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Quiero que vayan conmigo a la palabra del Señor en Efesios Capítulo 5 y el Capítulo 6 también, parte de ellos. Es todo un tema que tiene que ver, como ustedes saben estamos hablando acerca del tema de la autoridad y ya llevamos unas semanas en ellos, y como yo estuve fuera en estos días no pude continuar con el tema, pero hay muchas cosas que el Señor ha puesto en mi corazón, y yo siento que esto es una serie de sermones fundamentales en el sentido de que están estableciendo un fundamento para la vida de nuestra iglesia.
Raramente yo siento como que, es decir, me siento tan convencido de que estoy predicando en el espíritu en una actitud profética y que Dios está hablando a nuestra iglesia y está hablando a mi vida como con esta serie de sermones sobre la autoridad, la cual yo no tenía en mente, en realidad, irme en esa dirección. Pero Dios nos está hablando porque Dios quiere prepararnos como iglesia, Dios quiere prepararnos como comunidad.
Recordarán que el 5 de octubre Dios me cambió mi sermón y yo hablando acerca de que Dios está preparando para desatar una autoridad sobre su iglesia como hasta aquí no la ha tenido, la iglesia, o por lo menos en muchos, muchos siglos y que la iglesia de Jesucristo tiene que prepararse para ejercer esa autoridad que vamos a ejercer sobre naciones, sobre gobiernos, sobre vidas cultural y muchas cosas, porque yo creo que hay un avivamiento que se avecina. Y la iglesia de Cristo va a tener autoridad en este tiempo y esa autoridad tenemos que manejarla correctamente, Dios quiere desarrollar una autoridad apostólica sobre su iglesia. Les hablé acerca de que en los orígenes de la iglesia de Cristo, por ejemplo en el libro de los Hechos, vemos que los Apóstoles tenían una autoridad que Cristo les había dado y ellos eran la autoridad que Dios usaba para dar sus instrucciones a los primeros cristianos, cuando había una controversia doctrinal, cuando había una necesidad de dirección acerca de alguna decisión que iba a regir la vida de la comunidad cristiana, iban a donde los Apóstoles que estaban en contacto con Dios en una manera especial y ellos daban el consejo que entonces debía seguir la iglesia.
Eso se ha perdido a través del tiempo, todavía queda algo de eso en la iglesia católica, de hecho, que tiene una jerarquía muy clara y hay una dirección, hay una estructura muy definida en la iglesia católica. Y cuando el Papa habla es cátedra, sentado en su silla de autoridad, es el lineamiento va a través de toda la iglesia. Eso viene de esos trasfondos antiguos, antiquísimos, donde había ese sentido de autoridad.
Bueno, yo creo que Dios quierre hacer algo parecido en este tiempo, pero es necesario que los líderes que van a ejercer esa autoridad lo haban conforme al espíritu de Jesucristo, un espíritu de servir a las personas a quienes ellos dirigen, y que por otra parte también los que son dirigidos sepan cómo sujetarse a la autoridad de sus líderes, para que pueda haber armonía.
La iglesia no puede funcionar eficiente y eficazmente a menos que no haya un cambio en la mentalidad operante en este tiempo. La gente como cada uno quiere hacer lo suyo y cada uno tiene una opinión diferente y estamos en una cultura que exalta mucho las opiniones y los derechos humanos en los cuales yo creo absolutamente, la democracia, la crítica de las instituciones, el escepticismo hacia las instituciones. Como me han dicho tantas veces, es el espíritu moderno, es un espíritu crítica hacia las instituciones y hacia los líderes.
Nos han fallado tantas veces los líderes, por qué tenemos la crisis que tenemos actualmente en la economía de este país, y en la economía mundial. Porque nuestros líderes se han dejado llevar por la avaricia. Los líderes financieros, los líderes económicos de esta nación nos han explotado hasta cierto punto, y nos han dado un liderazgo herrado, uno de los grandes escándalos de este tiempo ha sido, estos ejecutivos que se dan salarios de millones y millones de dólares, decenas de millones de dólares y ellos se los asignan asimismo y manipulan muchas veces los números y los libros financieros, han creado todo tipo de sistemas falsos que han establecido un fundamento fallido, frágil y de momento todo se ha desplomado, todo se ha venido abajo y hemos descubierto que esos líderes han estado haciendo pirámides y todo tipo de inventos basados en la avaricia, en la explotación de la gente y no han estado atentos a las necesidades de sus clientelas. Han estado vendiendo productos faltos, en otras palabras, y eso ha sido uno de los grandes escándalos.
