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Buscar sabiduria

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Vamos a hablar de búsqueda, y no de búsqueda de cualquier cosa, vamos a hablar de búsqueda de algo bien particular. Hay un verso en Santiago, Capítulo 1 verso 5 que dice lo siguiente. Yo no sé si alguno se lo sabe de memoria, pero Santiago Capítulo 1, verso 5 dice:

Si alguno tiene falta de sabiduría, pídasela a Rafael. Mire que este hombre es bien sabio. Caso perdido.

“….Si alguno está falto de sabiduría pídasela a Dios…”

Sabe usted que la sabiduría es una de las palabras más mencionadas en la Biblia? Particularmente entre los salmos, los proverbios y Eclesiastés. La sabiduría se iguala a la persona de Jesús que en Jesús se encuentra la sabiduría. Dice Proverbios, Capítulo 2, hay muchos proverbios que dicen esto, pero miren Proverbios, Capítulo 2 y si me lo podéis poner por ahí, mire esto, dice empezando en el verso 1:

“….Hijo mío o hija mía, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, si inclinares tu corazón a la prudencia que es una pariente de la sabiduría, si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz, si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios….”

Saben que cuando yo estaba en el tiempo de oración y yo me pongo a pensar, guau, son tantas las gentes que se desviven por buscar otras cosas en la vida, y obviamente cuando compara la sabiduría a la riquezas, hay mucha gente que se desviven, se vuelven locos y locas por tratar de adquirir los recursos financieros necesarios para poder vivir sus sueños. Y a cuantos de nosotros no nos ha pasado eso? Hay gente que se desviven por adquirir las ayudas financieras necesarias para poder estudiar, para poder aclarar sus papeles, para poderse comprar su casa de sueño, para poderse comprar el carro de sueño, para poderse comprar la ropa de sueño, para poder arreglarse partes del cuerpo, el viaje del sueño. Gracias a Dios que el paréntesis que dije ahí no lo oyeron. No lo voy a repetir. No.

Hay gente sí que gastan su dinero por tratar de verse un poquito mejor de lo que Dios los creó. Lo voy a decir de esa forma. No se dieron la liposucción que yo me hice? Hasta que como…. Se va la liposucción. Eso lo estoy sacado todo de Proverbios 2.

Pero mis hermanos, el asunto es que hoy más que nunca, yo no sé cuantos de ustedes estuvieron aquí el domingo y tuvieron la oportunidad de escuchar el mensaje que compartí. Pero ese mensaje a mí me ha seguido rodando, rodando en mi cabeza y en mi corazón. Y yo me digo, guau, Señor, o sea hoy más nunca literalmente, hoy más que nunca es tan y tan importante uno poder buscar de ti esa sabiduría que necesitamos para saber cómo proceder en todo lo que hacemos, en todas nuestras andanzas, para saber cómo vivir como seres humanos en nuestras relaciones con otras personas, para saber vivir como hijos e hijas tuyas, Señor, entendidos de qué es lo que tu esperas de nosotros, qué es lo que tu quieres hacer en nosotros, qué es lo que tu quieres hacer a través de nosotros, mis hermanos.

Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero para mí ya eso es un refrán. Cada vez que Dios nos bendice no es solamente, esa bendición no es para enriquecer tu vida personal, sino para que a través de ti tu puedas enriquecer la vida otro u otra persona a tu alrededor. La bendición de Dios es así, es como un efecto dominó, te toca a ti y por ahí sigue llegando a otras personas.

Y ¿Saben qué? Yo entiendo que hoy uno tiene que ser sabio también para poder entender y comprender cómo es que Dios quiere bendecirnos a nosotros. Esa sabiduría de la cual está hablando los Proverbios, de buscarla, y lo dice con tanta intensidad, mis hermanos, si ustedes siguen leyendo ese Capítulo 2 de Proverbios, ustedes se van a dar cuenta que Salomón está poniendo un sentido de urgencia tan y tan grande al poder encontrar la sabiduría, a poder buscarla y encontrarla y vivir de acuerdo a ella.

Y miren que estoy diciendo sabiduría, no como un concepto ético, estoy diciendo la sabiduría como una representación del mismo Jesús, de poder buscar su persona, de poder buscar quién él es, lo que el significa en medio de nuestras vidas, lo que él puede hacer en nosotros, y cómo él nos equipa para nosotros poder llevar a cabo nuestro diario vivir.

Hay que buscar esa sabiduría, mis hermanos, y cuando lleguemos a los momentos donde nos trancamos, miren esto, vayan conmigo a Eclesiastés, yo no sé cuántos de ustedes leen Eclesiastés, pero yo les sugiero que lean Eclesiastés. En el Capítulo 7 de Eclesiastés me crucé con estos versos que me parecieron bien interesantes. Y mire cómo dice, Eclesiastés, Capítulo 7 empezando en el verso 9, válgame, déjame empezar en el verso 5, es que es tan bueno el Capítulo que por eso es que sigo subiendo, subiendo para leer otras cosas. Miren estos dichos que salen aquí, dice:

“… mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla…” ahí me perdiste, déjame leerlo en esta versión que se oye mejor.

