No solamente para las madres

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En esta mañana solo quiero tomar unos minutos, para enfocar lo que estamos haciendo, y recordar este es un día en que, escogemos para honrar a nuestras madres, y yo espero que no sea el único día en que honremos a nuestras madres, nosotros tenemos que expresar cariño y aprecio, y valorizar a nuestras madres todos los días del año, nuestras esposas, mostrarles amor y aprecio por todo lo que ellas hacen.

Y cuando yo pienso en nuestras madres, pienso que ellas ejemplifican lo más escogido de los sentimientos que la humanidad pueda reflejar, sobre todo el amor de Dios. La biblia compara una y otra vez el amor de una madre con el amor de Dios, y muchas veces la palabra usa el amor de una madre para ilustrar el amor de Dios. Yo siempre he creído de hecho que Dios, no en el sentido de que Dios sea hombre y mujer, pero yo creo que en Dios están encerrados esas dos energías, la energía masculina que asociamos con el hombre, y la energía que asociamos con la mujer, con el hombre asociamos esa energía agresiva, que va hacia adelante, esa energía que vigila, muchas cosas así no, que asociamos en términos generales, porque son todas generalidades.

La mujer ese ser tierno, tolerante, ese ser compasivo, ese ser que tiene ese sexto sentido porque se pone a tono con su ambiente, se pone a tono con las emociones de los demás, y ve muchas cosas que los hombres no vemos porque tiene ese sexto sentido que le presta su femineidad, y Dios reúne en su persona todas esas diferentes energías, por eso yo creo que cuando Dios creó al hombre y a la mujer dice que los creó a su imagen y semejanza, creó tanto al hombre y a la mujer, tanto el hombre como la mujer reflejan elementos de la personalidad de Dios.

Dios en sí, incluye todas las diferentes energías que el hombre y la mujer expresan en una forma como más concentrada, y yo creo que claro, todo hombre también necesita la ternura de una mujer, y toda mujer necesita tambíen la agresividad y el empuje de un hombre, cuantos dicen amén a eso, porque no es que decimos tampoco que las mujeres son blandas y los hombres son duros, nada de eso, pero como que hay una tonalidad mayor que el hombre ejemplifica y la mujer ejemplifica, y juntos reflejamos la complejidad y la amplitud de la personalidad de Dios que es ambas cosas, Dios es juez, y es legislador, y es justo, y es agresivo, pero también es un guerrero, pero también es amoroso y compasivo, y tiene misericordia de nosotros, y tiene misericordia hasta la cuarta generación y es paciente, y en Cristo yo creo que se refleja esa energía que podriamos decir así, muy levemente femenina de Dios. Cristo Jesús, de nuevo reflejando el hecho de que todo está incluido en Él.

Por un versículo que esta mañana se me dió en meditación, se me recordó, es en Isaías capítulo 66 versículo 13, donde dice que: "como aquél a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros". Que lindo versículo. "Como aquél a quien consuela su madre, yo los voy a consolar a ustedes. De nuevo cuando el Señor quiere expresar como es que Él va a tratar con nosotros, nos va a proteger, nos va a guardar, nos va a consolar, nos va a afirmar en la vida, Él dice recuérdate como cuando tu mamá, cuando te caías y te raspabas la rodilla o se reían de ti y se burlaban de ti en la escuela, tu venías a donde ella, y ella te consolaba y te pasaba la mano por la cabeza, y te apaciguaba y te inspiraba esperanza y confianza, y es más cuantos de nosotros ya cuando hemos sido mayores también, y hemos tenido problemas de diferentes tipos, financieros, de salud.

Yo no se ustedes pero yo hasta que mi madre falleció, ella tenía esa virtud de aquietarme solo con una mirada, una sonrisa, y con su mera presencia yo me sentía seguro, es que es algo instintivo, porque las madres, uno pasa meses dentro de su vientre, en una relación de intimidad, como ninguna otra jamás puede haber, comiendo de ella, y respirando a través de ella, y escuchando los sonidos de su cuerpo ahí adentro, los latidos, el fluir de las aguas y todas estas cosas dentro del vientre de una mujer que se incomoda y sufre por nosotros y a veces hasta se desfigura, para que nosotros podamos salir a la vida.

