No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o que sea agorero, o hechicero, o encantador, o adivino, o espiritista, ni quien consulte a los muertos. Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR.
Deuteronomio 18:10
Anden como hijos de luz. Examinen qué es lo que agrada al Señor, y no participen en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascárenlas (repróchenlas).
Efesios 5:8