Desgraciadamente aún al nivel del gobierno no ha habido la supervisión adecuada y sufrimos mucho en el mundo, aún en este país, que es relativamente benigno en su dirección gubernamental, porque hay países mucho peores que Estados Unidos, déjenme decirles, pero aún aquí nuestros líderes muchas veces han conspirado con intereses financieros para enriquecerse todo el mundo. Esto es una gran conspiración y a veces hay hasta líderes cristianos en el gobierno que nos explotan y usan malamente su autoridad. Y entonces eso desacredita muchas veces, esa gente que se llama cristiano, la gente dice, mira ese senador, mira es congresista diciendo que es cristiano y mira cómo se comporta.
Y esto ha hecho mucho daño en nuestros tiempos porque eso es lo que causa tanto sufrimiento, gente que no está atento a las necesidades del pueblo y que ellos mismos se auto engañan para hacerse ricos pretendiendo que están velando por los intereses del pueblo.
Y el Señor Jesucristo ya vio esos hace siglos atrás, y por eso habló de un liderazgo que sirviera a la gente, un liderazgo que no se enseñoreara, que no explotara a los que dirigía, sino que los sirviera y cuidara de poner atención a sus necesidades.
Cuando yo estuve ahora en África el tema sobre el cual me pidieron que hablara a estos jóvenes líderes africanos universitarios, era el tema de precisamente servant leadership, liderazgo de siervos, liderazgo que sirve, liderazgo que se da a las personas sobre las cuales hay autoridad. El líder cristiano es un líder que se supone que bendiga y sirva a aquellos sobre los cuales tiene autoridad, no que se aproveche de ellos. Ellos me decían, en África, como pasa en Latinoamérica también y en otras partes del mundo, hay mucho líder, decían ellos, cristianos inclusive que cuando llegan al poder entonces lo que quieren es engrandecerse y otros líderes cristianos que cuando llegan al poder se olvidan de sus raíces cristianas y se olvidan del pobre, se olvidan del necesitado, y simplemente quieren que les rindan pleitesía y que les den mucho respeto y mucha cosa, pero se olvida que son siervos entonces dijeron, por favor hable acerca del liderazgo que sirve a los demás.
Déjenme decirle, un liderazgo que no sirve, no sirve. Se me ocurrió ahora eso. Si uno no sirve, no sirve. Hay que servir a los demás para verdaderamente tener autoridad en el Reino de Dios. Y de eso, ya entré en el sermón, de paso, pero es bien importante que entendamos esta parte.
Ahora, claro, así como digo una cosa digo la otra, hay que someterse también a la autoridad. Cuando hay autoridad legítima, cuando hay autoridad bíblica, cuando hay autoridad fundamentada en valores espirituales sólidos y cristianos uno debe sujetarse y uno debe hacerle sencilla y placentera la vida a sus autoridades.
Hay gente que son como un nacío, ¿sabe que es un nacío? Decimos los dominicanos, es como un tumor en el lado que los líderes sufrimos y decimos, Señor, qué pena, qué culpa estoy yo pagando que tu me has puesto. Moisés, el pobre tuvo mucha dificultad en esa área, pero no me refiero a ustedes, hermanos, ustedes son una bendición grande, siempre, siempre lo han sido. Yo le doy gracias al Señor, de paso por mis hermanos de León de Judá. Hay de vez en cuando una cosita aquí y allí, pero no, normalmente gracias al Señor es una gran bendición.
Estoy buscando una cita, Hebreos 13:17 creo que es, donde el Apóstol Pablo dice por ejemplo, mire, esto no es nada nuevo. La lucha de los pastores con las congregaciones y todo esto no es nada nuevo. Esto hay que tomarlo como un grano de sal. Eso viene con el territorio y está bien, pero Dios nos dice que nos sujetemos.
Miren lo que dice el versículo 17, Capítulo 13 de Hebreos: “… obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta para que los hagan con alegría y no quejándose porque esto no os es provechoso…”
¿Usted ve? Esto no es nada nuevo. Ya en el siglo primero de la iglesia el escritor de Hebreos le estaba diciendo a las congregaciones que leían su carta, miren, háganle la vida fácil a sus líderes, no hagan que estén siempre ellos respingando y quejándose. Recuerdan el pobre Moisés, lo que le pasó, que lo llevaron a tanta ira que golpeó la roca con el palo, y la vara y ¿Qué le pasó al pobre Moisés? No pudo entrar a la tierra prometida. Tanto molestaron al pobre hombre que se le volaron los fusibles.
