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Quiero crear conciencias basado en el capítulo de Colosenses capítulo 3 verso 23 y solamente te quiero retar a que pienses en algo diferente. Pablo en esta Epístola, en ese verso dice: "Todo lo que hagáis hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres." ¿Cuántos lo creen? ¿cuántos lo creen?
"Todo lo que hagáis hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres." Mañana es lunes un día bien difícil en los trabajos después de un fin de semana agotador o de haberlo disfrutado bastante ¿vamos a trabajar mañana no? ¿Vamos a trabajar mañana?
Y muchos de nosotros vamos a hacer mañana a completar lo que dejamos de hacer el viernes. Tenemos lista como things to do, lo tenemos en el iPad, iPod, lo tenemos en un notepad, ya cuando suene mañana esa alarma me voy a levantar. La mujer prepara a los niños, no: todos preparamos a los niños, los dejamos en la escuela o el babysitter o en la parada para ir a la escuela; llegamos entonces a nuestros trabajos ya sea por transportación pública o manejando o caminando o en patineta, como sea llegamos al trabajo. Y muchos como yo somos fanáticos del Donkey Donuts ¿cuántos dicen amén a eso?
Pedimos el café, estamos en la fila acelerando porque queremos llegar al trabajo, queremos subir a la oficina ya sea en área corporativa o ya sea en la escuela en un salón de clases o ya sea en un camión, o ya sea haciendo landscaping o en un non-profit llegamos al trabajo. Y una de las características del creyente del siglo XXI es que tal parece que trabajamos para la agencia central de inteligencia, la CIA. ¿Qué quiero decir con eso? que llegamos al trabajo undercover, no saben que somos creyentes.
Bajo la excusa de que ese no es un trabajo donde permiten que se hable, confidencialidad, ética, sensibilidad, no queremos ofender, queremos asimilar la cultura en la que estamos trabajando, no queremos que nadie se ofenda y somos como agentes undercover. Y puede que en ese día en particular estemos en la cocina de nuestro trabajo tomando un break, tomando un café, haciendo algo diferente y en ese medio de ese break, de ese coffee break surgen a veces preguntas bien teológicas, bien profundas y nosotros independientemente del trabajo o área que estamos haciendo durante la semana hemos salido de nuestros trabajos para completar horas de trabajo no para hacer trabajo evangelístico.
Separamos esa naturaleza, la dejamos aquí hoy y la recogemos el miércoles y si no el próximo domingo no tomando en cuenta amigo, amiga que en ese momento que estás en tu trabajo surge una pregunta profunda ¿tú eres el hombre o la mujer de Dios que ha sido llamado a ese trabajo en particular para contestar esa pregunta en particular? Pero tienes que creerlo. Tienes que creerlo.
Preguntas que no son para Bill Gates o para Warren Buffett, preguntas que tienen que ver con vida o muerte, preguntas de familia o la pregunta de las bombas en el maratón de Boston. Y muchas veces no queremos hablar porque no nos queremos meter en problemas. Y muchas veces decimos que queremos tomar un café pero no en el trabajo, queremos evadir, queremos evitar. No queremos tener que lidiar con esa aspereza o esa espina.
Pero en esta tarde yo quiero que reflexionemos y pensemos: donde Dios me tiene trabajando Dios me ha llamado a trabajar ¿cuántos lo creen? Si Dios me llamó a hacer un trabajo en un hospital mi ministerio como hombre o mujer de Dios es trabajar en ese hospital. ¿Qué significa eso? cuando salgo de mi casa para el trabajo salgo con una mentalidad de servicio porque voy a servir, no voy a hacerme de dinero eso es lo que dice el mundo. Quiero fama, quiero dinero, quiero posición, quiero imagen y eso es lo que buscamos ¿no?
Lamentablemente si tienes al Señor Dios te ha dado posición, Dios te ha dado imagen, Dios te ha dado dinero. Dios te está bendiciendo, Dios te ha hecho luz para que estés en medio de las tinieblas. Para esas personas que posiblemente o tengan más educación o tengan un sin número de problemas tú estás ahí como la luz que Dios ha puesto. Tú tienes la autoridad, tú tienes el llamado, tú tienes la unción, tú tienes eso que Dios te ha dado que es mejor que el mundo pueda ofrecer pero en ese momento surge la pregunta ¿escondemos la luz?
Escondemos porque nos avergonzamos. No queremos que el mundo nos mire mal. Queremos estar con el mundo, no queremos que no nos promuevan si saben que somos cristianos, no queremos que nos discriminen porque somos creyentes.
