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Hermanos, les invito ahora a ir a la palabra del Señor en el Evangelio según San Lucas, en el capítulo 14 y quiero hablarles acerca de una vida radical, un compromiso radical con el Evangelio, con Cristo Jesús, una vida comprometida con el Señor. Uno de los valores de nuestra visión como iglesia es producir discípulos radicalmente comprometidos con el Reino de Dios.
La palabra radical muchas veces se asocia con la política, un radical es una persona revolucionaria, peligrosa, violenta. Pero en realidad la palabra radical es una palabra neutral, se refiere a todo lo que es fundamental, todo lo que es apasionado, todo lo que tiene que ver con raíces. De hecho, la palabra radical viene del latín radix, tiene una lección de etimología, radix que quiere decir raíz, de donde viene la palabra en español raíz. Se refiere a todo lo que va al fundamento, todo lo que es total, arraigado en algo.
Y Dios quiere un compromiso de raíz, un compromiso de corazón, una vida radicalmente comprometida con el Reino de Dios. A Dios no le agrada mucho la tibieza, Dios es sí y amén. Él es comprometido, él es radical en sus gustos. Y vamos a ver que el Evangelio tiene que ser vivido radicalmente.
Mientras veo aquí a mi hermano con su hijita, a riesgo de ponerlo en aprietos, un hombre que entró al Evangelio relativamente poco, yo creo, pero vino a la iglesia no hace tanto tiempo, un año. ¿Y cuánto hace que conoces al Señor? Un año. No creo estar equivocado entonces, es reciente en el Evangelio, pero esta gente, puede tener sus defectos como cualquier hombre lo tiene, pero lo importante es que a mí me encanta gente que viene al reino y uno ve enseguida su pasión por las cosas del Señor. Entran, comienzan a vivir la vida cristiana, los veo regularmente, los veo en movimiento, y siento que han abrazado, han metido las uñas en el piso, o las pesuñas. No es que te estoy llamando animal ni nada, pero como cuando uno de esos animales veloces agarra la tierra para coger impulso, así ellos han entrado en el Reino de Dios.
Y yo amo esa gente que son radicales, que están comprometidos con el Reino del Señor y Dios está haciendo cosas en su vida. Les falta mucho, como no, a todos nosotros, pero están dando la buena batalla. Han venido al reino para servir, para dar, para asumir una identidad, son soldados del Reino de Dios. Y eso es lo que Dios quiere de nosotros. Este sermón habla acerca de eso, porque es un valor bien importante del Reino de Dios, el compromiso. Somos discípulos, no somos meros feligreses que venimos a la iglesia el domingo con una piedad superficial. Dios no quiere eso de nosotros. Él quiere una entrega total del ser.
Hay un pasaje en el Evangelio según San Lucas que ejemplifica este valor del Reino de Dios. Yo quiero dejar eso en tu espíritu esta tarde. Hay mucho material y por eso quería comenzar bien temprano, porque hay mucho que quiero compartir con ustedes pero voy a ser razonable, como siempre lo somos, pero prepárese para recibir una palabra de parte del Señor. En Lucas, capítulo 14, versículo 25 dice lo siguiente:
“Grandes multitudes iban con él – es muy importante eso, el escritor dice aquí que había mucha gente que seguía a Jesús en el inicio de su ministerio, en el año de la popularidad, fue un tiempo en que el Señor sanaba enfermos, era la gran sensación ministerial en Israel, en Jerusalén, todo el mundo estaba como apegado a este joven predicador que hacía milagros y hacía grandes cosas, portentos, y mucha gente pensaba, ‘este es el que va a salir electo.’ Y todo el mundo quería seguirlo y pegarse a él porque pensaban, yo quiero estar cerca cuando lo pongan en el poder, quiero ser parte del gabinete de él. Y los discípulos muchas veces tenían ese mal entendido también.
Grandes multitudes seguían al Señor porque buscaban el beneficio pero no entendían lo que era seguir a Cristo verdaderamente. Y por eso el escritor dice que una gran multitud se fue con él, pero mire lo que dice, “y giró y les dijo – estoy leyendo de una traducción de Google Translate, porque esta mañana prediqué en inglés y no tuve tiempo de… así que si en algún momento comienzo a hablar en lenguas o parezco que estoy teniendo una crisis nerviosa, es que estoy leyendo de esta traducción muy imperfecta, pero voy a tratar de hacer sentido.
Entonces dice, “Grandes multitudes iban con él y volviéndose – el Señor tenía su forma de hacer las cosas. Mire, si a mí me siguieran grandes multitudes sabe lo que yo diría? No voy a decir nada que los moleste. Los voy a hacer sentir que todo está bien, qué bueno que están contentos, no voy a decir nada que les complique la vida porque quiero me sigan. El Señor hizo todo lo contrario, se volvió a ellos, yo creo que un poco impaciente porque en otro pasaje él les dijo, ustedes me siguen a mí por los panes y los peces.
“Él se volvió y les dijo, ‘si alguno viene a mí y no aborrece a su padre – ahí salieron como los muñequitos, se fue una cantidad de gente enseguida – y madre y mujer e hijos y hermanos y hermanas, y aún también su propia vida, – a ese momento quedaban 3 ó 4 en frente de él – no puede mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.”
Imagínese qué radical. Ahora, esa es la palabra del Señor, lo que pasa es que nosotros a veces ignoramos la naturaleza radical del compromiso del Evangelio y pensamos que si vengo a la iglesia y me visto bien y a veces un poquito imperfectamente también, ya yo cumplí. Fui a la iglesia, ponché mi tarjeta, me voy a mi casa y no tengo que volver hasta la próxima semana. Pero el Evangelio, el llamado al discipulado es algo radical, es algo completo, incluye una cruz, incluye compromisos, incluye una entrega del corazón. Y eso es lo que nos hace dignos de ser discípulos de Jesucristo.
“Porque quién de vosotros queriendo edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos a ver si tiene lo que necesita para acabarla.” Por qué el Señor puso esa imagen de una persona que tiene que calcular primero cuando va a hacer un edificio como este? Tenemos verdaderamente el dinero? Tenemos una congregación comprometida con Dios que pueda dar lo que se requiere? Tenemos un banco que nos preste dinero? Tenemos recursos que nos permitan terminar esto?