Yo estoy hablando, hermanos, por eso de que no, en la Biblia hay un esquema de autoridad, hay que ejercer autoridad correctamente y hay que sujetarse a autoridad correctamente. Y por eso es que yo creo que Dios me metió una trampa y me metió a hablar acerca de esto y yo he descubierto todas las dimensiones profundas y las capas que hay concerniente al tema de la autoridad. Y yo creo que Dios quiere bendecir a nuestra iglesia, Dios quiere que el Espíritu Santo se mueva con más libertad entre nosotros, que nuestras diferentes departamentos y ministerios corran suavemente, eficientemente, cuando haya ese sentido de que un líder se sujeta a otro y ese se sujeta a otro y el otro a otro, y hay una cadena de autoridad gloriosa donde ninguno nos explotamos unos a otros sino que todos estamos sujetados a la cabeza que es Cristo Jesús. Amen.
Yo soy el primero que tengo que sujetarme, tengo que sujetarme a la iglesia, tengo que sujetarme a Cristo, tengo que sujetarme a la palabra, para yo poder dirigirles a ustedes. Los demás pastores tienen que hacer lo mismo también. En el grupo de alabanza los que dirigen la alabanza, digamos el hermano Gonzalo, tiene autoridad, el pastor le ha delegado a él la dirección del ministerio de alabanza, entonces él debe primero él ora, él lee la palabra, se asegura de estar ejerciendo su autoridad con mansedumbre, con amor y entonces él da instrucciones, los demás pueden dialogar con él si algo no está bien. Claro que sí, uno puede hablar con su líder, pero tiene que haber una dirección clara. Si todo el mundo está diciendo, no, yo quiero que este coro se cante en a menor y el otro no, no, tiene que ser en la mayor, y esto y lo otro, entonces no hay armonía, entonces todo se tranca.
Lo mismo los hujieres, los hujieres tienen su papel. Hay diferentes grupos de hujieres, la hermana Cecilia López dirige el equipo y hay como 6 u 8 diferentes equipos que se turnan cada domingo, esos equipos tienen su líder. Bueno, esos líderes deben gobernar en autoridad, sujetos a su cabeza y los que están debajo de ellos, también se deben mover en armonía, y de esa manera la gloria de Dios se manifiesta. Amen.
La iglesia tiene que aprender a moverse en autoridad y no siempre vamos a estar de acuerdo con la gente que nos dirige. Ahí es donde uno tiene que, entonces, yo no estoy diciendo que no haya proceso, que no haya preguntas, que uno no esté de acuerdo con algo, no, pero en vez de uno estar hablando de su líder por detrás de sus espaldas y cuchicheando y haciéndole la vida difícil. Mire, vaya donde su líder, háblele en el momento apropiado, en privado, hable con respeto, con claridad y ese líder entonces va a escuchar. Le va a decir, mire, yo lo veo de esta manera y entonces con la ayuda del Señor va a quedar todo bien aunque usted no esté ciento por ciento de acuerdo pero por lo menos sabemos que ya yo descargué mi responsabilidad y ahora voy a sujetarme y hay bendición en eso, hermanos.
Una iglesia es bendecida, eso debe pasar asimismo en el trabajo, en la escuela, en el contexto de la familia, en todas partes tiene que haber gente que sepa cómo relacionarse con las estructuras de autoridad que hay. Eso es de gran bendición para la iglesia.
Mire aquí en Efesios Capítulo 5, yo creo que es comenzando con el versículo 21, si no me equivoco, mire cómo, yo escogí este pasaje específicamente porque quiero ilustrarles a ustedes cómo los conceptos de autoridad penetran en la cosas más normales de la vida, en el hogar, en el trabajo, en las relación entre los padres y los hijos. Yo les he dicho, recuerden esto, que la Biblia está fundamentada en una estructura donde el concepto de autoridad se toma en serio, donde Dios es un Dios que establece autoridades y él espera que esas autoridades sean respetadas. Todo en la Biblia como que se conjuga, se interpreta en un contexto de autoridad y entonces hay palabras que se dirigen a los líderes y hay palabras que se dirigen a los que están bajo su liderazgo. Y hay como una danza amorosa entre ambos, los dirigidos y los dirigentes. Y cada cual se somete al otro y eso permite que haya armonía en el hogar, en la escuela, en el lugar de trabajo, en la iglesia.
