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Vamos juntos al libro de Marcos Capítulo 2. Sabes que… me puse a pensar en el día de hoy en el corazón paternal, no solamente de Dios padre, sino de Dios Hijo también, el corazón paternal de Jesús; pero espera, Él nunca se casó en su vida terrenal, ¿no?
Jesús era un hombre soltero, ¿no? sabemos que un día se casará y ¿quién es la novia? Somos nosotros, hombres también. La novia de Cristo, la Iglesia es la novia de Cristo.
Pero en su vida terrenal, Él era un hombre soltero, sin hijos biológicos. ¡Pero, cuántos sabemos que amor paternal es mucho más que biología! Es amor de una índole especial demostrado.
Y yo me puse a pensar en momentos en la Biblia cuando Jesús llamaba a la gente 'mi hijo' o 'mi hija', no era muy común ¿no? No era algo frecuente en su vida. Yo sé que no lo escucho tanto aquí pero en California con los latinos que conozco allí cuando estoy visitando la familia de mi esposa, no sé, los mexicanos llaman a todo el mundo ‘Mi hijo, mi hija', ¿no?
No sé si hay otros que lo hacen.
Jesús, fíjate, no lo hizo mucho, alguien puede pensar. Yo sólo pude encontrar dos veces que Jesús llama a alguien, 'mi hijo' o 'mi hija'. Yo sólo te invito a pensar. ¿Puedes pensar en los momentos, en las personas? ¿No? Bueno, es un grupo grande así que no voy a pedir que me griten la respuesta. Sé que no estamos en clase de discipulado.
Pero yo sólo pude encontrar dos momentos cuando Jesús lo hizo y en todos los Evangelios sinópticos se repite que Jesús dijo, 'mi hijo, mi hija' y sabemos que la Biblia no tiene palabras sólo por tenerlas.
Jesús usó sus palabras con propósito. Había algo que quería comunicar; no fue un accidente. La Biblia pone eso. Jesús dijo esto a estas personas con un propósito especial. Así que, vamos a comenzar con el caso número uno. Si alguien encuentra más casos, perdóname, esos son los únicos dos que yo encontré. Y yo sentí algo muy parecido en los dos.
Vamos a comenzar en el libro de Marcos, Capítulo 2 y comenzando en el versículo 1.
Dice la Palabra de Dios: "Y entró Jesús otra vez a Caernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. Inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a Él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: 'Hijo, tus pecados te son perdonados' ".
Saben que la primera vez que lo leí dije: " Hermano, tus hijos te son perdonados", pero no es 'Hijo, tus pecados te son perdonados'.
"Estaban ahí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? ¡Blasfemias dice! ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: '¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?”
“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, dijo al paralítico, 'a ti te digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.'"
“Entonces, él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo, ‘nunca hemos visto tal cosa.’"
Caso número uno: el paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".
El próximo caso. ¿Alguien sabe? Okay. I'll give you the chance. Go ahead, you can say. ¿Quién es? ¿Quién? Go ahead. ¡Ahí! Marcos 5. ¡Tú ganas el premio!
Marcos 5. Es la historia de un hombre, un padre desesperado, que se llamaba Jairo que era un jefe de la Sinagoga; que se acercó a Jesús y dijo: "Mi hija está muriendo. Jesús ven ayúdala". Si tú hija, tu niña está muriendo, tú vas a pedir arrodillado, clamando 'Dios, ¡ayúdanos! está muriendo'. Jesús dice: "Vamos. Y van en camino para sanar a la niña".
Y mira lo que pasa. Versículo 24. Y quiero que piensen en que tienen en común las dos historias. La historia del paralítico y la historia de la mujer con el flujo de sangre que vamos a leer ahora. ¿Okay?
Versículo 24: "fue pues con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y enseguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.”
“Luego Jesús conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo, ¿Quién ha tocados mis vestidos? Y sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices ¿quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz y queda sana de tu azote.”
