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Ahora vamos a estudiar algo de la palabra del Señor y vamos a continuar con el tema que inicié el domingo pasado sobre la autoridad. Quiero invitarles a buscar en el libro de Romanos, o la Carta a los Romanos en el Capítulo 13, de nuevo, siempre hay tantos textos, hay tantos pasajes que podríamos usar para fundamentarnos en lo que queremos tratar que podría escoger varios, pero este es un pasaje muy apropiado y el Señor puso este pasaje en mi corazón.
Como ustedes recuerdan, y para los hermanos que están visitando hoy o que no estuvieron el domingo pasado, yo emprendí este sermón porque está vinculado con el sermón del domingo antes, es decir, hace dos domingos atrás, prediqué sobre la obediencia como una protección para el pueblo de Dios, ser obedientes al Padre, ser obedientes a la palabra del Señor.
Decíamos que la obediencia no es sustituto, o mejor dicho, la adoración no es sustituto para la obediencia. Es bueno adorar al Señor, es bueno darle al Señor, pero obedecer es mejor que sacrificios, dice la palabra de Dios. y cuando obedecemos los mandamientos de la palabra del Señor, cuando nos ceñimos a los principios de la palabra de Dios todos esos mandamientos hermosos y principios que contiene la Biblia, tenemos vidas bendecidas, prosperadas, tenemos la cobertura, la protección de Dios sobre nuestras vidas.
Y de ahí se me quedaron una cantidad de cosas de ese sermón que prediqué sobre la obediencia, y me llevó hacia el concepto de autoridad, de obedecer también la autoridad. Pero me estoy refiriendo sobre todo a la autoridad humana, a la autoridad gubernamental, la autoridad eclesiástica, la autoridad de los padres, esa autoridad humana bajo la cual nosotros también, como cristianos, se supone que caminemos.
Y yo decía que caminar bajo autoridad es algo precioso, es algo que embellece, no empobrece. Yo creo que en el siglo moderno, en el tiempo moderno, como decía también el domingo pasado, para mucha gente el estar sujeto a la autoridad es casi como humillante. Mucha gente concibe el respetar a la autoridad, y sujetarse a la autoridad como un empobrecimiento de la dignidad de uno. En el siglo moderno se enfatiza más el cuestionar la autoridad, el no confiar en las autoridades, el demandar siempre, deme cuentas de todo, la postura inicial de la gente, o de mucha gente en nuestro tiempo, no quiero generalizar demasiado, de la cultura moderna es más bien cuestionar la autoridad y como que la gente mira la autoridad con sospecha. Las instituciones las miramos con sospecha, mucha gente no quiere saber de la religión, dicen, yo me sujeto a Dios pero no me sujeto a ninguna iglesia, no me sujeto a ningún pastor, no me sujeto a ninguna denominación y eso no es bíblico.
Yo sé que ha habido muchos abusos de la autoridad y los hay, pero no podemos irnos al otro extremo tampoco porque al hacer esto estamos en conflicto con principios muy fundamentales, tanto del universo mismo como de la vida espiritual, del mundo espiritual. Y por eso es tan importante que los hijos de Dios aprendamos a vivir en una postura de respeto a la autoridad humana, porque evidentemente bajo Dios tenemos que siempre vivir bajo su autoridad. Pero hay más eso todavía.
Ahora, yo he dicho también que así como hablo de sujetarnos a la autoridad las autoridades también debemos aprender a manejar la autoridad en una forma Cristo-céntrica, no podemos abusar de nuestra autoridad, no podemos servirnos de los demás y nuestra autoridad Dios nos la da para que seamos siervos más bien, para que pensemos en el bienestar de aquellos sobre los cuales ejercemos autoridad. Por eso la autoridad siempre deberá ejercerse con un espíritu de mansedumbre y de servicio y de consideración y respeto a aquellos sobre los cuales nosotros ejercemos autoridad.
¿Cuántos pueden decir amen a eso? Es decir, que tanto el que está bajo autoridad debe sujetarse a la autoridad como el que está en autoridad, debe ceñirse a los principios del Evangelio de Jesucristo que Cristo era un líder que también era siervo.
En inglés se habla de servant leadership, de liderazgo de siervos, o liderazgo de servicio, la persona que es líder es ante todo un siervo, una persona que sirve a los demás, y eso hace entonces que la gente pueda sujetarse a la autoridad con mucha más facilidad, con mucha más buena voluntad porque sabe que no va a ser abusado, no va a ser oprimido, no va a ser explotado y eso es valedero para cualquier ámbito donde se ejerce autoridad, sea la iglesia, sea un trabajo, sea la autoridad civil gubernamental, lo que sea, siempre esos principios de sujeción a autoridad y de autoridad usada en una forma adecuada.
Y estoy, ante ni siquiera de meterme en el texto, pero me viene a la mente acerca de eso, el pasaje donde, por eso les digo que hay tantos hermosos pasajes en la Escritura acerca de autoridad. Cuando los discípulos, los hijos de Sebedeo se acercan a Jesús con su mamá para pedirle que cuando el Señor esté en su gloria uno se siente a la derecha de él y otro se siente a la izquierda, vienen a pedirle como un favor político a Jesucristo. Señor, cuando tu ya estés allá en tu reino, pues por qué no nos permites a nosotros ser tu vicepresidente y tu co-director o lo que sea, querían, y trataron como de hacer eso encubiertamente para que los otros discípulos no se dieran cuenta. Los otros discípulos se dieron cuenta y se enojaron con estos dos porque seguramente ellos también querían lo mismo. Había un corazón como de mandar, de ejercer autoridad, pero no había un corazón de humildad y de sencillez.
