TRANSCRIPT
Quiero ir con ustedes a la palabra del Señor en la Epístola a los Colosenses, el Capítulo 1 versículos 15 al 20.
Dice la palabra del Señor: “..él es la imagen del Dios invisible – refiriéndose evidentemente a Jesucristo - ... él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación porque en él, es decir en Jesucristo, fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades, todo fue creado por medio de él y para él. Y él, Jesús, es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”
Bendiga el Señor su santa palabra. Ustedes recordarán quizás algunos que tienen buena memoria que hace ya muchos meses atrás yo inicié una serie de mensajes que podríamos titular algo como ‘grandes verdades de la palabra de Dios’. Mi intención cuando inicié esa serie era y es todavía, exponer a mis hermanos a diferentes enseñanzas, diferente doctrinas o aspectos de la doctrina cristiana que son esenciales, yo creo, para una salud espiritual como iglesia y como individuos, como Dios la desea para nosotros. Hay verdades de la Escritura que no podemos ignorar que tenemos que abrazar y conocer y entender para ser cristianos saludables.
Y yo comencé con varias cosas, hablé por ejemplo acerca de la salvación por gracia y hablamos acerca del Dios que es un Dios de justicia y de amor y de misericordia pero que también es un Dios que condena a aquellos que no obedecen sus mandamiento y que no quiere en realidad, sino que todos procedan a salvación pero que también muchas veces se ve obligado a hacerlo a pesar de que su deseo es tener gracia para con todos.
Hablamos acerca de la necesidad de evangelizar el mundo porque solamente por medio de Jesucristo hay salvación para los hombres. Y luego yo entré la doctrina del Espíritu Santo y me di cuenta inmediatamente que había tanta enseñanza de importancia en esa área del Espíritu Santo, de los dones del espíritu, de la vida llena del espíritu, que me detuve allí y pasamos varios meses hablando acerca de la doctrina del Espíritu Santo con todas sus diferentes ramificaciones.
Y ahora quiero continuar con esa serie de mensajes, ya volviendo a un ritmo un poco menos intensivo, y quiero hablar en esta tarde de un tema que me tomaría en realidad, yo creo, hasta más tiempo inclusive de lo que me tomó la doctrina del Espíritu Santo y es la deidad de Jesucristo.
Cuando digo deidad me refiero a la divinidad de Jesús, su naturaleza divina, el hecho de que Jesucristo es Dios y esa doctrina se ha enseñado en la iglesia de Jesucristo a través de los siglos. La iglesia de Jesucristo la ha considerado una de las columnas, de los puntales de la doctrina cristiana y contra esa doctrina han arremetido muchas herejías y muchas falsas vertientes cristiana a través de los siglos, pero la iglesia siempre ha insistido en que la creencia en la divinidad de Jesús no es algo negociable.
Hay muchas cosas que podemos decir, bueno, cada cual allí en la Biblia hay para preferencias teológicas, ¿no? Por ejemplo, algunos creen que la gran tribulación va a ser después del anticristo, otros creen que va a ser antes del anticristo, o mejor dicho el rapto, perdón, que el rapto va a ser antes del anticristo o después del anticristo. Y hay buenos cristianos, muiy teológicamente fuertes que creen una cosa o que creen otra. Hay diferente ideas acerca del milenio también. Y hay diferentes matices, digamos, de estas doctrinas y yo creo que hay muchas cosas, nosotros podemos permitirnos cierta libertad, pero hay doctrinas que son absolutamente esenciales para la salud de la iglesia y la salud del cristiano, que es importante que nosotros seamos claros al respecto y que no haya duda ni titubeo acerca de ellas y la deidad de Jesucristo es una de esas doctrinas.