“…la risas del necio se parecen al crujir de las zarzas en el fuego –eso lo entiendo mejor- … y también son vana ilusión,- esto también es vanidad- …ciertamente la opresión hace entontecer al sabio y las dádivas corrompen el corazón. Mejor es el fin del negocio que su principio, ¿verdad? ¿Verdad que es mejor cuando usted cierra el día en la casa que cuando lo está empezando? ¿Verdad que es mejor cuando usted ya usted firma y le dan el carro, que cuando está empezando a buscarlo? ¿verdad que es mejor cuando, entre su esposo o su esposa, ustedes llegan a un acuerdo que tu vas a hacer esto y yo voy a hacer aquello, y están todos tranquilos, que el procesos antes que fuera como jalándose los pelos? Ah, pero que si tu no haces esto, no haces lo otro, ¿verdad? La gente se siente mejor cuando el negocio se cierra a que cuando se está empezando.

“… mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu… -sigamos pues, ahora -… no te apresures en tu espíritu a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios…”

Óigame aquí fue donde este pasaje me empezó a atraer. Y lo voy a leer en esta versión Dios habla hoy, porque aquí me gustó como lo leí. Dice:

“… No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia…”

Ahora, no significa que no nos enojemos, yo sé que nosotros podemos experimentar el enojo, pero que el enojo vaya a dominar sobre nosotros, ahí es donde la necedad puede entrar a nuestras vidas, ahí es cuando, si uno se deja llevar por el enojo que nos pueden causar las situaciones, muchas veces el enojo nos puede cegar y entorpecer y entonces actuamos neciamente. Exacto, el necio dice locamente, o el enojo no nos ayuda, nos provoca a hablar neciamente. Cuando usted está enojado con alguien y dice algo que no tiene que decir, sabe dónde se ve la necedad? Cuando después usted tiene que venir con el rabo metido entre las piernas a pedir perdón. Y qué es lo primero que uno dice? Yo sé que hice mal. Yo sé que metí la pata, yo sé que actué mal. Y uno tiene que pedir perdón.

Pero siga leyendo, mira el verso 10, a mí me gustó el verso 10, porque hay muchos que decimos esto, dice:

“… No te preguntes por qué los días del pasado fueron mejor… “-cuántos han dicho, ay, los días de antaño, qué buenos eran esos días! ¿Verdad? Qué buenos eran aquellos días que la Coca Cola valía 5 centavos! Qué buenos eran aquellos días cuando me levantaban con caricias en el cutis y ahora me levantan ahí a regañadientes, ¡Levántate! Y prepara la cama! Qué buenos eran aquellos días donde cada pedazo de piel del cuerpo estaba en su lugar! Y ahora hay que mirarse en el espejo y como que… por algo estaba diciendo aquellas personas que gastan dinero en…óigame. Un chiste, Dios mío.

Padre debería decir esto, dame sabiduría para ver si tengo que decir esto o no. Es que saben por qué estoy diciendo eso, mis hermanos, porque es que ayer yo me estaba reuniendo con un amigo mío y estábamos en el Mall de South Plaza y cuando yo voy llegando, yo veo a esta mujer que viene caminando hacia mí, mis ojos se concentraron solamente en su boca. And you can tell, cuando una boca es de verdad y cuando una boca es artificial. So, yo había visto esas cosas en televisión pero cuando lo vi en carne y hueso, delante de mí, yo me dije, como que… dinero mal gastado, eso fue lo único que yo pude decir.

Pero, dónde estaba, ok, miren, no nos pongamos a soñar por los tiempos pasados pues mira cómo dice:

“… esa no es una pregunta inteligente…” Guau, eso a mí me cogió “… porque nunca de esto preguntarás con sabiduría…”

En otras palabras lo que está queriendo decir, por qué te vas a quedar soñando en los días de ayer, cuando tu tienes que vivir el día de hoy, enfocándote en lo que está adelante. Tal vez tu puedas adquirir experiencias del día de ayer, pero muchas veces esa experiencia del día de ayer no necesariamente te van a dar lo que tu necesitas para hacer lo que tienes que hacer en el día de hoy and beyond.

So, no gastes mucha energía cerebral pensando en los días de ayer. Miren, esto, verso 11, me gusta esta versión, me casé con esta versión, dice

“…Buena y provechosa es la sabiduría para los que viven en este mundo si además va acompañada de una herencia, porque la sabiduría protege lo mismo que el dinero, pero la sabiduría tiene ventaja de darle vida al sabio…”

Y ahora miren el verso 13, aquí sí que lo podemos leer, verso 13:

“… Mira la obra de Dios porque quién podrá….” defenderme, no, eso es el Chapulín Colorado, ¿verdad? Dice, “…. Quién podrá enderezar lo que él torció….”