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temáis, cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo, ¿por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Más él, echando fuera a todos, tomó a padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo, talita cumi; que traducido es: niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer."
Jesús era latino ¿no? "Qué se le diese de comer a la niña,” eso es lo primero que piensa, ¿no? Padre en el nombre de Jesús. Gracias que Tú eres un Padre perfecto. Señor, yo te pido, y Señor yo siento la... Padre, que soy incapaz de encontrar palabras para comunicar las verdades que Tú quieres expresar a tu pueblo en el día de hoy. Así que yo te pido que sea Tu Espíritu Santo, tocando a cada uno, Señor, dejándonos saber, Señor lo que está en Tu corazón. Padre, guíanos, te pido, háblanos, te pido. Espíritu Santo, Tú eres el Maestro y abrimos nuestros corazones a Ti. En el nombre de Jesús. Amén y amén.
Así que Jesús tenía un corazón paternal, Jesús era un padre también para la gente de alrededor. O sea que yo me pongo a pensar en los testimonios que acabamos de escuchar, ¿no? Los niños especiales; quién de nosotros no es especial en alguna manera, ¿no? ¿Tú eres especial, tienes alguna necesidad especial? Yo sí, yo tengo varios y ustedes lo saben. Mi español ya es una necesidad especial, pero hay otros que ustedes no saben, cosas privadas que todos tenemos. Nuestras imperfecciones, ¿no?
Pablo hablaba de su aguijón en la carne. Cada uno de nosotros somos imperfectos en algo. Pregunta: cuando tú miras un niño de necesidades especiales, que tiene alguna necesidad, la necesidad, ¿no sé si esto te ha afectado en alguna manera, te hace amar y querer al niño aún más? No, a pesar de, sino a causa de su necesidad especial. Y sabes que nosotros también somos personas con necesidades especiales.
El corazón del Padre nos mira con todos los baches, todos los problemas que tenemos, todos los defectos y dice: 'Mi hijo, te quiero, no a pesar de todas tus cosas; sino aún más porque tienes estas cosas'.
El corazón del Padre para con nosotros, ¿no? Quisiera pensar un poquito en lo que tiene en común el paralítico con la mujer que tiene el flujo de sangre. Dos cosas que yo veo en común en estas historias -hay muchas cosas que tal vez ustedes pueden ver- pero lo primero que yo veo es que los dos tienen necesidades especiales. En un caso es una persona que necesita ser cargada por otros cuatro, en otro caso es una mujer que lleva su necesidad por dentro, secreta, perdida, ¿no? cosas muy privadas, pero que ella tiene. Los dos son personas que tienen esa necesidad.
Y número dos que yo observo, los dos milagros toman lugar dentro de una multitud. En el caso del paralítico, ¿qué está pasando en la casa, no? están todos, todos apretados. Algunos líderes de células aquí a veces vienen tres o cuatro gatitos, ¿no? Pero a veces se llena la casa y ya no hay espacio; hay personas en todas partes y todos apretados y están ahí en la esquina; y los niños haciendo bulla, gracias a Dios. Así era en la época de Jesús, en esta casa, la casa llena de personas. En un libro de niños que tenemos, un dibujo de este milagro, hay una mamá afuera con un niño. Un toddler mirando y mi hijo mira y dice: 'Mami, quiero ver a Jesús. Mommy I wanna see Jesus'. Yes, sigue diciéndolo, ¿no? porque está como ese niño tratando de ver. Están todos apretados.
Y en el segundo caso tenemos a Jesús caminando para hacer un milagro importante, sanar la niña de una persona líder en la comunidad y una niña preciosa de doce años. Y Jesús está ahí todo apretado por la multitud. ¿Cuántos han ido a ver las luces artificiales ahí en el Boston Common, en el 4 de Julio, no? Conocen lo que es saliendo de allí, estar apretado dentro de una multitud, ¿no? No siempre es algo muy placentero, ¿no? Estás ahí pegado con todo el mundo.
