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Vamos a Lucas capítulo 14 versículos del 25 al 33, no los voy a leer todos pero del 25 al 27 y entonces al 33. En mi Biblia el título de este pasaje es: "Lo que cuesta seguir a Cristo", lo que cuesta seguir a Cristo.
¿Sabía usted que ser cristiano legítimo, fidedigno tiene un costo, tiene un precio? bueno, podemos decir: evidentemente le costó al Padre Su Hijo unigénito. A Cristo le costó la vida, el costó el sufrimiento más grande que un hombre, un ser humano pudiera jamás experimentar. Su salvación, su identidad como Hijo de Dios ha costado lo infinito pero ¿nos cuesta a nosotros también algo ser cristianos? ¿cuál es el costo del discipulado, cuál es el costo de seguir a Jesús, de poder disfrutar de los beneficios y los privilegios de ser un hijo de Dios auténtico, legítimo?
El Señor Jesucristo habló en esta manera, dice Lucas capítulo 14 que, versículo 25: "Grandes multitudes iban con Él, y volviéndose les dijo" es decir Él estaba caminando, había gente, mucha gente, ese era el tiempo de la popularidad del Ministerio de Jesucristo. Hubo un tiempo en el Ministerio de Jesús en que Él fue extremadamente popular y mucha gente lo seguía porque no sabían el costo, creían: este es el libertador que estamos esperando, Él nos va a poner en el primer lugar de todas las naciones, nos va a devolver toda la gloria que Israel tenía cuando el Rey David, nos va a quitar de encima la bota del imperio romano, nos da comida, multiplica los panes y los peces, hace milagros de sanidad, liberta demonios; wow ¿a quién no le gusta eso? como dice el merengue dominicano.
Entonces grandes multitudes lo seguían: "Y volviéndose hacia ellos" volteándose hacia ellos "les dijo: Si alguno viene a Mí y no aborrece a su padre y madre, y mujer e hijos, y hermanos y hermanas, y aún también su propia vida no puede ser Mi discípulo." Óigame es como que parece que el Señor no quería que nadie lo siguiera ¿eh?
¿Qué motivó al Señor a voltearse, parar a la gente de momento y voltearse? es como que a Él le molestaba en un sentido y yo creo que sí pero voy a decir por qué razón le molestaba, es como que a Él le molestaba toda esa cantidad de gente que lo estaba siguiendo y Él quería reducir ese número de personas ¿por qué? Porque Él conocía lo que había en sus corazones, lo estaban buscando por los panes y los peces como Él les dijo una vez: Ustedes me buscan a mí porque quieren la comida que Yo doy, no porque me buscan a Mí, lo que Yo represento, lo que Yo tengo verdaderamente para ofrecerles a ustedes: el pan de vida.
Y yo creo que el Señor discernía que esta gente lo estaba buscando simplemente porque era el candidato político que los iba a poner en el poder a ellos, no porque ellos querían verdaderamente parte del Reino de los Cielos con su identidad y sus reclamos y sus distintivos. Entonces el Señor al discernir lo que había en el corazón de ellos, al discernir que su mente y su espíritu no habían sido tratados por Dios, y que los que estaban allí estaban simplemente carnalmente buscando su propio beneficio, resintió eso y se volteó hacia ellos porque Él conocía los corazones; Él no necesitaba que le dijeran lo que ellos estaban pensando, Él lo discernía.
Se volteó hacia ellos y les dijo: ¿saben qué? si ustedes no aborrecen a toda su familia y aún su propia vida no pueden ser mis discípulos, dejen de seguirme si ustedes no van a seguirme por las razones correctas "Y el que no lleva su cruz y viene en pos de Mí no puede ser Mi discípulo."
¿Sabe qué? esta mañana yo estaba pensando otra vez en ese versículo y nunca se me había ocurrido antes porque eso lo hemos dicho tantas veces, yo me conozco ese versículo de memoria. Pero el Señor al decir "Y el que no lleva su cruz" Él estaba allí señalando implícitamente el hecho de que Él iba a morir en la cruz y que Él era el que iba a llevar la cruz principal, primordial. ¿No está puesto el texto perdón allá arriba? se me acabó de caer un botón me perdonan, si alguien me quiere ayudar en eso más tarde para no perder el "fashion sense" aquí del Pastor. Por favor dejen el texto puesto allá ¿ok?
Entonces "El que no lleva su cruz y viene en pos de Mí" Él estaba diciendo allí: yo voy a morir en la cruz", nunca lo había visto de esa manera. Y entonces Él está diciendo: ¿sabes qué? si Yo voy a llevar Mi cruz. Fíjese que Él ya sabía lo que le iba a pasar a Él, una de las cosas que dice que cuando Él iba hacia la cruz lo pusieron a llevar, a cargar su propia cruz. Entonces Él está diciendo: si usted no está dispuesto a pasar por un proceso similar al que Yo voy a pasar usted no merece ser Mi discípulo y entonces yo creo que vamos a necesitar mucho tiempo para ver: ok ¿cuál es la cruz que nosotros tenemos que llevar?
