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Libro de Mateo capitulo 14 ¿alguien se acuerda de qué predicó el pastor hace dos semanas atrás? Esta pregunta siempre es terrible ¿no? ¿De qué predicó el pastor hace dos semanas atrás?, creo que era… alguien se acuerdo de un evento, ahí detrás de mi, hay un dibujo de eso, ¿alguien lo puede gritar?.
Bueno, vamos a Mateo 14, versículo 22. El pastor predicó un sermón de Jesús caminando sobre las aguas,
¿se acuerdan ahora?, y él habló de que a veces Dios nos dejas cocinar un poco en la prueba antes de rescatarnos, Amen. Se acuerdan que él estaba en las montañas viéndolos, ahí luchando con las olas, orando por ellos, y después en el momento justo él les llego caminando sobre las aguas y les salvo.
Y yo quiero que pensemos otra vez en este texto, pero en un elemento del texto que el pastor no habló pero que yo sentí del Señor que él quiere que hablemos un poco hoy, así que comenzando en Mateo 14 versículo 22, ¿ok? ¿Estamos ahí? 14, 22 del libro de Mateo, estamos ahí.
Dice “.....en seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera entre tanto que el despedía a la multitud. Despedida la multitud subió al monte a orar aparte y cuando llegó la noche estaba ahí solo, y ya la barca estaba en el medio del mar azotada por las olas, porque el viento era contrario. Más a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar y los discípulos viéndole sobre el mar se turbaron diciendo: “Un fantasma” y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo “tened ánimo, yo soy… no temáis”. Entonces le respondió Pedro y dijo: “ Señor si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas y él dijo: “Ven” descendiendo Pedro de la barca andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento tuvo miedo y comenzando a hundirse dio voces diciendo: “Señor sálvame!!” Y al momento, Jesús extendiendo la mano asió de él, y le dijo: “hombre de poca fe ¿por qué dudaste?” Y cuando ellos subieron en la barca se calmó el viento, entonces los que estaban en la barca vinieron, le adoraron diciendo: “verdaderamente eres el hijo de Dios.” Amen, Padre bendice tu palabra en el nombre de Jesús.
Yo quiero enfocarnos en algo, un detalle especifico de este texto, y es algo que me impactó mucho cuando yo vi esa pintura que tu sabes como proyectan pinturas aquí de vez en cuando, ¿no?. Hace como un mes atrás yo vi esta pintura y no se por qué pero me daba ganas de llorar, al mirar el rostro de Pedro ahí, ¿no? no se, creo que me recordó de mi bebe cuando esta gritando en la noche, no se que, pero me impactó, me impactó. Yo sentí Señor ¿Por qué me da ganas de llorar mirar ese dibujo? Y yo sentí que Pedro ahí hundido en las aguas agarrándose a Jesús, Jesús mejor dicho agarrando a Pedro, yo sentí… ese soy yo, ese soy yo. Ese somos todos nosotros en algún momento de la vida ¿no? Amen.
¿Cuántos sabemos que aprendemos de muchas cosas en la vida? Aprendemos de la palabra, aprendemos de enseñanzas, aprendemos de los demás, aprendemos de éxitos en la vida, pero yo creo que más que todo, no se de ustedes, pero yo aprendo de mis caídas en la vida, mis fracasos, mis errores, mis metidas de pata en la vida.
Es la escuela del Señor, enseñarnos a través de momentos cuando quedamos todos mojados, porque estamos tratando de andar sobre las aguas y nos quedamos a mirar la tormenta y las olas y el viento y quedamos ¿dónde? Ahí como los peces en las aguas, ¿cuántos pueden identificarse con eso?, amen.
Sabes que yo quiero hablar un poquito brevemente, solo una meditación, sobre la forma en que el Señor usa los resbalones de la vida para hacernos personas fuertes en Cristo, amen. Y Pedro aprendió con muchas, muchas caídas y resbalones y deslices en la vida y problemas, ¿Cuántos sabemos la historia de Pedro? Él era un cabeza dura, con Jesús, I’m sure that I got that wrong, did I get it wrong again? Cabeza dura, cabecidura, cara dura, how about that? Cara dura, ¿mejor? Ok. No cabeza, mejor, cabezón duro...
