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Capítulo 13 de la epístola a los Romanos: “....Sométase toda persona a las autoridades superiores porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste y los que resisten acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres pues no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios –es decir, la persona en autoridad es servidor de Dios- para tu bien, pero si haces lo malo, teme porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia, pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
Pagad a todos lo que debéis, al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley, porque no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás y cualquier otro mandamiento en esta sentencia se resume: amarás a tu prójimo como que ti mismo. El amor no hace mal al prójimo así que el cumplimiento de la ley es el amor y esto conociendo el tiempo que es ya hora de levantarnos del sueño porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día, desechemos pues las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz, andemos como de día, honestamente, no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestios del Señor Jesucristo y no proveáis para los deseos de la carne.”
Bendiga el Señor su palabra. Recuerden lo que hemos dicho que estos Capítulos del 12 en adelante de la epístola a los Romanos son Capítulos bien al ras del suelo, son consejos paternales de parte del Apóstol Pablo para los creyentes, aplicando todas esas cosas que él acaba de establecer en los Capítulos anteriores. Ahora, como que él se siente en la mecedora de la sala contigo, y comienza a darte consejos de abuelo, consejos paternales acerca de cómo tu debes vivir esa vida de hijo de Dios, esa vida de una mente renovada, de un espíritu renovado, como un sacrificio vivo delante del Señor, expresando los valores del Reino de Dios.
Y él se toma tiempo para tocar así áreas claves de la vida humana donde podemos poner en práctica ese principio de vivir una vida que agrade al Señor, conforme al gran llamamiento que hemos recibido. Él acaba de tocar en el Capítulo anterior temas de cómo debemos vivir nosotros los cristianos unos con los otros, cómo debemos comportarnos en las responsabilidades que tenemos en la iglesia, cómo debemos tratarnos en amor, prefiriéndonos unos a otros.
El domingo pasado hablamos mucho acerca de este aspecto de la actitud de misericordia y de generosidad, perdonando a los que nos ofenden, bendiciendo a los que nos maldicen. Los que nos persiguen, tratándolos bien, identificándonos con los que lloran y con los que celebran también, siendo humildes y no tratando a la persona de posición más humilde con un sentido de superioridad de nosotros, sino, codeándonos y asociándonos unos con los otros y teniendo esa actitud benévola, misericordiosa, generosa unos con los otros. Todo eso estaba en el Capítulo 12.
Ahora, él entra en otra dimensión, otros aspecto bien importante y los primeros 7 versículos de este Capítulo 13 tienen que ver cómo nosotros nos relacionamos con respecto a la autoridad legal, es decir, cómo debemos nosotros los cristianos tratar a la policía, el gobierno de nuestra nación o nuestro estado, todas las autoridades civiles, cómo debemos comportarnos, las leyes con las cuales interactuamos en la vida. En otras palabras, qué tipo de ciudadano debe ser un hijo de Dios, qué tipo de ciudadano, cómo debemos nosotros relacionarnos con la autoridad.
Y evidentemente lo que Pablo dice es que el cristiano debe tener una actitud de respeto hacia las autoridades civiles, y yo diría mucho más que eso, es hacia toda autoridad. Él habla de las autoridades superiores y se refiere específicamente a los gobiernos, las personas que llevan el revolver aquí. Él habla mucho acerca de eso que hoy en día llamaríamos la policía o el ejército o el gobierno en Washington o aquí en el City Hall o en el State House, la casa estatal, el gobernador, etc. Pero yo creo que más que eso, tiene que ver con la autoridad en general, todas las autoridades que están sobre nosotros.
Pero hablemos por un momento para no complicar tanto la cosa inmediatamente, acerca de cómo debemos nosotros relacionarnos con las autoridades. Todo lo que tiene que ver con el gobierno que está sobre nosotros. Bueno, Pablo dice, hey, ustedes tienen que ser ciudadanos modelos, tienen que obedecer las leyes de la nación donde ustedes están. Ustedes tienen que distinguirse por ser respetuosos ante la autoridad, no andar con rebeldía, con rebelión, no andar buscando formas de evadir la ley. Deben respetar todas las leyes y ser ciudadanos que ejemplifiquen la sujeción a la autoridad.