Ustedes no saben cuántos años de planificación para comenzar la construcción de este edificio, así como los otros también. Porque hay que contar el costo primero. Por qué el Señor les dice cuenten el costo primero? Porque entrar al Evangelio es algo que exige un compromiso y exige una vida, un estilo de vida y hay que medir. Estoy yo dispuesto verdaderamente a dar ese paso? Y yo creo que todos tenemos que decir, sí, Señor, con miedo, con temor y temblor, tenemos que entrar a las aguas. Pero hay que medir eso verdaderamente.
Ahora, entiende que si tu no puedes hacer eso, por qué no lo puedes hacer? Es importante que te hagas la pregunta. Entonces tienes que llegar a la conclusión, porque hay cosas que son más importantes para mí que el Reino de Dios. Y si es así entonces, imagínate, con quién estás haciendo un pacto en ese momento? Con alguien estás haciendo un pacto.
Yo estaba escuchando una canción en un CD de Bob Dylan, acaba de ganar el premio Nobel de Literatura, algo increíble, un cantante de música de protesta y de música folklórica, ganar el premio Nobel de Literatura. Bob Dylan conoció a Jesucristo, es judío, hace muchos años e hizo unas 3 grabaciones y hay uno que a mí me encanta. Es el primero en su primer CD y se llama ‘You’ve got to serve somebody.’ Búsquelo si usted puede. En su estilo inimitable, dice a alguien vas a tener que servir o al diablo o al Señor pero vas a tener que servir a alguien. Y él en su genio poético lo hace de una manera increíble. No es el himno normal que usted escucha en las iglesias. Es un artista, un poeta escribiendo, pero él lo repite una y otra vez, tu puedes ser un dirigente de una corporación o puede ser un pordiosero, pero vas a tener que servir a alguien. O sirves al diablo o sirves al Señor, but you’ve got to serve somebody.
Entonces, tu tienes que preguntarte a quién yo voy a servir. Si todavía no voy a servir al Señor, todavía voy a estar sirviendo al diablo y a la carne. Pero uno sí tiene que contar el costo del servicio cristiano porque no es cualquier cosa. Servir a Cristo no es vivir la vida fácil que tantos cristianos pensamos, es un compromiso. Y lo que yo quisiera que ustedes se fueran por lo menos con esa inquietud en su corazón de que usted tiene que hacer un cálculo, no sea que después que haya echado el cimiento no pueda terminar y quite su mano del arado y sufra pérdida. Porque la vida cristiana es una vida de compromiso y al final el versículo 33 dice:
“Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discípulo.”
Has renunciado tu a todo lo que posees? Siendo honesto, es más, ni yo mismo puedo decir que he renunciado a todo lo que posee y estoy predicando este sermón, imagínense. Hay muchos que han renunciado a mucho menos de lo que debieran renunciar. Pero la aceptación de Cristo y la entrada al Reino de Dios implica una renuncia también de muchas cosas.
Qué es lo que tu posees? Qué es lo que tu amas? Todo lo que tu consideras importante tienes que renunciar a ello. Ahora, cómo se renuncia? Lo que tu haces es una transacción interna, no es que ahora mismo tu vayas a tu casa y le entregues las llaves al landlord y digas, dejo a la mujer, los hijos, la casa, el trabajo, todo y me voy a ser un pordiosero, como hacen a veces los hindúes, y me voy a caminar desnudo por la calle encomendándome a la gracia de Dios. No. es una renuncia interior del corazón, de la mente, donde tu entregas las llaves de todo lo que tu tienes y todo lo que tu posees al Señor y le dices, Padre, ahora tu tienes el control y regrésame lo que tu quieras, pero yo no me pertenezco a mí mismo.
Cuántos hemos hecho esa transacción? Cuando un hombre o una mujer hace esa transacción Dios lo escucha y honra su petición. Yo se los digo por experiencia porque crecí en el Evangelio desde chiquito pero muchos años viví con un pie en el mundo y otro pie en el Reino de Dios, y el día que yo decidí entregarme radicalmente al Señor, es como que alguien prendió la luz. Increíble. Si yo sirvo al Señor hoy es porque Dios estaba esperando ese momento y todavía cada día tengo que dar más, no he llegado.
Pero cuando tu tomas en serio y renuncias el Señor escucha, es claro, y él acude con todo su poder y todos sus recursos a tu vida para hacer grandes cosas en ti. Una renuncia. Recuerdan la historia del joven rico? El joven rico era un hombre muy religioso, era diácono en la iglesia, de vez en cuando hasta predicaba, pero no tenía satisfacción interna porque no había renunciado a todo lo que tenía.
Y es lo que pasa, tu puedes venir a la iglesia muchas veces al año, navidad, en Easter, en diferentes cosas pero no has entregado tu corazón. Tu estás en la iglesia pero la iglesia no está en ti. Entonces, Dios conoce eso, y el diablo también lo conoce. El diablo porque es psicólogo, Dios porque conoce todas las cosas. Pero nos estudia y él sabe un hombre y una mujer comprometida y un hombre o una mujer no comprometida. Y entonces tu vida cristiana va a caminar conforme a esa transacción que tu has hecho.
El joven rico estaba dentro de la iglesia, un hombre de poder, influencia social, piedad, quería hacer las cosas buenas pero no tenía paz en su corazón. Oyó de Jesús que él tenía un llamado diferente para el pueblo de Israel, un día se acercó intempestivamente al Señor, dice que vino corriendo, se hincó, “Señor, qué tengo que hacer para ganar la vida eterna?” y el Señor le tendió una trampa, una zancadilla, le dijo, “Lo que tu tienes que hacer es guardar los mandamientos y ve a la iglesia regularmente.” Señor, pero si yo he hecho eso desde niño. Yo me conozco los mandamientos, yo sé el rosario, y sé el Padre Nuestro y todas esas cosas, yo conozco la Biblia.” Y él dijo, “Ah, bueno, está bien, pues si es así, una cosita te falta solamente, coge todo tu dinero, vete al ATM ahora mismo, saca todo lo que tu tienes, regálaselo a los pobres y ven y sígueme.”
Dice la Biblia que el muchacho pensó, guau, dejar mi dinero, dejar mi influencia, mi casa todo, y volteó la espalda y se fue triste a su casa tal y como llegó. Y después el Señor se volteó a sus discípulos y les dijo, guau, ven qué difícil es para un rico entrar en el reino de los cielos?