Pero en esta mañana no te pido que hagas una parte en tu trabajo, ni que saques una pandereta en tu oficina, es que demuestres con tu vida que tú eres diferente, que has sido llamado. Que aunque no tengas muchas palabrerías hay veces que no hacen falta palabras, hace falta gente como decía hoy hablaba con una hermana que está en un hospital que dice que cuando está en la sala de emergencias ella no es enfermera ni es médico y ella persona es hispana y le han dicho en Emergencias que va a durar poco, ella aprovecha eso y le dice: ¿quieres que ore por ti? para por lo menos asegurarme que tu alma sea salva, que aunque Dios no te sane Dios te salve.
Aleluya. En esta tarde yo quiero que recalquemos: cuando yo salgo de mi casa para mi trabajo, el que sea yo voy a hacer algo que nunca he hecho y es que mañana por la mañana cuando llegues a tu trabajo y te sientes en tu área de trabajo, el trabajo que sea tú dices: esta área, esta área es el tabernáculo que yo voy a levantar aleluya. El edificio le puede pertenecer al diablo pero esta área le pertenece a Dios y yo estoy trayendo conmigo a Dios. Aleluya, aleya pero hay que creerlo, hay que reclamarlo.
Dios nos está poniendo a nosotros en posiciones importantes. Los que están en áreas corporativas: aleluya. ¿Dónde puso Dios a José? área corporativa. ¿Dónde puso Dios a Daniel? área corporativa.
Yo creo en un Cristo real, no hay que hacer mucho escándalo ni poner mucho las manos en un trabajo porque van a llamar a un psicólogo, un psiquiatra pero nuestros compañeros de trabajo necesitan saber por qué tú eres diferente, por qué tu familia es estable, por qué frente a los problemas de la vida tú no niegas lo que tú eres. ¡¿Por qué, por qué, por qué, por qué?! porque no depende de mí, no depende de lo que yo soy, no depende de lo que he estudiado, no depende de un diploma depende de que hace muchos años un señor, un carpintero fue clavado en la cruz. No se quedó en la cruz, fue enterrado. No se quedó en la tumba, se levantó al tercer día. ¡Aleluya!.
¿Por qué tengo yo tengo que esconder lo que yo soy? ¿Por qué si yo tengo la luz? Yo tengo la luz porque para poner el altar en mi trabajo yo tengo el altar en mi casa, yo tengo el altar en mi vida, yo tengo el altar con toda mi familia. Imagínate por un segundo: si mi familia tiene un altar, si yo tengo un altar y me uno con mi hermana y mi hermano y vamos al trabajo y ponemos altares, jejeje, cada pequeño cubículo que pisemos.
Yo tenía un jefe que era santero y nadie lo sabía. Era vicepresidente de un hospital y él dominaba a las personas con eso supuestamente. Yo siempre sentía cada vez que íbamos a una reunión con todos los managers y él hablaba yo decía: contra hay algo pero es que no puede ser, no puede ser lo que yo percibe ni lo que yo pienso. Y él está hablando un día ¿cómo dominar el estrés en los trabajos? Y ahí es cuando él dice: si ustedes saber cómo dominar el estrés nos podemos reunir después del trabajo para que reciban los santos y yo entendí, yo era el único hispano en el grupo junto a él yo dije: ok está hablando de otro santo, yo sé lo que él está hablando.
Para él eso era como un part time porque ponerse los diferentes santos costaba miles de dólares, eso era que hacía dinero y esto es un vicepresidente. Y un día llega con muchos collares, se olvidó de sacarse los collares, tenía collares fíjate que podía poner una joyería solo (risas) y estaba contento con los collares. Y él me dice: Isaías yo estuve los otros días en Brooklyn en una farmacia y me parece ¿tú estabas cantando con un grupo de una Iglesia?
Mi mente fue: si digo que no voy a mentir. Si digo que sí es mi jefe: ¿qué va a pasar? Dije: bueno, yo no puedo negar ni vender lo que yo soy. Entonces le digo: sí soy cristiano. Oh, ok ¿y cómo te va con eso? Me va bien y él me dice: bueno te va tan bien que nunca vas a llegar a mi posición porque lo que yo tengo yo lo he pagado y olvídense. Y yo le dije: bendito ¿cuánto has gastado en eso que tú tienes? Mucho dinero. Yo le dije: bueno este que está aquí tuvo que hacer así: yes Lord te acepto y Él pagó todo.
Pasan unos años, estoy trabajando en otro hospital, estoy trabajando en el turno de medianoche. Traen a alguien en una ambulancia de emergencia con una overdose de droga ¿quién era? el vicepresidente. Falleció, falleció. Lo que tú y yo tenemos para hacer los cambios en nuestras áreas de trabajo, en nuestras comunidades no costó absolutamente nada y eso es un poder que nadie lo puede contener ni parar. Cuando estamos en los trabajos tú solamente piensa: tú eres un hijo o una hija de Dios.
