Una receta Cristo céntrica para transformar la ciudad

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En esta mañana lo que quisiera compartir con ustedes es una receta bíblica o más bien voy a decir, una receta Cristo céntrica para transformar la ciudad y cuando yo hablo normalmente de transformar la ciudad, en mi corazón tengo una preocupación muy especial para el barrio latino, el pueblo latino. Porque ustedes saben que en este tiempo, es un tiempo crítico para nuestro pueblo en todos los EEUU. En las últimas dos semanas hemos estado viendo las marchas de inmigración, hemos estado viendo un movimiento increíble y ya lo han dicho, verdad, por los últimos diez, quince años que se ha despertado un gigante, que es el pueblo latino.

Pero estamos al punto donde tenemos que preguntar, hacer una pregunta como la iglesia, todo lo que está pasando, sucediendo en este momento, cuál es el papel o el rol de la iglesia hacia todo este asunto. ¿Me entiendes?

Tenemos un Dios de amor, tenemos un Dios de justicia, tenemos un Dios que se preocupa por todo el mundo y vemos en la Biblia que tenemos un Dios que tiene un corazón grande para el necesitado. Yo tengo tres hijos y yo no se si algunos aquí son padres, ¿verdad?, madres, y he tenido la experiencia como padre cuando uno de mis tres hijos han estado enfermos, con fiebre, vomitando, necios, gritando, llorando, ¿verdad? Señor, ya me estás dando la voz. Amen. ¿Verdad? eso es lo que pasa cuando nos dan el micrófono ¿verdad?

Pero ahí está uno de tus hijos llorando, enfermo, grave y ¿sabes lo que hago yo y lo que he hecho en ocasiones? Voy y busco a ese niño y lo pongo en mis brazos, lo siento hasta que ya están grandes, y no importa porque todavía son mis hijos, y los siento allí cercano conmigo, abrazándolo, orando por ellos, mostrándoles amor y luego mando por mi esposa; ella también viene y los dos estamos completamente enfocados en ese niño enfermo y ¿qué de los otros dos? Bueno, los amamos grandemente, no es que no los queremos o los queremos menos, pero en ese momento donde uno está enfermo y mal, el amor de un padre, de una mamá tiene la capacidad de decir: ‘bueno, hijo, hija tu estás bien. Ya sabes que te quiero pero en este momento tengo que enfocarme en este que está enfermo y grave.’

Y eso es el amor de Dios hacia los necesitados en este mundo. Por eso en cualquier ocasión que vemos opresión, donde hay alguien oprimido, donde haya alguien sufriendo, donde alguien está luchando para sobrevivir, les quiero garantizar que Dios está allí. Dios está allí, y ustedes y yo lo podemos decir no solamente como una verdad bíblica sino como un testimonio personal. Que hemos estado en esta situación donde hemos sentido que Dios deja a todos los demás en todo el mundo y viene y nos abraza y nos muestra su amor en una manera tan profunda y personal que no sabemos qué hacer.

La única respuesta es darle gracias al Señor. Y después de pasar por ese tiempo de enfermedad, sentimos la libertad de recibir esa sanidad del Señor. ok?

So, en esta mañana quiero hablar un poquito sobre este Dios. Y les quiero dar una receta bíblica o Cristo céntrica...... y hay seis ingredientes que yo voy a proponer esta mañana que la iglesia tiene que tener para impactar al mundo, para impactar y tocar a la vida de la persona más necesitada. Puede ser que estemos hablando de gente latina, pero yo creo que todo el mundo tiene necesidad y como acaba de decir el pastor Miranda, que el latino es una persona importante y especial en este mundo porque somos una gente de puente.

Sabemos manejar la vida entre los anglosajones y también we can get down with the brothers. ¿Me entiendes? Podemos hablar suave con los africano americanos, podemos tener respeto por los ancianos y podemos hablar fuerte como los polacos. ¿verdad? No importa, no importa, pero el pueblo latino..... pero tenemos un corazón para amar y tocar y servir a la gente necesitada. No importa donde estén.