El Señor intuyó esa carnalidad que había en ellos de querer ejercer autoridad espiritual de una manera como carnal y humana. Entonces el Señor les dijo a los que le estaban pidiendo ese favor, les dijo, bueno, primeramente eso no me es a mí el concedérselo a ustedes, eso le pertenece al Padre. Yo no tengo esa... fíjese eso, el Hijo dice, eso que ustedes me están pidiendo no está en mi ámbito de autoridad, el Padre solamente es el que puede hacer eso. Fíjese que el Señor ahí reconociendo la autoridad en su encarnación, reconociendo la autoridad de su Padre que estaba en los cielos. Y en segundo lugar le pregunta, ¿pueden ustedes beber de la copa que yo he de beber? ¿Cuál era esa copa de la cual él iba a beber? La cruz, la crucifixión. Y ellos tontamente le dicen, sí, podemos porque no sabían lo que él estaba diciendo.
Entonces dice, bueno, es cierto, de esa copa ustedes van a beber porque el Señor sabía que ellos iban a sufrir cuando fueran perseguidos, cuando fueran probados en su ministerio más adelante, pero les dice, pero ¿saben qué? Entonces él llamó para que le trajeran una palangana, como una ponchera o lo que sea, y agua y una toalla y le dijo a todo el mundo, siéntense allí y procedió a lavarle los pies a cada uno. Lavar los pies en la cultura hebrea era cosa de esclavos y de sirvientes, gente muy pobre y muy baja en la escala social. Y el Señor le lavó los pies a cada uno de ellos. Cuando llegó a Pedro, Pedro se escandalizó de que su Señor, quien él sabía que era el Hijo de Dios, le fuera a lavar los pies, y le dijo, no, Señor, yo no puedo permitir que tu hagas eso. ¿por qué? Porque Pedro todavía estaba funcionando conforme al esquema humano, donde alguien que está en una posición tan alta no se supone que esté haciendo algo tan bajo. El Señor le dijo, Pedro, si tu no me permites hacer eso, tu no vas a tener parte en mi reino.
Ven, porque Pedro estaba proyectando sus propios conceptos de autoridad. En otras palabras, una persona que está en autoridad nunca debe humillarse ante la persona que está bajo su autoridad y el Señor dijo, en el reino de los cielos no es así. Tu tienes que sujetarte a los principios. Y es otra cosa también, que muchas veces nosotros tenemos que entender que a menos que el líder no se humille a otro que está por encima de él, o se humille inclusive ante aquellos a quien él dirige, él mismo o ella misma no puede ejercer autoridad. Ese es un principio muy bello de la Escritura.
Yo creo que una persona que un día quiera ejercer autoridad debe comenzar siempre siendo muy respetuoso de la autoridad que está encima de él o de ella. Por eso yo creo que muchas veces los hijos, cuando no respetan a sus padres y cuando no se sujetan a sus padres, yo creo que están creando trampas para su vida en el futuro y creando las bases para sufrimiento porque muchas veces un hijo rebelde tendrá hijos rebeldes porque eso es un ciclo. El universo siempre se encarga de ordenar las cosas y establecer balances. Yo creo que un hijo que se ha sujetado a sus padres y que ha honrado a sus padres tiene más posibilidades de tener hijos sujetos, sumisos y obedientes que uno que ha sido rebelde y descuidado con la autoridad de sus padres.
Entonces, vemos que en esa escena que no la he leído pero que ya es parte de nuestro sermón, hay principios de autoridad muy grandes, muy poderoso involucrados. Y es que eso está a través de toda la Biblia, la idea de vivir bajo autoridad. Entonces al final de ese drama el Señor les dice a los discípulos, les dice, miren, ustedes me llaman a mí Señor y bien dicen, porque yo soy el Señor, pero si yo siendo el Señor le he lavado los pies a ustedes, que son mis discípulos, ustedes también tienen que estar dispuestos a hacer lo mismo con los demás. El Señor estableció allí un principio poderoso de lo que es la autoridad en el Reino de Dios, que no debemos abusar de los demás, no debemos tratar de buscar atajaderos para llegar a la autoridad.
Siempre que una persona llega legítimamente a la autoridad es porque habrá sido quebrantada, probada, humillada, escarmentada. Es la única manera legítima de uno llegar a la autoridad a través de la cruz, la crucifixión. No podemos llegar a la autoridad simplemente, bueno porque yo sé, yo soy, yo hago, yo tengo. Mucha gente cree que eso es suficiente para que tengan autoridad. Hay gente que llega a las iglesias y creen que porque yo tengo un título y porque yo en otra iglesia fui esto y lo otro, ya me tiene que poner hacer... nunca he creído yo en eso. Uno tiene que ganarse a la gente. ¿Cuántos pueden decir amen a eso? Uno tiene que adquirir credibilidad, uno tiene que darse a conocer, uno tiene que conocer a la gente que uno va a dirigir. En el mejor de los casos eso es lo que debe suceder y la gente debe decirte a ti, ven, sube acá, sube y dirígenos porque tu te has ganado el respeto y el cariño y la confianza de las personas. Esa es la forma de uno llegar a la autoridad.
