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Quiero compartir con ustedes una palabra que ha estado en mi corazón por un tiempito ya. A cuántos de ustedes les gustan los regalos? Déjeme ver, a todo el mundo le gustan los regalos. Y nos gustan los regalos cuando son regalos que nos sirven a nosotros, porque si a usted le dan una cosa que no sirve, pues entonces no tiene chiste.
Yo qiero de hablar acerca de los regalos porque el tiempo de navidad generalmente las personas piensas que es un tiempo de regalos. Todo el mundo lo primero que piensa, qué voy a comprar? Y yo pensando acerca de esto, de los regalos y todo eso, me puse a pensar, yo dije, en navidad siempre hay regalos para todo el mundo y uno siempre va a las tiendas y compra regalos para papá, mamá, los hermanos, los primos, los niños. Yo conozco personas que compran regalos para los perros y para los gatos también. Usted conoce personas así? Sí? Son parte de la familia entonces hay que comprarle un regalo a todo el mundo.
Y con esto de los regalos yo me puse a pensar de dónde viene eso de los regalos en navidad? Por qué es que la gente le gusta dar regalos en navidad? Y yo dije, bueno, en la tradición cristiana tiene que ver con eso de que los Reyes Magos fueron a donde el niño Jesús y le regalaron algo, ¿verdad? Aunque eso de los Reyes Magos, yo quiero resaltar que ellos ni eran reyes ni eran magos. Ellos no sé por qué les dicen Reyes Magos? Pero la iglesia dice que eran unos sabios del Oriente, y eran personas conocedoras de la astrología y por ellos todo la estrella, Dios se comunicó con ellos a través de la estrella, etc. y les dio eso.
Me puse a pensar de dónde vienen eso de los regalos y hablando de los Reyes Magos también me pregunté, será que eran tres? Yo me puse a leer un poquito y encontré unos comentaristas que dicen que no eran tres, que en realidad no se sabe cuántos eran, pero que la gente asume que eran tres, porque había tres regalos, que fueron, oro, incienso y mirra.
Y hablando acerca del oro, el incienso, y la mirra yo me puse a investigar. Por qué le dieron oro al Señor Jesús? Y yo pienso que estos regalos que le dieron a Jesús en su nacimiento eran algo así como profético, algo simbólico que estaba detrás de eso. Y el oro que le entregaron a Jesús cuando nació era como para simbolizar su señorío y su autoridad de rey. Era algo que se le entregaba a los reyes que poseían mucho oro y muchas cosas.
Luego de eso le dieron incienso. Yo me puse a buscar una foto de incienso porque yo siempre huelo el incienso cuando uno va a algunas iglesias que tienen incienso, pero yo no sabía qué era el incienso. Me puse a buscar y encontré que el incienso es una resina aromática que se obtiene de un árbol. Cuando yo era pequeño, de vez en cuando nosotros jugábamos en Santo Domingo y agarrábamos un clavo y lo clavábamos a un árbol y el árbol botaba como una resina que luego se endurecía y el incienso es eso, es una resina que se bota cuando un árbol sufre.
Y el incienso se lo regalaron a Señor Jesús para reflejar su divinidad. El incienso se utilizaba en las ofrendas desde los tiempos del Antiguo Testamento para agradar a Dios durante los sacrificios. Y también la mirra es otra resina de otro árbol que es clavado o pelado, que se endurece y servía para eso.
Entonces la mirra es bien interesante porque es un ingrediente que se utiliza en los aceites cuando iban a ungir las personas. El aceite que utilizaban para ungir a los reyes y a los profetas contenía un porcentaje de mirra en ellos. Por qué? Porque la mirra es algo que es extraído también de una planta pero es bien olorosa, es algo que tiene un olor agradable. Sin embargo, cuando uno lo prueba es amargo.
En lo que yo investigaba, yo me di cuenta también que la mirra fue lo que le dieron al Señor Jesús a beber en la cruz, cuando dice que le dieron vinagre, era una mezcla de vino bien fermentado con mirra, y como era tan amargo por eso él no quiso beber eso. Fue algo bien simbólico lo que pasó con estos regalos que le dieron al Señor Jesús, por eso me puse a investigar.
Cuando uno le da un regalo a una gente tiene que tener algún significado, uno le da cosas que sirven. Y me puse de investigar acerca de eso, también encontré que la mirra fue lo que Nicodemo utilizó para embalsamar el cuerpo de Jesús una vez que ya había muerto y antes de enterrarlo. Yo dije, entonces quizás los Reyes Magos o los sabios del Oriente, al entregarle estos regalos a Dios estaban como de una forma profetizando que el Señor Jesús iba a ser martirizado, iba a ser una persona que iba a morir y que su muerte iba a causar algo en medio nuestro.
