Tiene la iglesia lo que se requiere?

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Les invito a ir hermanos, a Lucas, Capítulo 13, comenzando con el versículo 10. No sé cuántos han tenido ocasión alguna vez de leer o meditar sobre la figura de esta mujer encorvada. El Señor Jesucristo le ministró muchas veces a mujeres, la mujer con el flujo de sangre, la mujer samaritana, las sanó, sanó a sus hijos, por ejemplo la viuda de Naín que resucitó a su hijo y muchos milagros que hizo y hay figuras inolvidables en la Escritura. Esta mujer encorvada a la cual el Señor sana es uno de esos personajes muy interesantes.

Y quiero compartir con ustedes desde el versículo 10, Capítulo 13, Lucas, dice: “... enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo y había allí una mujer que desde hacía 18 años tenía espíritu de enfermedad y andaba encorvada. Y en ninguna manera se podía enderezar. Y cuando Jesús la vio la llamó y le dijo, ‘mujer, eres libre de tu enfermedad’. Y puso las manos sobre ella y ella se enderezó luego –es decir, inmediatamente- fue sanada. Pero el principal de la sinagoga enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente, ‘seis días hay en que se debe trabajar, en estos pues venid y sed sanados y no en el día de reposo’. Entonces el Señor le respondió y dijo, ‘hipócrita, cada uno de vosotros no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber y a esta hija de Abraham que Satanás había atado 18 años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?’ Al decir él estas cosas se avergonzaban todos sus adversarios, pero todo el pueblo de regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.”

Bendiga el Señor su santa palabra. Qué hermoso pasaje de la Escritura. Hemos estado hablando, hermanos, en los últimos meses como ustedes bien ya saben de la necesidad y en un sentido la obligación de ser llenos del Espíritu Santo. Hemos demostrado por qué es imprescindible que vivamos y nos movamos en la vida cristiana en ese poder y esa llenura del Espíritu Santo. Yo me he tomado este tiempo porque quiero, como he dicho antes, sellar a esta congregación sobre el hecho de que Dios quiere que vivamos vidas abundantes, vidas llenas del Espíritu Santo, que no vivamos simplemente con el carro casi en e ahí casi tosiendo para llegar a los sitios, sino que vivamos una vida plenamente llenos del poder de Dios.

En los sermones anteriores hemos visto que muchos creyentes como la samaritana, por ejemplo, fue creo que la última vez que prediqué sobre el bautismo del Espíritu Santo y la vida llena del Espíritu Santo, muchos creyentes como la mujer samaritana, entran en el Evangelio, están en la fe, pero frecuentemente no han cambiado su mentalidad, su visión no cambia a una visión sobrenatural, siguen conjugando y procesando los eventos y los aspectos de la vida religiosa racionalmente. Pero la Biblia nos llama a renovar nuestra mente, nos llama a mirar la vida a través de los ojos espirituales, nos llama a procesar los eventos de la vida desde una perspectiva sobrenatural. Dios quiere que nosotros seamo seres sobrenaturales, que sepamos movernos cómodamente en la zona del espíritu y cuando tengamos problemas, necesidades, dificultades, enfermedades, triunfos en la vida, que no los miremos simplemente de la perspectiva meramente humana, natural, sino que siempre podamos hacer la conexión de estas cosas que estamos viviendo en el tiempo y el espacio con aspectos del espíritu que nuestra mente pueda procesar la vida en una forma espiritual.

Por eso es que tenemos que renovar nuestra mente, no podemos simplemente vivir la vida cristiana con los lentes naturales. Nosotros no somos gente natural. La Biblia habla del hombre natural y del hombre o la mujer espiritual. Nosotros tenemos que aprender a mirar con una mente renovada, esa mente que dice el Apóstol Pablo en Romanos 12, no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. El cristiano natural, el cristiano que viene a la iglesia, tiene como una capa sutil de religiosidad pero no ... la visión sobrenatural no ha penetrado en su vida, no puede entrar en el pleno uso de la herencia que Dios le ha legado como hijo de Dios.

Muchos cristianos vivimos como pordioseros, mendigos cuando Dios nos ha hecho ricos en Cristo Jesús. Amen. Por eso el Apóstol Pablo dice que ora para que Dios nos de espíritu de sabiduría y de entendimiento para que seamos capaces de entender todo lo que Dios nos ha entregado. Cuan grande es la riqueza de la herencia que nosotros tenemos en Cristo Jesús y cuan grande es el poder que Dios ha hecho habitar en nosotros, dice que es como el poder que levantó a Cristo de los muertos.

Y tu tienes ese poder como hijo de Dios dentro de ti, y es importante que tu aprendas a usar ese poder y a saber cómo usarlo adecuadamente. Hemos visto que Dios quiere que haya una transformación de la mente, que cambiemos a una mentalidad de poder y de misterio para poder vivir esa vida efectiva que Dios quiere que vivamos.

Jesús le dijo a sus discípulos, recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. No podemos hacer en este mundo como cristianos si no tenemos ese poder de Dios. Siempre que él envió a sus discípulos los envió con una dotación de poder y les dio poder para tener autoridad sobre los demonios, sobre las enfermedades, sobre los problemas de la vida.

