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Quiero dirigir su atención al Libro de Jeremías, el capítulo 1, Jeremías capítulo 1. Quiero preparar sus corazones. Yo creo que es Pablo que dice que planifiquemos lo que le vamos a dar al Señor en una de sus llamadas a entregar sus ofrendas, él dice que nos preparemos para lo que le vamos a entregar al Señor porque si la voluntad está dispuesta, si estamos preparados entonces le daremos al Señor lo que Él necesita, lo que Él quiere que nosotros le demos.
Pero dice eso ¿no? que nos preparemos para lo que vamos a darle, que lo meditemos, lo pensemos para que entonces estemos listos porque lo primero es eso, es la voluntad ¿no? si la voluntad está preparado entonces lo demás vendrá en una manera natural y eso es lo que yo quiero que hagamos este domingo preparándonos ya para lo que viene más adelante.
Por ejemplo él escribe en Segunda de Corintios capítulo 9, dice: "Por tanto tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida" ¿ve? Él envía unos mensajeros para que vayan a Corinto y para que preparen a los hermanos para el llamado que él ha de hacer; ah aquí está el versículo que estaba buscando, es Segunda de Corintios capítulo 9 versículo 11.
Dice: "Ahora pues llevad bien a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así también lo estéis conforme a lo que tengáis, porque si primero hay la voluntad dispuesta" yo espero que en tu corazón y en tu espíritu tú tengas esa voluntad dispuesta, esa disposición. Tiene que haber en nuestro corazón, nuestra vida una disposición a darle al Señor siempre en todo lo que Él nos llama a hacer. "Si hay la voluntad dispuesta primero será acepta, según lo que uno tiene, no según lo que no tiene."
Volviendo entonces a ese versículo del capítulo 9 ahí mismo ¿no? de que Pablo dice: "Tuve necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad para que esté lista como de generosidad y no como de exigencia nuestra" como de generosidad y no como de exigencia nuestra.
Yo siempre he tratado en todo lo posible en casi veinticinco años levantando ofrendas para las construcciones y las adquisiciones que Dios nos ha permitido lograr, siempre he querido que haya ese sentir ¿no? no de exigencia ni de manipulación, ni del uso de métodos ilegítimos para animar a la gente a dar sino simplemente llevarlos a una convicción por medio de la Palabra del Señor y que no parezca como que es el Pastor exigiendo porque sé que eso no resulta a la larga, y aún si resultara, si el corazón que está detrás de esa ofrenda no es un corazón iluminado, inteligente, conforme a la Palabra del Señor esa ofrenda que se extrajo de la gente por medio de métodos psicológicos de masas, a la larga no va a tener producto porque no tiene la vida del Señor dentro de ella.
Podrá por un ratito hacer algo como un muñeco ahí animado por una cuerda, pero la cuerda se acaba. Ahora: cuando el Espíritu está detrás de esas ofrendas y la Palabra del Señor fue la que le animó entonces esa ofrenda da fruto por mucho, mucho tiempo, muchos años, y por eso es que los métodos tienen que ser legítimos, y una de las cosas es eso, es preparar la tierra del pueblo, la voluntad, el entendimiento para que sepan por qué están dando, y por qué se está haciendo lo que se está haciendo.
Y por eso yo he querido este domingo, así como he estado haciendo porque hay un método detrás de mis insistencias. Llevamos meses hablando de este conector desde que el Señor lo resucitó y lo trajo a la luz, y siempre he tratado de mantener, mientras trabajábamos con la documentación y la ciudad, y los permisos, los diseños y todo esto, he querido mantener en sus corazones viva esa expectativa de que esto se habría de dar. Y a veces yo mismo no he estado seguro de.
Primero francamente a veces la gente me dice: Pastor ¡esto es de Dios, gloria a Dios y amén, y amén! Mire, yo a veces tengo que preguntar primero, hay que preguntar primero ¿es de Dios o no? porque no todo lo bueno necesariamente tiene que ser específicamente de Dios para ese momento para su vida, y yo a veces tengo que atravesar un terreno desértico de preguntarme: Señor ¿esto verdaderamente es de Ti? Y entonces hay un proceso.
Yo he querido mantenerles a ustedes, mientras pasaba ese proceso de la inseguridad de si tal permiso iba a salir, si íbamos a tener tal aprobación de parte de la ciudad, si legalmente estábamos en buen territorio, todo eso, he querido mantener sus mentes en una manera así como genérica: esto se está dando, vamos a prepararnos, Dios va a hacerlo en un momento dado, aún mientras yo luchaba con la posibilidad de que esto se detuviera en algún momento por algo en uno de esos momentos claves que no estaban en nuestro control.
Pero el Señor en Su gran generosidad ha ido abriendo el mar delante de nosotros cada día, cada paso que hemos dado Dios lo ha ido haciendo y ya ven, ya hemos roto allá afuera para examinar bien la fundación que habíamos puesto allí por fe pensando que si eso algún día se daba sería años después, y mire cómo el Señor la activó tan pronto, increíble, y estaba ahí, escondida. Ese fundamento estaba invisiblemente ahí esperando su momento; yo digo es ahora, no en diez años, es ahora.
Y ya estamos haciendo eso y como he dicho ya se firmó el contrato, se puso un depósito significativo para el acero y tuvimos una linda y buena conversación con el banco esta semana. Esa gente nos ama déjeme decirle, esa gente está enamorada de Congregación León de Judá y es un banco bien conservador ¿sane? esa gente no suelta su dinero. Es un banco bien exitoso y en la recesión esa que tuvimos fue uno de los bancos que, they did not break a sweat, no sufrieron en absoluto porque son muy cautelosos y muy conservadores, y esa gente para soltar un centavo me sacan el jugo, siempre están pidiendo documentos y es como tener a un banco viviendo en su dormitorio, esa gente siempre está pidiendo documentación y esto, y lo otro porque quieren mantenerse al tanto de la vida.