Cuando él conoció a Cristo como fue la historia, ¿alguien se acuerda del comienzo de Pedro?
El estaba ahí pescando toda la noche, no pescó nada, estaba ahí lavando las redes, Jesús se metió en su barca para enseñar la multitud y después le dice Jesús a Pedro: “Mira Pedro, voy mar adentro para pescar otra vez”, y ¿Qué le dice Pedro? ¿se acuerdan? Hemos pescado toda la noche y no hemos pescado nada.
Yo siento ahí la voz de alguien que dice, “mira Jesús quédate con la enseñanza, quédate en la sinagoga, pero de la pesca yo soy el experto aquí, no trates de darme consejos de mis cosas, yo sé de la pesca”, pero y casi, yo puedo mirar a sus hermanos, mirándolo a Pedro come on it´s Jesús. Y el dice: “Ok, porque eres tú que lo dices en tu palabra yo voy a echar la red”. Después sabemos la historia ¿no?.
Pescan una pesca milagrosa, tanto que no hay... no caben en la barca, están ahí todos celebrando la pesca milagrosa menos Pedro, que él esta ahí reconociendo a quien era él orgulloso, a quien respondió él con una actitud respondona. ¿Cómo es que él había hablado a una persona que tenía poder para hacer un milagro en el mar? Y el se acerca a Jesús, se cae a los pies y dice: “aléjate de mi Jesús, soy un hombre pecador”.
¿Cuéntos sabemos que para llegar a ser un cristiano a veces tu te tienes que meter la pata antes? Una caída, nos creemos gente muy buena, ¿no? nos creemos... si tu preguntas a alguien en la calle si yo soy una buena persona, No mato a nadie, yo soy un tipo bueno y tal vez yo pueda acompañarte a la iglesia porque la religión es buena, ¿no? y tal vez yo puedo bendecir la iglesia con mi presencia.
Hermano si usted se cree una persona buena que esta bendiciendo la iglesia con su presencia y haciendo un gran favor al Señor, aceptándolo, todavía no te has convertido. No se convierte hasta darse cuenta que yo soy un sin vergüenza total con la máscara de bueno y después reconocemos que tenemos necesidad de un salvador. Alguien saludable no necesita a un doctor. Jesús ha venido para llamar a pecadores y Pedro reconoció a través de su error, de su caída, su necesidad de Jesús. Dios lo usó en su vida, y lo usa para nosotros también, nuestra debilidad, nuestros fracasos, son los que nos ayudan muchas veces, a conocer a Cristo.
Ahora esta caída, esta caída era una caída buena fíjate, es mejor estar aquí mojado que quedarse en la barca sin hacer absolutamente nada, amen. Habían 11 me imagino que estaban todos, 11 en la barca que estaban bien, ellos… no hay dibujos de ellos cayendo ahí con agonía porque nunca salieron de la barca.
Hay un libro que me gusta mucho que es en ingles dice “if you wanna walk on water you´ve got to get out of the boat” - Si tu quieres caminar sobre las aguas que tienen que salir de la barca-, amen.
En la vida cristina tenemos que a veces tomar riesgos para vivir una vida sobrenatural y meternos en líos más allá de nuestra capacidad de tratar, porque la vida cristiana es una vida sobrenatural, es una vida radical que requiere de nosotros fuerzas que ni tenemos en nosotros mismos, requiere unas fuerzas sobrenaturales para hacer lo imposible. Eso es la vida cristiana normal, hermanos.
Y el apóstol Pedro se destacó por ser un hombre que reconoció que la vida cristiana es una vida de caminar sobre las aguas, y él lo hizo, salió a caminar sobre las aguas.
