La multitud y los discipulos

TRANSCRIPT

Esta mañana quiero compartir algo que un momento también -yo no hablo nunca algo que no ha sido ministrado en mi vida primero porque es necesario que Dios nos quebrante a los pasos para que la palabra tenga sentido, ¿verdad? y la palabra llegue al corazón.

Y a todos nos gusta cuando nos convertimos, cuando conocemos al Señor, llega a nuestras vidas como una estabilidad y esa estabilidad de saber que somos algo, que ya Dios nos rescató de ese infierno, ¿verdad? de esa profundidad donde vivíamos, de esa oscuridad de las tinieblas y Dios nos trae a su luz.

Muchos de nosotros nos quedamos tan contentos o tan en paz por la salvación tan grande que Dios nos ha traído que no nos damos cuenta que hay una demanda, hay un deseo de Dios para que nosotros nos convirtamos en discípulos y lo que hemos recibido por gracia lo podamos dar.

Vamos a inclinar nuestros rostros y vamos a pedirle a Dios que esta palabra nos marque.

Padre en el nombre de Jesús. Yo se que Tú estás aquí Padre y eres Tú el que hablas al corazón, Señor. Queremos escucharte, Señor. Siempre hablas tu palabra con gracia porque con gracia nos has salvado, Señor. Siempre Tu palabra, Señor aunque es enérgica y a veces penetrante y como dice tu palabra "tan cortante" que penetra hasta lo más profundo, Señor. Hasta los tuétanos, Señor.

Señor, necesitamos tu palabra, necesitamos ser despertados por tu palabra y necesitamos que cada día nos alumbres con tu luz para saber cual es el camino a seguir. Señor, yo te doy gracias, porque esta oportunidad que nos das de escucharte solamente la tienen aquellos que han sido redimidos por la sangre y ha decidido seguirte, Señor. Señor, gracias. Quédate con nosotros espíritu Santo, que Tú tomas del Padre y nos los haces saber. En el nombre de Jesús. Amén.

Y venimos a esa estabilidad emocional, esa estabilidad espiritual, mental, hacemos decisiones, hacemos cambios. Nuestra vida es transformada al instante. Yo recuerdo cuando yo me convertí al instante, yo dejé algunos vicios. Recuerdo que dejé de fumar. Y esas primeras dos semanas tuve lucha, pero cuando el Señor me dijo -cuando yo tuve que hacer una decisión, recuerdo que el Señor me dijo- iba a cantar por primera vez, yo llevaba como un mes de convertida y por primera vez a mí me habían dado una canción y para mi eso era lo más grande del mundo.

Yo canté en el mundo como loca, así decimos en Puerto Rico. Hay algunas palabras boricuas que voy a decir, así que los que no son de Puerto Rico, como yo les dije a las muchachas, pues me dicen y yo trato de buscar una palabra neutral. Amén.

Yo recuerdo que cuando me dijeron que iba a cantar esa primera canción, yo dije "¡Guau!" y cuando iba de camino encendí un cigarrillo y yo recuerdo como que el Espíritu empezó como a 'hmmm' y me habían aceptado en la iglesia. Yo no tenía ningún problema en esa transición de dejar mis cosas.

Pero hay un momento en que Dios dice "Ya, quiero transformar un área de tu vida. Tienes que tomar una decisión". Y yo recuerdo que yo subía a la catacumba y me metía mis chicles y todo el mundo, yo juraba que nadie sabía que yo me había fumado cuatro cigarrillos antes

Pero llegaba y ellos me amaban, me abrazaban y me besaban porque ellos sabían. ¿Por qué? Porque ellos habían pasado por su proceso. Pero tenemos que tomar decisiones en Cristo. Y es cuando el espíritu nos pide algo, no cuando alguien te pida algo. Es cuando Dios te dice: "Quiero redimir esto en tu vida. Sencillamente no lo necesitas para seguirme. No necesitas esto".

Y yo recuerdo que yo cogí y no solamente tiré el cigarrillo sino que hice busqué en la cartera aquella cajetilla que había costado en aquella época era barata, pero ahora, una cajetilla es una cosa... no vale la pena. Con eso puedes ir y comprar cosas. La saqué y la tiré por la ventana y eso, esa decisión que yo tomé, Dios la respaldó.

Toda decisión que tú tomes Dios la va a respaldar. Ahí vienen lo sobrenatural de Dios que viene y hace "¡pup!": "Lo hiciste, ahora yo te voy a ayudar". Y recuerdo que aquello fue como que se quebró ese vicio, se quebró y milagrosamente -porque obviamente no entendemos esas cosas que hace el Señor que son milagros- cuando tú decides te quita algo y ya; que cuando yo llegué, canté, sentía la libertad de haber hecho una decisión a favor del Maestro. Y cuando regresé pasaron las semanas, mi esposo todavía no se había convertido y él también fumaba.

Yo recuerdo que me fumaba al lado y yo '¡pah! Pregúntame, como decimos en Puerto Rico. No tenía deseos de fumar'. Quiere decir que yo me di cuenta que hay un poder sobrenatural que corta y que te puede sacar la raíz del pecado y tú puedes ser libre. El único que te puede hacer libre es Jesucristo.

Por eso la palabra dice: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre". Entonces en este caminar en el Señor, van a ver cosas que van a tener que decidir hacer. No van a venir por osmosis. Nosotros quisiéramos que todo viniera por osmosis, así como que del cielo, bajara eso, yo sintiera: "¡Ah! Porque lo siento". El amor es una decisión, adorar es una decisión, levantar las manos al cielo delante de la presencia del Señor, es una decisión.

Nunca esperes sentirlo porque la carne jamás querrá adorar. Jamás. Cuando los líderes le digan a ustedes levanta las manos, ustedes hagan "Señor hoy quisiera estar acostada, pero duelen los dedos, pero voy a levantar las manos porque tu palabra lo dice. Lift your hands. Lo voy a hacer en el nombre de Jesús". Yo decido y tan pronto tú haces eso, ¡ah! vencí lo que me estaba venciendo.