Y gracias Señor, nos abrieron las puertas cuando yo les pedí esa línea de crédito para permitirnos cumplir nuestras promesas con más holgura a lo largo de un año si era necesario, nos fueron de gran bendición. Y esta semana tuvimos una linda conversación con uno de los vicepresidentes del banco, Lincoln Vermiere, y terminé mas bien consultando con él acerca de un punto teológico, eso fue mas bien lo que al final, más que nada; muy lindo, un tiempo muy especial, muy bello y todo está viento en popa.
Ahora es simplemente meter manos a la obra, una cosita ahí estamos hablando con los vecinos ya para terminar los detalles y todo eso, oren para que el Señor ponga Su paz ahí con ellos y todo lo demás, pero ya esto sigue adelante porque es que Dios es maravilloso.
Pero por eso he querido, una larga introducción, pero he querido primero preparar su corazón y esta semana estemos preparándonos, les suplico que oren para que este domingo que viene sea un tiempo de gozo como siempre lo ha sido y no de exigencia, no de esterilidad, que vengamos deseosos de traer nuestras promesas al Señor y de hacernos socios de esta empresa, de esos conectores.
Pero Dios puso en mi corazón mientras pensaba: ¿cómo yo puedo preparar al pueblo, qué palabra? Mire, a través de estos veinticinco años de construcción que nosotros llevamos, tres edificios, unas propiedades que están valoradas en doce a catorce millones de dólares, cuando llegamos aquí no teníamos nada como los israelitas, el zapato que teníamos encima y la ropa, eso fue todo y el Señor ha permitido que a través de estos años esta Iglesia eleve una planta física verdaderamente envidiable en ciudad de Boston, en un lugar céntrico, accesible a todo absolutamente, estratégicamente puestos en esta ciudad.
Esa es una bendición increíble y al Señor damos toda la gloria y la honra, y ustedes en la medida en que humanamente podemos decir: lo hemos hecho, Dios los ha usado a ustedes a través de estos años para que todo eso se cumpla, le damos gracias a Dios por Su generosidad, no crea que eso está ausente de la mente del Señor, está muy consciente de eso.
Pero yo pensaba: bueno, porque como digo: tengo un folder lleno de mensajes de campaña financiera. Ya no encuentro pasajes en la Biblia nuevos porque ya los he usado todos, todo lo que tiene que ver con mayordomía, con levantar fondos, si usted sabe alguno por favor escríbame, ayúdeme, aunque yo creo que ya esto ciertamente debe ser lo último porque es que no quedan fuerzas. Pero estaba buscando y decía: Señor, y estuve luchando toda la mañana con diferentes pasajes, uno podría siempre coger cualquier cosa.
Pero el Señor puso en mi corazón este pasaje de Jeremías que no parece tener mucho que ver con levantar fondos ni con mayordomía pero yo siento que es como una Palabra profética recién horneada para nosotros en el contexto de esto que vamos a emprender ahora, que estamos ya emprendiendo.
Dice el versículo 4 de Jeremías, un famoso pasaje de llamamiento, dice: "Vino pues Palabra de Jehová diciendo: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué. Te di por profeta a las naciones" y yo dije: ah Señor Jehová, he aquí no sé hablar porque soy niño; y me dijo Jehová: No digas que soy un niño, porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos porque contigo estoy para librarte, dice Jehová."
Recuerdo que yo decía en el contexto de esta serie de sermones que una de las cosas que nosotros tenemos que tener siempre en mente es que Dios está conmigo y está a mi favor, esa es la convicción que está detrás de toda gran empresa, de toda vida victoriosa, de toda persona emprendedora, de toda persona que se atreve a acometer cosas grandes y aparentemente imposibles, y demasiado ambiciosas. Es esa idea de que Dios está conmigo activamente, personalmente, específicamente, individualmente y Él está a favor mío.
Porque ¿sabe qué? a veces Dios está con una persona pero es para castigarla y para enjuiciarla no necesariamente para bendecirla, o simplemente está allí como una presencia genérica, pero no. Dios está contigo y está para bendecirte, está para llevarte hacia adelante.
"No temas delante de ellos porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar."
Y entonces dice en el versículo 11: "La palabra de Jehová vino a mí" ya se activa el llamado específicamente y el envío, le dice Dios a Jeremías: "¿Qué ves Jeremías? y dije: veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto, porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra." Bendiga el Señor Su Palabra.
Es un pasaje preñado, un pasaje lleno de implicaciones para nosotros. Podríamos decir: es un gran llamado a una pequeña persona, ahí tiene usted el título del sermón: Un gran llamado a una pequeña persona. El llamado le queda grande a Jeremías, los propósitos de Dios le quedan grandes en este momento. El momento que él está preparándose para vivir históricamente le queda grande. Es un momento de gran implicación para toda la nación de Judá. Dios está haciendo cosas grandes y por eso Él dice: Yo apresuro Mi Palabra para ponerla por obra. Dios está a punto de desatar algo grandioso en la nación y también con respecto a las naciones que están alrededor de Judá.
Y en ese contexto de grandes acontecimientos, acontecimientos históricos, Dios llama a este jovencito, tan joven que dice: no sé hablar porque soy niño, se considera como un adolescente, un niño y Dios le está emitiendo a ese jovencito inexperto un llamado poderosísimo histórico. Y me hace recordar que Dios muchas veces llama a personas que se consideran pequeñitos, insignificantes, impotentes. A Dios le encanta llamar a los que no prometen mucho y eso debiera ser una gran lección espiritual para nosotros.
