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Segunda de Timoteo capítulo 1. Ya el Señor nos habló de este versículo en el tiempo profético que tuvimos aquí. Y yo siento que todo lo que hemos escuchado en términos de palabra profética está completamente en unión a la Palabra que Dios me ha dado para que comparta. Ahí en Segunda de Timoteo Capítulo 1 versículos 6 y 7. Versículos famosos, conocidos.
‘Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio’. En realidad quisiera tener más tiempo de lo que tengo para desarrollar el pensamiento central que Dios ha puesto en mi corazón. De hecho que cuando estuve ahora en Puerto Rico predicando en una conferencia en el pueblo de Arecibo usé este mismo versículo en otro contexto para tratar con lo que Dios me dio para esa Congregación, el viernes en la noche.
Esta mañana, y desde que vine de Puerto Rico he estado pensando en el tema inclusive de la palabra profética y del mover del Espíritu Santo y por qué a veces se hace tan difícil para las Congregaciones y los individuos entrar en el mover del Espíritu Santo. Y una de las razones muchas veces es porque los dones vienen a veces empacados en unas envolturas muy poco atractivas. Muchas veces vemos el mover de la iglesia de Cristo en el mundo y vemos cuan contaminada está la energía de Dios cuando encarna en hombres e instituciones humanas. Desde el momento que el Espíritu Santo sale del mundo perfecto de la eternidad y entra en el tiempo en el espacio tiene que estar en contacto con la carne y las imperfecciones de los seres humanos.
Eso lo vimos en el ministerio de la Encarnación en que toda la totalidad de la deidad de Dios tiene que meterse dentro de un cuerpo humano que está sujeto a tentaciones y que probablemente tuvo todos los procesos que cualquier ser humano manifestó. Lo vemos aquí en esta Biblia, que es la Palabra de Dios, también. Es un texto que contiene todo tipo de complicaciones y expresiones históricas, pero nosotros creemos que ahí está la perfecta revelación de la voluntad de Dios. Vemos que los héroes de la Biblia que vemos en las páginas de la Biblia estaban llenos de imperfecciones. Yo me temo que si tuviéramos oportunidad de tomarnos un capuchino con Elías saldríamos un poco desilusionados.
Si nos mostraran un video de Jesús caminando por las calles de Jerusalén nos sentiríamos decepcionados y quizás diríamos “¡Guau! ¿Eso es todo?”. El profeta Isaías dice que el Mesías sería sin atractivo para que lo deseáramos. Es decir no iba a ser atractivo sino humilde, sencillo. Por esa razón de que la eterna revelación de Dios, el poder de Dios a veces se manifiesta en formas bien poco atractivas. Muchas veces nos sentimos impulsados a rechazar las cosas que vienen de Dios.
Yo he tenido que aprender que si voy a aprovechar el poder de Dios en mi vida tengo que ser bien humilde y aprender a coger las cosas que a veces vienen en paquetes muy poco atractivos. Eso me recuerda una de las Palabras del Apóstol Pablo y voy decirles por qué este versículo que relación tiene. Por ejemplo en Segunda de Corintios capítulo 4 versículo 7 el Apóstol Pablo dice: “Pero tenemos este tesoro”. Digan todos “tesoro”. “En vasos -¿de qué?- de barro”. Es como si cogiéramos un diamante de 3 mil quilates y lo pusiéramos en un engaste de aluminio. ‘Tenemos este tesoro en vasos de barro’. Miren el contraste entre tesoro y vasos de barro. Uno no pone un tesoro en vasos de barro.
La idea es poner un tesoro en un envase que esté a la altura del tesoro. Y el Apóstol Pablo está hablando aquí del Evangelio, la revelación máxima de Dios a la humanidad. Dios la ha puesto en ‘vasos de barro’. Ese es el contexto de este versículo en el capítulo 4. Y ¿para qué? Dice “para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros”. Cuando uno mira todos los escándalos y todos los fallos de la iglesia de Jesucristo, todas las atrocidades que se han cometido a través de la historia, la imperfección de la iglesia universal de Jesús y de la iglesia en estos mismos tiempos, uno se pregunta ¿Cómo se le habrá ocurrido a Dios meter el sublime Evangelio, la tarea de evangelizar al mundo en gente como usted y como yo? ¿En instituciones tan imperfectas como es la Iglesia?
