Transcripción
En esta mañana quiero hablarles acerca de una fé que se hace evidente. Si les preguntara a ustedes, ¿qué es fé? yo sé que lo primero que les viene a la mente es Hebreos 11:1 que dice: "Es pues la fé la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Esa es fé.
Pero mi experiencia me dice que muchos de nosotros lo que hacemos es que apretamos el botón de la fé en un momento y en otro momento apagamos el botón de la fé. Muchos no estamos viviendo continuamente sobre la plataforma de la fé. En un momento la tenemos, en otro no la tenemos. Y Dios no quiere que hagamos eso, Él quiere que vivamos continuamente en la fé. De hecho la fé yo lo veo como una postura espiritual que tiene que permear todo nuestro ser, tiene que permear todas nuestras decisiones y tiene que estar presente en medio de todas las circunstancias o situaciones de la vida. No es en un momento sí y en otro no, si no siempre.
Porque la fé en Jesucristo no es algo que nosotros solamente la aplicamos en ciertas áreas de la vida si no en todas. La fé es lo que te permite adorar a Dios en tiempos de adversidad. Cuando todo te dice: deprímete, tira la toalla, la fé te dice: no, sigue, adórame, pon tus ojos en Mí. Y en esta comunidad yo he visto muchos ejemplos de eso, muchas personas. Yo recuerdo precisamente una mujer que perdió a su esposo después de treinta y pico de años, lo perdió en esa semana y el domingo estaba aquí adorando al Señor, buscando el consuelo de parte de su Señor. Eso es un milagro porque en un tiempo así usted no piensa que esa es la respuesta del ser humano.
La fé es lo que permite que como en esta mañana, había una hermana que se llama Flor, regresó a Honduras, ella perdió a su hijita hace unos días y ella a pesar de esa terrible situación aquí estaba hoy despidiéndose, sí con mucha tristeza, claro que sí que hay tristeza, pero declarando su confianza en Dios y declarando que en fé ella regresa a su país a seguir haciendo la obra del Señor.
Esa es la fé que nosotros tenemos. La fé que nosotros tenemos es una fé vital. Es la fé que te permite cuando viene la tentación, la llamada del pecado te permite decir no, yo no voy a entrar por esa puerta, voy a resistirlo, voy a huir de eso. Y la fé es lo que te permite también a ti ser un recurso en los tiempos más difíciles, un recurso para otros cuando tú mismo eres el que necesita que alguien levante tus brazos.
Así que esa es la fé que nosotros tenemos, es una fé vital, cubre todas las circunstancias de la vida. Y algo que yo he aprendido es que la fé tiene que moldear las circunstancias. No son las circunstancias las que tienen que afectan la fé si no todo lo contrario, porque si no estamos como veletas, no progresamos en el caminar del Señor.
Así que esa es la fé que nosotros debemos cultivar. Y la Palabra nos dice que la fé es un don de Dios. No es algo que nosotros podemos hacer por nuestras propias fuerzas, es un don de Dios. Y nosotros sabemos que todo don recibido tiene que ser cultivado por el que lo recibe. Eso es en todos los dones que la Palabra indica que Dios nos da, tenemos que cultivarlo. Tenemos que en cierta manera, trabajar no es la palabra pero tenemos que nutrirlo y crecer en eso que Dios nos da.
Y la fé, parte de la fé es proceso. La fé no es algo mágico, la varita mágica ¡tin!, ya tienes fé, todo está resuelto, no te va a doler. No, la fé no es así, consiste de procesos. Y yo quiero proponerles en esta tarde tres fases de la fé que yo creo que la Escritura me respalda en este análisis.
La primera fase es discernir, la segunda es llegar a una determinación y la tercera es definirnos. Así son tres, fácil: discernir, determinar y definir. Esas son las tres fases que yo veo en lo que es el cultivar la fé y el ejercicio de nuestra fé.
Entonces ¿qué es discernir?. Lo que voy a hacer es definirlos brevemente para darles uno, dos ejemplos y luego entrar a la Escritura para poder aplicar estos principios. Discernir es algo que no se hace lo suficiente. Muchas veces vienen situaciones a nuestra vida y actuamos así, por reflejo en base a patrones errados que hemos aprendido en nuestra vida. Es una reacción inmediata. La Palabra nos invita a reflexionar, a examinar. Y el proceso de discernir precisamente se basa en eso, es examinar a algo o a alguien cuidadosamente. Es examinarnos a nosotros mismos. También distinguir entre pasar juicio sobre nuestros propios pensamientos y sentimientos. La Palabra nos anima a eso también, a examinarnos a nosotros mismos.