Y tu dirás, bueno, gracias a Dios yo no soy rica así que eso no me aplica a mí. No, todos somos ricos en algo, todos tenemos posesiones que no queremos entregarle al Señor, puede ser una relación que tu tienes que no es buena para ti, un trabajo, una práctica, un hábito, un rasgo de temperamento, algo hay en tu vida, una carrera, aspiraciones que tu tienes para el futuro, hay algo en tu vida, eres un buen bailarín y te gusta todos los sábados ir a la discoteca y allí te metes en problemas, pero eso es lindo porque todo el mundo te ve cuando estás bailando y dando tus vueltas ahí. Y cómo tu vas a dejar eso? te gustan las mujeres o los hombres, cómo tu vas a dejar eso?
Todos esos amigos que beben y que te dan un tiempo feliz, cómo tu vas a dejar eso? y entonces somos como el joven rico. Y el Señor está allí diciéndote, tienes que entregar. Ahora, él te dice eso y te dice, sabes qué? Te voy a permitir que pagues a plazos. Tu puedes ir poco a poco. Entra al Reino, pero entra sabiendo que Dios te va a cambiar, no entres creyendo que vas a guardar todas tus riquezas, porque tienes que renunciar a todo. En tu corazón tienes que renunciar.
Este joven no fue capaz de hacer eso y regresó a su casa triste, como muchos de nosotros regresamos los domingos cuando el pastor hace un llamamiento y yo digo, no, todavía no estoy listo. Te vas a tu casa derrotado. Hay que renunciar a muchas cosas. Este joven no pudo abrazar el llamado radical de Jesucristo, a renunciar a las cosas. La vitalidad y el gozo de la vida cristiana implican una renuncia a muchas cosas. Y de eso es que yo les estoy hablando. Mi sermón habla de este pensamiento, cualquier relación legítima con Dios tiene que comenzar con un compromiso radical, una sujeción total, un completo rendimiento del yo a los reclamos soberanos de Jesucristo y su reino. Amén.
Si usted entiende eso ya se puede ir a su casa. Cualquier relación legítima con Cristo implica una entrega total. El Señor no se conforma con dos terceras partes, 30%, todo tiene que estar entregado al Señor. Hay que entregarle una carta en blanco al Señor, con una firma debajo diciendo, escribe lo que a ti te de la gana en la historia de mi vida. Qué lindo quedó eso!
Dios se toma a sí mismo muy enserio. Para él es todo o nada, es que no hay nada más grande, más poderoso que Dios en el universo. Él se toma en serio y él demanda una entrega radical. Vemos esto en Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento, los grandes personajes que vemos en la Biblia eran hombres y mujeres de radical compromiso, de devoción total al Señor y estaban dispuestos a arriesgar vida, hacienda, reputación, influencia, estima de los demás, todo, para agradar al Señor.
Abraham estuvo dispuesto a matar a su propio hijo y dejó su tierra y su parentela. Daniel estuvo dispuesto a acarrearse la ira del hombre que él más respetaba que era el rey de Babilonia, él servía al rey de Babilonia, pero Daniel dijo, sabes qué, rey? Me encanta tu afecto pero no voy a adorar dioses ni voy a comer comida sacrificadas a demonios. Él estuvo dispuesto y Dios lo honró y lo bendijo grandemente.
La historia de la Biblia está llena de gente comprometida, dispuesta a arriesgarlo todo. Cuál es el primer mandamiento? Oye, oh Israel, el Señor nuestro Dios es uno y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Los 10 mandamientos son la esencia, el meollo de la iglesia y de la vida cristiana y entre esos 10 mandamientos que son la esencia, la esencia de la esencia es ese mandamiento, es el primero. Unir todas las facultades de nuestro ser, todas, y dirigirlas hacia ese trono soberano de Dios y Cristo Jesús. Amarlo de todo corazón, toda alma, toda fuerza.
Cuántos podemos decir? nadie. Pero eso es lo que Dios exige de nosotros, una entrega total del ser, por eso está ahí como el primer mandamiento. Los grandes héroes de la fe – léase Hebreos 11 – esos grandes hombres y mujeres de la fe eran creyentes radicales, fueron aserrados, torturados, perseguidos, muchos de ellos vivieron vidas miserables. Otros tuvieron grandes victorias, pelearon contra gigantes, David. Derrotaron gente malévola como Ester. Ganaron la vida suya y de sus familias como Raab, la prostituta que aceptó al Señor y defendió a su familia. Todos estuvieron dispuestos a arriesgar algo, todos se entregaron al Señor y por eso entraron en el panteón, en el salón de la fama de la fe, porque lo que los distinguía era un compromiso radical.
Pero ese compromiso tiene… por qué ponen esos hombres allí? Porque se supone que ellos sean modelos para nosotros imitar. Ellos son simplemente modelos inspiradores pero no pueden ser modelos si nosotros no los inspiramos a ellos. No establezcamos una barrera como artificial y digamos, no, esos son ellos, gloria a Dios. Amén, bendícelos Señor. No. eso quiere decir, yo tengo que ser como ellos. Yo tengo que vivir así radicalmente.
Hay gente por otra parte que no son comprometidos, son gente de doble ánimo, y dice la Biblia que el hombre de doble ánimo, la mujer de doble ánimo es como las olas del mar que son movidas de un lado para el otro, hojas que son movidas. Dice, no piense quien tenga ese tipo de actitud que recibirá cosa alguna del Señor, eso está en Santiago, léalo para que usted vea. Yo soy Roberto Santiago, eso sí, pero eso es Santiago que lo dice.
Dice, oh, almas de doble ánimo no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios. Por qué no recibimos lo que pedimos? Porque tenemos doble ánimo. El Señor quiere gente radicalmente comprometida. El papá de Josafat, uno de los reyes más famosos de la Biblia, Asa, era un hombre de doble ánimo. Al inicio de su reino Dios hizo una obra tremenda y lo libró de un gran enemigo. Años pasaron Asa perdió su fe y un día vino otro gran enemigo y estaba rodeando su ciudad, Judea, y Asa se olvidó de lo que Dios había hecho y buscó una alianza con un rey pagano y sacó el tesoro del templo y se lo entregó a este rey para que lo defendiera y él salió de su apuro. Este rey, como le pagaron, lo defendió y él dijo, uh, me libré de esa.
Cuando venía un día para su palacio lo más tranquilo se le apareció un profeta y le dijo, mira, tu no sabes que los ojos de Dios miran toda la tierra, recorren toda la tierra para ver a aquellos de corazón perfecto para con él, para mostrarse fuerte a su favor. Y ahora tu has cometido una locura porque en vez de ese llamado firme, esa entrega al Señor, estableciste alianza.