Entonces en aquella época que Jesús estuvo caminando sobre la tierra Él decidió hacer discípulos. Pero también Jesús estuvo cerca, Jesús trabajó. Jesús era un hombre de multitudes y sabía que en medio de la multitud había gente que le iba a seguir y había gente que seguían al maestro por la curiosidad, por saber quien era Él, porque muchos estaban esperando el Mesías. Sabían que el Mesías venía y cuando Jesús llegó a la tierra eso fue una revolución total.

Él llegó y todo lo establecido se empezó a, Él quebrantó toda la religiosidad establecida, Él era el sumo sacerdote, Él sabía lo que iba a pasar y entonces hubo contienda, hubo de todo allí. Y pudimos identificar -a través de los evangelios- que había una multitud que seguía a Jesús. Pero Dios escogió unos discípulos que iban a estar cerca, que eran los que verdaderamente Él iba a utilizar para multiplicarse en ellos. Todavía esa intención del Maestro, está.

"De tal manera amó Dios al mundo", dice la Biblia, "que envió a su hijo unigénito para que todo que aquel que crea no se pierda y tenga vida eterna". Pero de tal manera amó Dios al mundo, todos conocerán de Jesús. Eso será así. Jesús no vendrá hasta que todos conozcan quien es Él.

Ahora no todos le van a seguir. Entonces muchos de nosotros llegamos y nos convertimos y venimos a la presencia del Señor. Entonces cuando llegamos a ese camino nos damos cuenta que no es un camino ancho, sino que es un camino estrecho, como ahorita veremos acá al frente, nada cambiará en las circunstancias de la vida. Estamos viviendo un mundo caído que será redimido y habrá situaciones y habrá cosas que nosotros tendremos que tomar decisiones.

Ahora, caminaremos ¿cómo caminaba la multitud o caminaremos como caminaban los discípulos? Y en esta mañana yo quisiera desafiarte como Dios me desafió en un momento dado, para saber ¿en dónde yo estoy? ¿Cómo yo estoy caminando? Tengo una salvación tan grande, ¿me quedaré en mi Salvación o estaré yo multiplicándome? ¿Estaré siendo un discípulo del maestro o simplemente me he quedado siguiendo al maestro de lejos, disfrutando de sus bendiciones pero no haciendo ajustes en mi vida para ser un verdadero discípulo? ¿Somos discípulos o somos multitud?

Dios en la palabra nos sugiere que Él se revela a curiosos ocasionales de su presencia o que ellos lo pueden encontrar. La Biblia dice: "Buscadme y viviréis" o sea que es el que le busca el que va a encontrar los tesoros y va a conocer el corazón de Dios. Es el que le busca.

Y a veces nosotros nos quedamos ¿verdad? como a mitad de camino. Yo se lo que es tener una semana bien agitada, bien terrible y desde la mañana cuando abro mis ojos saber que tengo una agenda impresionante y que en vez de preguntarle a Dios cual es la agenda de Dios yo quiero correr la mía. Cuando eso sucede, amados, nosotros terminamos ese día tan agotados que no tenemos tiempo para... el tiempo fue como cisternas rotas que no retienen agua. No retenemos el tiempo, ¿por qué? porque entramos en un afán, en una ansiedad tan impresionante.

"El reino de los cielos se hace violento y solo los violentos lo arrebatan", dice la Biblia. Quiere decir que la violencia mayor que tú y yo vamos a tener en estos últimos tiempos que la venida de Cristo se acerca va a ser el tiempo. Porque es ese tiempo que la prisa loca de vivir nos quiere robar para nosotros tener tiempos -valga la redundancia- de calidad con el maestro.

Porque es lo que nos va a hacer crecer, eso es lo que nos va a hacer saber cual es nuestro propósito, eso es lo que nos va a dar dirección, visión. ¿Qué es lo que tú quieres hacer? ¿Para qué me quieres? Voy a ser de impacto en mi oficina, voy a ser de impacto en mi iglesia, voy a ser de impacto en la casa.

Nosotras las mujeres necesitamos tanto saber como bregar con nuestros hijos, como bregar con nuestros esposos, necesitamos una urgencia, saber como nos vamos a comportar, como vamos a hacer ayuda idónea. Entonces necesitamos tiempo y muchas veces ante ese llamado de Dios somos tardos en oír y reaccionamos sin pasión pero prontos para pedir y recibir la bendición.

En otras palabras, somos, estamos -sabemos que él está con nosotros- cuando Él nos llama a la presencia del Señor cuando Él quiere tener intimidad, cuando Él quiere intimar con nosotros: "¡Ay, sí, cuando yo regrese voy a orar!" ¿A cuántos les ha pasado eso? Entonces cuando regreses que vas a orar aquella serie de... tienes que abrir la computadora porque tienes como 55 en adelante de mensajes que tienes que contestar.

Entonces depende de la edad, ¿verdad? pero aquellas que tenemos ya, que estamos entrando en los 40, 50 ¿verdad? que es la mejor etapa de la vida. No se equivoque nadie. Esta es la flor, lo que pasa es que llega un momento en que tenemos que cerrar los ojos para descansar.

Mi papá dice que para descansar es la muerte, pero ya yo me estoy dando cuenta que no es la realidad. En esos momentos cuando dan las 9 qué tú dices: "El Señor me iba a dar una palabra, el Señor, hay yo no me he encontrado con Dios. Pero voy a ir" y ahí cuando te arrodillas o te sientas en tu sitio entras en una profundidad de la presencia de Dios tal que sencillamente Él dice: "Déjame dejarla descansar, porque imagínate si ella ni puede decir Gloria a Dios".