¿Saben que uno de los problemas que tenían los cristianos era que no adoraban al César? El Imperio Romano había declarado, que el César, es decir, el César era como el emperador, el emperador del Imperio Romano que gobernaba mucha parte del mundo conocido. El Imperio Romano había establecido su ley sobre muchas naciones de la tierra y los cristianos solamente aceptaban a Jesús como Dios y al Padre, adoraban solamente a Dios, como también los judíos. Entonces, los cristianos tenían un serio problema y es que ellos no adoraban al César, no adoraban al emperador romano. En ese sentido entonces, el Imperio Romano los veía con mucha sospecha y de hecho por eso también los persiguieron en muchas ocasiones, porque no se arrodillaban para adorar al César como Dios. Esto les acarreó muchas sospechas de no ser buenos ciudadanos.
Es interesante entonces que Pablo al escribirle a una iglesia que estaba en Roma trate ese tema, eso es revelador, porque es evidente que él quería, como aclararle a los cristianos cuál debía ser su actitud, porque muchas veces pudo haber cristianos que dijeran, bueno, nosotros pertenecemos a un reino superior, nuestro rey es Jesucristo y nosotros no respetamos a las autoridades romanas que nos persiguen y que no aceptan el cristianismo. Pablo dice, No es así. Nosotros tenemos que sujetarnos, estamos en el mundo, nos beneficiamos de ciertos privilegios y protecciones que ofrece la vida civil y nosotros tenemos que sujetarnos a esa ley y en ningún momento podemos ser identificados como gente rebelde.
Yo creo que también había un elemento ahí de defenderse y curarse en salud ante las autoridades romanas. Muchos de los grandes padres de la iglesia en los primeros siglos escribieron muchas veces a los emperadores y a los gobernantes en las diferentes provincias donde vivían, dejándoles saber que los cristianos se sujetaban a su ley, que oraban por sus superiores y queriendo aclarar eso. Ellos simplemente decían, nosotros no adoramos al César como nuestro Dios, pero nosotros nos sujetamos al César y reconocemos su señorío, no somos una fuerza subversiva que estamos tratando de desestabilizar el gobierno, sino todo lo contrario, nosotros somos gente respetuosa.
Y la Biblia está llena de varios llamados a respetar las autoridades, y eso es importante que nosotros lo entendamos. Por ejemplo, si buscamos en Primera de Timoteo, Capítulo 2, allí dice en versículo 1:
“....Exhorto ante todo a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia por todos los hombres –y entonces añade- por los reyes y por todos los que están en eminencia para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad....”
En otras palabras, una de las cosas que nosotros como cristianos tenemos que hacer es orar por nuestras autoridades, tenemos que orar por el Presidente Bush aunque no nos caiga bien. ¿Cuántos dicen amen a eso? Ok, si no le cae bien, o por el Presidente Clinton en su tiempo, o por cualquier presidente. Tenemos que orar por Patrick Deval, tenemos que orar por cualquier persona que esté en autoridad para que el Señor los ilumine, no que los elimine, sino que los ilumine, que los ilumine, y que les de sabiduría para que ellos puedan hacer decisiones justas y establecer leyes que sean conforme a la voluntad del Señor y que nosotros podamos vivir vidas en paz. Porque si ellos están iluminados por Dios van a hacer leyes justas entonces es a nuestro beneficio que nosotros bendigamos a los que están autoridad. Eso es parte del llamado de Dios.
Fíjese eso, no podemos maldecir a nuestras autoridades, yo creo que también tenemos que hablar de ellos con respeto, si los vamos a criticar, los podemos criticar pero tiene que ser en una forma no irrespetuosa. En Tito, Capítulo 3 también hay otro llamado asimismo, muy interesante, dice allí, en el versículo 1:
“.... Recuérdales –le dice Pablo a Tito, pastor en esa isla de Creta donde está Tito pastoreando- recuérdales que se sujeten a los gobernantes....... –ve, sujétense- ......a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra....”
