Cómo superar los dolores de la vida

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Quiero dar una Palabra de consuelo y de esperanza, y de ánimo para todos nosotros. Quiero hablar acerca de cómo superar los dolores de la vida y resistir, y superar en medio de las pruebas, y voy a usar dos pasajes.

Uno se encuentra en Segunda de Corintios capítulo 4, Segunda de Corintios capítulo 4, versículo 7. El apóstol Pablo que escribe estos pasajes, a pesar de ser un hombre de gran poder, grandemente bendecido por Dios, fue un hombre también que padeció muchas pruebas, dificultades, no estuvo exento de sufrimientos y padecimientos a pesar de que Dios lo había escogido para una de las obras más grandes espirituales de toda la historia del cristianismo. Sin embargo Pablo era un doctor en penalidades, sufrimientos y padecimientos.

Pero lo que nos impresiona siempre de él es que esa nota de victoria y de confianza, y de fe en el Señor es la que está por encima de todas las demás notas de su vida, y nos recuerda de que, a pesar de que pasemos por tribulaciones y luchas, no estamos desamparados sino que el Señor está con nosotros y que tenemos siempre que declarar siempre victoria en medio de todo.

Y podemos comenzar por ejemplo en el versículo 7, Segunda de Corintios 4, dice: "Pero tenemos este tesoro" el tesoro del cual habla Pablo de Hechos, de hecho es la bendición de Dios en nosotros, el Evangelio que Dios nos ha dado, la revelación maravillosa que tenemos a través de Cristo Jesús. Toda la enseñanza maravillosa que se encierra en la Escritura, la herencia que tenemos cada uno de nosotros como hijos de Dios.

Dice Pablo: Este tesoro, sin embargo, lo tenemos ¿en vasos de qué? "vasos de barro." En otras palabras es como si usted cogiera millones de dólares y en vez de ponerlos en una caja fuerte o en un cofre muy hermoso y bien adornado, lo pusiera en humildes tinajas quebradizas, frágiles y de barro. Y Pablo dice: "Tenemos este tesoro del Evangelio en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" para que Dios se glorifique, no nosotros, siempre; que tengamos que buscarlo a Él siempre.

"Nosotros que estamos atribulados en todo" ¿pero qué? "mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados." ¿Cuántos de nosotros a veces nos desesperamos, perdemos la esperanza y pensamos como que: ya no hay esperanza para mí, no hay futuro para mí? Reprenda eso en el Nombre del Señor. El cristiano nunca está desesperado. Puede estar atribulado, sí.

Yo creo que a veces podemos estar atribulados, podemos estar angustiados, eso es natural. Yo no creo en ese edicto que hay por ahí de muchos cristianos: oh, que. Por ejemplo ese corito con toda buena intención y yo no tengo problema, si usted lo quiere cantar amén: "no puede estar triste un corazón que tiene a Cristo", yo sé lo que quiere decir, es casi como una declaración retórica: "no debiera estar triste un corazón que tiene a Cristo" pero la verdad es que a veces estamos tristes. A veces la prueba agobia, y ¿quién ha perdido un ser querido que no se entristezca y no se angustie? es natural, pero lo que no tenemos que hacer es perder la esperanza, perder la seguridad en Dios.

"Estamos en apuros pero no desesperados. Estamos perseguidos pero nunca desamparados; derribados pero no destruidos, llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos."

Y por qué no leer un poquito también el versículo 16 ahí de Segunda de Corintios 4, dice: "Por tanto no desmayamos. Antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior, no obstante, se renueva de día en día; Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria." En otras palabras lo que nos dice el apóstol Pablo allí es que, las tribulaciones que experimentamos, en vez de derribarnos, destruirnos, encajarnos en un callejón sin salida, nos hacen más fuertes, producen en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. Nos hacen más pesados en el sentido positivo de la palabra, tenemos más peso espiritual en el Señor.

Después en la Epístola a los Filipenses en el capítulo 1, Pablo se encuentra en la prisión encadenado, dos guardias enfrente a su prisión, algunos dicen que hasta tenía un soldado encadenado a él para que no hubiera un milagro de esos que experimentó Pedro y se fuera a escapar de alguna manera misteriosa, no está seguro si va a morir o vivir, si lo van a crucificar o lo van a ejecutar, no está totalmente ciento por por ciento seguro si va a salir vivo de esa prisión; ahí escribió él esta Epístola a los Filipenses que es una epístola que reboza gozo, esperanza, alegría, victoria.