Y mientras somos los mas frágiles de toda la tierra, ahí dentro del vientre de nuestra madre, Dios va formándonos y entretejiéndonos, y preparandonos para la vida y ella nos comunica su vida, y nunca volverá a ser la misma, porque después que una mujer da a luz nunca es la misma, ni físicamente, ni emocionalmente, ni de ninguna manera, ya su vida está irrevocablemente cambiada, la maternidad es el sacrificio último, en realidad si abrevamos, es el regalo más hermoso que se puede dar en la vida, servir como mediador para que alguien salga a la vida, y como Cristo Jesús se dió por nosotros, se sacrificó, así una madre se da por sus hijos, no solamente cuando los está gestando dentro de su vientre, sino después entonces comienza el trabajo duro, cuando sufrimos por ellos no, cuando ustedes sufren por nosotros, y nos ven pasar por todas las cosas y hacer todas las imprudencias que cometen los hijos y las hijas en la vida, y sufrir con nosotros en nuestros matrimonios, y en nuestras finanzas, y en nuestra salud, y en nuestras relaciones humanas, y los tropiezos de la vida, y la madre está allí vigilando todo eso, y sufriendo con nosotros y por nosotros y dándonos esas palabras de cariño y de afirmación, oigame, es el misterio más grande de todos.

Por eso es que Dios cuando quiere ilustrar su amor, porque eso es todo lo que hace Dios también, aunque Él está allá en su trono, inviolable, y Él es el infinito Dios todopoderoso, y nadie le puede hacer daño, pero aún así el sufre por nosotros también. Dice la palabra que como el Padre se compadece de los hijos se compadece Jehová. Y cuando la gente me pregunta a mí "bueno donde estaba Dios cuando me pasó esto, donde está Dios cuando un niño muere prematuramente, o un joven muere de un cáncer, o una persona noble tiene una tragedia, donde está Dios". Mirando desde su cielo y sufriendo contigo. Sufriendo con esa persona. Porque Dios se deja afectar por lo que nosotros experimentamos aquí en la vida, sabe.

Él es increiblemente tierno y misericordioso y generoso con nosotros, y Él por un momento se hace frágil, yo no me pregunte como explicar eso teológicamente, porque Él es madre y padre para con nosotros, como la gallina cubre sus polluelos, las alas, no? dice la biblia. Todas esas son figuras de la maternidad, el carácter maternal de Dios.

Ayer cuando estaba yo en Nueva York, cogí un momento de intermisión en el congreso que estabamos llevando a cabo, y le había prometido unas fotocopias a los hermanos del taller, que yo había dado, y con todo el ajetreo no podíamos, entonces yo fuí, un joven Moisés me llevó, a Staples, y llegamos allá y yo salí, entré a la tienda de Staples a sacar las fotocopias, y estaban bien ocupados y me dijeron, mire si usted quiere que se la hagamos las fotocopias va a tener que esperar dos o tres horas, no tenía el tiempo, si usted quiere pues hágalo usted, habían unas maquinas de self service, autoservicio, entonces pues yo, bien compleja la cosa, dan una tarjeta especial, y me veía como un poquito, confuso acerca de lo que iba a hacer.

Y vino una señora afroamericana, así alta, delgada, con una ropa así, tipo africana, vestida con su traje honrando su herencia cultural, pero era afroamericana, y se acercó a mí, y tenia dos hijos, dos hijitos, uno tenía como unos siete u ocho años, o nueve años, el otro tenía un par menos, delgaditos los dos, vestidos de soldados norteamericanos con sus fatigas, tenían sus jackesitos, su pantalón, sus botas, como unos soldados pero pequeñitos, en miniatura, bien bonitos, se veía que esta madre se había tomado tiempo para comprarles a estos niños sus trajecitos, y los niños bien lindos, tenían lentes puestos, a pesar de ser chiquitos parece que necesitaban lentes los dos, se veían bien bonitos, bien cuidados, bien comportados. Pero como los niños inquietos, corriendo porque el espacio era grande, y la mamá haciendo sus asuntos, sus fotocopias, y los miraba de vez en cuando como los animales miramos a los hijos, a los bebés cuando están muy lejos de uno para cuidarlos para protegerlos, que nadie les hiciera daño. Una madre fiel, vigilante de sus hijos.