Hay una receta bíblica que vamos a compartir y hay 6 ingredientes que yo creo que la palabra nos urge a tener presente nuestra iglesia. Hace un par de años fui a una librería, Barns & Noble, una de esas tiendas grandes, y yo estaba buscando un libro de recetas de cocina para mi esposa. Ella cocina bien, déjame decirle, pero darle un poquito más de ideas, ¿verdad? Si, porque si lo están grabando tengo que decir eso. Mami, te quiero mucho, cocinas bien, por estoy muy gordito. Eso no miente. ¿Verdad? Y encontré un libro de recetas que se llamaba “Cincuenta recetas para hacer salsa sabrosa”.

Bueno, yo comencé a ver y buscar y leer y yo pensé: bueno, ¿cómo puede ser que hay 50 recetas para hacer salsa? So, comencé a ver ingredientes increíbles: nuez, piña, vegetales, todo tipo de elementos y combinaciones que no pueden ser mexicanos, ¿verdad? déjame decirlo así, raros, y al fin decidí no comprar ese libro, porque ya estaba muy confundido, ¿verdad? Pero lo que sí vemos en la Biblia yo creo que es claramente hay ciertas cosas que tienen que estar presentes en nuestra iglesia y vamos a hacer un estudio esta mañana en el Libro de Lucas. Vamos a ver unos cuantos versículos y vamos a comenzar en el Capítulo 4, pero en sí vamos a enfocarnos en el Capítulo 5 de Lucas.

En el Lucas 4:18, 19, déjame leer para nosotros el texto donde vemos la primera predicación pública de Jesús, o el inicio de su ministerio público. Y esto es algo bastante importante para nosotros, es muy cierto que nosotros tenemos una fe personal, ¿me entienden? Tu puedes o tienes que tener una fe personal, pero nunca puede ser una fe privada, siempre tiene que ser una fe pública. ¿Ok? Y pública no solamente aquí dentro las cuatro paredes de la iglesia, pero en la sociedad, ¿verdad?, porque eso es lo que significa estar vivo en Cristo, que ya puede ser luz y sal entre todo el mundo.

Pero mira lo que leí en aquí, comenzando en el versículo 18: “El espíritu del Señor está sobre mi porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado para proclamar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año del favor del Señor.”

So, cuando Jesús inicia su ministerio es obvio que va a declarar su misión. Comienza su ministerio y al principio como cualquier líder efectivo, ¿sabe lo que dice? Hermanos, esto es lo que vamos a hacer, este es el enfoque. Porque si no supiéramos, si usted no sabe la visión de la iglesia y yo veo claramente en esta iglesia, ustedes entienden la visión. Ya tienen un conocimiento, es claro porque siempre se está compartiendo qué es lo que el Señor nos ha llamado a nosotros a hacer. Jesús se levanta y dice ‘Mira, esta es mi misión, por esto vine?. Y sabemos que Jesús vino para darnos salvación, para dar su vida para proveer ese sacrificio que nos da vida eterna a cada uno de nosotros. Pero tenemos que ver lo que él dice iniciando su ministerio. Dice “Yo he venido ungido por el espíritu santo”, no es un programa social, no es algo que surge de la mente de un ser humano, dice que el espíritu de Dios está sobre él y esto es lo que viene a hacer: viene para anunciar buenas nuevas a ¿quién? A los pobres.

Yo no se cómo lo toman ustedes, pero cuando uno es pobre, no quiere escuchar todo el tiempo que somos pobres. ¿Me entiendes? Y si muchas veces cuando leemos este tipo de pasaje, la gente se pone un poco nerviosa, porque dice ¿de quien está hablando? Está hablando de mi vecino, de otra persona, o está hablando de mi. Bueno, si nos ponemos a examinar la cuenta de banco que cada uno tenemos, pues, se que muchos de nosotros calificamos como los pobres en este pasaje, ¿verdad?

Pero, en realidad sabemos que en este mundo somos ricos, somos ricos. Ya saben que de los 6 billones de personas que viven en este mundo, casi dos billones tienen que vivir todos los días ganando menos de dos dólares por día, y eso no los sorprende porque algunos lo han vivido. ¿Ok?, pero qué bendición que ya tenemos otra experiencia en este país, otra oportunidad. Jesús nos dice ‘Mira, si yo los quiero bendecir, si vives una vida cristiana, una vida recta, una vida honesta, vas a tener éxito, no vas a estar en pobreza, pero aquí nos dice: ‘mira, yo por mi parte yo vengo a anunciar buenas nuevas a los pobres’. Y algunos quiere decir ‘mira, eso habla solamente de pobreza espiritual.’ Y yo creo que eso, hay verdad en eso. todos somos pobres espiritualmente. No tenemos nada que ofrecerle a Dios.