Bien, ese es el versículo 1, y por último en Primera de Pedro, Capítulo 2, versículo 13 en adelante, dice:
“.... Por causa del Señor, -fíjese qué interesante, no es porque usted lo prefiera ni porque lo quiera hacer, sino por respeto al Señor- .... someteos a toda institución humana, ya sea al rey como superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien, porque esta es la voluntad de Dios que haciendo bien hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos, como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey....”
En otras palabras, hay una actitud allí... es una mezcla como que el temerle a Dios y honrar a Dios está mezclado con también someterse a las autoridades. Yo creo que hay tanta tela que cortar, hermanos. Se han escrito volúmenes y volúmenes en la filosofía humana en torno a esta idea de cómo debemos nosotros relacionarnos con respecto al estado. Pero es evidente que lo más importante es eso, que la postura esencial de todo hombre o mujer cristiana debe ser una postura de respeto a la autoridad, y de sujeción a la autoridad.
Nosotros tenemos que ser ejemplares en ese sentido. Pedro les habla allí, les dice que nos comportemos de tal manera que hagamos callar la ignorancia de la gente. ¿Por qué? Porque los cristianos era una nueva religión, la gente no sabía qué hacer de ellos. No reconocían la deidad del emperador, entonces estaban en sospecha. Se decían cantidad de rumores acerca de los cristianos, entonces se veían obligados a ser una gente muy respetuosa de la ley para mostrarle a la gente, esas acusaciones contra nosotros son mentira; nosotros somos gente de Dios, respetamos la autoridad, no estamos aquí para subvertir la autoridad.
Y nosotros como cristianos tenemos que recordar eso siempre, de que tenemos una gran responsabilidad de ejemplificar buena conducta en el aspecto civil, respetar las leyes en todo lo posible, caminar rectamente, pagar nuestros impuestos, pagar las deudas que tenemos, no andar por allí pendencieramente, sino siempre respetuosamente. Porque la autoridad, dice Pablo, está instituida por Dios.
Es decir, lo que yo creo que quiso decir Pablo con eso es que la fuente misma del concepto de autoridad civil. Se han escrito muchos libros, Rousseau, Lock, bueno, cantidad de escritores escribieron acerca de los orígenes del gobierno, porque eso no siempre.... Bueno, nosotros creemos bíblicamente que sí, pero se han hecho muchas teorías acerca de cómo surgió el concepto de gobierno en la humanidad. El hombre se beneficia de tener un estado, de tener una autoridad que construye carreteras, que establece sistemas de servicios público, que tiene policía, ejército para proteger a la gente, que impide que los débiles sean oprimidos por los más fuertes en la sociedad, que no haya guerra campal en la sociedad, y eso es de Dios. Eso es una gracia que Dios ha dado a una humanidad caída, que no se rige por la ley de Dios. Los gobiernos no son perfectos, pero es lo mejor que tenemos, entonces tenemos que respetarlo y tenemos que ayudarlos orando por ellos y en todo sentido cooperando para su progreso.
Ahora, una pregunta puede ser, ¿qué pasa cuando un gobierno es malo? Porque fíjese qué interesante que Pablo aquí pinta más bien la imagen de un gobierno que funciona justamente. Él está hablando de, en el versículo 4:
“.... porque es servidor de Dios para tu bien.... - ¿no?, más adelante- .... es servidor de Dios, vengador para castigar para el que hace lo malo....”
Entonces yo creo que Pablo está describiendo un gobierno que funciona en una forma adecuada. Ahora, yo creo que en esa complejidad de la palabra de Dios hay lugar, primero para resistir leyes que son contrarias a la ley de Dios, definitivamente. Por ejemplo, las mujeres y las parteras judías no respetaron la ley de faraón de matar a todos los primogénitos judíos como quería faraón, sino que dejaban que nacieran y le decían a faraón, es que estas mujeres judías son tan saludables que dan a luz antes que nosotros lleguemos, antes que la ambulancia se pare en la puerta, ya tienen al bebé en la mano. Entonces, cuántas hermanas les gustaría ser así, ¿verdad que sí? Digan amen, gloria a Dios. Entonces ellas violaron, ellas no respetaron la ley injusta.
