Probar nuestra fe a través de la persecución

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El apóstol Pedro se inspira muy peculiarmente en estos momentos en que él escribe, y Pedro le está escribiendo a una Iglesia que está en el medio de la persecución. Y es interesante cómo Pedro se dirige a ellos y lo que encierra su primera Carta, a unas personas que están siendo perseguidas. Y aunque nosotros en el siglo XXI, en la ciudad de Boston, no hemos experimentado este tipo de persecución física como experimentó la primera Iglesia, sí tenemos nuestras propias persecuciones y nuestras propias pruebas.

Y Pedro comienza diciendo en el verso número 3, y voy a leer de la versión Internacional: "Alabado sea Dios, el pueblo está siendo perseguido." Muchos de sus contemporáneos los están matando y Pablo comienza con una salutación.

So vamos a ponernos en el lugar de la Iglesia que está siendo perseguida y tú estás esperando que te digan: bueno esta es la forma de salir de esa prueba o de escapar de ese sufrimiento, o evitar estos problemas y Pedro le dice: "Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible," gracias, "incontaminada e inmarchitable."

En esos primeros versos cuando yo me pongo en el lugar de esos apóstoles, estos discípulos, esta gente que estaba siendo perseguida, y él me dice ahora que: sí, yo estoy a punto de perder mi vida o de perder lo que yo tengo pero la razón por la cual Él me ha hecho nacer nuevamente es para tener una esperanza viva. No es una esperanza que proviene de una filosofía, no es una esperanza que proviene de algo que yo haya leído o me hayan enseñado.

Pedro usa mucho siempre la palabra viva, que es real, que es activo, que no es solamente algo que es enseñable pero que es visto y es creíble, y les dice a ellos: la razón por la cual alabamos a ese Dios que es Padre de nuestro Señor Jesucristo es que por su gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para que tengamos una esperanza viva.

Es decir: en medio de mis circunstancias, en medio de mis tribulaciones, en medio de mis problemas, en medio de mis situaciones, en medio de lo que yo esté pasando que esté pasando ahora, en medio de este mundo irracional que no perdona, un mundo que no olvida, un mundo en el que sufrimos, un mundo en el cual nos señalan siempre lo que estamos haciendo mal, él nos recuerda: a pesar de todas esas cosas que podemos perder nuestra esperanza no la podemos perder porque es viva.

Y es viva no por lo que dice Pedro, sino él usa como subyugativo a esa determinación: es viva porque Jesús resucitó de entre los muertos, y eso hace mi esperanza, mi anhelo tan real que las cosas por las cuales yo esté pasando no van a opacar, no van a quitar, no me van a sacar de mí, yo no voy a negar, yo no voy a dar mi espalda. Porque aunque yo esté pasando lo que esté pasando, y en este caso ellos están perdiendo la vida, mi esperanza es viva, mi esperanza es viva.

Y Pedro quien está hablando, acuérdense de nuestro hermano Pedro que es quien niega a Jesús, pero también es quien ve a Jesús resucitado. So en la experiencia de Pedro, Pedro pensaría en aquéllos momentos: este pueblo que quizá nunca escuchó a Jesús, quizá nunca vió a Jesús y están padeciendo por un Jesús que no conocen, pero yo Pedro, yo conocí a Jesús. Yo ví a ese Jesús crucificado. Yo ví a ese Jesús que estaba crucificado pero ahora está glorificado. Yo ví a ese Jesús sí, en una cruz, pero también lo ví cuando los ángeles lo tomaron y se lo llevaron al cielo.

En la mente de Pedro está decir: yo tengo que comunicarle a este pueblo que por lo que ellos están muriendo, por lo que ellos están siendo perseguidos es una realidad, es una realidad que no nos la pueden quitar. Y Pedro entonces añade un juego de palabras muy bonito cuando dice: "Nuestra herencia es indestructible." No solamente que nuestra fe es viva, es que nuestra herencia no puede ser destruida, ¿cuántos dicen amén por eso? Si nunca has heredado nada en esta tierra por lo menos te espera una herencia que nadie puede destruir y es tuya.