Yo recuerdo, yo estaba aprendiendo a esquiar, antes yo esquiaba, ahora no esquío tanto, no sé, no sé que pasa, hace diez años que no esquío, no se cuantos años; pero cuando estaba aprendiendo, yo llegué a la casa un día y un tío mío, que era un tío anciano, más como un abuelito, me dice: “Gregory, estás todo limpio!” Y yo dije: “si, si no caí ni una vez hoy”, y ese día fue un fracaso total, si no te estás cayendo, no estás aprendiendo nada, no te estás desafiando, estás siendo cómodo, cuidadoso, wimpy, en inglés diría. Así que tiene que hacer algo atrevido y a veces quedar ahí en el piso. Y yo aprendí que muchas veces y duro esquiando también.
Y así pasó con Pedro, salió de la barca y cayó. Pero sabes que él aprendió una cosa, que en su vida sobrenatural, si uno quita la mirada de Jesús aún por un instante se queda así, se queda así. Él aprendió que si yo voy a moverme en mi llamado apostólico que él tenía, mejor que yo siga con los ojos fijos en Jesús y que no me mueva de ahí. Pedro aprendió a caminar en lo sobre natural.
Sabe qué: en el ministerio de Pedro el predicaba miles de personas se convirtieron cada día, él predicaba miles, miles conociendo a Cristo, bajo su predicación. Cuando él caminaba en la calle aún su sombra sanaba a los enfermos, de verdad. Yo nunca he escuchado nada así, que hasta ponía los enfermos en la calle, él pasaba, le toca la sombra y se sana, bajo su ministerio. El apóstol Pablo aprendió a caminar en lo sobrenatural, pero aprendió a la manera dura que yo tengo que seguir con los ojos puestos en Jesús. Si yo me pongo a mirar las circunstancias alrededor mío, va a quedar en las aguas otra vez.
Hermanos ¿cuántos han tenido esa experiencia?, ¿estás caminando bien en Cristo?, ¿estás en victoria?, está moviendo en cosas que jamás hubieras pensado posible, y después te pones a pensar en tu situación alrededor y te quedas abajo. Pero sabes que Pedro aprendió otra cosa de esta caída: él aprendió que cuando él cae hay brazos fuertes ahí, hay un brazo que le agarra y que lo tiene y dice: “no te preocupes, aunque caes no te ahogas porque Yo estoy contigo en la lucha”
¿Cuántos han tenido esa experiencia? Estás ahí en esa agua, y créeme hermano, el temor es real, uno siente, me caigo, y hay tiburones y no se qué ahí abajo, pero después hay un brazo que te levanta y dice: “No te preocupes, mi hijo, mi hija, Yo estoy aquí, no te voy a dejar ahogar, yo estoy contigo.” Aprendemos de las caídas de la vida, amén hermanos.
¿Sabes que, hermano? yo quiero curarme en salud antes de avanzar, que diciendo que aprendemos de nuestras caídas yo no quiero sugerir que planifiquemos caer, amén. Oh bueno, si yo tengo una caída voy a aprender de eso, Jesús me va a agarrar, para que no pecar, para que abunde la gracia, como dice la palabra, así que no me malentiendas. Tampoco quiero decir que Dios nos tienta a pecar, no estoy diciendo eso tampoco, Dios no tienta a nadie ¿ok?. Tampoco quiero decir que es mejor caer que no caer, no es así. Lo que sé estoy diciendo es que mi Dios, nuestro Dios es capaz de tomar todas las circunstancias de la vida aún las cosas feas y girarlas para el bien para nosotros para que seamos hombres y mujeres de fe, hombres y mujeres que sepan que tenemos un Dios que nos levanta cuando tenemos nuestro resbalón, amen.
