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Quiero hablarles acerca de una vida visionaria, una vida emprendedora, una vida que concibe grandes cosas para el Señor y que hace lo que tiene que hacer para realizar esa visión, una vida de visión que es algo que se habla tanto hoy en día, acerca de vivir conforme a una visión.
Y nuestra iglesia es una iglesia visionaria y por eso hacemos las cosas que hacemos, por eso estamos siempre cambiando algo por aquí, por allá, emprendiendo nuevos proyectos porque el Señor nos quiere invirtiendo en su reino y emprendiendo cosas nuevas y audaces.
En el capítulo 54 del libro de Isaías, el Señor le dice a Israel y nos dice a nosotros también por extensión:
“Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto. Porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. – y aquí entra el Señor para con nosotros también en el desarrollo de ese llamado que él hace primeramente, y dice, – Ensancha el sitio de tu tienda – y eso te lo está diciendo a ti y me lo está diciendo a mí y se lo está diciendo a congregación León de Judá, – ensancha el sitio de tu tienda.
De paso, al continuar leyendo, tienda en este caso quiere decir una tienda de campaña, la tienda que usan los beduinos, que usan las tribus nómadas o que usan los boy scouts, esta idea de una tienda donde la gente mora pero que es una cosa móvil, una tienda de campaña. Y le está hablando a un pueblo que conocía muy bien lo que era vivir en el desierto y lo que era morar así en tiendas de campaña.
Entonces está usando esa ilustración para fortalecer su llamado a lo que le está diciendo, que levante canción, que espere grandes cosas de Dios, etc. entonces, dice:
“Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas, porque te extenderás a la mano derecha y la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas.”
Amén. Gloria al Señor. ¿Cuántos creen esa promesa en esta mañana? Eso es para ti, mi hermano, es para mí, es para congregación León de Judá. Dios nos llama a vivir una vida emprendedora. Dios nos llama a concebir grandes visiones, a no vivir vidas conformistas, no vivir vidas mediocres. Si alguien en esta tierra no tiene excusa para vivir una vida mediocre y acomodada, convencional, es el cristiano, porque nosotros tenemos un Dios grande y poderoso que espera de nosotros una vida de excelencia que lo glorifique a él, una vida a la altura del poder que él ha puesto en nuestras manos.
Si nosotros vivimos una vida pequeña, convencional, conservadora estamos deshonrando el gran Dios que nos ha llamado y que ha depositado un poder tan grande dentro de nosotros. Y por eso el llamado de Dios siempre para uno, como individuo, para una iglesia, para un ministerio, es esperar grandes cosas de Dios y vivir como que Dios tiene grandes cosas para ti.
Y en el comienzo de este capítulo el Señor dice regocíjate e interesantemente le está hablando figurativamente a una mujer estéril, una mujer que nunca ha concebido, nunca ha tenido hijos, nunca ha dado a luz. Y hay como una contradicción desde el comienzo mismo en este pasaje. Hay un llamado sorprendente. Regocíjate, uno puede entender eso, oh, sí, Dios nos está llamando a regocijarnos, pero oh, estéril. Guau, una mujer estéril en aquellos tiempos era una persona que era considerada como que fracasó en su femineidad.
Gracias a Dios, yo espero que si alguien está aquí, si hay una hermana que no ha concebido por la razón que sea, jamás se sienta como que es un fracaso, porque hay muchas formas de ser fructífero. Amén. Y también que sigamos esperando, si tu quieres tener hijos, sigue esperando en el Señor también y pon tu fe en el Señor pero ninguna mujer es un fracaso simplemente porque no pueda tener hijos. Reprenda ese pensamiento si está en usted.
Pero sí en aquellos tiempos, en aquella cultura, en esa sociedad judaica del Medio Oriente una mujer que no podía dar a luz era una mujer atribulada, era una mujer considerada un fracaso, era una mujer que se consideraba que era estéril, no solamente en su matriz sino en su vida entera, porque la realización de una mujer en ese tiempo era ser madre.
Y entonces el Señor le está hablando a Israel que es una nación que cuando Isaías le extiende este mensaje, es una nación que ha estado cautiva, el Señor había enjuiciado a Israel por su gran pecado, su idolatría, los había exiliado, los había enviado a Babilonia, estaban cautivos, era una nación que apenas estaba comenzando a ponerse de pie. Israel había sido estéril también y por eso después el Señor le habla de que no temas, no serás confundida, tu marido es tu hacedor.
Dice en el versículo 6, “porque como mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, por un breve momento te abandoné pero te recogeré con grandes misericordias.”
Le está hablando a una nación fracasada, una nación caída, una nación derrotada, una nación que su Dios la ha enjuiciado, la ha castigado ya ahora se siente como que está apartada de la bondad de Dios. No hay esperanza para ella. Imagínese estar uno cautivo, llevado a otra tierra, la tierra de uno desierta, desolada completamente.
De paso, no es la única vez que Israel ha pasado por esa situación. Cuando Cristo vino a la tierra y fue crucificado poco tiempo después de su resurrección Israel fue tomada por Roma, después de rebelarse contra el poderío de Roma y Jerusalén fue destruida completamente, los judíos fueron desterrados de su tierra, se prohibió que judíos vivieran en Jerusalén y durante casi 2000 años Israel estuvo desperdigado.
