La nación de Japón atacó a los EEUU, a Hawai, y tomaron a todos los japoneses y los metieron en cárceles. No importa si naciste aquí en los EEUU. No importa si eres doctor, abogado, lo que sea, más razón aún, para meterte en la cárcel porque tu te ves como japonés, así que eres un enemigo residente y te vamos a meter preso por estos años.
Mi suegro nació en un campamento así. Y los abuelos de mi esposa vivieron en estos campamentos por 3 años. Ahí en el bosque de Arkansas y comenzaron en un lugar donde corren los caballos, un hipódromo. El nació así. Cuando alguien está en una situación es legítimo estar un poco enojado. Si alguien no está un poco enojado hay algo incorrecto. Es injusto lo que pasó, pero ¿saben qué? esta generación de inmigrantes japoneses no permitieron que su espíritu fuera quebrantado. Dicen, ‘mira, para quebrantar mi espíritu tienes que hacer mucho peor que esto, porque somos fuertes y aquí estamos bien y Dios nos va a bendecir.’ En los campamentos muchos llegaron a conocer a Cristo, y mi suegro que nació en este lugar está orgulloso hoy en día de eso; ‘mira yo nací donde los caballos’. A él le encantan los caballos, desde niño.
La abuela, la japonesa abuela, ya tiene sus 90 años dice: “¡qué lindo campamento. Yo tuve dos bebés gratis. No tuve que pagar nada, ningún seguro ni nada. La comida, gratis. No tenía que cocinar ni nada por el estilo. Qué lindo campamento. Mira, quiero volver al campamento. Ojalá que siempre estuviera en campamento!”
Eso es el don de ver el vaso mitad lleno, ¿no? Ellos pagaron el precio, se sacrificaron. Buscaban de Dios y sus hijos y sus nietos están sirviendo al Señor y son bendecidos gracias al sacrificio de ellos.
En el momento tu crees que era fácil. Nada que ver. Pero perseverar, el ser pionero, el invertir para el futuro tendrá su fruto para las generaciones que vienen en sangre y también en espíritu, las personas que hemos tocado en nuestra vida.
Yo estoy aquí, en gran parte, gracias a Dios por un campesino sencillo de Italia, súper sencillo. Mi abuelo era un hombre muy lindo, muy sencillo. Yo lo recuerdo, él murió cuando yo tenía 3 años y medio y yo lo recuerdo, fíjate. Todavía recuerdo su ojos, su pies, porque él se sentaba ahí y yo en el piso miraba sus pies y yo recuerdo. Era uno de mis recuerdos más tempranos, y él era un hombre lindo, amaba a Dios.
Era un hombre sincero en el Señor, pero él era el hijo mayor, su familia vivía aquí en Summerville, cuando llegaron aquí a los EEUU, y él era el hijo mayor de la familia, familia muy pobre, y ya en el quinto grado, nivel, la familia estaba sin dinero. Dicen, ‘mira, tienes que dejar de estudiar. Es tiempo de trabajar.’ Así que él tuvo que dejar la escuela y trabajar para ganar dinero para la familia. Un hombre, un joven sencillo. Así él nunca llegó a estudiar mucho, casi no leía mucho, pero era un hombre de corazón bueno, sacrificado, pagaba el precio.
Su hija, mi mamá, pudo estudiar hasta cumplir la secundaria y después comenzó a trabajar de secretaria. Y su nieto, yo, he podido estudiar mucho más. Esto es.... es gracias a ellos, es gracias al sacrificio que él hizo, casi no lo conozco pero estoy viviendo bajo la bendición de lo que él ha hecho. Vivimos bajo la sombra de personas que han llegado antes que nosotros, que han pagado el precio para nosotros. No era fácil, pero hay bendición.
Inmigrantes están pagando este precio para sus familia, para sus vidas. Mucho más que esto. Dios te llama, si estás en un país, el país que sea a adoptar a ese país y estar ahí no solamente para beneficiarse uno mismo sino también para ser de bendición para el lugar donde tu estás. Quieras o no eres un misionero en los EEUU. Dios te ha enviado.
Algunos dicen, ‘pero mira, yo no quería ser misionero aquí. Yo no quise llegar aquí, yo estaba feliz pero mis papás me jalaron y aquí estoy. O había una situación de guerra y él tuvo que ....... Vamos a mirar Jeremías 29.