Eso me pasa a mí, yo no sé si a ustedes y no nos damos cuenta de que perdemos el track, de que perdemos el ritmo. No nos damos cuenta que estamos dejando a Dios a un segundo lugar y somos prontos para cuando la cosa se aprieta -como decimos en Puerto Rico- cuando el gas pela, esa es una de nuestras frases boricuas, cuando los huevos se ponen a peseta. Ya no, ya están más caros. Entonces, tengo que ayudar, tengo que orar, pero es por una situación especial.

También me ha pasado, entonces ahí somos prontos para buscar la presencia del Señor y es algo, amados, que Dios no tiene problema. El problema no es de Dios, el problema es de nosotros porque nosotros dejamos de conocer, dejamos de descubrir el poder de Dios. Dejamos de descubrir hacia donde me llevaba el Señor y no estamos en su perfecta voluntad. Hay una voluntad que es permisiva pero hay una perfecta que ahí es donde nosotros vemos, los ojos se nos abren y vemos como el plan de Dios se cumple y hay cosas imposibles para el hombre pero para Dios son posibles y las empezamos a descubrir.

Vemos la revelación de la palabra en nuestras vidas, que nos marca para el diario. Yo no creo que la revelación de la palabra sea algo etéreo que es como que no la puedo alcanzar. ¡No! La revelación de la palabra es algo que es para hoy, como decía el Pastor, es tan real Dios, es tan real. Él da soluciones tan pero tan sencillas pero tienes que meterte ahí.

¿Dónde nos podemos identificar? Vamos a Juan 6:1 al 14. Estoy mandando a preguntar algo porque ya yo se lo había dicho a la Pastora, que necesito saber horarios, el culto se acaba a las ¿11 y media? ¡Oh! Padre mío, ¡qué barbaridad! Yo tenía que preguntar eso ahí. Bendito. Pero yo voy a avanzar Pastor, vamos a ver como yo hago esto.

Al llegar a la página tres usted escuche todo lo que voy a decir y punto. No pestañeé porque voy a las millas. Okay. Juan 6: 1 al 14 dice: Me encanta esta palabra: Jesús alimenta 5000. "Algún tiempo después Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea y mucha gente lo seguía porque veía las señales milagrosas que hacían los enfermos. Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos. Faltaba muy poco tiempo para la fiesta judía de la Pascua.

Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacía Él le dijo a Felipe: '¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?' Esto lo dijo solo para ponerlos a prueba porque Él ya sabía lo que iba a hacer. Ni con el salario de 8 meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a a cada uno, respondió Felipe. Otro de sus discípulos -Andrés, que era hermano de Simón Pedro- le dijo: 'Acá hay un muchacho que tiene 5 panes de cebada y hay dos pescados. ¿Pero que es esto para tanta gente?' 'Hagan que se sienten todos', ordenó Jesús. Me gusta cuando dice: ordena cosas.

'En ese lugar había mucha hierba así que se sentaron y los varones adultos eran como 5 mil. Jesús, tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados, los que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados. Una vez que quedaron satisfechos dijo a sus discípulos: 'Recojan los pedazos que sobraron para que no se desperdicie nada'.

Así lo hicieron y con los pedazos de los cinco panes de cebada que le sobraron a los que habían comido, llenaron 12 canastas. Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: "En verdad este es el profeta, el que ha de venir al mundo". Pero Jesús dándose cuenta de que querían llevárselo a la fuerza y declararlo rey, se retiró a la montaña solo".

Mateo, me gusta mucho Mateo, creo que es o Marcos, porque en Mateo eso está en 14, sólo voy a leer esa frasecita porque me encanta: "Cuando Jesús recibió la noticia". Jesús venía de recibir la noticia de que Juan el Bautista había sido decapitado. Obviamente, Jesús hombre estaba en un proceso difícil. Una persona que él amaba que se criaron juntos, Juan de Elizabeth, se criaron juntos, eran primos y lo habían decapitado. Jesús viene de pasar un proceso 'hm', aceptar la voluntad de Dios como a veces nos toca a nosotros Señor. No hubiera querido pero la aceptó y dice:

"Cuando Jesús recibió la noticia se retiró él sólo en una barca a un lugar solitario". Jesús necesitaba espacio. "Pero las multitudes se entraron, y lo siguieron a pie desde los poblados y cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos". Y vemos un Jesús compasivo, ¿verdad? No quería perder ese punto.

¿Cuáles son las características de la multitud? La multitud como vemos aquí en Juan y también lo vemos relatado en los demás evangelios era gente de doble ánimo. Gente que dependiendo de como, de que era lo que se estaba ofreciendo, pues, ellos estaban allí. Gente que buscaban la oportunidad para investigar quien era ese hombre llamado Jesús.

Fíjate que en Santiago 1:8 -voy a leer esto rapidito- la gente que trabaja, la multitud, los que tenemos ese espíritu, esa cosa de multitud de solamente seguir es indeciso y es inconstante en todo lo que hace. Esa es una de las características de una persona que es multitud. Es indeciso, inconstante en todo lo que hace. Comienza algo pero no lo termina. Decide ir a la iglesia el domingo, pero al otro domingo no puedo ir. Voy a comenzar a leer la Biblia pero ¡Ah! se me perdió la Biblia. Compro otra pero la abrí en un año, pero Hm. A todos nos ha pasado, yo creo que aquí no hay nadie exento de eso.

A mi me ha pasado. ¿Usted no sabe cuantas biblias yo he comprado en mi vida? Hasta que empecé a tomar decisiones. Disfrutan de los milagros, disfrutan ver la obra de Dios a través de su talento. Disfrutan de los milagros, disfrutan de lo que hacen, disfrutan de ver las cosas que Dios hace con otros pero no abren su corazón. No le dan espacio a Dios para que haga milagros en su vida. Esa es una característica de multitud.