Yo creo que nadie podrá jamás hacerle plena justicia a algo tan misterioso como lo es la naturaleza de Jesucristo. El hecho de que Dios en toda su potencia y un hombre perfecto puedan cohabitar por así decirlo en el marco de una humanidad, de un cuerpo, eso jamás lo podremos entender, cómo Dios pudo encarnar en el vientre de una mujer y adquirir forma humana y habitar entre los hombres, no lo podemos entender. Cómo Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo constituyen no tres deidades, ni tres dioses, sino un solo Dios y sin embargo ser tres, digamos esencias que podemos reconocer en diferentes funciones, y sin embargo ser diferentes pero ser la misma cosa. El cerebro humano no se construyó para procesar misterios tan profundos. El problema no es Dios, el problema es la máquina que tenemos aquí, esta computadora no tiene suficiente poder para manejar esa verdad completamente.
Pero de todas maneras, Cristo es una realidad, habitó entre nosotros y Dios quiere que nos entendamos algo acerca de su Hijo y acerca de su naturaleza. Entonces la iglesia de Jesucristo no tiene otra opción que aunque sea torpemente, aunque sea ahí dando tumbones y a veces cometiendo errores, estoy seguro, tenemos que hablar acerca de eso, tenemos que enseñar acerca de ello.
Pero una cosa sí quiero que tengamos claro hermanos, es eso de que la doctrina de la divinidad de Jesús es absolutamente esencial para la salud de la iglesia de Jesucristo que es algo que nosotros jamás debemos negociar ni comprometer. Cualquier religión que se llame cristiana pero que ponga en tela de juicio la divinidad de Jesús ya debe ser sospechosa para nosotros porque esa es una enseñanza que la Escritura defiende en muchas diferentes maneras. De hecho la carta a los Colosenses fue escrita según los estudiosos de la Biblia específicamente para defender la doctrina de Cristo como Dios, como único, para defender una enseñanza, una herejía, una doctrina que estaba entrando a la iglesia de Colosas que disminuía la estatura de Cristo, que lo ponía como uno más entre otros dioses, que trataba de incluir otros rituales y otras creencias para como fortalecer un poco la persona de Jesús, y añadir otras cosas que complementaran la obra que Jesucristo hacía.
Y el Apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo cuando se le informó que esta iglesia en Colosas que iba también y que era una iglesia bendecida, estaba comenzando a tambalearse un poquito con respecto a la deidad de Jesucristo escribió esta carta, para declarar sin ambigüedades la verdadera naturaleza y la verdadera función de Jesús en el Reino de Dios, en la creación y con respecto a Dios mismo.
Y yo veo siempre que en la Escritura el Apóstol Pablo hizo eso en varias ocasiones. La epístola a los Gálatas, otra de las cartas del Nuevo Testamento fue escrita por el Apóstol Pablo por la misma razón, aunque en una situación diferente. La iglesia en Galacia estaba como aceptando enseñanzas de parte de grupos judíos cristianos que declaraban que para uno verdaderamente ser salvo no solamente tenía que creer en Cristo como el Hijo de Dios, el Mesías, sino que también tenía que guardar los ritos de la ley judía. Y entonces Pablo escribió esa carta a los Gálatas y dijo, ustedes están completos en Cristo Jesús, ustedes no necesitan los ritos de la ley para completar lo que Cristo hizo en la cruz, ustedes solamente necesitan creer por fe porque la salvación es por gracia, por la obra que Cristo llevó a cabo en la cruz del calvario y no es como que Cristo más obras van a serle salvo.
Ahora, después que uno es salvo Dios espera que haya obras de justicia en nuestra vida. ¿Entienden? Pero las obras no nos hacen salvos. Entonces, el Apóstol Pablo en algo tan sutil como eso, escribió toda una carta para defender el carácter salvífico de Cristo Jesús por sí solo.
Ve porque, hay algo que al Espíritu Santo no le gusta que la figura de Jesús sea en alguna manera disminuida o que en alguna manera venga a compartir su poder y su obra con otros elementos. Yo veo siempre en la Escritura exaltando y levantando el nombre de Jesús, poniéndolo en alto, declarando la excepcionalidad, la unicidad de Jesucristo y por eso Dios Padre, recordamos esta escena cuando el Señor es bautizado dice que se posó una paloma, es decir el Espíritu Santo en forma de paloma, sobre esa escena en ese momento y es interesante porque ahí tenemos una presentación de la Trinidad, el Espíritu Santo en forma de paloma, el Hijo siendo bautizado, y dice que se escuchó una voz del cielo. Ustedes recuerdan que decía, este es mi Hijo amado, a él oíd, en él tengo contentamiento, a él oíd. Entonces, ahí vemos el Padre dando testimonio del Hijo y el Espíritu Santo respaldando esa escena con su presencia.