No importa la forma de llegar si estás aquí y si amas a Dios eres un misionero de este país”. Jeremías 29, los israelitas estaban en cautiverio, fueron conquistados por los babilonios, un país pagano, un país brutal, malo, que los conquistó, los llevó presos a su país como exiliados. Ellos no tenían opción. Estaban ahí como presos. Y mira lo que Dios dice a ellos en versículo 4, Jeremías 29, versículo 4 es esto es palabra de Dios para nosotros también. “...... Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia, edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos; casaos y engendrad hijos e hijas; da mujeres a vuestros hijos y da maridos a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas y multiplicaos y no os disminuyáis y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar y rogad por ella a Jehová porque en su paz tendréis vosotros la paz.”
Somos llamados a prosperar en el lugar donde Dios nos ha puesto. A mi me encanta cuando una mamá me trae un periódico con una foto de su hijito abrazando a David Ortiz porque ganó un premio por ser un estudiante bueno en la escuela. Y yo lo corto y lo pongo en mi pared y pido al joven que lo firme. A mi me encanta escuchar que un hermano dice ‘yo ya compré la casa. Compramos la casa, queremos abrir célula ahí’. A mi me fascina cuando la gente se gradúa y son prosperados, porque están sembrando y Dios los está levantando.
Porque Dios nos ha llamado a ser cabeza y no cola y Dios levanta sus hijos y a mi me encanta porque es para la gloria de él, no nuestra. Dice que estamos en Cristo y él está con nosotros en la luchas que tenemos. Así que somos llamados a procurar la paz de la ciudad donde estamos, a ser misioneros en el país en que sea, que adoptemos el país.
Ahora bien, adoptar el país no significa nunca que desechamos nuestra identidad cultural o étnica. Bueno, Dios me ha hecho como soy. Mira, si soy gringo, there’s nothing I can do, soy gringo. I’m sorry, italiano, alemán, perdóname, los dos están en la copa.... there’s nothing I can do. Nací así y hay que reconocer que eso es algo bueno.
El adoptar el país de los EEUU y ser misionero aquí es nunca desechar ni estar avergonzado del trasfondo que uno tiene, que Dios te ha dado, una riqueza cultural, un riqueza étnica, es quiénes somos, hasta los huesos. Pero así que es posible guardar mi identidad y ser misionero aquí en este país y adoptar la visión del país en que estoy.
Por ejemplo, en thanksgiving, el día de acción de gracias, cuántos de nosotros comemos el pavo con las tortillas y arroz con habichuela, y una cosa y otra, y todo eso al ladito, ¿no? En mi familia comemos el pavo con lasaña ahí al lado, ¿no? ....... se como el pavo con un buen sushi y sacan los palitos que usan y..., esto es justo, es mezcla. Es que Dios tiene un llamado para cada país.
Yo creo que Dios ama a cada nación de la tierra, lo ve casi como si fuera una persona, y lo ama con todo lo bueno y todo lo malo y tiene un propósito para que su gloria resplandezca a través de esa cultura y esa nación. Yo lo veo que somos una ventana por la cual la gloria de Dios puede brillar, pero no somos una ventana aburrida, limpia, somos una ventana de muchos colores, estos es stained glass, estas ventanas que tienen un diseño y la luz brilla y es una forma diferente a través de un dominicano, que a través de un guatemalteco, a través de un japonés y Dios brilla en formas diferentes la misma luz, pero a través de vidrio diferente. Y él recibe más gloria a través de eso.
Así que somos quienes somos gracias a Dios, pero Dios nos ha llevado aquí para adoptar una nación y ser misionero en ese país. Ahora, como dije, yo creo que cada país tiene un propósito especial en el Reino de Dios y cada país tiene pecado nacional y cultural también. Todo país, no hay ningún país que pueda decir, ‘somos un país cristiano’, o ‘somos un país satánico’. No, todo país, es un país que Dios ha escogido a pesar de las cosas que no está cumpliendo con el propósito de Dios para ese país, la nación que sea.
En el caso de los EEUU es un país gracias a Dios, fundado por algunas personas de fe y vivimos bajo esa bendición generacional. Pero no todos eran cristianos y no todos pusieron su fe en práctica y vamos a hablar un poco de eso. Pero es un país que tiene muchas cosas ricas por su trasfondo cristiano. Por ejemplo, una ética de trabajo, lo que se llama ‘the protestant work ethic’.
Los puritanos por estrictos que fueran sabían que si uno trabaja uno es prosperado. Es de proverbios y había mucha bendición y es algo que heredamos de ellos, algo bueno que heredamos de ellos.
