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Como ustedes saben hemos estado meditando en los dones del Espíritu Santo y nos hemos estado basando en la Epístola a los Corintios, en la primera epístola en el Capítulo 12 y hemos estado haciendo un recorrido y el contexto general es el contexto de la vida llena del Espíritu Santo, el ministerio del Espíritu Santo en la vida de la iglesia, y cómo somos llamados como hijos de Dios, siervos del Señor a movernos en los dones del espíritu, vivir la vida cristiana en el plano sobrenatural.
Pero, de nuevo muchos cristianos entramos al Evangelio y recibimos al Señor Jesús, comenzamos a asistir a la iglesia, inclusive tomamos clase de escuela dominical y muchas otras cosas, pero nunca nos amanece al entendimiento el hecho de que la vida cristiana tiene que ser vida en un plano diferente al plano natural, que nosotros somos seres eterno, que llevamos dentro de nosotros la misma presencia de Dios y que esa presencia de Dios, esa presencia del Espíritu Santo que se mueve dentro de nosotros es la vida de Dios con todo su poder y toda su potencialidad y toda su capacidad para dirigirse a cualquier situación que la vida nos pueda presentar, cualquier reto y que nosotros, como hijos de Dios, estamos llamados a concientizarnos acerca de ese hecho, que tenemos que vivir la vida usando la energía que Dios ha puesto dentro de nosotros. La vida cristiana es una vida de poder.
Pablo dice en uno de sus pasajes que no se avergüenza del Evangelio, ¿por qué? Porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree. Y el Apóstol Pablo tenía una gran intención a través de todo su ministerio de que sus oyentes, sus iglesias que él plantaba, las personas que él estaba ministrando y discipulando a través de los años hicieran uso de los dones del Espíritu Santo y que adoptaran una mentalidad sobrenatural.
A mi me gusta hablar de una mentalidad sobrenatural, en inglés uno diría, ‘un supernatural outlook’, una postura de vida sobrenatural. Eso quiere decir que nosotros entendamos, como dice también el escritor en el Antiguo Testamento el profeta, creo que es Jeremías, dice que no es con espada, no es con ejército, sino ¿con qué? con mi espíritu, dice el Señor.
En otras palabras, la vida cristiana, los problemas de la vida, los asuntos, los retos de la vida no se confrontan con energías meramente naturales, ni siquiera se confrontan con una actitud meramente religiosa, sino que se confrontan desde una postura sobrenatural.
En otras palabras, que estamos dotados del poder de Dios, que ese poder de Dios se mueve dentro de nosotros y que nosotros podemos acudir a él, a hacer uso de ese poder cuando nos encontremos en cualquier situación de la vida. Y eso es importante que lo entendamos cuando hablamos en el contexto de los dones del Espíritu Santo.
Ustedes recordarán el pasaje que estamos discutiendo, pero yo voy a cambiar un poco porque el contexto de hoy, mientras escuchaba a los músicos, me dirigió en otra dirección, yo creo que para hacer justicia a lo que hemos presenciado y participado. Pero sí recuerden que el Apóstol Pablo habla de diferentes dones. Dice:
“... pero a cada uno le es dada la manifestación del espíritu para provecho porque a este es dada por el espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu, y a otro dones de sanidades por el mismo espíritu, a otro el hacer milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de espíritus, a otro diversos géneros de lenguas, y a otro interpretación de lenguas, pero todas estas cosas las hace uno y el mismo espíritu repartiendo a cada uno en particular como él quiere....”
Cuando el Apóstol Pablo habla aquí de 9 dones, no está siendo exhaustivo en la lista que él provee. Él simplemente está dando ejemplos de los diferentes dones que se pueden mover en la vida de la iglesia. Y como ustedes recordarán, yo he dicho en ocasiones inclusive que en la iglesia se muevan los dones de consejería. En este tiempo de la historia la humanidad necesita gente sobrenaturalmente dotada en el área de la consejería. Dios necesita maestros, Dios necesita gente que tenga una actitud de servicio y esos dones también el Apóstol los registra en la epístola a los _Romanos en el Capítulo 12. Dios necesita gente con dones de liderazgo, dones de finanzas, dones de planificación y pensamiento estratégico, dones inclusive yo diría para la política y para todo lo que tiene que ver con lo gubernamental. Nuestros países necesitan cristianos con sabiduría para el desarrollo de nuestras sociedades.