Jesús así, la multitud apretándolo y Él hace el milagro dentro de la multitud. Y yo siento que Dios quiere decirnos algo. Él dentro de contexto de mucha gente, ¿cuántos sabemos que es posible sentirnos muy perdidos en la multitud, no? A veces tú andas en la ciudad y te sientes solo, te sientes sola, que nadie me conoce. Se llama "being anonymus in the crowd", en la multitud te sientes aparte de todos. Jesús sabe que es así para la humanidad. Nos sentimos perdidos a veces y Jesús en estos contextos, escoge dos personas y los llama ‘hijo,’ ‘hija’.
Y yo siento que Dios quiere decirnos algo con eso.
Tener hijos, de verdad me ha sorprendido a mí. No es que no fue planificado, aunque, well, pero muchas cosas te sorprenden ¿no? de la nueva experiencia. Y para mí algo que me sorprendió mucho era que es como algo permanente hay cambiado en mi cabeza. Es que el radar de mi mente siempre tiene a ellos presentes. Ahora yo me imagino que es diferente en épocas diferentes, de vida. Muchos de ustedes podrían decirme mejor que yo. Pero no importa donde estoy o que estoy haciendo, ahí están. Yo puedo estar aquí predicando, pero si cierro los ojos ahí están, los veo. Hay algo diferente.
Yo recuerdo el domingo pasado -mi esposa a veces se esconde atrás con el niño para que él pueda jugar en una esquina sin molestar a nadie- que yo los busqué y no los vi. No sabía si estaban o no en cierto momento y después mi hijo viene corriendo y lo vi en la multitud and I was like 'no way, ahí está. I can't believe it. It's you! I didn't know you were here'. ¡Qué sorpresa!
Yo siento que Dios quiere decirnos algo. Ese amor tan especial que tú tienes por ese chamaco, por esa bebe, yo tengo ese amor por cada persona en la multitud. Tú estás caminando en la calle y pasas un hombre mayor de edad que tiene su sombrero, está caminando, solo pasas, Dios mira 'es mi hijito, lo amo'. Tú estás manejando y hay alguien parqueado al lado y un hombre joven, tal vez de una raza diferente que tiene la música "bump, bump" y está ahí y Dios mira 'es mi hijito'. Estás en la tienda y compras comida y hay una muchacha bregando con eso y Dios mira 'es mi hijita, preciosa'.
Dios quiere que sepamos que el corazón del Padre es por cada uno de nosotros y cada una de las personas alrededor y nosotros a veces no podemos hacer todo lo que quisiéramos por sus hijos. Pero Él sí es su papá excelente y siempre está con ellos, los ama. Son preciosos para Él y por más defectos que tienen y ¡cuántos sabemos que todo hijo tiene defectos! A veces los amas y a veces quieres darles un buen cocotazo. Dios los ama en eso.
La historia del paralítico, ahí Jesús dice: "Hijo, tus pecados te son perdonados". ¿Cuáles pecados? Jesús sabía, Jesús sabía. Conocía su corazón. Dios es un Padre que nos conoce, que nos mira aún cuando nosotros no lo sabemos.
O sea que una historia hermosa para mí que exprese el corazón de Dios Padre es la historia de Jacob cuando él está viajando, corriendo de su hermano Isaú. ¿Cuántos sabemos la historia? Jacob era hijo de Isaac y era una persona tramposa, una persona que engañaba, que era muy astuto, que tenía muchos defectos, mentía, pero también amaba al Señor. ¿Es posible? Bueno, se espera que se cambie con el tiempo, que se tome el discipulado, que la unción, trabaje, que se cambie, ¿no?