Usted ha oído hablar del judío errante. En todas las naciones había judíos que habían sido desterrados de su tierra. Israel no era nación ni siquiera, dejó de ser nación. Jerusalén dejó de ser poblada por hebreos. Había unos cuantos siempre, un remanente pequeñito que se mantenía, pero no era nación y uno diría, ¿cuándo se ha visto en la tierra que después de 2000 años una nación vuelva a resucitar? Algo impensado y sin embargo así sucedió. Dice que en un día, era la promesa del Señor y en 1948 Israel volvió a ser nación. Y desde entonces los judíos han estado regresando a su tierra natal.
Y yo digo, el Dios que hizo ese gran milagro es el Dios que puede reavivar a su iglesia en el siglo XXI también, aquí en Norteamérica, en Europa, en otras partes del mundo. Por eso nosotros no podemos poner nada más allá del poder de Dios. Si en tu vida ha habido esterilidad por alguna razón, si en tu vida ha habido fracaso, si en tu vida ha habido tiempos de gran sequía nunca pongas por encima del Señor la posibilidad de que Dios pueda ponerte a florecer por primera vez o que pueda volver a traer esos tiempos de prosperidad y de bendición a tu vida.
Nunca te dejes vencer por una condición de pobreza, de fracaso. Si algo fracasó en tu vida ahí hay una raicita de vida que quedó dentro de la tierra. La mata por fuera quizás cayó pero por dentro está la vida de Dios que va a brotar de nuevo. En Dios siempre hay posibilidades. No podemos perder las esperanzas. Quizás tu nunca hayas dado a luz pero tu puedes dar a luz.
Y sabe una de las cosas principales para uno dar a luz en el mundo y en la vida, sobre todo después de tiempos de fracasos y esterilidad, una de las cosas más importantes es hacer lo que dice aquí, cantar, regocijarse en el Señor como algo activo, adoptar una política por así decirlo de gozo espiritual, gozo en el Señor, regocijarnos en el Señor.
Yo hablaba con la congregación de los miércoles, el grupo que viene los miércoles el llamado de Pablo en filipenses capítulo 4, regocijaos en el Señor. Otra vez os digo, regocijaos, vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. En la Biblia hay continuos llamamientos al gozo como un arma poderosa para la bendición, para la prosperidad, para el éxito, para el progreso.
Una de las cosas que más mata el poder y el mover de Dios en nuestras vidas es una actitud pesimista. Es una actitud de queja, una actitud de silencio con respecto a las cosas buenas. Cuando nosotros nos entrenamos y nos acostumbramos a hablar positivamente y a sentir positivamente una postura militante de vida, cuando entendemos que gozarnos en el Señor no es un resultado, gozarnos en el Señor no es como algo que surge como resultado de que tiene los biles pagados, de que te dieron un aumento en el trabajo, de que finalmente la persona que tu amabas se va a casar contigo, o que las cosas están bien. Regocijarse para el cristiano es una postura que nosotros adoptamos, es una ética espiritual, es algo que abrazamos como una actitud que rompe muros y que destruye las obras del diablo en nuestra vida.
Y muchas veces nosotros tenemos que cantar aunque no sintamos el deseo de cantar. Uno puede… si nosotros tenemos una actitud pesimista por dentro, si somos negativo por dentro como cristianos tenemos que primero decidir cambiar esa actitud y entonces comenzar a entrenarnos. Quizás tu no puedas cambiar tus emociones primero, pero tu puedes comenzar a hablar positivamente.
Yo digo siempre, nosotros reímos en nuestra familia, mi mamá, Toñita, cuando le decían, “Doña Toña, ¿cómo se siente hoy?” “Bien,” aunque a veces estuvo en unos tiempos terribles en su vida, padeciendo de terribles dolores del nervio trigémino. Hay personas aquí que saben lo que es ese dolor y sin embargo Toña nunca perdió su gozo en el Señor. Ella hablaba positivamente, siempre tenía una sonrisa. A veces sonreír le costaba pero se sonreía. Hablar le costaba pero decía una palabra de consej a alguien.
Para tu recibir bendición tienes que comenzar desarrollando y cultivando un espíritu positivo en tu vida. Aprende a hablar positivamente. Aprende a confesar. Yo he aprendido en mi vida que aunque algo malo esté pasando yo voy a encontrar esa vetita de oro en el medio de las dificultades y voy a buscar algo por lo cual darle gracias a Dios en mi vida.
Cosas como la gratitud es importante. Exprésale gracias al Señor por las cosas que pasan en tu vida. Amén. No solamente mire las cosas malas, mira las cosas buenas en medio de las cosas malas y dale gracias a Dios por eso. Busca algo bueno por lo cual darle gracias a siempre. Canta. Yo creo que la adoración es importante también. Llenar nuestros hogares de alabanza, de adoración, sacar tiempo en el día para adorar al Señor, para confesar cosas buenas, eso es importante también. Gratitud, adoración, confesión positiva, hablar cosas buenas en tu vida y tener un buen consejo para llenar tu vida de cosas buenas.
Todas estas cosas liberan la posibilidad de que Dios pueda hacer algo en tu vida. Por eso yo creo que este pasaje que habla de construir, de edificar, comienza con un llamado a cantar y a celebrar las cosas buenas que Dios va a hacer en tu vida. Si Dios no ha hecho cosas buenas en tu vida últimamente comienza anticiparla y a decir que Dios las va a hacer. Yo vivo mi vida siempre esperando cosas nuevas y bellas que Dios va a hacer.
Este tiempo que nosotros estamos viviendo como congregación yo creo que es uno de los mejores tiempos que hemos tenido y yo no puedo esperar a ver qué es lo que va a psar en un año, dos años en esta iglesia, porque yo creo que Dios tiene buenas cosas y hay que hablarlas, hay que declararlas, hay que celebrarlas.