Y si usted va a ver aquí donde el Apóstol Pablo habla en el contexto de autoridad de la familia y del trabajo, cómo se iluminan estas cosas. Miren lo primero que dice el Apóstol Pablo en el versículo 21, Capítulo 5 dice:
“… someteos unos a otros en el temor de Dios…” Someteos unos a otros, ahí está ya prefigurado el tema de la autoridad. Que interesante, dice, sométanse unos a otros, lo que sigue en el resto de este pasaje, en el resto del Capítulo 5 y en el Capítulo 6 también es una elaboración en detalle de esa palabra general que él acaba de dar, someteos unos a otros en el temor de Dios. Lo que sigue es una ilustración de estos conceptos en diferentes aspectos de la vida, es una elaboración de ese concepto general. Primero dice:
“sométanse unos a otros…” someterse quiere decir aceptar la autoridad, sujetarse, acatar el mando o la dirección de una persona. El Apóstol Pablo no está diciendo aquí, como a veces se ha interpretado, que no haya diferencias en la familia, por ejemplo, o que no haya relaciones de autoridad porque se ha interpretado a veces en ciertos teólogos y ciertos estudiosos de la Biblia y a veces la literatura feminista particularmente o el ala egalitaria, son términos que no tengo tiempo para explicar, el ala egalitaria de la iglesia ha dicho que cuando el Apóstol Pablo dice, someteos los unos a los otros, eso quiere decir que no hay diferencia, por ejemplo, en el hogar, entre el hombre, como la cabeza del hogar, y la mujer como la que se sujeta al hombre. Ya aquí todos son iguales, no hay ninguna diferencia, no hay relaciones de autoridad, todo es democrático y todos están al mismo nivel de autoridad. Eso no es lo que quiere decir el Apóstol Pablo y yo espero mostrárselo.
Ahora, esa palabra de someterse unos a otros, lo que está diciendo es, mire, en el hogar, por ejemplo, el hombre como cabeza del hogar no puede simplemente decir, bueno, yo soy el que manda aquí y yo soy el que da las órdenes y lo que yo digo se cumple. Punto. Sino que el hombre tiene como vamos a ver dentro de un momento, tiene que considerar a su mujer y tiene que considerar el hecho de que su mujer es una hija de Dios y que es igual a él en términos de su dignidad y su postura delante de Dios. Ella no es inferior a él en absoluto. El hombre no puede servirse de la mujer, el esposa no debe abusar de su mujer, no debe explotar a su mujer, no debe ignorar los derechos y la dignidad de su mujer, sino que él se somete a ella en una sentido porque él tiene que dialogar con ella, él tiene que consultarla, él tiene que reconocer que es otro seres humano como él, él tiene que respetar su dignidad ante de tomar decisiones, él debe tomarla en cuenta a ella y a veces su mujer, tendrá todo el derecho del mundo de decirle, mira, ¿sabes qué? La regaste allí, te equivocaste. Como mi esposa a veces con su mansedumbre característica lo hace. Y el hombre le va a tener que sujetarse a la verdad que ella encarna en ese momento.
Es decir, el matrimonio no es una cosa unilateral, de arriba para abajo, sino que hay un sujetarse mutuamente y en todos estos pasajes, en todas estas diferentes situaciones de relaciones esposo, esposa, hijos, padres, patrón, trabajador, el Apóstol Pablo siempre usa el mismo esquema. Primero dice, reconozcan la autoridad de sus líderes en ese contexto. Y segundo le dice a los líderes, ahora, no abusen de su autoridad, sométanse a la dignidad de Dios que hay en esas personas a quienes ustedes dirigen y asegúrense deestar usando su autoridad en una forma adecuada.
Y yo creo que eso de que sométanse en el temor de Dios eso es muy revelador, porque hermanos, yo creo que cuando uno va ejercer autoridad o someterse a autoridad, mire, a nadie le gusta someterse a autoridad, ¿verdad que no? A la esposa no le gusta, sean honestas hermanos, sincérense, no les gusta reconocer la autoridad de sus esposos pero dice aquí en el temor de Dios, a veces es la palabra, es lo que Dios ha ideado y entonces hay un temor sano que nos guía a sujetarnos. Pero ¿saben qué? El marido al ejercer autoridad tiene que hacerlo en el temor de Dios también. Ay del hombre que abusa o explota u oprime a su mujer. Tiene el juicio de Dios sobre él, ¿sabe?
Y nosotros tenemos que ejercer la autoridad con sano temor delante de Dios y estarnos chequeando continuamente a la luz de la palabra. ¿Estoy yo usando la autoridad correctamente que Dios me ha dado para bendecir a mi esposa, para bendecir mi hogar? Entonces ese sano temor de Dios debe gobernar el ejercer autoridad y el sujetarse a la autoridad.
Entonces dice Pablo, someteos unos a otros en el temor de Dios… ahora, mire lo que sigue, en el caso de esposas y esposos. A las mujeres les dice, las casadas estén sujetas a su propios maridos como al Señor, eso duele ¿verdad, hermanos? Duele, confiésenlo.
“… porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es la cabeza de la iglesia la cual es su cuerpo y él es su salvador. Así que como la iglesia está sujeta a Cristo así también las casadas lo estén a sus maridos, y aquí viene lo duro, en todo.
Digan auch, hermanas. Eso duele, alguien dijo por aquí, eso duele. Pero no se preocupen hermanas, aguanten ahí un poquitito, apriete los dientes bien porque viene algo para ustedes en un momento.