Pero sabemos que Dios escoge vasos de barro, personas imperfectas. Y Jacob se había metido en problemas con su hermano, pecado. Pero él robó la bendición, mintió; el hermano consolándose con la idea de matar a su hermano Jacob, ¿no? Y Jacob está corriendo y está durmiendo en el desierto, un lugar en el camino, no tiene lugar donde hospedarse, así que él encuentra una piedra y usa la piedra como almohada. It's pretty bad! Es que él no tiene nada, ¿no? Está pelado, ya no, nada. Seguramente no lo dije bien, pero él está durmiendo ahí, no tiene nada, se metió en problemas. Y él los buscó, él se buscó sus propios problemas, ¿no? y está ahí y tiene un sueño. Sabemos el sueño. Él sueña con una escalera -a ladder- y ángeles de gloria, subiendo y bajando en la escalera. Y él amanece y él escucha en el sueño "Yo soy Dios, Jehová, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios que te estoy llamando. Te daré" y Dios le dice todas las promesas que Él tiene para Jacob, promesas para su vida. Y Jacob se levanta y dice: 'Este lugar es terrible'. Ciertamente Dios estaba aquí y yo no lo sabía. Dios, Padre Dios, estaba aquí pendiente de mí y yo no lo sabía.
Esto es el corazón de Dios Padre que sabe aún en nuestros pecados, aún en nuestros líos, Él está ahí presente, mirando, guardándonos, protegiéndonos. ¿Cuántas mamás y papás orando "Señor, protege a mi hijo contra todas las barbaridades que está haciendo?" y Dios se encarga de enviar ángeles guerreros, velando y cuidándolos. Dios lo hace, Dios está aquí y yo no lo sabía porque Dios es mi papá y aunque yo no me daba cuenta, ¡Dios me estaba velando!
Dios está ahí. Salmo 139, un Salmo hermoso. Vamos juntos:
"Oh, Jehová, tú me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mi pusiste tu mano.
Tal conocimiento es demasiado
maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender.
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Si en el Seol hiciere mi estrado,
He aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas
me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti,
la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que
la luz.
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mí
madre…"
Y el Salmo sigue, sigue. Dios Tú me conoces. Cuando yo nací, ahí estabas Tú... mirando. Cuando yo crecí y tomé mi primer pasito... ahí estabas Tú caminando a mi lado, agarrando la manito. Cuando fui a la escuela, ahí estabas Tú conmigo, cuando me gradué y recibí el certificado, ahí estabas Tú gozándote conmigo.
Dios dice: 'Ahí estaba mi hijo. Y aún cuando las cosas no te salían bien, cuando te dejaron solo, cuando sufriste pérdida y dolor... ahí estaba Yo, mirándote como un papá cuidando a su hijo. No te dejo nunca. Nunca te dejaré. Nunca te abandonaré.'
Dios es un Padre Omnipresente, un Padre que cuida de sus hijos, que cuida de nosotros y por eso Él pudo mirar al paralítico y decir: 'Hijo, tus pecados te son perdonados'.
Él sabía que este hombre tenía necesidades más profundas que la necesidad de sanidad. Él tuvo dolor, tal vez por dentro; el estrago de pecado en la vida, que todos tenemos.
Él dijo: 'Yo te veo, conozco tu corazón. Toda la complejidad y te digo: Hijo, tus pecados te son perdonados'.
¿Sabes qué? Hay algo lindo, algo liberador de saber que Dios te conoce, ¿no? No sé si has tenido la experiencia de confesar tus pecados o tus luchas a un hermano o hermana de confianza. Bueno de trasfondo católico se hace con los sacerdotes, ¿no? Así que no está mal. Pero la idea es no buscar que esta persona te perdone, sino que esta persona ore por ti; que esta persona esté a tu lado. No sé si has tenido esta experiencia de buscar un hombre de Dios si tu eres hombre, una mujer de Dios si tú eres mujer y decirle las cosas feas que tú tienes que confesar. Y cuando lo haces experimentas el amor de Dios en una manera que jamás hubieras haber imaginado. Porque tú sabes que estoy en la luz de esta persona y Dios me ve tal como soy y me ama a pesar de todo. Y me ama a causa de todo. Está conmigo mi Dios, aún en esto, ¡guau! Tú eres un papá celestial. Gracias, Dios.