Muchos de nosotros no nos examinamos lo suficiente. A veces hay personas que se creen que son más fuertes y cuando viene la tentación caen porque no reconocen sus áreas de debilidad. Y así que la Palabra nos anima a examinarnos, a examinar. La Palabra nos anima a discriminar entre lo bueno y lo malo. Entre lo que es verdadero y lo que es falso, entre lo que nos conviene y no nos conviene. Parte de nuestro caminar de fé es discernir.
La próxima etapa después de discernir es, nosotros llegamos a una determinación. Es cuando nosotros nos establecemos un propósito, una línea de acción que es consistente a lo que hemos aprendido a través del discernimiento.
Y tercero, la fase de definición es cuando nosotros demarcamos nuestros límites claramente. ¿Dónde estamos, quiénes somos en Cristo en lo que respecta a esta situación que estamos enfrentando?. Así que otra vez es: discernir, determinar y definir.
Y le quiero dar un ejemplo muy de la vida diaria para ilustrar estos tres pasos, voy a dar un ejemplo de en la juventud: una jovencita la invita un joven a salir, un joven que es muy atractivo, muy popular en la escuela. Ella en el proceso de discernimiento, ve espérate, tiene un sticker, una calcomanía de una mujer desnuda en su carro. Oye por ahí que es un jovencito que le ha roto el corazón a muchas. Oye por otro lado, lo ha visto que se mofa de Dios.
Pues en la etapa de discernimiento esa joven empieza a pensar: ¿me conviene o no me conviene?. Y empieza a comparar entre lo bueno y lo malo: bueno es un joven atractivo, me gustaría, mis amigas me están animando a que ¡qué tonta eres!, ¿cómo no vas a salir con él?, mira esta tu oportunidad, todas esas cosas. Y esto se puede dar en otras maneras a otras edades ¿verdad?, pero estamos hablando de una jovencita en este momento.
Así que en la etapa de discernir está mirando, es la fase de adquirir inteligencia, conocimiento y determinar qué es lo que conviene y lo que no conviene. La próxima fase de determinar sería: esto no conviene. Como no conviene yo no voy a aceptar esta invitación. Muy amablemente le voy a decir: gracias por la invitación pero no puedo, lo que sea y voy a empezar a orar por ese joven para que el Señor le toque su corazón.
Y en la etapa de definición se define a sí misma: mi prioridad es servir a Dios, tengo que vencer la tentación en todo momento y tengo que dar ejemplo, testimonio de que soy una hija de Dios. Así que eso es un ejemplo sencillo de la vida diaria donde vemos que todas esas tres fases se dan.
Vamos ahora al Libro de Josué capítulo 2 para ver la fé en acción, una fé que se evidencia en la vida de Raab, una mujer de Jericó. Así que por falta de tiempo voy a darles una aplicación breve de la aplicación del contexto de este libro y de este pasaje. En el tiempo de Raab, Israel estaba en un tiempo crucial de su historia. Después de vagar por el desierto cuarenta años finalmente ya está listo para cruzar el Jordán que era el río que lo dividía de la Tierra Prometida. Están listos preparándose en todo sentido, militarmente, espiritualmente para cruzar el Jordán.
Y está Josué como líder del pueblo de Israel, ya muerto Moisés y esto es una nueva generación tomando, que llaman en vías de conquistar la Tierra Prometida, la tierra que Dios le había prometido a Abraham y a todos sus antecesores de ahí en adelante. Así que ese es el contexto general de la historia de Raab. Pero antes de cruzar el río Josué envía a dos hombres, a dos espías a la ciudad de Jericó. Estos dos hombres se alojan en la casa de Raab la ramera, era la ramera de la ciudad. Dios los lleva providencialmente a la única casa y la única persona en esa ciudad que los iba a proteger, y preparó el corazón de Raab, de esta mujer previamente para que así sucediera.
La presencia de los espías se detectó y el Rey envió a soldados a la casa de Raab a buscarlos. Pero ¿qué hizo Raab?. Escondió a los dos espías en su terrado y les dijo a estos hombres que buscaban a los espías: ellos ya salieron, estuvieron aquí pero ya no están. Vayan rápidamente, vayan por el camino y búsquenlos porque van a poder alcanzarlos. Eso fue lo que Raab hizo.