Mi papá murió hace algunos meses y dejó una propiedad. So empecé a investigar cómo se reclaman las propiedades en Puerto Rico, yo pensaba que eso era ir al sitio de registro, dar mi nombre y ya, me daban la casa pero no, no funciona así, hay que hacer una declaración de herederos. So somos seis hermanos, so para hacer una declaración de herederos hay que tener seis certificados de nacimiento, uno por cada hermano, hay que ir a la Corte de Puerto Rico, hay que presentar los certificados de nacimiento con una papelería que hay que llenar, el juez toma esos papeles y puede tardar de tres a un año y medio en decidir que sí, esas seis personas son las herederas de la propiedad.

Una vez declaran ese proceso uno entonces tiene que asumir cualquier deuda que haya dejado la persona que murió y cualquier tax que deba la propiedad. So de pensar en una bendición uno piensa: ¿qué traerá esa herencia que uno no sabe? lo otro es poner a todo el mundo de acuerdo para que envíen sus documentos y entonces que la Corte declare que hay seis herederos, y la propiedad le pertenece a seis personas, y entonces dividir la propiedad y vender lo que se venda, pero es un proceso que no está garantizado.

So hablando hace poco con el abogado en Puerto Rico le pregunté: ¿cuál es el average, cuánto es el promedio de las personas que acceden y consiguen los documentos y los someten a la Corte, y aseguran la herencia? Él me dice: bueno, el 50% de las personas que tienen propiedades ¿no? no hacen declaración de herederos. Yo le digo: ¿por qué? Él dice: oh, porque a lo mejor el que murió que era muy anciano a lo mejor no ha pagado los impuestos por años, y a lo mejor los impuestos valen más que la propiedad.

Entonces yo le digo: ¿no hay una manera de saber si hay impuestos que pagar antes de hacer la declaración de herederos? él me dijo: no caballero las cosas no funcionan así, hay primero que declarar para entonces saber todo lo demás. Todo el proceso es incierto, todo el proceso causa agonía, expectación, ansiedad, esperando pero la herencia indestructible que habla el apóstol Pedro, ya ese proceso lo pagó Jesús con Su vida.

No hay que desesperarnos. No hace falta sacar un certificado de nacimiento o ir ante una Corte para que nos asegure. Nos asegura que el Señor Jesús se levantó de entre los muertos, nos entrega una esperanza viva, recibimos una herencia indestructible, lo otro es incontaminada, una palabra muy común ahora en nuestro siglo ¿no?

Si estamos en la época de flu hay que lavarse las manos, no se puede saludar, la gente anda con mucho purex y cosas a la mano para limpiarse las manos, antibacteriales, si alguien en tu oficina estornuda la gente se aleja porque nadie quiere coger catarro o el cold, o el flu, nadie se quiere contaminar, pero qué preciosidad que la herencia de Jesús para ti, para ti, es indestructible, no se contamina.

Y el próximo texto dice: "Es inmarchitable." ¿Sabe lo que es inmarchitable en el griego? piensen en una flor que se marchita. Pedro le está diciendo a esa gente que esa herencia no se marchita, no se correo, no desaparece, no se desvanece.

¿Qué clase de característica peculiar tienen los adjetivos que usa Pedro para describir esa herencia? Él pudo haber dicho: esta herencia es una herencia eterna y ya sabemos que es para siempre pero Pedro fue más amplio en su lenguaje, y me imagino yo que si yo estoy preso o me van a matar o voy a dar mi vida al Señor y no tengo nada más, el futuro mío está ahí, se acabó el futuro, cuando yo leo la Carta de Pedro que dice: mira tengo una esperanza viva, porque esa esperanza es una herencia que vas a recibir del Señor, que no solamente es del Señor sino que es indestructible, mira: nada la va a destruir. Tu cuerpo va a ser destruido pero tu herencia no la van a destruir.

Tu cuerpo puede ser contaminado pero tu herencia no va a ser contaminada. Tu cuerpo se va a poner viejo, nos vamos a poner viejos, nos vamos a poner a hacer muchas cosas, nos vamos a ir, nos vamos a morir, pero nuestra herencia permanece intacta como nos la dió el Señor el primer día. Y dice: "Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes."