Ahora, qué hago yo con esta palabra, yo no puedo quitarla, no puedo borrarla, no puedo escoger wipe out y sacarla o arrancar la página, está allí, como pastor yo tengo que decidir qué voy a hacer con esa palabra. O Pablo tenía un mal día y estaba molesto con las mujeres y quiso hacerles la vida difícil o él estaba hablando en el espíritu y algo secreto que Dios tiene en mente cuando ha establecido esta relación. Hay algo yo creo que bendice a una mujer de Dios, llena del Espíritu Santo, capaz inclusive que gana más dinero que su marido, y a veces más inteligente. Se ha dado a veces una mujer más inteligente que el hombre, es raro pero se da. Yo tengo que admitir que generalmente son más inteligentes que nosotros, eso es verdad.
Pero a Dios le ha placido por esas cosas misteriosas de la vida, darle autoridad corporativa al hombre en el hogar. Ahora, ¿saben qué? Hermanos, miren, como yo les he dicho antes, si los hombres entendiéramos lo que es ejercer la autoridad en el espíritu de Jesucristo huiríamos continuamente del… no, no, yo no quiero ser la cabeza del hogar, no, no, désela a ella, que se encargue ella. Porque mire, esa función de autoridad tiene más responsabilidades que privilegios. Yo creo que en lo único que Dios te da a ti cuando te dice que tu eres la cabeza del hogar, es la obligación de desvivirte para que tu hogar sea bendecido a través de tu liderazgo. Es es el único privilegio que tu tienes. Es la responsabilidad de dirigir tu hogar en el espíritu ministerial de Cristo Jesús.
Y hermanas, yo sé que es difícil esa primera parte, pero ya pasó el trago amargo, ahora déjenme hablarles a los hombres. Y es interesante que el Apóstol Pablo dedicó tres versículos a la responsabilidad de las mujeres y 9 a la responsabilidad de los hombres. Yo creo que él sabía que los hombres somos más tercos y más torpes y más brutos que las mujeres y necesitábamos como que nos metieran bien claro lo que es como dirigir el hogar en el espíritu de Jesucristo. Entonces ya a esos hombres que estaban como un poquito inflados porque supuestamente son la cabeza del hogar, Pablo en ese espíritu de someternos unos a otros, ya les dijo a la mujer, pero ahora le dice al hombre, maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó asimismo por ellas.
Digan los hombres auch, ahora. Interesantemente el verbo amar que se aplica a los hombres, maridos amad a vuestras mujeres, es el mismo verbo que se usa para Cristo, como Cristo amó a la iglesia. Agapote es el verbo de amad y agapesen es el verbo de cómo Cristo amó a la iglesia.
Y lo que está diciendo es que el mismo estilo, la misma esencia, la misma actitud con que Cristo amó a la iglesia es la que tu debes ejercer en tu relación con tu esposa. ¿Cómo amó Cristo a la iglesia? El Apóstol Pablo no quiere que quede ninguna duda al respecto y dice que se entregó asimismo por ella. Cuando usted analiza lo que Cristo hizo por su iglesia, hermanos, Cristo defiende a su iglesia ferozmente, es el León de Judá. Cristo dijo, las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Cristo dijo, me voy pero voy a enviar un consolador que instruya a la iglesia y que la lleve hacia toda verdad y delegó al Espíritu Santo eso. Cristo se desvivió por la iglesia, dejó su altura gloriosa, divina, se hizo como hombre, le dejó a la iglesia instrucciones, enseñanzas, vivió con ellas 3 años, dejó líderes apostólicos que la dirigieran, dejó su palabra, se subió a la cruz, dejó que le quebrantaran su cuerpo, derramó sangre para que su iglesia existiera y después ha estado intercediendo por ella todos los días.
Y un día viene a desposarse con ella finalmente, como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella. Y hombre de Dios yo tengo que preguntarte, así como me tengo que preguntar a mí mismo, ¿estoy yo amando a mi mujer, a mi esposa como Cristo amó a la iglesia? Cada día es una pregunta que el líder cristiano tiene que hacerse, el que está ejerciendo autoridad en el espíritu de Jesucristo tienen que preguntarse, ¿puedo yo decir verdaderamente que mi esposa considera que yo la estoy amando al estilo de Jesús? Es una pregunta seria que tenemos que hacernos porque esa es la forma de desempañar la autoridad.
Y el Apóstol Pablo queriendo que estos hombres densos entiendan lo que él dice, añade más todavía, dice, “… para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra a fin de presentársela, mismo una iglesia gloriosa…”
Mire eso, hermanos, es decir, todo lo que Cristo hace, purificarla, presentarse, la meta del líder cristiano en el hogar debe ser llevar a su esposa y asegurarse de que en el desempeño de su liderazgo, su esposa llegue a todo lo que Dios quiere que ella llegue. El esposo debe aclarar espacio delante de su esposa para que ella pueda edicarse, para que ella pueda crecer como líder, para que ella pueda sanarse de las heridas de su niñez y del pasado, Dios te hace pastor de tu esposa, siervo de Dios, hombre de Dios, líder de Dios.