Muchas veces nosotros establecemos alianza con el dinero, con la sociedad, muchas cosas, y buscamos defensas, dejamos de ir a la iglesia, dejamos de servir al Señor, hacemos compromisos con el mundo y salimos del aprieto pero el Señor nos ve. Y entonces seguimos peleando las mismas batallas porque no hemos acudido a aquel que verdaderamente requiere nuestra alianza.
Asa era un hombre de doble ánimo. Pero miren lo que dice aquí, “los ojos de Dios contemplan toda la tierra para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él.”
En ese texto hay 2 enseñanzas, uno, la persona de doble ánimo no va a recibir nada del Señor, pero hay el lado inverso, el corolario de ese principio y es que Dios muestra su poder a favor de los que tienen corazón perfecto, corazón radicalmente comprometido con el Señor.
Si tu quieres experimentar la gloria de Dios, el poder de Dios moviéndose a tu favor, comprométete, entrega tu vida, zambúllete en las aguas. Muchos de nosotros en este servicio queremos a Dios moverse poderosamente. Quizás hay ataduras en tu vida, quizás estás pasando por una situación difícil financiera, de salud, matrimonial, tus hijos, tu carrera, tus estudios, yo he aprendido que todo comienza entregándonos al Señor, haciendo un compromiso, trabando mano con él y entonces él se convierte en nuestro ayudador, nuestro fortalecedor, nuestro guerrero, nuestra bandera, nuestro defensor, nuestro representante, nuestro manager.
Y no hay nada como vivir esa vida administrada por la gracia de Dios. Entonces, la palabra del profeta se hace real en tu vida porque la senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto. Se tomará 30, 40, 60 años pero tu vida irá en ascenso. No tendrás que volver a construir tu casa después de cada tormenta porque estará sobre un fundamento sólido que es la palabra del Señor. Alíate radicalmente con el Señor y verás su poder manifestarse a tu favor. Entenderás entonces lo que es verdaderamente el Dios que cumple sus promesas.
Muchos de nosotros no experimentamos el gozo del Señor, el poder del Señor, porque Dios está esperando a que nos levantemos y digamos, Señor, si perezco que perezca pero voy a poner todos mis recursos en tus manos, y voy a ver si verdaderamente tu eres Dios o no. cuántos de nosotros hemos tomado todas las fichas que tenemos y las hemos recogido encima de la mesa y decimos, Señor, apuesto a ti, y lo echa todo delante de él. Cuando tu haces eso ángeles acuden enseguida para cubrirte con sus alas y se oye desde el Reino de Dios, estaba esperando a que hicieras esto para venir a tu ayuda y a tu favor.
Hay un sacrificio, una entrega que hay que hacer para que el poder de Dios se manifieste en nuestras vidas. Yo quiero comprometerte con eso. Rápidamente voy a tomar estos minutos que me quedan para dibujar un perfil de cuáles son las características de una persona. Ya las he dicho en una forma en código, pero ahora las voy a resumir así.
Si yo tuviera que pintar un perfil, un retrato de un hombre, una mujer radicalmente comprometida con el Señor, cuáles son las características? Y cada vez que yo mencione una ese perfil se irá haciendo más y más real y yo quiero que tu compares estas características con tu vida.
Número 1, si tu eres un hombre o una mujer radicalmente comprometida, un discípulo, una discípula, tu vivirás un estilo de vida que honra a la palabra de Dios y sus mandamientos. Tu buscas santidad personal, el favor de Dios el Señor en todo lo que tu haces. Tu buscas la aprobación del Señor. Estás comprometido, una vida de santidad. Y cuando yo menciono esa palabra todos temblamos. Yo tiemblo porque es una vida de compromiso con los principios, los mandamientos del Señor. Tu tienes deseo de vivir santamente, agradablemente delante de Dios.
La vida cristiana radical requiere un compromiso con el Señor. En Lucas, capítulo 6, versículo 46, el Señor dice, “¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo os digo?” el Señor estaba harto de gente que le decía, oh, sí, Señor, pero no entendía lo que quería decir la palabra Señor. Eso quiere decir, tu eres el dueño, tu eres el soberano, tu eres el gobernante, yo voy a hacer lo que tu mandes. Tu vida está [inaudible] a los principios del Reino de Dios. Tu quieres más, nadie llega a ese punto en toda su vida completamente, pero tu eres una persona que estás en búsqueda de la santidad, estás en búsqueda de una vida comprometida con el Señor, una vivencia que agrade al Señor. Y estamos todos tratando de hacer lo mejor con la ayuda del Espíritu Santo para agradar al Señor.
Y si tu no lo has logrado, enfatizo eso, el Señor trabaja contigo, pero Dios quiere que tu tengas ese deseo, ese moverte en esa dirección. Santidad, un estilo de vida que honra la palabra de Dios. Lucas 6:46 – apunten esos pasajes y después estúdienlos.
Número 2. Si tu eres una personalmente radicalmente comprometida con el reino la Biblia, digan todos la Biblia, es la base de tu vida, el fundamento de tu vida. Tu estudias la palabra con diligencia y sabes que esa palabra es sagrada y es la fuente de tu energía. Porque cómo vas tu a saber los mandamientos, cómo vas a tu poder alinear tu vida con Dios que es la primera característica que mencionamos, si tu no conoces la palabra del Señor. Allí están los derechos y las responsabilidades de un creyente. Los cristianos maduros que yo conozco adoran esa palabra, la aman. Su Biblia es un arma muy poderosa en sus manos. A un soldado se le enseña cómo montar y desmontar su arma y hay muchas imágenes de gente…
Interesantemente hubo un representante de la casa de representantes ganó hace poco las elecciones, sabe cómo las ganó? En este tiempo de nacionalismo y patriotismo aquí en Estados Unidos, él había sido soldado cuando más joven y en un anuncio de su campaña le pusieron una venda en los ojos y él desarmó un rifle con los ojos cerrados y volvió y lo armó rápidamente. La gente dijo, guau, este hombre es un patriota, un soldado que quiere servir a su patria y dio un ejemplo de haber sido un hombre comprometido como soldado. Eso le ganó mucha aprobación de parte de mucha gente y ganó su campaña basada en ese anuncio político. Claro que… pero indicaba algo.