Aquéllas personas que trabajan en el campo de las finanzas, invertir dinero, invertir stocks, los mutual funds, ellos saben que con esta cosa de invertir hay que orar, porque si allá en Japón deciden subir lo que vayan a subir afecta al mercado norteamericano, si en el Middle East deciden bajar el precio del petróleo afecta un sinnúmero de cosas.

Yo trabajé en un sitio que mi jefe tenía en su televisión siempre en la oficina el canal de Blooming Dale y él vivía 24 horas con ese canal viendo cómo las cosas subían y bajaban, porque ahí estaba el dinero con que se iba a retirar y eso lo tenía a él pendiente. Cuando la debacle del 2008 mucha gente se suicidó, perdió los trabajos, ¿se acuerdan de Lehman & Brothers que eran muy seguros y fiush, se desapareció de este planeta? pero no así con lo que Dios nos ha otorgado. En esa herencia viva podemos descansar.

En esa herencia viva no vamos a perder el sueño. En esa herencia viva no vamos a generarnos ansiedad porque yo no tengo que hacer absolutamente nada más que creer, creer que es una experiencia viva, creer que es indestructible, creer que está incontaminada, creer que no se va a marchitar, creer que está en el mejor banco, en el mejor banco, en el Reino de los Cielos.

También la pregunta puede surgir: bueno, este negocio del Evangelio como que no lo entiendo. Este Pedro nos ha predicado que nos entreguemos a ese Señor Jesús que no conocemos, que profesemos una fe de alguien que nunca hemos visto, que le hablemos a otro mientras estamos siendo matados y perseguidos de ese mensaje del Evangelio y nuestra recompensa ¿no es en la Tierra? esto no hace sentido. ¿Tengo que morir para poder ver mi recompensa o puedo ser levantado en el rapto de la Iglesia para ver mi recompensa?

Pedro sigue diciendo, verso número 5: "A quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos." Hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.

Pablo está hablando ahí de un evento que a veces en la vida de muchos cristianos hay que sacarle el polvo, porque es un evento que se nos olvida, es un evento crucial en la vida de la Iglesia y Pablo le recuerda a estas personas de ese evento. Cuando habla de que llegue la salvación no está hablando de salvación de fe, está hablando de la salvación de la Segunda Venida del Señor Jesucristo, un evento real y crucial en la vida de la Iglesia.

Ellos esperaban que Él viniera en el primer siglo, no vino en el primer siglo. Y como parte de esa experiencia viva, como parte de ese recibimiento que ellos han tenido a través de los años él le recuerda a ellos: no se preocupen. En otras palabras parafraseando lo que él quiere decir es: no se preocupen. Su herencia es tan y tan real que más adelante él y Pablo abundan, y dicen: "En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, al sonar de la final trompeta, aquéllos que hayan muerto creyendo en Cristo serán resucitados y levantados, y luego nosotros, los que estemos vivos nos levantaremos para recibir en gloria al Cristo de la gloria."

Por eso dice: "esto es para ustedes motivo de gran alegría" no solamente de alegría, de gran alegría, porque a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo, entonces nos comparan con el oro. ¿Cuántos de ustedes saben que son oro? no diamante, no perlas. Pedro nos compara con el oro, entonces levante su cabeza. Siéntese erguido, erguida, usted es oro.

El problema es que el oro lo van a pulir (risas), es lo que Pedro nos dice más o menos ¿no? al oro lo van a quemar y lo van a quemar bastante para poder sacarle todas sus impurezas. Mientras más lo queman al oro más limpi queda, más puro se vuelve, más brilla, más su esencia es real. Hágase de cuenta que usted es más valioso que oro de 24 kilates porque por usted se derramó la sangre del Señor Jesucristo.

So even though no tenemos mucho que ofrecer pero usted le puede decir a su hermano al lado: yo soy oro limpiado y quemado a través de la prueba, pero yo soy genuino. Yo no soy copia, yo soy genuino.