Pedro dice: "Tú eres real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios." ¿Cuántas potestades o dominios, principados se habrán levantado en los últimos años para impedir que esta Iglesia construyese ese templo? Bastantes pero se olvidaron que este grupo de creyentes unidos bajo la visión de un hombre, un cuerpo ministerial, un pueblo unido levantando altares día y noche, día y noche no han podido contener lo que viene. No lo van a poder contener, no lo van a poder parar porque no depende de ti ni depende de mí, depende del Cristo crucificado levantado al tercer día.
Comienza a echarle a ese altar no carbón ni fuego de la esquina, deja que el Espíritu Santo que está aquí hoy; llévatelo para tu casa y llévatelo para el trabajo y ahí en el trabajo testifica con tu vida. Llega temprano, haz tu trabajo, se respetuoso no tengas problemas hablando del jefe o de la jefa porque estás chismoteando, después no te van a respetar. Tu trabajo habla, tu trabajo habla.
En la mañana decía que yo le pregunté a mi esposa en la semana, mi esposa es enfermera y le dije: mira Vivian cuando tú, si tú salieras del apartamento en que vivimos y fueras para T.J. Naxx y fueras a comprar pero no te vas a ir en tu vehículo, vas a caminar y vas caminando con lo que necesitas ¿no? Credicards o cash y viene alguien en un skateboard, hace una maniobra, se cae y le da a un carro ¿qué tú haces?
Ella dice: bueno se activa que soy enfermera y corro a ver cómo está, si está respirando, si tiene los signos vitales, si está alerta porque Isaías yo soy enfermera; eso es algo automático, yo no rehuyo a esa situación ni me escondo ni espero al 911 a que lo llamen.
Aplica eso a nuestras vidas. Nuestros trabajos, surgen esas emergencias espirituales: ¿qué tú haces? ¿qué tú haces? Tú tienes el poder, tú tienes la autoridad. Por ejemplo ¿cuántas familias se comunican, hablan? ¿Cuántas familias saben dónde están los hijos después de las seis de la tarde? Tus compañeros, compañeras de trabajo ¿cuántos tienen hijos que están presos? Compañeros de trabajo.
Tú tienes la alternativa, tú tienes la alternativa. Quizá tengamos los mismos problemas pero somos gente feliz, somos gente feliz porque nuestra felicidad no depende de algo externo. Hace como van a ser tres años ahora mi fe fue probada bien grande, bien grande y mire que yo he sido probado pero de esa manera nunca. Trabajando en hospitales siempre ese cuarto que tienen preparado para cuando te van a decir que vas a perder un familiar ese cuarto está ahí y mi hijo del medio fue víctima de un accidente de carro hace tres años ahora y le dieron 72 horas y como familia eso fue algo.
Cuando tú piensas que vas a perder a alguien de esa manera yo pasé por un espacio de que todos mis problemas desaparecieron. Eso fue como por arte de magia, todos mis problemas se fiu. No sé si fue algo psicológico o el cerebro me hizo shutdown y delete pero todo se olvidó, ese problema fue lo más grande. ¿Saben lo que yo hice en medio de ese problema? ¿una crisis no? Fue darle al Señor gracias porque Él siempre está en control.
Durante los meses que él estuvo en el hospital que fueron como ocho o nueve meses, diferentes hospitales yo estuve todo el tiempo con él y Vivian y los muchachos ¿no? y era bonito escuchar a los otros pacientes y profesionales del hospital decir: ustedes son una familia diferente ¿no? porque vienen todos los días y aquí viene mucha gente religiosa y el apoyo y olvídate, yo no tuve que pedir algo. Yo no tuve que dar un tratado.
Vivir, vivir, vivir, vivir. Hay un teólogo que decía en el siglo XVI: mira no prediques el Evangelio, vívelo. Vívelo. Dile al que está a tu lado: no me digas que me amas demuéstrame que me amas.
Mañana a las cinco de la tarde o a la hora que tú salgas de tu trabajo la hora que sea hazte una pregunta: cuando cojas tu cartera o tu equipo de trabajo o estés estacionando tu tractor trailer que te vas a ir pregúntate esto: ¿habrán visto mis clientes o compañeros de trabajo a Jesús en mi vida? Porque siempre nos preguntamos: bueno ¿what would Jesus do? ¿qué haría Jesús en mi lugar? pero ahora la pregunta es diferente. ¿Ve la gente con la cual yo trabajo ocho, diez horas a Jesús en mí o ven a otra cosa?
Porque al final del día, al final de todo el día yo quiero escuchar del cielo cuando a mí me digan: bien buen siervo fiel en lo poco fuiste fiel en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor. Dios les bendiga, Dios les guarde. ¿Qué vamos a hacer mañana, qué vamos a hacer mañana? hoy vamos a hacer altares en nuestras casas por fe. Comienza por tu vida: altar en la casa, altar en el trabajo y conquistamos a Boston. Dios les bendiga.