Esta mañana cuando estábamos aquí arriba después del tiempo de adoración Dios me ha estado hablando de reposar en el Señor y estar quieto en el Señor. Esta mañana no sé por qué, quizás fue porque se me perdieron los lentes esta mañana y los he buscado por todas partes y eso me sacó de quicio un poquito. Cuando uno es obsesivo, compulsivo peus siempre está… y había una voz dentro que me decía, “Descansa, reposa en el Señor, estate tranquilo.” Y después cuando subí aquí en este momento me invadió ese espíritu de que reposar en Dios y adoptar una actitud positiva es una de las cosas que nosotros tenemos que hacer como congregación. El afán nos mata muchas veces, el estar siempre en esgrima con el diablo. A veces el Señor quiere simplemente, baja las manos y espera en mí y confía en mí, y remite tu causa al Señor y dejar que él haga, que él obre en nuestras vidas. Eso es tan importante.
“En quietud será, dice la palabra, vuestra fortaleza, en quietud y reposo vuestra salvación. Tu guardarás en perfecta paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera.” Tantos pasajes que nos hablan de eso.
Entonces, esa idea de cantar al Señor, de regocijarnos en el Señor, de levantar voces de júbilo… sabe usted que muchas mujeres que no pueden dar a luz cuando se relajan entonces pueden dar a luz. Eso es un fenómeno médico. Yo he conocido mujeres que no podían dar a luz y que adoptaron un niño, una pareja no podían dar a luz, adoptaron un niño y como ya esta mujer tenía un hijo, como que ya su afán de dar a luz bajó y entonces pueden dar a luz. Los médicos saben, los obstetras saben que una de las cosas que una mujer tiene que hacer es relajarse para poder dar a luz. Si está en tensión y en guerra es contraproducente.
Y yo creo que como cristianos usemos el regocijo, el gozo en el Señor como una manera de atraer cosas buenas. Dios le gusta estar donde está la alabanza, donde está el gozo, donde está la celebración de su bondad.
Entonces, lo primero, tu quieres vivir una vida poderosa, positiva, regocíjate en el Señor y adopta el regocijo como un arma espiritual. Lo segundo que el Señor le dice aquí en el versículo 2 es lo que yo llamo una fórmula para la victoria y para el éxito en la vida. Hay 4 cosas que yo veo aquí, las voy a decir lo más pronto posible.
Dice ensancha el sitio de tu tienda, 2. Extiende las cortinas de tus habitaciones, 3. Alarga tus cuerdas, 4. Refuerza tus estacas. Son 4 elemento todos unidos a esta idea. Dios usa una ilustración de una tienda de campaña que tiene que ser reemplazada con otra. ¿Y cuáles son los elementos que componen una tienda de campaña? Hay 4, el sitio, las cortinas, las cuerdas y las estacas.
Y cada uno de ellos es un elemento que nosotros tenemos que tener en consideración cuando queremos construir algo, cuando queremos emprender algo en nuestra vida, cuando queremos cambiar nuestra situación, puede ser en un ministerio también cuando se quiere ir a otro nivel. En lo que sea yo creo que estos son principios para la construcción en toda la vida.
Primero, ya lo dije es esto de tener una expectativa positiva, adorar al Señor, alabarlo, confesar positivamente, cultivar una actitud de expectativa de las bendiciones de Dios. Ensanchar el sitio, es algo como que uno a veces no piensa que en la construcción una de las cosas más importantes es el lote, por así decirlo, el terreno, el solar donde se va a construir. La gente piensa solamente en el edificio que va encima pero si usted ha estado en construcción en algún momento de su vida como yo lo he estado durante todos estos años de construcción acá, o si usted observa, una de las cosas que más tiempo toma es simplemente la planificación.
Los arquitectos se toman meses para diseñar un edificio y para ir a través de todo el proceso de conseguir permisos y todas estas cosas y luego, cuando ya se tiene toda la documentación entonces hay que tomar el lugar donde se va a construir y hay que prepararlo. Lo primero que hay que hacer es limpiar el lugar, si hay algo encima, destruirlo, aplanarlos todo. Este edificio, antes de nosotros construir nos pasamos meses llenándolo de grandes cantidades de cemento reforzado para que fuera la base de las columnas y las vigas y todo lo demás. Nos tomamos meses haciendo solamente la parte del lote, del solar.
Y para mí el solar, el sitio, es la mente, la sensibilidad, la imaginación, la creatividad. Es el lugar donde Dios va a poner las visiones que tu quieres concebir en tu vida. Y si tu quieres vivir una vida creativa, poderosa, lo primero que tienes que hacer es entrenar tu mente a creer grandes cosas para el Señor. Tu tienes que ensanchar tu capacidad para visualizar, imaginar, creer, esperar.
¿Dónde es que Dios planta los grandes proyectos? En el alma, en la mente. Muchos de nosotros no hacemos grandes cosas porque no soñamos grandes cosas. Yo les animo a imaginar, a fantasear en la forma positiva de la palabra, involucrarse en soñar despierto, verse en grandes espacios, verse haciendo cosas grandes, ver a sus hijos ya graduados, estudiando, casados, haciendo cosas buenas en la sociedad, ver tu vida progresando, verte a ti misma mujer, si eres un ama de casa, concibiendo un proyecto nuevo en tu vida.
Hablaba con una hermana esta mañana animándola, hey, está viniendo al servicio de las 9 de la mañana y quiere mejorar su comprensión del inglés. Qué buena oportunidad ahora para tu aprender el idioma bien. Lee libros, ve la televisión en inglés más, estudia, es decir, esta idea de que nosotros tenemos que visualizarnos, vernos haciendo grandes cosas en el Señor.
