Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. Pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado.
Daniel 3:17
Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Hechos 4:20