Guerra espiritual

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Capítulo 20, Primero de Reyes. Dice allí: “....Entonces Ben Adad, rey de Siria juntó a todo su ejército y con él a 32 reyes –imagínense qué gran ejército, 32 reyes- con caballos y carros y subió y sitió a Samaria y la combatió...”

Samaria era la capital del reino judío del norte. Israel estaba dividido en dos reinos: el reino del norte, cuya capital era Samaria, y el reino del sur, Judá, cuya capital era Jerusalén. Y este rey de Siria viene y rodea a esa ciudad de Samaria y combate contre ella.

“....y envió mensajeros, dice el versículo 2, a la ciudad a Acab, rey de Israel diciendo ‘así ha dicho Ben Adad: tu plata y tu oro son míos y tus mujeres y tus hijos hermosos son míos’. Y el rey de Israel respondió y dijo ‘como tu dices rey, Señor mío, yo soy tuyo y todo lo que tengo’. Volviendo los mensajeros otra vez dijeron ‘así dijo Ben Adad: ‘yo te envié a decir tu plata y tu oro y tus mujeres y tus hijos me darás, además mañana a estas horas enviaré yo a ti mis siervos los cuales registrarán tu casa y las casas de tus siervos y tomarán y llevarán todo lo precioso que tengas’”.

Una segunda vez, vio, esta vez con más especificidad. “.... Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, los gobernantes y les dijo ‘entended y ved ahora cómo este no busca sino mal, pues ha enviado a mi por mis mujeres y mis hijos y por mi plata y por mi oro, y yo no se lo he negado. Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron ‘no le obedezcas ni hagas lo que te pide’.

Entonces él respondió a los embajadores de Ben Adad ‘decid al rey, mi Señor, haré lo que mandaste a tu siervo al principio, más esto no lo puedo hacer’. Y los embajadores fueron y le dijeron la respuesta y Ben Adad nuevamente le envió a decir ‘así me hagan los dioses y aún me añadan que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.’ Y el rey de Israel respondió y dijo ‘decidle que no se alabe tanto el que se ciñe a las armas como el que las desciñe’. Y cuando él oyó esta palabra estando bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos ‘disponeos’.....”

Y aquí un profeta.....”, mire cómo cambia la situación. La primera parte de este texto que yo he leído hay un tono descorazonador, desaliento, amenaza, de impotencia, de desastre que viene. Un ejército demasiado poderoso a poseer una ciudad pequeñita que no tiene el poder para resistirlo, pero aquí hay un cambio en el relato.

Dice: “....Y he aquí un profeta vino Acab, rey de Israel y le dijo ‘así ha dicho Jehová, ¿has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano para que conozcas que yo soy Jehová’. Y respondió Acab ‘¿por mano de quién?’, y el dijo ‘así ha dicho Jehová, por manos de los siervos de los príncipes de las provincias’. Y dijo Acab ‘¿quién comenzará la batalla?’, y él respondió ‘Tu’. Entonces él pasó revista a los siervos de los príncipes de las provincias, los cuales fueron 232. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel que fueron 7000. Y salieron a mediodía y estaba Ben Adad bebiendo y embriagándose en las tiendas, él y los 32 reyes que habían venido en su ayuda, y los siervos de los príncipes de las provincias salieron los primeros. Y Ben Adad había enviado a quien le dio aviso diciendo ‘han salido hombres de Samaria’. El entonces dijo ‘si han salido para paz, tomadlos vivos’ –miren qué confiado estaba este rey- ‘y si han salido para pelear también tomadlos vivos’.

Salieron pues de la ciudad los siervos de los príncipes de las provincias y en pos de ellos el ejército y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria,...., Ben Adad se escapó en un caballo con alguna gente de caballería. Y salió el rey de Israel e hirió la gente de a caballo, y los carros y deshizo a los sirios causándoles gran estrago.”

(Último versículo 22 lo voy a leer) “Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo –palabras muy sobrias aquí- ‘Ve, fortalécete porque pasado un año el rey de Siria vendrá otra vez contra ti”.

Bendiga el Señor su santa palabra. Padre, nos cubrimos con tu manto de protección y de unción, Señor, al declarar tu verdad en el nombre de Jesús. Amen y amen.

Quería compartir con ustedes en esta transición que estamos haciendo de una serie de sermones sobre vida por diseño y vida de éxito en el Señor, pasando a otra serie cuando yo regrese de vacaciones. ¿Me dan permiso para irme de vacaciones a mi y a mi familia, hermanos? Algunos dijeron ‘que bueno pastor que estuvo de vacaciones en México’, estábamos trabajando allá. Cierto, nos tomamos un par de días de descanso pero porque no nos quedaba más. Pero vamos de vacaciones así que oren por nosotros hermanos.

El caso es que estamos haciendo esta transición y yo espero tomar una serie de sermones cuando regresemos. Pero preguntándole al Señor sobre qué compartir con ustedes hoy, el Señor puso en mi corazón este texto. Creo que nunca he predicado en los veintipico de años que tengo predicando en la iglesia, sobre este texto en particular. Pero es un texto precioso. Y es un texto que se presta mucho a la meditación sobre guerra espiritual, sobre nuestra lucha que tenemos con los poderes del infierno.

Hace un par de días después de la campaña que tuvimos en la Casa Estatal, en la noche, tuve una pesadilla, de esas pesadillas que son en realidad cosas muy serias y yo se que Dios nos abre una ventanita de revelación.

Alguien me dice en el sueño, ‘hay un ser espiritual, un demonio que te está mirando y te está vigilando’. Y yo voy a donde me dicen que está este ser y lo que me encuentro es con una pintura a medio cuerpo de un hombre, pero los ojos estaban vivos, eran unos ojos vivos y se movían. Y lo que me estaba diciendo en el sueño esa imagen era ‘te estoy velando, te estoy observando. Tenemos nuestros ojos puestos sobre ti.’ Y varias veces estuvo esos ojos moviéndose fijos sobre mi persona, en este cuadro que era simplemente dos dimensiones, pero los ojos estaban vivos y me miraban una y otra vez, y pestañeaban y se movían señalándome ‘tenemos nuestros ojos puestos sobre ti’.