Bien, ese sermón es gratis para ustedes. Pero vamos a la palabra del Señor un momento, de nuevo, miren Romanos Capítulo 13. por eso es que yo digo desde Génesis hasta Apocalipsis el principio de vivir bajo autoridad está allí, en todas partes, cuando uno se abre a esa idea de la sujeción a la autoridad uno lo encuentra en todas partes a través de la Escritura. Romanos, Capítulo 13, entre los consejos lindos que el Apóstol Pablo le da a sus lectores, dice aquí;
“... sométase toda persona a las autoridades superiores... “
Fíjese, dice toda persona, no hay allí excepción, es todos nosotros tenemos que sujetarnos a las autoridades superiores.
“... porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas...”
Ahora, déjenme decirle que ese versículo es bien problemático pero no tenemos tiempo de deshilarlo todo, porque digamos Idi Amin, en Uganda, un hombre terriblemente dictatorial y cruel y sanguinario, yo no creo necesariamente que Dios haya dicho, ya de hecho él está muerto, ya hace años que murió, pero una persona así que es simplemente un criminal que hay tomado poder sobre una nación, en mi opinión, no está puesto allí activamente por Dios. Y yo creo que un pueblo tiene derecho de resistir esa autoridad porque yo no pienso, por eso es que los pasajes de la Biblia hay que tomarlos en su contexto y hay muchos pasajes que se matizan unos a otros, pero Pablo está hablando de una autoridad legítimamente constituida y de una autoridad, porque si nos ponemos a cuestionar toda la autoridad, ¿dónde va a estar el orden? Toda autoridad siempre tiene imperfecciones, tiene defectos, es imposible que haya una autoridad perfecta y que no cometa errores.
Entonces hay que tener cuidado también de trazar un balance. Pero interesantemente Pablo está hablando aquí sobretodo, yo creo, de la autoridad romana. Pablo le está escribiendo a cristianos que estaban bajo la autoridad de Roma, vivían en Roma y el imperio romano era un imperio muy fuerte, muy dictatorial. Sin embargo, es interesante que Pablo no dice que se rebelen contra los romanos, ni tampoco les dice a los judíos que están bajo el imperio romano, en Palestina, rebélense contra esta autoridad que es un imperio.
Es decir, que para mí, es importante si yo creo que esta es la palabra de Dios hablando, que es el Espíritu Santo hablándome y que esto no es un error de un hombre escribiendo a la luz de su tiempo, yo tengo que darme cuenta de que aún a veces cuando hay autoridades con las cuales yo no estoy de acuerdo, yo tengo que someterme y sujetarme a ellas. Ahora, habrá casos extremos en que yo creo que ahí entonces hay que pedir más iluminación de parte de Dios. pero aquí dice:
“... sométase toda persona a las autoridades superiores porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas...”
Hay ahí un principio que yo creo que todo cristiano debe respetar. Por ejemplo, los patrulleros del estado que están dirigiendo las carreteras federales, la ruta 93, no tiene policías, tiene policías estatales específicamente, esa gente quizás no es la gente más simpática del mundo,¿verdad? y a mi me gustaría que tuvieran un lacito bonito que me inspirara confianza, pero vienen con sus botas y con su traje bien fuerte calculado para inspirar respeto y temor y todo este tipo de cosas. Si yo me pongo de que quién es este hombre para mandarme, y si me paran, o lo que sea, y yo ya comienzo a hablarle mal o en mi corazón tengo una raíz de amargura contra él o lo que sea, qué va a pasar. Más bien me voy a meter en problemas con esa persona y es más, voy a estar operando bajo un principio de rebeldía. Esta persona, sea lo que sea, representa algo que protege la comunidad. Esa gente es necesaria y tienen un trabajo bien difícil que hacer, y yo me imagino que se encuentran con todo tipo de gente rara, hay policías que pierden la vida en las carreteras, y tienen ellos que ejercer su autoridad en una forma fuerte, clara, decisiva y yo no me puedo poner a cuestionar, quizás hay uno que está abusando de su autoridad un poco, o es odioso, lo que sea, pero mi postura como cristiano es, esta persona representa el gobierno, representa el orden, yo debo sujetarme a ella y debo darle gracias a Dios porque esa persona está allí porque sino sería un caos la carretera. Y yo debo, en un sentido, en mi corazón concebir más bien simpatía para ese hombre que está haciendo un trabajo bien difícil y darle el respeto que él merece.
A mí me gusta cuando me acerco a un policía, yo lo trato de officer, lo primero que le digo es, officer, antes de yo dirigirme a él o a ella, porque yo creo en respetar la autoridad y que esa persona está haciendo un trabajo importante, serio, peligroso, y esa persona protege a la comunidad y merece un respeto especial. Y yo me deleito en darle a esa persona su rango y su respeto y como cristiano yo quiero que esa persona se sienta honrada. Y a mí me gusta respetar autoridad y yo creo que eso es bueno. y así un joven, por ejemplo, yo le digo a los jóvenes cristianos, miren, cuando tu te acercas a una persona mayor, a un anciano o un adulto que tiene más años que tu, que bueno es cuando tu saludas a esa persona con respeto y tu le muestras a esa persona joven que tu la respetas, que tu valoras su edad y tu la tratas con un respeto. Eso es bello y eso bendice al joven y bendice al adulto también y hay un orden.