Y tenemos que pedirle al Señor que ensanche nuestra capacidad para esperar cosas grandes de Dios. Y nuestra imaginación tenemos que cultivarla. Él dice, “ensancha el sitio de tu tienda,” antes de que comiences a construir primero preparar el lugar, hazlo lo suficientemente grande. Muchos de nosotros no soñamos lo suficiente o nuestros sueños son pequeñitos porque es lo que nos hemos acostumbrado.
Concibe visiones que te den miedo. Concibe visiones que te aterroricen cuando tu las contemples. Y creo que Dios puede llevarte a grandes cosas. Yo hablaba con una joven que me decía lo contenta que ella estaba porque está haciendo una maestría en trabajos sociales, como trabajadora social. Yo le decía, “Qué bueno, te felicito,” me regocijaba con ella, celebraba eso. y decía, “Mira, un día piensa que Dios te puede dar un doctorado en ciencias sociales, en trabajo social. Dios te puede llevar a ser una profesora en una universidad,” y yo veía su sonrisa y veía su mirada que se llenaba de expectativa. Claro que sí, tu puedes hacer eso.
Tu puedes esperar grandes cosas de Dios. Nuestro problema muchas veces es que no soñamos lo suficiente y no le pedimos al Señor lo suficiente. Y lo primero que tenemos que hacer es eso, Señor, dame una mente que no ponga nada por encima de ti. Cuando nosotros vinimos aquí a Boston, yo pensaba que era simplemente para servir a la comunidad latina. Yo les prometo que esa era mi única percepción, era una iglesia hispana, íbamos a servir a hispanos.
Y desde que llegamos aquí el Señor comenzó a anchar las cosas. Es más, mi visión era tan pequeña que el primer edificio que nosotros compramos, el santuario aquel, mi capacidad en ese tiempo, mi fe, no me daba más que para creer que lo que nosotros necesitábamos era una caja. La caja del primer piso, entrar allí, poner unas sillas y a la buena de Dios tener una iglesia y eso era todo. Yo lo confieso, me da vergüenza decirlo.
El Señor ha ido anchando, gloria a Dios, mi visión para a veces agonía de ustedes que tienen que seguirme con las visiones que Dios me da. Pero Dios ha ido ensanchando mi capacidad para creerle en grande, por grandes cosas. Y desde que yo llegué allí el Señor comenzó a hablarme enseguida. Los arquitectos nos obligaron, “Mira, Roberto, tu puedes coger este primer piso, por qué no rompemos la mitad del techo y ponemos dos balcones arriba y hacemos una plataforma más grande y hacemos esto y hacemos lo otro. Ellos mismos me comenzaron a aconsejar y así fue que comenzamos a ampliar ese edificio y comenzamos a hacer otras cosas.
El Señor comenzó a llamarnos al trabajo social, a meternos en la ciudad, a trabajar en cosas sociales, a hablarle a la ciudad, a invitar gente de afuera a venir, a concebir la posibilidad de que nosotros podíamos ministrar no solamente a hispanos sino a norteamericanos. Comenzamos el servicio en inglés porque vimos que nosotros podíamos hablarle también a otro sector de la ciudad.
El Señor comenzó a ensanchar el sitio y a enseñarme que uno puede creer grandes cosas. Y si estamos ahora haciendo este proyecto de cambiar los servicios, yo sé que eso es incómodo para ustedes, mis hermanos, yo les aseguro que es incómodo para mí también y me inspira un poco de temor muchas veces pero yo nunca dejaré que el temor me limite en emprender cosas grandes para Dios.
Así que no se preocupe por esa parte, el temor es algo con lo cual yo vivo y yo simplemente me tomo 2 aspirinas al final del día y sigo adelante. No permita que el temor le impida emprender cosas grandes para Dios.
Pero nosotros tenemos que anchar nuestras expectativas y Dios nos ha dado mucho más de lo que pensamos. Pídale al Señor que te ilumine para creer grandes cosas que él puede hacer en tu vida y no dejes que tu viudez del pasado, tu esterilidad del pasado te aguante. Cree que Dios puede hacer grandes cosas a través de ti y no le pongas límite al Señor. Ensancha el sitio, ensancha la base, la plataforma de tu creencia y de tu expectativa.
Entonces, el Señor le dice, “y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas,” entonces esta tienda de campaña ya tiene su espacio más grande y ahora si hay un espacio más grande las cortinas tienen que ser más largas. Una tienda de campaña, piense en eso, la tela, el cuero que compone la base de la tienda de campaña, consíguete cortinas más grandes porque tu tienda va a ser más grande.
Ahora, hay un contraste entre el sitio, que es algo como abstracto, una base, un punto de partida, algo imaginativo, ahora dice, consíguete las cortinas y consíguete cortinas más grandes. Aquí yo veo que uno tiene que pasar en algún momento de la visión a la acción, a lo concreto. Okay, ya tu soñaste, visionaste, oraste, consultaste, pero ahora tienes que salir de tu asiento y comenzar a trabajar, comenzar a perseguir… mucha gente sueña, sueña, pero no hace nada. Llevan años diciendo, yo quiero hacer esto, quiero comprarme la casa, quiero aprender inglés, quiero prepararme para un mejor trabajo, pero no hacen absolutamente nada.
Y una de las cosas más difíciles es pasar de la concepción a la acción. Esa mujer o ese varón que quiere estudiar en la universidad, ha sido toda su vida obrero y gloria a Dios por eso, pero siente que Dios lo está llamando a otro nivel, quiere ir a la universidad. Mira, si Dios ha puesto eso en tu corazón vas a tener que comenzar a tocar puertas. Un día vas a tener que coger medio día de trabajo y eso es lo difícil, cuando tu tienes que comenzar a hacer cosas específicas y salir de lo abstracto.
