Tenemos que renovar la visión

TRANSCRIPT

Vamos a Joel capítulo, vamos a comenzar con el capítulo 1 y el otro es en el capítulo 18, de Reyes 19, Primero de Reyes capítulo 19 y voy a usar estos dos pasajes como punto de partida de la meditación. Y de nuevo, seguimos con esta temática acerca de esta semana nuestra de ayuno y de oración, y quiero invitarlos a reflexionar en esta mañana acerca de la necesidad de tiempos en que tenemos que buscar la unción del Señor, tenemos que renovar la visión.

Y en este pasaje que es un Libro que es conocido como un Libro de avivamiento, vemos en el versículo 12 del capítulo 2, vamos a comenzar allí, lo voy a hacer desde este punto de partida, dice: "Por eso pues convertíos a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lamento, rasgad vuestros vestidos y convertíos a Jehová, vuestro Dios porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá, y dejará bendición tras de Él? esto es ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios."

Ese es el llamado que tenemos que siempre tener presente en nuestra vida. Cuando hay tiempos (cambio de micrófono), hay tiempos en que necesitamos reconocer que hay algo que está faltando, algo que necesitamos de parte de Dios que no tenemos. Hay tiempos en que tenemos que reconocer que hay sequía, que hay debilidad y que tenemos que volver a la fuente, tenemos que volver al lugar donde se encuentra lo que necesitamos para fortalecernos y poder seguir el camino de la fe.

Joel es un Libro que habla acerca de un tiempo de crisis en la vida de Israel. Joel es un profeta que Dios usó en una época en la historia de Israel cuando había habido un desastre nacional muy grande, una plaga de insectos terribles, langostas, lobsters en inglés, había devastado toda la tierra; eso es muy común en el Medio Oriente, sobre todo en los tiempos pasados no había control de plagas y este tipo de cosas, y periódicamente podían venir grandes cantidades de insectos, y pasar como una nube, y comerse todas las cosechas, y destruir, y dejar la nación completamente en crisis porque se perdía la comida, y la nación entraba en tiempos de escasez.

Por eso el Libro de Joel comienza de esa manera. Por ejemplo en el versículo 11 dice: "Confundíos labradores, gemid viñeros por el trigo y la cebada porque se perdió la mies del campo, la vid está seca y pereció la higuera. El granado también, la palmera y el manzano. Todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres."

Más adelante en el versículo 17 del capítulo 1 dice que: "El grano se pudrió debajo de los terrones. Los graneros fueron desolados, los alfolíes destruidos porque se secó el trigo. Cómo gimieron las bestias, cuan turbados anduvieron los atos de los bueyes porque no tuvieron pastos. También fueron asolados los rebaños de las ovejas. A Ti oh Jehová clamaré porque fuego consumió los pastos del desierto y llama abrazó todos los árboles del campo. Las bestias del campo bramarán también a Ti porque se secaron los arroyos de las aguas y fuego consumió las praderas del desierto."

¿Qué ve usted aquí? sequía, devastación, pérdida de cosechas. Todo lo que se supone que produzca fruto está destruido, está devastado, no hay comida, no hay alimento, no hay verdor en la tierra. Y claro eso puede ser una imagen, por lo que vemos más adelante, ¿cuál es la solución a este problema nacional?

Pero lo importante aquí es esa sequía. Y por lo que vemos más adelante en este Libro de Joel, a Joel le preocupa más que simplemente la sequía física. El Libro de Joel nos enseña algo y es que muchas veces la sequía física en las naciones o las sequías espirituales en nuestra propia vida son más que simplemente el producto de una situación externa, de una crisis, de una enfermedad, falta de dinero o lo que sea. Muchas veces detrás de esas cosas hay una necesidad de buscar el Rostro de Dios, de buscar la solución en Dios, escudriñar nuestros caminos como dice ese texto de Jeremías donde tenemos que escudriñar nuestros caminos y volver a Jehová; donde tenemos que decir: ¿por qué están pasando estas cosas en mi vida, por qué en mi vida no hay la bendición que se supone que haya?

Y entonces tenemos que buscar la razón. Cuando hay situaciones de crisis en nuestra vida, cuando estamos pasando por situaciones difíciles en vez de buscar al psiquiatra, y los psiquiatras tienen su lugar, en vez de buscar al psicólogo o ir a las pastillas, o lo que sea, primero; después si Dios nos dice: Ok, nos da libertad para buscar en otro lugar solución, ok, pero lo primero que tiene que hacer el hombre, la mujer de Dios es ir directamente al Trono de Dios y preguntar: Señor ¿qué Tú quieres decirme, qué está pasando en mi vida, por qué esta situación?