Y Dios quiere que tu te asegures de que cuando llegue el día en que Dios te llame a capítulo a ti te diga, ok, qué tu hiciste con el liderazgo que yo te di en tu hogar? Que tu puedas decirle, bueno, Padre, yo hice todo lo posible para que mi esposa que está aquí, con una gran sonrisa porque su esposo la trató bien, que llegara a ser esa mujer gloriosa y brillante que tu ves allí. Yo hice todo lo posible para eso.
Y el Apóstol Pablo dice, añade aquí también, inspirado por el Espíritu Santo, “… que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante sino que fuese santa y sin mancha..”
Así que hermanos váyanse rápidamente y cómprele dos potes de crema para su esposa para la piel, gástese 40, 50 dólares para que su esposa no tenga mancha ni arruga. Eso lo dice la palabra de Dios. Tenemos que asegurarnos, esposos, que los defectos que hay en nuestras esposas, las heridas del pasado, las deformaciones, los complejos, los temores que Dios nos permita ayudar a nuestra esposa para que todas esas cosas vayan despareciendo y nuestro trato con ellas debe, más bien, orientar en esa dirección, más que todo lo contrario, como muchas veces podemos hacer que es fortalecer más bien los defectos y los complejos y los temores que tienen nuestras esposas. Esto dice aquí, que no tenga mancha ni arruga, ni cosa semejante, por si acaso faltó algo allí, ni cosa semejante.
“… así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos…”
Usted ve todas las imágenes que el Apóstol Pablo emplea para asegurarse de que no haya duda de cómo el hombre debe ejercer esa autoridad en el hogar. Ahora, yo digo, yo creo hermanos que un hombre que trate a su mujer así, yo creo que esa mujer tendría que ser una perversa para tratar de hacerle daño a ese esposo que la está amando de esa manera o que trate de serrucharle el palo en su autoridad, o hacerle algún tipo de dificultad. No, yo creo que si esa mujer dice, Padre, tu me has llamado a sujetarme al liderazgo de mi esposo, y ese esposo dice, Padre, tu me has llamado a bendecir a mi esposa y asegurarme de que yo vele por ella, de que no intervenga ningún rasgo de egoísmo, manipulación, engaño, o falsedad en mi trato con ella, sino que yo desempeñe bien esa tarea.
Hermanos, yo creo que es la gloria de Dios. Los abogados de divorcios se morirían de hambre, no habría empleo que los consejeros matrimoniales, porque sería bendición, gloria. ¿Por qué? Porque hay líderes que siendo autoridad en el espíritu de Cristo y hay dirigidos o dirigidas en este caso sometiéndose a la autoridad gozosamente de sus líderes, sus cabezas y hay bendición, fluye la gracia de Dios. Los niños son bendecidos en el hogar, la economía del hogar es bendecida, ese hombre está orando para que el Señor le de sabiduría, para que lo trate, para que su carácter sea cada vez más y más como el de Cristo, esa esposa está tratando de bendecir a su marido, respetando a su marido, honrándolo, levantando su dignidad.
¿Saben qué, hermanos? Los hombres tenemos el ego más frágil de toda la humanidad. Dios ha hecho al hombre ávido de honra y de respeto. El hombre es como un león que necesita que se le de respeto. Y ¿saben qué? La mujer, hablando a grandes rasgos, ¿Qué es lo que más la mujer quiere? Afecto, cariño y validación en su rol como esposa, como madre, como administradora de un hogar. El hombre se nutre del respeto, por eso dice, la mujer respete a su marido. La mujer se nutre del amor y del cariño que es tan difícil a veces para nosotros los hombres dar, yo levanto la mano primeramente.
Y entonces Dios dice, la mujer déle a su marido ese sentido de guau, tu eres mi hombre, tu eres mi macho. Yo te respeto y acato tu liderazgo. Y que el hombre le diga, tu eres mi mamita, yo te amo a ti, yo te prefiero sobre todas las mujeres y que haya armonía en el hogar, y que ambos se sientan como que están ocupando su lugar, el uno frente al otro. Y por eso dice, someteos unos a los otros. Hay bendición y el hogar marcha en una manera maravillosa.