Dios te mira y te conoce y Él sabe todo el potencial que hay en ti. ¿Cuántos hemos tenido una persona en la vida -puede ser mamá o papá o puede ser un coach o un maestro o un Pastor de jóvenes- que te mira y mira el potencial que hay en ti; y tú sientes que cuando te miran, tú sientes ¡guau, esta persona cree en mí! Y tú sientes, ¡guau, esto se siente bien, ¿no?! It feels good. Porque que la persona puede ver tu potencial.
En el libro de Jeremías Capítulo 1 Dios dice lo siguiente: Él dice un Versículo muy conocido, palabra de Jehová vino -o vino pues Palabra de Jehová- a mí diciendo, Versículo 5, Jeremías 1:
"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones." Eso es todo, "antes que te formase en el vientre te conocí, antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones". Dios mira el potencial que hay en ti, mira la belleza que hay en ti y mira la belleza que está en la persona al lado, también. Y mira la belleza aún dentro de ese jefe que te fastidia, que tú odias y quieres sacarle la cabeza. Y Dios mira a esta persona y dice: '¿Sabes que él también es mi hijito?'
Sabes que si algo me ha cambiado en mi proceso de estos años, puedo pensar ¡guau, Dios ama a esta persona en una manera que yo jamás entendía antes! Esta persona es preciosa para Dios, y Dios los conoce en toda su complejidad y Dios los busca. En el contexto de la mujer con el flujo de sangre, ¿sabes que la mujer viene detrás y lo toca? Sabemos la historia, ¿no? Espero que hayas escuchado muchos sermones de eso, porque es un texto hermoso.
La mujer tenía flujo de sangre. En la cultura hebrea de esa época, si tú eres una mujer con flujo de sangre, hay efectos de eso bajo la ley de Moisés: te quedas inmunda, impura. Hay ciertos lugares donde tú no puedes ir, si tú tocas a una persona, esta persona queda inmunda. ¿Cómo se siente estar así? Ya es suficiente que estás enferma, pero además cualquier persona que tú tocas ya está sucia, bajo la ley. Esto es duro. Jesús quería decir algo: 'Yo vengo para cambiar eso. Yo vengo para traer sanidad y limpieza emocional y espiritual y moral a la gente'.
Así que ella tocando a Jesús era un acto de suma osadía porque si ella toca una persona y mucho más un rabino y mucho más Jesús, se puede transmitir su inmundicia ceremonial a esta persona. Era algo que no se hace y por eso ella lo hizo a escondidas entre la multitud para que no se diera cuenta.
Pero sabemos que nuestro Dios se da cuenta. ¿Cuántos han querido hacer eso? ¿Tú quieres una sanidad de Dios, un milagro de Dios y después ya quieres esconderte entre la multitud otra vez? Pero Jesús no te deja esconder. Jesús quiere más que solamente sanar el cuerpo -aunque vamos a orar por sanidades de cuerpo- Él quiere sanar tu corazón, sanar tu alma; y Él no queda satisfecho con eso. Y Él se para en la multitud -y recordamos que Jesús está apurado, la niña está muriendo y Él está- y Jesús se pone en la multitud y se pone a buscar: "Alguien me tocó. ¿Quién me tocó?" y está buscando en la multitud.
Y los discípulos que le dicen: "Jesús, ¿quién te tocó? Como 10 mil personas acaban de tocarte y tenemos prisa. Mira tenemos un horario, hay una niña. Vamos, vamos".
Sabes que esto pasa, esto pasa. Cuando te sometes a discipulado con una persona, casi siempre hay escándalos y Jesús con sus discípulos los escandalizaba. Ellos dicen: "¿Qué haces buscando? ¿Qué quiere decir que alguien te tocó?".