Pero, también es importante saber que Dios no solamente se preocupa por tu alma. Dios se preocupa por todo tu ser. Dios se preocupa por todo tu ser, por eso oramos, Señor, dame hoy comida para este día. Dame qué comer hoy, ¿verdad? Por eso trabajan y hacen todo para proveer para su familias y le piden a Dios. Saben que Dios es un ser que provee pero hay miles y miles de personas en este país y en todo el mundo que califican como los pobres que Jesús menciona aquí. Y en su ministerio vamos a ver ejemplos de estos pobres.

Pero esto es lo que les quiero...... es el primer ingrediente. Si una iglesia va a ministrar efectivamente a los necesitados, tiene que tomar la misión de Jesús, como su propia misión. Porque si tu no declaras, si nosotros no declaramos, si no somos exactamente claros, si no somos intencionales para decir ‘mira, esta iglesia está aquí para alcanzar a todos, ricos, americanos, mexicanos, portorriqueños, no importa la cultura o el trasfondo, estamos aquí para todos’. Pero leyendo la Biblia y las instrucciones de Jesús, él se enfoca en el niño enfermo, en el pobre y nosotros tenemos que hacer lo mismo.

Y la iglesia que acepta esta misión y toma la misión hacia los pobres como Jesús, ¿saben lo que pasa? No ve un programa social o hacia los pobres como algo que está aquí al lado. Pero lo toma como el corazón de su ministerio.

Hermanos, Jesús nos está recordando que hay gente presa, ciegos, oprimidos, que nadie más les va a dar atención y si nosotros que confesamos que tenemos el espíritu de Dios entre nosotros, si nosotros no vamos a ser los manos y los pies de Dios ¿quién lo va a ser?.

So, el primer ingrediente es que tenemos que tener la misma misión que Jesús tuvo, como la misión nuestra.

Segundo: en Lucas 5 vemos el primer lugar donde Jesús comienza a llamar a un grupo de discípulos, a Pedro, sus hermanos. Y es interesante porque estos hombres son negociantes ocupados yo creo que con mucho éxito, trabajan duro, probablemente ahí trabajan alrededor del lago, y están pensando ‘mira, ya estamos ahorrando dinero para retirarnos. Quiero regresar a mi patria después de retirarme para tener una vida suave’. Ya tienen planes, es una persona religiosa, es judío, es de Galilea, es una persona que yo imagino que todo el mundo lo respeta, pero Jesús llega a la vida de estos negociantes y les dice ‘miren, yo quiero que dejen todo lo que tienen y vengan a seguirme a mi’,

Y miren lo que dice en el versículo 10, Capítulo 5, versículo 10: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres, le dijo Jesús a Simón.” So, Jesús habla con este grupo, los llama y luego les dice ‘miren, yo se que van a hacer, el paso que van a tomar es un paso grande, por eso dice “No temas”.

¿Por qué está temiendo Simón? Porque está considerando ‘mira, estoy dispuesto a dejar todo para seguir a este maestro, a este rabino, a este líder religioso. ¿Estoy dispuesto a dejar todo?’. Y muchas veces cuando leemos este pasaje y escuchamos estas palabras de Jesús donde dice ‘mira, desde ahora serás pescador de hombres’, es un pasaje que usamos mucho para hablar del evangelismo. ¿Verdad?

¿Lo han usado así? Mira allá todo el mundo tiene el privilegio de ser pescador de hombres.... vamos a ir a evangelizar. Reflexionando un poquito sobre este pasaje ¿saben lo que yo creo que es importante también? Acabamos de escuchar la misión de Jesús que es ministrar a ¿quién? A los necesitados, a los pobres, a los oprimidos, ¿verdad? Declara su misión y como cualquier buen líder, ¿saben lo que hace seguidamente? Comienza a recaudar un grupo, a reclutar un equipo, a buscar hombres y mujeres que puedan trabajar con él, porque un buen líder ¿saben lo que sabe?, eso, que no puede hacer nada solo. Que nosotros no podemos cumplir los planes de Dios como una sola persona. El Señor nos ha dado el cuerpo, la familia de Dios, la iglesia, para todos juntos, todos tomando nuestro puesto y posición específica, ¿verdad?, todos tenemos dones, habilidades, talentos, pasiones, y Dios nos necesita a todos.