Y nosotros tenemos que saber que en última y en primera instancia siempre la solución está en el Señor. El hombre, la mujer de Dios que está convencido de algo es la persona que sabe que es el Señor donde tenemos que ir primero. Todo lo que estaba pasando en Israel en este tiempo, Joel dirigido por el Espíritu Santo sabe y le advierte al pueblo que la solución es ir primeramente al Señor.

Las sequías en nuestras vidas, ¿qué pasa cuando no nos huelen ni las azucenas como dicen por allí? Venimos a la Iglesia y los coros no nos mueven, tratamos de orar, no sentimos nada. La vida cristiana se convierte en una rutina, nuestra vida no refleja el distintivo de lo que debe ser una vida llena del Espíritu Santo.

Hubo tiempos quizás en nuestra vida en que estar en la Casa de Dios era nuestro gran privilegio y nuestro gozo, si se convocaba a un tiempo de oración ahí estábamos nosotros. Conocimos al Señor y había un entusiasmo por las cosas de Dios en nuestro corazón, nos encantaba leer la Palabra. Los coritos que nos recordábamos salían con facilidad de nuestra boca y Dios se sentía muy cercano a nosotros, es lo que la Biblia llama el primer amor muchas veces.

Pero como todos los primeros amores puede venir la dejadez y puede venir la rutina. Y muchas veces viene la sequía a nuestra vida, y viene simplemente entonces el venir a la Iglesia porque eso es lo que hacemos y porque está bien, o si no simplemente venimos de vez en cuando, y si no vamos no sentimos ninguna necesidad ni ningún sentido de pérdida; simplemente vamos cuando nos da la gana, cuando queremos o cuando sentimos el deseo, y entonces nuestra vida cae en una rutina espiritual porque hay sequía.

El diablo va desgastando y la vida va desgastando nuestro amor por el Señor, nuestra pasión, nuestro sentir la Presencia del Señor y eso pasa con todas las cosas humanas y todas las cosas materiales. Usted compra un carro nuevo y las primeras semanas ese new car smell, el olor del carro nuevo ¿cuántos saben a lo que me estoy refiriendo, no? el carrito huele riquísimo. El leather, el cuero de los asientos usted entra al carro y de una vez le golpea las narices ¿no? está brillante el dashboard allí con todos sus dials y todos sus indicadores perfectamente limpios, etc., la alfombra fresquecita.

Pero ¿qué pasa con el tiempo? comienza a viciarse el aire ¿no? se le derramó un poco de café un lunes por la mañana mientras usted iba rápido para el trabajo, ahí se queda, se mete ahí y olvídese, cuando venga el verano y hayan 90 grados de temperatura eso va a oler y le van a recordar que eso está allí. El día que le dió el primer golpe al carro ahí que se lo rayaron, ¡qué dolor, cuánto duele eso! ¿verdad?

Porque esa es la naturaleza de la vida. Todas las cosas del mundo van perdiendo su brillo con el uso. El matrimonio es igual. La primera vez que usted vió a la que iba a ser su esposa usted casi se derrite ahí delante de ella ¿no? todos los poemas que usted había leído en la niñez le salen de una vez. Después con el tiempo ¿qué pasa? ya la familiaridad, la costumbre, ya se pierde ese primer amor y ya nos vemos como si fuera una chancleta vieja allí, simplemente nos la ponemos y eso es todo. Se perdió la pasión, se perdió el entusiasmo ¿verdad que sí? ya no salimos a comer ni nada sino que ponemos a la mujer ahí a cocinar día tras día y ella la pobre queriendo que la saquen aunque sea a McDonalds un domingo pero que va, usted hace caso omiso de eso.

Ya se perdió el entusiasmo porque así es con todo, y así es con el Señor también muchas veces. Las Congregaciones van metiéndose en la rutina y ya venimos el domingo, y la cuestión no puede hacer todo, y usamos el rollo este pentecostal ¿no? saltamos, decimos esto, decimos lo otro pero el corazón no está detrás de eso y no podemos conformarnos con la rutina. Tenemos ahí que medir ¿dónde está la pasión en este día, dónde está el entusiasmo? ¿qué está pasando?

Yo siempre estoy midiendo el estado de la Congregación, el estado espiritual y yo sé que hay momentos en que decae un poco el ánimo, y en mi propia vida también lo hay. En esos tiempos en que detecto que algo está pasando en mi vida yo tengo que volver otra vez a la fuente, tengo que ponerme las pilas de nuevo, y tengo que ponerme el sweatsuit y volver a la trotadora a ponerme en forma. Tengo que volver otra vez a buscar la unción del Señor y así tiene que ser a través de toda la vida.