El Evangelio está por ejemplo en África corriendo en una manera extraordinaria. Mucha gente se está convirtiendo al Señor pero yo creo que todavía falta allí creyentes dotados con una dotación especial que permita a esos hombres y mujeres incursas, entrar en las áreas del gobierno, en las áreas del desarrollo, de la planificación gubernamental, de la economía, gente con, yo diría, con el don de ciencia, por ejemplo, el don de conocimiento específicamente, dotados con una mente estructural que pueda pensar en términos de desarrollo, que puedan pensar en formas organizadas para desarrollar las sociedades.
Yo creo que la iglesia necesita en este tiempo gente con el don de la organización, de pensar organizativamente porque los retos que tiene la iglesia en el siglo XXI son retos para organizarse, retos para dirigirse a una sociedad tremendamente desarrollada, racional, intelectual, gubernamentalmente, estructuralmente y el mundo allá afuera ha podido desarrollarse en una manera extraordinaria y Dios no quiere que su iglesia esté atrasada, todo lo contrario, yo creo que Dios le da a sus hijos el poder y la autoridad y la dotación de poder, que le permita hacer las cosas a un nivel mucho más alto que la que puede hacer el mundo.
¿Cuántos dicen amen a eso? Mientras yo veía a estos jóvenes aquí desarrollando sus dones, yo decía, guau, la calidad de esta música no es menor a la que se ve allá en el mundo secular. Y ciertamente nuestro hermano Adlan ejemplifica eso en una manera extraordinaria, porque Dios da dones, hermanos a su iglesia.
Lo que pasa es que la iglesia de Jesucristo muchas veces languidece en su capacidad para creerle a Dios y para abrirse como una esponja para recibir los dones del espíritu. Yo creo que si en la iglesia hubiera más soñadores y más visionarios, que le creyeran a Dios y que se pusieran a anhelar.
La palabra dice que anhelemos los mejores dones, ¿no? que deseemos los mejores dones. Yo creo que el problema con la iglesia es que no hay suficiente gente que anhele los dones de Dios. Claro, a veces deseamos los dones en una forma así general, oh, me gustaría ser maestro, o me gustaría ser esto, pero hay mucha poca gente que agonice delante de Dios y que pague el precio de buscar la dotación sobrenatural de Dios para que Dios los llene con un poder sobrenatural, y que se puedan mover en el plano sobrenatural.
Si lo hiciéramos más, si desde niños, si desde jóvenes comenzáramos a aclamar al Señor, si dedicáramos nuestros talentos al Señor, nuestros panes y peces al Señor, y dijéramos, “Padre, yo tengo aquí algo y es como un germen, es un embrión meramente pero te lo traigo a ti y te lo dedico a ti. Báñame con tu luz, báñame con tu dotación de poder. Yo me abro a la manifestación de tu espíritu en mi vida. Yo me he de mover en tu poder y te dedico esto a ti, y te serviré aquí y lo usará para tu gloria y no dejaré que nada contamine mi don y haré todo lo posible por desarrollarlo y lo voy a nutrir, y le voy a echar leña como se le echa leña a un fuego y mientras más leña yo le eche, más grande y más poderoso, y más abarcador, y más abrasador será mi don. Y siempre lo haré para darte la gloria a ti.”
Cuando uno comienza a vivir en esa manera, hermano, Dios comienza a hacer cosas poderosas en la vida de la iglesia. Yo creo que Dios tiene aquí dones que usted ni siquiera sabe todavía que los tiene. Dios tiene aquí capacidades y dotaciones de poder que muchos de ustedes los tienen allí simplemente como un bebé que usted no sabe que está dentro de usted, un embrión, y que si usted pone a buscar del Señor y si usted entiende que la vida cristiana es una vida que se mueve en el plano sobrenatural, Dios puede hacer lo que él quiera con cualquiera de ustedes.
A David lo sacó del anonimato, de entre la majada por allá de ovejas, cuidando ovejas, un muchacho que no tenía aparentemente nada sobrenatural que lo recomendará, nada extraordinario, pero el Señor vio su corazón y lo sacó y le dio dones de gobierno, dones de profecía, dones musicales, dones de diseño y de instrumentos, dones literarios. Escribió muchos de los salmos, porque David le creyó a Dios y porque se movió en el plano sobrenatural.