Y yo creo que hay un lugar, hay gobiernos tan terribles, tan sanguinarios, tan opresivos que yo creo que hay un lugar para resistirlo. Esta nación nace de una revolución contra el imperio inglés que estaba estableciendo leyes injustas. Ellos trataron de negociar, fue un largo proceso para que Inglaterra los tratara en una manera más justa, pero se fue escalando la cosa hasta que hubo derramamiento de sangre y finalmente las colonias norteamericanas dijeron, ya no más, y rompieron con la madre patria. Y esta nación hoy nace de esa rebelión y casi todas las naciones, si miramos a través de la historia, nacen de alguna ruptura con algún imperio, con alguna nación injusta o lo que sea, según ellos lo interpretaban.
Es decir, que hay lugar. Un Idi Amin en África que mató miles y miles y miles y miles de personas tiene que ser resistido, tenía que ser resistido. Ese animal había que sacarlo de su miseria y deshacerse de él de alguna manera, era una bestia humana, endemoniado completamente.
Y yo creo que uno tiene que también... hay una tensión en la Escritura, no tenemos tiempo para discutirlo tan a fondo, pero en todo lo posible yo creo que lo que dice la palabra es lo siguiente, hermanos, la postura esencial del cristiano, la postura primera debe ser una de respeto a la autoridad, y en todo lo posible nosotros tenemos que tratar de relacionarnos con las autoridades superiores desde una perspectiva de respeto y de acatamiento de las leyes y solo en casos extremados, donde no queda ningún otro recurso, donde hemos agotado todos los recursos dentro del sistema legal para cambiar una ley injusta, debe entonces, y solo con temor y temblor, con gran tristeza en el corazón y encomendándonos a todos los santos habidos y por haber, debemos nosotros emprender una rebeldía contra la autoridad.
Eso es para mi, y dentro de eso quizás usted no esté de acuerdo. Hay mucha gente que dice, no, hay que respetar la autoridad ciento por ciento aunque sea una bestia la que esté en esa posición de autoridad, hay que respetarla porque Dios permite que se ponga allí, hay que orar por ella, etc, etc. Yo no llego a ese extremo y tampoco los grandes pensadores de la iglesia llegan a ese extremo. Yo no creo que la palabra del Señor, inclusive, teológicamente en toda su extensión, hay lugar para creer tal cosa.
Pero, yo si digo que en todo... Dios, y aquí entro ya en otra cosa muy importante, Dios ve la autoridad con extremada seriedad, porque él.... ¿sabe que los reyes se cuidad unos a otros verdad? El primer emperador del universo es Dios, esa es la primera autoridad así que él es muy celoso de cómo nos relacionamos con la autoridad y él confrontó su gran crisis, por así decirlo, hace incontables siglos, cuando se le rebeló su criatura más exaltada que fue Lucifer, Luzbel, y la Biblia nos da a entender allí que hubo algún tipo de guerra civil y de rebeldía de un gran número de ángeles, dirigidos por esa criatura que se llama hoy en día Satanás, pero que era Luzbel, la criatura más alta que Dios había creado y hubo una ruptura y una rebeldía y Dios expulsó a esos ángeles de su presencia. Esos son los demonios y esos seres terribles que hoy en día le hacen tanto daño a la humanidad. Y Dios es muy sensitivo con eso, además la raza humana en su corazón tiene escrita la rebeldía también, la desobediencia que hubo en Edén, y de ahí en adelante vemos esa rebeldía de la raza humana contra la autoridad divina. Dios aborrece la rebeldía en cualquier forma, cualquier rebeldía contra la autoridad, cualquier cosa del corazón contra la autoridad, eso a Dios..... hay un pasaje que dice que para Dios la rebeldía es como la brujería. El lo ve de esa manera tan y tan seria.