Vamos a mirar a otro, Mateo 18, creo que estamos, Mateo 16, Mateo 16, mismo Libro, Mateo 16, versículo vamos a comenzar.... Pero antes de leerlo, piensa en Pedro, las cosas andan muy bien, él estaba en el círculo íntimo de Jesús, andando de cerca, moviendo en lo sobrenatural, y mira lo que pasa, su punto más alto de su discipulado hasta la fecha. Mateo 16:I3
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo ‘¿quién dicen los hombres es el Hijo del hombre?’ Y ellos dijeron: unos Juan el Bautista, otros Elías, otros Jeremías, y alguno o algunos de los profetas. Y él les dijo: ‘y vosotros ¿Quién dices que soy yo?’ Respondiendo Simón Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’. Entonces le respondió Jesús: “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tu eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos y todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. Entonces mandó sus discípulos que a nadie dijesen que Jesús era el Cristo.” Amen.
El momento más lindo de la vida de Pedro hasta ese momento, cuando el dice: “yo se quien Tu eres Jesús, tu eres el Cristo de Dios, el salvador, el ungido”, Jesús dice, ‘el Espíritu Santo te lo regaló y yo te digo voy a cambiarte el nombre de Simón a Pedro que significa roca porque sobre esta roca edificaré mi iglesia, te daré las llaves de los cielos, ni Hades puede prevalecer contra ti’.
Que momento mas lindo. Piense en los momentos victoriosos de tu vida, cuando conociste quien es Jesús y sentiste la unción del Espíritu Santo, puede ser después de un retiro donde fuiste tocado o sanado por el Espíritu Santo o tal vez tu predicaste a alguien y aceptaron y la persona aceptó a Jesús, y te sentiste como sobre una montaña.
¿Cuántos sabemos de experiencia que estos también son los momentos mas peligrosos de la vida? Los momentos más lindos también son los momentos cuando más podemos bajar la guardia un poco.
Tu te encuentras con el Espíritu Santo aquí y sales al parqueo y Satanás mismo te encuentra ahí ¿no?
¿Has tenido esta experiencia? Después del bautismo muchas veces hay un ataque, después del bautismo de Jesús él fue echado al desierto. ¿Cuántos han pasado por desiertos después de un momento lindo con el Señor?
Así paso con Pedro, él sabia, Dios esta conmigo, Dios me ha llamado, me ha dado autoridad para conquistar en su nombre y después mira que pasa, seguimos leyendo Mateo 16, versículo 21:
“ .....Y desde entonces en ese momento comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas y ser muerto y resucitar al tercer día. Entonces Pedro tomándolo aparte comenzó a reconvenirle diciéndole: “Señor, ten compasión de ti, en ninguna manera esto te acontezca....”.
Pedro ahí dando consejos a Jesús, reprendiendo a Jesús, no no no no, no diga eso, mira lo que dice Jesús:
“....Pero El volviéndose, dijo a Pedro, “Quítate de delante de mi Satanás, me eres tropiezo porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las cosas de los hombres”. Y después él procede a enseñar que si alguien quiere tener autoridad tiene que tomar su cruz.”
Pedro asumió que por ser una persona ungida, una persona escogida, una persona con autoridad, que él tenia el derecho de darle consejos a Jesús de lo que él tenía que hacer y no tenía que hacer. Tomó el derecho de darle órdenes a Jesús.
Y en tu vida, en algún momento ¿has pensado que tal vez tu sabes mejor que Dios? ¿no? Todos dicen no, tal vez haz pensado en algún momento que tu sabes que y tu mama o papa, maestros, líder de célula, pastor, no se que? Tal vez verdaderamente tu sabes mejor que ellos así que no es injusto pensarlo. Pero es natural cuando sentimos la bendición de Dios en la vida que el orgullo nos llena un poco, y Jesús nos tiene que ubicar un poco.
Hay un dicho en japonés que mi esposa me ha enseñado, voy a tratar eso en ingles “ the nails that sticks up will we pounded down” el clavo que se resalta será amartillado. Es así con el Señor, nos ponemos orgullosos, nos ponemos a pensar GUAUUU, yo tengo la unción.