Si usted tiene su mirada puesta en los hombres, en las instituciones y eso es lo que le va a convencer a usted buscar de Dios, olvídese que esto está destinado al fracaso. Si usted sólo va a recibir una palabra profética que venga de una persona, de un cuerpo perfecto, de una personalidad perfecta emitida en una forma perfecta olvídese de la profecía y no busque que Dios le hable a través de la Palabra. Muchas veces la Palabra de Dios viene en vasos de barro, en formas imperfectas, en formas en que no las esperamos. Y uno tiene que estar dispuesto a pagar el precio, ser humilde, ser complejo y entender que hay una interacción entre la humanidad del hombre y la deidad de Dios y que Dios ha querido que así sea siempre en todo lo que nos da a nosotros.
Ninguno de los dones que la Biblia dice que Dios le ha dado a su iglesia, yo los he visto expresándose en formas perfectas. Siempre los he visto en formas que a veces, yo me he sentido tentado a rechazarlos y decir ‘Si eso es lo que es ese don, no me interesa’. Pero yo he descubierto que cuando recibo lo que Dios me da y recibo esa adivinanza, cuando recibo esa cosa rara que yo me siento en carne tentado a rechazar y trato de buscar y preguntar ¿qué es lo que Dios tiene para mi allí?’ y discernir el contenido divino en ese paquete raro, hay bendición. Siempre hay bendición para mi vida, en alguna manera que yo no puedo explicar. Cuando yo pongo en entredicho mi mente, cuando la sujeto a la verdad mayor de Dios, siempre esa humillación de mi intelecto genera bendición de parte de Dios.
Por eso es que Cristo dijo “a menos que no seamos como niños no podemos entrar en el Reino de los Cielos”. Muchas veces nuestro intelecto y nuestros valores estéticos de cómo se tienen que hacer las cosas nos hacen tropezar y nos impiden entrar en contacto con la energía misteriosa de Dios. Muchas veces las bendiciones más grandes que yo recibido en mi vida han venido de gente que yo no invitaría a comer a mi casa. Gente con mal olor en la boca, mal vestidos, te escupen cuando te dan la profecía, gente a veces que no son los más desarrollados espiritualmente, tienen defectos obvios de carácter. ¿Cuántas veces la gente que más me ha bendecido a mí en esta misma iglesia son personas que yo he tenido que pelear con ellos por otras razones aparte? Siempre están peleando conmigo y yo con ellos. Pero no se preocupe que ese no es usted. En el segundo servicio. Es cierto.
Pero, ¿de dónde me sale todo esto? Y estoy compartiendo con ustedes. ¿De dónde viene? Es que alguien me dio para que mirar un video de un predicador que tiene cierta popularidad. Un predicador carismático, ultra pentecostal, y la persona que me lo dio siente que eso que este hombre ejemplifica no es de Dios. Y quizás usted espera que a la luz de los que yo estoy diciendo, yo le diga que ‘No, yo sentí que este hombre verdaderamente tiene un ministerio bíblico’. Pero fue todo lo contrario, yo estoy de acuerdo que esa persona no hizo resonancia en mi espíritu. Su forma de ministrar no resonaba con mi espíritu, yo no siento que eso es lo que Dios quiere para la manifestación de los dones.
Un misticismo falso, emocionalismo, falta de fundamento Bíblico, expresiones de falta del carácter del siervo de Dios. Por lo menos por lo que yo puedo juzgar así a groso modo y simplemente ásperamente. Inclusive vi cosas peligrosas para la salud de la iglesia. Hay toda una rama del Pentecostalismo que va en crecimiento hoy en día que como que es simplemente como que ‘metete a experimentar, emborráchate y metete la droga del Espíritu y olvídate de la Palabra y de la doctrina y de la teología y simplemente goza del mover del Espíritu’. Historias de ángeles gorditos que se te aparecen y te dan mensajes. Cosas raras.