Buscan saciar sus necesidades. Es el Dios de la Bendición: Jehová Giré. Dios dame. Dios necesito y solamente vamos a la presencia del Señor para pedirle a Dios. Y no hay nada malo con pedirle a Dios, tenemos que pedirle a Dios porque la Biblia lo recalca: "Tocad la puerta y se abrirá, buscad y hallareis". Tenemos que pedirle al Señor pero ¿será que todo el tiempo y el único momento en que tenemos en que tenemos intimidad, tenemos relación con Dios es cuando le pedimos?

Andan detrás de las señales, son aquellos que van detrás de las señales pero no cambian. A veces vamos de iglesia en iglesia corriendo: "allí está fulano, allí está mengano. Están haciendo un milagro. Vamos para allá". Y muchas veces es que nos arriesgamos, estamos comiendo palabra buena aquí, no adultera, Cristo-céntrica y de momento nos vamos a un lugar porque hay fuegos artificiales y están pasando cosas, cuestiones y allá nos vamos y nos podemos confundir.

¡Cuidado! Siguiendo las señales. ¿Qué dice Marcos? Yo hice como mi esposito, mi esposito las marca para no perderse. Mira lo que dice de aquellos que conocen a Dios, los discípulos: "Estas señales seguirán a acompañarán a los que crean. En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en nuevas lenguas. Tomarán en sus manos serpientes y cuando beban algo venenoso no les hará daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos recobrarán la salud. Después de hablar con ellos el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Los discípulos salieron y predicaron por todas partes y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que los acompañaban".

¡Qué diferente! No íbamos corriendo detrás de las señales. Los discípulos empezaron a correr detrás de las señales, las señales los acompañaban y dice aquí que era Jesús: "El Señor los ayudaba" ¿Cómo los ayudaba Jesús? ¿Qué hablaban ellos? Cuando nosotros hablamos y cuando nosotros declaramos algo lo declaramos ¿en el nombre de quien? En el nombre de Jesús y ese es el sentido que trae esa palabra: en el nombre de Jesús las cosas son hechas.

No temas, porque tú tienes el mismo Jesús que esta gente tenía. El espíritu de Dios habita en ti. Tú tienes autoridad para echar fuera, tú tienes autoridad para imponer manos y sanar, tú tienes esa autoridad. Tienes que ejercerla. Tienes que ser discípulo. La multitud -mejor es que lo haga otro- es aquellos que se sientan y miran: "¡Ay! Mira fulano, pasó. ¡Que tremendo! Mira el Señor lo bautizó, ¡que bueno!" pero yo nada.

Entonces, Dios quiere que tú entres a las aguas y esas aguas te cubran, que tú tengas la experiencia de ser usada por Dios, de saborear lo que es el poder de Dios en tu vida. Eran oidores olvidadizos y no hacedores de la palabra. Escuchaban la palabra pero no la retenían para accionarla. ¡Eso nos pasa tanto! La competencia del mundo es tan grande, hermanos, hay tanta presión en el mundo, hay tanta distracción en el mundo, hay tantas cosas que nos llaman la atención, hay tantas cosas que nos retan a hacer a no tener el carácter de Cristo y contestar mal por mal y si me dan una bofetada doy la otra.

En el mundo estamos llenos de violencia. Estamos viviendo -yo creo- los tiempos más violentos. Yo veo los jóvenes, yo admiro. Miren, hermanos, cuando yo voy a este viaje de jóvenes y veo jóvenes encendidos en la presencia de Dios digo: "¡Ay Dios mío! De verdad tú eres real. Tú no has perdido -nosotros decimos que los jóvenes se están perdiendo- mentira del diablo.

Hay jóvenes que están llenos de Dios, hay jóvenes que desean servirle al Señor, hay jóvenes que buscan en secreto la presencia del Señor y en público Dios los respalda. Jóvenes que no se quieren, adultos, mujeres, niños que no se quieren contaminar, que no quieren vivir en esas dos aguas y Dios los respalda. Pero tenemos… ¿qué? No podemos olvidarnos de la palabra.

Huyen ante el compromiso. Una de las cosas que la multitud vio en Jesús era que ellos pensaban que Él era el Mesías o algunos dicen que era el Mesías, otros decían que era el profeta. Pero cuando ellos vieron a Jesús en la mente de ellos eso significaba que era el líder político y dijeron "¡Guau! Llegó el Mesías", el líder político como el Mesías y que vencería a los romanos y marcaría el comienzo de una nueva era de riqueza y de paz para el pueblo de Israel.

Pero Jesús hablaba de un reino que no era de este mundo, entonces era un reino espiritual que él iba a establecer y cuando la multitud se dio cuenta que él no era el rey de los judíos aquel ¿qué hicieron? lo crucificaron. No le siguieron más. No se comprometieron. Necesitamos tener compromiso. Este es el tiempo de cuando viene el momento de la prueba no podemos huir. No podemos decir: "¡Ay! Cuando estaba en Egipto era mejor".

Compromiso delante de Dios. Regresaban, tenían otras prioridades antes que Dios. ¡Uy! Esto a mi me mató. Cuando esta frase me golpeó a mí: que yo supe tener prioridades más importantes que Dios. Yo sabía que había momentos en donde tenía que tomar decisiones y no las hacía. Cuando vino la decisión de dejar la universidad, fíjate si Dios es paciente con nosotros, pero tiene un deadline, tiene un límite y ahí es donde tú dices: "¡Oops! ¿Qué hago?"

Cuando llegó el momento yo estaba en los momentos, miren hermanos, más hermosos de mi trabajo en la universidad, yo dirigía el Coro, yo dirigía el departamento de Música allí. Habíamos tenido un viaje a Italia, el coro había ganado copa de oro en música sacra y coros mixtos, las banderas de Puerto Rico y usted sabe que eso es una emoción bien high. Sube un… -y yo digo: "¿Ahora me estás llamando para irme?"