Y de vez en cuando les gritaba algo que se sentaran y que si no les iba a halar las orejas, y amenazándolos, pero lo que yo veía en ella era esa ternura de una madre, era una mujer que yo estoy seguro que había tenido una vida difícil, por razones largas de explicar, y me imagino que habrá cometido sus errores en la vida, yo me preguntaba, Meche me dice que yo soy la persona mas pendenciera que ella ha conocido en la vida, y yo me preguntaba acerca del pasado posible de esta mujer, yo sospecho que había tenido sus hijos en una edad ya avanzada, y que quizás el romántico en mí haciendo novelas ahí con la gente, yo creo que esta mujer quizás como digo, cometió sus errores en la vida, cuando jovencita y tuvo estos dos hijos, y eran su amor.

Y yo veía, mientras ella sacaba de nuevo sus fotocopias, iba de un lado a otro cruzando ese espacio grande, pero siempre con el ojo puesto sobre esos dos muchachos. Y los niños yo veía que habían sido bien cuidados, y bien tratados, bien formaditos. Y yo pensaba en todo eso el amor de una madre, como esta mujer ejemplificaba aún en su dureza y su evidente fuerza agresiva, la ternura para con sus hijos, el cuidado. Y yo decía wow, el que quiera venir a venderles droga a estos muchachitos o a hacerles algún daño, se va a encontrar a una leona, que les va a caer encima y los va a despedazar, pero fácilmente, porque esta mujer no va a tolerar que estos niños sean dañados de ninguna manera.

Y pensaba en tantas madres afroamericanas e hispanas, en nuestras áreas de nuestras ciudades de Estados Unidos, Chicago, Nueva York, Boston, nuestros hijos son como animalitos frágiles en una selva donde hay dinosaurios que quieren despedazarlos, estamos en una época bien peligrosa de la humanidad, donde nuestros niños son una especie en peligro, son frágiles. Y hay tantas madres solteras por ejemplo en Rocksper, y en Spanish Harlem y en Harlem, y en tantos getthos de Estados Unidos, peleando por sus hijos, temerosas de que se los vayan a arrebatar, que vayan a caer en la droga, que vayan a crecer abusados sexualmente, que los maestros a veces con sus ideas raras en las escuelas los vayan a llenar de ideas indebidas, que alguien por ahí un perverso vaya a tocarlos en una manera dañina, y esas madres son como leonas, tratando, haciendo lo posible, a veces fallan, a veces no saben como hacer las cosas, porque la maternidad, la paternidad, no les fue modelada bien cuando eran niños, pero hacen lo que pueden, y están ahí batallando por sus hijos, para protegerlos y para guardarlos de los depredadores que quieren hacerles daño.

Y yo me acerque a esa señora, después, porque ella me ayudó a mí, de hecho se acercó a mí y me dijo: "hey que necesitas, necesitas que te ayude en algo?" me dijo, "ah sí mira, esta es la tarjeta, la llevas allí, la entras, y entonces, pones la tuya, después", me enseñó como hacer la cosa, no? mientras ella corría, atendía sus hijos, hacía veinte mil cosas. Y entonces cuando yo la ví allí peleando con los muchachitos que se sentaran, que estuvieran tranquilos, le dije: "sabes que quiero decirte que estas haciendo un buen trabajo, you are doing a great job with your kids, estás haciendo un buen trabajo y se vé que son buenos muchachitos y que están bien cuidados, y te felicito por tus esfuerzos". Ella se enterneció un momento y dijo "Si no yo, si me molestan mucho les arranco la cabeza, eso es lo que ellos necesitan".