Lo que pasa es que un soldado tiene que conocer su arma muy bien y tiene que poder armarla, desarmarla, si le tranca, si se mete en el agua y no quiere funcionar. Es su vida. A un soldado se le enseña, se le cae el rifle en un ejercicio y lo meten preso casi porque ese rifle es sagrado, es su vida. La Biblia es eso para ti y para mí. Tu tienes que conocer la palabra del Señor.
Cuántos de nosotros pasamos tiempo estudiando la Biblia, conociendo la palabra de Dios? Hermano, yo quisiera volverme en un ocho aquí, hacerme un acróbata, hacer algo para señalarle lo importante que es que conozcan la palabra de Dios. Estudie la palabra del Señor. Conviértase en un asiduo estudiante de la palabra del Dios.
Yo les decía a mis hermanos acerca de nuestra madre que murió hace varios años, y yo tengo el privilegio de tener la Biblia que ella usaba hace años cuando era joven. Marina quizás no sabe eso y me la va a pedir porque yo me la robé, o Nancy que está por aquí también, pero yo la tengo en mi casa y a veces la mira, desencajadas las páginas de la espalda de la Biblia, subrayada por todas partes. Yo decía para qué la subraya si ya todo está subrayado, y la idea es que lo subrayo para saber lo que es importante. Rojo, amarillo, negro, blanco, oraciones escritas al margen. La biografía de mi madre está en esa Biblia. Y es una de varias que ella usó porque las desgastaba a través de su vida.
Hermanos, jóvenes, otros, no puedes ser un cristiano poderoso si no conoces la Biblia. Yo se los digo, memorícese las escrituras, déjala que viva dentro de ustedes, que se convierta en una energía ciega, que se mueva dentro de usted y configure su mente. La palabra de Dios es viva y eficaz. Sabe usted que yo creo que la palabra de Dios es hasta consciente, tiene consciencia, es el corazón de Dios vertido en conceptos racionales, pero es viva, y cuando usted la ingiere ella se mueve dentro de usted y configura su carácter, su personalidad a ella porque ella es poderosa. Métasela adentro. Estúdiela, conózcala porque esa palabra va a hacer una obra transformadora en su vida. Dios está cansado de cristianos que no conocen su rifle. La Biblia es la base de su vida.
Número 3. Como cristiano radical usted vive para servir al Señor y para avanzar los intereses de su reino. Usted está radicalmente comprometido con el Reino de Dios, su vida existe para avanzar el Reino de Dios. Y todo lo que usted tiene, todo lo que usted es tiene valor y justificación porque usted lo está invirtiendo en el Reino de Dios. Si hay algo en el Reino de Dios que demanda sus recursos, usted lo da. Usted sirve. Acabamos de honrar a la hermana Sonibel y su familia porque son gente que ejemplifican eso, trabajan para vivir, no viven para trabajar. Trabajan para servir al Señor.
Cuando tu estás en esta mentalidad todo lo que tu tienes y lo que eres existe para ser un recurso para el Señor. Si tu tienes algo de valor tu lo inviertes en el Reino de Dios. Tu estás en el mundo y tu haces cosas pero es porque simplemente tienes que hacerlo pero tus intereses mayores están en avanzar el Reino de Dios. Tu eres un peregrino y un extranjero en esta tierra y tu usas las cosas del mundo livianamente porque hay que hacerlo, pero tu interés, tu lealtad está en el reino del Señor.
Tu no tienes, esto es mío y esto es de Dios. Todo es de Dios. Y tu estás dispuesto a invertir todo para el avance del Reino de Dios. Ojalá y tuviéramos tiempo. Mateo 6:33 dice, “buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas serán añadidas.”
Cuando tu existes para el Reino de Dios, Dios te da todo lo demás. Viene sin dolor porque Dios se convierte en tu gran ayudador y representante. Vives para servir al Señor.
Número 4. Y esto está unido a ese pensamiento, tu vida no es tuya, ni existe ya, tu estás escondido en Cristo Jesús. Eso está en Colosenses 3:3. Tu moriste al mundo. La palabra de Dios dice, “si el grano de trigo no cae a tierra y muere queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.”
Hay que morir para vivir. Hay que dejar para recibir. Hay que dar para tener. Hay que abandonar para entrar en riqueza espiritual. Hay que morir para poder ser verdaderamente un árbol que de fruto en el Señor. Tienes que morir a tus apetitos, lealtades, sueños, anhelos, prioridades, y ya tu moriste. Tu eres un muerto en vida. Este lugar debe estar lleno de muertos en vida, en el mejor sentido de la palabra. Somos muertos que vivimos como Cristo Jesús. Mi vida no existe por eso dice, “ya no vivo yo, más Cristo vive en mí.” Pablo podía hablar de eso porque él lo había dejado todo y había tenido que reinventarse a la luz de la palabra del Señor como hombre. Tu vida no es tuya, está oculta en Cristo. Habéis muerto, vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Muchos de nosotros estamos demasiado vivos, ese es nuestro problema. No hemos muerto lo suficiente. Cuando tu mueres entonces vives, te conviertes en un arma peligrosa para el Reino de Dios. Cada uno de estos principios podríamos predicar un sermón acerca de ellos. Son profundos. Pero tu vida está escondida en Cristo Jesús.
Número 5. Primero, tu estilo de vida responde al Señor. Dos, la Biblia es la base de tu vida. Tres, vives para servir al Señor y avanzar los intereses de su reino. Cuatro, tu vida está escondida y está perdida en Cristo Jesús. Número 5, el mundo y lo que tu tienes para ofrecer es de importancia secundaria, parecido, pero quiero aislar ese principio.
Lo primero era que tu vida tiene que morir, ahora, el mundo se desvanece también y ya no tiene el poder que tiene en muchos de nosotros. El mundo viene a ser secundario. Esa hermosa canción que la cantamos en los funerales pero que no fue hecha para cantarse en funerales, “no puede el mundo ser mi hogar, en gloria tengo mi mansión, no puede el mundo ser mi hogar.” Y la cantamos para los muertos en vez de decir para los vivos también.
La Biblia dice que somos extranjeros y peregrinos. Estamos de pasaje en el mundo. el mundo ya ha perdido su atracción. Nuestro apetito por el mundo, las cosas del mundo, los intereses del mundo ya se va desvaneciendo cada día más y más y vivimos como ciudadanos de la eternidad del Reino de Dios. El dinero, el placer, el éxito, la influencia social, las relaciones humanas, vienen a ser totalmente secundarias.