Pero lo que me interesa de esa escena es el Padre señalando al Hijo y diciendo, hey, traten con él, él es quien tiene la preeminencia. Y el mismo Señor Jesucristo, él no titubeó en presentarse a sí mismo de esa manera. El único que tiene derecho a hablar de sí mismo como habló Jesucristo es él mismo. Porque el Señor Jesucristo habló de sí mismo en términos muy exclusivos.
Por ejemplo, él dijo, yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, si no es por mí. Y él dijo también, yo soy la luz del mundo, el que anda en mí no andará en tinieblas. Dijo, el que cree en mí, ríos de agua viva correrán de su interior.
¿Usted ve? Él siempre estuvo señalándose a sí mismo. ¿Por qué? No porque él tuviera algún tipo de orgullo personal en su persona, sino por él sabía clínicamente que la salud de los seres humanos, la salud de su iglesia depende de tener una relación adecuada con él, porque en él hay poder, en él hay virtud, en él hay vida.
Dice la palabra que Dios le asignó vida para que en Cristo Jesús haya vida. Él es el único que puede dar vida, Jesús. El único que tiene vida en sí mismo, y por eso al Señor señalarse a sí mismo, lo que está haciendo y diciendo, miren, yo soy esencial. En mí hay algo que ustedes no pueden encontrar en ninguna otra persona.
Ustedes recuerdan el diálogo con Nicodemo, el maestro de la religión farisea que se acercó a Jesús y el Señor le relató un evento del Antiguo Testamento cuando los israelitas fueron atacados por una plaga de serpientes venenosas en el desierto y muchos de ellos fueron picados por esas serpientes, se estaban muriendo, y Dios mandó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y que la pusiera en alto y que todos los que miraran a esa serpiente pudieran ser sanados. Y el Señor Jesucristo tomó esa escena de siglos atrás en la historia de Israel, y le dijo a Nicodemo, así como Moisés levantó la serpiente de bronce para que fueran sanados los israelitas, así también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado ante los hombres, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Lo que nosotros vemos a través de la Escritura, y por eso es que los teólogos de la iglesia, yo creo que fueron como arrinconados hacia la conclusión de que Jesucristo es Dios. Yo no creo que la iglesia, como han querido algunos críticos de la teología cristiana, yo no creo que la iglesia se planteó primero la divinidad de Jesucristo y entonces procedieron a justificarla usando las Escrituras y buscando versículos para justificar la divinidad de Jesucristo. Yo creo que fue todo lo contrario, la iglesia a fuerza de leer la Biblia, a fuerza de leer las Escrituras fue como poco a poco llevada a la conclusión de que Jesucristo es Dios. Porque hay muchos pasajes que no tenemos tiempo de analizarlos todos donde vemos claramente que esta idea que presenta Pablo aquí. Miren el versículo 15 que acabamos de leer del Capítulo de los Colosenses, “... él es la imagen del Dios invisible...”
Ese es uno de esos pasajes donde claramente declara la igualdad de Cristo con Dios.y yo voy a desempacar eso un poquito más, más adelante, pero vamos a buscar otros versículos porque quiero nada más hacer un recorrido bien breve acerca de diferentes versículos que nos hablan acerca de eso.
Ahí mismo en el Capítulo 2 de Colosenses versículo 9, dice, “... porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad...”
¿Qué está diciendo allí? Que todo lo que está en Dios, todo lo que contiene la personalidad de Dios, la esencia de Dios está ¿dónde? Está en Cristo. Entonces si todo lo que Dios es y tiene está en Cristo, ¿cuál es la conclusión entonces? Que él es Dios también, que él tiene la misma sustancia, la misma esencia que tiene Dios.