Y hermanos, aquí hay algo bien, bien importante que yo quiero ir ahí más hondo, al principio fundamental de todo esto. Porque si nos quedamos solamente en, ok, respeta la ley, paga los taxes, ese tipo de cosas, es muy superficialmente. Yo creo que, hermanos, nosotros los cristianos que entendemos la estructura del espíritu debemos tener respeto hacia toda autoridad con la cual nosotros entramos en relación, de manera que nosotros siempre, si estamos en nuestro trabajo, por ejemplo, y tenemos un jefe, tenemos un superior, un supervisor, en todo lo posible nosotros tenemos que respetar a ese supervisor. Si, amen. Digan amen aunque no lo crean. Tenemos que relacionarnos con esa persona, tu eres mi superior y yo te voy a dar respeto, y ¿saben qué? No lo hagan como el niño ese que la mamá lo puso de rodilla y después le pregunta, ¿estás todavía de rodillas?, desde el otro cuarto, y él dice, si, estoy de rodilla físicamente pero por dentro estoy parado. No podemos ser así. Nosotros tenemos que estar sujetos a la autoridad por dentro y por fuera. Hay mucha gente que está bien a regañadientes respetan la autoridad, pero por dentro tienen rebeldía en su corazón. No, al cristianos le encanta, inclusive le gusta, sujetarse a la autoridad.
Jóvenes, escuchen esto, pongan atención. Please pay attention young people and try to listen to me for a moment. Juventud, ustedes están en una generación donde no les gusta respetar la autoridad, esta es una generación rebelde. Muchos años lleva, sobre todo en este país y en muchos otros países del mundo, predicando que no se respete la autoridad. Eso es una mentira diabólica. Ese es el espíritu demoníaco. Ustedes deben respetar a sus maestros, por ejemplo, la juventud debe hacerle la vida placentera a sus maestros. ¿Cuántos dicen amen a eso? Los jóvenes deben honrar a sus maestros y no se diga, honren a sus padres.
Nosotros tenemos que respetar a nuestros padres, nuestras autoridades. La primera autoridad, nuestro Dios y después nuestros padres, y eso es para todos nosotros. Honra a tu padre y a tu madre, es uno de los mandamientos. Y eso es algo que a mi Dios me está hablando tanto en este tiempo. Yo siento que va a ser uno de los mensajes distintivos de mi vida, de llamar a esta generación, a la juventud sobre todo a respetar a sus padres, a que haya reconciliación con sus padres, que haya respeto y veneración a los padres. La gente no sabe cuánto dolor se causan a si mismos cuando tienen una postura de rebeldía contra sus padres.
Yo fui con Abigail, mi hija, a la universidad de Pensilvania este fin de semana pasado, regresé ayer, estuvimos allá dos días y yo vi una escena que yo siento que fue como que el Señor me la puso allí para yo mirarla. Mi esposa dice que yo soy, recuerdan que les dije, que soy una de las personas más pendencieras del mundo, yo siempre estoy observando cosas, cuando estoy en un restaurante. Y yo iba hacia el lugar a donde íbamos a terminar la primera reunión, ya Abby estaba allá, y había que caminar como un trecho de una cuadra más o menos de distancia, y había muchos padres allí con sus hijos porque era una sesión de información y todo eso, acerca de la universidad. Y pasaron por mi lado, primero pasó una jovencita que era del departamento donde Abigail estaría, si va allá, y como 17 años, terminando high school, una senior high school, norteamericana, y los dos padres venían. Yo nada más la oí cuando ella pasó por aquí a mi lado, y dijo, ‘I know, I know....’, yo se, yo se, le dijo en inglés, y siguió caminando. Entonces venían los dos padres, los dos papás detrás de ella, que le habían seguramente pagado el pasaje, le van a pagar seguramente sus años en la universidad, la han alimentado, le han dado ropa y todo eso, pero esta muchachita iba delante de ellos como, yo medí la distancia en ocasiones. En ocasiones iba casi 20 pies delante de ellos, y aquí va el papá, un grandulón como de 6 pies con dos, detrás de ella, iban así y la mamá, la pobre detrás del papá, también con un poquito de distancia. Y la muchacha a todo lo que da, no le importaba.... llegó un momento en que abrió una puerta y casi yo creo que se la suelta, se la agarró porque era demasiado obvio. Y yo observando esta escena mientras iba detrás de ellos, ¿no? mirando esta muchachita rebelde, caminando delante de sus padres, avergonzada de sus padres, porque eso es algo que hoy en día se han acostumbrado en esta cultura a que los muchachos son muchachos y son así, no le dan información a sus padres, no los respetan. Y como que los padres se ríen unos de otros y ya como que eso se supone que es lo regular y así son los muchachos, etc.