Fíjate, por eso muchas veces hemos observado que personas que se mueven en un don digamos de liberación, de echar fuera demonios, a veces es un peligro ponerse orgulloso con eso, porque tu mandas a los demonios y te hacen caso, ninguna otra persona te hace caso, pero en el nombre de Jesús el demonio te hace caso, y tu comienzas a pensar “AHA yo soy el ghostbuster aquí, yo puedo conquistar, hay demonios aquí let me out of them”, y tu te crees un.. la gran cosa, y ahí, en ese orgullo, hay problemas, hay orgullo y hay ataques y hay sufrimiento cuando esto pasa.
Pedro estaba poniéndose orgulloso y Dios tenía que ponerlo en su lugar un poco, tenía que amartillarlo un poco, y recordarle quién esté en control de las cosas, esto era importante. Fíjate, un líder, ungido por el Espíritu Santo sabe que él no tiene la última palabra en las cosas, que es Dios quien manda y no él o no ella, que no tenemos el lujo de predicar lo que queremos de hacer lo que queremos; hay otro que está en control, y él manda en la iglesia de Jesucristo, amen.
Y siempre Dios tiene que tomar sus lideres y ubicarlos, lo hizo con Moisés, Dios habló a Moisés, “habla a la roca, y se te a va a salir aguas”, y Moisés enojado pega a la roca y Dios dice, ‘porque no me has tratado como santo delante de la gente no vas a entrar en la tierra prometida, aquí mando Yo y no tu.
Esta vara que tu tienes en la mano es una vara que Yo te he dado, de autoridad pero es mi autoridad a través de ti y no es tu autoridad para usar como a ti te de la gana’. Dios nos tiene que ubicar a veces.
Hay una escena en una película que yo no he visto pero me hablaron de eso, de un caballero, como se llama, un caballero ¿no? que estaba andando su posición de autoridad, pusieron un collar grande sobre el, dijo tu ahora eres un caballero andante o no se que. Y después estaba ahí parado y todo feliz y el rey le hace pahhh, solo para que te acuerdes quién manda ¿no?. Ahora ok, Dios… no quiero pintar a Dios como un ogro, como un monstruo, no es así, pero él no comparte su control con nadie hermanos, y a veces cuando caemos un poco él nos disciplina para nuestro propio bien. Amen.
Así que bueno, esto sigue adelante, Pedro aprendió nunca, nunca, nunca tratar de dar ordenes a Jesús. Pero todavía Pedro tenía más lecciones que aprender. ¿Cuantos se acuerdan qué pasó en la noche antes de la crucifixión de Jesús? Jesús esta orando en Getsemaní ¿te acuerdas? Estana orando ahí y está como sudando y él tenía sus amigos más íntimos con él: Pedro, Jacobo, Juan, ahí a su lado. Y después de una hora él viene a verlos y ¿Qué están haciendo ellos? Están durmiendo, están durmiendo, eso es otra, eso es un desliz, eso no se ve muy malo ¿no? Dormir, ¿qué hay de malo en dormir un poco? Mira dormir no es hacer nada escandaloso, no es ser una persona mala, pero es sencillamente estar dormido cuando tenemos que estar despiertos en el Espíritu.
Hermanos, muchos caemos en esta manera, todos en alguna manera y yo sería el primero para admitirlo. No eres una persona mala, no eres una persona escandalosa, pero hermano estas durmiendo, despiértate en el Señor, porque él quiere hacer algo especial en tu vida y si nos dejamos dormir espiritualmente estamos en peligro de caídas más serias.
Quiero hablar de la caída grande de Pedro ¿no? Pero antes de eso, vamos a mirar en Mateo 26, Mateo 26 vamos, Mateo 26:31 a 35, algunos están pensando, “Gregory… ¿Por qué? ¿Amaneciste al lado izquierdo hoy, enojado conmigo? ¿Qué haces?” Solo estoy diciendo que Dios nos deja caer para enseñarnos unas cosas, ok. Vamos un poquito más allá, Mateo 26: 31 a 35
“...Jesús dice, -después de cantar un himno- dice: “Todos vosotros os escandalizareis de mí en esta noche, porque escrito está, pediré al pastor y las ovejas de rebaño serán dispersadas, pero después que haya resucitado iré delante de vosotros a Galilea. Respondiendo Pedro, otra vez le dijo, ‘aunque todos se escandalicen de ti yo nunca me escandalizaré, nunca te negaré’ básicamente está diciendo. Jesús le dijo: “De cierto te digo que esta noche, antes de que el gallo cante me negaras tres veces”, y Pedro le dijo: “Aunque me sea necesario morir contigo no te negaré”, y todos los discípulos dijeron lo mismo....”