Pero los niños, se veían no? ellos sabían que era el amor de su mamá, ellos sabían que ella era una leona y que las leonas a veces agarran a los leoncitos por el cuello, y los llevan, eso es parte. Y hablamos un momentito, entonces me dijo: "Mira sabes que, lo que estoy haciendo ahora mismo, estoy preparando un taller para adolescentes, porque los adolescentes necesitan ayuda", dice, "en este tiempo hay tantas cosas malas que los están afectando y hay que hacer algo por ellos". Yo le dije amén, yo creo eso, y necesitamos, me dice "porque nadie los está atendiendo, y eso es cierto.

Y una de las cosas que el Señor me habló a través de eso, hermanos, como iglesia, y sabe que hay un mover de Dios que está dandose en nuestra congregación, de apradinar y darle más todavía de lo que les hemos dado, yo doy gracias a Dios por lo que Miguel Prieto, por lo que tantos hermanos han hecho a través de los años por nuestros adolescentes, gloria a Dios por eso, amén?
Y tenemos que hacer mucho más porque la necesidad y la carga es grande. Necesitamos madres y necesitamos padres para nuestros hijos, y yo tengo un compromiso con el Señor, doy gracias por Sara Gautier, por Wilson, y por Sandi, este lindo retiro que tuvimos el sábado pasado, que la gloria del Señor se manifestó allí con cien jovencitas, teenagers que vinieron y fueron bendecidas y marcadas, por ese evento, y yo estoy comprometido que vamos a hacer muchas cosas más, y que con la ayuda del Señor, y para su gloria, vamos a tener el mejor ministerio para adolescentes en muchas áreas, en el nombre de Jesús, estamos comprometidos y vamos a orar por eso, porque ciertamente nuestros jóvenes necesitan respaldo y madres que los cubran con sus alas, y que peleen por ellos.

Lo último que digo es esto hermanos, me vino a la mente esta mañana Rispa, estuve como media hora buscando la bendita Rispa y finalmente la encontré Rispa, no le ponga a una hija Rispa por favor, por si acaso, pero el hecho es que busqué en google y finalmente no sabiendo que hacer puse allí dead mother takes care of the body of their dead sons, o mother takes care of the body of their dead sons y me apareció en google Rispa finalmente, porque yo tenía la historia ahí en mi mente mas o menos, de esta mujer, que no voy a leer el pasaje pero después busquelo en segunda de Samuel capítulo 21, pero Rispa era una madre, por eso yo hice la asociación con esta mujer afroamericana en Spanish Harlem.

Rispa fue una mujer que por un momento trágico en la historia de Israel, David tuvo que entregar, ella era concubina de Saúl, y tenía dos hijos, y hubo una gran hambre en Israel por razón de un pecado serio que Saúl cometió contra los Gabaunitas, una nación, un pueblo que se había afiliado con Israel, Saúl violó un pacto de promesa que se le había hecho a los Gabaunitas, de no destruirlos, y trató y mató a muchos de ellos, y Dios parece que se molestó por la ruptura del pacto, hubo hambre en Israel, y David averiguó por medio de revelación, de que se debía a lo que había pasado con los Gabaunitas, entonces hay mucha tela que cortar ahí, vamos a dejar eso para otro día.

El caso es que Saúl, perdón, David, va a donde los Gabaunitas y les dice bueno, que tenemos que hacer, para satisfacerlos a ustedes, para que cese esta hambre que hay en el país. Y los Gabaunitas le dicen bueno, lo único que queremos como que no quieren nada, siete hijos de Saúl, que los ahorquen y que los ejecuten, y con eso nos conformamos, siete hijo de Saúl, y con eso nos conformamos, y David por terminar esta gran mortandad en Israel, cogió cinco hijos de Mical, que era una de las esposas de Saúl, y dos hijos de esta concubina de Saúl, de esta mujer que se llamaba Rispa, y los ahorcaron a los siete, y los dejaron así al aire libre, para que fueran consumidos por los elementos.