Cuando hay sequía, cuando las plantas están devastadas, cuando la oruga y la langosta se han comido la comida tenemos que ir al Señor para buscar bendición y visitación fresca del Señor. Y así pasa también con las naciones que están decayendo y están muriéndose de su gloria antigua, y no se dan cuenta de que el problema está en un alejamiento del Señor.

Joel como un profeta de Dios sabía que lo que estaba pasando en Israel, en Jerusalén no era simplemente producto de un desastre biológico, físico, natural sino que había algo detrás de eso y que la solución estaba en ir al Señor.

Esta nación, no puedo perder de decir y señalar esto, Estados Unidos es una nación que está muy parecido de como estaba Jerusalén. Esta nación se ha ido apartando de los fundamentos antiguos en los que fue fundada. Mientras Estados Unidos se mantuvo como una nación temerosa de Dios, nunca fue perfecta. A mí me molesta cuando los estudiosos de la Biblia y los teólogos me hablan de que cuando yo digo, cuando se dice: esta nación fue temerosa de Dios; ah que bueno, esta nación siempre oprimió a los indios, a los negros y este tipo de cosas, yo sé eso. Esta nación nunca fue perfecta ni ninguna nación nunca fue perfecta, y ninguna nación ha sido buscadora del Espíritu del Señor perfectamente bien, esa no es la idea pero sí esta nación cuando usted ve su tono y lo que esta nación declaraba en sus proclamaciones oficiales, y en su Constitución había un temor de Dios.

Y en esta nación hasta aquí todavía no ha habido un hombre que sea electo que sea ateo por ejemplo, porque en alguna manera todavía la gente temerosa de Dios está, están los cristianos comprometidos y está la gente temerosa de Dios que no son quienes están comprometidos pero le temen a Dios, y hoy en día aunque sea pretendiendo tienen que decir que son cristianos porque saben que todavía.

En el futuro no será necesario, en el futuro también habrá presidentes ateos y habrá presidentes de otras religiones que tratarán de imponer sus religiones también sobre esta nación, pero todavía hay por lo menos un sano temor, ha habido; yo no creo que ya hay necesariamente ahora mismo un sano temor de Dios, pero lo ha habido. Pero ¿qué pasa? que según esta nación ha ido deslizándose cada vez más y más de ese temor nacional que han proclamado como la norma a seguir, aunque no la han seguido perfectamente pero esa ha sido la norma fundamental. En la medida en que esta nación se ha ido deslizando ha ido perdiendo vigor, ha ido vitalidad en el mundo, ha ido perdiendo respeto en el mundo.

Hoy en día esta nación es el hazmerreír de la humanidad y hay muchas naciones en el Medio Oriente, en África, en Asia, en Latinoamérica que ven esta nación como una exportadora de todas las inmundicias y todas las doctrinas de error que están corrompiendo nuestras sociedades en otros países, y quieren corromper esas sociedades con su, y les ponen presiones económicas para que esas naciones adopten la porquería que aquí se ha adoptado.

Y por eso esta nación está cada día decayendo más y más. Una nación que antes le debían a ella hoy es una nación deudora, debe trillones de dólares a gente que no se puede confiar en ellos necesariamente que tengan buena intención para con esta nación. ¿Sabe a qué nación le debe más dinero Estados Unidos ahora mismo de todas? a China, y China es un gigante dormido que se está levantando y que no tiene ningún amor para Estados Unidos, y que un día puede que le pida a Estados Unidos que le pague todo ese dinero de un solo tirón, y pueden haber problemas.

Esta nación se ha convertido en una nación deudora, una nación con todo tipo de crisis nacionales. ¿Por qué? porque se han apartado del Señor y cada día va perdiendo vapor, va perdiendo vitalidad, va perdiendo unción. Porque cuando las iglesias, cuando las naciones, cuando los individuos se apartan de sus fundamentos espirituales eso es lo que pasa.

De paso déjeme decirles algo interesante, esto es un extra para ustedes. Cuando vinieron los peregrinos acá, los puritanos, John Wincob que iba a ser gobernador de Massachussets en algún momento más adelante, él escribió un documento en el barco donde venían y él habló acerca de que, dijo: Dios nos ha traído a este nuevo mundo, y todavía eran sólo un puñado de gente, ellos no sabían claramente que de ese puñado de personas que venían buscando libertad religiosa iban a ser la nación más poderosa de toda la historia de la humanidad, y más influyente, Estados Unidos.