Pedro tenía lo que llamamos en discipulado un lado ciego. El lado ciego cuando estas manejando es el lado donde las ventanas no funcionan ¿no? tu sabes en el carro. Yo sé demasiado de bien. Y uno está moviéndose y alguien ahí pitándote.... porque estaba en tu lado ciego. El lado ciego puede ser un lado súper peligroso porque es el lado puede entrar el enemigo. Pedro estaba seguro de su compromiso con el Señor, estaba seguro que él estaba firme con el Señor, todos sabemos lo que pasó.
Esa misma noche una criada dice: “mira tu estabas con Jesús y él dice: ‘no, no, no, no lo conozco’. Después otra vez mira reconocemos que vienes del mismo lugar de él, tu eres, tienes que conocerlo, y dice: “no, no, no, estás equivocado” y se pone a maldecir y jurar y tres veces y él dice ‘no lo conozco’. Dice en el evangelio de Lucas que en este momento Jesús volteó a mirarlo desde lejos. Parece que Jesús estaba en otro lugar y pudo verlo, y le dio esa mirada y Pedro salió y lloró amargamente. Eso era su caída grande. Una caída que jamás él olvidaría en su vida.
Y con eso quiero hacer la pregunta, ¿Qué hacemos cuando no es un desliz solamente? ¿Qué hacemos cuando no es un resbaloncito? ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos cuando es una caída y estamos mal?
En esos momentos hay dos opciones que podemos tomar, podemos ser como Judas, ¿Qué hizo Judas?, ¿Alguien se acuerda cuando él traicionó a Jesús? Él siguió en su rebeldía hasta terminar su vida, autodestrucción.
O podemos ser como el hijo pródigo ¿Qué pasa con el hijo pródigo? Cuando él termina en una situación desesperante, la palabra dice que el volvió en sí y dijo: “Cuantos jornaleros en la casa de mi padre viven mejor que yo en este momento”, y él dice: “yo se qué voy a hacer, yo volveré a la casa de mi padre y yo voy a confesar a él, y yo voy a pedirle que me reciba como uno de sus criados, sus sirvientes”. Y el hijo pródigo toma, hay un dicho en inglés... “he swallowed his pride”,-el traga su orgullo-, y él comienza a regresar a la casa de su padre.
Sabemos la historia. Cuando todavía de lejos, el padre lo mira llegando y sale a encontrarlo corriendo como un niño, lo abraza, llora sobre su cuello, lo besa y dice mi hijo estas bienvenido. El hijo se pone a contarle, ‘padre, no soy digno de ser…’ Y el padre lo interrumpe y dice, ‘mira no quiero escuchar tu discurso. Yo soy tu papá y tu eres mi hijo y yo estoy aquí para levantarte cuando tu caes’. Y él busca el manto, a ponerle el manto sobre él, el manto nuevo que representa su herencia, que representa que todavía eres mi hijo, y también le pone un anillo que representa todo lo bueno, todos los beneficios de la casa y le da una gran fiesta y le invita a entrar en la casa.
Hermanos, Jesús dice en esta parábola, que hay más gozo en los cielos por una persona se ha arrepienta que por 99 que no necesitan arrepentirse, hay gozo. Y no hay gozo más lindo que ver un hijo regresar a la casa, cuando Jesús dice: “este hijo mío estaba muerto y vivo está, estaba perdido, está encontrado, está en mi casa otra vez”, es el gozo de ver una vida restaurada delante de nuestros ojos.