Y entonces vamos a leer en Josué 2 versículos del 8 al 11 para seguir la historia donde nos quedamos en términos de la narrativa que les compartí. Dice versículo 8: "Antes que los espías se durmiesen ella subió al terrado y les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra, porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Seón y a Og a los cuales habéis destruído. Oyendo esto ha desmayado nuestro corazón ni ha quedado más aliento alguno en hombre alguno por causa de vosotros."
Y mira lo que dice Raab, una mujer ramera, idólatra, dice: "Porque Jehová vuestro DiosE es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Esa es su declaración, la declaración de fé de Raab. Así que y vemos, fíjese que ella hace esa declaración y habla de un suceso que había pasado hace cuarenta años, hacía cuarenta años que el Señor había partido el Mar Rojo para que pasara el pueblo de Israel.
Así que ella ha estado examinando, discerniendo qué es lo que ha estado pasando aquí desde posiblemente mucho tiempo antes. Y nos preguntamos ¿por qué esta mujer de mala reputación, una ramera de un pueblo idólatra y conocido por su inmoralidad, por qué ella arriesgó su propia vida para salvar a los espías de un pueblo enemigo?. Porque recuerden si ella hubiera sido descubierta, muerte segura para ella y los espías, ¿por qué ella hizo esto?. Yo creo que la razón es que ella discernió a Dios obrando.
Primeramente ella discernió que estos dos hombres eran diferentes. Recuerden que esta es una mujer ramera, tenía un prostíbulo, a eso se dedicaba ella. Ella ha tratado con muchos hombres, conoce la psicología masculina muy bien. Y ve a estos hombres y sabe inmediatamente que son diferentes. Estos hombres tienen la gracia de Dios, no es el hombre que viene a usarla a ella si no son hombres que tienen un llamado a servir al Dios vivo, a, Dios de Israel.
Así que los recibió, discernió que ellos eran diferentes. ¿Qué más discernió ella?. Discernió que el Dios de Israel era el Dios verdadero y que los dioses a los cuales ella había adorado por mucho tiempo eran dioses falsos. Porque ella misma lo dice, ¿cuál es su declaración otra vez?: "Porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Ella hizo una declaración doctrinal sin saber nada de la Palabra, saber nada porque en realidad no estaba escrita la Palabra, ella hace esa declaración de fé. Y Discernió su propio corazón.
Fíjese que ella habla en el pasaje del temor que cundió en su pueblo. Dice que estaban prácticamente inmovilizados, ya no podía hacer nada, ya no tenía aliento en ellos. Y ella como parte del pueblo obviamente ella también tiene esa misma emoción, una emoción de miedo. Pero fíjense que ella, ¿se acuerdan que les dije que uno tiene que examinarse a uno mismo?. Ella discernió su propio corazón, el temor que había en su corazón. Y decidió que ese temor fuera tratado por Dios y no seguir lo que su pueblo iba a hacer en ese momento si no que ella tomó su propia línea de acción, se separó de lo que el pueblo estaba pensando y decidió que su temor podría ser usado como algo positivo.
Ella examinó las consecuencias del temor y no se dejó dominar por él. Que es un ejemplo para todos ¿verdad?, cuando vienen circunstancias difíciles no permitir que el temor nos agobie, que quite nuestro aliento si no que nos ayude a partir a una postura de fé en esa circunstacia. Así que ella discernió muchas cosas como acabamos de decir.
Una vez que ella discernió todas esas diferentes posturas, esas diferentes situaciones ella llegó a una línea de acción. Ella se determinó a hacer algo que es lo que nosotros tenemos que hacer. A veces el algo es estar tranquilos, callados a los pies del Señor, a veces el algo es hacer algo precisamente. Y Dios le dió a ella las estrategias.
Una vez que ella se determinó a seguir en base a lo que había discernido, seguir una línea de acción, entonces Dios le dió las estrategias y vamos a ver eso un poquito más adelante, entonces Dios le mostró como obrar. Vamos a continuar el relato en ese mismo capítulo, Josué 2, vamos a leer los versículos del 12 al 21. Dice así: "Os ruego pues ahora" esa es Raab hablándoles a los espías, "por Jehová que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre de lo cual me daréis una señal segura." Esta mujer enseguida, la estrategia vino, cuando ella se determinó a hacer algo la estrategia vino y ella se determinó a establecer un pacto con los espías.