No se refiere necesariamente a andar por allí como un, no sé un mártir toda la vida con su cruz: oh Señor ayúdame a llevar esta cruz como tanta gente, no, pero sí se refiere al yugo de Cristo. Hay una cruz que nosotros tenemos que, hay una muerte que nosotros tenemos que experimentar. Hay una muerte al yo, a una cantidad de cosas que nosotros amamos, que nos gustan. Hay una cruz que nosotros tenemos que experimentar en nuestra vida.
Al Hijo de Dios le tomó una cruz literal, a nosotros nos toca una cruz personal, íntima y eso es, estaba mirando una cosa por acá. De paso ¿qué les parece mi nuevo juguete acá? me parezco a Michael Jackson con esta cuestión acá, lo único que no puedo hacer es el moon dance ese que él hace pero esto, estamos experimentando con este nuevo micrófono a ver qué tal funciona porque es menos entorpecedor a veces cuando hace ese golpecito que uno habla demasiado cerca de él. Ya se me olvidó lo que estaba diciendo y a ustedes también.
El caso es hermanos que sí hay algo que tiene que pasar en nuestra propia vida así como pasó también en la vida de Jesucristo y fíjese que Él está diciendo que si usted no pasa por esas cosas, no puede ser Su discípulo, el que no toma su propia cruz y viene en pos de Él. Entonces el versículo 33 dice: "Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee no puede ser Mi discípulo." Piense en eso un momentito.
Dice: "Cualquiera de vosotros" ¿quién es cualquiera de vosotros? todos. Yo ¿sí o no? yo, tú, el que está al lado tuyo, tu esposo, tu compañero, cualquier miembro de esta Congregación. Porque hay una cosa a veces hermanos que nosotros creemos como que, sí, ese estilo de vida tan consagrado, tan entregado es solamente para un grupito.
Alguien me preguntaba acerca de eso que ¿quién es santo? una persona que viene de la tradición católica hace un tiempo atrás, ¿quién es santo? y yo le decía: bueno, todo cristiano es un santo porque santo quiere decir: apartado y consagrado y entregado, y por eso es que la Biblia siempre se refiere a los santos que están.
Si Pablo estuviera escribiendo una carta aquí a la Iglesia de Boston diría: "A los santos en la ciudad de Boston." El ser discípulo no es para un grupo escogido y selecto y pequeño de gente, es para toda persona que se considera un cristiano, hay un nivel de entrega total. Entonces Cristo está diciendo que cualquiera de nosotros que no renuncie a todo lo que poseemos simplemente no puede ser Su discípulo.
En estos próximos meses de vez en cuando estaremos revisitando los valores principales de nuestra Congregación, como dijimos al principio del año: este es un año de consolidación donde queremos enfatizar las cosas que creemos, las cosas que predicamos, las cosas que hemos dicho a través de los años y uno de los distintivos de nuestra Congregación, una de las metas que nosotros tenemos como Iglesia, uno de los objetivos es el de producir gente radicalmente comprometida con el Reino de Dios. Eso está escrito en nuestra misión como Iglesia.
La misión de León de Judá si usted la busca ahí en cualquier sitio, por ejemplo la busca en nuestra página electrónica, la misión de la Congregación León de Judá es, escuche esto: "Promover la formación de discípulos radicalmente comprometidos con el Reino de Dios, llenos del Espíritu Santo, capacitados para evangelizar, discipular y servir a otros por medio de una Iglesia de excelencia fundamente en los principios de la Palabra de Dios." Pero fíjese que al principio es: promover la formación de discípulos radicalmente comprometidos con el Reino de Dios.
Por eso es una de las cosas que nosotros tenemos que hacer como Iglesia es: ayudarlos a cada uno de ustedes, todos nosotros a adquirir una mentalidad de discípulo. Una mentalidad de un compromiso radical, es decir: fundamental, de raíz. No gente dominguera, no gente meramente evangélica con un carnet de evangélico sino gente totalmente coloreada y saturada con la mentalidad de un discípulo porque menos que eso es autoengaño y pretender engañar a Dios. Es ser algo que no se supone que seamos.
Entonces nosotros queremos crear una Iglesia de gente verdaderamente comprometida con el Reino de Dios entendidos en lo que es ser un verdadero discípulo, un verdadero cristiano. Por eso nosotros damos esas clases que les llamamos Discipulados, porque a través de ese proceso una de las cosas que se supone que pasen es que usted adquiera conocimiento de lo que es la identidad de un verdadero creyente, ¿qué cree un verdadero creyente? ¿cómo vive un verdadero creyente? ¿cuál es el nivel de compromiso de un verdadero discípulo de Jesucristo?