Pero aquí lo que vemos es que Jesús declara su misión. Yo estoy aquí para ministrar a la persona que nadie más quiere ministrar pero para hacer eso, para cumplir esa misión en este mundo necesito un equipo. So, esto es lo que Jesús hace: inmediatamente comienza a juntar un equipo ¿para qué? ¿Solamente para evangelizar? Yo no creo, pero para hacer y cumplir sus propósitos en este mundo. Y al medio de su propósito es ministrar al más necesitado.

El segundo ingrediente que la iglesia tiene que tener, es que tiene que liderar y mandar a su gente, a equipos de personas a enfocarse a ministrar a los más necesitados. Eso es parte de lo que es transformar a la sociedad. Cuando salimos de las cuatro paredes de la iglesia y decimos ‘mira, venimos aquí, nos llenamos de gozo del espíritu Dios, nos preparamos, nos ungimos, nos amamos, nos animamos para salir al mundo a transformar a cada persona y cada sistema y cada situación de injusticia, porque si nosotros no lo hacemos nadie lo va a hacer.

La misión hacia los pobres, un equipo y luego sigue y la próxima historia que vemos es la historia de un hombre que tiene lepra, que Jesús sana. Mira lo que dice en el versículo 13, después de tener un encuentro, algo interesante, dice que el hombre con lepra viene a buscar a Jesús y luego se baja y se pone de rodillas en el piso, en el suelo, en la calle, en humildad y le dice “Señor, ¿puedes sanarme? ¿quieres sanarme? ¿tienes ganas de sanarme?”. Y mira lo que dice Jesús: “Jesús extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo ‘si, quiero. Quedas sano’. De inmediato el hombre quedó completamente sano”.

Hay dos milagros que yo veo en este ejemplo, en esta historia. El primer milagro es el obvio. Dios sana a este hombre enfermo con lepra. Lo sana, dice, completamente. Eso es lo que nosotros queremos, ¿verdad? Queremos ser sanados completamente y muchas veces eso toma tiempo, eso toma..... porque el Señor hace su parte y nosotros tenemos que siempre rindiendo nuestras vidas hacia él. Primer milagro es que lo sana completamente.

El segundo milagro que veo en este pasaje es clave para lo que estamos hablando en esta mañana es cómo lo hace, cómo lo hace. En vez de ser retirado de este hombre que tenía esta enfermedad fea, en vez de decirle ‘mira, quédate ahí, porque yo no quiero estar sucio. Yo no quiero estar muy cercano. Sánate.’ Tenía el poder para hacerlo así, ¿verdad? Pero en vez de hacer eso, lo que dice la Biblia es que busca al hombre con esta enfermedad de piel horrible, contagiosa y lo toca y le dice ‘hermano, tu sabes que quiero sanarte. Quedas sano.’ El segundo milagro es cómo lo hace.

Y, hermanos, este es el tercer ingrediente que la iglesia tiene que tener: una misión clara, un equipo fuerte y tenemos que tener un ministerio personal hacia las personas necesitadas. Porque ustedes no saben que la gente no necesita programas, necesitan ministerios, necesitan personas..... porque cuando uno va a la línea o a la oficina de la ayuda pública, ¿saben lo que hacen? ¿Le conocen como nombre o como número? Eres un número. Cuando vamos a cualquier sitio donde están allí para servirnos, nos hacen sentir menos, no nos tratan con dignidad ni nos ven en los ojos, no somos seres humanos, somos su trabajo, somos lo que tienen que hacer para recibir su sueldo.

Pero los cristianos y la iglesia que sigue el ejemplo de Jesús, nosotros somos completamente diferentes. Nosotros tenemos la compasión y el amor para tocar a la gente en una manera personal, tenemos relación, tenemos ánimo, no estamos temerosos, no tenemos temor de abrazar, de animar, de decirle ‘mira, si tu necesitas algo, estoy aquí, estoy dispuesto’. Algo tan sencillo pero es un ingrediente que yo creo que muchas veces no tenemos en la iglesia.