Ella sabe que el pacto que está haciendo, el trato que ella está haciendo con los espías es por Jehová. Ahí ya ella ya otra vez está declarando que su fé ya no es en los dioses falsos que ella había adorado antes si no en el verdadero Dios. Y el 13 dice: "Y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas y todo lo que es suyo, y que libraréis nuestras vidas de la muerte." Y miren lo que dicen los espías: "Nuestra vida responderá por la vuestra si no denunciáreis este asunto nuestro y cuando Jehová nos haya dado la tierra nosotros haremos contigo misericordia y verdad."
Establecen un pacto de dos vías, ¿verdad?. Ella, la Palabra cuando dice misericorida es una manifestación del amor práctico. Ella dice: yo les he demostrado a ustedes amor práctico salvando su vida y poniendo mi vida en riesgo también, por favor hagan ustedes lo mismo conmigo. Vamos a hacer pacto que Dios es nuestro testigo, vamos a hacer pacto. Y los espías ven la fé de esta mujer en acción y entran en el trato que ella les ha propuesto.
El versículo 15 dice: "Y entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en el muro de la ciudad y ella vivía en el muro." Así que Dios atendió hasta ese pequeño detalle. La casa no estaba en el centro de la ciudad si no que estaba en el muro lo cual hizo más fácil el que ellos pudieran escapar con la ayuda de Raab. Y les dijo: marchaos al monte para que los que fueron tras vosotros no os encuentren y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto y después os iréis por vuestro camino."
Viene una estrategia más específica todavía: tienen que hacer esto: vayan por aquí específicamente, escóndanse allí por tres días, bien específico y después sigan su camino. Y el 17 dice: "Y ellos le dijeron: nosotros quedaremos libres de este juramento con el que nos has juramentado. He aquí cuando nosotros entremos en la tierra tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste, y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, y a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa, mas cualquiera que se estuviere en casa contigo su sangre será sobre nuestra cabeza si en algo te tocare. Y si tú denunciare este asunto nuestro nosotros quedamos libres de este juramento con que nos has juramentado."
Eso es el fine print, escribieron muy claro de ambos lados lo que tenían que hacer porque esta era una situación de vida o muerte. Ella respondió: "Sea así como habéis dicho. Luego los despidió y se fueron, y ella ató el cordón de grana a la ventana." Y lo que yo veo ahí es que yo veo que, piense que anteriormente ellos le dicen que: cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana. Y sin embargo dice que se fueron y ella corrió a amarrar el cordón de grana. Si fuéramos nosotros así, que cuando Dios nos pide algo fuéramos a hacerlo inmediatamente.
Yo me imagino a ella haciendo el nudo de los nudos, amarrándolo requete bien para que ese cordón de grana no se saliera porque de eso dependía su salvación. Así que ella fue diligente; se determinó a hacer algo, vinieron las estrategias, inmediatamente ella hizo lo que los espías le habían dicho que hiciera. Y Raab entendió, ella sabía que el pueblo hebreo destruiría la ciudad y que la única salvación que ella tenía era hacer pacto con los espías. Y vimos que Dios le dió las estrategias para lograr eso mismo.
Al pactar con los espías en el nombre de Jehová Raab se redefinió, entró una nueva definición en su vida. ¿Antes quién era?, era la ramera idólatra, una mujer de mala reputación. Al ella entrar en este pacto con Dios ya no es eso si no que se convierte en una mujer leal al Dios de Israel, porque como ha hecho pacto con los espías que son representantes de Dios en este caso ella se ha convertido en una mujer ya leal a Dios. Y es una mujer usada por Dios para salvación que Dios iba a usar para salvación de su familia.
Así que nosotros vemos allí esas tres fases y cómo se dieron en la vida de Raab. Y los capítulos del 3 al 5 más adelante, estábamos en el capítulo 2, los capítulos 3 al 5 y parte del 6 del Libro de Josué relatan cómo Israel cruzó milagrosamente por el Jordán. Algo parecido a lo que el Señor había hecho en el Mar Rojo. Y también describe la estrategia que el Dios le dió al pueblo de Israel que era un pueblo que caminaba en Dios y en fé, cómo la estrategia que Dios les dió, ya ustedes saben los siete días, los primeros seis días una vuelta alrededor de Jericó y finalmente el séptimo día siete vueltas hasta que cayó la muralla y ellos pudieron entrar al pueblo y conquistar, destruir la ciudad.