La visión que nos presentan las Escrituras de un verdadero, una verdadera seguidora de Jesús es una persona que lo ha dejado todo, escriba eso en su Biblia: lo ha dejado todo para seguir a Jesús a través de toda su vida. Yo tengo que preguntarme a mí mismo: Señor ¿lo he dejado todo por Ti? ¿estoy yo dispuesto a dejarlo todo por Ti? hazte esa pregunta un día y pásate un par de horas pensando en las implicaciones de esa pregunta. ¿Lo he dejado yo todo por Jesús? ¿estoy yo dispuesto a entregarlo yo todo? ¿Me he divorciado todo de todo lo que yo amo y todo lo que considero importante y valioso por amor a mi Cristo y para tener una verdadera identidad de discípulo?
Esa visión de dejarlo todo para seguir a Jesús es muy diferente a la visión que se ha proyectado en muchas ocasiones acerca del Evangelio y a través de la historia, muy diferente la visión que nos proyecta Jesucristo. El Evangelio ha sido a veces presentado como una mera religión que nos prepara para ir al cielo y eso es todo. Con todo respeto a los hermanos católicos ¿se ha fijado usted por ejemplo, cuando yo paso por una Iglesia católica? de nuevo: no es una crítica a la Iglesia católica porque los evangélicos tenemos muchas cosas que aprender y que mejorar en nuestra propia, no se preocupe que tenemos muchos esqueletos en nuestro propio clóset pero, es algo interesante.
Yo paso por una Iglesia bastante grande ahí en Summerville camino a mi casa, pasamos por ahí siempre. Y cuando yo veo durante el día por ejemplo casi exclusivamente la gente que sale de ese lugar son ancianos, parejas ya anciana, gente anciana y yo me imagino que lo que están pensando es: ya me queda poco tiempo así que será mejor que yo arregle todas las cosas con Dios ¿dónde están los jóvenes, dónde están las parejas jóvenes tomándose tiempo para ir? Y así pasa con muchas iglesias, no se crea, evangélicas llenas de ancianos; gloria a Dios por los ancianos, amén por ellos, qué bello pero wow ¿dónde están los jóvenes, dónde están las parejas de edad media o de edad joven adulto, etc?
Es que creemos que como que el Evangelio, la Iglesia es una factoría de almas que se van al cielo cuando ya no les queda más nada, donde está el vagazo entonces ya yo me pongo a buscar de Dios. Es terrible esa idea, el Señor reprenda al diablo como diría Yiye Ávila, ya no dice mucho ahora mismo aquí en esta Tierra, en el cielo. Pero la gente cree que la Iglesia es un lugar para prepararnos para ir al cielo, para que cuando llegue el momento tengamos todas las tarjetas ponchadas y nos vayamos al cielo.
Otra visión que la gente tiene a veces del Evangelio es: una religión que es un apéndice a la vida, una parte de la totalidad de la vida junto con la profesión, el matrimonio, los viajes a Europa en las vacaciones, las fiestas, todo lo demás; bueno, también vamos a la Iglesia de vez en cuando sobre todo el Domingo de Resurrección, Christmas, cuando nos casamos y cuando nos entierran y el bautismo de algún familiar, de algún bebé o algo así.
Entonces en ese caso la religión, la vida cristiana es como un apéndice pero no es la totalidad, no es el centro, no es el fundamento, no es el todo; no es el marco que enmarca todo lo que nosotros hacemos y pensamos y sentimos. No es el punto de referencia para toda la vida, es simplemente un objeto más o una esencia más dentro de muchas otras cosas que tienen la misma importancia o aún más importancia que otras cosas.
¿O qué les parece esta visión del Evangelio? un Evangelio fácil de gracia barata como diría el teólogo este alemán, no recuerdo su nombre ahora mismo. Un Evangelio de gracia barata, de un Dios que simplemente quiere que vivamos la mejor vida posible y que está solamente comprometido con que tengamos vidas exitosas y felices pero que no exige nada en cambio. Hay mucho de ese Evangelio que usted lo ve en la televisión y lo ve en otros lugares hoy en día y hay Pastores que han adoptado esa teología y esa forma de predicar, y esa ética porque pensamos que de esa manera la gente nos va a escuchar, nos va a ver o va a venir a nuestra Iglesia porque si le presentamos a la gente muchas exigencias se nos van a ir, van a decir: ah no eso es un Evangelio negativo, un Evangelio de obras, un Evangelio farisáico o lo que sea.