Vas a tener que decir, el miércoles yo le voy a pedir a mi jefe medio día de trabajo y voy a ir a Bunker Hill Community College y voy a ir allí, yo no sé a dónde voy a ir, porque todas esas cosas nos frenan. La idea de dónde voy, qué hago, qué digo, con quién hablo, voy a hacer el ridículo, no sé a dónde ir. No, simplemente tu tienes que reservar ese día, esto es extender las cortinas, tienes que coger esa mañana, ir al lugar, pedirle y preguntarle a alguien en la planta física, ¿dónde está la oficina de admisiones? Ir allí y con tu inglés medio matado decirle, “Yo quiero solicitar a la universidad qué tengo que hacer…” Quizás te sorprendas, vas a encontrar una persona simpática que va a ver que tu estás tratando de hacer algo positivo y te va a decir, “No, lo que usted tiene que hacer es esto, yo le ayudo.” Y cuando tu vienes a ver poco a poco se va armando tu proyecto.
Pero tienes que comenzar en algún. Lo más difícil es eso. Es ir de lo conceptual a lo concreto y ha sido así con todos estos proyectos de construcción. Cada vez que yo he tenido que comenzar algo, me viene como un sentido de temor y de ¿será esto posible? Este proyecto de los dos servicios, usted sabe todas las consideraciones que ha habido que tener en cuenta, todo lo que hemos hablado tanto con líderes, con los pastores de la iglesia, diferentes grupos, tantas cosas, obstáculos en la mente de uno y todavía hay cosas que uno no entiende de este proyecto, cómo va a resultar, valdrá la pena, estoy yo desestabilizando la congregación. Son preguntas que todo líder se debe hacer. No es que yo sea obsesivo, compulsivo o loco, todo el mundo se pregunta, Señor, ¿será posible?
Pero uno tiene que comenzar. Hemos comenzado, poco a poco, gradualmente hablando con gente, consultando y poco a poco el proyecto se va armando solo. Muchas veces lo que tienes que hacer es comenzar y comenzar pequeñito y cuando tu comienzas en lo pequeñito Dios te va poniendo en lo mayor y tu vas aprendiendo. El proyecto mismo en la medida que tu lo vas emprendiendo te va enseñando nuevas cosas y Dios te va abriendo caminos, pero tienes que comenzar a poner las cortinas. Tienes que hacer esfuerzos pequeños.
Dios siempre te pregunta, como les he dicho antes, qué tienes a la mano. Y lo que tu tienes a la mano va a ser el punto de partida para cosas mayores. Lo que Moisés tenía en su mano era una vara y una mano y el Señor le dijo, con eso has dos señales, una mano que se convertía leprosa y luego estaba sana de nuevo, una vara que la tiraba en el piso y se convertía en una serpiente y la tomaba otra vez y se convertía en una vara de nuevo. Señales que Dios le dio para comenzar el proceso.
Lo que tienes que hacer es abrir camino poco a poco y Dios te irá enseñando entonces lo que tienes que hacer y obrar en el Señor, dejar que Dios haga la obra. Hablaba con Minelia, mi hermana que le decía acerca de… ella ha estado sufriendo por mucho tiempo de este problema del trigémino y durante meses la vida de Minelia se estaba yendo por un dolor que es uno de los dolores terrible de la anatomía humana, el nervio trigémino, ojo, nariz, oído. Es un nervio que ese dolor es como un corrientaso continuo que tienes, uno de los dolores más terribles.
Pero los médicos le decían, el médico especialista que ella tenía, “No, no debes hacerlo todavía porque eso es peligroso, es arriesgado, esto y lo otro,” le metían mucho miedo de que no podía, no era posible. Y yo que conozco lo que ese dolor por mi madre que pasó por ello, yo le decía, “Minelia, aquí yo estoy, quiero ayudarte.” La llamé, hice una investigación, le sugerí un especialista en Boston y ella se lanzó con todo tipo de temores. “Mira, no vas a perder nada, ve, habla con él, lo peor que te puede pasar es que te diga lo que ya tu sabes y simplemente te diga, no, no debes, y que confirme lo que el otro médico te ha dicho.”
Pero ella se lanzó y fue allí y tuvo una consulta y el médico le dijo, “Tu puedes hacerlo,” y para gloria del Señor Minelia es una mujer renovada completamente. Esa operación fue un éxito total para gloria del Señor e inmediatamente pasó de terribles dolores a ningún dolor. Pero tuvo que atreverse, tuvo que lanzarse.
La Biblia dice que el que mira mucho las nubes nunca siembra. Es así, si tu vas a ir un día de campo y comienzas, oh, y qué si llueve y yo entonces toda esta comida la pierdo y esto y lo otro, nunca vas a sembrar. Uno tiene que atreverse en el nombre del Señor. Ensancha el sitio de tu tienda, alarga tus cuerdas, es decir, despiértate, levántate, emprende la tarea.
En tercer lugar, dice aquí alarga las cuerdas. Claro ahora tiene una tienda más grande con un espacio grande, unas cortinas grandes, ¿qué otra cosa tiene que hacer? La parte estructural. Las cuerdas son como las columnas en un edificio y las vigas. Este edificio está soportado, la belleza que usted ve por debajo y por todas partes tiene vigas de acero, fundaciones de acero, columnas de acero. Ese balcón es todo acero y encima están las carpetas, las alfombras, todo lo demás, el adorno. Pero hay una estructura.