Hermanos, yo, hasta la muerte yo me rebelaré contra ese sistema. Y esta muchachita era como el símbolo de toda una generación que desprecia la autoridad y que desprecia a sus padres. Y yo no se con quien yo me airé más, si con ella o con los papás, porque permiten ese tipo de indignidad y ese tipo de ofensa. Esa jovencita no sabe el daño que ella se está haciendo, ¿sabe? Porque a la larga eso le va a regresar a ella, le va a rebotar a ella. Ese tipo de rebeldía de corazón es la cosa más dañina que hay en el mundo. Y nosotros los padres, dice “....no os conforméis a este siglo....” quiere decir que nosotros no nos podemos conformar a esta cultura. Esta cultura dice que está bien que los hijos se rebelen contra los padres, esta cultura dice no corrijas a tus hijos, no los confrontes, no les hables fuerte, no los castigues porque los vas a deformar, porque no quieres ser un abusador, esto y lo otro. Eso es una mentira del diablo. Hay que lanzárselo en la cara. Nosotros tenemos que ayudar a nuestros hijos y enseñarles por su propio bien a ser respetuosos con sus padres, a ser respetuosos con sus maestros. No solamente a ser respetuosos sino a honrarlos.
Honrar quiere decir, expresarles preferencia. Honrar quiere decir ser pro activamente complacientes con tus padres, con tus maestros, con la gente que está en autoridad sobre tu vida. Dios, este es un principio básico, hermanos, nuestro corazón debe estar siempre tierno contra la autoridad hasta que esa autoridad se rebele, indigna de mi respeto, y entonces yo tengo que buscar una forma de lidiar en otra manera diferente, pero la postura básica, “the default posture of a child of God should always be respect for authority until they prove themselves unworthy, utterly unworthy of that respect, of that honor.”
Y, hermanos, yo les digo que hay algo especial que corona a un joven que respeta a sus adultos, qué lindo es un joven, una joven respetuosa de sus autoridades, su corazón crece puro y agradable y tiene algo en el rostro diferente, y los adultos se desviven por ayudarlos y bendecirlos. Pero cuando hay esa rebeldía de corazón, ese, yo no te debo nada a ti, y tu me lo debes todo a mi, eso es diabólico, eso es dañino, eso acarrea a la juventud destrucción y castigo. No te va a ir bien. Tu no ves que dice la palabra que para que te vaya bien respeta a tus padres, y para que seas de largos días.
Hay algo precioso que esta cultura ha perdido, que es el respeto a las canas, el respeto a la autoridad en cualquier manifestación. A veces somos irrespetuosos con nuestras autoridades espirituales, en nuestro corazón tenemos cosas contra ellos. Y, hermanos, yo les digo por su propio bien, no permitas.... porque eso te estanca, eso te estanca, no puedes crecer, no puedes avanzar. Los ojos amoratados, el fracaso social, el ir de lugar en lugar, la torpeza en el entendimiento espiritual viene acompañada de rebeldía contra tus autoridades. Pero cuando uno respeta la autoridad y se deleita en darle honra al que uno le debe honra, ahí hay gran bendición. ¿Cuántos dicen amen?
Amen. Por eso Pablo concluye diciendo en el versículo 7, “... pagad a todos lo que debéis, al que tributo, tributo, al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto, al que honra, honra....”