Y me puse a pensar en eso. Pero por qué les hablo de regalos? Les quiero hablar de regalos porque estamos en la temporada de adviento o de advenimiento, y hace dos semanas yo avisé que los niños están siguiendo un calendario de advenimiento que tenemos en la escuela dominical, donde estamos preparando para el día de navidad, para celebrar la navidad cómo es y pensar en lo que realmente significa, que es más que regalos, es el nacimiento de Cristo.
Y pensando en el advenimiento comencé a pensar en la encarnación que fue que Jesús se hizo hombre. Y hace una semana yo escuché a alguien decir que siempre escuchamos que dicen que Jesús se hizo hombre cuando primero él se hizo niño, antes de ser un hombre, y él vivió como niño, y se sometió a las autoridades que estaban alrededor de él.
Y pensando en todo eso, yo dije, a mí me gustaría hablar y celebrar la vida de Cristo. Yo pienso que navidad debe ser un tiempo donde celebramos a vida de Cristo, no solamente su nacimiento sino toda su vida, no solamente su muerte sino toda su vida, y ver lo que eso implica para todos nosotros.
Entonces, me puse a pensar en todo eso porque año tras año nos preocupamos de comprarle regalos a todo el mundo, pero en realidad nos olvidamos de qué le voy a regalar a Cristo en esta navidad. Siempre tenemos todos los regalos debajo del árbol para quién sea, quizás en Latinoamérica no es en navidad, quizás es en los Reyes Magos, el 6 de enero, pero el caso es que todos pensamos en regalos, todos queremos agradar a todos a nuestro alrededor pero nunca pensamos en qué le vamos a regalar a Cristo, y si tuviéramos que regalarle algo a Cristo ese día, qué sería?
Y me puse a pensar en todas estas cosas. Y me puse a pensar que Cristo fue nuestro regalo, que el nacimiento de Cristo representó que Dios el día de navidad, o los Reyes Magos, nos estaba regalando algo. Y él nos regaló a su Hijo, en Juan 3:16 un versículo bien famoso dice que “… porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda y tenga vida eterna…”
Esto refleja que un regalo es algo que nace de una expresión de amor, una expresión de cariño. Cuando usted ama a alguien, usted le regala algo. Entonces Dios nos amó tanto que nos dio a su Hijo.
Y nosotros amamos al Señor, pero qué le damos al Señor nosotros en navidad o durante el año? Un regalo para Cristo? No sé. Yo quiero hablarles a ustedes hoy acerca de una iglesia que sirve y quiero tratar de conectar la idea de que el mejor regalo que nosotros podemos darle a Cristo es nuestro servicio y que a medida que nosotros pensamos en la temporada de navidad pensemos en que Cristo vino a servir desde niño. Porque cuando uno ama, uno sirve y cuando uno no ama, uno no sirve.
Entonces, yo quiero que vayamos a Filipenses Capítulo 2, versos del 5 al 7 y yo resalté unas palabras ahí en las que me quiero enfocar el día de hay. Y la Biblia dice:
“…Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres y estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz…”
Señor te pido para que tu me ayudes a hablar con fidelidad a tu palabra, Señor. Que seas tu hablando a través de mí para la vida de cada uno de nosotros, Padre, en el nombre de Jesús. Amén.
Primero que me llamó la atención en este verso que dice que tenemos que tener un mismo sentir como el que hubo en Jesucristo. Y yo me puse a pensar, qué significa eso de tener un mismo sentir? Y me di cuenta que tener un mismo sentir es como tener una actitud mental igual a la de Jesús, que a través de todo este milagro de su nacimiento y su encarnación es una mentalidad de servicio, que él vino a servir. Y me puse a pensar, tener una mentalidad como la de Jesús y como el texto dice, que se humilló se despojó de sí mismo y se hizo siervo, yo me puse a pensar qué significa servir?
Y me puse a buscar en Google y yo encontré que servir es una persona que está sujeta a alguien por cualquier motivo haciendo lo que él quiere o lo que él dispone. Es aprovechar una oportunidad y valer y ser de utilidad. Servir es cuando uno da un culto de adoración a Dios y a los santos y servir es obsequiar a alguien o hacer algo en favor del beneficio de utilidad. Repartir o suministrar algún producto a algún cliente o a alguna persona. todo eso fue lo que salió cuando yo me puse a pensar en esto de servir.
Y me di cuenta que siempre es como que sale de una persona a otra. Es una iniciativa que uno toma. Y con eso de servir me puse a pensar también qué significa ser siervo? Y encontré que dice que el siervo es el nombre que se le da a una persona, que una persona se da a sí misma respecto de otra para mostrarle obsequio y rendimiento. O sea, un servicio es un regalo que uno le da a otra persona gratuitamente.