Una misión bastante clara hacia los pobres, un equipo y luego la manera de ministrar es: tenemos que asegurar que todo lo que hacemos en una manera personal, no quiere decir que no hay organización, porque el pastor aquí está un poco preocupado ‘mira, tenemos que tener orden, tenemos que saber quien es.....’. No estoy diciendo desorden, pero estoy urgiendo que tenemos que tener compasión y tocar las personas en una manera personal. Porque eso es lo que ha transformado sus vidas. ¿Lo entienden?

Si ustedes están aquí probablemente alguien vino y los tocó en una manera tierna, personal, con mucho amor y respondieron al amor del Señor.

El siguiente ingrediente lo vemos en Lucas 5, que es la historia del paralítico. El siguiente encuentro con Jesús es un hombre paralítico y tiene 4 amigos que lo traen a donde está predicando Jesús y dice el pasaje que el poder de Dios estaba con Jesús. Y eso es cierto ahora como era cierto en ese tiempo. El poder de Dios está listo, está presente para sanar, para dar vida nueva a todo el mundo.

Pero mira lo que dice, comenzando en el versículo 18, dice “Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús, pero no pudieron a causa de la multitud, así que subieron a la azotea y separando las tejas lo bajaron en la camilla hasta ponerlo en medio de la gente frente a Jesús”.

So, la historia es muy interesante porque no nos dice nada de los dueños de la casa, cómo se sentían, que es lo que estaba pasando con ellos ¿verdad?, pero llegan los muchachos y yo digo que son muchachos, porque ya gente grande, hombres grandes ya no tenemos energía para hacer esto; para subirse al techo de la casa. ¿Me entiendes? Bueno, menos el pastor Miranda y yo, nosotros dos si, ahí estamos arriba ¿verdad? Pero los hombres llegaron y no pueden entrar y esto es lo que hacemos muchos.

El Señor nos ha dado un llamado a tomar la misión de servir a los más necesitados. Tenemos un equipo de 4, ya tenemos la relación con ese paralítico. Ya tenemos un toque personal, pero en el proceso de tratar de ayudarles no solamente darle como un bandaid, pero ayudarles a tener una vida nueva en toda área de su vida. ¿Saben lo que pasa? Encontramos dificultades, barreras, es difícil, no hay cupo, multitudes y decidimos, bueno, eso es todo lo que puedo hacer. Ya se acabó el programa. Ya no hay nada más y dale gracias a Dios que a lo menos te llevamos a un paseo a ver a Jesús, ¿verdad?, a dónde está. Pero no hacen eso. Ellos llenos de pasión para que este hombre se presente allí en medio de donde está Jesús hacen algo loco, algo increíble para asegurar que eso pase.

Y yo creo que el siguiente ingrediente que necesitamos en la iglesia es que nosotros tenemos que ser creativos. Tenemos que ser locos. Tenemos que estar libres para decir ‘mira, tengo que pensar afuera de estas líneas, tengo que pensar en maneras diferentes, tengo que hacer cualquier cosa para ayudar a la gente, para traerlos a la presencia de Jesús.

Y déjeme preguntar ¿cuál es la última vez que hemos hecho algo así? ¿verdad?, donde todo el mundo dice ‘mira, ¿qué es lo que están haciendo? Están locos, eso no se puede hacer. Eso es imposible. No es posible hacer lo que...... no. Y gente normal no tiene la energía, no tiene el amor, no tiene la pasión, no tiene la capacidad de perseverar para cumplir una misión. Pero nosotros, que hemos aceptado la misión de Jesús hacia los más necesitados, que tenemos un gran equipo, que ya tenemos relaciones con la gente, sabes; eso nos da ánimo para decir ‘vamos a hacer todo lo necesario para ayudar a la gente’. ¿ok? Ese es un ingrediente vital. Tenemos que tenerlo.

Y ya que estamos un poquito animados, vemos el próximo ingrediente. Y este lo encontramos en la siguiente historia donde Levi, un cobrador de impuestos, él tiene un encuentro con Jesús y luego le dice a Jesús ‘mira, yo quiero tener una fiesta en mi casa’ y déjame decirles que no es una reunión cristiana. Eso no es lo que vemos aquí, como nosotros lo pensamos en la iglesia. Es una fiesta, es una fiesta con todos sus amigos mundanos y los discípulos y los líderes religiosos van para ver lo que está pasando, y cuando llegan todo el mundo está nervioso menos Jesús y Levi y los amigos más lejanos de Dios. Ellos se sienten bien, se sienten cómodos, ellos están viviendo su vida. Ellos están poniendo su cara, esto es lo que soy, yo soy pecador, yo soy cobrador de impuestos. Jesús no tiene problema con eso. Porque él sabe que él vino para alcanzar ese tipo de personas.