Vamos a Hebreos y como digo, son solamente unos cuantos de muchos diferentes, Capítulo 1 de Hebreos, en el versículo 3 hablando de Jesús. Dice en el versículo 2:
“... en estos postreros días Dios nos ha hablado por el Hijo a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo, el cual, dice, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia...”
Mire allí lo que dice, ¿no? Que Cristo es el resplandor de la gloria de Dios. En otras palabras, es como que Cristo encarna y refleja la gloria shekina de Dios, el poder, la majestad, la magnificencia, todo el poderío de Dios está proyectado en la persona de Jesucristo. Y él es la imagen misma de su sustancia. La palabra que usa el griego original es aikon que quiere decir, es una copia, una fotocopia de Dios. Hoy diríamos él es la fotocopia, así como mucha gente dice, ese bebé es la foto del papá, es la misma cara del papá, bueno, eso se puede decir de Jesucristo, él es la imagen misma de la sustancia de Dios, es decir, la esencia de Dios. ¿Cuál es la sustancia de Dios? Bueno, él es divino, él es todopoderoso, él es omnisciente, él es omnipresente, todas esas cosas son las sustancia de Dios, la esencia de Dios, se pueden aplicar a Cristo Jesús también.
Siga conmigo ahí mismo en el versículo 8 de Hebreos 1, hablando de la diferencia y Cristo y los ángeles, dice: “... más del Hijo Dios dice, tu trono oh Dios por el siglo del siglo....”
Que interesante, ¿no? Hablando acerca del Hijo, ¿cómo se refiere? Tu trono oh Dios por el siglo del siglo. En otras palabras, de nuevo ahí tenemos otra sugerencia muy fuerte acerca de la deidad de Jesucristo.
Mire otro más ahí mismo en el versículo 10, Hebreos 1:10, hablando de Cristo dice, “... tu, oh Señor, en el principio fundaste la tierra y los cielos son obra de tus manos....”
Ahora, qué dice, Génesis Capítulo 1, versículo 1, los eruditos aquí de la palabra, “... en el principio creó Dios los cielos y la tierra....”
¿Quién creó los cielos y la tierra? ¿Y qué creó Dios? Los cielos y la tierra, ¿verdad? Ahora, ¿y qué está diciendo aquí en este pasaje, según Hebreos Capítulo 10, quién fundó la tierra y los cielos que son obras de sus manos? El Hijo. Entonces qué tenemos que concluir, o se equivocó el escritor de Hebreos o de Génesis, uno de los dos, o es que está implicando que hay algo, hay una identidad entre el Hijo y el Padre que nos lleva lógica irremisiblemente nos arrastra a esa idea de que hay algo misteriosa, hay una misteriosa identidad entre el Hijo y el Padre.
La iglesia ha tenido que bregar con textos como estos a través de todos los siglos. Por ejemplo, otro pasaje cuando Cristo dice, “... antes que fuese Abraham, yo soy...”
Mire qué dije, no dice yo era, sino yo soy. ¿Qué quiere decir Jehová? Yo soy. ¿Y sabe lo que pasó cuando él dijo antes que fuera Abraham yo soy? ¿Qué hicieron los fariseos que estaban alrededor de él que conocían bien el texto bíblico? Le dijeron, ok, no hay problema. No, cogieron piedras para apedrearlo. ¿Por qué? Porque entendieron la intención de lo que él estaba diciendo, entendieron que él estaba equiparándose en ese momento a Dios y que él estaba diciendo, yo soy el que soy, yo soy Dios. y por eso quisieron apedrearlos.
Hay tantos versículos, Juan 1:16, “... en el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios ...”
Y podríamos pasar muchas horas mirando diferentes, un solo versículo en sí no constituye la doctrina de la deidad de Cristo, pero cuando usted los junta a todos, y cuando usted mira el lenguaje acumulativo de la Escritura con respecto a Jesús, el hecho de que él recibió adoración cuando solamente Dios, ni los ángeles reciben adoración. Cada vez en la Escritura que usted ve un ángel siendo adorado por una persona que se sorprende de ver una visión angelical, ¿qué le dicen los ángeles? No, adora a Dios, no nos adores a nosotros.