Otra cosa que se hereda de ese trasfondo es un sistema diseñado en ciertos principios bíblicos. Uno de esos principios es que el ser humano no es un animal, es una creación de Dios, que Dios te ha creado. Y por ser criaturas de Dios cada ser humano es dado, tiene inherentemente ciertos derechos innatos. Esos derechos son el derecho a la libertad, el derecho a recibir libertad para tomar decisiones en ciertas áreas de la vida, derecho de ser respetado y tratado con valor en la vida. son derechos que son recibidos de Dios.
Esto era algo revolucionario en su época. Está diciendo que nadie ha nacido para ser rey y otros nacidos para ser siervos. Está diciendo que no te vamos a juzgar por lo que hizo tu papá, te vamos a juzgar por lo que hiciste tu y que tienes la capacidad para superarse, no importa su linaje, el color de la piel o su familia nombre. No hay aristocracia, hay igualdad entres los seres humanos. Era algo revolucionario en su época.
Pero, por otro lado es un país basado en la creencia que el ser humano es pecaminoso. O sea que algunas personas que creen que el ser humano es bueno, que el ser humano es básicamente bueno. ¿Cuántos aquí tienen hijos? Guau.... tenemos muchos mamás y papás. ¿Cuántos tienen sobrinos? ¿Cuántos son maestros? ¿Cuántos tienen ....? Ok, todos bregan con niños en alguna manera, ok. Esos niños si tu los dejas escoger lo que quisieran hacer, ¿qué va a pasar? ¿Van a escoger lo bueno, van a ser angelitos? ¿No?, tu crees que van a ser angelitos.... Cada mamá, cada papá, cada maestra sabe que ... mira, son diablitos, esos niños por más lindos que sean, yo se que hay que disciplinarlos para guiarlos en el camino. Hechos en la imagen de Dios pero son pecadores, así que algunas mamás e hijos se están mirando. Perdónenme. Pero esto es....
Así que el gobierno y el sistema de los EEUU está edificado con una desconfianza en el poder político que si una persona tiene poder sin límites, esa persona probablemente usará el poder para hacer lo malo. Así que no se confía. Se formó un gobierno, un sistema que si se meten presidentes malos, y se han metido muchos presidentes malos, hay límites al daño que se puede hacer. Hay cheques, hay balances, hay sistema para protegernos de nosotros mismos.
Así que es un principio cristiano. ¡Qué lindo! ¿no? Así que un país perfecto, ¿si?, un país cristiano, sin problema, amen, que siempre ha vivido según su creencia. Cada país tiene sus inconsistencias.
Los mismos que escribieron todos son hechos en la imagen de Dios y tienen el derecho a la libertad son los mismos que eran dueños de esclavos, que decían ‘ok, escríbelo esclavo, que eres igual a mi, que tienes los mismo derechos.... Escríbelo’. Esclavitud. Era un pecado nacional.
¿Y qué pasó con los indígenas de este país? ¿Dónde están los indígenas? Fuera de los casinos, ¿dónde están los indígenas? Casi no hay, ¿y por qué no están? Porque los misioneros supuestamente se equivocaron y mataron a todos en lugar de convertirlos, un problemita. Hay inconsistencias, hay pecado nacional y esos pecados resultaron en castigos nacionales. El pecado de la esclavitud resultó en la guerra civil en el siglo XIX, murieron cientos de miles de personas por causa del pecado nacional.
El presidente de esa época, Abraham Lincoln, dijo estamos sangrando para pagar el precio por nuestro pecado. Estamos sangrando. Cada gota de sangre que ha caído en estos campos de batalla es resultado de la sangre que ha caído de las espaldas de los esclavos en este país. Estamos siendo castigados. El, sin saberlo, estaba predicando la palabra de Dios.
Lo que quiero decir es que ningún país es exento de los castigos del Señor. todo pecado tiene sus consecuencias y por eso Dios llama a los cristianos a ser la sal de la tierra. La sal se usaba para preservar la carne en esa época no había nevera. Si no había sal la carne se pone a apestar, no se si han visto carne mala, carne podrida, carne mala con gusanos. Yo si lo he visto. Es muy feo. Y eso sucede con una sociedad cuando los cristianos somos silenciosos y no hacemos nuestro trabajo de ministrar.
Hay pecado nacional y si nosotros no hacemos nada se pudre la sociedad. Y de ahí entra el llamado misionero para los inmigrantes cristianos que Dios ha traído a este país. Yo creo y hemos visto en la historia que Dios levanta la iglesia con avivamiento para llamar al país a volver a ciertos principios cristianos. Eran los cristianos que eran los más vocales en contra de la esclavitud, en contra del racismo. El predicador Martín Luther King era el líder en contra del racismo en este país. Pero también habían cristianos que no dijeron nada. Había cristianos que mal usaban la Biblia para justificar el pecado de la nación. Dios nos llama a ser profetas en nuestra sociedad.