O sea que yo miro otro elemento del corazón paternal de Jesús en eso: que Jesús busca sus hijos, busca sus hijos. Piensa en el huerto de Edén. Sus primeros dos hijitos metieron la pata con el pecado, ¿no? comieron del fruto prohibido y Dios viene en el viento del día y ellos ¿qué hacen? se esconden de Él. Se esconden y están ahí temblando entre los árboles y Dios dice las palabras más tristes y más hermosas que tú vas a escuchar. Dios dice, ¿qué dice?: "Adán ¿dónde estás? Mi hijo, ¿dónde estás?" Y Dios está buscando su hijo perdido porque los ama. O sea que Dios, sabes, que es Todopoderoso. No hay nada que lo tome por sorpresa, pero sabemos que Dios tiene sentimientos, sentimientos humanos que nosotros recibimos de Él y yo escucho en esa voz cierta -voy a usar una palabra pero tengo que matizarlo- yo escucho cierto afán en eso: "Mi hijo, Adán, ¿dónde estás?"
Y Jesús en la multitud: "Alguien me tocó", cierto como "no, no, no... no voy a estar yo..." y ellos dicen: "Mira Jesús, relájate. Muchos te...", "No, no, no me voy a relajar. Alguien me tocó. Hay una niña perdida en esta multitud que es hija de Dios, que es hija mía y no voy a calmarme hasta encontrarla".
Hay cierto afán, no es afán con ansiedad porque Dios, Jesús es Dios Todopoderoso también, Él sabe lo que va a hacer. Pero hay ese corazón solicito de un padre buscando a su hijo, buscando a su hija.
Saben que yo me puse a pensar en una película al ver esto, ¿han visto esa película "Finding Nemo"? Cuando ese pececito va detrás de ese barco, yo quería hasta enseñar ese clip pero averigüé que cuesta mucha plata enseñar algo a un grupo de personas y que mi esposa dijo "yo encontré una manera más barata de hacer tu punto" así que ella consiguió...
Said: Nemo come back! -sonidos de velocidad- Do you remember that? He swims after him... él está nadando y el barco -sonidos de un barco saliendo a toda velocidad- y después hay él swimming y después está el diver ahí con los cargos grandes y "No, mi hijo, mi hijo" y está nadando, nadando, está ahí en el mar buscándolo con afán: "Mi hijo, ¿dónde está?" y sabemos la historia ¿no?
Así que él busca, él tiene que pelear con los tiburones, pelear con los pececitos de "jelly", whatever in the world, how do you say jellyfish in Spanish? ¿Aguaviva? You know how it is: Aguaviva es el Señor, pero bueno... él buscando pelea con estas cosas y nadando y busca y busca y busca y está la ballena -como Jonás- y después todas estas cosas y por fin gracias a Dios, encuentra a su hijo.
¿Saben qué? el mensaje que creo que Jesús quería dar a la multitud, a estas personas es que: "Yo te estoy buscando, mi hijo, te estoy buscando. No te escondas de mí".
Aquí mi esposa cuando era niña, ella tenía su closet, su armario grande con toda su ropa y zapatos y todas estas cosas, pero también tenía todos sus libros y sus peluches. Y a ella le gustaba cuando niña esconderse en su closet, estar ahí con sus libros, pero también porque a ella le encantaba cuando su papá o mamá abrían la puerta y decían: "Allí estás". Es el gozo de ser hallado, el gozo de ser encontrado.
O sea que todos nos hemos alejado de Dios. Algunos son como el hijo pródigo que anda en pecado y nos hemos separado de Dios por eso y rompe el corazón de Dios porque quiere esa intimidad contigo como Él tenía antes. Pero hay otros que podemos estar alejados de Dios aún dentro de la casa.