Y después de un poco de tiempo ve que todo el mundo está divirtiéndose demasiado y Jesús, los discípulos y los otros comienzan a hablar y le dicen ‘sabes, ¿por qué Jesús está aquí con estos pecadores?. Y ¿sabes lo que le dice Jesús?

Vamos a leer: “....pero los fariseos y los maestros de la ley que era de la misma secta les reclamaban a los discípulos de Jesús ‘¿por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?’. Y mira lo que dice Jesús “no son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos, les contestó Jesús. No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan.”

So, el siguiente ingrediente que necesitamos si vamos a tomar la misión de Jesús hacia los más necesitados, es que tenemos que esperar que vamos a encontrar críticas, barreras y retos grandes. Si nos enfocamos a alcanzar a la gente que tiene todo, solamente a los educados, a las personas con quien yo me relaciono bien, ¿me entiendes? Si no hacemos el esfuerzo, si no hacemos el esfuerzo de ir y buscar a la gente que nadie más quiere, puede ser que nuestro taller va a ser un poco más suave, más fácil, pero no más bíblico.

¿Saben lo que me encanta de la iglesia? Es que aquí hay mucha gente que todavía no es perfecta. ¡Que bueno que tenemos problemas en la iglesia! ¡Qué bueno que hay choques y conflictos! ¿Saben por qué? Porque ustedes tienen la capacidad entre la iglesia para resolver esas cosas, porque el Señor los puede cambiar. El espíritu de Dios está transformándoles. Y si esperamos hasta que todo el mundo se limpie y se haga bien afuera antes de venir, olvídese, esta iglesia no va a alcanzar a nadie. Pero si abrimos las puertas de la iglesia y decimos ‘mira, si... alguno de estos necios.....’. Tenemos que tener paciencia con ellos, pero no importa porque Dios es grande. Dios es bueno. ¿Me entiendes esto? Es parte del proceso.

So, esto es lo que vemos, críticas, críticas. No podemos entrar a este trabajo, a esta obra de transformar el mundo e impactar a la comunidad, de tener un impacto en toda la ciudad de Boston, en todo el país, sin tener alguien que nos va a criticar. Porque saben lo que nos van a decir principalmente ‘mira, ese no es el trabajo de la iglesia’. Lo que ustedes deben hacer es orar solamente o predicar o qué se yo, o tener un padlock allá abajo en el sótano. Eso está bien, pero salir a las calles a buscar justicia, a los ministrarle a los más necesitados, olvídate. Eso es el trabajo para los educados o los políticos y nosotros tenemos que decir ‘No, no Señor, por eso el Señor nos ha llenado del espíritu de Dios para salir y ministrar y hacer un impacto’.

Y este es el último ingrediente. Misión, un equipo, un toque personal, ser creativos, esperar este tipo de crítica y el último es, y lo encontramos en este pasaje. Mira lo que dice 37 “ni echa nadie vino nuevo en odres viejos, de hacerlo así el vino nuevo hará reventar los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán, más bien el vino nuevo debe de echarse en odres nuevos.”

Jesús les estaba enseñando a los discípulos que cuando Dios comienza a hacer algo nuevo, casi siempre la iglesia o el sistema que tenemos no aguanta, o no puede sostener el vino nuevo que Dios está derramando. ¿Qué quiere decir eso? Que si comenzamos a tomar en serio esta misión de ir, de ser una iglesia que va a extender su esfuerzo para tocar a los más necesitados, vamos a tener que cambiar. Vamos a tener que ajustar, vamos a tener que estar dispuestos a preguntar, ‘Señor, ¿lo que estamos haciendo ahora mismo, eso va a ser efectivo cuando comenzamos a abrir la puerta de la iglesia para recibir a los más necesitados, o ya hemos llegado al punto de ser tan rígidos que ya no puedes hacer nada nuevo entre nosotros? Ya la única persona que podemos alcanzar con el sistema que tenemos es la gente respetada, los que todo el mundo quiere, pero no los rechazados. Y yo creo que esa es el último ingrediente, que si nosotros en realidad vamos a tener la capacidad de impactar a los más necesitados, a los pandilleros, a las personas que no tienen nada, a las personas que están sufriendo en las cárceles, no podemos esperar que ellos vengan a nosotros. Nosotros vamos a tener que cambiar y salir a donde están ellos.