Una persona llena del Espíritu Santo es una persona de poder y de autoridad y esa autoridad viene como resultado de la abundancia, de la gracia del Señor dentro de nosotros. Siempre que hay llenura del Espíritu Santo va a haber manifestaciones de poder. Una persona que está llena del Espíritu Santo va a ser una persona usada por Dios, va a ser imposible que una persona que tenga el poder de Dios de él o de ella, sea inútil. Dondequiera que esa persona vaya Dios lo va a poder usar en alguna manera, pero tenemos que estar llenos del poder de Dios.

Por eso es que tenemos que promover en el pueblo de Dios la formación de esa mentalidad sobrenatural que lo incline a buscar la acumulación de ese poder y autoridad en la experiencia cristiana y que prepare al hijo de Dios para recibir y reconocer ese poder. Dondequiera que yo voy, hermanos, me doy cuenta que esa es una de las cosas que les falta a muchos cristianos en esta época, donde Dios quiere hacer grandes cosas, Dios quiere hacer proezas y vivimos en un mundo que está atado y cerrado y no vamos a resolver los problemas de este mundo con simplemente sermones y apologética y muchos programas y muchas cosas, se necesita algo más poderoso para romper los muros de Jericó.

Dice la palabra que Jericó estaba cerrada, bien cerrada, era una ciudad blindada completamente, unos muros que dicen algunos que eran como de 14 pies de ancho, podían correr 2 carros con caballos encima de esos muros y una altura increíble. Y ahí estaban los judíos, pequeñitos y tenían que penetrar en esa ciudad y Dios les dio una estrategia de poder y esos muros cayeron porque el pueblo de Dios tenía la estrategia de Dios, tenía el poder de Dios.

Esta sociedad está cerrada, bien cerrada como los muros de Jericó, y necesita la liberación que solo Dios puede darle, necesita algo más que simplemente fuerza humana y eso viene con el poder de Dios.

Ahora, este texto ejemplifica para mí muy claramente toda esta dinámica de poder de la cual yo estoy hablando. Y ¿por qué es importante que nosotros seamos una iglesia poderosa? Este texto me muestra a mí dos iglesias. Usted sabe que hemos estado hablando últimamente acerca de la mentalidad religiosa y la mentalidad espiritual. Usted no sé si recuerdan ese sermón que usamos a la samaritana como ejemplo. La samaritana tenía un grado de religión, ella conocía la historia de su religión, conocía los lugares sagrados de su fe samaritana, pero no tenía una fe vibrante, no había tenido un encuentro real con el Cristo de poder. Y ella no entendía muchas cosas porque estaba ciega y necesitó que Cristo la libertara y le diera un conocimiento de lo que verdaderamente es la vida espiritual. Y por eso el Señor le dijo que los que adoran al Señor en espíritu y en verdad, esos son los que Dios quiere que lo adoren verdaderamente.

Y aquí en este pasaje yo veo en una manera muy elocuente dos tipos de iglesia, una iglesia donde está el poder de Dios y que por lo tanto es efectiva y hace lo que tiene que hacer, y una iglesia enclenque, una iglesia débil, una iglesia que no tiene lo que se requiere en el momento de la necesidad.

Ahora yo voy a mostrarles cómo yo veo eso, pero vayamos al pasaje mismo. Vemos aquí al Señor Jesucristo en una sinagoga y dice el escritor Lucas que estaba allí en el día de reposo y eso es muy importante, muy significativo, el hecho de que era en el día de reposo. Porque se supone que en el día de reposo según los fariseos con su religión muy estricta y muy rígida, no se podían hacer ningún tipo de obras de trabajo, no se podía trabajar en ninguna manera. Los fariseos eran muy, pero enfermizamente estrictos con respecto al día de reposo.

Y el Señor estaba allí como hoy, un domingo por ejemplo, predicando la palabra de Dios en una sinagoga y dice que, yo me imagino al Señor mientras predicaba, había una mujer ahí en la sinagoga que estaba totalmente encorvada. Y yo me imagino que mientras el Señor predicaba de vez en cuando sus ojos iban hacia ella. Yo sospecho que esta mujer quizás ni se podía sentar porque su condición encorvada era tan extrema que posiblemente ella ni podía hacer eso. y me imagino que quizás estaba en una esquina parada avergonzada y el Señor estaba predicando.

Les voy a pedir que los hermanos allá arriba si me pueden guardar orden, escucho alguien, a veces no saben que hay gente aquí que está y que se escuchan sus voces. Gracias.

Pues, sí, hermanos, y yo me imagino que el Señor estaba molesto porque esta mujer representaba algo que era contrario a lo que él adoraba, que era la vida y la calidad de vida de una persona. Y yo pienso que él tomó notas mentales acerca de esta mujer mientras predicaba y que desde que terminó su sermón, él bajó de la plataforma y se acercó a ella.

Dice la Biblia aquí claramente que ella no le pidió a él que la sanara sino que él fue a donde ella. Y eso me impacta a mí acerca de Jesucristo, el hecho de que el amor de Jesús es tan grande, donde hay necesidad ahí él afluye. Y el Señor tocó a esta mujer con su poder y ella fue sanada.