Rispa amaba tanto a sus hijos, y mire esto acerca de lo que es el amor de una madre, por eso es que yo pensé en ella esta mañana, Rispa se sentó, tendió un paño, sobre la roca, y se sentó delante de sus hijos muertos, por días y días para que las aves de rapiña no vinieran y se comieran sus cuerpos, y cada vez que las aves de rapiña venían ella los ahuyentaba para que sus hijos no padecieran la indignidad final de ser comidos por las aves de rapiña. Y pasó día tras día, tras día, muchos días pasó Rispa, yo me imagino esta madre, el dolor de esa madre, ver el cuerpo de sus hijos descomponiendose, pero ella fiel a la memoria de ellos, una leona, protegiendo el cuerpo de sus hijos. Ése es el amor de una madre, para mí no hay nada que ejemplifique más, ella no podía hacer nada por esos muchachos muertos, pero podía por lo menos defender su dignidad de sus cuerpos.

Esta mujer, veinticuatro horas al día, sentada a la intemperie, protegiendo esos cuerpos de sus hijos, hasta que David escuchó, eso escandalizó a la comarca, y fueron a donde David y le dijeron mira lo que está haciendo esta mujer, y David se conmovió tanto, que mandó a quitar los cuerpos de estos muchachos de la intemperie y darles un entierro honorable, el amor de una madre. Y yo pienso que muchas madres, en Rocksber y Torchester, Villa Victoria, Spanish Harlem, Harlem, Chicago, diferentes ciudades del suroeste de Estados Unidos, están como Rispa, las aves de rapiña quieren comerse a sus hijos, el diablo está ensañado contra la niñez, la adolescencia, y ahí están las madres con sus paños asuzando las aves de rapiña para que no se coman a sus hijos, esa es una madre.

Y yo les animo hermanos, nunca dejemos de hacer lo que hizo Rispa, cuando el diablo quiera venir a tomar el control de la vida de nuestros hijos, la iglesia de Cristo tiene que ponerse como una leona y decirle, por aquí tú no pasas, amén?. Vamos a hacer todo lo que sea necesario, para impedir que el diablo se enseñoree del alma de nuestros hijos, la iglesia de Cristo tiene la última palabra siempre, el diablo ocupa el lugar que nosotros le permitimos ocupar, cuando la iglesia de Cristo dice no, es no, porque tenemos la autoridad de Dios con nosotros.

Asi que vamos a dar la batalla en el nombre de Jesús, vamos todos a apoderarnos de ese amor de una madre, feroz amor, amor de leona, y no dejemos de batallar por nuestros hijos, nos quitamos el sombrero ante esas madres, muchas de ellas no están aquí, jovencitas, madres solteras, donde quiera que estén, las bendecimos en el nombre del Señor, están en Brasil, están en Colombia, en México, así también peleando por sus hijos, peleando por el alma de sus hijos, que la droga no se los coma, que el diablo no se meta en sus corazones, que la cultura no envenene sus almas, y vamos a pedirle al Señor que nos dé ese corazon de leones, de leonas en este caso, para pelear por los nuestros, y Dios es poderoso.

Vamos a ponernos de pie una vez más, vamos a bendecir esos adolescentes donde quiera que se encuentren, vamos a bendecir esas madres que están batallando por sus hijos, y declaramos en el nombre de Jesús gracia del Señor, gracia sobre gracia, en el nombre de Jesús, Padre, en las calles, en los vecindarios, en las favelas Señor, de Latinoamérica, en los ghettos de Estados Unidos, Señor, y de tantos otros países, bendecimos esas mujeres Señor que están peleando a brazo partido por sus hijos, y declaramos victoria, amarramos las obras del diablo y declaramos derrota, en el nombre de Jesús, y declaramos que la iglesia de Cristo se levanta con poder para hacer su tarea. Gracias Señor. Te adoramos, te bendecimos Señor, aleluya, a ti la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén, amén, dele un gran aplauso al Señor, aleluya, gloria a Dios.