Yo creo que eso es importante, yo pensé en este momento mientras escuchaba a los hermanos aquí tocar, pensé en Daniel. Para que usted vea como, no voy a entrar hoy en el tercer don del cual hablar Primera de Corintios, que es el don de la fe, pero quiero que ustedes vean el don de Daniel como al Daniel dedicarle al Señor su vida, Dios lo dotó con una capacidad especial que pudo ser usada en una manera extraordinaria.
Ahí en el primer Capítulo del libro de Daniel vemos a Daniel transportado a Babilonia, un joven, no sabemos cuántos años tenía, quizás tenía 19, 20 años y el rey de Babilonia, muy sabio, muy sagaz toma a estos cautivos y escoge de ellos..... Él sabía que el pueblo judío había sido dotado con una capacidad especial, eran un pueblo sobresaliente y el rey de Babilonia muy sagazmente quiso escoger de entre esos cautivos, algunos de los más logrados, de los más prometedores y entrenarlos en su academia para la dirección de su país. Y él decidió ponerlos en lugares especiales.
Hoy en día, la iglesia necesita de igual manera reconocer cuáles son los talentos latentes que hay en medio del pueblo y le tenemos que pedir al Señor que nos de discernimiento para poder entrar en lo íntimo de las personas y antes de que sus dones sean manifestados, porque si no los reconocemos previamente no se manifestarán. Tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, ayúdanos a descubrir dónde están las dotaciones especiales, dónde están esos jóvenes que tu puedes usar en el futuro para hacer cosas grandes en medio de tu iglesia, dónde están las personas que tu puedes usar para responder a los retos del siglo XXI.’.
El rey de Babilonia escoge a un número de jóvenes y entre ellos está Daniel y varios de sus amigos más cercanos. Y dice la palabra aquí en el versículo 8 de Daniel 1, “.... que Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía, y pidió por tanto al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse....”
Lo primero que vemos aquí es que Daniel tiene pasión por Dios, Daniel es un joven que toma en serio su fe. Daniel tiene una idea muy clara de la realidad de Dios en su vida. Y si tu quieres que el don de Dios se manifieste con poder en tu vida y que Dios haga cosas grandes en tu vida, tu tienes que ser apasionado para con Dios, tu tienes que, sobretodo, ser muy celoso de la gloria de Dios. Tu tienes que saber que Dios no comparte su amor con nadie, que Dios es muy celoso, cuando él da un don y cuando él escoge un vaso, él quiere que ese vaso se use para su gloria y para su honra.
Y Daniel sabía que esa comida que se servía en los salones del rey era una comida que había sido previamente consagrada a los ídolos y Daniel en su conciencia no se sentía cómodo comiendo de esa comida, porque sentía que su vida era contaminada con la comida del rey.
Y yo creo que hay muchos hombres y mujeres que Dios quisiera usar en la iglesia hoy en día de maneras extraordinarias, pero como somos muy laxos y no tenemos ese sentido sobrenatural de la presencia de Dios, de un Dios celoso, un Dios puntilloso en sus tratos con nosotros, el don de Dios está diluido, el don de Dios está adormecido. No se puede manifestar con todo el poder que quiere.
Pero, cuando nosotros consagramos nuestras vidas al Señor, y yo creo que Dios le está hablando a nuestra iglesia, de que tenemos que consagrarnos al Señor en este tiempo. Dios quiere usar nuestra congregación más todavía para bendecir a las naciones. Dios quiere desarrollar los dones de nuestra juventud y de nuestros adultos, pero él necesita que nosotros entendamos que tenemos que ser un pueblo apartado para Dios, tenemos que honrar al Señor en una manera extraordinaria con nuestra consagración a él.
Daniel propuso no contaminarse con la comida del rey, ni con el vino que se bebía en el salón del rey y le pide al jefe de estos jóvenes, que ha sido asignado a velar por ellos, por su salud, su educación, su bienestar, le pide que no lo haga comer de esa comida, sino que simplemente le permita comer legumbres, una comida puramente vegetariana. Y el jefe de los eunucos toma temor porque si estos jóvenes se ven demacrados después de un tiempo, él va a sufrir las consecuencias porque van a pensar que no los está atendiendo bien.
Pero Daniel insiste y le dice, mira, hagamos el trato por un número de días, si al final de ese número de días nosotros no nos vemos saludables, pues, entonces, está bien, pero si estamos bien, entonces permítenos continuar. Y hacen el trato de esa manera.