Sabemos la parábola del hijo pródigo. Había otro hijo, el hijo mayor que se quedó en la casa trabajando pero su corazón lejos de Dios. Él se enojó cuando volvió el otro hijo y el padre va saliendo donde él y el hijo dice: "¿Por qué nunca me has dado ninguna fiesta y todos estos años te sirvo?" y el padre le dice: "Hijo, hijito mío, siempre estás conmigo y todo lo que tengo es tuyo. Pero tenemos que gozarnos porque este hijo fue perdido". La cosa es que este hijo también aún dentro de la casa, aún dentro de la iglesia estaba perdido. Pero el corazón de Padre lo busca, con afán, lo busca con seriedad que dice: "No me voy a dar por vencido hasta que te encuentre, porque yo soy tu papá celestial y estoy contigo siempre y no te vas a esconder de mí. Mi hijo, mi hija tu fe te ha salvado. Vete en paz pero tienes que saber que siempre estoy contigo".
Hermanos lo que quisimos hablar hoy es que Dios te está buscando y no se dónde estás, si estás huyendo de Dios, si estás tal vez, alejando de Dios sin saberlo. Dios quiere que tú sepas que Él es tu Papá, Él te ama, Él te ve. Me encanta esta historia de Hagar en el desierto. Invito a los músicos a pasar.
Hagar en el desierto, una esclava, la esclava de Abraham que tuvo el hijo Ismael y después fue maltratada y sale corriendo y se siente completamente sola en el desierto. Y el ángel de Jehová aparece y dice: "Hagar, ¿de dónde vienes y para dónde vas?" Y ella dice: "Yo vengo huyendo de la casa de mi ama". Ella no sabía para donde iba y Dios dice: "Mira, vuelve, yo te voy a bendecir a ti y a tu hijo". Y ella puso un nombre a un pozo, ahí. El nombre era, es el pozo del Dios que me ve. Pozo del Todopoderoso que me ve. Dios te mira, aún cuando tú te sientes lejos, cuando tú te sientes solo o sola, cuando no sabes que hacer... Dios te mira. Está contigo, está con los tuyos y él te busca y Él te cuida y Él te conoce y Él anhela intimidad contigo. Quiere que tu te pongas en su regazo y dice: "Aquí estoy contigo". Quiere que tú seas un niño cercano a Él otra vez.
Así que yo les invito a consagrarte una vez más a tu Papá Celestial, acercarte a Él, a darle a Él el mejor regalo del día de los padres que puedes regalar que es tu propia vida, tu propio corazón. Él te busca y los quiere. Así que pongámonos de pie y vamos a orar.
Padre, en el nombre de Jesús, yo te doy gracias porque no te conformaste con quedar en los cielos, Jesús. Tú viniste a este mundo y sufriste para buscar y encontrar lo que se había perdido que somos nosotros. Y Padre, yo te pido en el nombre de Jesús que tu Espíritu Santo en este momento revele a cada corazón el amor del Padre para con nosotros.
Padre, te pido en el nombre de Jesús, Señor, Padre que Tú abras nuestro corazón, para acercarnos a Ti una vez más.
Señor, para dejar que Tú nos mires a los ojos. Muchos de nosotros estamos escondidos entre la multitud, Señor, o estamos viviendo lejos en una tierra lejana en pecado. Señor no queremos estar lejos de Ti nada más queremos estar cerca a Ti Queremos estar cerca de Ti, volvemos a Ti en este día. Te decimos: 'Te damos nuestro corazón'.
Padre yo te pido ¡Oh, Dios mío! qué Tu Espíritu Santo pase por aquí, Señor, revelando ese amor especial que Tú tienes para con cada hijo tuyo.
Señor yo te pido especialmente por los que están separados de su familia, Señor, sea por distancia o sea por distancias, Señor que sepan que hay un Padre Celestial sobre todos, que nos une a todos. Y el espacio de la geografía y aún, Señor, las diferencias. Los que han ido para estar contigo, todo es presente contigo, Señor.
Gracias Padre, gracias que Tú eres el Dios fiel, el Dios Todopoderoso. Gracias Jesús por tu corazón paternal. Lo recibimos en el día de hoy, Señor. No nos escondemos más.