Siempre llama gente que parece como que están descalificados de hacer algo grandioso ¿por qué? porque si llama a los poderosos y a los grandes ellos dicen: ah no, bueno porque soy grande, soy poderoso y Dios tiene una controversia contra el orgullo del hombre porque eso le ha causado tanto dolor a través de los tiempos. Comenzó primero con Lucifer, Su gran orgullo de ser la criatura perfecta que Dios había escogido y ha seguido con todos los seres humanos a través de la historia y las generaciones.
Y por eso yo creo que Dios dice: Ok no voy a llamar a los poderosos porque esos ya son poderosos, se creen más de la cuenta, si los llamo ellos van a decir: fue por mi fuerza que lo hizo, entonces Dios siempre llama a los descalificados, yo les aludía por ejemplo a Gedeón.
¿Sabe que muchos de los grandes llamamientos que Dios hace a personas en la Escritura, la gente cuando reciben el llamado siempre dicen: yo no puedo, no tengo lo que se necesita? ¿cómo Tú te atreves a llamarme a mí? si yo no tengo las calificaciones.
Dios llama a Gedeón y está metido ahí en la cueva escondiendo el trigo de los madianitas y es un jovencito de una tribu pequeñita, la tribu más pequeña de todo Israel. No tiene experiencia teológica, no ha ido a semanarios, no ha ido ni siquiera a la universidad y es un agricultor insignificante, y el ángel de Jehová como una encorporación de la misma divinidad de Dios se le aparece a Gedeón y le dice: El Señor Dios está contigo varón esforzado y valiente.
Y él dice: ¿quién, yo? él no puede creer que ese es el gigante que está viendo este ángel. Y dice: y si yo soy tan grande ¿por qué entonces? o si Dios está con nosotros ¿por qué entonces nos está pasando esto? ¿Cómo tú puedes llamarme a mí? mi familia es la más pequeñita de la tribu y yo soy el más pequeño de la familia, y la tribu es la más pequeña de todas las tribus, a Dios le encanta ir al centro de la descalificación. "No, es a ti al quien he llamado para que hagas algo grandioso, para que libertes a Mi pueblo."
Moisés cuando Dios lo llama le dice así mismo: yo no sé hablar, soy tartamudo. No he tomado nunca un curso de cómo impresionar a la gente y cómo influir, y ganar amigos. Y él dice: no, no, tú eres el llamado. Llevo ochenta años preparándote, ochenta años le dice a Moisés, y este es el momento que tengo preparado para ti.
Es decir, es un llamado a los descalificados, grandes llamados para gente pequeña. A Dios le encanta levantar al pobre del muladar, dice. A Dios le encanta dice a la que no tiene familia, ponerla en abundancia de familia, darle muchos hijos y ponerla en compañía. Una y otra vez Dios se dirige a los estériles, a los pequeños, a los impotentes, a los que no tienen nada y a Él le encantan vasijas vacías. Si las vasijas están llenas Él no puede meter nada de Su esencia, uno tiene que estar vacío para que Dios pueda llenarnos entonces.
Y lo que Dios puso en mi corazón es: Diles a cada uno de ellos que no son pequeños, que no son insignificantes, que no deben decir que no tienen nada que dar, que no deben pensar como que: eso no me está aludiendo a mí, yo no entro en ese llamado, no tengo nada que dar. Diles que ellos sí son importantes, Yo necesito que cada uno de ellos se comprometa Conmigo y que no digan que no pueden hacerlo porque lo van a hacer, porque Yo les he dicho que lo tienen a hacer como le dijo a Jeremías: No digas: soy un niño porque a todo lo que te envíe irás y dirás todo lo que te mande.
Cuando usted esté cansado y crea que ya no puede hacer más, decir más, servir más, dar más Dios dice: Tú sí puedes, dentro de ti está lo que tú necesitas, Yo sí te puedo usar y puedes hacer más todavía, no me digas que no.
¿Ustedes recuerdan el pasaje que compartí con ustedes hace tiempo de ese siervo inútil? que el Señor Jesucristo dice: Mira cuando el siervo llega de estar en el campo todo el día, hacer todas las diligencias que su señor le encomendó, cuando él llega a la casa cansado y sus pies polvorientos, el amo no le dice: oh hijito ven siéntate, come y déjame lavarte los pies, no. Le dice: ahora prepárame la cena, le dice, y entonces cuando yo haya comido, entonces come tú. Wow, qué bueno que Dios no nos trata así.
Él nos empuja un poco. Él nos empuja como un entrenador empuja a un atleta para que desarrolle pulmones y resistencia pero es porque quiere invertir más en nosotros y quiere sacar toda la grandeza que hay en nosotros. Él no nos pone presión para exprimirnos ni explotarnos, él nos pone presión para enriquecernos y bendecirnos, y ancharnos. Y a veces uno piensa como que: ya yo no tengo más nada que dar, ya yo lo exprimí todo. Busca porque todavía hay algo allí. Busca debajo del sofá, ahí hay unas pesetas allí que tú no has visto, se te cayeron. Hay cosas que Dios tiene que uno piensa que no están allí.
Yo les dije una vez acerca de esas plumas que yo encontré, no sé si ustedes recuerdan esa historia. Dios siempre me está hablando así a través de momentos proféticos, y yo siempre me siento en el mismo espacio en mi oficina, soy autista en ese sentido de que soy muy pegado a una sola cosa. Y a lo largo de los años se me han ido cayendo plumas de los bolsillos y cayéndose por la rendija del sofá.
Y un día el Señor, yo estaba hablando con alguien allí y meto la mano así ausentemente y me doy con una pluma, y después sigo buscando y saco otra, y otra mientras yo estaba hablando con otra persona, la persona está hablando y yo comienzo a sacar plumas, saqué doce plumas de ahí de ese espacio que a través de los años habían ido cayendo en la rendija del sofá ese. Después cuando la persona se fue levanté y entonces encontré esas doce, trece plumas, las tengo ahí. Si usted no me cree vaya un día y pida que abran la puerta de la oficina y diga: ¿dónde están las plumas del Pastor? ahí están en una cosita. De paso dice: "no quite estas plumas de allí."
¿Y por qué están esas plumas allí? Yo sentí que el Señor me dijo: Mira, hay cosas que parece que Yo me he olvidado de ellas, cosas que Yo he escrito en tu corazón y en tu vida, y en esta Iglesia, están escondidas como esa fundación que estaba escondida, pero Yo no me he olvidado de ellas, están allí y Yo las voy a resucitar en su tiempo, en su momento.
Y hay veces que usted piensa que no hay nada en algún sitio pero hay, a veces usted piensa: ya no hay más nada que yo pueda dar; usted puede dar. Y lo bueno es que si Dios le pide, primero es porque usted tiene y segundo porque Él le va a dar más para que usted tenga, no solamente tenga sino que le sobre después de dar.
Ahora eso es fácil de decir amén y aleluya pero óigame: cuando llega el momento de ponerlo en práctica se le aprieta el pecho a mucha gente. Yo se lo digo: nosotros decimos amén y aleluya bien fácilmente, yo soy el primero pero qué difícil es ponerlo en práctica cuando eso tiene implicaciones concretas, duras, específicas que tienen que ver con nuestro bienestar, nuestro dinero.
Pero Dios llama a Jeremías, este jovenzuelo que no tiene nada que dar y que está lejos de pensar que Dios pueda tener un propósito para él, y Dios le dice: Yo tengo un llamado para tu vida. Y por eso es que Dios puso esto en mi corazón porque mire: uno de los grandes retos de nuestra Congregación es el siguiente: yo hablaba esto con Yosmar Rodríguez que es el que encabeza el ministerio de finanzas de la Congregación, el gran reto de esta Iglesia es cómo, porque nuestra Iglesia tiene un núcleo, un centro de personas muy comprometidas financieramente y en servicio, esos hermanos que están ahora mismo haciendo pastelillos y que lo hacen domingo tras domingo, y que huelen a; usted los huele y al cuarto de milla usted sabe que vienen porque huelen a aceite. En vez de nariz tienen un pastelito así.
Ay, alguien dijo: se le pasó la mano al Pastor ¿quién fue que dijo? ay sí (risas). No pero yo adoro a esa gente. Ya la ropa le huele toda, el clóset les huele a aceite y a pastelillos, años trabajando para su Iglesia y han levantado decenas de miles de dólares. Nosotros tenemos un núcleo de gente muy entregada al Señor y ese núcleo ha ido creciendo a través de los años, pero también espero que nadie se sienta aludido por favor, estoy simplemente hablando de un hecho, y mi deseo es llamar a esas.
Entonces alrededor de ese núcleo de gente comprometida tenemos un gran número de personas que o son visitantes o vienen de vez en cuando, o están en búsqueda del Señor, Dios los está acercando más a Sus caminos pero que no se sienten necesariamente que son parte de esas filas concretas, todavía no han entrado en ese nivel de consciencia de lo que es ser un cristiano militante verdaderamente y entregado al Reino y a su Congregación a través de la cual el Reino se expresa.
Yo digo que una de las cosas más difíciles de convertir es el bolsillo, la cuenta de banco. Una persona puede dejar de ser adúltera, narcómano, mujeriego, vengativo, pero ser generoso con Dios eso requiere un milagro al nivel de abrirse el Mar Rojo (ríe). A veces es difícil, es difícil convertir el bolsillo. El bolsillo es una de las cosas más carnales y resistentes que hay al mover de Dios, es una crucifixión, es una muerte. Vivir en esa soltura de que yo le voy a dar al Señor y no me va a faltar, todo lo contrario. Al hacer eso yo estoy abriendo la llave de la provisión divina y hay que crucificar el bolsillo.
Pero cuando usted crucifica el bolsillo la resurrección viene, la bendición viene a su vida, es increíble cómo el Señor destapa Su shalom, Su provisión generosa y abarcadora cuando usted comienza a darle al Señor porque eso es el centro de todo; a Dios le pertenece todo, no tengo nada, todo es de Él, lo que Él necesite yo lo voy a dar y Él me va a bendecir. Ahí usted tiene la teología de la generosidad para con Dios en esencia.
Y siempre hemos dicho que la clave está en cada día añadir más personas al centro, sacarlas de la periferia y entrarlas a ser discípulos, convertirlos de ser simplemente gente que está en búsqueda y quieta que ama a Dios, tiene un sano temor de Dios, entrarlos a ser discípulos militantes, miembros activos del Reino que sus recursos estén a, y para eso se requiere una conversión, una toma de consciencia total.
Y yo creo que detrás de todo eso está una baja autoestima de su importancia que tienen delante de Dios y del Reino de Dios, que Dios quiere usarlos y los ha dotado, y que ellos son responsables de llevar un poquito del peso del Reino. Detrás de todo muchas veces, conectando esto con el asunto de la salud emocional y mental, los psicólogos y psiquiatras entienden una cosa y es que la autoestima de la persona define mucho de su destino en el mundo.
Si una persona se siente acomplejada, pequeñita, por eso yo hablaba de que tu valor viene de Dios y no del mundo, porque si tú te sientes pequeñito, inútil, insignificante tú vas a pensar que los grandes valores del mundo no son tuyos ni son para ti, que los grandes llamados a la nobleza y a la grandeza son para otros y no son para ti. Los llamados a la grandeza te van a pasar por encima de la cabeza porque tú vas a decir: eso no se refiere a mí, eso se refiere al otro que está a mi lado, a mi derecha o a mi izquierda.
Ahora cuando tú te sientes como que: no, yo valgo, yo soy importante en Dios, entonces cuando llaman a un momento dices: no, eso me toca a mí. La razón por la cual mucha gente abusa de su cuerpo y daña su cuerpo con sustancias es porque se sienten: hey, si yo no soy importante ¿para qué?