Yo recuerdo que Meche me tuvo que tocar porque yo estaba diciendo el nombre de Jesús y yo en el sueño también atacaba lo que yo podía con el nombre de Jesús, contra esa imagen que me miraba.

Hermanos, estamos en guerra espiritual. Siempre los cristianos, los hijos de Dios estamos peleando contra un enemigo que quiere destruirnos. Y ¿saben por qué eso no me inmuta a mi, eso no me preocupa en realidad? No, porque yo sea la gran cosa, sino porque yo se que hay otro que vigila sobre mi que se llama el León de la tribu de Judá, ese es más poderoso que cualquier otra mirada del enemigo.

Y nosotros tenemos a ese poderoso Dios mirándonos. Hace poco una hermana de hecho, no se si ella está aquí, pero fui a una célula y ella me decía que un día estaba aquí con otra hermana, era de noche, estaban orando parece que aquí mismo estaban sentadas, arrodillados aquí orando; no se cuál era la circunstancia específica, pero estaban las luces apagadas, y ella en un momento de oración abrió los ojos y vio los ojos de un león que la estaban mirando desde una parte de por acá, a ella y esos ojos estaban allí posadas sobre ella: el león de la tribu de Judá.

Y ella dice que se impactó tanto que quiso como tocar para ver donde ella estaba y no sentía nada material alrededor de ella. Y volvió a mirar otra vez y todavía estaban esos ojos de ese león mirándola desde la penumbra de esta parte por acá.

Porque el León de la tribu de Judá mira. Yo recuerdo que cuando tuve el sueño que dio ocasión al nombre de esta iglesia, congregación León de Judá, que vi esa escena de la ciudad, ustedes han oído el relato, de rascacielos cubiertos con entidades demoníacas inmensas y por arriba de ellos, muy alto por encima un rostro de león que yo entendí que era el león de la tribu de Judá mirando sobre esos animales horribles, y eran sus ojos unos ojos de autoridad y de poder, y de control mientras miraba sobre ellos. Y yo le dije tres veces a ese ser ‘tu eres el Señor’, como retando a esos seres demoníacos diciéndoles ‘el verdadero Señor eres tu’.

Porque los poderes del diablo quieren ejercer dominio sobre la raza humana, quieren controlar, quieren gobernar, pero nosotros sabemos que hay uno que es mucho más poderoso que ellos, se llama Cristo Jesús, el Señor.

Y estamos en guerra continua, Israel ha estado en guerra desde los principios de su historia misma, poderes continuamente enemigos. Aquí vemos a Siria tratando de destruir a Israel, persiguiendo a los hijos de Dios. Hoy en día las noticias nos dicen que todavía hay países tratando de destruir a ese pueblo, y cuando ya parece que todo se ha arreglado y que ya los judíos pueden respirar un poco de paz, hace unos cuantos meses atrás, saben, entregaron toda la tira de Gaza, esa parte se llama Gaza Strip, una parte que es parte de la tierra que Dios mismo le cedió al pueblo judío hace siglos atrás. Y los judíos en su deseo de tener paz, queriendo aplacar a los árabes le entregaron ese pedazo de su tierra.

Muchos judíos protestaron y tuvieron que sacarlos de sus casas arrastrándolos y evacuaron toda esa área, la limpiaron y dejaron sus casas allí, sus negocios y todo para entregársela a los árabes, queriendo decir ‘miren, nosotros queremos paz y estamos dispuestos a pagar el precio adicional’.

Sin embargo, sabe lo que pasó hace poco? Volvieron otra vez, invadieron, secuestraron a un soldado, mataron a dos de ellos y ahora sigue la guerra. Y ahora ha explotado de nuevo la guerra. ¿Por qué? Porque el diablo odia al pueblo de Dios.

Ahora ese pueblo no es perfecto, es un pueblo que se ha secularizado. Los judíos han sido rebeldes, toda su historia han sido rebeldes. Israel no es una nación religiosa en un sentido. Israel es un estado secular y es una de las naciones más seculares, de hecho.

Sin embargo Dios ama a su pueblo y tiene un plan para ellos. Y esa tierra que Dios les dio a ellos hace 3000 y pico de años, esa tierra le pertenece a ese pueblo. Yo quisiera poder decir ‘no, los árabes tienen derecho de estar allí porque ellos estuvieron allí cientos de años, después que el pueblo judío fue sacado, esto y lo otro, pero dice la palabra ‘que los regalos de Dios son irrevocables’. Dios le entregó esa tierra a su pueblo, y él que es dueño de todo el universo y de esta tierra completa tiene derecho para decir a quien le regala lo que él quiera.

Esa tierra pertenece a los judíos. Yo se que ellos no son perfectos, pero allá que se peleen con Dios no conmigo. Yo simplemente obedezco lo que dice la palabra del Señor. Dios les dio esa tierra al pueblo hebreo. Pero el diablo no está contento y sigue batallando contra los judíos, sigue destruyéndolos. Amalek siglos atrás cuando Moisés estaban todavía en el desierto quiso matar a los judíos y los persiguió. Siria, Asiria, Babilonia, Persia, todos estos poderes han tratado de destruir al pueblo. En el siglo XX Hitler con todo su poderío alemán también quiso destruir al pueblo judío. Pero no han podido, pero el diablo tiene una controversia contra el pueblo hebreo.

Y ¿saben qué, hermanos?, tiene igualmente una controversia contra el pueblo de Dios que es la iglesia en este tiempo. Y todo cristiano, todo creyente por virtud de ser un hijo de Dios y de pertenecer a esa raza escogida de Dios está en guerra con Satanás y Satanás está en guerra con él también o con ella. Tu aunque no quieras, si eres parte del pueblo escogido de Dios, vas a estar peleando y el enemigo va a tener una guerra contra ti, va a tener una lucha contra ti. Y aunque tu no estés consciente de ello Satanás está buscando de alguna manera hacer daño a tu vida.

Yo no digo esto para asustarte, entiéndeme. Yo no digo esto para llenarte de temor. Al diablo no se le tiene miedo, se le tiene digamos cautela, pero no se le tiene miedo porque Dios ha prometido que él es más poderoso, pero sí hay que tener cuidado.

Por eso el Apóstol Pedro dijo ‘sed sobrios y velad porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar.”