Así que esa es la historia que hay entre la historia que vimos de Raab ya en el capítulo 2 y en el capítulo 6 que es donde nos conectamos de nuevo con Raab. Y si vamos por favor a Josué, el capítulo 6 versículos 22 y 23, miren lo que dice aquí: "Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra" esto después que habían caído los muros, "entrad en la casa de la ramera y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo como lo jurásteis." Un Dios que cumple sus promesas. "Y los espías sacaron a Raab, su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo, y también sacaron a su parentela y los pusieron fuera del campamento de Israel."
Así que Raab creyó a la promesa de los espías y definió el lugar donde obedeció, los espías le dijeron: tienes que traer a tu gente en este ámbito específico en tu casa, y así mismo ella hizo. Y porque ella obedeció al Señor pudo mantenerse segura ella y su familia también. Así que nosotros vemos que la fé de Raab la llevó primero a discernir el mover de Dios, luego a determinarse un curso de acción que la llevó a pactarse con los espías que la ayudó a salvar a su familia, y a definirse ya no como una ramera si no como una mujer que Dios podía usar; una mujer ya separada de su pueblo anterior con una nueva identidad en un nuevo pueblo. Así que eso fue lo que la fé viva que se evidenció de Raab hizo en su vida.
Muchos cientos de años antes de que se escribiera el siguiente versículo en Hebreos 11:10 que dice: "Pero sin fé es imposible agradar a Dios, es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." Así que ella, cientos, yo no sé cuántos cientos de años, muuchos años antes que eso se escribiera ya ella estaba viviendo esa realidad en su fé naciente porque acaba de comenzar. Y vemos en el versículo 25 en el mismo capítulo que dice: "Mas Josué salvó la vida a Raab la ramera, y a la casa de su padre y todo lo que tenía, y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó."
Así que imagínese todo lo que había sucedido porque ella creció en su fé y se determinó a moverse en el discernimiento que ella había tenido acerca de quién era el Dios de Israel. Evidentemente la fé de Raab encontró gracia con el Señor. Eso es lo que nos pasa a nosotros, encontramos gracia en el Señor cuando lo aceptamos a Él como Señor y Salvador, cuando lo ponemos primero en nuestra vida. Esa fé que nosotros tenemos trae la Gracia de Dios a consecuencia siempre en muchas áreas de nuestra vida o en todas las áreas de nuestra vida.
Nosotros vemos que Raab no se salvó sólo ella si no que salvó a su familia. Encontró, en ese versículo, encontró en Israel una nueva familia. Pasó de ser una mujer pagana a una hija de Dios. Pasó de vivir en verguenza y en pecado, porque ya sabemos a qué se dedicaba a tener una nueva identidad dentro de su nuevo pueblo. O sea, de la A a la Z, ¿no es así mismo en nuestras vidas que éramos una cosa y ahora somos otra?. Y según seguimos de la mano del Señor todavía más cosas maravillosas siguen sucediendo.
Y la extensión del galardón que recibió de Dios Raab no termina allí. Sabemos que su nombre se encuentra registrado en el Libro de Hebreos 11 que es el gran capítulo de la fé, si quieren pueden ir conmigo a Hebreos 11, vamos a leer solamente los versículo 30 y 31 pero quiero señalarles algo. En ese capítulo, le llaman el capítulo de la fé, el capítulo de los héroes de la fé, miren en la compañía en que está Raab: está Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Jacob, José, Moisés, David, y usted piensa ¿pero qué hace una mujer ramera cananea entre ese ilustre grupo?, porque así es Dios. A Dios le place hacer eso, usar nuestra debilidad y nuestro pasado para llevarnos al futuro que Él tiene para nosotros.
Y vamos a leer el versículo 30 y 31 de ese mismo capítulo 11: "Por la fé cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fé Raab la ramera, no pereció juntamente con los desobedientes habiendo recibido a los espías en paz." Y me está muy interesante ahí esa última frase, yo sé que en la Palabra de Dios no hay palabras ni de menos ni de más, están las que tienen que estar exactamente. Y fíjese que ahí dice: habiendo recibido a los espías en paz.