Cuando esto está tan bueno aquí. El coro estaba bien, tenía unas buenas voces, habíamos trabajado muchísimo. Y cuando recibimos el premio que Dios me lo había dicho, yo me acuerdo que el Señor me había mostrado, yo había visto esa victoria. Preparé los muchachos porque para mí el coro eran parte de mi ministerio: ellos oraban, se convertían. En ese viaje se convirtieron los que no se habían convertido. Tenía hijos de pastores en el coro, los hijos del Pastor Mijain, eran estudiantes míos. Dios hizo lo que tenía que hacer allí en el coro, en ese viaje.

Pero además de que se convirtieron ganamos ese primer lugar. Cuando regresamos, comenzó el proceso de yo renunciar a la universidad. El Señor me dijo: "No te vas a ir, no vas a esperar a jubilarte, porque eso es lo más fácil. Yo te estoy llamando a que te jubiles para que después me sirvas. Te vas ya".

Yo anhelaba eso en mi corazón, pero tuve que tomar una decisión. Le dije: "Dios mío". Mi sangre fluía con la música coral. Eso era mi vida total. Era hacer música y cuando tomé la decisión me sacudí y dije: "Este es el tiempo de Dios". Lo hice con gozo pero decidí comprometerme con Dios y esa prioridad que Dios me estaba pidiendo: "Sal, ya es tiempo de que salgas". Fue romper, nunca miré hacia atrás. Yo no volví a la universidad ni a buscar un diploma. Todavía están allí y llevo casi 5 años fuera.

Regresan por más provisión y no por Dios. La multitud regresaba por más provisión. Seguían al maestro, porque el maestro les iba a dar algo. Ahora, características del discípulo. Los discípulos sirven y recogen los pedazos. La Biblia dice en Juan: "Cuando todo terminó Jesús les dijo a ellos: 'Vayan y recojan los pedazos que sobraron'".

El discípulo es el que sirve, el discípulo es el que se entrega al Señor y aún las cosas que nadie va a hacer y aún las cosas por las cuales nos vamos a tener que humillar las vamos a hacer, por amor a Cristo.

La multitud una vez termina todo, se va literalmente. El que es discípulo se mantiene fiel, pase lo que pase, venga lo que venga. Yo no voy a negar a Cristo. ¿Me tengo que humillar? Me humillo, ¿tengo que perdonar aunque no se arrepientan? Lo hago. ¿Tengo que enfrentarme a una persecución a causa del maestro? Recojo los pedazos. ¿Me hieren aunque amando más sea amada menos? Como decía Pablo: eso es recoger los pedazos.

Ahora hay una bendición de recoger los pedazos. El que recoge los pedazos es aquel que después de la fiesta tiene una parte especial con el maestro. ¿Usted sabe eso? Usted va a una fiesta y todo el mundo se va y entonces los íntimos se quedan con y allí el vino nuevo es el que sale, allí las cosas que no se dijeron al público se dicen en lo secreto, ahí tu compartes con esa persona. Es como cuando tú tienes una novia y los novios se casan, se va todo el mundo, pero casi siempre los novios se quedan al final y entonces vienen los abrazos. ¿Quien se queda? la familia, los íntimos.

¿Usted quiere ser íntimo de Dios? Tiene que recoger pedazos. ¿Usted quiere tener la calidad, lo bueno, lo sumo, el melao de la caña y no quiere que se le diluya? Pues no sea multitud, tiene que ser discípulo, tiene que estar en los últimos momentos ahí donde Dios hizo milagros impresionantes.

No todos los milagros se vieron en la multitud. Dios hizo cosas, ¿se acuerdan cuando Jesús fue a sanar aquella niña? Le dijo a la gente: "Nadie, los gritones no me acompañen, y los que lloran y los que no tengan fe no vayan conmigo. Yo me voy a llevar a estos tres. Y estos tres: Simón Pedro -ahora no tengo la Palabra no hago nombres. Yo no digo muchos nombres cuando yo no tengo las cosas claras en la palabra- se quedaron y vieron el milagro de la resurrección de esa niña, la hija de Centurión. ¿Verdad? Lo siguieron donde fuese.

Conocían al maestro. Filipenses 7 al 10 habla sobre eso, conocen al Señor. Saben lo que al maestro le agrada, saben lo que le desagrada. Tienen una intimidad con el espíritu santo, tienen una conexión donde el espíritu de Dios como no está contristado -acuérdate que cuando somos multitud- hay tantas cosas que están corriendo en nuestra mente y en nuestras emociones que el espíritu se contrita.

Pero cuando somos discípulos estamos sensibles a la voz de Dios, sensibles a lo que el maestro está diciendo. Y por ahí: "No, no hagas ese préstamo ahora", pero si yo iba a hacer ese prestamos. "No, no lo hagas", el espíritu te inquieta.

Conocen al Señor, saben hacia donde van, saben lo que es puertas abiertas y saben cuando las puertas se cierran y son de Dios. Dios siempre contesta: "Si, no o espera". A nosotros no nos gusta el espera, casi siempre es sí y sí y si me retiro y hago lo que me da la gana a veces nos damos duro cuando decimos "Sí el señor dijo" y Él había dicho: "Espera".

Somos formados por Él. Dios comienza a formarnos, Dios comienza a quebrantarnos como vasos en manos del alfarero. Dios nos lleva al lugar para afinarnos como la plata, nos pasa por el fuego. Los discípulos son transformados en carácter, en todo de adentro hacia afuera. Son quebrantados por Él.

Todas tus ambiciones se destruyen, tus sueños ya no son los tuyos, son los sueños de Dios. La limpieza empieza por la casa nosotros empezamos a ser transformados. A veces estamos casadas y mujeres, lo siento, pero yo tiro un poquito más a ellas. Nosotras a veces queremos que nuestros maridos sean transformados pero nosotras nos ponemos salvajes y queremos que las cosas sean ahora, les faltamos el respeto a nuestros esposos, les predicamos en vez de mantener....