Un compañero de trabajo me pregunta esta semana: ¿de qué vas a predicar el domingo? cuando le estoy explicando lo que voy a predicar él me dice: oh a mí me gusta el oro, ¡me encanta! Yo le digo: oh qué bueno, pero él me dice: pero explícame algo porque ustedes los religiosos, ustedes no son pro tener mucho dinero. Yo le dije: espérate, a nosotros nos gusta trabajar y ganar el dinero, y gastar en nuestras vacaciones, y no se olviden del puente, es importante (risas), pero esto que está aquí es una comparación, una analogía ¿qué hace Pedro?

Para esta gente que está sufriendo, porque ahora nosotros estamos escuchando un mensaje de hace 2000 años atrás en un contexto completamente diferente. Tú estás cómoda, tú estás cómoda donde tú estás ahora, a pesar de que los problemas que tú tengas han llegado a la casa del Señor. Quizá el problema es que no tenías una sombrilla o tu carro no tenía los whipers, pero tú estás cómodo; estás sentado, estás tranquilo en una buena silla, buena calefacción, no estás pasando frío, escuchando la Palabra del Señor, has cantado, pero la gente a la que Pedro le está hablando no están en esta situación, ellos no saben si mañana van a estar vivos.

Y cuando él les dice a ellos: ustedes son como el oro que han de sufrir, van a ser quemados, pero les dice: "Así también la fe de ustedes que ale mucho más que el oro, al ser probada por las pruebas, que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele."

Se han encontrado unos documentos en unas excavaciones de la Iglesia primitiva, unas cartas en las cuales en una de ellas hace referencia al pasaje de Pedro, y en una de las cartas, uno de los que escribe le escribe a otro diciendo: "Es diferente el haber sido echado a los leones y ver a mis compañeros de Iglesia caminar hacia los leones con una actitud sabiendo que habrían de perecer, pero en su interior entendían que ellos llevaban las marcas de la cruz en ese oro."

Ese oro es diferente. Ese oro no es italiano. Ese oro no es de la Tierra, ese oro ha sido puesto al nacer nosotros por segunda ocasión, el nuevo nacimiento, ese oro me da a mí esencia. Ese oro me dice quién yo soy. Ese oro me dice a mí que yo no soy cualquier cosa, soy oro, oro, valorado por el Señor, ¡qué mejor que eso! no hay que ir a Fort Knox para saber mi valor, hay que llamar a Jesús y Él tiene mi número y mi valor. Por lo menos ese oro no me lo van a robar ¿cuántos dicen amén?

Que tú estés parado mañana yendo para tu trabajo en la estación de tren o en la estación de los autobuses, o manejando para tu carro, llegando a tu trabajo y llegaste a tu trabajo con una sonrisa: aquí llegó el siervo o la sierva del Señor que lleva en su ser el oro. Oh, un oro brillante.

Si pudiéramos tener ojos espirituales veríamos a nuestra gente brillando, brillando. Y mientras más brilla es porque más pruebas ha pasado, mientras más brilla es porque más sufrimiento ha pasado.

La idea no es pasar solamente sufrimiento o la derrota, o la victoria, es que al final de todas esas etapas nos podemos levantar y decir: gracias Señor Jesús, te puedo alabar como decía Pedro, alabado sea Dios, alabado sea Dios, que es Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Dice en el verso 8: "Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto y aunque no lo ven creen en Él, y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso pues están obteniendo la meta de su fe que es su salvación."

En el griego la palabra: gozo, en este momento, en este contexto habla de una alegría que no puede ser medida. ¿Cuántos de nosotros, pensemos por unos minutos, en nuestros momentos difíciles, cual sea tu momento por el que estás pasando ahora, momentos de tribulación o momentos de enfermedades, cuántos podemos decir: sí, no tengo deseos de reírme pero la alegría que Dios puso en mi corazón no ha sido quitada? todavía tengo esa paz en mi ser que produce una alegría. Produce un compromiso de que aún cuando mis ojos físicos y terrenales solamente puedan ver lo negativo, lo que no hace sentido a la vida todavía yo puedo decir: Señor gracias porque todavía tengo esa fe que Tú me otorgastes y la he trabajado para demostrar Señor Jesús, que te amo, aunque no te haya visto.

Te amo aunque los que estén cerca de mí no crean en Ti. Te amo aunque todavía esté en medio de esa prueba. Te amo aunque no vea la salida de mi situación. Señor yo te amo, porque aún cuando soy débil o te he fallado y no he sido muy comprometido con tu causa hasta ahí Señor, hasta ahí Señor Tú has sido fiel y yo te amo.

Padre yo te amo porque ese amor es indestructible, incluso aunque no tenga el deseo de alabarte, pero la alegría, la alegría. Yo me gozo en el gozo del Señor, yo me gozo en la realidad de ese Evangelio. ¿Qué puedo darle yo al Señor? absolutamente nada, comparado con lo que Él me ha dado a mí; una herencia que es viva, una herencia que es real, una herencia que yo entendiendo y creyendo que es incontaminada e inmarchitable no necesito nada más.

Cuando me paro a predicar, cuando yo me paro a cantar, cuando yo vengo y toco un instrumento, cuando estoy sentado en el santuario y me paro a ser parte de la adoración y música, o cuando estoy escuchando la predicación yo me siento también alegre, porque llegado a su casa creyendo, y vengo de un sinnúmero de circunstancias diferentes difíciles que no me permiten quizás venir con el deseo de hacer las cosas para el Señor pero he llegado. He llegado porque creo que lo que Él me tiene es vivo, es real. Nadie lo puede contaminar, nadie lo puede marchitar, y aunque nadie me vea si yo pudiese abrir mi pecho, si yo pudiese abrir mi carne y pudiera enseñarle al enemigo qué es lo que yo tengo por dentro le enseñaría que es oro, un oro del cielo, un oro que no se puede marchitar, un oro que no tiene valor terrenal sino valor eterno, y ese oro me lo ha dado Dios, ese oro es mío y a mí nadie me lo va a quitar porque me lo ha puesto el Señor todo el tiempo, y aunque yo no tenga muchas cosas que ponerme yo le puedo decir: Padre gracias, Padre amado gracias en medio de los problemas porque lo que Tú me has dado esta Tierra no me lo puede quitar, esta Tierra no me lo puede quitar, y este oro es Tuyo, este oro es Tuyo.

Lo último que se pierde según los filósofos es la esperanza, y para ellos es una incógnita, es un desafío que los creyentes jamás pierden la esperanza porque ellos nunca han entendido que la esperanza ha provenido de una raza o un sentir humano, la esperanza viene porque viene del cielo y es real, y es viva. Dios nos bendiga en esta mañana. Vamos a ponernos de pie.

Cantemos una alabanza más, aleluya, alabado sea el Señor. Meditemos en esta mañana antes de irnos y llevémonos a nuestras casas el mensaje de esta mañana. La vida es difícil, la vida se va a poner más difícil. Mientras más años pasan más se acerca la persecución. La Iglesia en Estados Unidos de Norteamérica no ha pasado persecución como la pasan en Europa o en el África, o en los países soviéticos. Sí pasamos persecución pero no ese tipo de persecución y hasta ahora Dios nos ha protegido.

Pero déjame decirte algo: Dios no protegió a los apóstoles de la gran persecución. Dios no ha protegido a Europa y a África, y a Asia de la gran persecución. En algún momento en la historia de este país nosotros vamos a probar nuestra fe a través de la persecución, ya sea nuestra generación o la generación de nuestros hijos, o la generación de nuestros nietos. Pero una cosa llévate en esta mañana para que le cuentes a tu familia, para que le cuentes a tus hijos y para que tus hijos le cuenten en el futuro a sus hijos.

Lo que Pedro le dijo a la Iglesia primitiva Pedro lo repite hoy: cuando llegue ese momento di lo que dice Pedro: "Alabado sea Dios, alabado sea Dios" porque aunque haya de padecer o de sufrir, o de morir lo que Dios me ha dado nadie me lo podrá quitar, ni aún el mismo enemigo de las almas nos podrá tocar el oro que Dios nos ha dado.

So en esta mañana cuando llegues a tu casa y en el transcurso de los días y los meses recuerda: las cosas se van a poner peor pero nuestra herencia no cambiará, nuestra inversión no va a sufrir porque nuestro banco no va a ser jamás tocado porque está protegido por la sangre derramada del calvario.