Siervo es una persona que profesa en orden o comunidad religiosa de las que por humildad se denominan así. Siervo es una persona que sirve a Dios y guarda sus preceptos. Y un comentarista decía que un siervo era un esclavo que renunciaba, no a sus atributos como persona sino al uso voluntario de ellos cuando somete su voluntad a la de su dueño.
Un siervo es una persona que voluntariamente renunciaba a ciertas cosas para someterse a otra persona. Esa es la diferencia entre un siervo y un esclavo. Un esclavo es una persona que se obliga, un siervo es una persona que voluntariamente dice, yo voy a hacer esto. Y es bien interesante de ver que Jesús se hizo siervo y no esclavo. Fue algo que salió de él.
Entonces, me puse a ver eso y yo dije, esto tiene que ver con una mentalidad sacrificial. Es un sacrificio de verdad voluntariamente decir, yo voy a ponerme por debajo de quien sea. Y me puse a pensar entonces en el verso de Marcos 10:45 que dice que “el Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”
Y yo me puse a pensar, Dios, el Creador del universo, él pudo haber venido aquí como para que todo el mundo lo adorara, le alabara, pero no, él dijo, yo voy a servir. Yo no vengo para ser servido, sí yo soy el rey, pero yo no vengo para ser servido.
Y eso me llamó mucho la atención y pensando en de la forma y eso, volví a leer el pasaje y dice, “el cual siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres…”
Y me puse a pensar en esto de la palabra forma, y me di cuenta que la forma es como la esencia de algo, el siendo forma de Dios, siendo esencialmente Dios dentro de sí, él no dejó de ser Dios, se despojó de sí mismo. Y la palabra despojó quiere decir que puso a un lado. Él no dejó de ser Dios en ningún momento. Cuando él siendo en forma de Dios, dice la Biblia, que se hizo en forma de siervo, fue que puso a un lado sus atributos de Dios, de omnipotente, omnisciente, omnipresente, todo lo que encerraba ser Dios, el Creador del universo, pero él no dejó de ser Dios. él seguía siendo Dios y no dejó de ser Dios porque si dejaba de ser Dios iba a negar su deidad. Ser Dios y hombre al mismo tiempo.
Entonces, él como vimos en la definición de siervo, voluntariamente adoptó los atributos de una persona que sirve, los atributos de un siervo, y él dijo, yo voy a servir. Entonces, esto me recordó de una ilustración de un rey, o un presidente, que decide cambiar su vestimenta de rey o de presidente, o lo que sea, y se pone trapos de mendigo. Porque se puso trapos de mendigo no deja de ser rey, o sí? Yo creo que no deja de ser rey, sigue siendo en esencia sigue siendo un rey. Y él puede ir al parque en el Boston common y comenzar a sentarse y a hablar con los mendigos o a servir, lo que sea, pero no deja de ser rey esencialmente.
Y eso es una ilustración que me ayudó a entender esto que hizo Dios, que cuando la Biblia dice que él se despojó de sí mismo, fue que, okay, yo voy a poner esto a un lado y voy a tomar forma de siervo, voy a tomarlo voluntariamente y me voy a hacer como un siervo, me voy a poner los trapos de un siervo. Y siendo Dios voy a ir, voy a nacer y voy a habitar en medio de las personas.
Y me llamó la atención de que él se hizo niño y como niño yo me imagino que él aguantó un par de cocotazos, o jalones de orejas, o personas que le llamaron la atención. Porque los adultos generalmente hacen lo que quieren con los niños: acuéstese, cállese, que esto y que lo otro.
Entonces yo me puse a pensar, oye, el Dios del universo hizo todo eso. Él se hizo niño, él no vino y se hizo un hombre, un presidente, no, él se hizo un niño, un muchacho. Piense en los hijos de ustedes, qué tanto usted valora y estima a sus hijos? Uno los valora mucho pero uno los domina también, y cuando es no, es no. y él pudiendo desaparecer a quién él le diera la gana, se sometió y dijo, no, yo me voy a hacer siervo y voy a comenzar desde niño, como un niño que moquea, que llora. Yo voy a hacer todo eso.