No tengo tiempo, pero mire vamos con los hijos un momento. Los hijos están ahí de lo más tranquilo, diciendo bueno, eso es papá y mamá pero no me toca a mí. Ahora, Pablo pasa a los hijos, Capítulo 6 dice:
“… Hijos, obedeced en el Señor …”
Se fija el paralelo, someteos unos a otros en el temor de Dios. Aquí dice, obedeced en el Señor. ¿Por qué el Apóstol Pablo usa estas frases espirituales, por qué pone el obedecer y el ejercer autoridad en el contexto de, en el Señor? Porque es que la autoridad no se puede ejercer adecuadamente, ni uno se puede someter a la autoridad excepto en el espíritu de Jesucristo porque es una verdad bíblica, porque solamente el Señor nos puede ayudar a ejercer y a obedecer autoridad correctamente.
Y por eso dice, obedeced en el Señor, hijos. I want to address you young adults, young people, adolescents who are here. Let me speak to you for a moment in English because I don’t want to give you any opportunity to resist what I’m saying. Oh, I don’t speak Spanish, therefore I don’t have to pay attention to the pastor.
No, I want to tell you, the Bible says here, children, obey in the Lord, your parents. There is a special blessing, you see. I mean we have to acknowledge the concept of authority in the home and when a young person submits gladly, willingly, proactively to the leadership of their parents, to their exalted station, as parents in the home, there’s such a blessing for the daughter, for the son, I think we have done a great harm to our children by denying them an understanding of the structures of authority that govern life and govern the biblical world view. And there is blessing when a son or a daughter honors actively their parents, when they submit gladly to their authority and their teaching. It is a spiritual thing, that is why he says, in the Lord. It is difficult in this modern age that exalts so much individuality and criticism of authority and the rights of the individual, it is very difficult for young people who have been bread and discipled in that secular mind frame, to adhere themselves to this ancient model which is the only model really of authority to parents. I tell you there is such a huge blessing in that, young people, I want to encourage you, I want to bless you by giving you something that is a secret to blessing, prosperity and long life, honor and obey your parents, even if you’re in college, even if you’re in graduate school, even if you’re an accomplished professional, when you honor your parents and when you enter into this stream of thinking which is so powerful of honoring your authorities, there’s a huge blessing involved. The blessing of God is released, the prosperity, the good wind of the spirit starts blowing in your back and advances you in life. It’s a beautiful thing and you know, it begins by submitting to the wisdom and honoring. Honoring means, actively prefer, actively give obeisance to, proactively recognize the exalted state of a person and in a sense, bow before their authority, there’s a blessing in that.
You know, many parents, for many parents in the modern world, it is a burden to be a father or a mother. Many parents do not enjoy being a parent these days because many times children have not been quick to give their parents the kind of blessing that they so deserved and so parenting has been subverted and we have unwilling parents, and we have children who are therefore also not being served well by their parents, who are secretly resistant of their role as parents.
And so I think, you know, it behooves young people and it behooves me, whoever it is, if you have an elder over you bless them, acknowledge their authority and make sure that you make it easy and joyful, enjoyable for them to exercise authority in your life and you’ll be blessed by it, I assure you that.
Entonces dice, hijos obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo.
It is the right thing to do. It is just it says.
Es justo que nuestros hijos a sus padres. Mire, ¿saben qué? Déjenme salirme un momentito, ya voy a terminar, no se preocupen, pero hay un pasaje que fue lo que a mí, uno de los pasajes que más me tocó cuando yo comencé a predicar sobre esto de autoridad y a mí siempre me ha impresionado ese pasaje, está en Proverbios Capítulo 30, versículo 11, porque me recuerda tanto de un aspecto de esta generación moderna y dice,
“… hay generación, hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice..”
Y yo diría que hay ciertos aspectos de la generación moderna que se asemejan a esa actitud que vemos aquí, donde hay una rebeldía contra los padres hoy en día, y hay una sociedad que inspira a los hijos a no darle la honra debida a sus padres. Y el escritor de proverbios dice:
“… hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice, hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia, hay generación cuyos ojos son altivos y cuyos párpados están levantados en alto, hay generación cuyos dientes son espadas y sus muelas cuchillos para devorar a los pobres de la tierra y a los menesterosos de entre los hombres…”
Dios tiene algo en contra ese tipo de generación que se parece mucho a esta generación en la cual nosotros estamos. Y Dios no quiere que su iglesia participe en esa mentalidad, Dios quiere una iglesia que bendiga a sus autoridades, bendiga a sus ancianos, bendiga a sus padres.
Mire lo que dice el versículo 17 en ese mismo pasaje, dice, “….el ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre…” mire que terrible esto, dice, “…los cuervos de la cañada los saquen y lo devoren los hijos del águila…”
Guau, esa es la actitud de Dios contra el corazón rebelde contra los padres. Si yo dijera eso, me dirían, el pastor está loco, hay que sacarlo a otro lado. Pero gracias a Dios que es la palabra, dice, mi hermanos, Dios mira con mucha severidad el corazón rebelde del hijo que no bendice a su madre, no escucha el consejo de su madre, tiene el juicio de Dios en su contra, pero tiene la bendición de Dios aquel que se sujeta y honra a su padre y a su madre.