Yo creo que en la iglesia de Jesucristo esos valores deben imperar, eso es hermoso. Y yo, como pastor de esta congregación, hay gente a la cual yo debo rendirle también respeto en autoridad espiritual. Hay gente que está por encima de mí en conocimiento, en experiencia, en ejercer autoridad sobre mayores personas o ámbitos más amplios de la iglesia y yo como pastor debo tener el gozo de a esa persona darle un respeto especial, y reconocer su autoridad. Yo no tengo que decir, no, porque yo soy pastor de una iglesia, que sé yo, que se yo cuanto. No, mentira, uno no es nadie, uno tiene que siempre... cómo puedo yo darle el respeto que una persona se merece, y siempre tenemos que vivir en ese espíritu de respetar la autoridad de los demás, someternos a las autoridades superiores. Todos tenemos autoridad encima unos de los otros.
Yo creo que este mundo tiene tantos problemas, esta sociedad porque hay cambiado el principio de la sujeción a la autoridad por el principio de cuestionar la autoridad y cuando eso sucede todo tipo de problemas comienzan a crearse, comienzan a cuestionarse las cultura, comienza a cuestionarse los valores morales que hemos recibido, comienza a cuestionarse inclusive los mitos que una cultura necesita para inspirar. Usted ve que hoy en día, por ejemplo, en el estudio de la historia los escritores se deleitan en encontrarle defecto a los grandes héroes de la nación. Ah, dicen por allí, una cosa que se le enseñaba mucho a los niños es que esa historia de que, creo que fue Jorge Washington, que se rehusó a cortar un árbol de cerezo cuando era niño porque era un árbol de cerezo, se usaba eso para hablar del carácter de George Washington, que era un hombre respetuoso y que aún cuando niño era un gran líder.
Bueno, hoy en día, ya se ha probado que eso no fue cierto, que eso fue un invento de la gente, que George Washington ni siquiera había un árbol de cerezo que esa es una mentira que se dijo. Y los mitos estamos continuamente destruyéndolos para bajar a los héroes al nivel humano, para convertirlos en meros seres humanos. Eso para mí, eso es espíritu rebelde, diabólico que es lo que llevó a Satanás a ser tirado del cielo cuando se rebeló contra Dios como Lucifer. Y eso se le ha traducido a la humanidad, la rebeldía contra la autoridad.
Y eso, hermanos, mire, no estoy saliéndome del tema, yo espero que ustedes vean eso, porque este tema es tan amplio y me gusta matizarlo con muchas cosas. a través de la historia, las grandes culturas siempre han entendido la importancia de sujetarse a la autoridad. Los griegos tienen un mito, en la mitología griega está el mito de Sísifo, lo puede leer después en su enciclopedia. Sísifo se rebeló contra los dioses en la mitología griega, se rebeló contra los dioses y los dioses lo condenaron a por toda la eternidad rodar una piedra redonda, como una rueda, subirla a una montaña, él mismo con su propio esfuerzo y esa roca siempre se bajaba y él tenía que volver otra vez a subirla y volvía a bajarse, y esa fue su condena. Por toda la eternidad él tenía que subir esa roca y verla bajar y volver. Y yo creo que ahí hay, de paso, hay una enseñanza moral y es que la persona que se rebela contra la autoridad termina repitiendo los mismos errores, siempre, una vez tras otra.
Las culturas cuando se rebelan contra la autoridad y operan bajo un principio de rebeldía termina cometiendo errores continuamente, continuamente porque no aprenden nunca. Siempre están cuestionando la sabiduría que viene del pasado. No hay sabiduría acumulada, siempre están tumbando todos los mitos, tumbando todos los ejemplos morales, como un hijo también, un joven que no respeta las canas, un joven que no se lleva de la autoridad, un feligrés que no respeta la autoridad de sus pastores o sus líderes espirituales no crece. Siempre está cometiendo los mismos errores, subiendo la misma piedra a la cima de la montaña para que vuelva a bajar y comenzar otra vez a construir en la vida. Mientras que cuando la persona respeta los mitos de su cultura, respeta los héroes de su cultura, celebra las canas y los logros de los que han venido de antes de uno, esa es una cultura que va acumulando sabiduría y va siendo bendecida y cada vez es más sabia y mejor, así como también el individuo.
Yo creo que por eso es que el Apóstol Pablo dice aquí en romanos 13, “.,.. sométase toda persona a las autoridades superiores porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas...”
De nuevo, yo creo que si el Apóstol Pablo hubiera tenido tiempo hubiera escrito mucho más para matizar lo que él estaba diciendo allí. Pero la Biblia no está escrita para abogados, está escrita para gente que entiende lo que está diciendo. La mayor parte de la autoridad está constituida por Dios, el principio de autoridad viene de Dios y nosotros tenemos que ver a nuestros gobernantes, tenemos que ver a nuestros líderes como que están representando un principio que Dios ha establecido. Y nosotros debemos, no solamente sujetarnos al hombre, al policía estatal, por ejemplo, sino al Dios que está por encima del policía estatal que permite que haya el concepto de policía en el mundo. Yo estoy respetando a Dios a través de ese policía ya constituido su autoridad.
Ahora, en el versículo 2 dice, “... de modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste...”
En otras palabras, cuando usted resiste la autoridad de los que están encima de usted, no solamente está resistiendo a esa persona sino que está resistiendo a Dios que lo constituyó. Eso es una afirmación muy fuerte pero la hace la palabra, no yo. Entonces, dice:
“... y los que resisten acarrean condenación para sí mismos....”