Daniel era un hombre de fe. Daniel, de nuevo, eso es lo que.... moverse en el plano sobrenatural quiere decir, hermanos, que tu sabes que la suma de las cosas en Dios, la suma total es mayor que el número de los elementos que la componen.
En otras palabras, si tu pones esfuerzo en lo humano para hacer algo, para lograr algo recibes cierta cantidad de resultado. El hijo de Dios sabe que en el espíritu de Dios la misma cantidad de esfuerzo produce aún mayores resultados, porque el espíritu de Dios rinde las cosas.
Eso es lo que está detrás del diezmo, lo que está detrás de vivir en fe, toda es la idea de que con Dios todo lo que tu haces es duplicado, es multiplicado, es rendido a ciento y a sesenta y a mil por uno. Entonces, Daniel sabía que si Dios estaba con él lo que él comiera le iba a hacer mucho más provecho, e iba a ser bendecido porque él lo estaba haciendo en el Señor. Y eso es el don de fe.
Y eso es a lo que nosotros tenemos que tender cuando nosotros, por ejemplo, jóvenes cuando están en la escuela, si uno creyera, yo creo que según la medida de fe que uno tenga, y uno dice, ‘Señor, yo se que yo voy a adentrarme en estos estudios no con mi energía solamente, no con mi inteligencia, sino que es en el poder del Espíritu Santo.’
Y si tu te animas con fe, y tu pones tu parte y tu te esfuerzas y estudias y haces tu parte, y tu confías en el Señor, le dedicas al Señor tu intelecto y persistes y crees que Dios te está dotando de sabiduría para tener éxito, tu vas a descubrir que hay unos nutrientes que van a entrar en tu vida que te van a permitir hacer mucho mejor trabajo que si lo hicieras solamente en la carne. El problema de mucho de nosotros es eso, que emprendemos las tareas de la vida en nuestros trabajos, nuestros negocios, nuestros matrimonios, las situaciones de la vida con una actitud pusilánime, yo diría, simplemente no tenemos la suficiente toma de conciencia de lo que estoy haciendo, lo estoy haciendo en el nombre del Señor y con el poder del Espíritu Santo detrás de mi.
Recuerdan la historia de Pedro cuando el Señor le dice, ‘Pedro, echa tu red para pescar’, y Pedro le dice, ‘Señor, toda la noche estuvimos pescando en situaciones idóneas y no cogimos ni un solo pez’. Pero qué pasaba, la diferencia era que ahora Pedro estaba echando la red en el nombre del Señor. Y cuando Pedro echa la red en el nombre del Señor, ¿qué pasa? La red se llena de peces.
Cuando tu emprendas tu vida, cuando tu emprendas cualquier tarea de tu vida, empréndela en el nombre del Señor, empréndela en el poder del Espíritu Santo, di en el nombre de Jesús, yo me voy a lanzar a esto en el poder de Dios, y yo creo que Dios me va a bendecir, Dios me va a abrir pasos.
Yo desde niño he tenido esa fe siempre de que Dios iba a bendecir mis estudios y de que Dios me iba a sacar adelante en todo momento. Y en todos mis estudios siempre, aunque muchas veces no viví exactamente como Dios quería que yo viviera, pero Dios me dio una fe para creer que él podía bendecirme intelectualmente y siempre por la gloria del Señor manifestada en mi vida, para gloria de él, siempre me sacó adelante, siempre me permitió ser bendecido en mis estudios. Y desde niño yo he creído que Dios dota a sus hijos con un don especial. Dios le ha dado a cada uno de nosotros una aptitud que si nosotros nos movemos en el poder del Espíritu Santo y con una fe, una creencia de que lo que yo tengo no es mío, sino que es de Dios y si es de Dios tiene que ser absolutamente excelente. Y si nos movemos en esa actitud, eso atrae el don y el poder de Dios a nuestra vida.
Entonces, vemos aquí que Daniel le dice, yo voy a hacer las cosas en el espíritu y voy a pagar el precio y voy a correr riesgos. ¿Y cuál fue el resultado? Dice en el versículo 17, vamos al 15 primero porque hubo un resultado inmediato, dice que:
“.... al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey....”
Como Daniel le creyó a Dios, estuvo dispuesto a pagar el precio, tomó riesgos, testificó públicamente de su fe en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Dios lo honró, Dios lo bendijo.