Nuestro cuerpo es carne y por fuera tiene una cierta belleza, más o menos para muchos, pero adentro… usted ha visto alguna vez unos dibujos anatómicos, lo feo que es el ser humano cuando se le quita la piel, lo que hay es un esqueleto, hay un sistema nervioso, una cantidad de cablería, venas por dondequiera, intestinos, estómago, todo. Si usted piensa en lo que compone a esa mujer que usted tanto ama y de la cual está tan enamorado, nunca se va a casar con ella. Eso es así, porque todo es estructura. Nosotros somos estructura. Somos sistemas y entonces Dios toma esos sistemas y los cubre con una cosa bella, pero dentro hay una anatomía y así debe ser con la vida del ser humano también. Todo en el universo requiere una estructura.
Y por eso es que Dios habla, no solamente de las cortinas sino ahora entra a una parte estructural y piensa en las cuerdas que van a agarrar. Las cuerdas en una tienda de campaña son esos cordones que van a atar esa cortina a la tierra y van a impedir que venga el viento o la brisa y comience a moverla por dondequiera, imagínese si no hubiera esas cuerdas. Las cuerdas son la estructura.
Y yo creo que asimismo en nuestra vida y en nuestros proyectos que emprendemos tiene que haber estructura. Y esa es una de las cosas más difíciles para nosotros aprender como latinos que somos, voy a hablar ahora entre latinos, por ejemplo, la cultura latina es una cultura, así como la cultura africana yo creo también, es una cultura muy espontánea. Nosotros nos reímos de todo, nos gozamos con todo, todo es amistad, usted va a nuestras oficinas de gobierno y ahí está todo el mundo hablando por teléfono y llega fulanito que es amigo de la que trabaja en la maquinita, “Ah, no, ven tu primero,” y lo ponen por encima de la línea, un desastre muchas veces.
La gente se va antes… Ahora eso ha cambiado un poco pero antes en nuestros países la gente se va a las 12 y regresaba a las 2 de la tarde, después de dormir una siesta, darse un baño, comer una comida con arroz, habichuelas, carne y todo, ¿quién va a trabajar, quién va a producir nada? Después de una siesta como esa y una comida tan fuerte, ya el resto del día estaba perdido. Nuestras culturas son culturas que muchas veces carecen de estructura, carecen de gobierno, carecen de sistemas, carecen de protocolos. Nosotros no planificamos, hermanos, hay que decirlo, claro que hay excepciones, yo entiendo eso muy bien.
Pero mire los países de nuestro continente, son países que no funcionan y… piense en México, un país con tantos recursos y perdone si hay algún mexicano aquí, no estoy hablando de… yo amo a México muchísimo, pero un país tan rico, con tantos recursos, con una geografía tan grande y sin embargo tanta pobreza, tanta miseria, tanto mal funcionamiento.
Venezuela ahora mismo qué triste decirlo, un país con petróleo como pocos países del mundo, con una fortuna increíble, es un caso de una neurosis nacional terrible. Piense en África, esos países que tienen tantos recursos minerales, tantos recursos naturales, sin embargo son naciones que viven en la miseria y que la corrupción se lo lleva todo. Guatemala, El Salvador, Honduras y como digo mi propio país República Dominicana. Mire Puerto Rico, parte de Estados Unidos y ahora mismo hay que sacarlo de la bancarrota.
¿Cuál es el problema con nuestras naciones y nuestras sociedades? Es que no hemos aprendido a funcionar conforme a estructuras, conforme a principios, conforme a protocolos, sistemas. Nosotros funcionamos por impulso. No nos moriremos de ansiedad nunca, es como los dominicanos, nosotros aunque estemos muriéndonos de hambre pero para una buena cerveza y un merengue siempre hay tiempo y siempre hay dinero. Eso es así. ¿Sí o no?
El gringo se muere de úlceras y de ansiedad, nosotros no, nosotros viviremos hasta los 100 años pero pobres y pasándolo mal en otras maneras. Nos gozamos pero somos como animales silvestres, corriendo por el campo libremente pero no servimos ni para carga, ni para montarlo ni para nada. Es así, porque carecemos de estructura, disciplina, protocolo, sistema, planificación, gobierno, hábitos que van por encima de nuestros impulsos.
Muchas veces si nos sentimos que queremos hacerlo, lo hacemos, sino, no. yo le digo a la gente uno de los grandes principios para el éxito es dominar lo aburrido. Si tu aprendes a dominar lo aburrido y lo haces de todas maneras tu eres un gigante y vas a ir lejos. Nuestros jóvenes, aprenden a sentarse y a leer, si tiene que quedarse sentados 2 horas, 3 horas, lee. Hay muchos jóvenes que usted le dice, si tu quieres estudiar e ir a la universidad y sacar buenas notas vas a tener que pasar 3, 4 horas leyendo todos los días y estudiando y eso como ponerle la cruz a un vampiro. ¿Qué? ¿4 horas? Ellos creen que don 10 minutos de leer ya van a…
El blanco, por así decirlo, no es que son más inteligentes que nosotros, es que son más disciplinados. Yo he ido a las grandes universidades de esta tierra y les digo la verdad, la mayoría de la gente que llega a Harvard, a Princeton, a Yale a todos esos sitios, no es que son genios, ni son brillantes, es que tienen una capacidad increíble para trabajar, para leer, para disciplinarse, para pasar una noche sin dormir haciendo el trabajo. Lo que te enseñan esas grandes universidades es disciplina, persistencia, dominar tus impulsos y tus emociones y ser puntilloso, ser sistemático en las cosas, ser analítico.