Y termino con esto. Cuando comencé mi iglesia en Chicago, en La Viita, tuvimos una fiesta de navidad y les pedí a todo el mundo que trajeran un plato de comida para compartir, un padlock, ¿verdad?, después del servicio. Y yo preparé una salsa de navidad, y era una salsa muy rara. Nuez, piña, todo tipo de elemento raros como en el libro de recetas que les conté, y traje mi salsa especial a la pachanga de La Viita y ahí se quedó en esa mesa y nadie la quería tocar. Y al fin uno de mis amigos, este hermano grande ya que lo conocí cuando estaba en un programa de rehabilitación del alcoholismo se convirtió en un buen amigo, llegó a hacerse cristiano, comenzó a seguir a Cristo, buen amigo mío, él viene y me expresa mucho amor y me dice ‘Pastor, no puedes hacer salsa sin los tomates, porque no es salsa real si no le pones tomate. Estás loco.... No, no me dijo que estás loco. Pero eso es lo que yo les quiero decir en esta mañana. Que si los 6 ingredientes que les acabo de compartir no están presentes en su iglesia, no van a impactar a los más necesitados y no podemos hacer salsa en la iglesia sin esos tomates, que son esenciales.

Pero las buenas nuevas en esta mañana es que ustedes son una iglesia lista, y ustedes están tan animados para hacer una diferencia para Cristo en esta ciudad y le doy gracias al Señor y voy a estar orando por ustedes. Gracias por permitirme la oportunidad de estar con ustedes y que Dios los bendiga.

Amen. Yo creo que ese llamado a tener una misión clara, a ser creativos entre otras cosas, a trabajar en equipo, a tocar a la gente en una manera personal y los demás puntos que mencionó Noel, son clave para nosotros como iglesia. Por eso es tan importante tener gente como Noel que viajan toda la nación, que conocen el pulso de la iglesia en diferentes partes de EEUU, que vengan y nos fecunden con su experiencia y refuercen las cosas que ya Dios nos ha dicho como iglesia.

Yo creo que hay una parte espiritual que una iglesia tiene, que es importante y de hecho todo es espiritual en última instancia, ya vemos, pero que a veces identificamos lo espiritual solamente con alabar y leer la Biblia, con orar, pero hay una parte también de servir a los demás y de transformar a la sociedad y de ser como la sal que se mezcla con las demás sustancias para impartirle su sabor. Eso es parte del llamado de la iglesia y eso es lo que yo creo que nuestro hermano Noel nos inspira y nos refuerza como congregación. Así como estuvimos bien activos en el asunto de inmigración hace poco, y Dios usó a esta iglesia, y usó a Damaris y a Patty en ese sentido para inspirarnos y animarnos a involucrarnos en esto. Eso es parte del llamado de la iglesia y por eso es importante saber esos ingredientes que van a informar la manera en que nosotros nos involucremos con el mundo. Así que le damos gracias a Dios por eso.

Vamos a ponernos de pie ahora. Vamos a decirle amen a lo que hemos recibido de Noel y luego Gonzalo y los demás nos dirigen un coro de despedida. Padre, gracias. Decimos amen. Gracias por el llamado que tu le has dado a esta iglesia. Sigue reforzando ese llamado, Señor. Ayúdanos a ser gente humilde, pero también llena del espíritu santo, gente animada, gente poseída por una visión clara que viene de tu palabra y del mismo Jesucristo. Ayúdanos a ser un agente transformador, Padre, en todas las dimensiones de la vida de esta comunidad. Bendecimos a nuestro predicador y pedimos que tu lo llenes de tu espíritu santo, Señor, y que cada día lo lleves más y más usando sus dones, Padre, para inspirar y reforzar a tu iglesia en todas las partes de esta nación. Gracias, Padre. Abrazamos tu visión en esta mañana y te damos a ti toda la gloria y toda la honra, en el nombre de Jesús. Denle un gran aplauso al Señor en esta mañana. Gloria a Dios. Amen. Amen.