Pero ellos sabían en su corazón que Dios los había traído para algo extraordinario y él dijo que Dios los había llamado para ser una ciudad sobre un monte, para que la gente mirara esa sociedad que iba a crecer acá en el nuevo mundo, y la usaran como una señal profética. Pero él dijo también: y si nosotros nos apartamos del llamado de Dios, si nos apartamos de este pacto que hemos hecho con Dios, dijo pasaremos a ser un objeto de murmuración y de risa, y de ridículo ante las naciones, y eso lo dijo él hace 400 años, y yo creo que así se va a cumplir, y se está cumpliendo.

Porque Dios no se afilia con nadie en última instancia, Dios se afilia con Su Verdad y mientras las naciones, las familias, los individuos se afilian con la Verdad de Dios entonces Dios los bendice, y Dios los respalda, pero cuando se apartan aunque sea Su pueblo Israel los echa al exilio, y esta nación tendrá que pagar eso.

Pero lo que quiero decir hermanos es que nosotros tenemos que tener mucho cuidado de siempre mantenernos pegados a los fundamentos de nuestra vida. Dios ha bendecido a Congregación León de Judá en muchas maneras, nos ha prosperado y nos ha bendecido pero ¿sabe qué? nosotros tenemos que siempre estar tomándonos el pulso para ver dónde estamos espiritualmente y no acostarnos sobre nuestros laureles.

Dios nos ha dado este bello edificio pero eso no es nada, eso no es para que estemos andando por allí orgullosos con la cabeza pa' arriba, al contrario: tenemos que humillarnos más delante del Señor, esto lo hizo posible el Señor y a Él le damos toda la gloria y toda la honra. Y lo que tenemos que hacer mas bien es humillarnos más y temer más, y decir: Señor Tú nos has visitado y nos has bendecido ¿qué Tú quieres que hagamos ahora con lo que Tú nos has dado?

Dios quiere que caminemos por allí más humildes que nunca, no andemos por ahí diciendo: ay León de Judá esto, León de Judá, nosotros no somos nada excepto lo que Dios quiera que seamos y lo que Dios nos bendiga. Si nos apartamos de la unción de Dios la unción de Dios nos dejará y seremos como cualquier otra Iglesia decrépita por allí, con un edificio y 20 personas aquí todas frías en nuestros servicios. Tenemos que seguir buscando la unción del Señor y darle siempre gloria, y honra al Señor.

Estamos en un tiempo en que necesitamos refrescarnos espiritualmente. Como yo dije al inicio del año el trabajo ha sido arduo, ha sido larga la caminata y estamos un poco cansados, pero eso no es nada ¿amén? no se canse ahí, lo que hay que hacer es buscar la unción fresca del Señor y llenarnos de nuevo.

Yo les suplico que entiendan que de parte mía, yo no estoy en crisis, ¿ok? estoy sí un poquito cansado y agotado como los soldados pero me estoy sanando, y me estoy recuperando, y voy pa' 'lante en el Nombre del Señor ¿amén? así que oren por mí pero no se preocupen más de la cuenta ¿amén? no tengo ningún plan de suicidarme o saltar de un edificio, del Prudencial o del John Hancock, eso no está en mi agenda en absoluto ¿ok? estoy más enamorado del Señor que nunca y vamos para adelante.

Pero entiendo que cuando uno ha terminado un maratón uno tiene que reponer las fuerzas y amén, eso es natural, nuestra Iglesia también necesita reponer las fuerzas. Todavía hay muchos retos delante de nosotros. Ahora es que comienza lo bueno hermanos, ahora es que usted tiene que apretarse los cinturones porque ahora es que viene la misión. Este templo es simplemente un peldaño para subir más alto, eso es todo. El objeto, el final de nuestra Iglesia no es el santuario, esto es simplemente el punto de partida, ahora lo que necesitamos es buscar más unción del Señor, fresca unción de Dios.

León de Judá necesita recibir Palabra de Dios, necesitamos unificar, consolidar ¿recuerda esa palabra que hemos usado este año? Yo quiero consolidar nuestra Iglesia, que cuando yo mire ¿sabe qué? que cuando yo miro muchas veces desde aquí arriba cuando estamos cantando, veo dos Congregaciones: veo una Congregación exaltada que alaba al Señor y veo sus labios moviéndose, cantando con gozo y veo mucha gente allí aplatanada, francamente. No mueven la boca, no cantan, no levantan las manos, no hacen nada. Y usted podrá decir: no porque yo canto en mi corazón, yo canto. Déjese de eso, Dios quiere que lo alabemos en espíritu y en verdad, con nuestra boca, con nuestro cuerpo y con nuestro espíritu.