¿Por qué si ella está en una situación de guerra, de posibilidad inminente de muerte, por qué ella puede recibirlos en paz?. Porque fue una mujer de fé, puso su fé a actuar, por eso podía estar en paz. Porque cuando nosotros nos movemos en el tiempo de Dios, en obediencia a Dios eso es lo que viene, ahí hay paz. No importa que haya tormenta a nuestro alrededor, sentimos y podemos percibir la paz.
Y también Raab es mencionada en Santiago en un contexto de la fé, no vamos a leer ahora mismo pero es Santiago 2:25, y finalmente en el capítulo del Evangelio de San Mateo donde se detalla la genealogía del Señor, miren lo que dice los versículos 5 y 6, ahí descubrimos varias cosas: que Raab se casó con un hombre llamado Salmón quien no vió en ella a una ramera si no una mujer redimida por el poder y la gracia del Señor, que tuvo hijos, que fue la tatarabuela del Rey David, podríamos decir otros detallitos más que voy a omitir ahora, y que está incluída entre los antepasados del Mesías, del Salvador del mundo.
Imagínese eso para una mujer pecadora de un pueblo de hace miles de años y fíjese, todavía estamos hablando de ella y sacando enseñanzas, y todo porque decidió moverse en fé. Y otra vez; fíjese que ella no tenía una fé desarrollada, acababa de entrar en su fé, sin embargo Dios honró la fé de Raab. A través de los tiempos han habido personas que han querido negar que Raab fuera realmente una ramera porque piensa, ¿cómo es posible que entre los antepasados del Salvador, de Jesucristo, pueda haber una ramera?, no puede ser. Es que ella no era ramera, ella tenía una posada, ella administraba una posada. Pero sabemos que la Palabra dice las cosas como son.
Si ustedes leen la Biblia hay ejemplos como por ejemplo Abraham. Abraham mintió en varias ocasiones, negó hasta a su propia esposa en una ocasió y está escrito ahí en la Palabra. El Rey David adulteró y mandó a matar al esposo de la mujer con la que adulteró. Pablo fue un asesino, asesinaba cristianos y sin embargo esas personas, las cosas que hicieron antes de están ahí. Y uno se pregunta: ¿qué razón puede haber para que describa a Raab así como Raab la ramera?, sí estaba redimida, ya no era ramera, pero está ahí para mostrarnos a nosotros que como Dios obró en la vida de ella, de esos personajes que he mencionado así también Él puede obrar en tu vida y en la mía.
Cuando nosotros venimos al Señor venimos cargando un saco de cosas, ¿verdad?. Algunos de nosotros tenemos un bagaje significativo donde quizás cosas tan serias como las que hemos hablado, ¿verdad?, quizás promiscuidad sexual, abortos, asesinatos quién sabe, adicciones, tantas cosas. Y a veces no son cosas así pero aún así la fé del Señor las cubre, cosas tan sencillas como tener una tendencia a usar la lengua inapropiadamente contra la gente, al chisme, a la mentira, lo que sea. Cada uno sabe, cada uno pudiera escribir su propio libro de dónde el Señor lo sacó.
Pero lo importante es que al igual que el ejemplo de Raab nosotros no somos eso ya. Cuando el Señor viene a nuestra vida ese pasado no tiene efecto. Sí hay consecuencias obviamente de lo que hemos en el pasado, no podemos tapar el cielo con una mano, pero ya no somos eso. Ya hemos discernido lo que el Señor quiere hacer en nuestra vida, ya nos hemos determinado a una nueva línea de acción, de propósito en nuestra vida y ya nos hemos definido como lo que Dios dice que nosotros somos. O sea ya no somos esa persona aunque todavía estemos resolviendo los asuntos del pasado, ya no somos esa persona.
Eso es maravillos. Pensar cómo Dios puede tomar una vida que estaba condenada en este caso ella a la muerte, y antes de eso a vivir una vida de ataduras y ver cómo Dios la pudo sacar de allí y ponerla en un lugar de honor en todos esos pasajes que hemos leído en su historia inicial. Nosotros no podemos cuando hablamos de Raab dejar de mencionar al cordón de grana, ningún mensaje de Raab puede dejar el cordón de grana sin mencionar.