Pero vamos un poquito hacia atrás, antes de entrar en el análisis de lo que él hizo. Mire algo bien interesante, yo les he hablado acerca de la importancia del poder en la vida cristiana, de la necesidad de estar llenos del Espíritu Santo, pero siempre me ha intrigado en este pasaje que el Señor no estaba allí para sanar a nadie necesariamente, él estaba allí para dar enseñanza. Dice que Jesús enseñaba en la sinagoga. Y yo digo que es importante que nosotros entendamos que nosotros no tenemos que estar obsesionados con los milagros. Los milagros son importantes y el poder es importante, pero más importante que el poder es nosotros tener conocimiento de la palabra del Señor y conocer cómo tener acceso al poder de Dios a través de su palabra.

El Señor no tenía un ministerio de sanidad, entiendan esto, el Señor tenía un ministerio de enseñanza de la palabra de Dios y en el curso de enseñar su compasión, su amor, su misericordia, se extendía en obras de sanidad también. Pero ¿saben por qué yo digo eso? Porque es una manera de corregir a veces los excesos que vemos en el mundo carismático pentecostal que le da importancia a las obras de poder, que muchas veces como que nos enfocamos demasiado en los milagros. Y a veces nos olvidamos que hay cosas que son más importantes que los milagros, como lo es conocer la palabra del Señor, como lo es tener un carácter cristiano que sea como el carácter de Jesucristo. Es importante vivir una vida cristiana balanceada, que balanceemos el poder y el hambre de poder y deseo de ver la gloria de Dios también, con un deseo de que nuestra vida refleje el carácter de Jesucristo.

Por eso yo enfatizo siempre que una congregación balanceada y un cristiano balanceado es un cristiano que conoce toda la palabra de Dios, que conoce el llamado a vivir una vida ética, una vida moral, una vida de buenas relaciones humanas con los demás, de actos de misericordia, de compasión, de tolerancia, que nosotros trabajemos mucho, hermanos, también en el pulimento de nuestro carácter, que nuestra vida está en conformidad con la palabra del Señor. Eso es bien, bien importante.

Mire, hermanas, pueden sentarse aquí adelante. Vengan por aquí, vengan aquí y siéntense aquí. El ojo siempre del pastor por aquí viendo a los.... pasen hermanas, tomen asiento aquí adelante y gracias a los hujieres también por ayudarles, vinieron juntas, quiero que se sienten juntas.

Pues, sí, hermanos, muy importante que nuestras vidas reflejen ese carácter de Jesús. Porque mire, nosotros podremos hacer muchos milagros y muchas cosas pero a la larga si nosotros no vivimos una vida que refleje el carácter de Cristo, vamos a estar cojeando y muchas veces el enemigo puede hacer estragos en nuestra vida. Yo veo que el Señor Jesucristo siempre quería enseñar a la gente y su corazón era un corazón de amor, y entonces cuando había necesidad él se extendía a ello, pero yo creo que muchas veces hay ministerios que se caracterizan tanto por los milagros y por los hechos de poder, pero no hay la palabra de instrucción que la gente necesita muchas veces y a veces hasta hay doctrina mala, doctrina que es confusa y entonces no representamos bien el Evangelio y no hay la credibilidad suficiente para que la gente pueda creer en los supuestos milagros que ven.

Ahora, un pueblo que está viviendo en el orden Dios y un pueblo que está viviendo en la palabra de Dios es un pueblo que va a ser bendecido grandemente. Yo creo que lo más importante es eso, que nosotros estemos llenos del Espíritu Santo y entonces cualquiera que sea la necesidad que encontremos en el camino vamos a poder resolverla. Si alguien necesita consuelo vamos a darle consuelo porque tenemos palabra de consuelo, si alguien necesita instrucción y un consejo para la vida práctica, esa palabra de Dios va a fluir de nosotros también. Y si alguien necesita un par de dólares porque necesita comer algo pues también de nuestro bolsillo va a salir esa obra de bendición. Y si alguien necesita una oración por sanidad, le damos esa oración y lo bendecimos en el nombre del Señor. ¿Por qué? Porque el hijo de Dios está preparado para toda situación. Cuando usted está lleno del Espíritu Santo usted es una fuente de poder y ese poder asume cualquier forma que sea necesaria.

Lo que se necesite usted se lo podrá dar a la gente, eso era lo que caracterizaba al Señor Jesucristo. En uno de sus milagros lo vemos predicándole a la multitud todo el día, pasa el día y llega la noche y los discípulos le dicen a Jesucristo, ‘Señor, despídelos porque ya se hizo noche y mándalos a que compren comida donde puedan’, y el Señor les dice ‘no, denle ustedes de comer’. El corazón del Señor tenía compasión en ese momento. Les dio la comida espiritual, la enseñanza bíblica pero también había otra necesidad física de comida, también el Señor tenía poder y multiplicó los panes y los peces y le dio de comer a toda la multitud.

¿Usted ve, hermano? Ese es el balance que a mí me encanta de Jesús, compasión, amor, conocimiento de la palabra de Dios y unción cuando era necesaria también. No nos enfoquemos solamente en una cosa, sino en la totalidad de la revelación de Dios. el Señor estaba enseñando en la sinagoga, de momento su ojo enfoca a una mujer necesitada. Esta mujer no necesita enseñanza, aunque que quizás la necesitaba hasta cierto punto, no necesitaba comida, no necesitaba quizás compañía en ese momento, necesitaba un milagro de sanidad y eso fue lo que el Señor le dio a ella. Entonces, ese balance para mí eso es una comunidad poderosa, no es una comunidad solamente milagros, milagros, milagros, sino que es una comunidad que tiene toda la unción de Dios en todas las dimensiones.