Hay un proverbio que dice que en las muchas palabras no falta pecado. ¡Uy! Eso a mí siempre se me ha quedado aquí. A veces queremos insistir, a nuestro tiempo, como nosotros queramos. Cuando el Señor comenzó a trabajar con mi esposo. Lo primero que me dijo fue: "Quita tus manos y cierra tu boca. Tú vas a colaborar conmigo orando" y eso para mi no fue fácil.

¿Para qué mujer es fácil callarse y solamente orar? ¡Ay, bendito Dios!

Eso es pedirle a la chacha. Dios transfórmame si tú quieres que yo haga esto. Porque yo...va a haber momentos donde Dios te va a decir quebrantada, te voy a quebrantarte, te voy a callar. Y en ese proceso es donde Dios empieza a quebrantarte, donde la palabra empieza a ser vida, donde la única alternativa que tu tienes es buscar la palabra y saber cual es la voluntad de Dios.

Y Dios empieza a quebrarte y empieza a hacerte un hombre nuevo o una mujer nueva. Un hombre que pueda ser sacerdote, que pueda ser sabio para dirigir su familia. Fue una de las cosas impresionantes que Dios hizo en mi esposo: de ser seguidor, lo hizo cabeza, no cola. Comenzó a entender y a ser la puerta. El varón es la puerta del hogar. La unción comienza, el aceite dice en los Salmos que se derrama, ¿por dónde? Por la cabeza de Arón, baja por las barbas y ¿qué pasa? bendice todo el cuerpo.

El hombre es la cabeza donde quiera que se pare, varón usted es la cabeza. Está en su familia y su mujer tendrá tremendas ideas y tremendo liderazgo pero usted es la cabeza y eso... vas a rendir cuentas. Adán tuvo que bregar con esa situación. "La mujer que me diste", llamó Adán, ella metió la pata pero llamaron a Adán. ¡Qué barbaridad! ¿No es justo verdad?

Yo siempre pienso que los hombres pensarán eso: "Pero no es justo, si ella fue la que se zumbó. ¿Por qué me están llamando a mí? Llámala a ella". Pero el orden de Dios era ese, por eso no se deje. Nosotras somos influyentes y tenemos.... les comemos los dulces, pero usted no se deje comer los dulces, cuando usted tenga la razón y usted sepa hacia donde va, varón de Dios, prosiga y su mujer que se sujete. ¡Eh, Padre! Estoy como mala hoy.

No me inviten para congreso de hombres porque entonces sí... Miren yo he tenido que sujetarme. ¡Ay, bendito! Y no es que eso, ¿no es verdad, chicas? no es fácil: "Ay, sí me voy a sujetar. Hmmm!" Pero ahí es donde Dios nos quebranta, ahí es donde Dios nos enseña, mujeres, varones. Dios le enseña. Mantenga la firmeza, usted dirige. Nosotras nos sujetamos. Amén.

Dar cuentas. El discípulo da cuentas. ¡Qué difícil es dar cuentas! Un discípulo no camina como Llanero Solitario en la vida. Un discípulo da cuentas. El varón, el esposo le dice a su esposa; la esposa da cuentas a su esposo. Los líderes dan cuentas al Pastor, rinden responsabilidad.

Si usted dice que es discípulo y arranca, coge las maletas y es líder y coge las maletas y se desaparece y el Pastor no lo sabe, está actuando como multitud. La multitud era la que entraba y salía como le daba la gana, no le daba cuentas a nadie. Pero nosotros los discípulos, los líderes, la Grey, todos, en el orden establecido por Dios de sujeción, tenemos que dar cuenta.

No voy a versículos porque ya son las once y cuarto. Tenemos que dar cuentas. ¿Jesús dio cuentas? Pues claro. David, todas las victorias de David, consultó con Dios. ¿Qué le pasó a Saúl? Tuvo derrotas porque no se sujetó a Dios, no dio cuentas. Habitan en su presencia, cargan con la presencia del Señor, esperan en Él. Esperan que Dios se mueva primero, dejan que Dios de el primer paso. El discípulo carga con la presencia del Señor.

Es ese pollito, el pollino, que cargó a Jesús cuando entró a Jerusalén. Usted carga con la presencia del Señor. No la deje en su casa. ¿Sabe lo que pasa? El Señor como que a veces nosotros lo bajamos. Yo a veces lo bajo del carro.

En Puerto Rico, los tapones es una cosa impresionante y la gente hace sus cositas y yo "Dios te bendiga" y esa bendición se convierte, viene como con un saborcito de "te aplasto porque si te digo otra cosa me pueden salir..." y a veces le decimos al Señor: "Tú no estás, dame 5 minutos, que yo pongo a fulanito en orden". "Dame un break, Señor, que yo tengo que hacer unas cositas aquí para que la gente entienda".

Lo hacemos hermanos. Tenemos tantos rasgos de multitud y no nos damos cuenta y los metemos ahí y somos... vamos chigüín, chigüín, pero tenemos tantos rasgos.

Y por último tenemos que pagar el precio. Hay precio. Seguir al maestro, hay un precio, y es muerte. Es morir. Es morir a nosotros. "Es menguar, dice Pablo, para que Cristo crezca en nosotros".

Somos pescadores de hombres. Fue la primera y la última llamada de Dios. "Y, ya sois discípulos" les dijo al final. Pero al principio cuando decidió por sus discípulos les dijo: "Yo les voy a cambiar de pescador. En vez de pescar peces, van a pescar hombres".

Estableció el principio y el final de su ministerio y es el mismo llamado para nosotros. Somos convertidos. La salvación es preciosa, tenemos vida eterna, pero hemos sido llamados a pescar hombres y al final también se nos recuerda Jesús en el final del evangelio, va a ser difícil.