Eso era un símbolo de salvación. Ya vemos que ella en obediencia lo amarró a su ventana como una señal de que el pueblo de Israel le iba a perdonar su vida, iba a ser salvada ella y su familia. Era un símbolo de fé a la vez porque ya había un trato de fé de ella con los espías de Israel. Y cada vez que el pueblo marchaba alrededor de esa ciudad, de la ciudad de Jericó pasaban por ese cordón de grana colgado en la ventana y decían: ahí vive Raab la ramera, ahí vive la mujer que salvó a los espías, ahí vive la mujer que en fé está esperando salvación y su familia a través de ella. Es un símbolo de la fé de Raab.
Pero nosotros también sabemos que ese cordón de grana a mí me recuerda un versículo que es uno de mis versículos favoritos, están en Isaías 1:18, ese versículo dice: "Venid luego dice Jehová y estemos a cuenta." Eso es como una invitación tan gentil de parte de Dios, como: venid luego, vengan ahora a Mí y vamos a estar a cuentas, ¿qué hay en ti?, ¿qué tú tienes, qué Yo tengo que Yo te voy a ofrecer a ti para que tú no seas más como eras?.
"Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán enblanquecidos. Si fueren rojos como el camersí vendrán a ser como blanca lana." Esa es una promesa para todos nosotros. Ningún hijo de Dios debe sumirse en la autocondenación y quedarse estancado cuando tenemos un Dios tan generoso, tan amoroso que establece esos pactos con nosotros, hace esos pactos y no ve lo que nosotros merecemos si no que nos da salvación y una vida nueva, y una vida eterna también. Ese es el Dios al que nosotros servimos.
Ese cordón de grana es un símbolo de Jesucristo también, de la sangre de Jesús que Él vertió en la cruz por tus pecados y por los míos. ¿Verdad que ustedes son agradecidos?. Tenemos que estar infinitamente agradecidos, éramos una cosa y ahora ya no somos eso, hemos adquirido una nueva identidad. Estábamos en la oscuridad y ahora estamos en la luz, estábamos en el pecado y ahora tenemos pureza y una nueva vida. Eso es algo maravilloso.
Yo les animo todos los días, sentarte en tu regazo, escuchar de Él la obediencia. Yo mientras más camino en el Señor más me doy cuenta de la importancia de la obediencia, y más deseo que en mis pensamientos yo agrade a Dios. No solamente en el exterior si no que aún adentro, en mi ser más interior yo viva una vida interior de fé también. No solamente lo que yo demuestro, lo que evidencia mi exterior si no también lo que yo soy. Porque recuerda que a Dios no le importa tanto tu hacer como tu ser. Eso sí es importante para Dios, quién tú eres en Él, no lo que tú haces para Él.
Y lo que haces para Él tiene que estar fundamentado en la plataforma de la fé, de lo que le agrada a Él. Ese debe ser el deseo, el deleite, la pasión del hijo de Dios, agradar a su Padre. Había un predicador que decía que él vivía para traer una sonrisa de deleite en su Padre Celestial cada día. Esa es nuestra encomienda. Nosotros hemos venido a este mundo para traer gloria y honor a nuestro Dios, esa es nuestra razón de ser, darle la gloria y el honor a nuestro Dios. Y qué más que hacerlo con nuestra vida. Con la manera en que nos comportamos, con la manera en que traemos a otros al conocimiento de Él.
Así que yo te invito, vamos a ponernos de pie y a cerrar esta Palabra con una oración de fé, de dónde estamos nosotros parados en el Señor. Padre: gracias por Tu Palabra, gracias por la vida de personas como Raab que Tú pusiste en Tu Palabra como modelo para nosotros. Padre, en este día cada uno tiene diferentes circunstancias de vida, diferentes situaciones, pero en todas ellas Padre declaramos, nos ponemos de acuerdo en que queremos traer deleite a Tu corazón.
Padre ayúdanos a ser personas que disciernan Tu mover en todo. Dentro del mundo, dentro de la historia, dentro de nuestra familia, dentro de nuestro propio proceder como hijos Tuyos. Padre, que seamos personas determinadas a dar pasos de fé que traigan agrado a Ti Señor, que traigan gloria a Ti. Y Padre declaramos que somos un pueblo definido, un pueblo con definición que no está moviéndose de un lado a otro, si no un pueblo que quiere traer agrado a Tu corazón. Un pueblo que da testimonio en cada cosa de quién somos. No por nuestras propias fuerzas si no por lo que Tú has dicho en Tu Palabra que somos. Gracias Padre, somos un pueblo agradecido a Ti Señor. Gracias Señor, amén.