Ahora miremos el milagro que el Señor hace. Esta mujer dice que su condición era extremada, la palabra que se usa en el griego original es ‘suncuopto’ que se traduce en el español encorvada, y el prefijo ‘sun’ lo que quiere decir es como junto. Esta mujer estaba junta en sí misma, estaba tan doblada que estaba como encorvada sobre sí misma, era una cosa totalmente, estaba inclinada desde la nuca hacia abajo y tenía 18 años en esa condición. Y yo me imagino esa pobre mujer viniendo a esa sinagoga año tras año con su vergüenza caminando por las calles de la ciudad y la gente la miraba con pena, quizás hasta asco, horror hasta cierto punto, era un espectáculo humano esta pobre mujer. Y venía a esa congregación y nadie se dio cuenta, ni ella misma quizás, que lo que ella tenía quizás fue a donde un quiropráctico y le dijeron, bueno sus vértebras están un poco débiles y usted tiene falta de calcio y le dio unas pastillas de calcio. Pero ¿sabe cuál era el problema en este caso de esta mujer? Había un espíritu demoníaco en ella.

Fíjese lo que dice aquí la palabra, es bien clara, dice que tenía espíritu de enfermedad. Y en el ministerio de Jesucristo en ocasiones vemos gente que tiene por ejemplo espíritu de sordomudo, o espíritu de mudez, y en este caso esta mujer tenía un espíritu que se manifestaba en una encorvadura severísima. El origen de esa enfermedad en particular de ella, no todas las enfermedades evidentemente son de origen demoníaco sabemos eso, pero esa mujer su origen fundamental era, había un espíritu.

Y yo me pregunto, hermanos, no le da a usted curiosidad qué hacía este espíritu allí metido y por qué se manifestó y qué es un espíritu maligno. Hay espíritus que tienen una naturaleza dañina, destructiva y cuando contagian a una persona, la contagian con su maldad, la contagian con su especialidad, por así decirlo, demoníaca. Y este espíritu al pegarse a esta mujer encorvó su cuerpo. Y yo creo que su placer era mantener a esta hija de Dios totalmente imposibilitada y carente de su humanidad como Dios la había diseñado, porque los espíritus solo saben matar, robar y destruir y ahí estaba sin embargo el Señor de vida, el Señor que había venido para que la humanidad tuviera y tenga vida abundante.

Y se dio ahí una lucha de poder en ese momento y el Señor se acercó a esta mujer, le impuso manos y dice que inmediatamente la mujer fue enderezada. Yo le decía a los hermanos de esta mañana que hay algunos videos que yo quiero ver cuando ellos vayan al cielo y uno de ellos es esta mujer cuando se enderezó completamente, qué espectáculo habrá sido ese, ¿verdad? La gente la había visto todos los días entrar a la sinagoga y de momento esta mujer quizás medía con su encorvadura tres pies con cuatro y de momento la gente se dio cuenta, oye, pero es una mujer altísima, mide 5 con 8 ó 6 pies o lo que sea, porque pudo regresar a su estatura normal. Su cuerpo regresó a funcionar como Dios lo había diseñado.

Mientras tanto el diablo la tenía encorvada, atada, sin poder gozar de la vida, sin poder mirar hacia el cielo. Sabe, yo creo que por eso era claramente algo demoníaco. Para mí esta mujer representa la humanidad en su condición caída. ¿Sabe cómo viven los hombres? Así mismo encorvados sin poder mirar hacia el cielo, mirando siempre a la tierra, mirando siempre al tiempo y el espacio, mirando siempre a las circunstancias, mirando siempre a la materia, mirando siempre a su condición y su situación y el diablo tiene su mente cegada de manera que no pueden mirar hacia Dios y decir, Padre, sálvame, sáname, límpiame, rompe mis ataduras. El diablo quiere que nuestra mirada siempre esté como la de esta mujer, mirando hacia el piso y lo que el diablo quiere es humillar a la gente, robarle su dignidad, robarle su humanidad, hacerlos un espectáculo ante los demás.

Cristo ha venido para deshacer las obras del diablo. cristo ha venido para libertar al cautivo. Cristo ha venido para enderezar a los encorvados. Cristo ha venido para que el diablo sepa que ya tiene noticias de desalojar la casa en el nombre de Jesús. Este mundo está ocupado actualmente por poderes demoníacos. Satanás es el príncipe de este mundo y él ha tomado autoridad donde no tiene que tener autoridad y el Reino de los Cielos ha venido para notificarle a los demonios que ya no tiene poder sobre la humanidad legalmente hablando.

Ahora, todo aquel que se acoge al gobierno del Reino de los Cielos es un ciudadano que tiene poder y autoridad sobre los demonios. Y tu no tienes que vivir tu vida atormentado, tu no tienes que vivir tu vida atado, tu no tienes que vivir tu vida encarcelado, tu no tienes que vivir tu vida bajo ningún tipo de yugo porque el Señor ha quebrado los yugos.