Si usted no sabe cantar aunque sea cante bajito, que si usted desafina no se preocupe, el Señor allá lo recibe en estéreo purificado y alta definición, y todo lo demás ¿ok? Levante su voz, oblíguese a cantar. Hombres: ustedes quizá no están acostumbrados a cantar, muchos de ustedes ni tampoco a cantar pero practíquelo; usted verá que es fácil y usted descubre ese lugar ahí donde puede adorar al Señor. Esfuércese, desarrolle las destrezas de un guerrero, una persona llena del Espíritu Santo. Yo le pido al Señor que nos dé una Congregación completa.

Cuando yo mire de aquí yo quiero ver un pueblo en fuego por el Señor, y un pueblo que viva el Evangelio no solamente aquí adentro sino también allá afuera, en la vida. Yo quiero que ustedes todos hermanos, parejos. Yo le estoy pidiendo al Señor en este tiempo una Congregación pareja, escuche eso, así es mi oración: Señor, ayúdame a desarrollar una Congregación pareja.

Quiero decir con eso que el más lento corra tan rápido como el más rápido, el menos ungido sea tan ungido como el más ungido, el más nuevo pronto se ponga las pilas y esté clamando al Señor como la persona que tenga al frente cuarenta años en el Evangelio. No se queden atrás, la carrera dice la Palabra no es del más rápido, ni la batalla del más fuerte, es la persona que tiene la unción del Señor y una persona con un año de vida en el Evangelio puede ser tan poderosa y tan ungida como uno que tiene cincuenta años, así que busca la unción del Señor.

Entonces lo que estoy diciendo es que cuando vienen tiempos de sequía en nuestra vida, cuando sentimos que el termómetro está bajando, la temperatura espiritual está bajando tenemos que ir de nuevo a buscar la fuente, tenemos que avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros. La Palabra que yo decía cuando Pablo le dice a Timoteo: "Te aconsejo que avives el fuego de Dios que está en ti y añade, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio." Nosotros tenemos que estar siempre avivando el fuego de Dios en nuestras vidas.

Y entonces eso es lo que pasa: cuando vienen tiempos de sequía y de necesidad tenemos que volver a buscar la unción del Señor. Tu vida tiene que ser una búsqueda periódica y continua de la unción fresca de Dios, porque se te va a gastar, es natural que cuando tú trabajas y te esfuerzas, y tienes dificultades en la vida, y en el trabajo, y has pasado por tiempos difíciles se te gasta la gasolina, eso es natural.

¿Cuántas veces le echas tú gasolina a tu carro? cuantas veces necesita. Si yo hago un par de viajes allá por las afueras de la ciudad cuando vengo a ver tengo el tanque vacío, tengo que volver a la gasolinera y volver a echarle gasolina, y así pasa mucho en la vida espiritual también. La vida espiritual se parece mucho a la vida física, no se crea. Por eso es que la gente que se mantiene viva en el Espíritu es la gente que periódicamente se da cuenta de que está seca la cosa, y que necesitamos volver a la fuente, y pedirle al Señor que abra los cielos.

Vamos a cantar ese coro al final del servicio: abre los cielos sobre nosotros porque ese coro de hecho está basado en ese, se me hizo claro esta mañana ¿no? de que ese coro está basado en este pasaje aquí donde dice: "El campo está asolado, se enlutó la tierra porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite." Ese coro que nosotros cantamos: Los árboles del campo se han secado, el vino y el aceite se acabó, Tu pueblo está ¿cómo es? desierto y sin vallado, entre algo se escucha el clamor y entonces dice: abre los cielos sobre nosotros, abre los cielos ¿no? haz llover sobre Tu renuevo, haz llover, haz llover Señor, manda la lluvia.

Nosotros tenemos que pedirle al Señor: manda la lluvia Padre, periódicamente en tu vida. Si tú quieres tener una vida a largo plazo y durar hasta el final de la carrera tienes que saber cuándo hay tiempos de sequía en tu vida, y tienes que volver a la fuente. Si hubo alguna crisis en tu vida, si hubo alguna derrota, alguna situación que te alejó por un tiempo del Señor, si algo sucedió que tú le estabas pidiendo al Señor y no se dió, tuviste algún fracaso, algo pasó, alguien te desilusionó en la Iglesia, tuviste una pelea con algún hermano y te molestaste, y te fuiste por un tiempo y ahora estás buscando, bueno: busca de nuevo la unción del Señor.