Estamos hablando de cosas muy serias hermanos, y por eso yo no quiero que nuestros jóvenes en esta iglesia, por lo menos, dejen de entender y de escuchar este mensaje de que bendiga, a mi me bendicen esos jóvenes que yo veo en mi congregación que aman y respetan a sus padres. Óigame, que bendición tan grande, es una honra para esta iglesia tenerlos a ustedes jóvenes. No dejen que nadie les cambie esa opinión, no se avergüencen de sujetarse a sus padres porque hay bendición en eso les aseguro, para el futuro.
Ahora, que dice, con esto termino, dice “… ahora, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en disciplina y amonestación del Señor…”
Así como le dice a los hijos, sujétense a sus padres, le dice a los padres, pero padres, no abusen de su autoridad. Hay padres que dicen, bueno, yo soy el papá y aquí se hace lo que yo digo y esos tenis te los tienes que poner porque yo te los compré aunque los pobres están ahí con toda vergüenza en la escuela, porque son unos tenis del año 1945 pero no, eso es lo que tu te tienes que poner y el vestido lleno de flores y de muñequitos y la pobre muchacha avergonzada ahí en el salón de clase, pero eso fue lo que la mamá le compró y eso es lo que tiene que ponerse.
Hermanos, tengan cuidado. Yo no soy el dueño de mis hijas, ni usted es el dueño de sus hijos, el dueño es Dios. Él los creó, él se los ha dado a ustedes y a mí para que se los cuidemos y para que se los entrenemos pero sepa bien que su hijo es un ser humano, tiene derechos que usted no debe tocar. Hay un alma allí, hay un destino que Dios tiene con esa vida, y usted es el custodio de ese destino pero no lo va a determinar usted. Usted tiene que discernir el don secreto de Dios en ese hijo y entonces asegurarse que ese don sea pastoreado y llevado a su máxima expresión. Trate a sus hijos siempre con autoridad pero con inmenso respeto, porque la imagen de Dios está retratada en ellos. Recuerde eso. No abuse a sus hijos, no oprima a sus hijos, no se ensanche sobre sus hijos, no los lleve a ira, hay tantos hijos heridos hoy porque sus padres abusaron de ellos, no los afirmaron, no los trataron con la dignidad que ellos merecen.
Todo eso va en esto de sométanse unos a otros. Yo me tengo que someter a mis hijas en ciertas áreas, tengo que escuchar sus palabras. A veces ellas me han dicho algo que yo he cometido un error y yo respingo y me molesto pero después escucho y recapacito y trato de ajustarme en ciertas áreas porque yo sé que ellas tienen algo que pueden decirme a mí también. Y entonces hay que sujetarse, mi esposa, lo mismo.
Es decir, todo esto es un juego amoroso, es una danza bella donde uno se sujeta con el otro, a veces unos dirige y el otro sigue, y a veces el otro sigue y la otra dirige y es una gran bendición. Pero cuando el Espíritu Santo está moviéndose en una familia es la gloria de Dios, nos sujetamos unos a otros, ejercemos autoridad, nos sometemos a autoridad, delegamos autoridad, descentralizamos autoridad, entrenamos a la gente para que puedan entonces ejercer autoridad, una gran bendición.
Me doy a entender hermanos, o el Espíritu Santo se dio a entender en nosotros? Quiera Dios que nuestra vida familiar, nuestra vida eclesiástica, nuestras vidas como líderes en la iglesia, dondequiera si tu eres patrón o supervisor en una escuela, o en una fábrica, asegúrate de que tu estés usando tu autoridad en el espíritu de Jesucristo y que la gente razonable en tu medio ambiente, donde tu trabajas, o donde tu ejerces autoridad, puedan decir, ¿saben qué? Este hombre, esta mujer, no es perfecta, no es perfecto, pero está haciendo lo mejor posible y yo me siento que estoy bien dirigido o bien dirigida y yo le debo respeto a él o a ella. Hay una bendición grande en eso.
Quiera Dios, hermanos, que nuestra iglesia pueda cada día ir más y más en la dirección de dirigir y sujetarse a autoridad en el espíritu de Jesús. Amen. Vamos a ponernos de pie, vamos a darle gloria y honra al Señor en este día, vamos a decirle, Padre, gracias por tu palabra, gracias porque hemos estado en tu casa y tu nos has hablado, tu nos has ministrado. Yo les bendigo en el nombre del Jesús, mis hermanos, quiera Dios guiarnos cada vez más y más.