Entonces la idea es presentarle a la gente un Evangelio donde Dios es el Sugar Daddy, el que te da todo lo que tú necesitas; Él quiere que tú seas feliz, que seas exitoso, que tengas una gran casa, un esposo buen mozo, hijos lindos, dos carros en la marquesina, un pollo siempre el viernes en la noche y el domingo después de la Iglesia, pollo de comer hermana no el otro pollo (risas) ¿no? Y eso es todo.
El Dios que quiere que seas feliz y que seas exitoso y todos los sermones son acerca de éxito, vida exitosa, vida buena, vida poderosa, salud, prosperidad, poder para tener; un Dios que es demasiado amoroso para negarnos nada que queramos o necesitamos o un Dios incapaz de permitir que vayamos al infierno por nuestros pecados no reconocidos o confesados porque ¿qué Dios amoroso va a permitir que alguien se vaya al infierno? ese es un Evangelio trunco, un Evangelio falso, un Evangelio macheteado, parcial. Es un Evangelio distorsionado y grotesco verdaderamente. No es el Evangelio del Cristo que se tornó a la multitud y dijo: Hey, cualquiera que no desprecie madre, padre, hijo o hija, hermano o hermana, esposo o esposa por Mi causa no merece, así que si quieren seguir sepan en lo que se están metiendo.
Hermanos: ojalá que yo consiga de alguna manera inquietarlos e inquietarme a mí mismo en esta mañana. Hay muchas cosas buenas, ustedes saben que nosotros predicamos el Dios también de amor, misericordia, gracia, provisión, poder, autoridad, victoria, la vida abundante; hablaremos de todas esas cosas pero hay tiempos en que hay que predicar del Dios que exige un compromiso radical.
Los primeros discípulos tuvieron que hacer un gran sacrificio. Tuvieron que abandonar sus trabajos, sus familias y sus hogares para seguir a Jesús en Su Ministerio itinerante y para ser entrenados por Él mientras Él ministraba en los sitios a donde Él iba. Eso es lo que ellos tuvieron que hacer que usted ve continuamente, por ejemplo ve el pasaje del llamamiento de Leví y de otros. Por ejemplo miren Mateo creo que es, Lucas, o Marcos 8:34 creo que es, no se preocupe; el caso es que los puse aquí los diferentes pasajes pero se me olvidó poner la cita específica.
Pero dice lo siguiente los que querían seguir a Jesús: "Y yendo ellos uno le dijo en el camino: Señor te seguiré a donde quiera que vayas, y el Señor le dijo: las zorras tienen guaridas, las aves del cielo tienen nidos mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme, y él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre."
Óigame qué petición más legítima. Mi papá se acaba de morir Señor, Tú me estás pidiendo que te siga ¿sabes qué? dame tres horas, dame medio día y yo te voy a seguir por el resto de mi vida pero primero deja que yo entierre a mi papá y entonces te voy a seguir. ¿Sabe cuál fue la contestación del Señor Jesucristo? dijo: mira, deja que los muertos entierren a sus muertos y tú ve y anuncia el Reino de Dios.
El Señor estaba siendo allí como exagerado en un sentido pero le estaba diciendo: Mira no hay nada más importante que Mi reclamo. Eso se empalma con lo que Él les dijo: Si no desprecias a tu padre y a tu madre no puedes ser mi discípulo. "Y entonces también le dijo otro: te seguiré Señor pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios."
El Señor era un maestro consumado y Él aprovechaba siempre oportunidades para decir cosas escandalosas, cosas que provocaran, que intrigaran a la gente, que los pusieran a pensar. Entonces lo que Él quería allí señalar no era tanto que este hombre no pudiera ir y despedirse de su familia correctamente, no; lo que Él quería era oponer una verdad aún superior a esa y recordarnos a todos nosotros que nosotros comprometemos nuestra vida con el Señor no podemos mirar atrás a lo que dejamos atrás.
Oh si yo hubiera hecho esto, oh si yo hubiera seguido con esa carrera prometedora. No, cuando usted entrega su vida a Jesús usted mira hacia adelante, hacia el supremo llamamiento como dice la Biblia, "Dejando lo que queda atrás" dijo Pablo "y mirando hacia adelante prosigo hacia la meta." Uno no puede estar mirando hacia atrás o mirando hacia los lados cómo el mundo vive, lo que disfruta la gente que no conocen al Señor, oh mira aquél cómo tiene todo, una casa, dos carros, un trabajo grande y yo aquí sirviendo al Señor y no tengo nada, no.