Y esta mujer necesitaba una liberación que solo Cristo le puede dar. Y a mí lo que me impacta es esto, hermanos, por eso yo digo, el contraste entre una iglesia impotente y una iglesia de poder. Mire, esta mujer había estado en esa sinagoga todos esos años como yo decía, nunca nadie se había dado cuenta del origen de su enfermedad, nunca nada había sucedido allí que mostrara que era un espíritu demoníaco lo que estaba metido en esa mujer, no había habido poder para libertarla de su atadura. Y así hay tanto cristiano y tanta iglesia donde no tenemos el poder para libertar vidas, para regenerar a la gente, para que haya cambios. La gente viene a las iglesias y muchos estamos atados y luchando con tantas cosas y no hay el poder para libertar a la gente.

Por eso yo les digo, hermanos, tenemos que buscar más y más como iglesia el poder de Dios. No podemos conformarnos con servicios bonitos, con gente muy bien perfumada y con buena pintura en las paredes y mucho aparato y mucha buena música, si el poder de Dios no está con nosotros, de nada sirven ninguna de esas cosas. Tenemos que pedirle al Señor, Señor úngenos más cada día, llénanos más con el Espíritu Santo. Esa es la gran hambre en este tiempo de mi vida. No queremos seguir jugando a la iglesia, ya de eso estamos hartos, hermanos, nosotros necesitamos ir más y más al poder de Dios, queremos vidas vitales. Y si en tu vida tu no estás experimentando esa llenura del Espíritu Santo, si tu vida no refleja, hermano, hermana, esa plenitud, esa efectividad del Hijo de Dios, te animo, sigue buscando más, no te conformes donde estás. Estudia la palabra del Señor, ora, ayuna, conságrate más al Señor, pégate a gente ungida, dedícale más tiempo al Señor, métete en un ayuno y dile al Señor, no te voy a dejar hasta que no me bendigas, como le dijo Jacob al ángel. No nos conformemos con religión, no nos conformemos con simplemente venir a la iglesia, no nos conformemos con decir, oh, yo soy evangélico. No, yo quiero vivir una vida vital, una vida llena del Espíritu Santo, una vida que rebose de gozo, una vida que pueda entender los misterios del Evangelio. La iglesia evangélica en Estados Unidos yen todo occidente, porque en muchos otros países Dios está haciendo cosas interesantes en África, en Asia, en Latinoamérica, hay mucha gente, hay mucho pueblo que conoce el poder de Dios. Tienen sus propias fallas pero conocen por lo menos del poder sobrenatural de Dios hasta cierto punto. En todo occidente se necesita conocer más del poder Dios, hay que estar predicando el Evangelio de poder. ¿Por qué? Porque hay iglesias que están vacías, están débiles, no hay autoridad contra los poderes del diablo y viene la gente atada y asimismo siguen sus vidas. Yo creo que cuando hay un ambiente de poder los demonios tienen que revelarse, tienen que salir a la luz para ser reprendidos y ser echados fuera.

El domingo pasado en el servicio de oración que tuvimos en la tarde, a las 4 comenzaron a las 6 yo tuve ocasión de orar por una hermana, viene aquí a la iglesia, es nueva en la congregación y ahí cuando estábamos orando con ella, porque estuvo un tiempo precioso, hermanos, eso fue la gloria de Dios el domingo pasado y ahí había una señora y yo me acerqué simplemente para orar por ella porque estaba con otra hermana de la congregación y no la reconocí y esa hermana en el momento que orábamos por ella cayó al piso y había estado sintiendo un dolor de cabeza bien fuerte y una de las cosas que sucede cuando hay un ambiente de poder como el que había aquí en el tiempo de oración, el poder del enemigo se manifiesta en síntomas físicos en la gente. Yo he oído de gente que siente ira, siente deseos de huir de la iglesia, siente deseos de atacar al pastor, sienten odio, cantidad de cosas, no son ellos, es el espíritu que está dentro de ellos que se siente incómodo por el ambiente de poder donde están. Y esa mujer se levantó liberada de donde estaba porque había unción en ese ambiente, había el poder de Dios. y por eso yo digo, Señor ayúdanos a cultivar más y más el poder de Dios, por eso es que nuestros servicios en todo lo posible tienen que incluir bastante oración.

Esta mañana comenzamos el servicio en oración. Estuvimos unos 15, 20 minutos orando y alabando libremente y cuando comenzó la alabanza se sentía el ambiente lleno del poder de Dios. Tuvimos un servicio precioso como en esta tarde también. ¿Por qué? Porque hay que tomarse tiempo, porque nosotros los cristianos conjugamos los procesos espirituales en una manera diferente a como lo hace el mundo. Usted puede cumplir todo el programa que se propuso y no pasar nada porque eso no era lo que Dios quería. Dios quería que el pueblo hiciera otra cosa, pero como no discernimos lo que Dios quería, pues, completamos el programa pero no se da la liberación que Dios quiere en nuestras vidas.