Cuando Tomás duda de Jesucristo y el Señor le dice, bueno, mira mete tu mano en mi costado, mira mis señales en las manos de la cruz, ¿qué hace Tomás? Dice, se hincó ante él y lo adoró. ¿Y sabe lo que dijo? Mi Señor y mi Dios. y el Señor no lo contradijo.
Es decir, que hay todo ese cúmulo de enseñanzas que nos van llevando a la conclusión inescapable de que algo misterioso hay. Yo nunca podré decirle a ustedes exactamente en qué consiste esa identidad entre Cristo y el Padre y el Espíritu Santo porque no hay palabras humanas, el lenguaje humano tampoco fue hecho para procesar cosas tan profundas. Pero nosotros obedientemente apuntamos hacia un misterio y decimos, no nos pregunten exactamente cuáles son los detalles de ese misterio pero lo que vemos es que hay una esencia divina que se manifiesta en un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo y la Biblia dice que no son tres dioses porque Dios es uno solo, y por lo tanto nuestra conclusión es de alguna manera misteriosa y rara y difícil de explicar, que Dios se manifiesta en tres personas y esas tres personas son un solo Dios. Y esa es la doctrina.
La Biblia es bien clara con respecto a eso, y dondequiera que hemos visto herejías y mala doctrina hemos visto la figura de Cristo siendo minimizada y siendo como puesta a un lado, y siendo cubierta con un follaje adicional a lo que debiera ser él solamente parado. Y es muy importante que nosotros nunca compartamos, hermanos, la persona de Jesús con ningún otro elemento en nuestra fe. Cristo debe estar, él es sui generis como dicen en la filosofía, él está en un género por sí solo. Y nosotros tenemos que darle a él un lugar muy, pero muy preferencial.
El diablo siempre querrá apartar a la iglesia sutilmente del enfoque en la deidad de Jesucristo y en su carácter único, y querrá añadir otros componentes, si no quitar a Cristo completamente de la película, querrá añadir otras cosas que lo vayan comprometiendo y disminuyendo en su función única. Y nosotros siempre tendremos que resistir eso y tendremos que tener una nariz bien afilada para detectar cualquier cosa que quiera cambiar esa función especial de Jesucristo.
En los principios mismos de la era cristiana surgió la doctrina gnóstica, el gnosticismo. Era una enseñanza que venía mezclada de Asia y de Grecia y el Mediterránea y que incluía un poquito de sazón a veces judaico y un poquito de filosofía meramente intelectual y mezclaba todas esas cosas y se desarrolló como un síndrome de doctrina que se llamó la doctrina gnóstica. Y esencialmente lo que doctrina gnóstica hacía era precisamente tratar de diluir la persona de Jesús, de convertirlo en un semi Dios, de añadir conocimiento, de donde viene la palabra gnóstico, de conocimiento y de tratar de proveer el conocimiento como la manera de alcanzar a Dios.
Y la inmediatamente se paró contra esa doctrina, peleó contra ella porque fue una doctrina muy fuerte que casi arropa a la iglesia cristiana y la doctrina de la deidad de Cristo y de ahí salió la enseñanza codificada para el resto de la historia de parte de la iglesia cristiana de que Jesucristo es Dios. Y eso es uno de los distintivos de la iglesia cristiana.
Como ustedes saben hay diferentes grupos hoy en día en el mundo que, gente muy sincera, muy noble y a mí hasta me da pena a veces hablar de estas cosas porque suena como que uno le está tirando insultos a gente de fe, pero yo creo que siempre tenemos que ser claros, respetamos diferentes doctrinas, pero digamos por ejemplo, los Testigos de Jehová, una de las razones por las cuales el resto del cristianismo tiene serias diferencias con los Testigos de Jehová, y mire que hay mucha gente sana, hay mucha gente noble y seria. Yo he conocido alguno de ellos y yo me sorprende muchas veces la entrega de esa gente al Señor, pero la razón por la cual la gran mayoría del cristianismo, no recibe a los Testigos de Jehová como miembros de la iglesia de Jesucristo en su diversidad es porque los Testigos de Jehová no reconocen la deidad de Jesucristo. Ellos creen que Jesucristo es la criatura más exaltada que Dios ha creado, pero es una creación, tiene fecha de creación y de ahí en adelante pues es eterno, pero lo que la Biblia nos enseña es que él existe antes del tiempo, o más allá del tiempo, más allá del espacio, y por eso cuando él dijo, antes que Abraham fuese yo soy, estaba aludiendo a su eternidad.