Y nosotros tenemos que aprender esa parte de nuestra vida, tenemos que aprender a dominar lo pequeño, a dominar lo aburrido, a dominar lo que no nos gusta y vivir por principios, no por sentimientos o por temores o por apetitos. No. el hombre, la mujer, que llegar a grandes cosas es que ha aprendido a disciplinarse y a vivir por principios. Se levanta a cierta hora, si sabe que por la mañana tiene que levantarse a las 5, pues acuéstate a las 10 de la noche, deja la novela, deja la película, deja el bembeteo en el teléfono, acuéstate y levántate temprano y aprovecha esos minutos de la mañana. Hay que disciplinarse, hermanos.
En tu trabajo sé persistente, hazte imprescindible, esas 8 horas de trabajo dale 9 a tu jefe, enseña excelencia en lo que haces, estructura, las cuerdas que sostendrán tu vida tienen que ser poderosas también. Hay una parte que tu tienes que hacer que Dios no la va a hacer. El problema es que muchas veces, Señor, dame esto, dame el trabajo, dame el aumento de sueldo, pero no hacen nada de tu parte. Y Dios dice, bambalán, como dice Miguel. Sinvergüenza, ponte a trabajar y en tu trabajo yo voy a bendecir y te voy a llevar hacia adelante. Hay una parte que tu tienes que hacer. Disciplina, estructura, organización, principios, sistemas, la parte estructural, la estructura que va a sostener tu proyecto, tu visión.
Y finalmente, dice, “y refuerza tus estacas.” Piense en una persona que consigue una tela mucho más grande, una cortina bien grande, en un espacio bien grande para poner una nueva tienda de campaña, va y compra en Home Depot las cuerdas más fuertes, más gruesas posibles, y entonces deja las estaquitas chiquititas que tenía la tienda cuando era bien pequeña originalmente y con eso amarra todo lo demás. Usted cree que por más grande que sean esas cuerdas y las estacas no están fuertemente metidas y no son estacas mucho más grandes esa tienda cuando venga todo el viento… porque imagínese ahora esa tienda es mucho más grande. Hay más tela que empujar y cuando el viento viene y se mete dentro de esa tienda o empuja por afuera, hay más espacio, más tela, más cosas que puede mover o desde adentro o hacia adentro. Entonces, necesita unas estacas bien fuertes que sostengan las cuerdas.
Por eso es que yo creo que este pasaje no es simplemente una ilustración. Yo he encontrado allí principios para la vida que son muy poderosos. Ahora, ¿a qué equivalen las estacas en términos de vida? Yo diría que las estacas me hablan a mí acerca de defensa, protección, de cosas que van a garantizar la duración del proyecto, la parte defensiva, la parte protectiva, la protección de un proyecto.
Sabes que cuando Dios te bendice y Dios te prospera y te ponen, por ejemplo, en un lugar de más responsabilidad, o de más influencia, entonces el viento de la vida comienza a soplar más fuertemente contra ti. ¿Para cuántas personas, por ejemplo, el que le den un aumento de trabajo ha significado el desplome de su matrimonio? Porque comenzó a trabajar más, porque demandaban más horas, ahora es el supervisor, ahora tiene que trabajar mucho más, llega a la casa de mal humor, tenso, su fin de semana tiene que pasarlo enviando correos electrónicos, contestando… y se olvida de su casa, se olvida de su esposa, se olvida de sus hijos, y cuando viene a ver esa bendición de ese nuevo trabajo, esas cuerdas más grandes y esas cortinas más grandes vienen a ser de maldición para su vida. Pierde su matrimonio, pierde su salud, se pone neurótico porque no reforzó las estacas.
¿Cuáles son las estacas? Las estacas en nuestra vida son la oración, la integridad, el carácter las relaciones humanas, el dominio propio, el dominio del yo. Cuando Dios te bendice el enemigo va a querer hacer daño en tu vida y van a venir retos como consecuencia de la bendición. Toda bendición tiene su lado negativo y peligroso, siniestro, toda bendición. Los ministerios Dios los pone a crecer muchas veces, Dios nos da iglesias crecientes, más grandes, con más prominencia en la ciudad pero también vienen más tensiones.
Usted cree, por ejemplo, el servicio en inglés, si ese servicio que yo creo que sí, que va a crecer, van a venir mucha gente secular, van a venir personas profesionales que están acostumbrados a mandar y a querer que todo sea por votación y que todo se haga de una manera como se hace en el mundo, van a venir gente con malas costumbres seculares y sociales, y va a haber mucha más presión para mí como pastor principal, y para todo el liderazgo de la iglesia a comenzar a comerciar con el reino y comenzar a predicar un Evangelio más cómodo, que sea más conveniente para esa gente, más culta y más educada y más secularizada.
Y viene la tentación a bajar el nivel de la predicación, a no hablar de cosas que ofendan a la gente. Hay más prominencia, sí que las noticias, cualquier cosas que se dice desde el púlpito se expande, se da a conocer, y entonces uno comienza a ser más conservador y a tener más cuidado con lo que dice. Es peligrosísimo, por eso es que muchas veces hay que tener cuidado con uno desear más grandes cosas. Hay más peligros.
Entonces uno tiene que reforzar las estacas. Uno tiene que decidir, Señor, yo primero te voy a honrar a ti contra viento y marea, no importa quién venga, el Presidente Obama puede venir y sentarse ahí y si tu me diste un sermón que yo tengo que predicar y lo ofende, so be it, que así sea, yo voy a predicar la palabra del Señor. No importa quién venga. No vamos a cambiar nuestras costumbres, nuestro mensaje, y nuestra fe en Dios ni en la palabra del Evangelio.