¿Qué queremos? ¿Llenar el programa o hacer las cosas como Dios quiere que se hagan? Yo creo que lo segundo, ¿verdad? Y entonces es por eso que la iglesia, nosotros tenemos que ir cada vez más y más madurando como pueblo de Dios. el show cristiano tenemos que ponerlo a un lado. La gente viene aquí muchas veces a un teatro, la gente va a la iglesia a veces para ver una presentación. No, venimos aquí a hacer guerra espiritual, venimos aquí a ser liberados, venimos aquí a sudar, venimos aquí a echar lágrimas, venimos aquí a gritar si tenemos que hacerlo, a reírnos si tenemos que hacerlo, a saltar, a levantar manos, a hacer la obra de Dios aquí a favor de esta ciudad que necesita liberación.

Y por eso es que cuando salimos de aquí si hemos adorado al Señor como es debido, salimos nutridos, listos para confrontar lo que venga a nuestra vida. Esta sinagoga no tenía ese poder excepto ahora que Cristo estaba en medio de ella. 18 años esta mujer encorvada, un minuto ante la presencia de Jesús y quedó liberada completamente. Ese demonio se vio obligado a huir. Y tenemos que pedirle al Señor, Padre, no queremos ser la sinagoga, queremos ser la iglesia de Jesucristo con Cristo en el centro, Cristo haciendo sus obras de poder, Cristo llevando a cabo sus labores.

Y es importante que veamos eso, hermanos, el mundo como esta mujer encorvada que es una imagen del mundo caído, el mundo oprimido por el diablo, el mundo distorsionado por el enemigo, ese mundo necesita gente con la unción de Dios que impongan manos, que oren por ellos, le digan, estás sano en el nombre de Jesús. Y por eso esa iglesia necesita ser levantada por el Señor.

Yo tuve un sueño que compartí con los hermanos esta mañana hace unos meses atrás, y no creo que lo he compartido aquí tampoco. Hace unos meses de esos sueños que yo he tenido a través de mi vida que me han dejado intrigado, me han dejado con una carga en mi espíritu sabiendo que he recibido algo de parte de Dios. En ese sueño yo vi a un arquero, un hombre con un arco, un guerrero tomar un arco en su mano y tomar una flecha, tirar del arco y lanzar una flecha a través de un campo que estaba frente a mí. Yo podía ver el campo y podía ver en un extremo a este hombre, un guerrero vestido de guerrero con ese arco, y él cogió la flecha y la lanzó al espacio. Y esa flecha viajó a través de ese campo, muy largo el viaje y yo sabía en mi espíritu que ese arquero era un personaje demoníaco, era un representante del infierno y que esa flecha que él estaba lanzando al aire estaba lanzándose para demarcar territorio, para marcar el territorio que pertenecía a Satanás, al reino del infierno. Y esa flecha cayó, por esas cosas de los símbolos de los sueños, es como que en un extremo estaba este arquero y en el otro extremo estaba el patio de mi casa. Y era como que el patio de mi casa tenía una valla alta y la flecha cayó a unos cuantos pies del patio de mi casa. Y yo sabía que en el sueño me estaban diciendo, todo ese territorio que ha viajado esa flecha hasta donde aterrizó, eso pertenece a Satanás, pertenece al infierno, y ese territorio no se supone que tu lo toques.

Cuando esa flecha aterrizó cerca de la valla esta de mi patio, no era una flecha ya más, era una lanza como de 8 pies de altura dorada, muy ornamentada, porque el diablo es muy elegante, para que ustedes lo sepan, es un reino de poder, es un general maligno, psicopático, pero es un general pero tiene mucho poder y mucha dignidad maligna. Y cuando esa lanza bien ornamentada y bien poderosa cayó, yo podía ver a través de los ojos en mi sueño, podía ver el hueco que hizo, la grama se abrió, y podía ver la tierra que se abría con los pedazos de grama donde aterrizó esa lanza, pegada así.

Y yo tomé la lanza con mi mano, la arranqué de la tierra y la entré en el patio de mi casa y la acosté encima en una señal de desafío y de no reconocer el reto que se me estaba tirando. Porque yo entendía que si yo acogía lo que se me estaba diciendo, era una derrota implícita. Y hermanos, Satanás no tiene poder, Satanás no tiene el derecho, no tiene la legitimidad para ocupar el mundo. Él quiere hacernos creer que nosotros somos impotentes contra su poder, y si nosotros nos dejamos amedrentar él va a hacer lo que le de la gana en el mundo.

Ahora, en un momento dado yo pude ver como desde una altura, en ese campo que había sido demarcado por esa flecha que había viajado, vi escenas de gente que estaban caminando y entraban como en una pelea que había entre demonios mismos, y esa gente como que caía en esa lucha y los demonios en su propia pelea entre ellos mismos, le hacían daño a esta persona que había caído en esa dinámica maligna. Y yo en mi sueño pensaba, mataron a esa persona porque era tan grande el ultraje que experimentaba esa gente que parecería como que no iban a sobrevivir, pero no, salían de la lucha maltrechos y tambaleándose como borrachos y continuaban caminando. Y vi

eso como dos o tres veces en sucesión rápida en el sueño.

Y yo entendí en el sueño que se me estaba dando una imagen acerca de Satanás demarcando territorio y diciendo, este territorio es mío. Ahí no debe entrar la iglesia, ahí solamente entre yo, y ese es mí territorio y si usted entra en ese territorio, sepa que va a estar haciendo guerra conmigo.