Cristo encarnó en María pero lo que Cristo es, existía mucho antes de María. Por eso tampoco con resto digo esto, nosotros no creemos como dicen los hermanos católicos que María es la madre de Dios, no, ella es la madre de Cristo en su encarnación humana, pero Dios no tiene madre, Dios es, suena raro hasta decirlo, Dios es nuestro padre y nuestra madre. Dios es Dios, Dios es eterno. No me salió bien eso.
María fue usada como la matriz que le asignara a Dios una naturaleza humana pero ella no fue su madre, sino que todo lo contrario, Dios la creó a ella también y antes de que María fuese, Jesucristo era.
Entonces lo que tenemos que entender es que Jesucristo no conoce de tiempo, no conoce de espacio, no conoce de comienzos. Él es eterno. Y nosotros tenemos que verlo a él en esa manera y tenemos que verlo como Señor de todas las cosas.
Ahora, aquí en este pasaje, en Colosenses, Pablo establece tres maneras en que la deidad de Jesucristo se manifiesta, con respecto al Padre, con respecto a la creación, y con respecto a la iglesia.
Miren primero, él es la imagen del Dios invisible. En otras palabras, hemos dicho eso, que Jesucristo es un reflejo perfecto de la presencia de Dios. En otro pasaje, en Juan, Capítulo 14 el Señor Jesucristo dice, ‘el que me ha visto a mí, ha visto al padre’. En otras palabras, no es que Jesucristo fuera la reflexión física del Padre, pero el que ve a Cristo en su capacidad milagrosa, el que ve a Cristo en su carácter perfecto, el que lo ve en su comportamiento impecable, el que lo ve en su dominio sobre los demonios, el que lo ve en su capacidad para obrar milagros, el que lo ve en su capacidad para resistir la tribulación, el rechazo de los hombres, la soledad, la lucha de su humanidad con su deidad, el que lo ve resistir la tentación directa de Satanás en la lucha en el desierto, el que ve su amor por una samaritana o por un saqueo, el que ve la perfección de Jesús en su comportamiento está viendo la belleza y el carácter del Padre, los atributos del Padre.
Entonces en ese sentido Cristo refleja. Él es la imagen, él es la estampa, él es la esencia del Padre manifestándose y en ese sentido, con respecto al Padre, él es lo mismo que el Padre. Ahora, con respecto a la creación dice el Apóstol Pablo, “... porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra....”
En otras palabras, de nuevo la misma cosa, Dios creó los cielos y la tierra. Aquí se refleja claramente que Cristo estuvo presente y estuvo involucrado en el acto de la creación. Él es creador junto con el Padre, junto con el Espíritu Santo él está involucrado en la creación también. Es decir, que él está por encima de todas las cosas creadas.
Y el Apóstol Pablo añade aquí, “... sean visibles o invisibles...”
En otras palabras, hermanos, no solamente lo material fue creado por Cristo sino también aún lo espiritual, por eso el Apóstol Pablo también en Filipenses Capítulo 2 dice que un día toda rodilla de lo que está en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, él tiene un nombre que es sobre todo nombre, sobre todo lo que existe, y Pablo añade, sean principados, sean potestades, sean autoridades, sea lo que sea. Misteriosamente Cristo es creador de los ángeles, los arcángeles, los querubines y aún, no entendemos cómo, pero esos espíritus malignos que son el origen de la maldad en el universidad están creados.