Y yo me pongo a pensar, eso como que es fuerte. Tu te crees que yo me voy a poner a esas? Después que yo he pasado tanto trabajo? No. y yo dije, es increíble lo que el Señor Jesús hizo. Y su servicio fue tan tal, que él lavó los pies de los discípulos y yo quiero leer este pasaje de Juan, Capítulo 13, para contextualizar lo que él hizo cuando se hizo siervo. Y la Biblia dice que:
“…Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en la mano… ─él estaba consciente de esto ─ y que había salido de Dios y que a Dios iba, ─ él nunca de ser el mismo Dios ─ se levantó de la cena y se quitó su manto y tomando una toalla se la ciñó, luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a enjuagarlos con la toalla, con la que estaba ceñido…”
La imagen de la toalla es muy importante porque él no simplemente le limpió los pies, pero con la toallita él les secó los pies e hizo después de limpiar, le dio cuidado y atención a los pies. Eso es lo que para mí se refleja eso de la toalla. Porque muchas veces uno limpia y quita y que no sé qué, pero se olvida de darle el cuidado. Y en aquel entonces las personas andaban en sandalias siempre, o sea que los pies tenían muchísimos callos, todo el polvo, todas las piedras, no eran calles asfaltadas. Los pies eran los que más sufrían. La gente tenía unos pies horrendos. Y para el creador del mundo, yo me imagino Dios en el cielo como en un hotel de 5 estrellas, con sábanas limpias, blanco, dorado, cosas bien impecables y venir a lavarle los pies a los discípulos, gente con callos, con las uñas largas, ustedes saben. Y yo digo, guau, y él vino con su toallita, hizo eso.
“…Y después que hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, en el verso 12, y les dijo, “Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis maestro y Señor y decís bien, porque lo soy.” ─ él estaba claro y consciente que él era el maestro y el Señor, y él sabía eso y todo el mundo sabía eso. Pero él dijo, ─ “Si yo, el Señor y el maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros pies los unos a los otros, porque ejemplo os he dado para que como yo os he hecho vosotros también hagáis. De cierto os digo, el siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que su maestro. Si sabéis estas cosas bienaventurados seréis si las hiciereis…”
Y me llamó la atención la palabra hiciereis, porque no es si las supiereis. Todos nosotros sabemos esta historia y conocemos eso, pero Señor Jesús enfatizó y dijo ‘bienaventurados seréis, bendecidos seréis, felices seréis, si las hicieres.’
Pero muchos de nosotros sabemos estas cosas pero no las hacemos. Y hay que prestarle ojo a eso. Entonces, siendo en forma de Dios él se despojó de sí mismo y tomó forma de siervo. Ese fue el regalo que Dios nos dio a nosotros, nos entregó la vida de Jesús, una vida. No fue un regalo de un día, que en un año, toda una vida de un siervo a nuestra disposición, porque el Señor vino a servirnos a nosotros.
Dios, imagínese el presidente o alguien que usted admira mucho, o estima mucha, el pastor, que se ponga a disposición de usted y que le ponga a lavarle los pies, ¿verdad? eso fue lo que hizo Dios con cada uno de nosotros.
Despojarse y tomar forma de siervo deben de ir de la mano, y es una combinación. Hay mucha gente que se despoja de cosas, ponen sus cosas a un lado, pero no necesariamente toman forma de siervo. Hay gente que dice, yo voy a poner mi título a un lado, mi profesión, que esto, que lo otro, y vivir feliz por el resto de la vida. Y yo comparto con los hermanos y que esto y que lo otro, pero no necesariamente sirven. Y esto me llamó la atención.
Yo dije, él no solamente se despojó, no solamente lo puso a un lado, él tomó voluntariamente forma de siervo. No fue que él se despojó y le dijeron, mira, ahora te toca servir. No. voluntariamente él no hizo.
Y yo digo, eso es una cosa es maravillosa. Jesús se pudo haber despojado de todos sus dominios, de todo su poder y venir y ser una persona común y corriente, y una de las cosas más básicas, él no necesitaba nacer en un pesebre. Él pudo nacer como cualquier otro niño.
Usted sabe que el pesebre era donde se mantenía el alimento de los animales. En un pesebre, él no nació como los otros niños de su tiempo que quizás tienen una partera, que no sé qué, no tenía nada. Él pudo haber decidido nacer en una familia normal común y corriente. Pero no, se vino a una familia que no tenía nada, ni siquiera dónde quedarse una noche.
Moisés vivió mejor que él cuando era niño, porque Moisés creció en Egipto y era un príncipe. Y Jesús vino, se despojó, puso todo eso a su lado y se hizo como un siervo. Él nació en un pesebre.
Todo esto me dice a mí que él fue la milla extra. Y yo me pregunto hermanos, si Jesús hizo todo eso, qué implica que nosotros tomemos forma de siervo? Qué podemos nosotros poner a un lado para servir al Dios que vino a servirnos? Será tu tiempo? Podemos poner a un lado nuestro tiempo? Podemos poner a un lado nuestras preferencias? O nuestro estatus social?
Hay una canción que a mí me gusta que siempre cantamos, ‘traemos hoy ante tu altar nuestras coronas’. Siempre que yo oigo esa canción yo digo, qué significa traer ante el altar mi corona? Qué es lo que me da orgullo? Qué es lo que me da estabilidad? Quizás mi profesión? okay, yo la voy a poner a tu altar. Te voy a dar lo mejor de mi vida. Será mucho más que una canción, mi obediencia es mi mejor adoración.
Yo pienso en eso cada vez que canto esa canción. Yo digo, qué es lo que yo le voy a dar? Qué es lo que implica que yo me quiera hacer siervo de Dios?
Con eso yo me puse a pensar, hace unos años yo fui a México en un viaje de misiones por todo el verano y en la reunión de orientación que nos dieron, nos hicieron firmar un contrato donde decía, ‘yo rindo mis derechos’. Y yo me quedé así, rindo mis derechos, qué es esto? Y como lo comencé a leer decía, ‘rindo mi derecho a una cama buena y cómoda.’ Y yo me quedé así como, que esta gente…
‘Rindo mi derecho a una comida que me gusta, rindo mi derecho a un sin número de cosas así’ que yo decía, y qué es lo que esta gente quiere decir con eso, que rindo mi derecho? Después que firmamos el contrato, nos dijeron, bueno, miren, ustedes acaban de firmar un contrato donde si a usted le toca una cama dura, o si usted tiene que dormir en un mueble… porque nosotros teníamos que quedarnos con familias de la iglesia, la que fuimos a servir. Dice, mire esta familia tiene dos habitaciones en toda la casita de la comunidad y usted va a dormir quizás con los niños, quizás va a dormir en un mueble, usted está rindiendo su derecho a dormir en una cama cómoda.
Porque generalmente cuando uno va a en viaje de misiones, como que hey, como que vamos a vacacionar, vamos a servir pero nos van a atender, nos van a alimentar, vamos a ser el centro de atracción. Ahí nos pusieron a rendir todos nuestros derechos. Decía, rindo mi derecho a que se escuche lo que yo digo. Porque mucha gente se enoja cuando uno trata de decir cosas y nadie le hace caso. Rindo mi derecho a enseñar una clase bíblica, cosas así.
Y los que ellos querían hacer es que uno se despojara de esa mentalidad de que yo estoy aquí para ayudar a los mexicanos o las personas aquí. no, yo estoy aquí para servir a los mexicanos. Lo que ellos quieren que nosotros hagamos, nosotros vamos a hacer, aunque yo tenga una mejor idea, aunque yo tenga más experiencia, yo puedo sugerir pero yo no me voy a imponer.
Y ellos nos dijeron esto porque cuando uno es un misionera, la gente de una vez lo pone a uno en bandeja de plata, y la gente quiere hacer lo que uno dice, por default, de por sí. Y ellos dijeron, no, cuando usted llegue allá, usted cuando lo pongan en bandeja de plata, usted dice, no, no, dígame qué es lo que usted quiere que yo haga? Y rendir sus derechos.
Y yo me puse así, y yo guau, qué me atrevo yo a rendir para Cristo? Quizás mi profesión. y si yo rindo mi profesión no estoy diciendo que usted deje de ser profesional, porque Dios no dejó de ser Dios. Cuando usted rinde sus derechos, usted lo está poniendo a un lado por el tiempo en el que usted sirve. No es que deje a un lado su conocimiento, su experiencia, o su influencia, es que se haga en forma de siervo y que ponga esas cosas a un lado y se enfoque en servir. Porque en esencia usted seguirá siendo una persona muy sana, muy educada, muy intelectual, lo que sea.
Y ese es el contraste de forma versus forma. La Biblia dice que él siendo en forma de Dios, siendo esencialmente Dios, se hizo en forma de siervo, se hizo esencialmente un siervo. Y un siervo es una persona que sirve.
Entonces, él pagó un precio y cuando escuchamos esto de que Jesús pagó un precio, uno siempre piensa en la crucifixión. Por lo menos yo siempre he pensado en la crucifixión, sí, se pagó un precio. Yo digo, no, yo creo que él pagó más que eso. El precio que él pagó fue más algo, y fue una vida de servicio. La crucifixión fue el punto final, ahí fue como culminó, ese fue el clímax, ¿verdad? pero él duró 33 años sirviendo.
Si el precio hubiese sido solamente que tu vienes, naces, y te matan, y te crucifican, está bien, pero una vida sirviendo, una vida de humillaciones. Y la imagen que se queda en mi mente es que él en el cielo, con sábanas blancas, un olor lindo, vino a una tierra, aguantar de todo siendo el creador del mundo.
Imagínense ustedes ahora mismo el estatus social que usted tenga, que usted diga, yo me voy a ir para África, me voy a poner ropa de pordiosero y voy a vivir allá 30 años, teniendo aquí su casa, su carro, su profesión, aquí todo el mundo lo conoce, yéndose a otro país donde nadie lo conoce, donde a nadie le importa quién usted es, a pasar trabajo.
Yo digo, ese fue el precio que pagó Jesús. Fue una vida de servicio que culminó con la muerte. Lo peor que él le podía pasar, le pasó y fue que lo mataron. Y no de cualquier forma, fue un sacrificio y él hizo todo eso para servirnos a nosotros, para sanar a los enfermos él vino, increíble, todas las cosas que el Señor pasó.