Y así hay gente en este mundo, como esas personas que yo vis en el sueño, maltratadas por el diablo, en este mundo dominado por Satanás lo que tenemos es eso: gente bajo el yugo del pecado, gente deformada, gente que están siendo distorsionados y neurotizados por el poder del enemigo y solamente una iglesia poderosa, solamente una iglesia ungida va a poder hacer guerra efectiva contra los poderes del diablo. Ese reino de Satanás no es un reino cualquiera, hermanos, y cuando nos enfrentamos a ese reino tenemos que saber que vamos a entrar en lucha, que tenemos que tener toda la unción de Dios.

El Señor Jesucristo dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id y predicad el Evangelio. No podemos ir contra esa fuerza enemigo si no tenemos la unción de Dios y no estamos bien protegidos, porque es una lucha encarnada, hermanos, y el más bonito va a recibir unos cuantos cantazos, como decimos por ahí, en esa lucha.

Ahora, el Señor Jesucristo dijo, nadie puede saquear la casa de un hombre fuerte si antes no lo ata. Y solamente después de haberlo atado puede saquear su casa. Satanás está ocupando, el hombre fuerte de este país y de este mundo se llama Satanás y necesita una iglesia poderosa, una iglesia llena de la sabiduría de Dios, una iglesia con la estrategia de Dios, una iglesia ungida con el Espíritu Santo que pueda arrebatarle almas como esta mujer encorvada.

Quiera el Señor, hermanos, que nosotros entendamos esto. Dios quiere levantar una iglesia apostólica. Le voy a pedir que los músicos pasen por aquí por favor. Dios quiere levantar una iglesia apostólica. Dios quiere levantar una iglesia llena del Espíritu Santo. En este tiempo de la historia las cosas se van a poner cada vez peores. No se van a poner mejores, vamos a necesitar más que nunca el poder de Dios. Los hombres van a estar más y más maltratados por el enemigo, va a haber más luchas espirituales, va a haber más necesidades que nunca, va a haber más enfermedades que nunca y solamente un pueblo que conozca cómo hacer guerra en el nombre del Señor Jesucristo podrá ser efectivo.

Y yo pido que el Señor levante hombres y mujeres apostólicos, hombres y mujeres ungidos, hombres y mujeres conocedores de la palabra de Dios, hombres y mujeres que caminen en santidad y que caminen conforme a los mandamientos del Señor, para que Dios pueda hacer la obra que quiere hacer en nuestras vidas.

Yo le pido al Señor que nuestra iglesia pueda llegar a esa altura, pueda llegar a ese poder, que no haya mujeres encorvadas, ni hombres encorvados en nuestra congregación siendo oprimidos por el diablo, que haya siempre una visión de rayos X que pueda ver lo que está detrás e ir directamente al corazón de la necesidad, una iglesia capaz de hacer señales, prodigios, milagros y que esté deseosa y hambrienta buscando más del poder de Dios en nuestras vidas.

Hermanos, ¿les gustaría ser usted parte de ese nuevo ejército que Dios está levantando? Amen. Yo quiero ser parte de esa iglesia. No queremos una iglesia de programa, no queremos una iglesia rutinaria, no queremos una iglesia de espectáculo, no queremos ni siquiera una iglesia superficial que solamente esté detrás de los milagros, saltando de un sitio para otro, queremos una iglesia sobria, una iglesia madura, una iglesia anclada en el poder y la palabra de Dios, una iglesia de obras, de poder y de misericordia, una iglesia que ejemplifique el carácter de Jesús. Y tenemos que estar pegados a Cristo, pegados a Cristo, pegaditos a él como dice.

Es así de esa manera solamente que vamos a recibir lo que necesitamos. Yo quiero retarte en el nombre del Señor en esta tarde a hacer un pacto de nuevo de que tu no vas a ser un cristiano mediocre, cuando tu veas la oportunidad de estudiar la palabra del Señor, siempre tenemos aquí cursos y programas de discipulado para nuestros hijos, para los adultos, para los jóvenes. Yo les animo a registrarse para esas enseñanzas, son tan necesarias. No se puede tener poder sin conocer la palabra del Señor.

Cuando hay tiempos de oración, hermanos, mire, el domingo yo estaba cansado, bien cansado como Jericó en este caso, y teníamos este servicio a las 6 de la tarde y la verdad es que yo les digo, yo no estaba tan contento de tener que comenzar el servicio a las 6, pero ¿saben qué? Cuando terminó como a las ocho y media yo me sentía como si el poder de Dios hubiera descendido completamente sobre mí, me alegré tanto de estar allí en ese tiempo de oración. Era día de las madres, yo sé para muchos de ustedes irse a la casa y volver otra vez pero nosotros tenemos que hacer un voto de querer buscar más de la unción del Señor. Hay que pagar un precio. No podemos solamente vivir del domingo. El domingo está bien, y quiero que vengan siempre los domingos, pero hay otras ocasiones que usted puede buscar el poder de Dios en su vida y en su propia casa también, saque tiempo para orar, saque tiempo para bendecir su casa, saque para atar al hombre fuerte que quiere meterse ahí en esa casa y hacer estragos en ella. Y decirle al diablo, por aquí tu no vas a pasar porque mi familia está cubierta con la sangre de Jesús.