Hermanos, eso es muy cierto, la persona que vive cuestionando la autoridad, la persona rebelde, la persona desobediente, la persona dura de servis, la persona que no se lleva de consejo, la persona que siempre está peleando contra las autoridades, siempre murmurando de las autoridades. Usted sabe que siempre en los trabajos hay una persona que siempre está quejándose de los jefes y de las cosas que hacen y siempre está criticando y siempre tiene una mejor opinión y una mejor forma de hacer las cosas. ¿Cuántos se han encontrado con este así en los trabajos?
Ese tipo de actitud es la que Dios condena. Mire, la persona que opera en una actitud de rebeldía en cualquier ámbito que sea, no entiende que se está acarreando mal y fracaso y sí mismo. yo prefiero, hermanos, pecar de ser demasiado sujeto a la autoridad y de no cuestionar lo suficiente la autoridad que de ir del otro lado y de estar en rebeldía y cuestionar más de la cuenta la autoridad. Yo creo que nosotros si vamos a pecar, pequemos del lado del respeto excesivo de la autoridad que del lado del cuestionamiento excesivo de la autoridad, porque cuando nosotros nos rebelamos contra la autoridad acarreamos condenación, estamos bajo juicio.
El joven que no se sujeta a la autoridad paternal, maternal, tiene como una presión en frente de él que no lo deja progresar, siempre va a estar la vida va a estar en contra de él o de ella. Yo he dicho antes, mucha de la gente que yo veo, por ejemplo, en las prisiones, cuando he visitado prisiones, sabe todos los hombres que yo he encontrado en las prisiones que son gente bien atractiva. Hay mucho hombre buen mozo en las prisiones. Yo me he preguntado por qué es eso y yo creo que, mire mi teoría, esto es un poquito enfermizo quizás pero debo decir cuál es mi teoría: y es que muchas veces y también fuertes, es que muchas veces ese tipo de persona se crea, si no tiene cuidado, se puede crear un orgullo de que son mejores que los demás y son astutos y muchos de estos hombres son muy inteligentes. Muchos criminales son muy por encima del promedio de inteligencia de la persona regular. Y al crearse una actitud de rebeldía o de orgullo, la vida entonces se les tira encima y comienzan a dar traspiés, comienzan a cuestionar la autoridad, comienzan a salirse de los linderos seguros del respeto a la autoridad, comienzan a ellos querer cambiar un poquito las cosas y ajustar las leyes a su propia conveniencia, se rebelan contra los padres, se rebelan contra la gente, están engreídos, orgullosos, y qué pasa: termina cayéndoles una piedra de molino encima de la cabeza y muchas veces terminan en la cárcel, terminan en el crimen, terminan haciendo cosas indebidas porque el orgullo nació en ello.
Antes del hecho de la rebeldía viene el orgullo, creerse uno mejor que la autoridad que está por encima de uno. Y uno tiene que tener cuidado con eso. Muchas personas en la calle, cuando yo veo gente a veces, esa pobre gente que yo siempre oro por ellos cuando vengo aquí a la iglesia, que paso por ahí por el Boston Medical Center, muchas de esa gente que están ya caídos completamente en la vida, usted ve que han sido drogadictos por muchos años, o están sin hogar, o están deshechos, pero mire a ver, se le meten a uno, a veces la luz está verde para el chofer y ellos no le importa, ellos se le meten encima y si lo mira mal, si usted le toca la bocina o algo, mucha de esta gente no respeta las leyes, no respetan el orden público, el orden social y esa rebeldía yo creo que les viene desde niños, desde jóvenes y por eso fracasan en la vida.
Mientras que la persona que se ciñe por la verdad y por la justicia y por la autoridad tienen la bendición de Dios encima, si no va a tener la condenación de Dios, va a tener el juicio de Dios, no va a progresar, va a estar peleando contra la corriente. Porque como yo decía el domingo pasado, el universo mismo está constituido conforme a leyes de autoridad y nosotros tenemos que fluir conforme a esas leyes de autoridad y al hacerlo somos bendecidos. En vez de estar luchando contra la naturaleza de la existencia, estamos obrando con el viento detrás de nosotros llevando nuestro barco hacia puerto seguro.
Pueden decir amen aunque sea para mostrarme que están allí. Yo veo sus cuerpos pero quiero asegurarme que están escuchando.
“....Los que resisten acarrean condenación para sí mismos porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien sino al malo...”
En otras palabras, si tu estás respetando las leyes tu no tienes que temerle a un policía, pero si estás metiéndote en los carriles y corriendo, ¿cómo está uno? Mirando el espejo a ver si hay un policía detrás o a los lados o escondido, y yo les confieso que a veces caigo en esa categoría. Pero si tu vas por encima del límite de velocidad, ¿qué tu vas a estar haciendo? Mirando a ver... ese carro que está ahí atrás, parece que tiene algo encima, que parece que es un policía, será gris o será azul. Es un volkswagen o será un ford. Uno está temiendo. Ahora, cuando uno está respetando la autoridad uno va de lo más bien tranquilito, un policía ahí parado, cruzando, ah, hola, cómo está usted. Usted sigue feliz. Ahora, qué pasa si usted va por encima de la velocidad, usted ve un policía, el corazón se le quiere salir de la boca, usted pega el freno enseguida, el carro se le echa por un lado del frenazo tan fuerte que pegó porque vio al policía, pero si usted está bien, feliz, usted pasa de lo más bien, el policía no es ningún problema para usted.
Y eso es lo que dice el Apóstol Pablo aquí. Los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. Si yo estoy tranquilo en mi corazón, yo no tengo que temer la autoridad, la autoridad policía que todo esto es contra el caos, es para oponerse al caos, oponerse al mal, pero si usted está en el bien, respete, ame, coopere con la autoridad.