Esto no lo dijo el Apóstol Pedro para meternos miedo o para asustarnos o como para que diéramos más diezmo, lo dijo porque hay una verdad detrás de eso. Cuando tu vives la vida normalmente, trabajando, yendo a la casa, manejando en la calle, sabe que tu te mueves dentro de una dimensión espiritual también, y hay poderes allí, hay poderes que quieren hacer daño a tu vida. El enemigo está buscando cualquier rendijita en tu vida para meterse y por allí destruir y hacer daño.

¿Cómo se mete un germen en la vida de una persona? A través de una herida, cuando usted se corta. Por qué le ponen allí medicina y le tapan con una curita y.... para que no se entre por ahí, por esa rajadura en la piel, un germen y comience a meterse por los vasos sanguíneos y hacer daño; porque se meten por rasgaduras en la piel, por los orificios en la cara, por allí es donde entran al sistema nervioso, o al sistema del tejido del ser humanos.

Asimismo pasa al nivel espiritual. ¿Cómo entran los poderes del diablo en la vida de un seres humano? Por las aperturas que nosotros le abrimos. Por eso el Apóstol Pedro dice ‘sed sobrios y velad’ porque tenemos que ejercer cuidado en la manera que vivimos, hermanos, porque el enemigo siempre está buscando una excusa, siempre está buscando un reclamo, siempre está buscando una razón legal para venir delante de Dios y decir esta persona tu le tienes que soltar tu gracia y tu protección porque ha hecho esto y esto y lo otro y está fuera de tu cobertura.

El Señor Jesucristo dijo a Jerusalén ‘Jerusalén, Jerusalén, cómo quise cubrirte y protegerte como la gallina cubre a sus polluelos y no me dejaste y por eso ahora vas a ser destruida completamente’. Y ciertamente poco tiempo después que el Señor fue crucificado vinieron las legiones romanas y destruyeron a Israel, sembraron con sal toda la tierra prometida y mandaron a los hebreos a rondar la tierra por casi dos mil años, hasta que volvieron a ser nación hace apenas menos de un siglo, cincuenta y pico de años, 59 años, 58.

¿Por qué? Porque cuando usted abandona la protección que solo Cristo puede dar, usted se abre, y si usted es un hijo de Dios, una hija de Dios más saña tiene contra usted el enemigo. Entonces si usted no está viviendo una vida que sea sobria y cuidadosa de los valores espirituales, usted entonces está abierto, tiene la ira del enemigo contra usted y no tiene la protección divina a favor de usted, entonces usted está en tierra de nadie y el enemigo puede hacer estragos en su vida.

Por eso cuando uno entra a los caminos del Señor, hermanos, sobre todo, uno tiene que entender que ya uno... los riesgos así como los beneficios se aumentan muchísimo y uno tiene que caminar con cierta cautela, tiene que caminar con seriedad, tiene que caminar con una sobriedad tremenda porque el enemigo está buscando cualquier error, cualquier transacción aún mental o emocional.

¿Sabe usted que a veces usted puede abrirse a ataque demoníaco por una creencia falsa, por una práctica falsa, por un cambio que haya en su espíritu? Yo hablaba con los hermanos anoche mismo estaba predicando precisamente sobre el carácter especial de Jesús como salvador, como centro de la creación, como aquel hacia el cual apuntan todas las fuerzas de la historia: Cristo el centro del cosmos, el fundamento de la realidad humana y universal. Y yo decía que cuando uno como cristiano comienza a dudar de esa verdad que dice la palabra y comienza a poner a Jesús como si fuera simplemente otro más entre un panteón de diferentes dioses que pueden llevar a la salvación.

Como hay muchos llamados cristianos por ahí, que creen que bueno, si yo soy cristiano y dentro de mi tradición, como ellos dicen, cristiana pues Cristo salva. Pero también un budista se puede salvar, o un musulmán, o un hindú a través de su religión. Yo quisiera creer eso, pero eso no es lo que me dice la palabra. Y cuando uno abandona ese carácter especial, único de Jesús, la imagen del Dios invisible, como dice la palabra, en él habita toda la plenitud de Dios.

Cuando uno comienza a relativizar a Jesús y a ponerlo en una categoría secundaria, ya se ha abierto dentro de uno, invisiblemente, sin uno darse cuenta, una apertura por la cual el enemigo puede venir y hacer estragos.

Y esta joven me decía precisamente acerca de eso. Ella dice ‘pastor, hace un par de años atrás cuando yo comencé a ir a la universidad, comencé a dudar precisamente de eso, con mis estudios de filosofía y de religión y todo esto, comencé a dudar del señorío de Cristo y de la unicidad de Jesús, y comencé a entretener la idea de que podía haber otros salvadores aparte de él.

Y de ahí dice ella, comienzo a yo a ver un cambio en mi estado emocional, de ansiedades y otras cosas que han entrado. Yo creo que eso tiene mucho que ver, me dijo ella, con muchas de las aflicciones que yo he estado padeciendo en estos meses.

Y es así, porque el enemigo solo está buscando, hermanos, cualquier área para entrar y hacer daño en nuestra vida. Y nosotros estamos en guerra. ¿Qué tiene que hacer un soldado? Un soldado tiene que ser sobrio, tiene que caminar cuidándose. Cuando está en el campo de batalla tiene que estar con sus ojos vigilando porque el enemigo puede venir en cualquier manera y hacer destrucción en nuestra vida. Y por eso hay que conocer los principios de la palabra de Dios para saber cómo uno puede defenderse.

Y por eso este pasaje es tan importante porque nos enseña cómo nosotros peleamos con Satanás. Lo primero que yo veo aquí es que hay un poder muy superior en contra del pueblo de Dios. Ben Adad con sus ejércitos es mucho más poderoso que Israel. Israel no podía resistir al enemigo por su propia fuerza. Y eso es lo primero que nosotros tenemos que entender.

Mi hermano, mi hermana, tu no puedes batallar contra el diablo por tus propias fuerzas. Satanás es mucho más poderoso que tu. El reino de las tinieblas es más fuerte, más ágil, más hábil, tiene más años sobre la tierra, conoce la psicología humana. Es un enemigo que tu no puedes ver ni oler, no duerme, no necesita comer, solo es un ser patológico que quiere matarte, destruirte, robar tu alma. Tu no tienes poder por ti solo.