Cosas, que verdaderamente, es como que yo creo que es peligroso porque tú te emborrachaste y experimentaste algo y ya eso valida que es Dios, verdaderamente. Pero precisamente cuando yo veo esas cosas entro en lucha. Porque yo no digo ‘Señor yo no quiero rechazar algo simplemente porque no es lo que yo creo que debe ser la forma en que Tú te manifiestas’. Y eso me hace preguntar “Bueno, ¿por qué Dios ha hecho tan difícil la cosa? ¿Por qué no manifiesta sus dones en una forma perfecta? que uno pueda decir definitivamente eso es y no hay duda de eso. ¿Por qué tenemos que estar siempre ejerciendo juicio y juzgando a la luz de la Palabra y preguntándonos será esto del Señor o no? ¿Por qué simplemente Dios no manifiesta las cosas puras perfectas y ‘ya resolvemos el problema’?
Y sin embargo vemos en la Biblia que así es. Porque si usted lee Primera de Corintios capítulo 14 el Apóstol Pablo está bregando allí con falsas manifestaciones aún en medio de la Congregación cuando el espíritu se manifiesta. De hecho Primera de Corintios 14 se escribe para corregir algunos de los excesos que se estaban dando en medio de esa Congregación Pentecostal. Y el Apóstol Pablo escribió para corregir y para establecer un orden bíblico, coherente con los principios de la Palabra de dios. Y por eso en el capítulo 14 verso 27 él dice “Hágase todo para edificación”. Muchas veces yo me pregunto cuando veo tantas manifestaciones y tantas cosas en un servicio o en algunos ministerios dicho”Bueno, que edificación hay; ¿qué queda?; ¿Cómo está la gente siendo fortalecida, avanzada, transformada en sus vidas” ¿qué de valor queda después que el polvo se ha aquietado y todo ya está normal?
¿Dónde está el sedimento permanente del ministerio? En el versículo 27 dice: ‘Si habla alguna lengua extraña sea esto por dos o lo más tres y por turno”. En el versículo 27 dice: “Si habla alguno lengua extraña sea esto por dos o lo más tres y por turno y uno interprete”. En el versículo 29 dice “Asimismo los profetas hablen dos o tres y los demás juzguen. Esto de juzgar quiere decir, como dice ahí en la traducción en inglés, midan cuidadosamente lo que esa persona ha dicho. La idea es no hacer tan indiscriminadamente todo lo que ustedes oigan simplemente porque parezca atractivo o interesante o impresionante. El diablo hace milagros. El diablo habla en lenguas. El diablo sana, claro sana para enfermarte más, porque no sabe hacer.
No podemos, simplemente llevarnos por las manifestaciones. Pero por otra parte, porque porque algo sea feo, imperfecto o poco atractivo, porque no sea lo que tú esperas o porque no esté dentro de las definiciones que tú quieres que sea, eso no quiere decir que no sea de Dios. Es más yo creo que por eso mucha gente como muchas veces los dones de Dios se manifiestan a través de formas poco atractivas y de gente común y corriente con sus imperfecciones, rechazan y no entran en la vida del Espíritu porque no se conforma a lo que ellos esperan que sea grandioso y perfecto. Tiene que haber un balance, en otras palabras. Porque sea feo, no quiere decir que no es de Dios y porque sea bonito, no quiere decir que sea de Dios.
