Arreglar la casa

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Vamos ahora hablando de la palabra del Señor, vamos a ir al evangelio según San Marcos, Marcos capítulo 11, hoy estoy, ustedes han visto esos escaladores de rocas, que cuando uno escala rocas sin ningún tipo de amarres ni seguridad, se llama que uno está escalando solo, a solas, es decir corriéndose el riesgo, hoy yo vengo sin más andamiaje que la palabra en esta mañana, no tengo notas ni nada, así que voy a arriesgarme aquí, porque es cierto que el Señor ha puesto algo, es más bien como un testimonio que quiero compartir con ustedes en esta mañana, algo que el Señor está haciendo en mi vida, que creo que también está haciendo en la iglesia Congregación León de Judá, y que está llamando a toda su iglesia a través de la tierra, a asumir esta postura de integridad, Marcos capítulo 11 versículos 12 al 14, aunque continúa más adelante este relato, pero lo vamos a dejar allí.

Marcos 11, 12 al 14 dice, este pasaje siempre me ha provocado intriga no, qué estaba pasando por la mente del Señor, cuando se dá este evento. Dice que al día siguiente, y el Señor pasa por Jerusalén camino hacia la cruz, está ya entrando en la última etapa de su ministerio, está muy conciente de que en los próximos días le espera la crucifixión, será crucificado por sus propios compatriotas, será crucificado por las autoridades religiosas, que obligando y forzando la mano de las autoridades civiles romanas, van a hacer que Él sea crucificado, eso es parte del plan de Dios, pero Él sabe que también están involucrados estos hipócritas religiosos que dirigen a su pueblo, a su nación Israel, y yo creo que eso estaba en su mente cuando dirige este evento aquí, la crucifixión que se aproxima, la entrada a Israel, asiento de la autoridad religiosa, y su crucifixión por parte de esos religiosos que gobiernan a su nación.

Dice que: "Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre, y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fué a ver si tal vez hallaba en ella algo. Pero cuando llegó a ella, nada halló, sino hojas, pues no era tiempo de higos, entonces Jesús dijo a la higuera: nunca jamás coma nadie fruto de ti, y lo oyeron sus discípulos". Bendiga al Señor por su palabra. Ahora ustedes verán si más adelante en el relato del versículo 20, la higuera de hecho se secó en su raiz, no le fué evidente inmediatamente a los discípulos, pero regresaron más tarde vieron que esa maldición que el Señor había proferido sobre esa planta, se había manifestado a través de la sequía total de la planta en su raíz que ocasionó también el total marchitarse de esta planta, entonces déjeme echar un poquito hacia atrás, porque lo que vemos aquí es el Señor buscando satisfacer un hambre física que Él tiene pero yo creo que hay más aquí.

Lo que me ha motivado a tomar este pasaje, hay muchos pasajes que hubiera podido usar, pero yo compartía con los diáconos en nuestra última reunión de diáconos, el martes pasado, ellos me pidieron que compartiera con ellos un rato acerca de, yo estaba hablando según yo sentía acerca de nuestra congregación, de nuestra iglesia, pero periódicamente ellos me piden que comparta algo de visión con ellos, que Dios ha hablado a nuestra iglesia y está hablando, en ese tiempo durante la semana estuve meditando esa petición de ellos, y me vino a la mente que yo he estado involucrado en un proceso de construcción en mi propia casa, en los últimos meses junto con toda mi familia, mi esposa les puede decir que ha sido una tarea ardua, entre el hermano Patricio Montenegro que ha sido uno de los que con su tiempo y su destreza de constructor en ayudarnos en este tiempo, hemos estado en un proceso muy desgastador, arduo, pero muy bello, muy edificante, valga la redundancia, para nuestra familia, para nuestro hogar.

Si ustedes examinan mi ministerio, mi vida, yo he estado en construcción durante los últimos 15 años, no he parado, no he parado, este santuario lo compramos en el año 1994, finales del 93, comenzamos en el 94, finalmente después de ahuecar todo este espacio aquí lo reconstruímos, los cuatro niveles completamente, y lo ocupamos, y no bien habíamos terminado de hacer este trabajo ya estabamos comprando el edificio de al lado, y comenzamos un arduo trabajo, proceso de derribar y volver a construir, y ya apenas habiendo terminado ese, ya estábamos comenzando el nuevo santuario, y ya antes de haberlo terminado habíamos estado trabajando 7 años en el diseño del edificio, conseguir todos los permisos, atravesar un arduo proceso de vecindario, pelear con gigantes, motivar a la iglesia, y comenzar a edificar en el tiempo financiero más terrible de la historia de esta nación cuando parecía que el mundo se iba a venir abajo con todo este debacle financiero del año 2008, fué cuando tuvimos que venir aquí para pedirle a la congregación que se armara de visión para mantener sus promesas de construcción.