En Santiago capítulo 4, en el versículo 4 tenemos un pasaje, “Oh, almas adúlteras, no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?” usted ve algo como un tema constante en esto. Dios es radical. O estás conmigo o estás contra mí. O me sirves o desparramos. Así dijo el Señor una vez, “el que no sirve conmigo, desparrama.” El Señor es blanco y negro, sí o no, y es así, él es binario. Estás o no estás, o estás conmigo o estás contra mí. O estás con el mundo o estás con mi reino.
“Oh, almas adúlteras, no saben ustedes que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera que quiera ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios.” Una persona madura, comprometida en el Señor, es una persona que ya el mundo lo coge o lo deja. Viene el alcalde aquí a la iglesia, y amén, qué bueno que está acá, hermano Dios le bendiga, vamos a orar por usted, gracias, hasta pronto. Vamos a adorar al Señor ahora. Apreciamos nuestras autoridades, pero eso ni nos da calor ni nos da frío porque nadie ocupa el lugar del Señor.
Si ustedes me ven alguna vez saludando a alguien aquí arriba o que viene aquí, no se atreva a pensar por un momento que esa persona tiene mucha importancia ni para mí ni para esta iglesia, sabe, porque nosotros no adoramos a los hombres ni le damos pleitesía a ningún hombre sinceramente. A mí ni me hace ni frío ni caliente, sinceramente, porque al único que honramos es al Señor, al rey de reyes y Señor de Señores. Así que no se moleste porque venga aquí arriba ni que sea… que no represente sus valores o lo que sea, esa gente ni siquiera pisa la alfombra. Hay una capa entre la alfombra y sus pies porque nosotros servimos al Reino de Dios.
El mundo pasa y sus placeres pero lo que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Entienda eso. El mundo no importa para nosotros importa Cristo. Trabajamos, ganamos dinero, la gente viene y nos rinde pleitesía, eso nos resbala. Si no le gusta también nos resbala porque el mundo y los hombres… le pasa a uno como pastor muchas veces también. Pero no nos dejamos influenciar porque el mundo ni los hombres ni nadie tiene ese poder para como marionetas que a nosotros nos afecte lo que ellos piensan. El mundo pierde su brillo. Te has despegado, te has desconectado y desenchufado del mundo.
Sexto. Tu estás en una constante búsqueda personal de perfeccionamiento espiritual. Están en constante proceso, en constante ir hacia algo buscando ser más y más como Cristo. Una persona radicalmente comprometida quiere que su vida más y más se conforme a la persona de Jesús. La palabra habla de que somos transformados poco a poco, de que nuestro rostro va reflejando más y más el rostro de Jesús a fuerza de mirarlo a él, nuestra vida se va coloreando con la perspectiva de Jesús, a fuerza de estudiar la palabra, repetir las mismas verdades a través de toda nuestra vida, de glorificar a Jesús, de pedir que su corazón se haga nuestro, de orar en muchas maneras, poco a poco vamos cambiando y nos parecemos más y más a Cristo. Y entonces estamos en continuo proceso.
El cristiano que se – Gregory mencionó en su sermón, camarón que se duerme se lo lleva la corriente, el domingo pasado. Es así. Mira, si tu dejaste de fluir en el Evangelio, estás muerto. Todo en el universo fluye y palpita, la galaxia se expande continuamente, los planetas giran alrededor de sus soles a miles millas por minuto, y giran alrededor de sí mismos también y dentro de sí mismos palpitan con la vida de los átomos que los componen. El cuerpo humano, la sangre no deja de fluir, el corazón no deja de palpitar, tu no dejas de aspirar y expirar el aire, tus pulmones están siempre contrayéndose y expandiéndose. Todo en el universo palpita, se mueve. El cristiano tiene que ser igual, tiene que estar en continuo proceso.
El cristiano que se durmió sobre sus laureles y vino a la iglesia a sentarse aplatanado, no, no se puede. Tu tienes que estar inquieto. Señor, cómo puedo servirte más? Cómo puedo ser más como Cristo? Cómo puedo despojarme de estas cosas que me asedian? No está contento, está siempre en flujo, conociendo más de la palabra, buscando qué hacer en el reino, inquieto, eso es parte de la vida de un creyente. Estar en continua búsqueda personal y espiritual de ser más y más como Cristo.
Romanos 12, versículos 2 al 4: “No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación continua de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál sea la buena voluntad agradable y perfecta de Dios.”
Lo que decíamos antes, quieres tu confirmar la voluntad perfecta de Dios? No te conformes a este mundo sino sé transformado continuamente, perpetuamente, estar en proceso, renovándote, conociendo más, aprendiendo más, sirviendo más, dando más, muriendo más, y el Señor entonces se va haciendo más poderoso dentro de ti y a favor de ti. Búsqueda constante de la perfección espiritual y la configuración más y más conforme a Jesucristo.
Primera de Pedro 2:9 nos entrega otro principio. Usted como cristiano comprometido con el Señor no se avergüenza del Evangelio, como dice Pablo, “porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.” Usted no se avergüenza de Cristo delante de los hombres, al contrario, usted es un testigo. Ahí está lo que yo quiero configurar, que usted es un testigo de Jesucristo, usted testifica acerca de su fe, usted desea apasionadamente llevar a otros al conocimiento de Cristo. Usted está dando fruto.
La Biblia dice que somos apartados para que demos a conocer el poder del Evangelio para dar gloria a aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, para darle fruto, para anunciar el Evangelio, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Estás tu testificando de Cristo? Estás trayendo a otros al conocimiento de Jesús? Estás tu inquieto por traer? Cuántos de nosotros hemos traído familiares? Cuántos de nosotros hemos dado a luz un solo cristiano adicional? Y si no vamos a pedirle al Señor, comienza a orar por alguien, por tu jefe sangrigordo, por tu esposo que necesita salvación, por tu vecino de al frente, por tu colega que te hace la vida difícil cuando están ensamblando una pieza en el cinturón de ensamblaje en la fábrica, lo que sea.
Ora. Trae a alguien. Invita aunque sea a alguien a la iglesia o pregúntales que si tu quieres que tu ores por él y si quiere aceptar a Cristo ahí mismo. Lo peor que te puede decir es no, pero quizás le diste un golpe central y se va a desangrar poco a poco y va a tener que venir al Reino de Dios en algún momento.
Vamos a servir siendo testigos. Un creyente da fruto. El Señor nos puso para que diéramos fruto. El Señor asimismo lo dice, “los he puesto para que llevéis mucho fruto y vuestro fruto permanezca.” Si tu no estás dando fruto no estás haciendo lo que se supone que tu hagas en el Reino de Dios.
Y la familia de la fe es importante, Gálatas 6:10. Cuál es la familia de la fe? La iglesia. Yo les digo sinceramente mis hermanos, para mí es mucho más importante los hermanos de la fe que mi propia familia biológica, gracias a Dios que la inmensa mayoría ya conocen al Señor, pero mi lealtad es con la familia de la fe principalmente. Yo no tengo nación, no tengo familia biológica, mi familia es el Reino de Dios y los que aman al Señor, sinceramente. Eso puede sonar escandaloso.
Recuerden lo que dijo el Señor Jesucristo, “si usted no aborrece a su padre y a su madre,” quiere decir, si usted no los tiene en tal carencia de importancia que pareciera que los aborreciera, no puede ser mis discípulo. El cristiano comprometido transfiere su ciudadanía al Reino de Dios. Usted ya no es caribeño, centroamericano, sudamericano, negro, blanco, rico, pobre, usted es un miembro del Reino de Dios y cualquiera que es miembro del Reino de Dios es su hermano y su familia y usted existe para avanzar a su familia. Usted es leal a su familia, usted defiende a su familia.
Su iglesia local donde usted milita se convierte en su fuerte, su fortaleza, su punto de apoyo. Usted apoya sus proyectos, usted apoya sus reuniones, usted viene el domingo no solamente porque es de bendición para usted sino porque su iglesia necesita verlo acá, porque si usted falta, su ausencia se siente porque su iglesia es el destacamento que Dios está usando para hacer una obra de la cual usted es miembro y usted tiene que apoyarlo para que ese destacamento tenga todo lo que necesita para hacer la obra del Reino de Dios. Amén.
Por eso es que usted tiene que ser fiel, no solamente al reino sino a su iglesia. Eso es así. La Biblia dice, en Gálatas 6:10 que busquemos primeramente lo que es para la familia de la fe. Dice aquí, “así que según tengamos oportunidad hagamos bien a todos y mayormente a los de la familia de la fe.” Mire eso. Haga todo el bien que usted quiera, pero primeramente a su familia.
Hay hermanos que dicen, no, porque yo mando mi diezmo a mi iglesia en Puerto Rico, en Santo Domingo, que lo necesita, pero está comiendo de aquí, perdone que sea así, es ya la hora, quizás yo tengo hambre y estoy un poquito molesto. Mire, su prioridad es aquí. Ahora si usted quiere también enviar a otro lugar, gloria a Dios, pero eso es aparte. Su lealtad es con la familia de la fe aquí. Es así, hermanos. La teología se las doy el domingo que viene si usted quiere, pero ahora simplemente acepte lo que yo estoy diciendo porque hay necesidades aquí también y usted se alimenta de esta familia.
La familia extendida también hay que dar. El cristiano tiene que ser generoso en muchas maneras, pero uno tiene que servir donde usted come, donde usted recibe, para que ese lugar pueda ser mejor para sus hijos y pueda hacer la obra del Señor. La familia de la fe. Yo sé que ahí perdí a un 10% de ustedes pero está bien.
Y el penúltimo, usted tiene una vida devocional fuerte. Usted ora y alaba regularmente por su cuenta y busca la plenitud del Espíritu Santo en su vida. Tiene una espiritualidad contagiosa, vibrante. Efesios 5:18 y 19 dice la Biblia “no os embraguéis con vino sino sed llenos del Espíritu Santo alabando al Señor y sirviéndolo en todo tipo de actividades religiosas,” esa es la traducción Miranda.
Dice, “no es embraguéis con vino en la cual hay disolución, antes bien que sed llenos del espíritu hablando entre vosotros con salmos, himnos, cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo al Dios y Padre en nombre del Señor Jesucristo. Una vida devocional fuerte.
Cuántos de nosotros oramos durante la semana? Cuántos leemos la palabra del Señor? Cuántos sacamos tiempo para derretirnos delante de Papá? Esos son los momentos más ricos de toda la semana, cuando usted está allí embebido como María, contento de que el Señor haya entrado a su sala y está allí viendo al Señor y amándolo y adorándolo, y él encantado de sus balbuceos enamorados.
Cuántos leen la palabra, adoran al Señor, cantan, aunque sea desafinado? No se preocupe, cuando llega allá arriba está perfectamente sanitado. Una vida devocional, cantando siempre, alabando al Señor. Tu no puedes venir a la iglesia y pensar que aquí te vas a alimentar como debes, tiene que ser en tu casa. Aquí venimos para darle al Señor el fruto de nuestra adoración durante la semana. Es así.
Y por último, diga gloria a Dios, amén, Aleluya! Si tu eres un cristiano radicalmente comprometido con Dios el amor de Cristo se expresa a través de tus relaciones con los demás. Sabe por qué puse esto al final? Porque el Señor una vez le preguntó a un hombre, cuál es el mayor mandamiento de todos? Y el hombre le dijo, amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón y toda tu mente y a tu prójimo como a ti mismo. Y el Señor dijo, guau, se ve que conoce la Biblia, porque no se quedó en lo vertical solamente, sino también en lo horizontal.
Cuando tu eres un hombre o una mujer tocada radicalmente por el Reino de Dios tus relaciones humanas reflejan el amor de Cristo. Eres un padre amoroso, no perfecto pero amoroso, eres una madre entregada, no perfecta, pero entregada. Eres un esposo amable que sirves a tu esposa y viceversa. Eres un trabajador que testificas con la calidad de tu servicio que tu compañía o a tu firma, de que tu eres un hombre o una mujer de Dios. Das 8 horas de trabajo por 8 horas de paga. Eres un buen amigo, no hablas mal de los que confían en ti. Expresas el amor de Cristo con parte de tus bienes, tu tiempo, visitas a los enfermos.
Termino con una ilustración. Esta mañana en el servicio de las 9 vinieron 4 norteamericanos. Nunca habían venido a nuestra iglesia, yo los conozco hace muchos años, los veo porque soy miembro de una junta directiva de Gordon College y uno de ellos es trustee, está en la junta directiva, y otro ha sido un funcionario de esa organización. Y el Señor los movió a venir a la iglesia en esta mañana, uno es un pastor retirado de muchos años, ilustre pastor aquí en la ciudad de Boston y sus alrededores.