Usted tiene que mirar al supremo llamamiento de Cristo Jesús. Usted tiene que mirar a lo que Dios lo ha llamado a ser y a hacer. No puede estar mirando hacia atrás, no puede estar pensando: oh voy a hacer esto primero, voy a hacer lo otro, cuando yo haya ya alcanzado todas mis metas, haya pagado todos los billes, haya ya conseguido el esposo o la esposa entonces me voy a consagrar al Señor, no. Usted tiene que recibir a Cristo, Su llamado donde quiera que está y no mirar atrás, tiene que dejarlo todo y olvidarse y seguir hacia adelante.
Entonces esto es lo que hicieron estos primeros discípulos, tuvieron que abandonar sus trabajos, familias, hogares para seguir a Jesús en Su Ministerio itinerante y para ser ministrados por Él mientras Él ministraba por los sitios a donde iba, eso es lo que vemos continuamente en los Evangelios. Los discípulos siguiéndolo a Él, estos allegados que Él iba a usar para servir más adelante el Reino de Dios, donde quiera que Él iba ahí iban ellos, habían dejado atrás sus lugares de pertenencia y entonces lo estaban observando cómo Él sanaba a un enfermo, cómo el libertaba a un endemoniado, cómo Él hacía un milagro, cómo Él respondía a las preguntas capciosas de los fariseos ellos estaban observando con ojo de águila para aprender del Maestro y lo habían dejado todo.
Y nosotros tenemos que hacer lo mismo aunque no necesariamente en esa manera literal en que estos hombres y mujeres tuvieron que hacerlo, pero hay algunos elementos que sí tenemos que reproducir de esos primeros discípulos si usted quiere ser un verdadero seguidor, una verdadera seguidora de Jesucristo.
Muchos de ustedes son nuevos en la fe, están visitando la Iglesia para conocer más del Evangelio. Yo les llamo ahora que están en esa etapa joven y fresca de la vida cristiana a entrar de lleno. No se conformen con ese Evangelio fácil que viene a la Iglesia como si fuera simplemente una transferencia de una membresía a otra, vengan a una vida, vengan a un estilo de vida, vengan a una inmersión, vengan a un bautismo; no vengan a una membresía en una organización.
¿Qué quiere ser un discípulo y cómo nosotros podemos reproducir los mismos hábitos que ellos ejemplificaron? Número uno, tenemos que aceptar a Cristo como Señor de nuestras vidas.
Diga usted: Señor, diga Señor. ¿Qué quiere decir esa palabra? kurios era la palabra del dueño de una casa, de una familia. Kurios traducido al español: Señor, era el patrón, era el dueño de los esclavos, era el jefe de familia, era el que tenía derecho de vida o de muerte sobre los esclavos, era la persona que mandaba en todo el hogar y en toda la casa y eso quiere decir que cuando nosotros decimos: Jesús es mi Señor, quiere decir que Él es dueño de todo lo que nosotros tenemos, nada es nuestro. Jesús manda totalmente en todas las dimensiones de nuestra vida.
Como decía el hermano Isaías ¿no? cuando usted sirve a Cristo usted no puede estar pensando en la conveniencia, usted se debe a una ética, un compromiso, un pacto que usted ha hecho con el Señor. Usted no está ahí escogiendo, no; usted no tiene derecho a escoger. Usted tiene que hacer lo que dice la Palabra del Señor. Jesucristo es su Señor, es su dueño, hay que obedecerlo en todas las áreas de la vida. No podemos negarle al Señor ninguna área de nuestro ser interior, se trata de una entrega radical.
¿Usted recuerda el caso de Abram e Isaac cuando Dios le dice a Abram: Sacrifícame a tu hijo, tu único hijo, ese hijo que él había esperado cien años para tener y que ya cuando es un adolescente Dios le dice: ahora mátamelo y sacrifícamelo? Usted ve que el llamado a una entrega radical no es solamente para estos tiempos o para los tiempos de Jesús, Dios siempre ha escogido y ha exigido una entrega radical y cuando Él le pidió a Abram que sacrificara a su único hijo lo estaba probando para ver si Abram había pasado por el proceso interno de aceptar a Dios como su Señor y su dueño, y de no negarle nada ni cuestionar nada que Él le pidiera. Y entonces Abram tuvo que escoger: ¿qué amo más, a mi hijo o a este Dios escandaloso que me está pidiendo algo verdaderamente grotesco y terrible? y Abram tuvo que pasar por esa experiencia.
Así de radical tienes que ser tú, tengo que ser yo para la entrega. Nosotros como Iglesia queremos producir una Iglesia pareja en el sentido de que no tengamos áreas frías y calientes en la Congregación. Mi deseo es que todos nosotros abracemos el llamado radical de Cristo a esa vida de entrega total.
Tenemos que dejarlo todo, es decir, primero recibir a Cristo como Señor, segundo, tenemos que dejarlo todo para seguirlo a Él. En nuestro corazón se tiene que dar una operación radical. A la luz de nuestra entrega y lealtad a Él todo lo demás tendrá que parecer insignificante.