“..Quiere pues, no temer a la autoridad, haz lo bueno y tendrás alabanza de ella porque es servidor de Dios para tu bien pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo...”
Yo, hermanos, no sé usted, pero yo creo que la policía es de bendición, yo creo que los cristianos pueden servir en la policía, yo creo en los ejércitos, yo no soy pacifista. Yo bendigo al Señor por el ejército de los Estados Unidos, y por los soldados, yo bendigo al Señor por los policías que tienen su buen revolver allí mientras más grande mejor, Dios los bendiga. Yo no tengo ningún problema con eso, no es lo mejor evidentemente, ojalá no necesitáramos policías, ojalá no necesitáramos ejércitos pero mientras haya rufianes en este mundo, y mientras haya gobiernos caóticos, mientras haya gente maligna y ejércitos usados en una forma inapropiada, se necesitarán los ejércitos, se necesitarán los policías y yo creo que un cristiano puede estar en un ejército y lo bendigo en el nombre del Señor y alguno jóvenes de nuestra iglesia están o han estado en el ejército, que bendición, hay que orar por ellos.
Ahora que ejerzan la autoridad correctamente. Porque yo creo que a veces en el mundo cristiano progresista de hoy en día, hay como un desdén de la gente que está en la policía o en los ejércitos. Saben, se ha creado como algo que tener un hijo policía, o un hijo en el ejército es como, no sé, es como tener el que trabaja en una casa de juego o algo así. No, yo creo que eso es parte, es muy bueno, es necesario. En este mundo necesitamos esas autoridades y hay que respetarles, hay que darle gracias a Dios por ellas, hay que orar por ellas, hay que orar para que Dios los ilumine, hay que orar para que ejerzan su autoridad en una forma sana. Es decir, cuidado con que en nuestra mente se meta una raíz de amargura contra la autoridad en sus diferentes manifestaciones. Nosotros tenemos que darle gracias a Dios porque vivimos en un mundo siniestro donde la autoridad es necesaria y Dios la ha constituido para bendición de la humanidad y la gente necesita llevar la espada, por así decirlo. La espada es necesaria y llevan la espada porque Dios se lo permite y hay que entender que eso es parte de la realidad humana que habitamos.
“Es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo sino también por causas de la conciencia...”
en otras palabras, respete al policía no porque tiene un bastón en la mano que le va a dr sobre la cabeza si no hace. No, respétele simplemente porque es autoridad y porque está bajo la autoridad divina y su conciencia cristiana le dicta que así debe de ser.
“... pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo....”
¿Quién le paga a los policías? ¿Quién le paga a los soldados y los ejércitos? El estado, y ¿quién le paga al estado? Usted y yo. Recuerda, abril 15, lamento dañarles el día, pero viene por ahí en algún momento, cuando uno paga sus impuestos y entonces ahí usted paga por la luz, usted paga por el gas, por la calle, por las aceras sobre la cual usted camina, por los highways, por todas estas cosas incluyendo los policías y las ambulancias y los bomberos, todo esto. Usted paga porque son servidores de Dios que atienden continuamente al orden de la humanidad.
Entonces mire lo que dice el versículo 7, es el resumen de todo lo que él está diciendo aquí, dice.
“... pagad a todos lo que debéis....”
Hermano, no le quede debiendo a nadie nada, si usted le debe dinero a la gente, páguele dinero. Si usted le debe a la gente respeto, páguele respeto. Si usted le debe a la gente obediencia, páguele obediencia, lo que usted deba, y eso es algo bien importante, en general no es solamente autoridad, cualquier área de la vida. Si usted le debe a alguien alabanza, dele alabanza. Si alguien hizo algo bueno, mire, usted dígale a esa persona, óyeme, que bueno lo que tu hiciste, te felicito, lo hiciste bien. Seamos gente que siempre que le demos a la gente lo que la gente se merece, sobretodo lo bueno.
y Pablo resume, “... pagad a todos lo que debéis...”
En otras palabras, sea el jefe en tu trabajo, dale lo que se le debe; sea el anciano en una congregación, o los ancianos en una congregación, dale; sea tu maestro de escuela dominical, págale lo que le debes; sea el maestro en la escuela secular donde tu estás, págale lo que le debes; sea el policía en la calle, págale lo que le debes, sea el presidente de Estados Unidos. Mire, hay gente hoy en día, por ejemplo, perdónenme, yo sé que muchos están en desacuerdo con el presidente Bush y todo eso, lo que ha hecho y usted puede tener su opinión, pero yo creo que nosotros no tenemos derecho de estar riéndonos y haciendo ridiculeces de nuestro presidente. Yo creo que si vamos a criticarlo, critiquémoslo en una manera respetuosa. Esa es mi opinión, no sé cómo usted se siente al respecto, pero yo creo que es importante.
Hoy en día, en Estados Unidos se ha hecho una industria de ridiculizar a este hombre y de usar formas, al americano le encanta como le digo, rebajar a sus líderes. Eso es algo de la cultura norteamericana secular sobretodo que me parece horroroso donde hablamos de nuestros líderes en formas totalmente irrespetuosas. Yo creo que nosotros tenemos que cultivar formas adecuadas. Esas personas están allí, merecen respeto. Podemos criticarlos, podemos estar en desacuerdo con ellos, pero usemos formas adecuadas, porque nosotros le debemos cierto respeto por lo que representan. No es el hombre, ese no es un hombre solamente el que está allí. Ese hombre representa la nación, es una encarnación de la nación y hay que tratarlo con cierto respeto.