Es decir, hemos estado construyendo, hace años yo prediqué cuando estábamos en la iglesia en Cambridge, una serie de 12 o 14 sermones sobre Neemías, yo no sabía que el Señor me estaba metiendo en un proceso de construcción, y esa predicación yo recuerdo que fué muy formativa en mi vida y en la vida de la congregación, no fué creada con ninguna intención ni sospecha de que Dios tenía también un proceso de construcción, tomando edificios deshechos y decrépitos pero con una fundación bastante sólida que con un gran potencial en el centro de la ciudad, destruyendo, demoliendo, y volviendo a edificar, y yo he sentido siempre que Dios nos ha tenido en una especie de acción profética, de venir a la ciudad, derribar cosas que están ya decrépitas, y volver a edificarlas y convertirlas en lugares hermosos para que el pueblo de Dios adore, sirva, aprenda y se prepare.

Y por eso dice la palabra que nosotros tenemos llamado de reconstructores de ruinas, edificadores de ruinas, y yo he sentido que uno de los llamados proféticos de este ministerio es, tratar de edificar cosas que está arruinadas y caídas, nuestras comunidades por ejemplo, nuestra juventud, la familia latina, el área de la ciudad, un área eminentemente urbana como ésta, Dios ahora nos ha llamado también para edificar un ministerio en inglés para tener otra entrada a la comunidad afroamericana, anglosajona, porque Dios nos ha llamado a ser edificadores de ruinas, no solamente ruinas físicas, las ruinas físicas es lo menor, son las ruinas espirituales lo que Dios quiere reedificar, Dios quiere levantar esos muros caídos, cuando Neemías quiso reedificar los muros de Jerusalén, en realidad los muros si tenían un papel importante de protección física, pero los muros tenían un valor simbólico, eran el símbolo de la solidez de su nación, y de la gloria y la verguenza que ellos sentían de estar su muro derribado, eso causó que Neemías se cayera llorando porque veía a su pueblo en verguenza, y quería reedificar esos muros de nuevo.

Yo creo que nosotros estamos involucrados en un proceso profético, Dios nos ha llevado a través de estos años a edificar estas cosas en anticipo, y también paralelamente a una reconstrucción espiritual a la cual nosotros estamos siendo llamados a participar, usted entiende?, es que yo siempre veo a Dios hablando a mi vida, a mi ministerio, a esta congregación en términos proféticos, yo no veo a Dios necesariamente en cada cosita que pasa aunque Él está involucrado, pero sí hay cositas en las que me dice pon atención porque esto es para ti, y esto es algo a lo que yo te estoy llamando a participar. Y esta construcción de esta casa, nuestra casa, voy a decir mi porque quiero ser económico, pongan ahí, no crean que yo soy machista, no tengo tiempo para ser polítically correct, usted entiende lo que quiero decir, no?, así que hagan las correcciones necesarias por favor.

Este trabajo en nuestra casa ha sido un trabajo que yo creo que Dios nos ha llevado a través de ello, ahora déjeme decirle otra cosa más para montar toda esta razón de esta meditación, esto no es nada nuevo, Dios toma sus profetas, y los pone a través de la biblia, a involucrar su propia vivencia con mensajes que Él está dando. Nosotros somos mensajeros vivientes, cuantos piensan eso, nosotros tenemos nuestras vidas para ejemplificar y declarar verdades espirituales, principios espirituales, que el que tiene ojos para ver los puede ver, y el que tiene oídos para oir los puede oir, y el que tiene corazón para interpretarlos los puede interpretar, y entendimiento, tomó Ezequiel, ustedes recuerdan al profeta Ezequiel, uno de los libros más extraños y simbólicos de la Escritura, y el pobre Ezequiel fué tomado por Dios como un mensajero viviente de muchos de los temas que Dios estaba viviendo su propio corazón con respecto a la nación de Israel, ustedes recuerdan este caso, hoy en día se habla mucho de Ezequiel bread, cuántos de ustedes han comido el pan de Ezequiel, hermano no tenga verguenza, you have to be a young adult, right, nuestra hija Sonia, mayor, es una fanática del pan Ezequiel, hoy en día le han sacado mucho dinero a este pan, porque es bíblico, y supuestamente, y aunque omiten uno de los elementos más importantes del pan Ezequiel.

Dios puso al profeta Ezequiel por ejemplo a participar de muchas acciones proféticas, después busquen ahí en el capítulo 4 y 5 de Ezequiel, pero mire una de ellas, dice: "Y tú Ezequiel, toma para ti trigo, cebada, lentejas, miyo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos, el número de los días que te acuestes sobre tu lado, 390 días comerás de él." Dios puso a Ezequiel a dormir de un sólo lado, incómodo. "La comida que comerás será de peso de 20 ciclos al día, de tiempo en tiempo la comerás, y beberás el agua medida, la sexta parte de un hin, una medida, y de tiempo en tiempo la beberás, y comerás pan de cebada cocido debajo de las cenizas, y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano" y en ese momento Ezequiel dijo de qué?, todo iba bien hasta que Dios dijo lo vas a cocinar al fuego de excremento humano. Y dijo Jehová: "Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo" porque era excremento humano el que iba a servir de combustible, "entre las naciones a donde los arrojaré yo, y dije, ah Jehová he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina y despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda. Y dijo el Señor: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano." Oh thank you Lord, gracias, todo eso ya resuelve el problema.

Pero ven aquí, si usted se da cuenta, usted vé que Dios puso a vivir toda esa vivencia en un sentido profético, una acción que Él tenía para los tiempos, y yo creo que muchas veces Dios nos habla, lo que pasa es que la gente somos toscos, y no estamos poniendo atención cuando Dios nos habla de maneras simbólicas a través de toda la vida, yo me veo beneficiado a través de toda mi vida cuando Dios como que me para y dice hm, pon atención a eso que está pasando fugazmente, porque yo tengo algo para ti en eso. Por qué Dios habla de esa manera?, yo creo que por las razones de este mundo, el pecado y tantas otras cosas, Dios se esfuerza a si mismo en hablar de formas indirectas a los hombres. Yo creo que hay veces que Dios nos habla a través de una palabra, clara, audible, a veces a través de una visión, una revelación, pero muchas veces Dios usa a los elementos cotidianos de la vida, así que ten ojos para ver, y oídos para ir, porque muchas veces la vida te va a estar hablando, Dios te va a estar hablando a través de cosas, y pídele que te permita estar alerta a las cosas que Él te está diciendo, que Él te está instruyendo, y no necesariamente un ángel o una voz audible del cielo, sino que usa los elementos de la vida porque esa es la forma que Él ha escogido por un tiempo para hablarle a la humanidad.

Entonces Dios me ha estado hablando, hace mucho tiempo ya que yo sentía en mi espíritu que Dios me dijo, arregla tu casa, ordena tu casa, físicamente, estamos hablando de físicamente, arréglala en todo lo que tú puedas, ordénala, embellécela, no me está hablando de lujos, ni de cosas extraordinarias ni de cosas llamativas, no, ordena tu casa para que sea una casa de orden, sea una casa bien presentada, que sea linda, que adorne el vecindario, que la gente la respete, en esa casa habitan 100 ciervos de Dios y habita un siervo de Dios y esa casa tiene que representarme bien, yo he sentido eso en mi espíritu, sobre todo una urgencia de arreglar mi casa, y Dios ha provisto siempre gente generosa, a través de los años, el hermano Alberto Naranjo, Mario Ulloa, a través de este tiempo Patricio Montenegro, han sido gente muy generosa que nos ha ayudado en muchas maneras, y yo les pago con morir soñando, arroje de habichuelas y otras cosas, y ellos muy generosamente han ofrecido de una manera que me hace sentir muy humilde, muchas veces y gloria a Dios por eso.

Yo creo que ellos lo hacen porque sienten que están participando también no se dan cuenta, en un proceso espiritual, amén gloria a Dios, es largo de explicar, pero este es el punto hermanos. Yo llevo ya años ordenando nuestra casa, mi pobre esposa tiembla cada vez que yo le digo no esto solamente se va a tomar un par de semanas, y ya yo la veo se pone neurótica y sabe que está entrando en algo mucho más complicado de lo que yo le estoy sonando, pero el caso es que en este tiempo sobre todo ha pasado algo, y yo le voy a decir por qué para que ustedes entiendan, yo creo que Dios está llamando a su pueblo, escuche esto bien, me está llamando a mí, el pastor principal de esta iglesia, y te está llamando a ti, y está llamando a su pueblo, la iglesia de Jesucristo a preparar su casa, y específicamente prepararte a ti. Porque nosotros hemos hecho muchísimos arreglos en nuestra casa, Dios nos ha permitido ampliarla, embellecer algunos espacios, muchas cosas de ese tipo, pisos nuevos, muchas cosas bien bonitas, pero el sótano de la casa era un desastre.

Cuando nosotros compramos la casa el piso de sótano estaba deshecho, quedaba una capa finísima de cemento y ya se había cuarteado y partido en varias partes, se veía la tierra en algunos lugares, cuando llovía se metía la tierra muchas veces en algunos lugares, no inundándola de una manera digamos tipo diluvio, pero sí siempre y también, voy a ser franco con ustedes, no me olía totalmente agradable, y el basement era como la celda, la mazmorra donde uno viva, era el lugar de almacenaje más bien, no era como que había dragones ni dinosaurios caminando por el área, pero no era un lugar que, del cual nosotros o yo me sentía orgulloso, y yo me sentía en contradicción entre todo lo que había en el primer piso y lo que había debajo, donde estaban todos los sistemas de la casa, donde estaban los sistemas de calefacción, los sistemas de agua, las cajas eléctricas, el piso, la fundación, las tuberías del agua, no estaban, y yo no sabía hasta que yo no rompí el piso no me dí cuenta que había un escape de agua que estaba debajo de la tierra, y no era de la mejor agua, les quiero decir.

Y todo esto fué cuando comenzamos a cavar en los cimientos, y la columna vertebral que sostenía la casa se había decaído un poco con el tiempo, es una casa de cien años, por si acaso los que creen que yo vivo en un palacio, alguien le dijo por allí una vez, oye tu pastor, debe tener mucho dinero y este y lo otro, esa persona no sabe lo que está hablando, pero el caso es éste, esa columna vertebral de la casa se había ido decayendo con el paso de los años, y el peso de la casa había hecho que se vaya pandeando un poquito, entonces nosotros comenzamos con algo bien modesto, el hermano Patricio estuvo dispuesto a ayudarnos a romper el piso, pero como pasan estas cosas no?, uno ve las posibilidades y empieza, cavamos el piso 5 pulgadas de tierra, comprometimos por lo tanto la fundación de la casa, tuvimos que hacer una fundación nueva de cemento con varilla, el caso es que los últimos 5 meses y medio, nuestra casa abajo del basement ha sido completamente transformada. La fundación que estaba también bastante comprometida con agua que se filtraba y otras cosas ha sido fortalecida, esa casa en términos de fundación está ahora diez veces más sólida que lo que estaba cuando la construyeron yo diría, un trabajo arduo. El piso todo decrépito, destruído, ha sido reemplazado con un piso sólido, y se han sacado toneladas y toneladas de tierra de ese. De una vez aprovechamos para sacar los calentadores de agua. Les estoy diciendo aquí las intimidades de mi casa, ustedes van a conocer mi casa mejor de lo que yo la conozco al final de este sermón. Pusimos calentadores nuevos. Pusimos la calefacción y aprovechamos de una vez, cogimos una chimenea que estaba ahí probablemente desde que la casa fué fundada, y un brasileño loco se subió en el techo, sobre el tope de la casa, y fué destruyendo la chimenea, y bajando según los ladrillos iban cayendo al fondo, al basement, hasta que destruímos completamente la chimenea.

También cambiamos la electricidad, estamos cambiando la plomería, esa viga que estaba comprometida fué reemplazada por una viga de acero, sólida, completamente. Y todavía hay cosas que faltan, ese basement que era un lugar de horror, gracias a Dios se está convirtiendo en un lugar respetable, sólido, que refleja la solidez que yo creo que amerita una casa donde habita gente de Dios. Ahora bien, durante todas estas semanas, aun cuando yo oigo el martilleo, y el cansancio de todo este trabajo nos agobia, yo he sentido a Dios, y yo he hecho de este proceso, yo ni siquiera he compartido eso con el hermano Patricio, yo he hecho de todo este proceso un proceso de meditación espiritual, yo he convertido este proyecto, sabe que en la religión budista, hinduísta, hay lo que se llaman las mandalas, son dibujos que se hacen y a veces los que hacen estos dibujos con arenas y todo eso se toman años y los convierten en un objeto de meditación.

Hay objetos y hay actos que al tú llevarlos a cabo te permiten entrar en el interior de tu espíritu mientras tú los concretas, son formas de tú identificar verdades espirituales, eso es lo que las grandes religiones y aún en el cristianismo con toda la cuestión de las catedrales, muchas catedrales fueron construídas precisamente para ser objetos que te recordaran de verdades espirituales. Usted dentro de una catedral en España. en Italia, en Francia, en Inglaterra, y esas catedrales fueron construídas por gente que sabía el poder del símbolo, y cuando usted entra en una catedral usted vé solamente el techo que apunta hacia el infinito, le recuerda al cielo, vé los vitrales, las esculturas, nosotros con los edificios superficiales modernos no entendemos mucho estas cosas, pero esas estructuras medievales entendían el poder de un símbolo, el poder de los objetos, y yo a través de estas semanas he hecho esta construcción para recordarme, nosotros no podemos depender en nuestra vida de lo que se vé para nuestra relación con Dios.

Yo no podía dejar que nuestra casa, conformarme simplemente con lo visible, los pisos de arriba, lo que la gente vé, había abajo la parte más importante de la casa, la fundación, los sistemas que la alimentan, los cables, la columna vertebral que sostiene el hogar, el basement de una casa es la fuente de su vida, de ahí sale el calor, de ahí sale el agua, de ahí sale el agua caliente que nos permite bañarnos, se sostiene a través de la fundación, la vida de la casa, la fuerza motriz de una casa es lo que está debajo, lo que no se vé, la parte cosmética, a veces nosotros le dedicamos mucho tiempo, pero que pasa cuando vamos abajo, como está la fundación, como está la electricidad. Y yo siento que a través de todo este proceso, Dios me ha estado hablando.

Y lo que yo he sentido es una urgencia de preparar esta casa, preparar mi casa como un acto simbólico de que hay que prepararle la casa del Señor, hay que preparar la iglesia, y también lo más importante es que Dios me ha estado hablando acerca de mi vida, que yo tengo que dedicarle mucho tiempo y mucha energía a preparar mi carácter, mi corazón, hace poco yo hablé de la importancia del corazón, Dios me ha estado hablando acerca de limpiarme completamente, santificarme, buscar profundamente dentro de mí todas aquéllas áreas que no son del agrado del Señor, examinar profundamente a la luz de la palabra y del Espíritu Santo mi corazón, mi carácter, mi forma de tratar a los demás, mi forma de hablar, mi vida íntima, mental, todas esas cosas, y Dios me ha estado diciendo arréglalo todo, ordénalo todo, trabaja en la fundación, lo íntimo de ti, y asegúrate de que lo que la gente no vé, no escucha, no puede percibir porque es parte íntima de tu ser, que eso sea tan recomendable y tan agradable a mí como lo que tú predicas cuando la gente escucha un domingo por la mañana. Que haya consonancia, que haya integridad, hoy en día a mí no me interesa tanto siquiera hablar de santidad, como de integridad, porque desgraciadamente los evangélicos somos expertos en espiritualizar las cosas, hablamos de santidad y creemos como decía una hermana misionera mía que estamos hablando solamente de lo que pasa de la cintura pa abajo, santidad es total, es todo.

Santidad es el corazón, la mente, las emociones. Yo veo mucha falta de integridad hoy en día en el pueblo de Dios. Yo veo mucha gente, incluída nuestra propia iglesia, permítame ser bien franco, que nosotros hablamos mucho, decimos mucho, somos bien fogosos, hablamos más lenguas que cualquier pentecostal a rajatabla, pero nuestra vida es un desastre, nuestro comportamiento es un desastre, nuestro carácter, carecemos de integridad, carecemos de cuando, el Señor viene con hambre, de encontrar fruto en nuestra vida lo que encuentra es hojas, usted entiende este momento, por qué yo escogí ese pasaje?, porque Dios quiere hombres y mujeres de integridad, Dios quiere hombres y mujeres que no tanto se limiten a una espiritualidad, aquí cuando están cantando, leyendo una porción de la biblia en público, o haciendo todas las cosas que a nosotros nos gusta hacer en el servicio, no, Dios quiere que también cuando estén en lo íntimo de su casa, cuando estén en lo íntimo de esa bóveda que es su mente, y sus pensamientos íntimos, que también eso constituya un lugar de adoración, un templo, que edifique el nombre del Señor.

Y como nunca en este tiempo de mi vida se me ha hecho claro, a Dios no le interesa gente con mucha espiritualidad, gente con mucho hablar, saltar, mucho cuerpo, muchas cosas, lo que Dios le interesa es hombres y mujeres que vivan una vida de integridad, que el basement, de su casa interior, encuentre las cosas limpias, y eso es lo que estamos tratando en nuestra vida cada día, eso es lo que no me deja dormir tranquilo, porque yo sé que muchas cosas en el basement interior necesitan ser arregladas, ser preparadas. Porque aquí vemos en este pasaje, el Señor se acerca a su crucifixión, y Él está concience de esta nación que Dios ha bregado tanto con ella. La biblia compara a Israel muchas veces con una higuera, que muchas veces en lugar de dar frutos dulces da frutos agrios, entonces la higuera es un árbol tremendamente simbólico en términos espirituales, la biblia se ha comparado a Israel, y no necesariamente en términos positivos.

Así que cuando el Señor se acerca a esta higuera, por eso yo digo que el mundo está lleno de simbolismos y de cosas que Dios nos está hablando, entonces cuando el Señor se acerca a esta higuera, tenía muchas hojas, el Señor metió la mano en esa higuera cuyas hojas prometían fruto, ahora hay una cosa aquí interesante, dice que no era tiempo de higos, dice que, yo creo que lo que el Señor hizo no obedecía tanto a que esta higuera no estaba haciendo lo que se suponía que hiciera, la pobre que culpa tenía ella, no era tiempo de dar higos, por qué el Señor la tenía que maldecir, no, pero yo creo que en ese momento, el Señor dijo quien sabe si hay algo allí, pero también en ese momento fué como que su hambre, la falta de fruto, la abundancia de hojas, la conexión con Israel, su inminente crucifixión, todo eso se unió y el Señor entendió esta higuera representa lo que es mi nación, hay mucha hoja pero no hay fruto en ella.

No hay algo que llene mi sed, mi hambre de bendición. Israel tenía una espiritualidad muy frondosa, tenía el templo, tenía todos los ritos del Judaísmo, tenía todas las leyes y estipulaciones del cuidado y la adoración. Tenía una aparatosidad religiosa tremenda, pero esa higuera no daba fruto, no había entendimiento de las cosas de Dios, al contrario, había hostilidad de Dios, que Jesús encarnaba y representaba. Entonces en ese momento era como que Jesús estaba obrando más bien en una forma simbólica profética, y por eso dijo nunca más nazca fruto de ti, Él estaba involucrado en un nivel espiritual simbólico, y estaba maldiciendo esa espiritualidad fallida, porque qué es lo que pasa, cuando nosotros nos contentamos solamente con el aparato externo de la religión, las salas y lo que las visitas ven, y no nos preocupamos por lo que está debajo, ahí nunca vamos a dar fruto, Dios dice al que tiene se le dará más, pero al que no tiene le será quitado. En este tiempo Dios está llamando a la iglesia León de Judá y a todos los fieles de esta congregación escúcheme bien, a poner en orden nuestra casa.

Esto es lo que yo les dije a los diáconos que Dios me ha estado hablando en este tiempo, Dios está cansado ya de una espiritualidad vana, superficial, los famélicos de esta nación y de tantas otras naciones, tenemos mucha pretención de espiritualidad, nos creemos inclusive mejor que otras naciones, pero lo que Dios viene a buscar en este tiempo, encuentra una iglesia decrépita, Dios viene a mirar sus fundamentos, y poner la casa en orden. Viene una gran visitación de Dios a la tierra, y la iglesia de Jesucristo tiene que estar preparada, y preparar el camino. Yo he estado preparando la remodelación de nuestra casa, precisamente porque yo siento que Dios me está diciendo, yo vengo a visitarte, vengo a visitar esta casa, y vengo a visitar mi iglesia, Yo necesito que este lugar me represente bien. Como necesito que tú me representes bien, que el fundamento sea tan sólido como lo cosmético. Dios quiere que lo externo y la forma estén en consonancia, eso te va a tomar más trabajo, ves?, porque es mucho más fácil simplemente trabajar en lo externo, en lo de afuera, pero lo más difícil es el hombre, la mujer, la iglesia, trabajar en lo hondo, y prepararle el camino al Señor.

Voy a terminar pero sí recuerde que cuando Cristo viene a visitar, siempre hay que preparar primero el camino, hay que preparar la casa, en Isaías capítulo 40, Dios le dice al pueblo de Israel: "Voz que clama en el desierto, preparad camino a Jehová, enderezad calzada en la soledad de nuestro Dios, todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado, y lo torcido se endereze, y lo áspero se allane, y toda la gloria de Jehová y toda carne juntamente la verá, porque la boca de Jehová ha hablado." Dios nos está hablando, viene una visitación de su Espíritu, y será mejor que perdamos rápidamente la grasa de bebé. Yo les decía a los diáconos esta semana pasada, una de las cosas que distingue esta congregación, yo digo que tenemos tantas cosas imperfectas, tenemos tanto que arreglar, nosotros no somos mejor que ninguna otra congregación en esta ciudad, a veces la gente me pregunta pastor cuál es su visión, yo les he dicho tantas veces, inclusive lo hemos puesto allá afuera de una manera más notoria, pero una de las cosas que Dios siempre, dicho, aunque nos tome todo el tiempo que nos tome, yo no quiero fabricar nada, ni un avivamiento, no quiero fabricar una espiritualidad superficial en León de Judá, no quiero fabricar milagros que no soporten el escrutinio del ateo más convencido, hoy en día hay mucha gente que lo que estamos haciéndonos es hablarnos a nosotros mismos, y lo que nosotros nos decimos puede soportar solamente el escrutinio de nosotros mismos, pero cuando nos miran de afuera con ese lente hostil, fosforecente de la razón, nuestros supuestos milagros y nuestra supuesta superioridad espiritual no soporta el exámen objetivo, si no que se desploma, que nos hablamos, nos entendemos, y nos reímos de nuestros propios chistes.

Pero nuestra vida no es capaz de resistir el escrutinio de afuera. Y por eso yo he dicho, a mí no me interesa que nadie piense que yo soy ungido o no ungido. A mí me interesa vivir en integridad delante de Dios. Yo no tengo que estar empujando a nadie para que se caiga, yo no tengo que estar probándole a nadie mi vida de oración, no le tengo que estar diciendo a nadie si soy un super hombre espiritual, eso lo sabe Dios y yo. Y yo quiero una iglesia que viva en integridad, y si a Dios le toma diez años más o lo que sea, eso es asunto de Él, porque Él ha prometido, yo quiero ser como Elías que le echó agua al tar para que fuera evidente que cuando cayera fuego del cielo no era que él estaba haciendo algún tipo de magia carismática para que se prendiera el altar artificialmente, eso es lo que estamos haciendo muchos de nosotros hoy en día, creando congregaciones y manipulando a la gente artificialmente, creando un lenguaje artificial y falso para producir frutos que no vienen de Dios, son magia, y son manipulación humana, pero no es la verdad, no es la integridad de Dios, yo le he dicho Señor, yo quiero que esta iglesia sea una combinación de lo de afuera y lo de adentro, lo visible y lo no visible, yo quiero que el servicio del domingo y la intimidad de la iglesia en sus momentos más íntimos reflejen los valores de tu reino.

Y a mí no me interesa que el León de Judá es una iglesia pentecostal, no, a mí me interesa que la verdad de Dios se manifieste, si Dios quiere manifestar milagros Él lo hace y lo hará, mi casa tiene que estar construída sobre la roca, no sobre la arena. Hay muchas casas que se construyen sobre la arena, y mientras todo está tranquilo, todo está bien, pero cuando viene la prueba, como está construída sobre la arena, formas de hombre, hábitos de hombre, convencionalismos de hombre y de religión se vienen abajo, porque no están construídos sobre la roca, construir sobre la roca siempre toma mucho más tiempo, siempre es más difícil, siempre la gente te va a estar diciendo tú eres un loco, por qué te estás tomando tanto tiempo para construir, no, yo quiero construir hasta que Cristo venga. Nosotros queremos una espiritualidad como iglesia que resista la prueba, y por eso es que tú y yo tenemos que trabajar, hay mucho que cavar, mucho que cavar, este edificio me ha acordado mucho de una cosa, y es que las fundaciones se toman mucho tiempo, y si la fundación es sólida, y si las medidas son cuadradas y sólidas entonces lo demás puede subir sólidamente, y así tiene que ser.

Este es el tiempo que Dios le está hablando a la humanidad, le está hablando a la iglesia, y le está diciendo no me vengan con hojas, a mí no me interesan las hojas, yo quiero integridad, quiero que tu vida matrimonial refleje los valores de mi reino, quiero que tu vida mental, pensante, las fantasías que tú mantienes me glorifiquen a mí, que las cosas que tú ves en la televisión me glorifiquen a mí, que tu conversación me honre, me agrade, que los sentimientos que tú albergas en tu espíritu sean consonantes con los valores de mi reino, que los chistes que tú dices se reflejen los principios de mi palabra, y cuando tú estés manejando por ahí, si tú tienes que pararte a predicarle al que está delante, al que está detrás tú lo puedas hacer con toda libertad, porque te has comportado como es debido. Eso es lo que Dios está buscando en este tiempo, un pueblo que dé fruto verdaderamente, un pueblo cuyo sótano sea tan bello y tan ordenado como las demás habitaciones de su casa, que el Señor nos bendiga, y que en este día ese sea nuestro sentir hermanos.

Vamos a servir al Señor, en lo hondo y en lo externo, superficial. Vamos a ponernos de pie, y ahora en el nombre de Jesús recibe este llamado de Dios en tu vida, y grita, y llora delante de Dios y gime, y no estés cómodo ni tranquilo hasta que tu vida refleje lo que tú confiesas con tu boca, yo le voy a decir Señor yo voy a empezar, no voy a estar contento, no voy a dormir tranquilo, hasta que mi vida esté ordenada conforme a lo que Tú dices, pídanle al Señor que tenga misericordia de su pastor, cuando yo predico estos mensajes me lleno de temor porque digo Padre, si me caigo de aquí me voy a descalabrar, por favor oren para que el Señor me guarde, me proteja, porque yo deseo ardientemente caminar en integridad delante de Dios en este tiempo de mi vida, y Dios quiere lo mismo para ti, Dios quiere lo mismo para esta congregación, Dios quiere lo mismo para su iglesia en toda la tierra, en este tiempo, su visitación está a las puertas, su venida está pronta, pero antes de eso hay un tiempo que Dios quiere tener con su iglesia en el mundo y necesita un pueblo de labios purificados, de corazón quemado por el fuego de su Espíritu, que pueda anunciar lo que Él tiene para esta creación en este tiempo.

Así que pídele al Señor que limpie los fundamentos de tu vida, dile Señor limpia el sótano de mi vida, arregla la fundación Señor, arregla la columna que sostiene mi casa, Padre, los sistemas eléctricos, tu espíritu que tenga unos canales buenos y limpios para correr, las tuberías Señor, por donde sale el agua que calienta, y da capacidad para comer y para calmar la sed en todo el resto de la casa, que su fundación, sus orígenes sean adecuados, y que todo lo que se vé y que no se vé hable del Dios de coherencia, el Dios de integridad, el Dios de santidad. Así que Padre es lo que yo pido en el nombre de Jesús, a través de este sermón que es una oración apasionada delante de ti, cada palabra Señor que ha sido proferida, que sea parte de esa oración Señor, este clamor delante de ti, queremos preparar la casa, para que Tú puedas habitar en ella cómodamente, queremos que nuestra casa interior, personal, física, eclesiástica, universal, sea una habitación propicia para la morada de Tu santidad Señor, comienza con nosotros, límpianos y lávanos Señor, límpianos y lávanos, gracias Señor, te adoramos y te bendecimos.

Despídenos de aquí con una expectativa, de que Tú vas a trabajar en nosotros, no dejes de trabajar en nosotros, no quites Tu mirada de nosotros, no te canses, a veces colmamos tu paciencia casi, pero no te canses de trabajar sobre nosotros, por favor no nos dejes, no nos dejes, te amamos, y amamos tu habitación Señor, gloria a Tu nombre, gloria a Tu nombre, gracias Señor Jesús.