Por eso es que Él dijo: Si tú no aborreces a tu padre y a tu madre no mereces ser, no es que tú ahora te pongas a odiar a tu papá y a tu mamá o que odies a tus hijos y a tu esposa, no. Esa no es la idea. Lo que el Señor quiso decir fue: Mira, tu compromiso conmigo, tu entrega al Reino, tu lealtad a Mí, tu valorización de los reclamos y los valores del Reino de Dios y de Mi vida como Hijo de Dios Señor tuyo tiene que ser tan grande, tan radical, tan poderoso, tan intenso que en comparación con el aspecto que tú le tengas a tu papá y a tu mamá, a tu esposa y a tus hijos, la diferencia sea tan grande que parezca como si tú los aborrecieras ¿usted entiende? eso es lo que Él quiso decir. El que no los niega.
Porque si usted mira a Jesús siempre usted ve que el Señor minimizó a María, Su mamá y a Sus hermanos. No es que Él no los valoraba pero es que, a la luz del Reino de Dios ellos eran, bueno cuando le dijeron: Tu madre y Tus hermanos te buscan ¿qué dijo Él? Bueno: ¿quiénes son Mi madre y Mis hermanos? Mi madre y Mis hermanos son los que escuchan la Voluntad de Mi Padre y la hacen, esos son Mi madre y Mis hermanos. Porque cuando tú estás en el Reino de Dios ahora los valores son diferentes. Ya no es tanto ni siquiera tu familia de sangre, es tu familia de fe la que más importa, sinceramente.
Ahora, tu familia de sangre sí, tú los vas a amar, vas a ser bien responsable con ellos, vas a cuidarlos, claro que sí, los vas a valorizar. La Biblia habla mucho acerca de eso también, de las viudas por ejemplo y los hijos, dice: primero atiendan a su familia antes de echar la carga a la Iglesia y también la familia de la fe. Pero la idea es que primero, ante todo tu lealtad número uno es a la familia de la fe, al Reino de Dios, a los valores del Reino de Dios. Óigame: yo sé que ahora mismo ustedes están moviéndose incómodamente en sus asientos porque es algo muy, muy difícil de entender pero es lo que dice la Palabra del Señor.
Tenemos que ser discípulos y no meramente afiliados a una Iglesia. ¿Qué es un discípulo? es un aprendiz residente, un aprendiz residente. ¿Qué hace un discípulo, qué hacían los discípulos de Jesucristo? o un discípulo por ejemplo que está siendo mentoreado por alguien. Número uno: un discípulo es alguien que está siendo mentoreado por alguien.
Número uno: un discípulo es alguien que vive en la casa de su mentor y ha dejado su propia casa. En la Edad Media por ejemplo estaban los aprendices de un oficio y cuando una persona se convertía en un aprendiz él dejaba su casa y se iba a vivir a la casa de su maestro, si quería ser aprendiz de artista o de algo, él dejaba su casa y se movía a la casa de su mentor, vivía allí. Y nosotros tenemos que hacer algo así también, tenemos que dejar nuestra propia casa, nuestra propia cultura, aún nuestra propia casa física, personal de nuestras emociones y tenemos que mudarnos a la Casa al Reino de Dios, tiene que haber una transferencia mental.
En segundo lugar un discípulo, un aprendiz adquiría y adquiere el ADN de su mentor y lo imita en todo. Una persona que está siendo entrenada en una disciplina o en una profesión o en un oficio en la Edad Media y a través de todos los tiempos, otra de las cosas es que se supone que al final de su aprendizaje la vida de su mentor ha pasado a él. El estilo, la forma de ver las cosas, la forma de procesar el mundo, todo es a través de su mentor. Y así mismo se supone que nosotros a través de nuestra vida cristiana nosotros seamos más como Cristo, tengamos más los valores del Reino de Dios dentro de nosotros.
En tercer lugar: un discípulo obedece en todo lo que se le ordena. No es cuestión de que algunas cosas selectivamente como mucha gente hoy en día. Hay mucha gente que está buscando un Evangelio selectivamente. Y hoy en día la gente tiene unas opciones que antes quizás no había donde: mira, si tú crees algo que, tú te vas a buscar una Iglesia que crea lo que tú crees; si no te gusta lo que tu Iglesia predica no te preocupes, hay muchas iglesias en la ciudad y tú vas a encontrar una que predica lo que tú quieres. Una que sea más suave, más liviana, si no te gusta lo que predican acerca de moralidad, sexualidad, dinero, lo que sea, la gente se busca la gente que más les conviene. Hoy en día hay, es como un mercadeo tremendo.