Se me ocurre ahora mismo esa imagen, hermanos, y creo que el Señor la pone en mi corazón. Recuerdan ustedes cuando Dios mandó el ángel de la muerte en Egipto a matar a todos los primogénitos, ¿qué le dijo a los judíos que hicieran? Que cogieran un cordero, símbolo del cordero inmolado que iba a ser Cristo Jesús y que pintaran el dintel de su casa, es decir la puerta de su casa con la sangre del cordero. Y cuando el ángel de la muerte pasara por los vecindarios ahí en esos vecindarios vivían judíos y egipcios, gente que conocía del poder de Dios y gente que estaba completamente ignorante del poder de Dios. Cuando el ángel de la muerte pasaba a matar a los primogénitos, si veía la sangre en el dintel de la puerta, él pasaba de largo y esa familia era libertada.

Nosotros tenemos que escribir la sangre de Jesús en nuestras puertas, pero no escribirla como un talismán, escribirla como oración, escribirla con declaraciones de poder, escribirla con alabanza, pintar la sangre del cordero de Dios con una vida atraiga la presencia del Espíritu Santo. Nuestra familia necesita sanidad, hay mucha lucha hoy en día, hay mucha opresión en los hogares, hay un enemigo que quiere matar, robar y destruir y que dice, este mundo me pertenece a mí, este vecindario me pertenece a mí, este edificio me pertenece a mí, esta familia me pertenece a mí y usted tiene que tener poder y sabiduría para decirle, mentirosos, esta familia pertenece a Jesucristo propiedad del Reino de Dios.

¿Cómo vamos, hermanos, a obtener ese poder? Es a través de una búsqueda del poder de Dios. el poder de Dios no se adquiere por inercia, no se adquiere simplemente por accidente, hay que buscarlo, hay que clamar al Señor, hay que pagar el precio, hay que ayunar, orar, adorar, leer la palabra, congregarse, tenemos que estar, ya los tiempos no son para estar jugando a la iglesia, los tiempos son serios. Son tiempos malos y hay que fortalecerse y hay que establecer la presencia del Espíritu Santo en nuestras iglesias, trabajos, vecindarios, edificios, escuelas.

Cuando tu vayas a la escuela, tu lugar de trabajo, di aquí entra el Reino de Dios conmigo y yo bendigo este lugar, y yo lo pongo bajo la autoridad del Reino de Dios. si nosotros hiciéramos eso en nuestros vecindarios, hermanos, si en cada calle hubiera alguien clamando y diciendo, Señor, esta calle yo la entrego al Reino de Dios y yo ordeno que el orden de Dios entre en esta calle. Y si hay desorden, si hay gritos, si hay lucha, poco a poco esa calle se va a ir ordenando y va estar tomando el orden del Reino de Dios. Porque, hermanos, nosotros tenemos el poder, el diablo no tiene el poder. El poder lo tiene la iglesia de Jesucristo, todo poder le ha sido dado a la iglesia, hermanos.

Vamos a llenarnos de ese poder de Dios, vamos a clamar al Señor, vamos a pedirle al Señor que descienda sobre nuestras vidas. Oh en el nombre de Jesús. No desperdiciemos la unción que Dios ha hecho depositarse sobre nosotros.

Dile al diablo ahora mismo, tu no te vas a salir con la tuya en mi vida, ese problema que yo estoy peleando, yo lo voy a vencer en el nombre de Jesús, no más depresión, esa enfermedad se va a sanar en el nombre de Cristo, esa carencia económica va a ser reemplazada con provisión de parte de Dios, esa depresión se va, esa ansiedad se somete al orden de Dios, esos temores, esas dudas, esos pecados se sujetan a la palabra del Señor, al poder de Dios. ese titubeo, lo someto a la palabra, a la autoridad del Señor.

Vamos a clamar, vamos a usar ese poder que hay en nuestras vidas. Tómate un momento allí y llénate del espíritu del Señor de nuevo, dile al Espíritu Santo, te recibo, recibo tu poder, recibo tu unción, recibo tu llenura, doble porción del Espíritu Santo en esta tarde para tu pueblo, Señor en el nombre de Jesús, llena, llena a tus hijos ahora con el poder de Dios. Renueva las mentes, Señor, abre el entendimiento, Padre, quita el velo.

Lord take away the veil of ignorance and misunderstanding and make us whole, give us your power.

Danos tu poder, Señor, haznos un pueblo poderoso, haznos un pueblo lleno del Espíritu Santo. Derrama tu unción ahora, Padre, que salgamos de aquí refrescados, que salgamos de aquí con nuestras baterías llenas del poder de Dios, que salgamos de aquí con nuevas fuerzas, oh Dios, nuevo ánimo, nuevo gozo. Oh Señor que el viento de tu espíritu se lleve toda la maldad del enemigo, todos los cuervos que el diablo trata de traer a nuestras vidas, los reprendemos y los echamos fuera en esta tarde, y nos llenamos del Espíritu Santo.

Recibo espíritu fresco del Señor en esta tarde, frescura del Señor, la brisa del Señor sopla sobre tu vida, hermano, hermana, nuevas fuerzas, nueva visión, renovación del poder de Dios. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor.