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Hemos venido aquí en este día para hacer algo que yo creo que se convertirá en una tradición en el mejor sentido de la palabra y es aprovechar este fin de semana de acción de gracias para traer una ofrenda especial al Señor, qué lindo es cuando las familias, los individuos vienen a la Casa del Señor y como que se dan la mano a través de siglos y siglos para traer una ofrenda, un sacrificio de alabanza al Señor como lo hacían los antiguos hebreos en los tiempos del Antiguo Testamento.
En muchos países del mundo el tiempo de la cosecha es un tiempo de gratitud como lo fue por ejemplo para los peregrinos cuando vinieron a esta nación allá en Plymouth, y a través de los años pues las generaciones, las naciones y las aldeas inclusive han celebrado durante el tiempo de la cosecha porque eso significa provisión y abundancia, y esperanza para el futuro también.
En ocasiones anteriores yo he hablado con ustedes acerca del llamado de Dios a nuestra Iglesia para hacer una presencia evangelística y una presencia profética en la ciudad donde estamos, y Dios nos ha llamado también a hacer una presencia de vida, de transformación, de renovación y de servicio a nuestra comunidad. La presencia del alcalde esta mañana es en un sentido parte de esa expresión de reconocimiento de parte de esta ciudad del rol de servicio que juega nuestra Congregación y por eso damos gracias y gloria al Señor.
Y qué bueno que en un tiempo en que se les acusa a los inmigrantes entre otras cosas de ser fuente de criminalidad y de deterioro en nuestra nación hay una Iglesia que tiene tantos inmigrantes entre otros que somos, que está haciendo luz y está siendo levadura de vida aquí en la ciudad de Boston.
Yo le doy gracias al Señor por todas las personas que trabajan a diario en León de Judá sirviendo en escuelas, sirviendo en nuestras oficinas a los inmigrantes, dando clases de inglés como segunda lengua, proveyendo calor a las personas que están indigentes, sin hogar, nuestra Iglesia, ustedes no se dan cuenta muchas veces todo lo que se hace desde esta comunidad para bendecir a todos los miembros de esta comunidad.
Y toda ese servicio y toda esa bendición espiritual tiene debajo de ello una plataforma material, una plataforma bien concreta de lugares, espacios, calefacción, muebles, mantenimiento y muchas otras cosas que hacen posible la gloria que está encima de esa plataforma. Cuando nosotros venimos muchas veces aquí durante la semana y buscamos lugar en el estacionamiento pequeño que tenemos no encontramos estacionamiento porque hay una cantidad de personas trabajando. Cuando están todas las personas que trabajan ayudando a la ciudad en nuestras oficinas no hay espacio para estacionarse allá abajo.
Y gracias al Señor mucho del sostenimiento de ese personal que sirve a nuestra ciudad, nosotros no lo pagamos de parte de nuestra Congregación sino que damos gracias a Dios por agencias filantrópicas, agencias del estado y del gobierno federal que dan ayuda financiera para costear la mayor parte de las operaciones de ese servicio social que nosotros hacemos, y no solamente eso sino que también hay servicios que ofrecemos por ejemplo a través de nuestro programa de radio, que sirve yo diría a miles de personas cinco días a la semana y siempre me tropiezo con gente que lo escucha, no son miembros de nuestra Iglesia, no son miembros de ninguna iglesia, pero son bendecidos a través de la diseminación de la Palabra de Dios a través de nuestro programa radial, camioneros, amas de casa, choferes de taxi escuchan ese programa que sale de las predicaciones de cada domingo de nuestra Iglesia.
Y no hablemos de nuestro programa de internet, la proyección de nuestros mensajes, ahora mismo hay personas de muchas partes del mundo viendo nuestro servicio y después durante la semana miles de personas se conectan con nuestros sermones y con los recursos que nosotros ofrecemos a través de nuestra página de internet.
Yo podría literalmente estar aquí unos 15 minutos más hablando de los diferentes servicios y misiones que nuestra Iglesia provee al mundo literalmente, y todo a través de la generosidad y la visión visionaria, valga la redundancia de ustedes nuestros hermanos que dan cada día su diezmo y su ofrenda al Señor.
Todo lo que nosotros disfrutamos en este tiempo en nuestra Iglesia, nuestra planta física y los demás recursos, y ministerios que tenemos, todo eso lo debemos primeramente a un Dios generoso a quien damos la gloria y la honra, y luego, hay que ser claros, lo debemos a un pueblo que comparte generosamente de sus recursos financieros continuamente, démosle un aplauso también.
Parte de nuestra meta de discipulado es la formación de un pueblo generoso con Dios, entregados al Reino de Dios, un pueblo generoso es esencial para que una Iglesia sea luz y sal en el mundo a su alrededor, el otro valor para que tenga impacto en la comunidad es la gratitud, la generosidad espiritual viene de un corazón agradecido con el Señor, por eso como comunidad nos hemos congregado ante todo para darle gracias a Dios por todo lo que Él nos ha dado en esta época de acción de gracias, el Señor nos ha dado de tantas maneras.
Yo recuerdo cuando llegamos aquí a este edificio la primera vez nosotros tuvimos un culto especial para inaugurar ese templo al lado, el templo original, y leimos el Salmo 126:1 al 3, dice el Salmo 126: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión seremos como los que sueñan”, y yo sentía como que estábamos en una cautividad durante la construcción y anhelaba el momento de recibir ese certificado de poder estar aquí y poder salir de ese proyecto.
Y el salmista continúa diciendo: “Entonces cuando salgamos de nuestra cautividad nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanza, entonces dirán entre las naciones: grandes cosas ha hecho Jehová con estos, grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros, estaremos alegres”.
Yo jamás me imaginaba que cuando compramos este edificio y comenzamos a renovarlo hace 22 años atrás la cantidad de bendiciones y milagros que Dios iba a hacer entre nosotros a través de los años, esto es apropiado como pueblo, el congregarnos y darle gracias a Dios por todas Sus bondades entre nosotros, tenemos muchas cosas por las cuales darle gracias al Señor.
En Primero de Crónicas capítulo 16, no vamos a leer el capítulo pero ustedes pueden seguirlo conmigo, Primero de Crónicas capítulo 16, quiero escoger una imagen que encapsule todo lo que estamos haciendo hoy. Vemos aquí en Primero de Crónicas capítulo 16 que David escoge un día especial para dar gracias al Señor por haber recuperado el Arca y haberla traído de nuevo al tabernáculo de nuevo después de un tiempo en cautiverio, y David quería marcar esa gran ocasión con un tiempo de adoración extraordinaria, y lo primero que hace ustedes pueden ver es ofrecer holocaustos y sacrificios de paz al Señor, y una vez que David hace eso lo que hace es que le regala al pueblo cosas para comer, y yo creo que eso es importante porque yo creo que la generosidad vertical también debe estar acompañada de generosidad horizontal, y eso es lo que nosotros hacemos a través de todos los servicios sociales, todos los ministerios y misiones, es servir horizontalmente, dar de gracia lo que de gracia nosotros hemos recibido a tanta gente en nuestra comunidad.
Yo he estudiado, me he tomado el tiempo de estudiar el sistema de ofrendas que se daban en el Antiguo Testamento y la Escritura ofrece un cierto patrón o secuencia, primero venían los sacrificios que hacían propiciación, es decir justificación por los pecados que el pueblo había cometido y luego de ese sacrificio de propiciación venían las ofrendas de paz y de agradecimiento por las bondades recibidas, y ese debe ser el orden cada vez que nosotros ofrecemos ofrendas al Señor: primero nos purificamos, confesamos nuestros pecados, reconocemos que estamos endeudados delante de Dios, y luego traemos nuestras ofrendas ante el Señor, y como vemos, en esas ofrendas y sacrificios en ese caso están acompañadas de adoración, de liturgia usando esa palabra en el sentido clásico, de parte de los sacerdotes y levitas que ofrecen al Señor holocaustos, inciensos y adoración simbólica.
David llama al pueblo a alabar a Jehová, a invocar Su Nombre, y vemos aquí en el Salmo 16 por ejemplo versículos 8 al 10 que él dice: “Alabad a Jehová, invocad su Nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras, cantad a Él, cantadle salmos, hablad de todas sus maravillas” versículo 24: “Cantad entre las gentes su gloria y en todos los pueblos sus maravillas porque grande es Jehová y digno de suprema alabanza” y nosotros hemos hecho eso esta mañana, hemos declarado nuestras alabanzas y gratitud, y gozo delante del Señor.
Y luego en los versículos 28 y 29 de este pasaje David habla de tributar, traer tributo a Jehová y venir delante de Él, en otras palabras esa gratitud emocional también debe estar acompañada de una gratitud concreta y material. En el versículo 28 dice: “Tributad a Jehová oh familias de los pueblos, dad a Jehová gloria y poder, dad a Jehová la honra debida a su Nombre, traed ofrenda y venid delante de Él postrados delante de Jehová en la hermosura de la santidad.”
Y eso es lo que hacemos hoy, nosotros ofrendamos al Señor una ofrenda tangible, palpable como expresión de gratitud espiritual, yo creo que muchas veces no entendemos lo que pasa en el mundo espiritual cuando damos al Señor. Yo le pedí al Señor que nos de un espíritu de revelación para entender y sentir un poquito de lo que sucede en el ambiente espiritual, la bendición espiritual que se desata cuando damos de nuestra ofrenda al Señor.
En un par de minutos yo les voy a pedir a ustedes que en una forma ordenada y en una secuencia que ya tenemos predeterminada pasemos como familias, como individuos a traer nuestras ofrendas al altar y para prepararnos concretamente quiero señalar simplemente algunas de las cosas que nosotros vamos a estar expresando por medio de esta ofrenda de gratitud.
Primeramente estamos dando gracias a Dios por las construcciones y los edificios que nos ha permitido llevar a cabo y por librarnos yo diría de la boca del león y sacarnos con éxito de estos esfuerzos grandiosos y arriesgados también, y hemos tenido que estirarnos, esta ofrenda en parte es para ayudar a sanar un poco esos riesgos y esos esfuerzos extraordinarios, y por fe nos hemos movido, y damos gracias al Señor que hasta aquí nunca nos ha dejado quedar en vergüenza.
En segundo lugar damos gracias a Dios por nuestro desarrollo como institución, nuestros programas, nuestro gobierno como Iglesia, nuestra administración y todas las cosas hermosas que nosotros como institución disfrutamos.
Y en tercer lugar por permitirnos ser de bendición a nuestra ciudad por medio de nuestros ministerios espirituales y sociales, de ser una presencia de vida como hemos visto esta mañana a través de la presencia del alcalde aquí.
En cuarto lugar por la armonía y la diversidad de nuestra Congregación, yo puedo decir sin orgullo humano delante del Señor que esta Congregación que está reunida aquí en este espacio es algo muy excepcional en esta ciudad y aún en esta nación, esto es algo muy excepcional hermanos lo que tenemos aquí.
Estamos dando gracias en quinto lugar por los dones espirituales que se manifiestan entre nosotros cada vez que nos reunimos a adorar al Señor.
En sexto lugar damos gracias por nuestras familias y nuestros hijos, por el crecimiento de parejas nuevas que se casan, nuevos bebés que nacen en el seno de nuestra Congregación, persionas que se conocen y terminan casándose, y otros que hacen amistad, y que de una u otra manera terminan creando lazos de afecto familiares en nuestra Congregación.
Ya casi terminando damos gracias al Señor por Su provisión generosa en el ámbito material porque cada domingo nosotros recibimos de parte del pueblo de Dios ofrendas y diezmos que nos ayudan a mantener nuestras operaciones y ser una Iglesia que puede bendecir a la ciudad con sus operaciones.
Y finalmente damos gracias al Señor por todo lo que Él hará en los próximos años. Cuando nosotros llegamos aquí a Boston jamás nos imaginamos las cosas que Dios tenía destinadas para nosotros en la Iglesia, mi fe no era lo suficientemente grande como para creer que Dios haría lo que Él ha hecho con nosotros, hemos visto al Señor exceder nuestras expectativas y yo creo que ese Dios que nos ha bendecido y nos ha deleitado con Sus bendiciones todavía tiene cosas aún mayores para nosotros en los años venideros y estaremos contentos, y daremos gracias al Señor por Su misericordia y Su bondad.
Pastor Gregory: Padre en el Nombre de Jesús te damos gracias porque Tú eres bueno, porque de verdad Señor Tu misericordia es para siempre, Padre reconocemos que no somos dignos, que no podemos ganar todo lo que Tú ya has hecho entre nosotros pero Señor, te damos gracias y en este amanecer Señor marcamos que hasta aquí nos ayudó Jehová, te damos gracias Señor porque Tú eres el mismo Dios ayer, hoy y para siempre, fiel has sido, fiel eres y fiel serás Señor. Padre qué nos espera, ni podemos imaginar Señor y Señor queremos servirte no a medias sino hasta el final Señor, Padre que este momento no solamente sea algo mirando para atrás sino mirando para adelante dando gracias proféticamente por fe por todo lo que Tú harás entre nosotros en el Nombre de Jesús, amén y amén.
Pastor Roberto: Démosle un aplauso al Señor de gratitud y de alabanza a Él que se lo merece, amén y amén.