Pero la palabra del Señor dice que Cristo Jesús habita dentro de ti. Y Cristo dice que él es más poderoso. La palabra dice que Dios le dio un nombre que es sobre todo nombre. No hay demonio que pueda resistir el poder de Cristo dentro de ti.

Entonces tu tienes que cultivar el poder de Cristo dentro de ti, tu tienes que cultivar la fortaleza que Dios ha puesto en tu vida para tu poder resistir las obras del diablo. Tu tienes que vivir lleno del espíritu santo. Tu tienes que cultivar la oración. Tienes que vivir una vida de limpieza delante de Dios, de limpiar tu caminar delante del Señor, de quitar toda la impureza, todo lo que impida que la bendición de Dios fluya en tu vida, todas las actitudes negativas, las palabras indebidas, los pensamientos destructivos, el trato de los demás, que sea opresivo a los demás. La santificación tiene que ser en todas las áreas de la vida. Y eso es parte del ser sobrio y velar, cuidar nuestra salud espiritual, cuidar el como caminamos, cuidar la temperatura espiritual.

¿Dónde estás tu en esta etapa de tu vida? ¿Sientes tu amor y pasión por las cosas de Dios? Cuando hay invitación a la oración, ¿sientes tu ese entusiasmo de estar allí con tus hermanos orando y alabando al Señor? Los domingos es para ti una carga, levantarte e ir a la iglesia, y vienes cuando puedes y cuando no puedes, pues, Dios entiende. O estás tu comprometido, vives tu para Cristo, amas tu apasionadamente el Reino de Dios, sabes tu que ante todas las cosas eres un ser espiritual y que este mundo en todas sus demás cosas es totalmente secundario. Tu eres un ser espiritual y vives para la eternidad. Y en la medida que tu amas al Señor con pasión y tu le das al Señor todo tu ser y lo sirves con amor, en esa medida el Señor te puede cubrir con su gracia. Hay que mantenerse fuertes, hermanos.

Un atleta está continuamente haciendo sus ejercicios para mantenerse en forma. Un médico está leyendo siempre para mantenerse al día con lo que necesita. Un cristiano tiene que mantenerse fuerte en todo momento para poder arremeter y resistir los poderes del diablo. Sed sobrios y velad, dice la palabra del Señor.

Y en otro pasaje, en Efesios, Capítulo 6 también se nos habla. Ustedes saben, Capítulo 6 de Efesios, versículo creo que es 10 en adelante. Dice “.... por lo demás, hermanos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza, vestios de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”

Miren ya dos veces, dos Apóstoles, Pedro y Pablo, dos buenos testigos nos están diciendo lo mismo. Uno nos dice ‘sean sobrios y velad’; otro nos dice ‘fortalézcanse contra las asechanzas del diablo’. ¿Usted ve esa idea? Dice Pedro andan alrededor buscando a quién devorar. Aquí se le anda asechando.

Entonces tenemos que vestirnos de toda la armadura de Dios, tenemos que estar fuertes, hermanos. Hay tanta gente que ignora las reglas de una vida espiritual sana. Una vida espiritual sana, una vida de autoridad y de poder capaz de resistir al diablo no se da simplemente porque usted venga a la iglesia y esté un par de horas, ausente allí pensando en otras cosas, y ya de alguna manera mágica la unción de Dios va a estar con usted. Y cuando vengan las crisis de la vida y el diablo quiera destruir su vida y hacer estrago, usted va a estar fuerte y seguro, y decidido.

No, se requiere ejercicio. Se requiere vigilancia. Se requiere mantenerse en forma espiritual. Se requiere comer buena palabra de Dios. Se requiere pagar un precio, hermanos. Se requiere estar atentos a las verdades del Evangelio. Es la única manera que usted va poder resistir las asechanzas del diablo.

Y el Apóstol Pablo continúa, dice “.... porque no tenemos lucha contra sangre y carne sino contra principados, contra potestades, con los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Lo que Pablo hizo allí fue darnos una radiografía de las realidad que nosotros habitamos. Ahora mismo usted ve columnas y cemento y paredes y madera, pero si usted pudiera tener rayos X de momento esto se abriría y usted vería otra dimensión, es una dimensión espiritual, con ángeles y también demonios volando por donde quiera o sentados ahí sentados al lado suyo. El Señor los reprenda si son demonios, si son ángeles que se queden.

Pero hay siempre hay una dimensión diferente que está.... y Pablo dice ‘hey, por eso, cuídense, por eso fortalézcanse porque hay.... los problemas de la vida, dice Pablo en este pasaje, no son debido a cosas meramente humanas, a procesos humanos.’ Eso es lo que dice, nuestra lucha no es contra sangre, ni contra carne. ¿Tu ves? La lucha que tu tienes en tu hogar, con ese hijo rebelde, no es contra tu hijo, es contra el poder del diablo que está detrás de él queriendo robar su alma y queriendo también desestabilizar tu vida y hacer que tu dudes de Dios.

Tu problema matrimonial no es solamente con tu esposo que es reacio a venir a la iglesia y que no quiere recibir la palabra de Dios y que odia las cosas del Señor, es contra el poder del diablo que no quiere que ese hombre sea salvo y que tu casa sea dedicada al Señor. Entonces ¿qué tu vas a hacer? ¿Vas a seguir peleando contra tu esposo, echando pestes de tu esposa o vas a comenzar a hacer guerra espiritual para destruir el poder del enemigo y llenarte de la gracia del Señor, dedicar tu casa más a Dios, doblar más rodilla, vivir más cerca del Señor y reclamar tu casa para el Señor, reclamar a tus hijos para el Señor?

Hay poderes, hermanos. Nuestra lucha no es contra las cosas carnales, externas. Es contra otras cosas que están debajo de ello, esos poderes espirituales que siempre están haciendo travesuras para desestabilizar nuestra vida.

Entonces por eso Pablo dice ‘por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo estar firmes’.

Oh, mis hermanos si más de nosotros fuéramos menos ignorantes. Yo me temo que hay muchos cristianos, yo los veo continuamente, que no entienden la seriedad de lo que es la vida espiritual. No entienden la dinámica tan seria de ser un cristiano y de este mundo radioactivo que nosotros habitamos, y que por eso tenemos que estar bien claros en los patrones y los principios que guían nuestra vida, porque los ignoramos pagando un precio demasiado alto.