Hermanos, yo vivo para eso, esto es nuestro gozo, de ver personas delante de Dios experimentar el perdón y la restauración del Espíritu Santo en sus vidas. Pedro aprendió unas cosas, él aprendió que él no era mejor que nadie, que él era capaz de cualquier cosa. Él aprendió compasión y empatía por los demás, aprendió que Dios sabe mejor que él y cuando Dios le dice algo aún sino cuadra con sus creencias, él tenía que ajustarse a lo que Dios le decía. Pero él también aprendió algo, que Dios no solamente lo ha llamado a arrepentirse sino Dios lo recibe tal como es, tal como era él, que él no podía ganar el amor de Dios y tampoco podía perderlo. Si el amor de Dios no se gana tampoco se pierde, el amor de Dios es para siempre. Y Pedro aprendió que la casa de mi padre es un lugar donde siempre puedo ir, es un lugar donde yo aprendo que soy amado por un Dios misericordioso.
Hermanos, todos vamos a tener momentos bajos en la vida, errores que hacemos. A veces va a ser como Pedro, va a ser por ser atrevido y caer en las aguas, pero en otros momentos podría ser más serio. Dios quiere hablarte hoy, quiere decirte que no importa lo que es que tu estés haciendo, lo que estas viviendo, hay un Dios que te conoce por nombre y que tiene buenas cosas para ti.
Quiero invitar a los músicos a pasar y mientras ellos vienen, quiero que pienses en los bajones de tu vida un poquito, un poquito no mucho, porque muchas veces no queremos pensar mucho en estos tiempo ¿no? Pero quiero que reconozcamos juntos que Dios no te ama más ahora que como él te amaba en ese momento. El amor de Dios era lo mismo y es el mismo para ti ahora mismo.
Dios tal vez, no tal vez, seguramente puede usar estos momentos para hacerte una persona más compasiva y misericordiosa con los demás, porque tu no vas a mirar a los demás y pensar, bueno pobrecito que tu tienes problemas yo no. Vas a ver, vos mira, yo soy un mendigo diciendo a otros mendigos dónde encontrar comida, soy un sanador herido, porque consolamos con el mismo consuelo que recibimos del Señor.
Yo te invito a hacer algo atrevido, si estás todavía en esta situación, la Biblia dice que los que anda en la luz como Dios está en la luz, la sangre de Jesús los purifica de toda maldad y los sana.
Yo quiero invitarte y animarte a buscar un hermano o una hermana de confianza y a hablar con él o ella, debería ser una persona como hablamos en discipulado, que sepa guardar un secreto por favor, que no sea alguien que anda hablando las cosas de los demás, debería ser una persona de madurez espiritual, una persona que de verdad puede ayudar y no hacer la situación peor de lo que era, preferiblemente una persona del mismo género.
Pero entra a la luz de Dios, y reconocer que sea lo que sea no vas a escandalizar a Dios. Él te conoce, él te ama, te ha escogido, no se yo miro este rostro y yo nos veo ahí, nos veo ahí, yo veo a Jesús no veo una reprensión, aunque él dijo ‘hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?’ Pero yo imagino que él lo decía con una sonrisa, hombre de poca fe que, voy a hacer contigo, Dios esta diciendo - mira venga, venga estoy aquí para ti, yo te amo, te conozco, yo estoy aquí para ayudarte a seguir adelante y tengo buenas cosas para tu vida. El llamado y los dones de Dios son irrevocables.
Yo quiero cerrar con un testimonio y siento libertad de hablarlo porque la misma familia habló con mucha gente de este testimonio de un pastor que él pastoreaba por 7 años en una iglesia, amaba al Señor, predicaba la palabra y cayó en pecado. Y él se alejó de su pastorado y tiene muchos hijos por todas partes de Boston y no son hijos como debería de ser con la persona indicada ¿no? Ese hombre se enfermó, estaba al punto de morir y yo fui a visitarlo en el hospital hace 2 ó 3 semanas atrás y le hablé del perdón de Dios, el llamado de Dios, y yo le pregunté, y él podía hablar pero con una voz ronca, no se una voz ronca, yo le pregunté: ¿Por qué entraste en el ministerio? y él dijo: “Para las almas, para las almas”, y yo dije: “Tu amas a las almas ¿no?”, él dijo que sí. ¿Y tu amas al Señor? y él dijo que sí.