Va a ser una enseñanza difícil. Esta sí es la última. Juan 60. Esta es fuerte, yo nunca me imaginé a Jesús hablando en estos niveles, pero la Biblia lo dice. Pero Juan 60 es una enseñanza difícil y es un reto difícil para nosotros cuando nosotros no hacemos decisiones a tiempo. Con las que no estamos de acuerdo, a veces no estamos de acuerdo con todo lo que implica ser discípulo y es difícil aceptarlo.

Pero mira Juan 6:60. Esa es fuerte, ¿verdad? ¿Yo dije 60? No voy a decir por qué, porque hay varones y la mente se me va.

"Todo esto dijo Jesús mientras enseñaba en la sinagoga de Capenahum. Jesús había hablado fuerte entonces al escucharlo -dice 6:60- muchos de sus discípulos exclamaron: '¡Uy! esta enseñanza es muy difícil, ¿quien puede aceptarla?' Pero Jesús muy consciente de que sus discípulos murmuraban por lo que había dicho les reprochó: "¿Esto les causa tropiezo?". ¿Ustedes se imaginan a Jesús en esa? ¿Te molesta?

"¿Qué tal si vieran subir al hijo del hombre a donde antes estaba? ¿Qué tal si el plan de salvación de libertad y vida se desvanece? El espíritu da vida, la carne no vale para nada". Estoy en la nueva versión internacional.

"Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida", o sea te estoy traspasando con la palabra. Te estoy dando un yugo fuerte, pero esto es vida para ti. La palabra es vida para nosotros aunque nos caiga a veces y sea difícil.

"Sin embargo hay alguno de ustedes que no creen". Es que Jesús conocía desde el principio quienes eran los que no creían y quien era el que iba a traicionarlo. Así que añadió: "Por esto les digo que nadie puede venir a mi a menos que se lo haya concedido el Padre". Entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda, ya no andaban con él. Así que Jesús les preguntó a los 12 -a los íntimos, a los que recogen los pedazos-:"¿También ustedes quieren mancharse?".

¡Uy! Yo me imagino la cara de todos los discípulos: 'Oh, my God! Se molestó'

"Señor -Simón, siempre, es un baba en las buenas y en las malas, metiera o no metiera la pata- Simón Pedro dice: '¿A quien iremos? Tu tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios' "¿Cuantos han creído aquí? ¿Cuantos sabemos a quien vamos a ir? Dale un aplauso al Señor.

Él tiene palabras de vida eterna. Nos va a costar. Ahora es momento de que nos va a costar. Ponte de pie donde estas. Vamos a ponernos de pie y vamos a hacer un pacto con Dios y vamos a decirle:

Señor, se que tengo características. Se que mi llamado, que mi compromiso contigo en un momento se ha diluido. Se que te he tenido a veces no en primer lugar, ni en segundo, a veces te he tenido en último lugar. Aún así Tú me has amado, Tú eres fiel conmigo. Aún así Tú me has librado, Tú me has sanado, me has perdonado. Pero yo tengo que tomar decisiones.

Nos enfrentamos a muchas cosas, sí, pero jamás Pedro dijo: ¿A quién iré? Para sobrevivir, para tener vida en este tiempo y en el venidero solamente lo puedes dar Tú. Tú eres el único que puedes dar vida.

Vamos a orar, levanta tus manos al cielo.

Señor en el nombre de Jesús, venimos delante de ti, Señor reconociendo nuestra vulnerabilidad, nuestra debilidad, Señor. Señor yo se que cada día que nos confrontamos con estas palabras, Señor, nos confrontas, Señor. Nos pones la mirada, nos afinas la mirada, Señor, para mirarte a ti como viendo el invisible, para creerte.

Como dijo Pedro, nosotros hemos creído, hemos creído que tú eres Dios. Cueste lo que cueste, tengamos que morir, tengamos que padecer, tengamos que escoger, renunciar, rechazar los ofrecimientos del mundo, hemos creído que tú eres Dios.

Señor, y una vez más, Señor nosotros te decimos, te confesamos en esta mañana que queremos ser discípulos, que nos ayudes, Señor, a no ligar, a no mezclar a no diluir nuestro llamado, a mantenernos firmes en las tentaciones que el mundo nos trae que son impresionantes, Señor. Que nuestra carne tiembla, porque nuestra carne es débil pero tenemos el espíritu de Dios que habita en nuestros corazones y que nos dice y nuestro espíritu clama a tu espíritu como un abismo a otro abismo.

Padre, tú eres mi Padre, tú eres mi Señor. Tú sangre tiene un valor, Oh! Jesus! es incalculable tu valor, Padre. No vale la pena, lo que el mundo, lo que el tiempo me quiere robar. Quiero centrarme en ti, Señor queremos centrarnos en ti, queremos vivir para ti, queremos ser ofrenda grata a ti, Señor.

Ayúdanos, Señor, en nuestra incredulidad de que tus ofrecimientos son mayores. Tu palabra es verdad y se cumple. Que tu presencia irá con nosotros, irá delante de nosotros y calma la tempestad. Qué tu entras a lo secreto de nuestras vidas y nos transformas y nos perdonas.

Padre, necesitamos, Padre que nos ayudes a creer, pero nosotros tomaremos decisiones en esta mañana, Señor.

Si hay alguno que en esta mañana sabe, que así como yo saqué esa cajetilla de cigarrillos y la tiré, si Dios tiene que hacer un milagro, yo te diría que corras. Nos quedan cinco minutos. El espíritu santo hace lo que quiere en el momento que tú le das permiso.

Así que si hay alguien que tiene que venir aquí al frente, venga conmigo aquí vamos a orar una vez más. Vamos a hacer un pacto con Dios.

¿Hay alguien que en esta mañana corre a este lugar? y dice Señor hay un área en mi vida que yo tengo que cambiar. Yo te la tengo que entregar. Yo no puedo seguir siendo una multitud en esta área.