Eso me hizo preguntarme cuál es el precio que yo estoy dispuesto a pagar? Y me puse a pensar en servicio condicional y servicio por amor. Generalmente cuando uno sirve, uno trae muchas condiciones. Y una de las condiciones que uno trae es que ese no es mi don, yo no puedo hacer eso porque ese no es mi don, o a mí no me gusta o yo soy mejor en otra cosa, o que la mañana, la tarde. Uno pone muchísimas condiciones. Que bueno que es Jesús, él no puso condiciones.
Okay, yo voy ahí, yo me voy a encarnar, pero yo tengo que nacer como Moisés, mínimo como Moisés. Aunque después cuando yo sea un adolescente yo me vaya a pasar trabajo para un campo, pero la niñez, Señor, por favor. No, él no puso condiciones, él se fue a lo más bajo que pudo haber existido y ahí se hizo.
Y él hizo eso por amor. Juan 3:16, “porque de tal manera amó Dios al mundo”. Dios nos amó. Yo creo que cuando uno quita todas las condiciones y uno se pone a servir el Señor lo equipa a una y lo capacita, independientemente cuál sea su condición o su preferencia, o su excusa. Yo pienso que el Señor lo capacita a uno. Uno no nace sabiendo y uno aprende sobre la marcha. Yo pienso eso.
Y uno tiene que servir por amor, no por cumplimiento. Cumplo pero miento. No, es verdad, no, por amor. Vaya conmigo a Primera de Corintios 13, del 1 al 8, y yo quiero hablarles del amor, porque estamos hablando que tenemos que servir por amor, yo me puse a estudiar qué significa eso del amor, y dice la Biblia:
“… Si yo hablase en lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda la ciencia, y si tuviese toda la fe de tal manera que trasladase los montes y no tengo amor, nada soy. Si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregare mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno, no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…”
Yo me puse a pensar en todo eso del amor. Porque Dios vino a servir por amor. Eso de que él se despojó, tomó forma de siervo, todo eso fue porque él nos amó. Y yo hice un juego de palabras y en este pasaje yo sustituí la palabra amor por servicio y oiga cómo dice:
“… Si yo hablase en lenguas humanas y angélicas y no sirvo, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda la ciencia, y si tuviese toda la fe de tal manera que trasladase los montes y no sirvo, nada soy. Si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregare mi cuerpo para ser quemado y no sirvo, de nada me sirve. El servicio es sufrido, es benigno, el servicio no tiene envidia, el servicio no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El servicio nunca deja de ser…”
Y eso fue lo que hizo Jesús. Si hacemos el mismo juego de palabra y ponemos el nombre de Jesús ahí dice:
“…Jesús fue sufrido, fue benigno, no tuvo envidia, no fue jactancioso, no se envaneció, no hizo nada indebido, no buscó lo suyo, no se irritó, do lo soporta, etc.…”
Y yo me puse a pensar, Jonatán, no tiene envidia, me quedé ahí en la primera. Jonatán todo lo sufre. No. hay veces que a mí me da ganas de ahorcar gente pero eso nos pasa a nosotros. Y esas son partes de las condiciones que nosotros ponemos para servir. Queremos servir en un ambiente donde nos llevamos bien con todo el mundo, donde fulanito me cae bien, fulanita me cae bien, pero no. y muchas veces yo oigo gente hablando, no que fulano, no que fulana, no, no, yo no puedo trabajar con fulano, no sé qué. Que bueno que Jesús no dijo eso.
No, mira, Dios, yo no puedo trabajar con esos discípulos porque esa gente son como locos. Tu estás viendo a Pedro y Judas y toda la gente que… No, yo prefiero trabajar solo, a mí me gusta trabajar solo.
Cuando uno ama, uno sirve. Punto. Y eso fue lo que hizo Jesús, ese fue el regalo que él nos dio de una vida de servicio. Dios nos amó y nos regaló a su Hijo y vino a servir, y si nosotros amamos a Dios lo mejor que podemos entregarle en esta navidad es una vida de servicio. Hacer un pacto con Dios y decirle, mi regalo este 25 de diciembre va a ser una vida de ser.
Y un servicio sacrificial. Y cuando un servicio es sacrificial me pongo a pensar en Romanos 12 que dice sí:
“…Así que, hermanos, os ruego por la misericordia de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo…”
Qué es la actitud de este siglo? Que me sirvan a mí. Todo el mundo quiere que a uno lo sirvan. Mira, ayúdame a hacer esto, o resuélveme aquí, resuélveme allí. En los trabajos uno siempre anda buscando un asistente, otra gente, delegando. No, hay que delegar para que las cosas pasen, hay que delegar. No. no os conforméis a este siglo donde las personas quieren que los sirvan.