Entonces Acab tenía un problema, tenía un reino mucho más poderoso que él que quería lo que él tenía. El diablo quiere lo que tu tienes. El diablo quiere tus hijos, el diablo quiere tu matrimonio, quiere tu salud, quiere tus finanzas, quiere tu vida emocional, quiere tu cuerpo, quiere tu futuro, quiere tu mente y tu tienes que decidir qué tu vas a hacer con esa oferta, esa petición que te hace un enemigo más poderoso que tu.

Lo primero ya lo he dicho: tienes que fortalecerte en el espíritu. Acab era un hombre ignorante. Acab era un rey que no conocía de Dios, no conocía la palabra de Dios, estaba en violación de la palabra del Señor, por eso precisamente estaba peleando contra un enemigo tan fuerte. Y cuando llegó el momento de la crisis, ¿qué hace él? Simplemente lo único que puede hacer es estrujarse las manos y decir ‘miren como este hombre quiere hacerme daño’.

Y así, muchos de nosotros lo único que podemos hacer cuando viene el diablo a nuestra vida es ¿qué? Comenzar a quejarnos. Ah, el diablo que siempre está contra mi, la gente que no me quiere, la iglesia que no ora por mi ni me visitan. Quejarnos. Dios, que promete cosas que no cumple. A mi cuando me dijeron que entrara al Evangelio todo me iba a ir bien y es todo lo contrario. No he salido de un problema desde que estoy en el Evangelio.

 

 

Comenzamos a quejarnos. Comenzamos a cuestionar la fidelidad de Dios. ¿Por qué? Porque no entendemos los principios. Cuando conocemos la palabra del Señor entonces podemos contrarrestar los ataques del diablo.

Mire algo interesante aquí. Cuando Siria manda a su embajador a donde Ben Adad simplemente le dice ‘dice el rey Ben Adad que todas tus propiedades son de él, tus mujeres, tus hijos, tu dinero’. Fíjese que interesante, no le pide nada de eso, sino simplemente le pide que reconozca que él le pertenece al rey de Siria. Y eso es lo que el diablo hace. Así es que él opera. Es un principio que tenemos que entender.

Satanás muchas veces para ganar entrada a nuestra vida, lo que va a comenzar es con algo que parece simbólico, algo que no parece muy comprometedor, un pequeño desliz, una pequeña mentirita, un traguito, qué importa eso, una ida a una discoteca una noche, un cigarrillito de marihuana, después de todo eso lo que hace es que pone a uno alegre. Yo no estoy tomando drogas, no me la estoy inyectando.

Pero el diablo comienza, hermanos, con una declaración simplemente, aparentemente inofensiva. Pero lo que él quiere es que nosotros simplemente reconozcamos un principio. El lo que quiere es establecer un precedente, porque en el reino del espíritu las cosas operan así, por legalidad, por principios judiciales. Pero cuando tu reconociste lo que él te está diciendo ya tu le abriste la puerta a cosas mayores. Ya tu entraste en diálogo con él. Ya tu reconociste su poder. Ya tu reconociste su presencia. Ya tu legalmente admitiste que él tiene influencia sobre tu vida.

Tengamos cuidado con los tratos que nosotros hacemos. Porque a veces hay tratos que los hacemos simplemente con una mirada, con un pensamiento, con una acción que nadie vio y nosotros mismos casi ni nos dimos cuenta, pero ya eso abrió la puerta al enemigo.

Hoy en día se le está pidiendo a la sociedad que acepte el matrimonio homosexual. Cuatro jueces lo dictaron y la gente le dice a uno, como me dicen a mi, como yo decía esta mañana con los hombres ‘¿por qué usted está tan opuesto a que un grupito de homosexuales se casen, si eso es bueno, así se portan mejor, ya están casados y son menos sensuales y dan menos tumbones por allí? ¿No quiere usted que la gente se case? ¿Por qué usted está tan opuesto a que esa gente sea feliz? Y lo que yo les digo hermanos, le digo a ustedes, como se lo digo a ellos: ‘no es tanto esas pocas personas, ese puñado de gente homosexual que se casan. Es el principio espiritual que está detrás de eso.’

Cuando una sociedad reconoce legalmente un comportamiento de ese tipo como parte normal de la vida, por ahí se abre una brecha del tamaño.... y por ahí puede entrar un camión de 18 ruedas, y comienza el diablo a coger un poquito más, un poquito más, un poquito más. Un día vendrán a nuestras iglesias y nos prohibirán lo que podemos predicar. Un día irán a nuestra casa y nos dirán ‘tu tienes que dejarme rentar ahí quieras o no quieras’. Un día vendrán a nuestros lugares de cuidar niños después de la escuela y nos dirán ‘no importa, usted es una institución pública, tiene que aceptar ahí un maestro homosexual’.

No es que tengamos nada en contra de los homosexuales, hermanos, pero nosotros creemos en ciertos valores espirituales que Dios ha establecido. Y nosotros tenemos que, cuando comienza la cosas, tenemos que poner los pies y decir ‘no, no podemos abrir la puerta porque por ahí vienen otras cosas peores’.

Hoy en día ya a nuestros hijos les están educando en las escuelas acerca del comportamiento homosexual y ya tenemos que permitirlo. Antes era posible que si usted no quería que su hijo recibiera adoctrinación homosexual usted podía decirle al maestro ‘saque a mi hijo porque no quiero que se exponga a eso’.

Hoy en día ya ni eso se puede hacer. Un papá hace poco quiso hacer eso y lo pusieron preso porque rehusó a irse de la escuela hasta que el principal le prometiera que su hijo no iba a recibir esa clase. El principal le dijo ‘no lo voy a hacer porque no me da la gana’. El insistió, llamaron a la policía y lo arrestaron. ¿Por qué? Porque las cosas comienzan, el enemigo dice ‘no, yo lo único que quiero es que me dejen a mi vivir’. Pero después que tu lo dejas vivir entonces dice ‘ahora quiero también tu casa, quiero tus mujeres, quiero tu dinero, lo quiero todo’.