Dios te bendiga. No tengas miedo. Esto yo lo hago en lo secreto. Cada vez que descubro que hay un área en mi vida que yo tengo que darle freno y decir: "No. Basta ya. Yo no voy a hacerlo". Una de las áreas donde Dios me ha confrontado más es en ser una esposa sujeta y mansa. Mansedumbre. Escuchar y aprender a callar y Dios me demandó eso.

"Pero, Señor, es que yo tengo la razón", "No, no, no. Respeta a tu marido".

Recuerdo que mi esposo cuando comenzó la transformación de nuestra casa, por venir de un hogar matriarcal, lo que yo decía estaba bien. Hasta que llegó un momento en que él tuvo que tomar una decisión, guiar nuestra familia. Él no lo sabía todo pero Dios lo sabía todo y Dios era su líder y comenzó la transformación de ser el hombre, la cabeza, la puerta y toda bendición fluía. No era perfecto, nunca lo será, pero Dios comenzó a decirle "Yo te escogí a ti para que cuides de tu esposa y de tus hijos y los lleves a mi presencia".

El varón, varón tú tienes esa responsabilidad aunque sientas que sea dura. Dios está contigo, como decía el Pastor esta mañana y no habrá tormenta y no habrá llamado que Dios no te ayude a lograrlo. Por eso este es el tiempo de ser honesto con Dios, de escudriñar nuestros corazones y ser sincero con Dios.

Si este es el tiempo para hacer cambios, sal de tu asiento y dile Señor, ¿a quien iré si no a ti? Solo tú tienes palabra.

Padre en el nombre de Jesús nos reunimos delante de ti hombres y mujeres imperfectos, hombres y mujeres que necesitamos que tú Señor, estamos tomando decisiones en esta mañana. Padre cuando salimos de nuestro asiento, cuando respondemos a tu palabra es porque somos tus hijos. Somos tus hijos, hemos sido lavados por la sangre de Cristo.

Señor hemos sido escogidos por ti de entre la multitud para ser discípulos. Padre, en esta mañana, Señor entregamos todo lo que nos ha impedido, Señor, entregamos nuestras justificaciones, entregamos nuestros fracasos que nos impiden seguir adelante.

Señor y tomamos la decisión de seguirte porque todo lo que tú hiciste y tu palabra dice que "aún cosas mayores haremos". Sí te creemos, Señor nosotros damos un paso hacia adelante pero es un paso de decirte Sí creo. Sí creo que puedo ser un esposo sabio, un esposo, Señor, que pueda dirigir su familia.

Sí creo que pueda ser una mujer prudente. Yo recibo este reto en el nombre de Jesús.

Recibimos el reto que tú estas dando de ser ofrenda, de ser hombre de valor, mujeres de ayuda idónea, mujeres que no Padre, contemplen la vida con sencillez, que no somos mujeres ligeras en el pensar y en el actuar, sino que somos gente comprometida con nuestras familias, comprometidas con nuestros padres. Y los jóvenes Señor, radicales para Cristo. Jóvenes, Señor que no se dejan engañar ni seducir por los ofrecimientos del mundo, sino que deciden seguirte aunque les cueste. Aunque sean vituperados, aunque sean humillados, Señor.

Yo sé en quien he creído. Nosotros sabemos en quien hemos creído y hoy tú traes libertad en el accionar en el nombre de Jesús, tú traes libertad de los recuerdos del pasado, de los vicios del pasado. En el nombre de Jesús.

La carne hoy queda libre, la mente, las emociones quedan libres. En el nombre de Jesús. Para seguir a Cristo como un discípulo.

Padre, Señor nos humillamos delante de ti, nos sacudimos papá. Nos sacudimos Señor. Padre porque tu palabra dice que somos ministros del nuevo pasto. Sí, Señor. Oye bien esta palabra, esta es la confianza que delante de Dios tenemos por menos de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto. No en el de la letra sino en el del espíritu, porque la letra mata y el espíritu es y da vida.

Estamos reunidos aquí creyendo que no nos vamos a descartar porque Dios no nos descarta. Somos ministros de un nuevo pacto. En esta mañana hemos tomado la decisión de sí pagar el precio de ser discípulos, de amar, de dar cuentas, de sujetarnos los unos a los otros en amor, de creer de buscar la palabra de hacer decisiones en su presencia. De seguirlo cueste lo que cueste.

Padre en el nombre de Jesús nos comprometemos y hacemos pacto contigo. Repite conmigo. Señor. Todos aquellos que quieren hacer pacto, levanten una mano. La decisión está en tus labios y en tu boca. Señor en el nombre de Jesús venimos delante de ti.

¿A quien iré sino a ti? Tú tienes palabra de vida.

Yo renuncio a mi estilo pasado de vida, a mi dureza de corazón, a mi falta de entendimiento, a mi insensibilidad para escuchar la voz de Dios cuando quiere transformarme. En esta mañana me acerco a ti en confianza sabiendo que es tu espíritu el que me llama, el que me toca y el que me puede cambiar.

Renuncio a mi estilo pasado de vida y acepto el llamado. Recibo la unción de tu espíritu santo, el poder de tu espíritu para poder lograr, para poder vencer toda tentación y ser un hombre, una mujer conforme a tu corazón.

Quiero agradarte en todo, por eso me comprometo delante de ti. Hago pacto contigo. No quiero volver atrás. Ayúdame en mi incredulidad. No quiero volver atrás. Recibo este llamado y me declaro en tu nombre discípulo tuyo, dispuesto a recoger los pedazos, dispuesto a rendirme a ti y a vivir vida santa, pura, agradable a ti.

Gracias, Señor, porque tú lo has hecho. En el momento que tomo la decisión tú lo haces y me darás la fuerza para seguir. Gracias Señor, Gracias, Jesús. Gracias, Papá. Te damos gracias.