En otras palabras, no nos limitemos solamente al respeto de la ley porque tiene un revolver que me puede disparar o me puede pegar un ticket si no lo respeto. No, a quien quiera que tu le debas honra o respeto, daselo y daselo gozoso porque también a ti te van a dar respeto. Tu también vas a tener respeto, de tus hijos, de alguien sobre el cual tu vas a estar en autoridad, lo que sea, así que démoslo mutuamente. Respeta a tus autoridades y otros te respetarán a ti. Respetemos a las autoridades en la iglesia, al hujier, a la persona que atiende el estacionamiento, a cualquier persona que está puesta en autoridad en una posición, en un ministerio o lo que sea, seamos gente gratuitamente, generosamente demos honra, demos obediencia, cortesía. Eso es de Dios y la iglesia, la familia, el joven, el ciudadano que se rige por ese respeto a la autoridad va a ser bendecido y va a ser prosperado. Amen.
Yo lo voy a dejar ahí para no complicar demasiado, que se nos quede ese pensamiento central en nuestro espíritu. Si tus padres te hicieron daño cuando niño, hay personas que no se relacionan bien con la autoridad, yo he observado muchos de esas personas a través de los años, no se relacionan bien con la autoridad muchas veces porque hay rencor contra un papá o una mamá, abusiva u opresiva o que no lo trató bien, o que los abandonó o lo que sea, y esa raíz de amargura está en su corazón y les impide relacionarse sabiamente con la autoridad. Entonces, siempre hay resistencia, hay complicación, hay algo que cuando esa persona hace cualquier cosita, como que te molesta extra a ti, porque ya tu estás predispuesto a ver el desperfecto y la imperfección en esa autoridad. Entonces, tu lo ves con lentes de aumento.
Y nosotros tenemos que sanarnos de eso. Es a ti a quien te hace daño, no a la persona, no a tus padres. Suelta eso. Perdona, suelta, que se vaya eso y entra en otra etapa de tu vida en que tu te relaciones positivamente con la autoridad porque es de Dios y es para bendición tuya. Así que si tu en tu corazón detectas, intuyes, cualquier tipo de cosa contra una persona que está en autoridad en tu vida, arréglalo, háblalo con esa persona si es necesario, dile lo que tu sientes, por qué, si te ofendió, si hizo algo. Atrévete a decirle a esa persona, habla con ella y arregla las cosas pero no te quedes en una actitud de rebeldía y de resistencia con la autoridad porque no es saludable para ti y no va a ser de bendición para tu vida. Pero si tu amas la autoridad, si tu respetas a tus padres, si tu veneras a tus padres, si tu los honras y a tus autoridades en general, te va a ir mucho mejor y Dios te va a bendecir grandemente.
Al Señor sea la gloria. Padre, bendecimos tu nombre, tu eres la autoridad máxima y nosotros gustosamente nos sujetamos a tu autoridad. Si tenemos, Padre, que arrastrarnos por el suelo, cosa que tu no nos pides, lo haríamos gustosamente porque tu mereces eso y mucho más. Queremos ser hijos que te honren, Padre, yo quiero ser un hijo que te honre. Queremos obedecerte, queremos, Señor, agradarte en todo.
Padre, queremos tener una iglesia de gente respetuosa de la autoridad, gente ejemplar, jóvenes ejemplares, jóvenes que se caractericen por esa postura dulce, apacible, respetuosa que los llevará hacia la prosperidad. Bendecimos esa juventud, Padre, en esta mañana, que tu palabra se grave en sus corazones, y cualquiera de nosotros, perdónanos si en alguna manera no estamos ejemplificando esta postura de respeto a la cual nos llama tu palabra.
Hoy nos comprometemos a examinarnos a nosotros mismos y a hacer todo lo que esté de nuestra parte con la ayuda de tu santo espíritu para vivir conforme a tu llamado de respeto a las autoridades superiores. Gracias por el consejo sano de tu palabra, en el nombre de Jesús. Amen. Amen.
Hermanos, Dios les bendiga mucho, le damos las gracias por estar aquí en esta mañana, sean bendecidos. Váyanse a sus hogares con la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Les bendecimos. Amen. Amen.