Porque esa es la tentación del diablo. El diablo quiere seducirte, te da el mundo, como le dijo a Jesucristo, “Yo te puedo dar todo, si tu simplemente me adoras.” Cuando Dios te bendice asegúrate de que tu veas el lado oscuro y que tu te prepares para la bendición. Si Dios te da un matrimonio, cuídalo, bendice, si Dios te da a tus hijos atiéndelos, si Dios te da un ministerio, comienza a fortalecer tu carácter, tu integridad, tu caminar con el Señor. Mira a ver cuáles son las áreas débiles en tu vida, ira, sensibilidad extremada a la crítica, heridas del pasado. Ahora vas a necesitar ser más cauteloso. Tus estacas tienen que ser más grandes e ir más profundo en la tierra. Si vas a estudiar asegúrate de sacar tiempo para el Señor, asegúrate de poner todos tus estudios y tus esfuerzos en el Señor.
Si vas a abrir un negocio no dejes de darle tu diezmo al Señor. No dejes de orar por tu trabajo, estudia buenos libros, cuida tu cuerpo, descansa, cuida tu matrimonio. Estacas. Cosas que protegen la bendición que estás recibiendo del Señor.
Yo espero que esto te sea de bendición para tu vida. Celebra lo que Dios va a hacer, gratitud, expectativa, confesión positiva, anchar tu visión y esperar grandes cosas del Señor. Lanzarte a realizar los sueños y en el camino Dios te va a encontrar y te va a abrir nuevos caminos. Tu cuerda, vive una vida de disciplina, principios, protocolos, preparación, dominio propio, persistencia, atención al detalle.
Y finalmente, no olvides la protección de las estacas. La oración, la perfección del yo, superarte a ti mismo en muchas diferentes áreas de tu vida, proteger lo que Dios te ha dado, con guerra espiritual, oración, integridad, carácter.
Si tu haces estas cosas yo te garantizo una vida poderosa, una vida de gran bendición, de gran éxito y de cosas buenas y nuevas que irán manifestándose en tu vida. Recibe esta palabra ahora mismo.
Baja tu cabeza y di Señor, yo voy a vivir esa vida poderosa. Yo voy a vivir esa vida emprendedora, yo voy a poner atención a los principios de la buena siembra, del buen cultivo, de creerte a ti. Tu me has hecho un instrumento en este mundo, tu me has hecho un canal de energía, de bendición, un ejemplo, me has hecho una ciudad que otros mirarán para ver mi progreso y mi comportamiento y yo quiero ser lo más que yo pueda ser para inspiración a otros y para gloria del Señor.
Y quiero dar una oportunidad también por último, si alguien en esta tarde ha venido y Dios le ha hablado en alguna forma a través de la adoración, a través de la predicación, a través del tiempo de intercesión que hemos tenido aquí adelante, o algo que Dios ha hecho en tu vida, y tu sientes que quieres entregar tu vida al Señor porque después de todo ese es el principio de todo éxito, tener a Cristo en nuestro corazón, tener esa electricidad que le va a dar vida y energía a todo lo demás.
Y si todavía tu no has entregado tu vida a Jesús y quieres en esta tarde iniciar un caminar con Cristo como tu respaldo y tu recurso número 1, te invito a aceptar a Jesús como Señor y salvador y a hacerlo en la manera en que lo prescribe la palabra del Señor, que es confesándolo con tu boca, confesándolo delante de los hombres, invitándolo a ser tu Señor y tu salvador. Y qué mejor manera que aquí entre tus hermanos, en la familia de Dios en este lugar sagrado y seguro donde tu puedes hacer tu pacto con el Señor en esta tarde e invitarlo a ser tu salvador y tu Señor.
¿Habrá alguien que quiera dar ese paso esta tarde? Y si no lo ha hecho antes te invito ahora a levantar tu mano dondequiera que tu estés y queremos orar por ti y ponerte en las manos de Jesús para que te vayas de aquí bien, bien preparado para emprender esa vida poderosa, esa vida creativa.
Si hay alguien que quiera hacerlo en esta tarde abrimos este momento para eso. Hacemos este espacio. Levanta tu mano o simplemente pasa aquí adelante y me encantaría orar por ti en este momento. Gracias Señor, esperamos en tu te damos gracias Jesús por lo que estás haciendo y por lo que vas a hacer. Amén.
Si no hay nadie… vamos a poner nuestra vida en las manos del Señor ahora. Yo les deseo un buen fin de semana en el Señor, que disfruten de su tiempo, descansen, tengan buenos tiempos y vamos a vivir esas vidas fructíferas, esas vidas creativas y emprendedoras en un Cristo que quiere que tengamos éxito en todas las cosas que emprendamos.
Padre, te adoramos, te bendecimos. Gracias porque tu eres el Dios de triunfos, eres el Dios de montañas que escalamos, eres el Dios de horizontes sin fin, eres el Dios que nos sorprende con cosechas mucho mayores de las que esperábamos. Eres el Dios que ha puesto todo el poder del universo dentro de nosotros, tenemos el espíritu excelente de Cristo Jesús.
Pedimos que nos ayudes a ver las posibilidades que encerramos dentro de nosotros con Cristo de poder. Bendigo a tu pueblo en este fin de semana, Señor, bendigo nuestra nación. Danos un tiempo especial en estos próximos días y todo lo haremos para gloria y honra de tu nombre, en el en el nombre de Jesús oramos y el pueblo de Dios dice Amén.