Porque el profeta mida 6 pies con 8 y tenga ojos azules no quiere decir que sea de Dios. O porque mida 4’3 y esté arrugado no quiere decir que no sea de Dios. Dios usa lo que quiere, cuando quiere, como quiere y nosotros tenemos que discernir las cosas en el Espíritu. Hay una parte que Dios quiere que nosotros hagamos y cuando nosotros entramos en cualquier encuentro con la manifestación de los dones tenemos que pedirle al Señor que nos dé esa capacidad para juzgar, no conforme a los ojos y la carne, sino conforme a la palabra y el Espíritu.
Pero ciertamente, el énfasis de este sermón es esto: ‘No rechaces el don de Dios porque se manifieste en formas poco atractivas’. Ese es el énfasis que yo quiero dejar en este día. Lo otro es muy cierto y por eso lo señalo. Pero mi parte es, no rechacemos el don de Dios porque venga en un atuendo, una vestidura humilde, sencilla e imperfecta. ¿Qué conexión tiene esto con lo que le dice Pablo a Timoteo? Porque Pablo le dice “Timoteo aviva el fuego del don de Dios que está en ti”. En otras palabras, había una parte activa que Timoteo tenía que jugar para que el don de Dios se manifestara en su vida. Dios no lo hacía todo, simplemente por él.
Así como hay una parte que nosotros tenemos que juzgar para que los dones se manifiesten en nuestros medios, en nuestras vidas. A veces Dios quiere que seamos alertas y estemos juzgando mientras interactuamos con el don que estemos vigilando y viviendo con el don de Dios. Y es una parte que a nosotros nos toca. A veces cuando tú te sientas menos disponible y menos dispuesto a manifestar el don de Dios, quizás ese es el momento en que por fe, tú vas a tener que entrar en orar por alguien o dar una palabra profética o comenzar a suscitar el mover de Dios en algún ambiente en que tú te encuentres.
A veces en un momento en que todo parece tranquilo en el servicio y no hay nada que promete como que Dios se va a mover, tú por fe comienzas a hacer tu parte, ya sea el Pastor o quien sea y tú comienzas a procesar la energía de Dios y eso hace entonces que el Espíritu comience a manifestarse y a moverse. Es como este tiempo que tuvimos aquí, donde el Señor se manifestó tan lindamente, es un proceso. Eso va poco a poco y como que hay un momento en que alguien hace algo y uno ve algo o siente algo y entonces uno toma por fe que eso es Dios y todo comienza de ahí. De ahí otro hace otra cosa, entonces uno declara algo y entonces Dios comienza a moverse y uno entra a moverse en el poder de Dios.
El mover de Dios es como una locomotora y hay que romper la inercia de esa masa grande que hay que comenzar a mover. Mientras más se mueve, más impulso gana hasta que ya es una máquina que es irresistible, se mueve hacia adelante. Y ¿saben lo que pasa? Muchas veces lo que impide que mucha gente en el mover del Espíritu Santo en sus vidas es que no entienden que a ellos les toca una parte bien importante. Y también que el don de Dios, sobre todo al comienzo, se va a manifestar en formas muy a veces, pequeñas, humildes y sencillas y lo que tienen que hacer es insistir y persistir ejercitando el don por fe hasta que ese don comience a cobrar calor y se manifieste entonces en todo su poder y en toda su perfección.
Muchas veces, hay gente que está buscando ‘Señor, bautízame con tu Espíritu, lléname con tu Espíritu’ y Dios está allá arriba diciendo: Pero si yo ya te lo entregué hace tiempo, muchacho. Simplemente úsalo y muévete en él. ‘Señor yo quiero el don de lenguas’. Abre tu boca y habla. Hay veces que la gente cree que para hablar en lenguas tienen que venir dos angelitos y comenzarles a mover la lengua a uno. Piensa que tiene que entrar en un estado místico y caer al suelo suavemente y elegantemente y entonces comenzar a hablar.