Dice la Biblia, fíjese algo interesante, otro concepto de autoridad, dice que cuando el Arcángel Miguel peleaba con Satanás, no sabemos a qué se refiere específicamente, pero en algún momento hubo una lucha cuerpo a cuerpo entre ese ángel poderoso de Dios que es Miguel y Satanás, dice que Miguel no se atrevió a proferir maldición contra Satanás sino que dijo que el Señor te reprenda, y entonces añade el escritor, eso está en Judas, tengamos cuidado, porque hay gente por ahí que está diciendo mal de los principados y las potestades y las autoridades, y no saben que se están metiendo en un lío tremendo.
Sabe que hay cristianos por ahí que el diablo, que se yo qué, que yo lo tengo bajo mis pies, que yo le doy una patada y lo engancho por acá y que se yo que, mire, tenga cuidado y por eso usted ve que andan por allí corriendo con los ojos amoratados y con problemas en la vida y fracasos y cosas, porque ese ser, Satanás, es un ser, sí, ha ofendido a Dios, Dios lo ha echado de su presencia, pero es un general, y es un general que un Dios lo va a poner en su lugar, pero mientras tanto usted trátelo con, no con respeto, pero sí con deferencia. Yo no tengo que estar hablando mal de los principados, si me atacan pues yo veré lo que hago en el nombre del Señor y yo me defiendo, pero yo no tengo que estar allí hablando del diablo en maneras irrespetuosa o lo que sea. No, ese es un ser al que hay que darle su rango y tratar con él conforme a principios bíblicos, remitir la causa al Señor, Cristo. Yo le echo a Cristo, Roberto Miranda no puede pelear con él y hay que respetar la autoridad.
Fíjese eso, ni siquiera el Arcángel Miguel se atrevió a maldecir a Satanás, usó una fórmula apropiada, un protocolo apropiado, que el Señor te reprenda. Es como los ejércitos. Sabe que en los ejércitos un general de un ejército enemigo es tratado con mucha cortesía cuando es capturado, normalmente si se va conforme a las reglas de la guerra, un general capturado tiene que ser tratado conforme a su rango. ¿Por qué? Porque el que usa autoridad sabe como se mueve la autoridad, sabe que hay cierto respeto a los rangos, los símbolos tienen cierto poder y eso lo entiende la gente humana allá, el ser humano en las instituciones humanas, cuánto más nosotros los cristianos debemos entender esos principios espirituales.
Yo creo que muchas de las cosas que sufre la iglesia en este tiempo es porque han perdido el entendimiento de esos misterios de la vida espiritual. Yo voy cerrando esto completamente.
¿Por qué yo estoy predicando estas cosas, hermanos? Porque yo creo que son valiosas, son importantes para su bendición, para su prosperidad, para su provecho. Yo como su pastor, quiero bendecirlos a ustedes, dándole cosas que yo creo que son importantes porque en la iglesia de Jesucristo se ha perdido mucho entendimiento de estos misterios. Hemos mezclado la cultura con la revelación y entonces hemos sacado cosas que están en contra de la cultura en la cual vivimos porque chocan con ella, y entonces dejamos de predicarla para que la gente no se moleste, no se ofenda y esto y lo otro, y saben, no le hacemos bien, le hacemos mal, al contrario, les robamos el conocimiento de cómo es que opera el universo y cómo moverse prósperamente en la vida.
El padre que no le enseña a sus hijos a respetar autoridad y no los disciplina y no los confronta y no les habla claro, además de amarlos y afirmarlos y darles cariño y todo lo demás, pero el padre que no enseña a sus hijos a caminar bajo autoridad y respetar la autoridad y quitarse el sombrero delante de las canas, está robándole a su hijo, y está haciéndole un daño y está estableciendo condiciones para su fracaso en el futuro.
Como pueblo cristiano nosotros tenemos que enseñar a nuestros hijos a ser respetuosos de la autoridad y en la iglesia nosotros tenemos que operar conforme a reglas de autoridad porque las iglesias yo creo que están muy, muy, a veces mal enseñadas con respecto a esto. Se ha perdido ese concepto, ese sano temor de la autoridad. Dios ha puesto en mi corazón, hermanos, en este tiempo un ardor, por así decirlo, un celo por enseñar estos principios que son contraculturales, van en contra de la corriente que yo veo en la iglesia moderna pero que son principios que tiene que ser rescatados y vueltos a poner en el lugar de prominencia para que el pueblo de Dios pueda ser bendecido, para que el Espíritu Santo pueda manifestarse con libertad, para que los dones del Espíritu Santo puedan fluir con libertad porque yo creo que el espíritu de Dios está ofendido por todas las libertades que nosotros nos hemos permitido en la iglesia. Tenemos iglesias laxas, iglesias que han perdido esa vigilancia, ese sano temor de los misterios del Espíritu Santo y por eso el espíritu de Dios se ha alejado y por el Espíritu Santo no se manifiesta con más poder y más libertad en medio de su pueblo porque cada uno está como chivo sin ley, como decimos por ahí, cada uno por su lado, correteando, haciendo lo que le da la gana y no operamos conforme a principios.