Hermanos, nosotros tenemos como hijos de Dios que vivir nuestra vida de esa manera. Cuando nosotros vivimos nuestra vida continuamente ofreciéndosela al Señor, ofreciendo nuestros dones, nuestra vida al Señor, Dios comienza a enriquecernos, Dios comienza a bendecirnos. Es como que usted está tomando vitaminas continuamente y se va estableciendo un sedimento del poder de Dios en su vida, y lo que usted hace tiene más tracción, tiene más arrastre. Usted no entiende cómo, pero sus intervenciones, su conversación, sus aportaciones en su trabajo, sus relaciones humanas, los retos que usted confronta, su vida familiar, su vida emocional, todas estas cosas comienzan a experimentar un enriquecimiento y usted no sabe de dónde viene.
¿Sabe de dónde viene? Viene de esa tubería secreta que se ha conectado a su vida por la cual corre el agua del espíritu con sus nutrientes, es agua refrescante que le fortalece..... Trate de vivir su vida siempre a ese nivel en que Daniel la vivió, a un nivel de entrega al Señor, a un nivel de retar al mundo si es necesario porque Daniel retó al sistema babilónico. Pero usted sepa que militantemente usted es un hijo de Dios, siéntase orgulloso de pertenecer al Reino de Dios, siéntase que usted pertenece a una estirpe especial en el Reino de Dios.
Dios le dio al pueblo hebreo, y le ha dado todavía una dotación especial, porque donde está la bendición de Dios hay riqueza de todos los talentos. ¿Cómo un pueblo tan pequeñito como el pueblo judío ha tenido un impacto en la cultura humana muy, pero muy, muy por encima estadísticamente de su número. Además un pueblo que siempre ha tenido que ejercer sus dones a desventaja, perseguido, discriminado, a veces asesinado en formas masivas y sin embargo ese pueblo dondequiera, muchos de los grandes científicos de la humanidad, de los grandes músicos y escritores, muchos de los grandes economistas y banqueros vienen del pueblo judío.
El hombre secular no ha podido entender eso y siempre ha tratado de explicarlo en términos de una confabulación judía para poseer el mundo y de dramas siniestros de parte de los judíos. Pero lo que ellos tienen es simplemente la bendición de Dios, que a pesar de ser incrédulos, aún así el pacto que Dios hizo con Abraham, su padre, todavía lo sigue, la bendición de Dios lo sigue, y por eso son prosperados a dondequiera que van.
¿Saben qué? Ustedes, yo, pertenecemos al nuevo Israel, pertenecemos a la iglesia de Jesucristo y si el pacto primero fue un pacto de excelencia, cuánto más el pacto segundo, el nuevo pacto en Cristo Jesús. Si la sangre de esos machos cabríos y de esos animales pudo propiciarle a los hebreos una bendición tan extraordinaria a través de la historia, cuanto más la sangre de Jesús que corre espiritualmente en nuestra vida puede asegurarse de que nosotros seamos un pueblo de excelencia y de grandeza.
Hermanos, si no lo somos es por nuestra mala cabeza, no porque Dios haya acortado su brazo, o debilitado su mano. Dios tiene en ustedes todos los nutrientes para hacer una comunidad de excelencia. Yo estoy convencido de eso. Y si nosotros nos mantenemos en la vida de Dios y sus familias se mantienen en los caminos del Señor, sus hijos van a ser bendecidos grandemente, nuestra juventud va a ser una juventud exitosa, nuestra familia, nuestras finanzas, nuestra salud, nuestras emociones van a ser bendecidas porque Dios da sus dones a su pueblo y con el curso de los años uno ve la curva ascendente del pueblo de Dios.
Y dice finalmente que Dios le dio a Daniel, dice que a estos 4 muchachos, Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
Y en el versículo 20 dice que: “... en todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó los halló diez veces mejores que todo los magos y astrólogos que había en todo su reino....”
Ahí tiene usted el don de conocimiento y el don de sabiduría expresado. Usted ve Daniel pagó el precio, Daniel se atrevió a creerle a Dios. Daniel hubiera podido ser un joven exitoso, pudiera haber sacado su MBA, su maestría en Administración de Empresas y haber tenido un puesto bastante bueno en la administración babilónica, pero como consagró su vida al Señor y su don a Dios, Dios le dijo, ‘¿sabes qué? te voy a dar más, te voy a dar inteligencia y destreza profesional como no le voy a dar a ninguno de los demás. Y no solamente te voy a dar la ñapa, te voy a dar sabiduría en sueños, visiones, revelaciones...”