¿Qué pasó aquí? El le dijo simplemente ‘yo solamente quiero que tu reconozcas que tus mujeres y tus hijos son míos’, y él le dijo ‘si, Señor, yo se que son tuyos’, amedrentado por la fuerza del enemigo. ¿Y qué pasó? Al otro día vinieron y le dijeron ‘ahora, vamos mañana a venir a buscar tu dinero y tus propiedad y tu casa’. Ya no era teórica la cosa, ahora era una realidad. Y así pasa, hermano, si tu no entiendes este principio espiritual.

Por eso la Biblia dice ‘no deis cabida al diablo’, y la palabra que se traduce al español cabida, quiere decir..... en inglés creo que dicen ‘do not give the devil a foot hold, no le des al diablo un pedacito de terreno donde él pueda poner la punta del pie porque si le dejaste poner la punta del pie, se va a meter con todos sus demonios también.

¿Usted ve? Tenemos que tener cuidado porque dice la Biblia que un poquito de levadura leuda toda la masa. Entonces no podemos.... el diablo comienza así, con algo inofensivo, algo pequeñito pero vuelve, vuelve y vuelve y entonces comienza a coger y a poseer y a gobernar y a establecer autoridad. ¿Por qué? Porque hay un espíritu demoníaco, nuestra lucha no es contra los homosexuales. Nuestra lucha es contra el espíritu de anticristo que está detrás del movimiento homosexual, el espíritu anti cristiano, anti iglesia, anti moralidad, anti cuidado de los valores humanos y de la identidad que Dios ha puesto en el ser humanos y por eso peleamos contra esto. No es contra ellos, es contra el poder que está detrás de ellos. Tenemos que tener cuidado en la guerra espiritual de no abrirle al enemigo ninguna brecha.

Fíjense que cuando Acab se queja de que no sabe qué hacer, los ancianos le dicen ‘no le obedezcas ni hagas lo que te pide’. Esa es la conducta que debe tener un cristiano. Cuando el enemigo quiere tomar posesión de tu vida, dos cosas: no lo obedezcas ni hagas lo que te pide. Resiste firmemente al enemigo.

La palabra dice ‘resistid al diablo y huirá de vosotros’. Cuando venga la tentación a nuestra vida mantengámonos firmes en lo que la palabra de Dios ha dicho. Cuando el enemigo quiso tentar a Jesús y hacerlo obedecerlo, y hacer todas las cosas que él quería que hiciera, ¿qué le dijo el Señor? Escrito está. Escrito está. Lo resistió con la palabra de Dios y nosotros tenemos que pararnos firmes.

Satanás no tiene poder sobre hijo de Dios. No importa cuán grande sea su fuerza, el que está en nosotros es más poderoso que el que está en el mundo. Y por eso vino un profeta, Dios envió un profeta en su misericordia envió un profeta porque Acab no merecía ese tipo de trato de parte de Dios. Y el profeta vino y le dijo ‘mira, dice el Señor que no obedezcas al enemigo, que lo resistas y que tu emprendas la guerra contra él’.

Yo he creído eso siempre, hermanos, al enemigo no se le huye, al enemigo no se le ... uno no se deja intimidar. Con el enemigo no se puede negociar, hermanos, con el enemigo no se puede ser ni siquiera diplomático, yo creo cada vez más. Porque él lo que hace es aprovechar la diplomacia para coger más terreno y atrincherarse más. Esa es la verdad.

No, él le dijo ‘ve, y monta la batalla contra el enemigo’. ‘He aquí yo te lo entregaré hoy en tu mano para que conozcas que yo soy Jehová’. Hermano, no importa cual...... en tu vida, yo te quiero decir no importa cuán grande sea el problema en tu vida, no importa cuál sea el área en que el enemigo está tratando de hacer estragos en tu vida, no importa cuán serio sea el problema, en un momento Dios puede cambiarlo todo.

En un momento Dios puede tocar el corazón de un cónyuge, en un momento Dios puede cambiar un hijo rebelde, en un momento una situación de salud puede cambiar de giro cuando el Señor está en el asunto, hermanos. Por eso tenemos que estar orando, clamando, buscando la unción de Dios en nuestra vida, de día y de noche, pidiéndole al Señor, ‘cambia el aire’.

Yo le pido al Señor que cambie los aires en Massachussets. Yo le pido al Señor que cambie los aires en EEUU. Yo creo, hermanos, que la visitación del poder de Dios va a ser tan grande un día que nosotros nos vamos a quedar maravillados, como la dureza de corazón de esta cultura va a cambiar. Yo lo creo y vivo para eso y me estoy preparando para eso. Y estoy preparando nuestra iglesia para eso, hermanos, porque yo creo que, no importa cuán seria parezca la situación a Dios le encanta esperar a que las cosas se pongan color de hormiga para entonces aparecerse con toda la caballería y romper las huestes del enemigo, y traer la salvación. Yo lo creo.

A veces que Dios tiene que esperar a que las cosas parezcan ya imposible de cambiar, para entonces decir ‘yo lo voy a cambiar en un momento para que conozcan que yo soy Jehová.’ No importa cuán seria se ponga tu situación, mi hermano, mi hermana, no importa cuán dura sea la batalla, tu dobla más rodillas, tu ayuna más, tu clama más al Señor, tu declara aunque no te salgan las palabras, pero declara el señorío de Dios en tu vida, declara el sello de Cristo sobre tu casa, declara la propiedad de Dios sobre tus hijos, declara la provisión financiera de Dios en tus finanzas, declara ese problema, ese monte va a moverse y se va a echar al fondo del mar, porque mi Dios es más poderoso que las obras del enemigo en mi vida.

Si hay algún problema en tu vida, ansiedad, depresión, neurosis de cualquier tipo, pensamientos que te persiguen, temores, en el nombre del Señor di, esa tierra yo la someto al señorío de Cristo. No hay poder que pueda resistir, hermanos, el poder de Dios en nuestra vida. Creámoslo, confesémoslo, vivámoslo. En un instante....

Fíjese que este rey le pregunta al profeta ¿quién comenzará la batalla? Y ¿qué le responde el profeta? Tu. Porque a veces nosotros queremos como que sea otro. Ah, tengo un problema, vamos a buscar al pastor para que vaya, nos unja con aceite, me bautice en el nombre del padre, del hijo del espíritu santo, vamos a buscar los ancianos de la iglesia, vamos a buscar a esa hermanita misionera que esa sí que sabe orar.... ¿Y sabe lo que Dios dice? No, no yo quiero que seas tu quien acometa al enemigo. Yo te he dado poder a ti. Yo he puesto mi unción en ti.