Y nos pusimos a .. yo me puse a cantarle; yo solo canto para personas que están al punto de irse con el Señor, eso es mi cosa, y solo si estoy a solas con ellos, y me puse a cantar y era “Tu fidelidad es grande”, y vamos a.... we’ll do that after, era “Tu fidelidad es grande” y él... yo no podía creerlo, pero él comenzó a hacer gemidos, pero eran gemidos de la canción, él estaba cantando, no podía decir las palabras, pero esta haciendo los sonidos. Tu fidelidad es grande, así que é sonaba mejor que yo, yo creo pero.... Y yo después yo lo leí Salmo 23, y otra vez escuché, no decía palabras pero gemidos.
Hermanos, yo creo que hay una corona que espera ese hombre. Ahora mejor que no hubiera pasado lo que pasó, pero hay un Dios que se goza en una persona que viene a él. Y fíjate que se mejoró, está mucho mejor, tal vez él mismo puede ponerse aquí a testificar un día. Yo espero, vamos a ver qué Dios hace, vamos a ver, pero yo espero que sí.
Yo les invito a ponerse de pie, vamos a orar. Padre yo te doy gracias, Señor, no solamente por las cosas victoriosas de la vida Señor, también te doy gracias por los resbalones, por los fracasos, por las metidas de pata que hacemos Señor, por las caídas. Señor, gracias Señor, que tu misericordia es grande Señor, que tu eres capaz de recibirnos Señor, recibirnos con tu amor, Señor con tu perdón, Señor. Y yo te pido Señor, por todos aquí que sienten todavía una situación que no está resuelta en sus vidas y si esto eres tu y tu quieres reconciliarte con el Señor, yo te invito en este momento a decir esta oración conmigo, ahí donde tú estás.
Señor Jesús, yo reconozco que te he fallado, pero yo se Señor, que soy tu hijo, tu hija, Gracias Señor, que tú eres bueno y para siempre es tu misericordia y yo vuelvo a ti. Te pido que me perdones, te pido que me limpies, te pido que me enseñes a través de lo que yo he vivido Señor, que yo sea una persona más entregada a ti Señor, por lo que he vivido. Tal vez no fue un pecado, tal vez solo fue un tiempo súper bajo. Sabes que Señor te quiere agarrar de la mano y levantarte en ese momento, amen.
Si alguien aquí quiere aceptar a Jesús como Señor y Salvador puedes hacerlo ahora mismo, yo te invito a levantar tu mano y decir ‘Jesús quiero recibirte, como mi Señor y Salvador’. Si habrá alguien aquí que quiere recibir a Jesús en este momento y ser un hijo de Dios de verdad yo te invito a levantar tu mano y decirle a Dios, ‘Jesús yo quiero recibirte como mi Señor y Salvador’.
Dios le bendiga hermano. Si habrá alguien más que quiere hoy recibir a Jesús quiere decir ‘hoy Dios yo quiero conocerte, yo quiero entrar en tu casa’, yo te invito si habrá algunos más que quieran hacerlo levantar tu mano delante del señor y decirle al’ Señor yo te recibo en este momento’, amen. Amen Dios le bendiga, amen Dios le bendiga, yo te invito.
Hermana si usted quiere pasar aquí para que podamos orar por usted, ¿usted se atreve a pasar? Muy bien. Yo invito, Marina podrías..... amen. Amen, extendamos la mano hermano. Si algunos más que quieran ponerse con esta hermana, hermana yo la invito a orar esta oración:
Señor Jesús, yo te recibo como mi Señor y Salvador, yo te doy gracias que tú eres un Padre amoroso y yo creo que Jesús murió por mi en la cruz y te recibo en mi corazón, y quiero vivir para ti, en el nombre de Jesús. Amen.