Y Dios quiere restaurar los misterios de su reino, Dios quiere restaurar una mentalidad sobrenatural al pueblo de Dios y se necesita ese sano consejo de la palabra de Dios, se necesita esa enseñanza que es como jabón de lejía que raspa cuando se le pone, pero limpia la piel, limpia los poros y permite que haya bendición.
Termino con un sueño que tuve anoche que tiene algo que ver con lo que yo les estoy diciendo aquí y siente al Señor compartirlo, porque he tenido algunos sueños que creo que son del Señor y esta es la segunda vez en estos meses que sueño en esta manera, concerniente al mismo tema. No tengo mucho tiempo para explicarlo pero sí en el sueño vi, era como que yo estaba viendo una calle, como si cogieran esta calle aquí y la abrieran y yo pudiera ver en su interior y lo que vi fue como, era como una tubería que comenzaba a salir de la tierra, venía subterránea pero comenzó a surgir a la superficie. Yo pensé que era un tubo, pero me di cuenta que era más bien el cuerpo de una serpiente, bien larga, bien grande, unas 8 pulgadas o 10 pulgadas de diámetro, bien gruesa. Cuando yo comencé a seguirlo y a seguir su corriente allá al final se veía completamente que era el cuerpo de una serpiente. Cuando llegué a donde estaba la cabeza de la serpiente, era una iglesia, me entro a la iglesia y ahí estaba la cabeza de la serpiente, no era una cabeza de serpiente, era como una cabeza de caballo, era un animalito, pero grande, era grande la cabeza. Y a su lado había otra cabeza, era un macho y hembra y estaban allí los dos acostados durmiendo y cuando yo le pregunté a la persona qué era eso. Era como un pastor, un sacerdote, me dijo, bueno, esto es un animal muy bonito, no sabemos de dónde viene pero lo estamos cuidando y fíjate que bello es, que noble parece.
Evidentemente era un ser siniestro. Estaba allí metido, las dos cabezas, dormidos de lo más cómodos dentro de ese santuario. Y es la segunda vez que yo tengo sueños parecidos a este de una iglesia que el diablo está metido en ella, se le está dando lugar y la iglesia no tiene conocimiento de con qué está lidiando por su ignorancia de los principios espirituales. No entiende que está bregando directamente con algo demoníaco y por lo tanto el espíritu demoníaco tiene libre curso para hacer lo que le dé la gana en el ámbito.
Esos dos seres que estaban allí evidentemente estaban contaminando ese lugar y no les importaba estaba estar muy activos. No se estaban moviendo, estaban dormidos, pero para qué tenían que estar muy activos si con su presencia estaban dominando y contaminándolo todo. Y este pastor, o sacerdote o lo que fuera, ignorante, con su enseñanza mística, no entendía que lo que tenía era la presencia misma del mal dentro de su congregación.
Y yo creo que la iglesia de Jesucristo universal en este tiempo, hermanos, está así. hay doctrinas de demonios en la iglesia, hay presencia demoníaca en las iglesias. Hay dominio de Satanás en muchas iglesias y hay gente, y hay líderes ignorantes de las reglas y las leyes de la guerra espiritual y de cómo se mueve el mal en el mundo y dentro de la iglesia, que no pueden discernir, que no conocen la palabra de Dios.
Y estamos permitiendo que nuestras iglesias sean contaminadas, el espíritu del Señor no se mueve, no hay autoridad, hemos cambiado la verdad eterna de Dios por principios de hombres y entonces no nos extrañe que no haya poder, más bien lo que hay es contaminación y el diablo tiene libre curso para hacer lo que le dé la gana en medio del pueblo de Dios. Lo único que va a rescatar a la iglesia es sana enseñanza, recuperar los principios eternos de la palabra de Dios, poner en su lugar las leyes profundas del espíritu y que nosotros los cristianos podamos caminar como caminaron los primeros cristianos hace dos mil años conociendo los misterios de la palabra del Señor y entonces Dios podrá manifestar su poder en medio de nosotros.
¿Cuántos pueden decir amen a lo que estoy diciendo? Amen. Eso es lo que está detrás de este sermón. Si el Señor me da espacio yo creo que todavía queda un sermón más con respecto a este tema porque es un tema muy importante y quiero ponerle todos los matices debidos y ustedes van a ver, voy a trabajar con otros textos porque yo quiero presentar mi caso como un buen abogado de manera que no quede duda en el jurado de que esto es conforme a la ley de Dios, conforme a los principios del Espíritu Santo. Amen.
Y yo deseo que esto sea de bendición para nuestra juventud, para nuestros líderes, para mí mismo que estoy predicando este sermón, para toda nuestra iglesia, que nuestra iglesia sea bendecida por medio de estos principios que Dios quiere que volvamos a establecer en medio de su pueblo.
Vamos a bajar nuestras cabezas un momento, pedirle al Señor que nos dé sabiduría para poder navegar estas aguas tan profundas. Padre, entregamos este tiempo a ti, ayúdanos Señor a operar conforme a tus misterios, estas cosas tan profundas que muchas veces ni siquiera entendemos aún cuando las decimos. Perdónanos por nuestro espíritu rebelde, perdónanos muchas veces porque nos hemos jugado con tu gloria y tu autoridad, perdónanos por cambiar tu verdad eterna por principios culturales, muchas veces. Ayúdanos a ser un pueblo sobrio, un pueblo sencillo, un pueblo manso, un pueblo sujeto a la autoridad. Entregamos nuestra iglesia a ti, Señor para ser gobernados por tus principios eternos. Te damos gracias, Señor. Gracias en el nombre de Jesús. Amen y amen.