La iglesia cree que son espíritus angelicales que se rebelaron contra Dios y que Dios entonces los arrojó de su presencia y son lo que llamamos demonios, hoy en día, ángeles caídos. Pero aún esos poderes, aún el mismo Satanás, Lucifer, la criatura más exaltada que Dios creó que se rebeló contra Dios, todos esos principados, todas esas potestades, todos esos espíritus fueron creados por Jesucristo y eso es muy importante por eso nos dice a nosotros que si él los creó él está por encima de ellos. Él es poderoso sobre ellos, él tiene autoridad sobre ellos. No hay poder en esta tierra que pueda resistir el nombre de Jesús. Y por eso cuando nosotros batallamos contra principados, contra potestades en nuestras vidas. Nosotros podemos relacionarnos con ellos desde una perspectiva de autoridad y de confianza porque ellos están bajo Cristo Jesús, están bajo el señorío de Cristo, él los ha creado, y nosotros gozamos de la autoridad de Cristo y por lo tanto nosotros podemos ejercer en el nombre de Jesús autoridad sobre los principados y las potestades.
Esta mañana yo oraba con una hermana de la congregación y ella me hablaba precisamente acerca de su lucha con espíritus que ha tenido en el pasado y es larga la historia pero mi consejo para ella fue, hermana, usted al ser una hija de Dios y al tener el espíritu de Cristo en su vida, usted no tiene que estar atormentada ni perseguida por espíritus malignos, usted tiene autoridad sobre ellos. Use esa autoridad. Y oramos allí por ella y yo confío en el nombre del Señor que allí quedó neutralizado todo ataque del enemigo, porque la iglesia de Jesucristo tiene la autoridad que Cristo tiene sobre los demonios, porque él es el creador de todo lo que existe.
Y dice aquí que todo fue creado por medio de él y para él y él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten.
Eso quiere decir, hermanos, que el universo está sostenido por Cristo Jesús. Si los átomos de la materia misma se mantienen ordenados para producir una silla o un cuerpo o una puesta de sol o la onda de sonido que llega a tus oídos en términos de música o lo que sea, si las células de tu cuerpo están saludables y si tu sistema nervioso o tu sistema cardíaco funcionan adecuadamente es porque todo eso está subsistiendo en Cristo Jesús. Cristo es el elemento unificador de todo lo que existe.
Toda la creación se mantiene en orden porque el Señor es, porque el Señor vive. Y el Apóstol Juan cuando escribió en Juan 1:1 acerca de que en el principio era el verbo, usando la palabra logos, estaba tomando prestada una palabra de la filosofía griega, platónica donde los griegos creían que el logos era... ellos no creían en Cristo, no creían en el Dios que nosotros conocemos, pero Dios le dio suficiente iluminación a esta cultura para entender que había un principio que regía el universo, había algo, había una fuerza que le daba coherencia a todo lo que existía. Era como el eje de una rueda y todo giraba alrededor de ese eje. Y ellos entendía que si el universo tenía significado era porque había algo, una deidad, un Dios, un principio regidor, algo de coherencia que le impartía orden al universo y a ese principio ordenador ellos llamaron logos.
Entonces el Apóstol Juan atentando, tratando de explicar lo que Jesús era, tomó ese concepto de la filosofía griega y dijo, en el principio era el logos, y el logos era con Dios y el logos era Dios, refiriéndose a Jesucristo.
Y ahora Pablo aquí en este pasaje dirigido por el Espíritu Santo dice lo mismo, él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él, en el logos, en el principio ordenador, en el principio sustentador, en Cristo subsisten.
Yo me pregunto, ¿si la Biblia no quisiera sugerir la deidad de Jesucristo hubiera usando un lenguaje tan exaltado, hubiera usado un lenguaje que nos obliga casi a asumir la deidad de Jesucristo? Yo creo que Dios es mucho mejor maestro que eso. él hubiera tomado otro vocablo o vocabulario menos exaltado para referirse a su Hijo, sin embargo el Espíritu Santo una y otra vez usa un lenguaje que solo conviene a Dios mismo, a la deidad. Y por eso nosotros tenemos que siempre defender y apoyarnos en ese principio de la deidad de Jesucristo.
Entonces tenemos, Cristo Dios con respecto al Padre, Cristo Dios con respecto a la creación, y mire lo que dice con respecto a la iglesia, versículo 18 y con esto ya vamos terminando:
“... y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia...”
Cristo, la cabeza que fale, la cabeza de la iglesia. y nosotros somos el cuerpo. Sabe usted, hermano, la palabra visualiza a la iglesia como un cuerpo. Aquí estamos muchos diferentes cuerpos, pero místicamente, espiritualmente nosotros estamos unidos en un solo cuerpo. Y cuando la iglesia se mueve y se mueve en el espíritu, la iglesia se mueve como un cuerpo, y la iglesia inicia cosas y hace decisiones y mueve cosas y lleva a cabo programas, y ejecuta una cantidad de cosas, pero todo eso requiere que esté sometido bajo la dirección de Cristo Jesús, que haya un dirección, una coherencia que imparte Cristo Jesús y esa es una implicación bien importante y es que nosotros siempre tenemos que ir a Cristo para todas nuestras iniciativas.
La iglesia de Jesucristo tiene que siempre buscar el modelo que Cristo establece. ¿Qué haría Cristo? ¿Qué desea Cristo? ¿Qué desea el espíritu de Cristo? ¿Estamos nosotros ministrando y sirviendo conforme al espíritu de Jesucristo? ¿Está la iglesia manifestando el amor de Cristo? ¿Está la iglesia manifestando el poder de Cristo? ¿Está la iglesia viviendo conforme a la palabra de Jesucristo?
NO es conforme a los modelos del mundo, no es conforme al estilo del siglo XXI con su insistencia sobre el mercadeo y satisfacer las necesidades de la gente, etc. No, siempre nuestro modelo para hacer la iglesia es Cristo Jesús, su carácter, sus enseñanzas, y sabia es la iglesia que se fundamenta en Jesucristo. Por eso esta palabra es tan importante, que nosotros en esta tarde renovemos nuestra conciencia sobre Cristo Jesús, que sepamos que todo lo demás es totalmente secundario.
Voy a pedirle a los músicos que pasen por acá. Y que recordemos siempre eso, nosotros estamos fundamentados en la deidad de Jesucristo. Cualquier otra creencia que te aparte de eso, tu tienes que volver de nuevo a fundamentarte en Jesús, por la mañana tu tienes que enfocar la persona de Jesucristo y recordar, yo estoy atado a él, yo estoy vinculado a él, yo estoy arraigado en él.
El Señor Jesucristo dijo, porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí permanece llevará mucho fruto. El que se separa de mí se seca y hay que sacarlo y echarlo como ramas que se han desgajado del árbol y ya no tienen vida. Nosotros tenemos que reconocer que en Cristo Jesús hay algo místico, hay un poder sobrenatural, hay una naturaleza única y en oración nosotros tenemos que ir y vincularnos con la persona de Jesús.
No es tanto que leamos acerca de Jesucristo, no es tanto que estemos en un ambiente donde se menciona a Jesús. Hay algo que nosotros tenemos que como un enfermo que necesita cada día una dosis de medicina, tenemos que volver a inyectarnos la energía que solo viene de Cristo Jesús, permanecer centrados en él, permanecer en su naturaleza divina y recordar que Dios lo ha hecho a él Señor y rey y fuente de toda vida para su iglesia.
En esta tarde vamos a ponernos de pie un momento y vamos a reconocer esa deidad de Jesús, el señorío de Cristo en nuestras vidas, vamos a señalar a Cristo, vamos a levantarlo en esta tarde en una sociedad que en muchas ocasiones ha tratado de minimizar el nombre de Jesús y de quitarle a la iglesia su dependencia de Cristo y de poner a la iglesia a depender de programas, o de plantas física, o teología o lo que sea. Nosotros en esta tarde vamos a declarar que nosotros dependemos de la energía que sale de la persona y del nombre de Jesucristo.
¡Aleluya! Y que somos una iglesia anclada en Jesús.