Si tú tienes un don, si tú conoces un idioma, tú simplemente abres tu boca y hablas. Yo no tengo que sentirme emocional ni romántico para hablar en francés. Y así mismo pasa con el don. Yo creo que todo creyente puede hablar en lenguas. Toda persona bautizada en el Espíritu Santo, pero a veces se rehúsan a abrir la boca y dar esa palabra rara y tonta que le va a salir la primera vez cuando hablen en lenguas. Y por eso, no es que Dios no quiera, es que nosotros decimos ‘No, hombre, yo esperaba algo mucho más hermoso que esto. Yo esperaba una voz de trueno que saliera de mi boca’. Y lo que salen son dos o tres palabritas humildes o quizás un ruido raro. Pero Dios dice ‘atrévete y cuando tú hayas procesado eso yo te voy a dar más’.
Y cuando entonces tú en tu tiempo de oración, cuando nadie te está escuchando tú abres tu boca y hablas al Señor, tú ejercitas tu don. En tiempos de alabanza cuando tú sientes que el Señor está moviendo tu espíritu, tú abres tu boca y comienzas a verbalizar lo que Dios pone en tu espíritu. Así es que tú vas ejerciendo el don y se va soltando tu lengua y tú entras en la plena manifestación de la lengua que Dios te ha dado. Pero mucha gente quiere como que desde que abre la boca la primera vez, comenzar a hablar un idioma total y perfectamente; con toda la sintaxis y toda la gramática y todas las elocuciones de un idioma. ¿Cómo aprendió usted a hablar un idioma que usted no conocía? ¿Cómo empezó a hablar su propio idioma? ¿Usted comenzó hablando oraciones perfectas? No.
Pasa con el don de profecía. Viene una persona que tú sabes medio neurótica y con dificultades en su matrimonio y te da una palabra del Señor y tú dices ‘No, ¿Cómo puede esa persona hablar la profecía de Dios si yo conozco quien es y lo imperfecta que es? Si tú rechazas esa palabra, y cuidado que quizás estás contristando al Espíritu Santo. Por eso Dios dice ‘Mi tesoro está en vasijas de barro. Para que nadie se gloríe’. Si Dios estuviera buscando a alguien perfecto en la Tierra para darle su Palabra, nadie calificaría. Yo creo que precisamente lo glorioso está cuando nosotros aprendemos a recibir y respetar lo que Dios da. Y decir: ‘Padre aunque yo no entiendo la vasija pero lo que estoy escuchando hace sentido a la luz de la Palabra y de mi vida. Así que yo lo recibo y lo demás yo te lo dejo a Ti.’.
Eso puede pasar por ejemplo con el don de sanidad. Dios te dice: ‘Mira –y tú sientes en tu espíritu- yo he puesto en ti un don de orar por los enfermos para que sanen’. Y quizás la primera vez que tú oras por una persona con resfriado coge pulmonía y se muere. Y piensas que ya no vas a más. O quizás una persona tiene ese mismo resfriado y está estornudando y le están cayendo lágrimas por los ojos y tú oras por ellos y simplemente dejan de estornudar pero todavía tienen lágrimas en los ojos. Es una sanidad parcial. Y tú dices ‘¡Ah, no! Si hubiera sido Dios esa persona hubiera quedado sanada inmediatamente, rotunda y perfectamente. Así que no puede ser de Dios’.
Pero yo he descubierto que muchas veces la sanidad es de Dios, por misterios que solamente Dios conoce, a veces son parciales y solamente con el uso del tiempo como un médico usando su don se van haciendo más y más sólidas, más y más perfectas, más y más obvias. A veces oramos por una persona y creemos que inmediatamente que oramos por esa persona, tiene que quedar sanada. Pero yo he visto muchas veces que la sanidad es de Dios, que somos medios imperfectos, pueden ser graduales –poco a poco- y mientras persistimos orando por esa persona y esa persona ora también, peleando por su propia sanidad, Dios puede traer esa sanidad a largo plazo.