Hoy en nuestros días hay muchos pecados nacionales, algunos de ellos giran alrededor del pecado del orgullo del ser humano. El ser humano que se levanta y dice ‘no hay Dios’. A nosotros nos toca definir qué es la moralidad, qué es la familia, qué es la vida, y nadie me puede decir nada. Todo es relativo y por eso está entrando pecados nacionales. Si la iglesia no hace nada, el país sufre. No podemos tomar la bendición de Dios por sentado. Usted es un misionero, una misionera. Me siento como el hombre de Macedonia en el Libro de los Hechos diciendo ‘mira, los gringos te necesitamos. No nos dejes’.
Dios trae inmigrantes de Latinoamérica, del África, del Asia para representar una perspectiva diferente que enriquece la sociedad y a la misma vez sufriendo todo lo que viene en contra. Pero hay bendición si decimos que si a ese llamado.
En la Biblia Daniel se levantó un gran profeta en Babilonia y un político, y fue usado para bendecir a su pueblo y también las naciones paganas. Pero Dios lo usó. José, Neemías, hay muchos hombres y mujeres, Ester, mujeres de Dios que fueron usados para cambiar su país.
Yo estoy muy orgulloso del pastor Roberto, siempre, pero especialmente en estos días. Y él no habla de todo lo que él está haciendo pero la semana pasada había una conferencia de prensa y el pastor salió ahí al lado del gobernador, de senadores hablando, expresando una perspectiva cristiana en la sociedad. Es un misionero, está diciendo que si al llamado y quiera o no estamos con él en este lío. Aquí estamos. Y Dios nos llama a poner las pilas y ser fiel.
Lo que hacemos a través de ministerios sociales de la iglesia en la educación, en la inmigración, esto no es solamente porque no tenemos más nada que hacer, lo hacemos porque somos llamados a ser la sal de la tierra y a hacer una diferencia en la sociedad. Así que los reyes del mundo vienen a hablar con nosotros? Si, pero no estamos con ellos, somos la iglesia de Jesucristo. El Reino de Dios no es político, es algo espiritual, pero somos llamados a hablar y predicar y tener influencia positiva en la sociedad secular.
¿Te animas? Porque Dios te ama. Te llama a hacerlo, si estás preparado o no. Te llama a ser un pionero, pero para ser pionero primeramente tenemos que ser pionero en nuestra propia generación. Tenemos que atrevernos a ser diferentes de nuestro pasado personal, de nuestro pasado familiar.
¿Cuántos sabemos que no es fácil romper los patrones del pasado? ¿Cuantos han visto casos así? Te encuentras con un hombre en la calle que dice, ‘mira, mi bisabuelo era drogadicto, mi abuelo, drogadicto; mi papá me dio mi primera cerveza y mi primer cigarrillo de marihuana; mis hermanos todos son drogadictos y yo ¿qué va a pasar? Hay toda una onda mala detrás que nos impulsa a seguir en los mismos pasos que nuestros antepasados. Tenemos pecado y maldiciones generacionales. Todos, no hay ni una familia perfecta. Y hay un movimiento malo, pero Dios nos llama a decir ‘yo no soy esclavo de mi pasado. Yo no soy esclavo de mi herencia generacional. Yo, en el nombre de Jesús, puedo ser una nueva criatura, puedo seguir a Jehová.’
Hay casos de personas que vienen de herencias que siempre hay divorcios, divorcio, divorcio, suicidio, suicidio, depresión, depresión, y para ellos es tan difícil romper con estos patrones, y hay muchos aquí que son la primera generación de cristianos en su familia. Hay algunos que vienen de lo opuesto. Su papá cristiano, su mamá cristiana, y vienen con una bendición generacional, pero yo diría que la mayoría de nosotros venimos del otro lado, que somos pioneros tratando de establecer una nueva manera de vivir para mi y para mi familia y mis hijos y no es fácil.
Saben qué hay muchos que vienen aquí a la iglesia, son casos muy comunes de personas que vienen después de cohabitar juntos hombres y mujer por 10, 15, 20 años sin nunca casarse. Esto sucede mucho y vienen a veces con muchos hijos, y después de leer la Biblia, dicen ‘mira, por qué no nos casamos, creo que ya nos conocemos. Vamos a formalizar esta cosa’, y los casamos y ellos sirven a Jehová.