Hermanos, el pastor no tiene más espíritu santo dentro de él que el que usted tiene. Usted recibió la misma medida del espíritu santo que está en usted. Usted tiene poder. Yo, mi hermana, Mirna, yo hace años le dije, recuerda Mirna.... Mirna, tu puedes hacerlo, tu puedes hacerle, tu puedes servir al Señor, tu puedes ser una maestra de célula. Tu puedes tener una célula en tu casa. Y Mirna no lo quería creer y se ha dado una de las celulistas más poderosas que tiene León de Judá. Porque, hermanos, no hay cristianitos y cristianotes a menos que su corazón no sea pequeñito. Si su corazón es capaz de creerle a Dios usted tiene poder contra todas las huestes del infierno y Satanás no tiene poder sobre su vida.

La pregunta es ¿cuánta capacidad tiene tu corazón para creerle a Dios? Esa es la pregunta. ¿Cuánto le puedes tu creer a Dios? Porque si tu eres capaz de creer que el Señor está contigo, que Dios es poderoso, que él te va a dar la victoria, tu puedes acometer contra el enemigo.

Fíjese que ellos no tuvieron que esperar a que viniera el enemigo. Dios le dijo ‘no, vayan ustedes y persíganlo a él’.

Y ahí estaba el enemigo todo confiado, todo seguro, bebiendo, emborrachándose. Ben Adad estaba tan seguro que cuando le dijeron que venían los israelitas, dijo ‘bueno, si vienen en paz tómenlos vivos, uy aún si vienen en guerra también tráiganmelos vivos. Que confianza. Que confiado está el enemigo muchas veces, pero ellos venían en la palabra de Dios. Y solamente tuvieron que matar a los que venían en contra de ellos. Una vez que hicieron la primera confrontación todos los demás se mandaron a huir.

Porque el diablo se aprovecha del temor de ustedes, ¿sabe?, de que usted le tenga miedo, de que usted cuando él abre la boca y le muestra los dientes, usted de una vez salga corriendo. Pero ya Dios le quitó la fortaleza al diablo, ya le quitó el aguijón a la muerte. Ya Satanás no tiene poder sobre los hijos de Dios. Cuando usted comienza y resiste, cuando el pueblo....

Yo le digo eso a la iglesia, si la iglesia se pusiera de pie en este tiempo y se atreviera a resistir al enemigo, hermanos, en un día cambiaría todo en Massachussets. El problema no es el enemigo, el problema es la iglesia. Cuando la iglesia lleva la batalla al enemigo, el enemigo tiene que huir y lo que nosotros hacemos es simplemente una pelea simbólica, unos cuantos y todos los demás comienzan a huir, porque el diablo no tiene poder en si mismo.

El diablo tiene el poder que la iglesia le permite, porque ya el Señor lo derrotó en la cruz del calvario, dice la Biblia. El diablo tiene el poder que tu le dejas en tu vida y que tu falsamente le reconoces, o que tu le entregas dándole derecho legal para hacer estragos. Pero si tu te paras firme sobre la palabra y los principios de Dios y tu vives tu vida dentro de los principios del Señor, Satanás no tiene poder. Cuando él venga y ataque podrá hacer un poquito de daño, pero tu entrarás en función y en unción y contrarrestarás el poder del diablo, y Dios te entregará la tierra.

Cree. El poder de Dios está en ti. El poder de Dios está dentro de ti y aunque el enemigo venga como león rugiente buscando a quien devorar, el Señor te dice ‘yo estoy contigo.’

Yo no creo que estoy predicando un mensaje general hoy. Estoy predicando una palabra profética para el pueblo de Dios. Yo no se lo que nos espera ahí al otro lado en estos próximos días, qué ataques, qué luchas qué peleas, pero yo se una cosa que el que comenzó la buena obra será fiel para terminarla, que el Dios que nos dijo ‘adelante’, él estará ahí con nosotros, que si Dios te llamó él será fiel para completar lo que él ha dicho que te va a dar en tu vida.

Dios dice yo me apresuro a cumplir lo que yo he prometido. Yo estoy contigo. No temas ni desmayes porque yo estaré contigo, dice el Señor, donde quiera que tu vayas.

Ponte de pie, mi hermano, mi hermana. Aunque el enemigo venga como león rugiente, aunque venga como un río el Señor hará muro entre él y nosotros.

¿Qué tierra tiene el enemigo que no debe tener? ¿Qué áreas de tu vida está el enemigo señoreando y haciendo estragos y lo hemos dejado? Es tiempo que tu comiences a resistir y a reconquistar esa tierra en el nombre del Señor. Y el Señor te dice hoy ‘si tu lo crees, yo voy a estar contigo. Si tu crees mis promesas, yo seré más que fiel. No te voy a dejar ser avergonzado.

La palabra dice ‘no serán avergonzados cuantos en él confían’. Así que recibe esa palabra, toma posesión de ella en esta tarde en el nombre del Señor.

Padre, dame doble porción porque he predicado el sermón dos veces. Y ayúdame a vivir esa verdad, Señor y a sumergirme dentro de ella, así como mis hermanos cada uno de ellos, bendícelos en esta tarde y derrama, Señor tu santa unción sobre ellos.

Padre, que esta palabra caiga en buena tierra, buena tierra, Señor, tierra fecunda, tierra fértil. Quita toda duda de nuestro corazón. Padre, tomamos autoridad sobre los problemas familiares, tomamos autoridad sobre los problemas familiares, Señor, sobre las enfermedades, sobre las finanzas, Señor. Tomamos autoridad sobre nuestra tierra mental, emocional, sobre los problemas de la neurosis, de la duda, del temor, de la soledad, de la depresión, de la ansiedad, de los problemas neurológicos del cerebro. Tomamos autoridad en el nombre del Señor. Satanás te ordenamos ‘fuera, en el nombre de Cristo, estás derrotado, en el nombre del Señor.’ Nos paramos en la autoridad de Dios en esta tarde y decimos ‘Fuera de la tierra del pueblo de Dios’.