Yo creo que por eso hay tanta genta allá afuera y aún evangélicos que como ven que las manifestaciones de los dones de Dios son tan imperfectas y que requieren esfuerzo, proceso, tiempo y que son manifestadas a través de la imperfección por eso las rechazan y se mantienen afuera del mover de Dios. Yo conozco Pastores y Congregaciones que quieren ver el mover del espíritu en su vida congregacional. Pero como el mover de Dios cuando encarna en vidas humanas es tan imperfecto y ellos no quieren bregar con el desorden y la imperfección. Ellos se quedan simplemente como gente sedienta pero que no se tiran a las aguas. Y siempre están celebrando la teoría y la teología del mover del Espíritu pero necesitan entrar en la práctica. Pero como digo toda práctica es problemática y difícil muchas veces.
Déjenme preguntarle algo: Si usted estuviera en un desierto muriéndose de sed su boca está seca completamente y sus labios están cuarteados por la sed tan grande que tiene. Usted sabe que le quedan unas pocas horas de vida si usted no bebe agua. Y de momento usted se encuentra una cantimplora, una vasija con agua. Pero hay un problema, hay unas tres moscas encima del agua allí. ¿Qué usted va a hacer? ¿Usted va a decir ‘¡Ah! Esa agua tan desagradable, esas moscas? Yo voy a esperar a encontrar agua que tenga una nevera, bien tapada con un plástico y bien pura para beber. ¿Usted seguiría de paso y dejaría esa agua ahí sin tomársela? Mire yo creo que usted se traga el vaso con el agua y todo lo que usted pueda. Las moscas también se las come. Una mosca no le habría sabido tan bien en su vida como esa mosca.
Y así somos nosotros. Nosotros somos sedientos, tenemos sed, tenemos necesidad del Espíritu. Y porque el Espíritu tenga sus imperfecciones no vamos a dejar de buscarlo y de procesarlo y de trabajar con él. Porque esa es la realidad del Espíritu, eso es lo que yo he visto en 25 años de práctica Pastoral y lo que todos hemos visto a través de los siglos. Siempre hay imperfección mezclada con la manifestación del don de Dios. No podemos dejar, hermanos, que el miedo de errar el blanco y de meternos en algo que no sea de Dios nos impida entrar y comenzar a movernos en el camino al cual Dios nos llama. No podemos dejar que porque la manifestación del don no sea perfecta la rechacemos y digamos ‘no la quiero porque no es lo que yo esperaba’. No dejes que el temor y la complejidad te impida entrar en interacción con el don de Dios.
¿Ve usted por qué este versículo? Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía. Aunque tú no tengas todas las respuestas y todo esté explicado y justificado no esperes para meterte en el agua de Dios. Aunque la manifestación de los dones que tú veas no sea perfecta y completamente como tú la piensas que debe ser, no la rechaces, entra y mientras entres pregunta. Será de Dios, pero interacciona. Deja que te lleve, cuando no encuentres algo más pues te apegas, pero usa lo poco que puedes sacar de la experiencia. Yo quisiera tener más tiempo para explicar todo esto. Se que nos hemos excedido pero de nuevo los dones cuestas. Queremos a veces la bendición de Dios pero no queremos pagar el precio.
Dios nos ha dicho muchas veces que los servicios iban a comenzar a las nueve, un servicio iba a meterse en el otro y yo no se, pero muchas veces hay que… Esa es una de las razones por las cuales muchas iglesias no entran en la manifestación del poder de Dios. Le dicen a Dios: ‘Queremos que te manifiestes pero que ser entre las 9 y las 11. Ya a las 11 y uno ya nosotros nos vamos para la casa’. Y ‘Pastor queremos que usted profetice pero tiene que ser en 15 minutos porque luego de 15 minutos tengo que almorzar. Tengo una cita allá en el restaurant’. Yo creo que eso es todo, yo no creo que hemos desperdiciado el tiempo.
Pero, miren, una cosa aquí. Ya con esto ya termino. Yo estaba pensando en Naamán. Después cuando usted pueda lea la historia que se encuentra en Segundo de Reyes Capítulo 5. Naaman tiene una lepra que se lo está llevando quien lo trajo. [Risas] Y le dicen que hay un profeta en Israel que puede sanarle su lepra. Y Naamán que es un general segundo del Rey prácticamente él tiene todo un escenario de cómo se van a dar las cosas cuando él llegue a Israel. Él está esperando que cuando él llegue allí el profeta lo va a estar esperando con toda una comitiva del Rey detrás de él.