Yo recuerdo una pareja que tenía muchos hijos, estaban juntos ya 15 años. Vinieron, conocieron a Cristo, llegaron a la conclusión de que ya era tiempo de casarse y ellos estaban un poco nerviosos. Y yo, ‘¿pero, cómo están nerviosos? Si ya se conocen muchos años juntos. ¿Cómo es que están nerviosos?’ el día de la boda la mamá me dice ‘estoy tan contenta y orgullosa que por fin alguien de mi familia se casa.’ Y me di cuenta, nadie se casaba en esa familia, nadie. Nunca, ningún matrimonio, ningún tío, ningún abuelo. No había.... no existía. La pareja delante de mi eran pioneros que estaban diciendo ‘no importa lo que ha pasado antes, yo y mi casa serviremos a Jehová, yo y mi casa vamos a llevar una vida diferente.’
Y esos niños van a crecer con mamá y papá casados, con otro modelo. Y comienza una onda diferente pero no es fácil. Yo te animo en el nombre de Jesús a verte como una pionera, un pionero.
Yo invito a los músicos y yo te animo que tu digas a ti mismo, a ti misma, yo y mi casa serviremos a Jehová. Yo confieso Señor, el pecado de mis antepasados y yo los rompo porque tu mes has llamado a una vida diferente y yo voy a ser de bendición para mis hijos. Si usted no tiene hijos, yo voy a hacer de bendición para mis hijos espirituales, para mi sociedad, para mi pueblo, para mi nación, para mi iglesia. Yo voy a sangrar hoy para que haya bendición mañana.’
Yo escuché una canción que me gustó mucho. En esa canción la señora cantaba una canción a su tatara, tatara tatara nieto, no se si lo dije bien. Y en esa canción ella dice los siguiente: mi hijito, mi tatara tatara tatara bisnieto tengo un mensaje para ti: vive en paz. Vive con la bendición que yo estoy ganando por ti, por vivir en Cristo. Mi tatara tatara tatara nieta, tengo un mensaje para ti: que vivas en paz, que vivas en los caminos de Dios, que sepas que Dios te amas, que sepas que tu puedes llevar una vida diferente porque Dios te ama y yo he orado por ti.
El pionero no se da por vencido. El pionero se pone firme y dice ‘a pesar de las dificultades de hoy estoy sembrando para mi futuro, para el futuro de los míos, para el futuro de mi sociedad. No te rindas. Dios te ha llamado y tendrás sus frutos si sigues en lo que Dios te ha dado.
En este 4 de julio estamos celebrando nuestro día, estamos celebrando el día de ser pionero para Cristo. Ser pionero para el país, ser pionero para la familia y no darnos por vencidos.
Yo te invito a ponerte de pie. Vamos a hacer una oración. Vamos a rededicarnos al llamado de Dios en nuestro vida. Y padre, en el nombre de Jesús venimos ante si, Señor, te decimos que somos tu pueblo, Señor, que tu nos has llamado a grandes cosas. Yo te hablo si tu sientes que no ves el fruto del sacrificio que has hecho, si no ves la respuesta a algunas oraciones que tu has hechos por los hijos, por los nietos, por tu ciudad, lo que sea, yo te animo a saber que Dios es fiel para cumplir sus promesas. El es fiel. El es fiel. Somos hijos de Abraham y habrán personas que dirán ‘soy hijo de .... y van a decir tu nombre’.
Padre, en el nombre de Jesús, Señor, venimos ante si, Señor como una iglesia pionera. Te decimos, Señor, guárdanos de la conformidad, guárdanos de la comodidad, Señor que seamos guerreros, Señor, luchadores. Señor, que siempre seamos atrevidos para abrir paso en tierra nueva, Señor. Que seamos fieles para seguirte a ti. Y yo te invito si tu sientes reconfirmar ese llamado que Dios tiene para ti, yo te invito a levantar la mano y juntos, como iglesia, vamos a consagrarnos otra vez a él.
Decir, Señor, ayúdame a seguir adelante en tu nombre, a olvidar lo que queda atrás, Señor, y lanzarme para adelante, para ganar el premio del llamamiento celestial que tu tienes para mi. Como iglesia, León de Judá, Señor, te decimos que si a tu llamado para conquistar. Te decimos que si, Señor, no nos has traído hasta aquí para volver atrás. Nos has traído aquí para conquistar y para ser de bendición pero no sabemos el camino. Pero tu eres el buen pastor y tenemos los ojos fijos en ti, Señor y te seguiremos.
Gracias Señor. gracias Señor.