Yo creo que una persona debe tener un sano valor, un sano sentido de sí mismo. Tú eres bello, tú eres hermosa, tú vales, tú importas, tú eres necesario, tú eres parte de la fábrica, de la estructura de tu sociedad, de tu cultura, de tu familia. Tú puedes bendecir a muchos, tú puedes ser un padre espiritual, tú puedes ser una fuente de consejo. Dios tiene un llamado para tu vida, tu Iglesia te necesita. Si tú no estás tu ausencia se deja sentir.
Yo creo que cuando uno siente eso entonces uno se esfuerza, uno quiere ser parte. A veces nos han enseñado que el cristiano es una persona que dice: no, Dios no me tiene que dar nada, yo no valgo, yo soy una basura, creemos que eso es humildad. No al contrario, eso es un insulto al Dios que te creó, Dios no crea basura. Tú vales, tú eres importante, asegúrate de siempre representar bien, sí señor.
Mira: si lo que tú tienes es una camiseta y un pantalón solamente no te sientas mal, pero cuando tú vayas a algún sitio asegúrate de que esté lavadita y planchadita al menos, úsala hasta que sea transparente pero asegúrate de que esté en buena condición, no andes por ahí como un cualquiera, lo que tú tengas. Si tu casa es sencilla, humilde, pobre asegúrate que esté limpiecita, que esté ordenadita y que huela bien, eso es lo importante en la vida.
Y eso va a ser un mensaje a tu subconsciente de orden, de disciplina, de trabajo, de esfuerzo, y eso te va a impulsar a ir hacia adelante pero no te pongas como un cualquiera porque tú importas, tú eres necesaria y no importa lo que el mundo te haya hecho o que no te hayan valorado, ahora tú estás en la economía de Cristo, tú eres rey y sacerdote dice la Palabra del Señor. Somos reyes y sacerdotes llenos del Espíritu Santo, Dios va a hacer grandes cosas a través de mi vida.
Por eso es que tú no puedes estar al margen de los grandes eventos en tu Congregación, en tu familia, en la comunidad donde tú vives, no, tú tienes que ser parte de la solución, no parte del problema. Es importante que uno sepa: yo soy importante, yo valgo. Eso no es orgullo, no, no, eso es simplemente glorificar a Dios que me hizo y que Dios no hace nada defectuoso sino que Él lo hace bien.
Siempre me impactan las palabras de Nehemías cuando vienen sus enemigos tratando de manipularlo y atemorizarlo cuando él está tratando de construir los muros ¿ustedes recuerdan la historia? porque siempre cuando se trata de construir algo se desata una cantidad de cosas: murmuración, ataques del diablo, burlas, críticas, eso pasa, eso viene con el territorio.
Y se le acercan unos hombres a Nehemías y le dicen: mira, hoy vienen a matarte así que métete en el templo y escóndete, y refúgiate, porque había una tradición que si a un hombre lo querían matar o algo se metía en el santuario o el templo y se agarraba de los cuernos del altar, dice, eso era una parte del mobiliario, era como esos jueguitos que uno jugaba antes: no te pueden tocar, tú estás en el lugar safe ¿ustedes recuerdan? no recuerdo ese jueguito pero hay uno algo así ¿no?
Entonces la idea es: agárrate, refúgiate en él para que no te maten, pégate a los cuernos del altar y ahí no te van a hacer daño. ¿Y sabe cuál es la respuesta de Nehemías? él dice: ¿un hombre como yo va a huir y se va a meter en el templo a esconderse como un cualquiera? no señor, yo no voy a hacer eso, y ahí derrotó toda la trama que tenían contra él. Pero me encanta esa palabra: ¿un hombre como yo? óigame, esa palabra, uno diría: oh qué orgulloso, qué.
No, es que ese hombre sabía que tenía un llamado de Dios, sabía que tenía valor en Dios. Él no podía ponerse como un cualquiera refugiándose allí, bueno que lo hagan otros si necesitan, yo voy a darle la cara al diablo.
Nunca le dé la espalda a Satanás ¿sabe? que Satanás no sepa que usted tiene miedo, porque si no se le va a montar encima y le va a dar palo hasta que esté totalmente derribado. El diablo no respeta a una persona que tiene miedo, el diablo respeta a la gente que le da la cara y que sabe: no, yo estoy con Dios, más fuerte el que está conmigo que el que está en el mundo.
Dice por ahí que la única parte de la armadura que Dios no le dió al soldado en Efesios ¿cuál es? la única parte que no se le provee: la espalda, no hay nada que le cubra la espalda porque es que usted no debe huir. Si usted corrió olvídese que le van a dar (ríe), aunque sea piedras le van a tirar. No le dé la espalda a Satanás, siempre ponga una cara confiada aunque esté temblando en las botas, hable como un león aunque se sienta como un ratón (ríe) ese es uno de los mantras míos.
El mundo no respeta a la gente tímida y que se siente pequeña, Dios nos ha llamado a hacer cosas grandes, créale al Señor. Diga: Padre gracias porque me has hecho poderosa, me has hecho fuerte, tienes grandes destinos para mí, grandes llamados para mi vida.
Entonces Dios llama a Jeremías y qué lindo, dice: "Antes que te formase en el vientre te conocí." Óigame antes que los padres de Jeremías se unieran y se concibiera esa primera célula del hombre que sería Jeremías ya el Señor lo había visto en tres dimensiones, alta definición. Toda su vida había estado explayada delante de Dios, Dios había visto el video desde su nacimiento hasta su muerte, todo, y lo conocía.
¿Tú sabes que tú no eres un accidente? no fue como que el día que tú naciste que Dios dijo: Ah mira hay una persona nueva, vamos a ver cómo se llama. Él ya sabía tu nombre, Él te conoce, Él sabe todo acerca de ti, tú eres perfectamente transparente delante de Él, Él te conoce íntimamente. Antes que nacieses te santifiqué, te aparté. Dios tiene un propósito para tu vida, Dios tiene un llamado, Él te ha apartado para una misión.
Cada día mueren cientos de miles de personas yo diría, en la Tierra, que no descubrieron cuál era el llamado de Dios para sus vidas. Afortunados son aquéllos que descubren a tiempo cuál era el llamado para su vida.
Esta semana ha habido mucho revuelo acerca del retiro de Derek Jeter, ese gran jugador de baseball se retira jovencito, uno de los grandes jugadores de toda la historia, uno de los jóvenes que ha tenido una carrera estelar tanto como hombre como como jugador.
Y yo pensaba esta mañana en él y decía: qué bueno es cuando una persona nace con un llamado y una dotación atlética como en este caso, y tienen la bendición de descubrirla a tiempo, de encontrarse con su llamado y desarrollarlo, y desplegarlo en el mundo como hizo esta persona. Él tenía una dotación y descubrió que el béisbol era su pasión y su dotación, y tuvo la bendición, porque yo creo que en el mundo hay una cantidad de gente ahora mismo trabajando en Wall Street y como abogados, y cocineros, y como no sé, lo que sea, ponchando una máquina y tienen un don de béisbol pero nunca lo descubrieron a tiempo, o de fútbol o lo que sea, no se encontraron con su don, no se dieron las circunstancias y morirán sin saber que tenían ese don, invirtieron en otras cosas, hicieron otras cosas. Qué bueno es cuando uno se encuentra con lo que.
Y cada uno de nosotros tiene un don, un llamado, una dotación en la vida, Dios nos ha sacado al mundo con algo especial y tenemos que pedirle: Señor ilumíname para yo sacarle todo el provecho al destino que Tú tienes para mi vida, para que nosotros podamos ser gente útil en la vida y dejar una marca, una huella en este mundo para que cuando nos vayamos alguien pueda decir: mira ahí caminó fulanita, esa es su pisada. Dejemos algo en el mundo que marque nuestra presencia en él porque Dios tiene un propósito para todos nosotros.
Y a través de esta campaña, de nuevo: le ruego a Dios que nos ayude a entender ese sentido de llamado personal, individual, que esto no sea solamente para los que ya se han estrujado dando porque esto es para todos nosotros que estamos aquí. Yo espero que usted se sienta tocado por el Señor en esta mañana. Yo no quiero que haya gente en la periferia y gente en el centro. Dios necesita para hacer lo que Él quiere hacer en esta Congregación.
Yo tengo aquí tanto que se me ha quedado en el tintero porque este llamado de Jeremías yo creo que tiene cuatro aplicaciones. No las voy a desarrollar pero este llamado de que Dios llama a los pequeños a cosas grandes tiene por lo menos cuatro aplicaciones.
Una es, y de nuevo, digo esto en el contexto de que sé que nuestra Iglesia ha pasado ya de ser una Iglesia latina a ser una Iglesia muy internacional con hermanos y hermanas que nos bendicen de la comunidad afroamericana, asiática, anglosajona, haitiana, africanos, todo, es increíble y no me quiero perder en eso.
Pero quiero hablar un momentito solamente con respecto a los hispanos y los latinos, y les voy a decir lo que siempre digo donde quiera que voy, se lo dije ahora a un grupo grande de Pastores en Miami, los hispanos, los latinos entre otros grupos, pero hablo específicamente de los latinos, tenemos un llamado profético en esta nación, un llamado grandioso en tiempos donde Dios se está preparando como en el caso de Jeremías para hacer algo grande en el mundo.
Yo no sé si usted siente cómo la historia se ha acelerado en los últimos meses en el mundo. Vivimos en el contexto de algo grande, es como que la matriz de la humanidad está como una madre que va a parir algo; donde quiera hay guerra, rumores de guerra, plagas, naciones que se levantan, poderosos gigantes que estaban adormecidos y de momento usted oye como que se desenrollan como China y otros grandes, Rusia, se vuelven a poner de pie y demandan su propio espacio, y una nación como esta que ha sido grandiosa y poderosa está en decaída, en decaimiento y que ya es un gigante que nadie respeta, so todavía le piden mucho pero nadie la respeta. Y vivimos en un tiempo de grandes y portentosos eventos.
Y los latinos, ese pueblo inmigrante con una cantidad inmensa, once o doce millones de indocumentados y parece como que nadie los quiere. Los republicanos ciertamente han hecho el ridículo rechazándolos. Los demócratas sí aparentemente pero todavía hay muchos grupos, uniones y otros grupos étnicos que nos ven como competencia y también hay allí mucha tela que cortar. Pero el caso es que ese pueblo pequeñito y que no parece tener mucho que dar Dios lo ha traído soberanamente a esta nación en este tiempo para bendecir esta nación con los valores preciosos que nosotros traemos, en nuestra pobreza, nuestro sufrimiento y nuestra riqueza étnica e histórica.
Y Dios nos ha traído aquí como una población profética para hacer grandes cosas, y Dios le dice a la comunidad latina: No se subestimen como le dijo a los hebreos en Babilonia, no vengan aquí a ser conservadores y pequeñitos, vengan a vivir vidas expansivas y emprendedoras. Manden a sus hijos a la escuela, oblíguenlos a estudiar, inviertan tiempo y dinero en preparar a us hijos, llévenlos a los museos, cómprenles libros, pónganlos a ver documentales e inscríbanlos a revistas y a periódicos para que aprendan a ser hombres y mujeres inteligentes y sabios. Inviertan tiempo porque Yo me preparo un pueblo que va a ser un pueblo próspero.
¿Sabe que para el año 2050 se supone que nosotros vamos a ser una tercera parte de esta nación? 150, 160 millones, ahora hay 50 y pico, 56 millones más o menos los que se han contado de hispanos, latinos en Estados Unidos, se supone que eso se triplique para el año 2050. Imagínese una tercera parte de esta nación de extracción latina, eso es increíble, yo me llevé la sorpresa de leer eso hace poco. Va a ser un pueblo y ya lo es, muy influyente, muy poderoso, y por eso es que necesita una Iglesia.
Lo que yo siempre les digo es que ese pueblo con un llamado profético requiere una Iglesia a la altura de ese llamado. Una Iglesia capaz de educar, una Iglesia con una visión expansiva de lo que es el Reino de Dios, una Iglesia emprendedora, una Iglesia con la planta física que se necesita, con Pastores y Pastoras con sabiduría y entrenamiento bíblico-teológico, buena educación preparando a los niños, haciendo trabajo en la comunidad, dándose a conocer.
Y para poder apadrinar y discipular a ese pueblo que tiene un llamado profético, es como un rey escondido que necesita una nodriza que lo nutra y lo enseñe bien para que cuando llegue a su nivel de heredar el reino esté preparado para hacerlo. Y por eso es que el segundo llamado es a León de Judá, esta Iglesia. Es un llamado a nosotros, a esta Congregación, que es una Congregación que para gloria de Dios ejemplifica muchos de esos valores de lo que debe ser una Iglesia latina y esto es para gloria exclusiva del Señor, Dios me libre. Dios sabe que cuando digo estas cosas es con temor mas bien de que haya orgullo o algo.
Pero la verdad es que Dios nos ha dado, nos ha hecho una Iglesia ejemplar para gloria del Señor. Nos falta mucho, mucho, mucho, mucho, somos muy lejos de ser perfectos, pero hay muchos valores aquí de lo que debe ser una Iglesia para hacer su parte en ese llamado de bendecir a la comunidad latina y ayudarla a ser todo lo que Dios quiere que sea.
Y Dios nos dice a nosotros como Congregación: No se subestimen, Yo tengo grandes propósitos para ustedes, no digan que no pueden. Cada cosa que nosotros hacemos, ese conector, eso enriquecerá el funcionamiento y nos posicionará para hacer todo lo que nosotros queremos hacer. A una Iglesia que tiene un llamado como este va a ser una Iglesia peligrosa para estar en ella porque Dios va a pedir mucho de usted, porque no somos una Iglesia convencional; no somos una Iglesia de administración, manejo y mantenimiento. Somos una Iglesia profética militante, on-edge siempre viviendo en el borde del llamado de Dios, fronteriza.
Y esa Iglesia requiere un pueblo igualmente agresivo y visionario para poder hacer todo. Si fuéramos una Iglesia simplemente que ya, ha llegado a su nivel y estamos ahí simplemente subsistiendo como tantas iglesias que llegan al período de la madurez y la ancianidad, y simplemente puedes venir a la Iglesia el domingo, recoger la ofrenda, hacer la Santa Cena y nos vamos a la casa y volvemos el domingo que viene, y hacemos lo mismo otra vez, hay muchas iglesias así y gloria a Dios por eso, no es gloria a Dios pero sí usted entiende lo que quiero decir.
Todavía Dios no nos ha dado el privilegio, no el privilegio, no hemos caído en eso. Esta es una Iglesia agresiva, militante, expansiva, siempre yendo un poquito más allá, siempre incomodándose, porque el llamado es grande y Dios nos dice: No se subestimen, Yo tengo grandes cosas. En un tiempo como el que estamos viviendo Dios le dice a esta Iglesia: No digas que soy joven, no digas que no tengo, no digas que ya dimos demasiado, no digas que ya estamos, no. Ustedes van a hacer todo lo que Yo les diga que tienen que hacer y van a decir todo lo que Yo les diga que tienen que decir.
No se atemoricen ni caigan en pedir disculpas por lo que ustedes son, lo que ustedes creen, hagan lo que Yo les digo y no se preocupen porque Yo estoy con ustedes, amén. Entonces es un llamado al pueblo latino en Estados Unidos, es un llamado a León de Judá, es un llamado a toda esta feligresía en general diciéndoles: Ustedes valen, son importantes para Mí, hay algo que está en ustedes que Yo necesito y quiero.
En este tiempo de la historia en que Yo me preparo para hacer grandes cosas como dice aquí: "He aquí he puesto mi palabra en tu boca, me dice Jehová: Yo apresuro mi palabra para ponerla en tu boca." Dios me ha hablado claramente que este es un tiempo en la historia de la humanidad como nunca antes en todo el tiempo en que hombres y mujeres llevan caminando sobre este planeta, este es un tiempo increíblemente importante y seminal para el desarrollo de la humanidad, y a nosotros nos ha tocado vivir ese tiempo.
Y esta feligresía, tú te mueves en ese contexto de gran importancia cósmica casi podríamos decir. Dios se apresura para hacer grandes cosas en este tiempo y tú tienes que vivir a la altura de ese tiempo, y tú tienes un llamado profético.
Y la última aplicación, latinos en Estados Unidos, León de Judá, feligresía general, es a los que, de nuevo, necesitan entrar en ese centro, los que necesitan entrar en ese centro y salirse de la periferia, a ustedes también Dios les dice: No eres niño, no digas que no es tiempo, no digas que: ah, eso se lo debo a los consagrados, no. Yo tengo un llamado para tu vida. Si tú solamente te tomas en serio a ti mismo y me tomas en serio a Mí Yo haré grandes cosas a través de ti. No dejes de creer que Yo tengo un llamado para tu vida.
En el Nombre de Jesús yo me refiero a aquéllos que todavía no han entregado sus vidas al Señor completamente. Conságrate, entrégate totalmente, zambúllete ya en las aguas totalmente para que el tiempo más glorioso de tu existencia se desate y tú puedas entrar en todo lo que Dios tiene para tu vida.
Si tú dices que no puedes no vas a poder, si tú dices que no eres no vas a ser, pero si tú crees en el llamado de Dios Dios te va a infundir, te va a vestir con ropas sacerdotales y te va a poner donde tú necesitas estar.
Yo tenía unas transparencias, ahí unas proyecciones pero las daré el domingo que viene, no importa, porque esto es lo importante. Si la voluntad está dispuesta, está informada, está iluminada lo demás viene específicamente. Cuando hagamos este llamado el domingo que viene creámosle al Señor.
Mire lo último les prometo: esta mañana estaba mirando todos esos bosquejos que yo tengo ahí de la primera vez, tenía un sermón ahí de los años 90, eso es una reliquia. Yo creo que si eso lo vendo en Ebay $5.000 me van a dar. Y ahí yo decía algo bien interesante a la Iglesia Bautista Central de Cambridge cuando ya habíamos iniciado los primeros comienzos de este esfuerzo.
Fíjate, es que como que siempre los mismos argumentos, las mismas cosas. En ese tiempo yo decía: "ahora mismo nosotros somos cien personas" yo tenía escrito, dice: "somos cien personas" y mire mis cálculos de Pastor desesperado para sacarle el jugo a la gente, decía: "cien personas, si nosotros hacemos esas cien personas, hacemos $15.000 por año, si 100 personas en esta Iglesia son $15.000 dólares al año de salario" imagínese en esos tiempos $15.000 al año, "100 personas; eso es 1 millón y medio de dólares."
Y si solamente esas personas dieran el diezmo yo decía como la gran cosa: "nuestro presupuesto sería $150.000" en ese tiempo por lo que dice allí era $50.000 al año el presupuesto nuestro, $50.000 al año, "y con eso" yo decía "resolveremos todos nuestros problemas."
¿Usted sabe cuánto es nuestro presupuesto ahora, veinte y pico años después? $1.800.000 ¿ok? Eso quiere decir que es más de lo que toda la Congregación hacía supuestamente en mi escenario teórico. Dios nos ha bendecido, nos ha prosperado más allá de lo que nosotros pensábamos. Esa congregacioncita metida en lo recóndito del Río Charles Dios la sacó a la prominencia de una gran ciudad y Dios la ha bendecido, y la ha usado, y nos ha permitido bendecir a angloparlantes y diferentes continentes, y naciones, porque le creímos al Señor, y yo todavía estoy.
Esta mañana Dios me hablaba allí sentado diciéndome: No te preocupes, Yo tengo lo que tú necesitas. Pero ¿sabe? que ese presupuesto cada domingo nosotros quedamos en un poquito de déficit, cada domingo para poder alcanzar ese presupuesto. Son unos $30.000 dólares que nosotros necesitamos y yo le explico después pero, y nunca llegamos, muy raramente llegamos a la meta de esa cantidad de dinero porque son muchas las cosas que nosotros hacemos, son muchos los gastos de esta Congregación; son tres grandes edificios en la ciudad y un equipo Pastoral que es pequeño dada toda la gran comunidad que nosotros servimos, con muchos diferentes ministerios.
Y se requiere un pueblo que dé parejamente, generosamente, y que se sienta: yo soy parte de algo poderoso que Dios está haciendo en esta ciudad. Y si nosotros nos atrevemos a creerle al Señor Dios va a hacer cosas que todavía ni siquiera nos imaginamos.
Lo que yo no podía concebir hace veinte y pico de años ahora mismo yo tampoco puedo concebir lo que Dios va a hacer en quince, veinte años, yo no sé si voy a estar aquí pero Dios tiene grandes cosas para ustedes y para todos nosotros. Dios puede hacer cosas imposibles, sólo falta que le creamos a Dios y tú eres parte del milagro. Dí: "yo soy parte del milagro" tú, créele al Señor.
Y mi deseo no es solamente para una campañita pequeña sino para tu vida, todos los años que te quedan por delante que los vivas en la generosidad y la grandeza, y la abundancia de un Dios que tiene buenos propósitos para tu vida.
Baja tu cabeza un segundo, recibe la Palabra del Señor, no vengas con retórica sino créele a Dios y si dijiste amén pon tu firma en eso, y dí: yo le voy a dar a Dios, yo voy a servir a Dios, yo sí puedo, yo tengo y puedo ser parte de un milagro. Dios nos ha llamado a hacer ese conector como un punto final a esta gran narrativa que ha sido nuestra vida hasta aquí porque Dios es un Dios de excelencia y de detalles, y tú eres parte de Su milagro específico.
Padre: en el Nombre de Jesús te pedimos que nos prepares y que nos ayudes a estar a la altura del llamado y del contexto que habitamos Padre en este tiempo de la historia. Yo bendigo este pueblo Padre y pido que lo anches, y lo prosperes, y que hagas de él un gran y poderoso pueblo que ejemplifique los mejores valores del Reino de Dios, y que sea levadura santa y buena para esta ciudad, y que bendiga a muchos.
Danos el valor Padre, esta campaña, la parte financiera. No solamente de la campaña sino de la vida de esta Congregación cotidiana, domingo tras domingo, semana tras semana yo la pongo escuetamente en Tus Manos Señor amado. Sácanos de el aprieto y ponnos en abundancia santa para hacer Tu Voluntad y preocuparnos por lo que vale y lo que cuenta que es hacer Tu Voluntad y cumplir con Tus propósitos Señor. Ancha un poco el contexto en que estamos Padre y bendícenos, y te serviremos hasta el último día Señor. Gracias en el Nombre de Jesús, amén.
Hermanos les bendigo en el Nombre del Señor, vivamos vidas heróicas a la altura del llamado de Dios para nosotros, Dios les bendiga.