Porque cuando Dios da, hermanos, Dios da con creces. Esa es la diferencia. Dice la palabra que el hombre natural solo puede funcionar en el plano natural, pero el hombre espiritual puede funcionar en el plano espiritual y en el plano natural. Esa es la diferencia. Cuando el don de Dios está en ti, el don de Dios tiene una profundidad, una intensidad, una capacidad de alcance mucho mayor que cuando el don simplemente se mueve en el plano puramente natural. Esa es la diferencia.
Entonces en tu vida tu quieres dedicarle tu don al Señor. Si eres músico le dices, ‘Señor, mi música es para ti, para tu gloria, para tu honra, para que cuando yo toque la gente, más allá de las notas superficiales que pueda escuchar, haya un contenido espiritual entre las notas que penetre el alma, penetre el corazón, suscite en la gente deseo de buscarte, inquietud espiritual.’
Eso es, cuando David tocaba el corazón enardecido y endemoniado de Saúl era calmado, los demonios se sujetaban a la música que salía de las manos de David. Cuando el hijo de Dios aconseja hay una presencia de Dios implícita en su palabra que llega al corazón de la gente, la gente no sabe por qué pero recibe paz y recibe sanidad.
Cuando tu aconsejes, no aconsejes en la mera sabiduría humana, sino pídele al Señor, ‘Padre, que mis palabras sean como proyectiles dirigidos al espíritu de esta persona, que yo pueda discernir los secretos de su corazón y hablar aún a las cosas que ellos no han manifestado y que ni siquiera saben que están escondidas en su alma.’
Y cuando tu trabajes en cualquier cosa, administración o consejería en el mundo de servicio social, pídele al Señor que te use a ese nivel profundo y que tus intervenciones tengan poder para abrir el mar y para traer soluciones que a otros no se le ocurren en el plano meramente sobrenatural. Ese es el nivel de usar el don de Dios. Amen.
Así que vamos a ponernos de pie en esta tarde, vamos a pedirle al Señor que desate en nosotros esa conciencia sobrenatural, esa postura sobrenatural y que nosotros dediquemos nuestros dones al Señor, nuestra vida al Señor, que todo loq nosotros vivamos, lo vivamos en el plano sobrenatural y que le pidamos a Dios que nos de sabiduría para discernir las cosas en el espíritu.
Si tu tienes alguna necesidad en tu vida, si hay algún problema, alguna situación que te está retando en tu vida, vamos a pedirle al Señor que desate su don dentro de ti para responder a esa necesidad específica que hay en tu vida, que te de sabiduría, que te de conocimiento para ir a la raíz de las cosas. Y vamos a vivir creyendo que Dios tiene algo para mi vida, Dios tiene un don que me ha entregado y él quiere que yo lo use para su gloria.
Padre, en el nombre de Jesús te pedimos que nos des esa capacidad para creer que tuvo Daniel, esa capacidad para tomar riesgos, esa fe que hubo en él que le permitió aventurarse a tus manos y creer que tu eras poderoso para alimentarlo sobrenaturalmente y para darle energía y sabiduría sobrenatural.
Así pedimos, Señor, que en los asuntos de la vida, en los retos de la vida, en las cosas que nosotros queremos hacer y lograr en este mundo, que tu energía, tu poder estén moviéndose, Señor, y que tus dones sean multiplicados en nosotros, Padre, queremos ser un pueblo de poder, queremos ser un pueblo con una mente sobrenatural, una mente que se mueva en la dimensión del espíritu, de lo eterno, de lo sobrenatural, Señor.
Quítanos el velo, quítanos el velo de cotidianidad que nos cubre y hasnos gente apasionada por las cosas del espíritu, Señor, que nos movamos con la armadura del espíritu puesta sobre nosotros, con esa postura, Señor, de vigilancia, mirando siempre de dónde ha de venir tu gloria a nuestra vida.
Gracias por el día de hoy, gracias por todo lo que hemos escuchado, vivido, presenciado, participado y todo te lo consagramos a ti, Señor, y a ti exclusivamente damos la gloria y la honra, en el nombre de Jesús. Amen. Amen.
Les bendigo mis hermanos en el nombre de Cristo. Que la gracia y la paz del Señor sea con cada uno de ustedes.