24 de enero del 2011 - Por Myrza Marilys Lassús
Theodore Roosevelt dijo: “Es difícil fracasar, pero es peor nunca tratar para tener éxito”.
1 Pedro 1:3 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva…..”
Nacemos y morimos. Esa es la vida. Esto es parte de la verdad. Pero, nos olvidamos del intermedio: “vivimos”. Y en ese intermedio suceden muchas cosas: crecemos, aprendemos, estudiamos, amamos - y - nos equivocamos. Pero aún en nuestras equivocaciones tenemos la oportunidad de renacer.
Ahora que comienza un nuevo año, pienso en el año anterior y todas las cosas buenas y las no muy buenas que me sucedieron. Y reflexiono en lo maravilloso que es nuestro Señor con nosotros. Escuché una predicación hace poco que hablaba del fenómeno de el final de año. Se termina una época, unos sueños, relaciones, ilusiones y muchas cosas más…. Pero lo más interesante es que cuando termina o muere algo, algo comienza…. RENACE.
Para que un árbol nazca, la semilla tiene que morir. Para que venga la primavera, el invierno tiene que terminar. Para que el amor nazca, el egoísmo tiene que morir. Para que vivamos eternamente, tenemos que morir. Y mientras vemos el principio y el final, el vivir pasa. Durante este período nos damos cuenta que todo tiene un proceso. El año que paso me enseñó que yo no soy la mujer maravilla, que yo no lo sé todo, que yo cometo errores, que yo fallo muchas veces, que yo no sé nada. Pero, también me enseñó que soy una mujer digna delante de Dios, que tengo la sabiduría dada por El, que yo soy redimida por la sangre de Jesucristo, que Dios es misericordioso conmigo, que en El tengo todo el conocimiento que necesito.
Que este comienzo del 2011 sea el Renacer de nuestras vidas. Entendiendo que cada momento de nuestras vidas es una oportunidad para crecer y aprender. Que Dios no permite nada en tu vida a menos que no sea para tu crecimiento. Que nuestra oración para este nuevo año o sea buscar más de Él y perseverar en Su presencia. Que nuestro renacer sea para su gloria y su verdad.
Gracias Señor nuestro por habernos dado un año más para servirte y para adorarte. Así como tu palabra nos dice que hay tiempo para todo, que este nuevo año o sea el tiempo de nuestro renacer espiritual. Que nuestra vida del año pasado muera para que tu verdad nazca en nosotros. Que seas tú y solamente tú el que viva en nosotros. Pido esto en el nombre dulce de nuestro Señor Jesucristo. Amén.