Va a haber gente con trompetas y armas esperando para darle la gran bienvenida al general sirio. Y el profeta vestido en sus ropas sacerdotales, fluyentes, le va a decir ‘¡Oh gran Naamán! Bienvenido, Dios está esperándote para sanarte’. Y el profeta con una gran liturgia y muchas cosas bombáticas le va a imponer las manos y aceite va a fluir de sus dedos y Naamán quedará sanado inmediatamente. Pero cuando llega allí ni siquiera el profeta se aparece. Y la casa del profeta es una casita toda destartalada por allí por una calle que ni nombre tiene si quiera. Lo recibe el sirviente del profeta y le dice ‘Naamán dice el profeta que vayas al río Jordán y te zambullas 7 veces y que ya con eso vas a quedar sano’.
Dice aquí que: “Cuando Naamán oyó esto se fue molesto y respingando y quejándose por todas partes” porque no era lo que él esperaba de ese momento. Dice el 5:11 “y Naamán se fue enojado diciendo ‘He aquí yo decía para mi, saldrá él luego y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios y alzará su mano y tocará el lugar y sanará la lepra’. Y para colmo de las cosas el río al cual él manda a Naamán que se zambulla es un río que está sucio y es un río pequeñito y hay mejores ríos allá en su país. Naamán pregunta a Abana y Farfán el río de Damasco ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿Si me lavare en ellos no seré también limpio? Y se fue para su casa. Pero ¿qué quería Dios hacer? Dios no solamente quería sanar a Naamán.
Porque muchas veces lo que nosotros queremos es que Dios nos de lo que yo quiero y que no trabaje en mi carácter, en mi mente, en las cosas que yo asumo. En mis premisas intelectuales y académicas. Queremos simplemente que Dios me de la cosa rápida y lo demás es asunto de Él. Yo lo que quiero es lo que necesito en este momento. Y yo veo muchas veces que en esa lucha que nosotros tenemos con la forma en que los dones se manifiestan, lo difícil que es discernir la intención y la presencia de Dios hay un proceso de crecimiento espiritual y personal que Dios quiere que atravesemos por eso para llegar a conocerlo mejor.
Muchas veces aprendemos fe, humildad, paciencia, tolerancia, mirarnos a nosotros mismos, creer por fe y no por vista. Muchas otras cosas que Dios quiere que aprendamos y por eso envía su tesoro en una vasija de barro. Gracias a Dios que había ahí un hombrecito que seguramente ni sabía leer ni escribir que era sirviente de Naamán y le dijo ‘Pero padre si él te hubiera pedido una cosa grande y difícil lo hubieras hecho. Te está pidiendo algo sencillo. Hazlo y prueba’. Sí porque Dios usa, cosas pequeñitas, personas humildes. No fue un ángel que le habló a Naamán. No fue un profesor universitario, fue un sirviente que le dijo ‘¿ Por qué no haces?’ y tenía una lógica perfecta en la situación.
Gracias a Dios que Naamán se humilló y se tiró en ese río sucio sin haber hablado directamente con el profeta. A pesar de que tuvo que quitar un poquito de cosas sucias en el río y buscar un lugarcito ahí que pareciera más o menos limpio, mirando por todas partes –‘espero que YouTube no me agarre aquí en esto y que me tomen una foto y que mi esposa allá me vea’. Él dice la Palabra que “descendió” y eso es lo que tenemos que hacer nosotros, tenemos que descender de nuestras expectativas, nuestro intelecto, nuestras dudas razonables, nuestros temores comprensibles. Dice que “se zambulló siete veces”.