“… sino transformaos por medio de la renovación, ─ es un cambio de mente ─ de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Digo pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que esté entre vosotros que no tenga mayor concepto de sí mismo del que debe tener, sino que piense de sí con cordura…”
No tenga mayor concepto de sí mismo que el que debe tener. Y es lo que le dice también a los filipenses en nuestro pasaje. Antes del versículo 5, Pablo dice:
“…Nada hagáis por contienda, por vanagloria, con humildad estimando a cada uno de los demás como superiores a él mismo, no mirando cada uno los propios suyos, sino cada cual también por lo de los otros…”
Uno de los problemas que yo he experimentado en trabajo en equipo es que todo el mundo quiere un cargo y un título y una cosa, y a mí me toca esto, y a él le toca esto, y a aquél… y como a mí no me toca yo no lo hago. Eso es un servicio condicional. Eso no es servicio sacrificial.
Que bueno es que cuando a mí no me toca, si yo lo puedo hacer, yo agarro y lo hago. Porque somos un equipo, somos una misma cosa. Porque si él no lo hace, el que va a quedar mal es el equipo. Sí, él va a quedar mal, y mira, tu me viste, no lo hizo. Tu tenías que ponerme a mí. No. es el equipo que queda mal. Y eso es un servicio sacrificial, un sacrificio vivo, un sacrificio cuando ya uno no puede más, cuando a uno le duelen los pies, eso es un sacrificio. Y eso fue lo que hizo Jesús.
A Jesús era un sacrificio dejar el cielo, sus sábanas blancas, yo quiero que ustedes se queden con esa imagen, para venir a dormir en un pesebre y eso fue cuando él nació. Sabrá Dios cómo durmió él en su casa, con María y José, si dormía en el piso. No sé. Eso fue un sacrificio vivo que él hizo.
Mientras más alto uno llegue en la vida, yo creo que es para que uno sirva más. Yo pienso que mientras más dinero Dios le provee a uno es para que uno ayude más a las personas. Y yo pienso que mientras más tiempo uno tenga, es para que uno sirva más también. Pero no, vivimos en un siglo que mientras más yo tengo, más me doy los gustos, más para mí.
Otro punto importante en el servicio es que hay que prepararse. Al Señor Jesús le tomó 30 años comenzar su ministerio. Él comenzó su ministerio cuando fue bautizado y después de eso duró como tres años en su ministerio público. A él le tomó toda una vida prepararse para servir.
Tampoco el servicio es una cosa así, yo voy, ven, dime, qué es lo que hay que hacer? No. uno tiene que prepararse, uno tiene que estudiar, uno tiene que saber, someterse y ser parte de un proceso. Cuando usted quiere servir van a haber gente a su alrededor que lo van a ayudar a que usted pueda madurar, y usted va a crecer siendo parte de ese proceso, simplemente usted tiene que estar dispuesto y deseoso. Porque hay mucha gente que está dispuesta pero no está deseosa, no quieren hacer eso. Hay que está deseosa pero no están dispuestos. Entonces, tiene que ser un combinación, dispuesto y deseoso de hacerlo.
Y también, tener en cuenta que es en comunidad. El Señor Jesús no sirvió solo. Él fue parte de un equipo ministerial, él tenía 12 discípulos que estaban con él en todas. Cuando uno quiere servir es mejor cuando uno es parte de una comunidad. Una comunidad que te entienda, que te ve llorar, que te ve reír, que te ayuda. Entonces, el servicio debe de ser en comunidad como parte de un servicio ministerial.
Y es una ofrenda que uno da a las personas con las que uno vive. Hay una persona aquí en la iglesia que me impactó mucho porque con todo lo de la campaña financiera me dijo, bueno, yo no tengo mucho dinero para el templo, yo voy a dar una porción, pero yo voy a ofrendar mi tiempo y mi talento y voy a hacer esto. Yo no puedo dar financieramente pero puedo ofrendar mi tiempo y mi talento, y voy a hacer eso y vamos a vender esto. Yo me quedé como que guau. Quizás para otros es una excusa, es que yo no tengo, yo vivo con el cheque, no sé qué. Tu tiempo, tu talento, hay muchas áreas en las que uno puede servir.
No es que dar financieramente no es importante, no, eso es muy importante. Porque a través de esos fondos se hacen cosas, todo lo que pasa aquí, todo lo que se ve, todo lo que se hace, es por las finanzas. Con tiempo y con talento no se va a construir ese templo. Usted puede tener todo el tiempo del mundo y todo el talento, pero si usted no tiene dinero, eso no va para ninguna parte. Entonces es un balance de las cosas.