Pero lo que dice la Palabra es que nosotros obedecemos. Si lo dice la Palabra yo tengo que obedecer. Si Cristo lo dice, si la Palabra del Señor lo dice yo simplemente saludo y obedezco al Señor, no estoy buscando conveniencia.
Cuarto lugar: una persona que es un discípulo observa siempre cuidadosamente lo que haría su mentor, está siempre mirando: ¿cómo lo haría Cristo, qué hizo Jesús en este momento? lee la Palabra y examina: ¿qué dice la Palabra en esta situación, en tal caso? y entonces uno va aprendiendo cómo la Palabra conjuga la vida y la pregunta es: ¿cómo se comportaría Jesús en esta situación? Cada vez que tú estés en una situación en tu vida, al observarlo tienes que preguntarte: ok ¿qué hizo Jesús en tal situación y qué haría Él? y entonces tú lo imitas ¿no?
En quinto lugar: un discípulo, un aprendiz trata a su mentor con suma reverencia, con suma reverencia. Muchos de nosotros hemos perdido ese sentido de temor santo para con Jesucristo y vemos a Jesús mas bien como un amiguito, ahí el Señor ese proverbial de los cuadros piadosos, rubio generalmente, de ojos azules, tierno con una ovejita en la mano ¿no? ese es el Jesús que muchos tenemos en mente pero: ¿qué hay de ese Jesús severo que yo veo a veces en la Escritura?
El Jesucristo que le dijo al joven rico: Mira ¿tú quieres ser feliz? bueno está bien ¿tú quieres entrar a la vida eterna? vende todo lo que posees, dáselo a los pobres y entonces ven y sígueme. Prefirió que este muchacho se vaya triste a decirle: No ¿sabes qué? mira está bien, si no quieres hacer eso quédate con todo y entonces ven y sígueme, está bien. No, el Señor dijo: Esto es lo que hay, si tú lo quieres está bien. Ese Cristo severo que vemos en el Libro de Apocalipsis con ojos de fuego, lengua como una espada, cabellos blancos refulgentes como el bronce bruñido con una voz como de muchas aguas, ese Cristo que viene en un caballo blanco, Su manto dice cubierto de sangre reflejando Sus batallas con los poderes del infierno. Ese Cristo poderoso, ese es el Jesús que yo sigo, ese es el Jesús que yo sé que es el verdadero y el definitivo y yo tengo que tenerle temor reverente, porque si no me parte la cabeza también ¿sabe? me ama pero también Él es un Cristo de disciplina y nosotros tenemos que ver a Cristo con reverencia, con santo temor.
Otra cosa: un discípulo está en perpetuo estado de entrenamiento, perpetuo estado de entrenamiento, no hay tiempo libre. Todo lo que pasa en tu vida tú lo tienes que examinar a la luz del Dios que te está entrenando y te está enseñando cosas. ¿Cuántos de nosotros vemos nuestra vida como un proceso de continuo aprendizaje? yo no sé usted pero yo siempre estoy leyendo e interpretando todos los eventos de mi vida a la luz de: ¿qué me quiere Dios enseñar a través de esto y qué lección puedo yo aprender y cómo puedo yo mejorar en mi vida? y ser más poderoso, más sabio, más entendido, más efectivo en mi servicio al Señor, todo hay que verlo como proceso de aprendizaje.
Si usted mira cómo el Señor trataba a Sus discípulos en las páginas de los Evangelios usted ve que Él siempre estaba aprovechando cada oportunidad para enseñarles una lección ¿no? Ahí mismo se paró ante la multitud y les dijo: ¿saben qué? no me sigan por los panes y los peces, síganme por esta y esta razón. Los discípulos dijeron: oh Señor Tú nos mandaste y vimos, los demonios aún se sujetaban a nosotros; ¡ah! oportunidad, aquí yo veo un poquito de orgullo en él, deslumbramiento por el poder que tiene y todo esto.
¿Sabe qué? les dijo: No se gocen tanto con el poder, gócense con que sus nombres estén escritos en el Libro de la Vida, eso es más importante. ¿Cuántos se dejan deslumbrar por el poder de alguien? ¿no? hay muchos cristianos que dicen: oh fulanito que todo ese, oh fulatino hace esos milagros, oh vamos a seguirlos, pero ¿qué de carácter, qué de la enseñanza, qué de la solidez del Evangelio que se está predicando? Entonces la Biblia dice: No, no te deslumbres, no te peles tanto porque Dios te use, pelea porque Dios se agrade de tu vida, eso sí, esfuérzate por eso. Entonces el Señor siempre usaba toda oportunidad.
Yo te invito a ver tu vida como un proceso de continuo entrenamiento. Cuando estás en la fábrica, cuando estás donde tú trabajas, tu negocio, tu compañía, en la escuela, lavando platos siempre hay oportunidades y el Señor va a querer aprovechar para enseñarte algo. Si tú ves tu vida como un perpetuo proceso de aprendizaje Dios te va a ir educando continuamente y el Espíritu Santo siempre está trabajando para hacernos más y más como Cristo Jesús, Dios no desperdicia una sola oportunidad para hacer eso.
Y finalmente: un discípulo se está preparando para el día en que tenga que poner en práctica todo lo que ha aprendido. Ese aprendizaje a través del cual Dios te pone es para prepararte para servirle a Él. El Evangelio y el discipulado es servir y hacer las obras del Maestro, obras de poder, obras de servicio, no es mera teoría. Por eso el Señor siempre te está preparando, te está enseñando.
Y antes de terminar quiero invitar a los músicos que pasen por acá por favor y preparen ese coro que cantaron: Dame tu vida porque quiero que cantemos a la luz de lo que acabamos de decir ahora mismo, voy a terminar aquí esta meditación y la voy a continuar el domingo próximo. Pero quiero invitarles mis hermanos a verse como gente que está en perpetuo entrenamiento y formación para estar preparados para servir al Señor y hacer Sus Obras.
Si tú eres un discípulo el Señor espera que tú hagas las Obras de tu Maestro y de nuevo, hay muchas diferentes obras. Hay obras de justicia lo cual quiere decir: obras de santidad, obras que muestren que el fruto que nosotros damos es diferente al fruto del mundo, yo llamaría eso: obras de justicia, hay obras de poder también que son las obras que se supone que nosotros hagamos al orar por un enfermo, al orar por una persona endemoniada. Si tú tienes el Poder de Cristo en tu vida se supone que en el Nombre de Jesús tú puedas hacer las Obras que Él hizo también, obras de poder y por eso Dios te está entrenando para que tú puedas hacer esas obras.
También hay obras de Evangelismo, que tú compartas la Palabra de Dios con otros y traigas a otros al conocimiento de Jesucristo. Y también hay obras yo diría de generosidad en tu vida, que compartas con otros tus bienes y que seas generoso y que des una palabra de consejo a alguien, una palabra de fortalecimiento a una persona, pero para todo eso tú tienes que estarte entrenando y dejar que el Espíritu Santo te vaya formando, vaya quebrantándote, vaya crucificándote, tiene que ponerte el yugo de Jesucristo sobre tus espaldas. Aprended de Mí que soy manso y humilde dice, llevad Mi yugo sobre vosotros y hallaréis descanso para vuestras almas.
Mis hermanos: el Señor nos llama en esta mañana a asumir una identidad genuina, gracias hermanos, una identidad genuina de discípulos. Lea eso mientras estamos cantando, mientras estamos escuchando la música. Quiere el Señor formarnos, quiere el Señor formar a la Congregación León de Judá como una Congregación radicalmente comprometida con el Reino de Dios, pídele al Señor en esta mañana que te haga como uno de los Suyos verdaderamente.
Yo quiero invitar si hay alguien también que todavía no ha hecho su profesión de fe al Señor, no ha entregado su vida a Jesús y siente en esta mañana el llamado del Espíritu Santo, mientras estamos cantando quiero abrir una oportunidad a cualquier persona que está acá que quiera entregar su vida a Jesús, que quiera comenzar el camino de un discípulo, la jornada de un discípulo.
Si tú sientes que Dios te está tocando, te ha llamado en estas últimas semanas o en esta misma mañana te invito a levantar tu mano, puedes hacerlo ahora mismo o puedes pasar aquí al frente mientras cantamos ese coro y estaremos atentos para orar por ti, poner tu vida en las manos de Jesús, bendecirte e iniciarte en ese proceso de seguimiento al Señor así que este altar está abierto para cualquiera.
O si tú quieres simplemente decir: ¿sabes qué Señor? yo entiendo ahora lo que es ser un discípulo y quiero consagrarme a Ti también te invito a pasar aquí adelante o ponerte de pie en señal de subrayar lo que tú has escuchado y de aceptarlo y hacerlo parte de tu corazón y de vida porque esos hechos también tienen importancia.
Pero bajemos nuestras cabezas un momento, entonces: Padre, nosotros decimos amén al reclamo de Tu Palabra y renunciamos a una vida mediocre. Renunciamos a una vida promedio y escuchamos el llamado de Jesús a entregarnos completamente a Él y a caminar un verdadero discipulado, nos consagramos Señor a esa vida de entrega radical. Danos verdaderamente Tu vida Señor, danos Tu ADN, Tu identidad. Que esta Iglesia nunca comprometa Señor ni diluya el contenido radical de Tu Palabra. Sabemos que esa es Tu Palabra Señor y nunca pretenderemos rebajarla en ninguna forma. Gracias por Tu Presencia en medio de nosotros en el Nombre de Jesús amén.