Y vinieron a la iglesia a visitarla. Me agarró de sorpresa. Y yo dije, guau, debí haber estudiado mejor mi sermón esta mañana. Al final yo tuve la oportunidad de saludarlos y me miraron con el mismo asombro con que miró otra mujer que vino hace 2 domingos a la iglesia también, de la junta directiva, a visitar la iglesia, y el sentido de admiración por esta congregación. Y digo eso para animar su corazón, porque me dijeron, “Roberto, nos vamos bendecidos en muchas maneras y lo que más nos conmovió es la amabilidad y el amor de este pueblo y la atención que se ve a las personas, a la dignidad de las personas.”
Y alguien dijo, sabe qué? Comenzamos a sentir eso desde que veníamos del estacionamiento porque gente nos saludó en el camino hacia acá. Ahora arrepiéntete si alguien cerró demasiado tu carro, lo que falta es que se de una pelea muchas veces. Hermanos, gracias, pero sepan que nuestra iglesia tiene muchas arrugas también, no somos perfectos, estamos lejos. Porque hay que hacer esa advertencia.
Pero qué lindo cuando gente viene y lo dicen continuamente. En esta iglesia hay algo y qué bueno que son de diferentes… ellos vieron afroamericanos, blancos, desteñidos, vieron homeless, vieron gente de dinero, otros pobres, lo que sea, y dicen, y todos en armonía. Eso los conmovió. Lo que los conmovió fue el amor que vieron y eso no es excepcional, por eso es que tenemos que preservar eso, hermanos. Muérdase la lengua antes de usted hablar de una manera indebida, de murmurar de un hermano, de desacralizar este hermoso lugar con una palabra deshonesta, ofensiva al Señor acerca de alguien, lo que sea. Mire, mejor pierda lo que tiene que perder, pero no mancille la integridad de esta sagrada familia, ensuciándola con actos carnales. No, vamos a defender porque las relaciones humanas son tan importantes.
Lo horizontal es tan importante como lo vertical. Que Dios permita que nosotros cada día crezcamos más en ser más como Cristo Jesús en el trato de los demás. Que el fruto del Espíritu Santo que es bondad, amor, paciencia, paz, gozo, benevolencia, buenos sentimientos, Gálatas 5:20 a 22, que el fruto del espíritu se manifieste. Si tu eres un cristiano verdaderamente comprometido con el Reino de Dios tu vida, tus relaciones humanas van a reflejar eso.
Que el Señor nos ayude a ser más y más como Cristo. Amén. A leer su palabra continuamente, a adorarlo, morir más al yo, despegarnos más y más del mundo, anunciar el Evangelio, dar fruto, dar todo lo que tenemos en nuestro tesoro al Señor, etc. eso es lo que Dios quiere de nosotros.
Ayúdanos Señor a ser cristianos radicales. Baja tu cabeza un momento. Y re entrega tu vida al Señor. Y si tu no has dado tu vida todavía a Cristo Jesús por qué no lo haces ahora mismo también. Abrimos este momento también, si alguien quiere poner su vida en las manos de Jesús yo te invito a hacerlo ahora y nos encantaría orar por ti. Yo sé que es un poquito apresurado y por eso no me gusta llegar a este momento tan apresurado, pero amén.
Los niños están entrando a sus salones, pero si hay alguien que quiera entregar su vida al Señor póngase de pie y alguien que acuda a su favor o aquí mismo. Si quieres entregar tu vida al Señor y no lo has hecho antes, quieres poner tu vida en las manos de Cristo, quieres dar ese paso de fe, entregarte, comprometerte con el Señor te invito a hacerlo ahora mientras yo espero un momentito más, si quieres hacerlo ponte de pie y vamos a orar por ti.
Y si no quiero que cada uno de nosotros salga de aquí con aunque sea uno de esos 10 pensamientos en su mente arraigado. Te ha hablado Dios en alguna manera? Te has preguntado, soy yo un cristiano que puedo servir a Cristo porque estoy haciendo lo que él dice? Estoy yo llenando ese cometido, el perfil de ese creyente, de ese siervo, esa sierva de Dios? Puedo yo decir sí, yo no lo lleno ciento por ciento, pero un 80, un 75% y el otro 25 que me falta quiero llegar lo más cerca posible antes que me muera.
Entrega, compromiso al Señor. Yo quiero que te vayas inquieto en esta tarde, inquieto y tranquilo también. El Señor te acepta tal y como eres, pero él quiere mostrarse poderoso a tu favor al tu unificar tu corazón ante el Dios que ya está unificado en sí mismo. Te bendigo en el nombre del Señor.
Padre, nuestra iglesia, permite que esta palabra bañe esta congregación, que la brisa del contenido de esta palabra sople ahora y peine cada lugar y me incluyo a mí en eso, Padre, báñanos con tus valores. Queremos ser un pueblo agradable a ti y renunciamos a todo amor extraño, a toda pasión que no sea la tuya, a toda lealtad que no sea la tuya, a toda práctica que no sea la que tu apruebas, a todo aprecio de cualquier cosa que no sea lo que tu aprecias, Señor.
Estamos muy lejos de lo que hemos predicado pero lo abrazamos como la meta, el blanco, la visión a obedecer y decimos amén en nuestros corazones. Ayúdanos a llegar, Padre, a ser ese pueblo que te agrade por su corazón comprometido. En este día amarro a mi pueblo, Señor, a los valores de tu reino. Nos amarramos con lazos de amor y de vida a los valores de tu reino. Queremos ser instrumentos en tus manos, Padre.
Esta iglesia desea ardiente, desesperadamente ser un arma en tus manos para el avance del Reino de Dios en esta ciudad. Ayúdanos a hacerlo, Padre, hay tanta necesidad. Aquí estamos ofreciéndonos. Henos aquí, envíanos a nosotros y prepáranos a nosotros, Padre. Te glorificamos, gracias por toda la vida que se ha manifestado en esta reunión esta mañana, en este lugar, Padre, en las reuniones que se han dado paralelas a esta en esta iglesia y en esta ciudad y todo lo entregamos a ti, Señor, para tu gloria y tu honra en el nombre de Jesús. Y el pueblo de Dios dice amén. Les bendigo en el nombre de Jesús, mis hermanos, en paz váyanse. Amén.