Nosotros debemos continuar siendo una iglesia que sirve. Yo le dije al Señor por esta iglesia, porque aquí hay mucha gente que sirve, hay mucha gente que sirve detrás de cámara. Ahora mismo hay gente sirviendo, ahí arriba con los niños. Y por esa gente es que yo puedo pararme aquí hoy a hablar con ustedes. Si ellos no estuvieran ahí, yo no estaría aquí. es parte de un equipo. Y que bueno es contar con personas que sirven.
Y yo sé hay muchos de ustedes que sirven en diferentes ministerios. Algunos ministerios que la gente quizás no sabe, el de los shelter, los martes en la noche, la gente que va al shelter a bendecir a esa gente. La gente que van con los niños quemados en el Shiner. Esos ministerios que aquí no se paran, pero son gente que sirven.
Y yo le doy gracias a Dios por eso, y yo pienso que es hora de que nuestro amor y nuestro compromiso con Dios se refleje en un servicio sincero. Yo quiero animarles, hermanos, a que usted identifique un área. Hay muchas cosas que usted puede hacer, pero identifique un área, usted no tiene que hacerlo todo, por eso somos una iglesia grande, para que todo el mundo haga algo. Identifique un área y sirva. Y si ya usted es la persona que sirve, no se canse, porque Jesús no se cansó hasta que lo mataron. Fue una vida, un servicio sacrificial que él nos regaló.
Yo pienso que el mejor regalo que le podemos dar es un servicio. Y sabe por qué? Porque tenemos muchas vidas a nuestro alrededor que necesitan vidas que les sirvan. Si les servimos por un tiempo, el tiempo que nosotros no servimos, esas vidas están deambulando, a la deriva. Y van a encontrar otra gente que le va a servir pero no de la manera que Cristo le va a servir.
Entonces, yo quiero animarles que si es de las personas que sirven, que no se canse, que piense en lo que hizo Jesús, y que esa sea su inspiración a regalarle esta navidad. Y si usted es de las personas que no sirven, pues que sirva. En el buen sentido de la palabra, por favor, que no está sirviendo, vamos a ponerlo así, que no está sirviendo. Únase al grupo de los que sirven, es lo que quiero decir.
Entonces, identifique un área y respete los procesos de capacitación. No es a lo loco que vamos a servir tampoco. Hay normas, hay estructuras que estamos desarrollando, que estamos cambiando, que siempre estamos implementando. Respete eso y sométase. Ponga a un lado todo su criterio y todas sus cosas y sométase. Formen parte del equipo y comience a servir.
Servir a Dios es servir a otros. El Señor Jesús cuando habla en Mateo del juicio de las naciones y dice, que tuve hambre, me diste de comer, tuve sed…, ese pasaje, y él le dijo a los discípulos que cuando hicieron eso por alguno de ellos, lo hicieron por él mismo. Entonces, eso es lo que quiere decir eso.
Dónde usted va a servir? Hay hujieres, traductores, con los niños, la limpieza, el internet, el audio, decoraciones, algo que a mí me irrita de la limpieza es que a veces nosotros pasamos por los sitios, vemos cosas, ay, hay gente que limpia, ellos van a limpiar ahorita. Ellos limpian como a las 5. No te preocupes. Qué es eso? Vamos a ser una iglesia que sirve, que continúe sirviendo.
Y yo le doy gracias a Dios por la gente que sirve. Únase al equipo, sea de un mismo sentir con nosotros, aquí en la Congregación. Y únase al equipo de la gente que sirve. Y si usted sirve, fortalezca el equipo que sirve, no sé queje, trate de buscarle el lado bueno al servicio, y trate de atraer otras personas para que sirvan, porque mientras más servimos, más ligera es la carga.
Dios lo va a bendecir, hermano. En Filipenses dice que termina el pasaje y dice, que “… por lo cual también lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra…”
Dios valoró el sacrificio que hizo Jesús sirviendo en nuestro mundo. Y yo estoy seguro que Dios va a valorar su sacrificio y me atrevo a decir que nunca nosotros nos vamos a sacrificar al nivel que se sacrificó el Señor Jesús. Lo que nosotros hacemos es mínimo, no estoy diciendo que es fácil, porque yo sé que no es fácil, pero vale la pena cada cosita que usted hace, vale la pena.
Yo quiero invitar a la gente de alabanza, yo quiero que usted se ponga de pie y vamos a terminar hoy de una manera diferente. Yo busqué otra canción que yo quiero que usted cierre sus ojos y escuche esta canción, no que cante, sino que escuche esta canción y que a medida que usted escuche esta canción usted vaya pensando en lo que esta canción está diciendo y que en su corazón, usted vaya orando y haciendo un pacto con Dios en esta mañana, de que usted va a ser una persona que le va a servir, que ese va a ser el regalo que usted le va a dar a él en esta navidad. Entonces, cierre sus ojos, vamos a orar y vamos a escuchar esta canción.