Pídele al Señor que visite tu vida de nuevo y que te refresque. Sácate un día, sácate dos días, ponte a ayunar, dedica tiempo al Señor, coge una mañana libre, declara medio día de enfermedad y es legítimo porque estás enfermo y necesitas sanarte, no vas a estar mintiendo; dí: yo estoy enfermo y dile a tu jefe: estoy enfermo, y busca del Señor ¿ok? porque hay enfermedad física y hay enfermedad espiritual también.

Así que si tú sacas días para otras cosas, cuando tienes un resfriado te quedas en la cama ahí dando vueltas toda la mañana. Bueno, si estás seco espiritualmente declara un día de enfermedad y busca unción del Señor, y quédate medio día en tu casa y dí: no voy a salir de aquí hasta que el Señor no me visite, no me bendiga, como le dijo Jacob al ángel: no te voy a soltar hasta que no me bendigas.

Hay veces que hay que hacer así con el Señor ¿sabes? no voy a dejar de clamar y de pedir, y de molestar al Señor hasta que no me dé la unción, y al Señor le encanta que lo molesten para eso. Quizá no le gusta que tú lo molestes por un BMW pero si lo molestas por unción tú vas a ver que te la va a dar porque es así, al Señor le encanta que le pidamos a Él esas cosas.

Entonces Joel, después de su tétrico diagnóstico acerca de la sequía: "Las bestias del campo bramaron también a Ti porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto" ¿cuál es la respuesta que Joel proclama para esta crisis nacional agrícola? qué dice, o: vamos a buscar un nuevo plan para sembrar otra vez, vamos a sembrar un nuevo plan económico para poner más tuberías en la nación para que haya más agua, vamos a pedir a los economistas que se reúnan y anuncien un plan nuevo nacional de restauración de la tierra, no.

¿Cuál es la respuesta que Dios le da a Joel para la sequía nacional, y cuál es la respuesta que Dios te da a ti para tu sequía espiritual y para León de Judá? Mire lo que dice en el capítulo 2. El capítulo 1 es problema, el capítulo 2 es solución.

Dice: "Tocad trompeta en Sión y dad alarma en Mi Santo Monte, tiemblen todos los moradores de la tierra porque viene el día de Jehová, porque está cercano." Perdón, vamos más adelante en el versículo 12, dice: "Por eso ahora, dice Jehová, convertíos a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno, y lloro, y lamento, rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios porque misericordioso es, y clemente." Versículo 14: "¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá, y dejará bendición tras de Él?"

Me gusta esta forma en que él dice: "¿Quién sabe si?" eso es algo retórico. Muchas veces cuando le pedimos al Señor: Señor renúevame, hay en nosotros como un cierto grado de duda; ¿me va a reponer el Señor, me sacará el Señor de esta sequía? ¿verdaderamente será como dice la Biblia que si uno clama al Señor y se da a buscar de Él, Dios verdaderamente nos visita y nos renueva, y fortalece Su Presencia en nuestra vida? La respuesta siempre es hermanos ¡sí! si tú buscas al Señor Él te encuentra a mitad del camino, el Señor siempre responde a los que se acercan a Él.

Vienen a mí las palabras de Santiago que habla precisamente acerca de ese mismo buscar del Señor. Mire aquí en el capítulo 4 de Santiago, versículo 2 dice: "Codiciáis y no tenéis, matáis y ardéis de envidia y no podéis alcanzar, combatís y lucháis pero no tenéis lo que deseáis porque no pedís, pedís y no recibís porque pedís mal para gastar en vuestros deleites. Oh almas adúlteras ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?"

Mucha gente no tiene efectividad en la vida cristiana porque su corazón está comprometido con el mundo, medio pie en la Iglesia, un pie en el mundo, su corazón está pervertido por las cosas del mundo y por una tibieza espiritual. Y Santiago dice: Cualquiera que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. Hay que definirse. Para uno tener efectividad en la vida cristiana uno que estar definido.

Ahora mire lo que dice más adelante en el versículo 7: "Someteos pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros, acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros." Cuando uno se acerca al Señor el Señor siempre se acerca a uno hermanos. Dios nunca te va a dejar ahí aleteando, pidiendo Su Presencia sin Él visitarte. Si tú te dedicas a buscar del Señor Él te va a renovar, Él va a contestar tu oración. Yo sé que si nosotros como Congregación clamamos al Señor Dios va a visitarnos, Dios va a refrescar nuestra vida como Iglesia y nos va a dar fresca visión acerca del futuro.