Mira zambúllete en las aguas del Espíritu 7 veces hasta que se te llene el espíritu. Si a la primera vez no te funciona, zambúllete otra vez, si a la segunda no te funciona hay una tercera vez, si a la tercera no te funciona una cuarta vez, fue a la séptima vez que se hizo el milagro. Todos llevamos años metiéndonos en el Espíritu, tratando y esforzándonos y todavía no es perfecto pero seguimos buscando la manifestación perfecta del don de Dios en nuestras vidas. Dice que lo hizo conforme a la palabra del Varón de Dios. Ese hombre que no lo recibió que le dio una receta imperfecta, pero dice que su carne se volvió como la carne de un niño y quedó limpio. Ni el jabón Ivory hace un trabajo tan limpio como el que hizo ese río sucio del Jordán.
Hermanos, no dejemos que la imperfección de la manifestación del don nos impida entrar en las aguas y comenzar el proceso de sanidad y de crecimiento en nuestras vidas. No te estoy diciendo que dejes de juzgar y de comparar con la palabra. No te estoy diciendo que aceptes todo lo que venga y simplemente… No te estoy diciendo que porque sea raro y salvaje sea de Dios. Lo que estoy diciendo es que así mismo porque sea un poquito imperfecto y raro no lo rechaces. Entra y deja que el Señor te dirija y comienza. Hazte como un niño, sencillo, ejercita el don. No dejes que el temor o la complejidad te mantenga fuera del Señor. Comienza con lo que tienes a la mano. Si Dios te dio una palabrita de lenguas usa esa palabrita y después vendrá más. Si Dios te dio un solo pensamiento, un fragmento de pensamiento profético obedece y dale gracias por ese pedacito y Dios te dará más la próxima vez. Si Dios te sanó el dolor de cabeza parcialmente y tuviste que tomar Efedrina también, pues, dale gracias a Dios por la parte que te sanó y la próxima sigue orando. Quizás la segunda se sane solamente con oración.
Dile al Señor ‘perfecciona mi unción, Padre. Yo voy a seguir ejerciendo el don, ejercitándolo hasta que se haga perfecto. Hasta que yo vea la manifestación plena de tu don’. Usa el don con humildad y recibe el don con humildad. Gloria a Dios. Amén, amén. Vamos a ponernos de pie y darle gracias al Señor. Espero que no haya arruinado tu cita de almuerzo esta mañana. Pero yo creo que la palabra de Dios es más alimenticia que cualquier comida. No rechaces el don. Si quieres un título para este sermón es ese: ‘No rechaces el don’. Ejercítalo, no dejes que el espíritu de cobardía te impida entrar en el uso del don. Aleluya. Gracias Señor. Te adoramos. Recibimos tu palabra, Padre todo lo que Tú has dado en esta mañana te damos gracias. Te bendecimos y adoramos. Perdona nuestro orgullo y perdona a veces las exigencias que te ponemos, Señor.
Ayúdanos a ser humildes como niños. Recibir lo que Tú nos das y usar el don que Tú has provisto humildemente, ejercitarlo hasta que se vaya manifestando con más poder. ¡Oh, te adoramos! Gracias por tus dones Señor. Perdónanos por no ser vasijas más adecuadas. Nosotros declaramos que tus dones sí son perfectos y nos humillamos ante el misterio que Tú has escogido. Que Tú has escogido vasijas imperfectas pero para que te demos a Ti la Gloria y la Honra, Señor. Señor, queremos ser una Iglesia que use tus dones y se mueva en tus dones. Enséñanos como usar los dones. Te adoramos y te bendecimos, Señor. Aleluya. Dale gracias al Señor. Ponte a trabajar el don, ponte a procesar el don, vive en el don. No rechaces el don. Aviva el fuego del don que está el don que está en ti y di conmigo ¡Yo lo tengo! Lo voy a ejercitar, lo voy a avivar hasta que se manifieste perfectamente en mi vida.
Aleluya. Dale un gran aplauso al Señor. Gracias Dios. Aleluya, aleluya.