Tomamos poder, tomamos autoridad en el nombre de Cristo, reprendemos tus obras en el nombre de Jesús. En todo este estado de Massachussets y en la tierra de los hijos de Dios tomamos autoridad en esta tarde en el nombre de Cristo. Reprendemos principados y potestades que quieran gobernar la vida de los hijos de Dios. Declaramos nuestros hijos tierra poseída por Dios, nuestros matrimonios sanos en el nombre del Señor, nuestro sueño apacible y descansado, nuestras finanzas bendecidas en el nombre de Jesús. Oh en el nombre de Cristo, obligamos al enemigo.

Quita tus manos de las bendiciones que Dios ha declarado sobre el pueblo de Dios. Quita tus manos ilegítimas de sobre las promesas que hemos recibido. Nuestra herencia, tu no tienes derecho a tocarla.

Reclamamos nuestra herencia delante de Dios. Padre, lo que tu nos has declarado, dánoslo Señor y pon esposas en las manos del enemigo. Sácalo, Señor, en el nombre de Jesús. Arréstalo Señor, en el nombre de Cristo. En el nombre de Cristo, arréstalo a Satanás y sácalo de esta área. En el nombre de Jesús, saca los poderes del diablo, Señor. Tu iglesia, tu iglesia, tu iglesia clama. Tu iglesia reclama su tierra. Tu iglesia reclama su tierra, Señor en esta tarde.

Reclamamos esta nación de EEUU. Reclamamos EEUU, Señor. Reclamamos el gobierno de EEUU. Reclamamos las universidades de EEUU, Señor. Reclamamos esta generación joven en el nombre de Jesús. Declaramos que serán soldados de Cristo, serán guerreros espirituales que harán estragos en las huestes del infierno.

Declaramos que tu iglesia será reavivada, Señor. Declaramos que el valle de los huesos secos, volverá a oír el sonido de gente caminando, vivificada, resucitada por ti, Padre. Esos huesos se cubrirán de tendones, de nervios, de tejido, de piel y tu pondrás tu espíritu, Señor, en el valle de los huesos secos y una gran multitud de guerreros, Padre, se levantará para conquistar la tierra antes de la última venida del Señor.

Declaramos una generación profética, Padre, declaramos el fluir profético de tu espíritu en esta iglesia, Padre. Declaramos los dones del espíritu santo, Señor, fluyendo con libertad en esta iglesia, en el nombre de Jesús. Soltamos, Señor, la bendición, soltamos la bendición. ¡Aleluya! soltamos del dones del espíritu, Dios. Fluye espíritu santo.

Oh Señor queremos más. Queremos más. Queremos más. Oh Señor, no nos contentaremos con ahí a cucharitas, Padre, con un gotero. Queremos abrir la boca y que tu envíes ríos de agua viva que corran de nuestro interior, Señor. Tu no das tu espíritu por medida, dice la palabra, Señor. tu das tu espíritu hasta que sobreabunde, Padre. Tu quieres que nos sumerjamos en las aguas de tu espíritu. Padre, tu palabra habla de ser bautizados como el espíritu santo. No es que nos eche un poquito de agua sobre la cabeza, es ser sumergidos en el espíritu santo.

Oh Padre llénanos con tu espíritu santo, una fresca unción, Señor, una fresca unción pedimos, Padre para no temerle al enemigo.

Oh en el nombre del Señor yo reprendo todo espíritu de duda en el pueblo de Dios, todo espíritu de tibieza en el pueblo de Dios, los que están aquí, los que están lejos, los que no están aquí reciban los miembros de esta comunidad espiritual reciban fresca unción del Señor. fresca unción. Fresca unción. Fresca visión, oh en el nombre de Cristo. Fresca pasión, en el nombre de Jesús.

Oh Señor queremos, queremos más de ti. Queremos más de ti. Queremos ver tu gloria, Señor. Envía tu gloria, envía tu gloria, Padre. Envía tu gloria, Señor. Estamos sedientos de ti. Estamos hambrientos de ti, Señor. necesitamos desesperadamente una visitación tuya, Padre. Sopla, Padre, sopla sobre ese enjambre de demonios, Señor, que quiere tomar control de la sociedad.

Oh Señor envía tu viento. Mira, mira, posa tu mirada, Señor, solamente sobre la situación. Una mirada tuya deshace todas las estrategias del diablo. Y nos cubrimos con la sangre de Jesús aún al proclamar tu verdad, Señor.

Declaramos que Satanás no tiene poder sobre nuestra vida en esta tarde. Estamos acorazados, estamos cubiertos, estamos cubiertos, estamos cubiertos con la armadura de Dios.

Tu no tendrás poder, enemigo nuestro, no tendrás poder porque el Señor te ha vencido y en esta tarde declaramos el poderío de Cristo, declaramos el poderío de Cristo sobre este pueblo, sobre esta iglesia, sobre este ministerio, Señor. Declaramos tu unción, tu unción, queremos tu unción. Queremos tu unción, Señor. queremos más de ti.

Oh Señor tenemos hambre de ti. No nos dejes esperando, Señor, no nos dejes esperando, Padre. Nos levantamos de mañana y nos acostamos tarde, Padre, esperando tu visitación. Queremos ver tu gloria, Señor, queremos que esa nubecita aparezca en el firmamento anunciando la venida de tu lluvia, Padre. Envía tu espíritu y visítanos, Señor. Aviva tu fuego en nosotros, pon pasión, pon clamor, pon un espíritu de clamor.

Oh Señor mata la tibieza. Padre, mata el conformismo en nosotros, Señor. mata la timidez, mata la indiferencia, Padre. Oh Señor mata el doble ánimo. Padre con un pie en la tierra y con un pie en el cielo, no podemos vivir así, Señor. Queremos estar completamente vendidos a ti, esclavizados en ti, Padre, entregados en ti, Señor. Ayúdanos a vivir apasionadamente para ti, Señor.

Amamos tu gloria, Señor. Queremos ver tu gloria. Oh padre tu eres tan poderoso. Tu eres tan poderoso. Queremos ver tu poder, Señor. Queremos vivir en la unción del espíritu santo. Ven espíritu de Dios te necesitamos, Señor. Te necesitamos en este día espíritu de Dios. Visítanos, Señor. gracias, Padre. Gracias, gracias, Jesús. Amen y amen. Gloria al nombre del Señor.