"Pecadores, limpiad las manos. Vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones, vuestra risa se convierta en lloro y vuestro gozo en tristeza, humilláos delante del Señor y Él os exaltará." Ese es el llamado de Dios para nuestra Congregación, es humillarnos delante de Dios, buscar Su Rostro, reconocer que necesitamos purificarnos y volver a cerrar ese hueco que se ha abierto en nuestra vida como Iglesia, y volver a los caminos antiguos, y clamar al Señor.

Y por eso Joel continúa en el versículo 15 diciendo: "Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad a asamblea, reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman. Salga de su cámara el novio y de su tálamo la novia, entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Jehová y digan: perdona oh Jehová a Tu pueblo y no entregues al oprobio Tu heredad para que las naciones se enseñoreen de ella, ¿por qué han de decir entre los pueblos: dónde está su Dios?"

Joel dice: convoquen a toda la nación, convoquen a los sacerdotes y a la gente que está de fiesta, a los niños, a las mujeres, los ancianos y vamos a reunirnos como pueblo, y vamos a clamar al Señor, y vamos a pedirle al Señor que renueve, y visite a Su pueblo de nuevo.

Y dice el versículo 18: "Y Jehová solícito por Su tierra perdonará a Su pueblo. Responderá Jehová y dirá a Su pueblo: He aquí Yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones." Versículo 21: "Tierra: no temas, alégrate y gózate porque Jehová hará grandes cosas." Gloria al nombre del Señor, yo creo que Dios quiere hacer grandes cosas entre nosotros pero tenemos que buscar del Señor, tenemos que clamar al Señor.

Yo les había dicho al principio y voy a dejarlo allí simplemente como un pensamiento más para su propio estudio, y que también quería basar parte de mi meditación en Primero de Reyes en el capítulo 19 ¿o Segundo de Reyes capítulo 19? que Elías después de su gran victoria contra los profetas de Baal, y Jezabel lo amenaza de muerte, y le dice: así como hiciste con mis profetas yo te voy a hacer a ti también.

Y Elías está cansado, acaba de degollar no sé ¿400 hombres? ¿cuántos eran los profetas de Baal? 450, ok 50 más, degolló 450 hombres, no me pregunte acerca de eso porque es muy profundo, pero también estuvo ahí en esa lucha todo un día con el diablo mismo y esos profetas allí zajándose la piel y gritando, y él en la tensión de esa lucha. Y claro, cuando tiene esa gran victoria que triunfa sobre los profetas de Baal y el pueblo del Señor se regresa por un tiempo de nuevo a buscar de Dios, uno esperaría como que entonces Elías se fuera a dar una gran fiesta pero no; estaba agotado, cansado, quemado neurológicamente, emocionalmente, espiritualmente y se llena de pavor ante la amenaza de esta reina, y se va al desierto solo.

Y allí se desploma y dice: Señor, basta ya, quítame la vida porque yo no soy mejor que mis padres. El hombre tenía razón para sentirse quemado y agotado. Y por eso yo creo que también Elías se metió al desierto porque era un hombre que en el desierto era donde él encontraba su sanidad, y ahí era donde Dios le hablaba. A veces tenemos que irnos al desierto, tenemos que como dice: llorar y clamar, y humillarnos, y afligirnos, y dejar de comer tantos dulces y tantas cosas buenas que lo que hacen es que nos dan calorías, y nos dañan el cuerpo de todas maneras, y tenemos que irnos al desierto por un tiempo a buscar de Dios.

Allí en el desierto el Señor encuentra a Elías y lo primero que hace es que pone a Elías a dormir porque su cuerpo estaba agotado y su mente también, y le mete en un sueño de esos, lo anestesia y lo pone a dormir, y a descansar; y lo levanta un ángel, y ahí hay una torta cocida y un vaso de agua para que se refresque.

Fíjese que Dios no le dió arroz con pollo y frijoles, y ensalada, y tostones, parece que tengo hambre (risas) ¿no? le dió una torta cocida, un par de tortillitas allí, unas tortillas y un vaso de agua porque cuando Dios, lo que importa es la comida espiritual, nosotros ayunamos y nos eximimos de cosas deleitosas.

Coja un día, coja dos días, coja medio día, lo que Dios ponga en su corazón. Apártese de cosas que le resultan apetitosas y dedique un tiempo a afligir su alma y buscar el Rostro del Señor, y clamar al Señor. El ayuno lo que hace es que subraya nuestras peticiones delante de Dios. No es simplemente pasar hambre, es decirle: Señor yo prefiero más las cosas Tuyas que las cosas de la carne. Entonces clame al Señor en ese tiempo, busque renovación.

Dios lo puso a dormir otra vez y una segunda vez lo levantó el ángel y le dijo: Levántate y come, y le tenía más comida sencilla pero fuerte. Dice que Elías caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a esa cueva donde Dios le habló. Y después de ese ayuno y de ese tiempo de soledad y de quebrantamiento, Dios le mostró a Elías, le dió una revelación acerca de quién Dios verdaderamente es, porque Elías sólo conocía al Dios del trueno, el Dios del viento que rompe las peñas, el Dios del terremoto, el Dios del fuego porque ese es el Dios que conoce Elías. Él era un hombre violento porque necesitaba bregar con gente violenta pero Dios quería bendecirlo, sanarlo y restaurarlo, y mostrarle otro aspecto de Su personalidad.

El Dios tierno, maternal que daba comida a Su siervo, que lo ponía a dormir y a descansar, y que le hablaba a su necesidad emocional. Y Dios en la cueva se le aparece a través del silbido suave y apacible, no a través del viento y el trueno, y el fuego, y todas las cosas violentas a las cuales estaba acostumbrado sino a través del viento apacible porque lo que necesitaba su corazón enardecido y en crisis en ese momento era quietud y paz; que Dios lo tomara en Sus brazos, lo besara, lo arrullara y le dijera: Elías Yo te amo, tú no estás solo.

Elías pensaba que él estaba solo. Cuando Dios le dice: Elías ¿qué tú haces aquí en esta cueva? Elías dice: bueno Señor, un gran celo se ha apoderado de mí porque han perseguido a tus profetas, los han matado y me persiguen a mí también para quitarme la vida. Y Dios le hace la misma pregunta dos veces porque Dios no estaba convencido de que esa era la respuesta verdadera. Elías no estaba solo, él no estaba tan solo como él pensaba; habían siete mil personas en Israel que no habían doblado sus rodillas ante Baal como él.

Y Dios quería mostrarle a Elías, quería renovarlo, su espíritu, su vida, su ministerio y así pasa en tu vida. Dios quiere renovarte a ti, Dios quiere renovar tu visión, Dios quiere darte un cántico nuevo y tienes que buscar de Dios. Dios quiere darle un cántico nuevo a León de Judá pero tenemos que buscarlo en oración y clamor e ir a otro nivel espiritual.

Dios le está diciendo a los que son así, de doble ánimo: Miren, unifiquen su espíritu, dejen de jugar ya a la religión; defínanse de una vez por todas y conságrense al Señor. Dios quiere darte un cántico nuevo en tu vida en esta mañana.

Y al final Dios le dice: Elías, ahora quiero que vayas y unjas al rey de Siria, el que va a ser el rey de Siria y unjas al que va a ser el nuevo rey de Israel, y también unjas al que te va a sustituir a ti en tu ministerio. ¿Qué cosa eh? Dios le dió a Elías en ese desierto una nueva revelación para su vida y su ministerio; lo renovó, le mostró amor y cariño, y le dijo: ahora regresa al ministerio, y ahora tú vas a hacer cosas extraordinarias al nivel internacional, al nivel nacional y al nivel espiritual, te voy a usar y no solamente eso sino que tú no estás solo, hay siete mil más que Yo me he reservado en esta nación de Israel.

Eso es lo que pasa cuando uno busca la unción de Dios. Si tú has tenido algún fracaso en tu vida, siento que Dios le está hablando a algunas personas acá que han tenido un momento difícil en estos últimos meses o en estos últimos años, algo te ha pasado y tú has tenido una gran pérdida, y algo te ha pasado y has sentido un temblor en tu vida, y Dios te está diciendo ahora: Bueno, si tú me buscas Yo te voy a sanar y te voy a renovar, y te voy a dar el mismo gozo, y la misma pasión del inicio. No importa lo que haya pasado en tu vida, Yo quiero visitarte de nuevo y quiero bendecirte, y quiero que comiences de nuevo, fresco, fresca a buscar Mi unción. Esa es la Palabra del Señor para nosotros en esta mañana.

Baje su cabeza. Pídale al Señor fresca unción, comprométase esta semana, vamos a buscar de Dios, vamos a buscar Su Presencia, vamos a buscar Su Rostro. Gracias Señor Jesús, gracias Señor Jesús.