Estoy siendo bien visual. Quién puede enderezar lo que él torció. Él mismo, gracias. Se recuerdan el mensaje del domingo que hay veces que uno está dándole la matraca como que, Señor, endereza esto, endereza esto, endereza esto, y él lo creó torcido por un propósito, y muchas veces no recibimos esa respuesta y estamos buscando, porque es que Dios quiere que se quede torcido por un tiempo. Y puede ser que después él lo tuerza del otro lado, y uno, no, no, tiene que estar derecho. No, yo lo quiero torcer del otro lado ahora.

Pero Dios es el que hace y deshace, o sea, eso es lo que yo veo ahí. Hay cosas que Dios determina, mis hermanos, que por más que lo peleemos it’s up to him. Depende de él. Pero si seguimos leyendo, miren esto, se va poniendo más interesante, verso 14, por favor, dice:

“… En el día de bien goza del bien, y en el día de la adversidad considera, porque Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él…”

Ah, no, eso suena muy deprimente. No, no. Déjeme leerlo de acá.

“… Cuando te vaya bien mira disfruta de ese bienestar, pero cuando te vaya mal ponte a pensar, miren esto, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosas de Dios y que el hombre, ve aquí suena mejor, suena más poético, y que el hombre nunca sabe lo que le va a traer el futuro…”

En otras palabras está diciendo que mira, no, cuando las cosas te vayan mal no te quedes, ah, se me fueron a fuste mis planes que yo tenía, no voy a poder hacer nada más ahora. No. Qué es lo que dice Romano 8?

… que todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios…”

So, eso es lo que yo estoy leyendo aquí. Cuando las cosas te vayan bien, gózate, fíjate tus pasitos de jazz, ponte tu ropa fina, vete a comer al Eagle Seafoods, mejor vete al colmado y compra el pescado y te lo comes tu en tu casa, sale más barato. Lo hacen en barbecue. Y mire, cuando te vaya mal, aquí es donde el fuego quema de verdad, porque muchas veces cuando va mal, hay veces que se nos hace difícil como poder decir como, Señor, pero por qué, por qué esto me sucede a mí? Pero miren ahí es donde está la sabiduría, mis hermanos, ahí es donde está la sabiduría espiritual. Déjame definirla así: la sabiduría que proviene de Dios se encuentra ahí, en el mero hecho de que cuando las cosas van bien, cuando las cosas van mal, Dios nos da a nosotros la capacidad de poder entender cómo vivir a través de esas cosas. Y de nosotros poder ver a Dios en medio de todas esas cosas.

Así que yo quiero resumir aquí ahora: tu estás escuchando estas palabra ahora mismo y tu entiendes muy bien cuál es el panorama de tu vida, tu entiendes muy bien en qué sentido tu estás necesitando sabiduría ahora mismo. Tal vez tu eres la madre de adolescentes y como que tus chicos están como que sus hormonas están corriendo y no están pensando inteligentemente, por algo es que Salomón escribió en Proverbios a su hijo, como que, mira, cuando lleguen esos años de locura, lee lo que te estoy diciendo, para que sepas bien cómo actuar. Pero lo que esas palabras se nos aplican a nosotros aunque nuestras hormonas estén tambaleando en otra forma, pero la enseñanza se aplica a nosotros como quiera.

Así que, mis hermanos, yo quiero animarles a ustedes, la sabiduría es un don de Dios que está ahí presta, está, Dios la tiene ahí en sus manos para darla a quien la pide. Si usted es el tipo de persona que se deja ahogar por las circunstancias que lo rodean, o por las cosas que diga la gente, o por lo que usted pueda ver con sus ojos naturales, mire, su capacidad de poder percibir las cosas como Dios intenciona se va a empequeñecer y a nublar. Pero si nosotros en medio de todo eso podemos decir, mira, Dios yo necesito que tu me des esa sabiduría sobrenatural para yo saber cómo hablar, sabe cómo hablarle a alguien y yo no sé, yo estoy diciendo estas cosas sabrá como esa gotita le está mojando la cabeza. Pero saber cómo hablarle a alguien, saber cómo tratar a su cónyuge, su pareja, saber cómo tratar a ese colega de trabajo, saber cómo tratar a ese hermano, esa hermana en la iglesia que piensa distinto a usted, que le gusta hacer las cosas distinto a usted. Es más, que Dios le de la sabiduría para usted saber tratar con usted mismo o con usted misma. Y ahí es donde verdaderamente la batalla se da.

Cuantos de ustedes se soportan a sí mismos? Algunas veces, ok, algunas veces. Cuantos se soportan y cuantos unas veces es como si se pudiesen dar una patada, pórtate bien. Pero miren aún para eso, mis hermanos, porque ¿Saben qué? Muchas veces… la sabiduría de Dios actuó ahí. Pero miren hermanos, hay veces que lo que percibimos fuera de nosotros es provocado por lo que está en nuestro interior. Hay veces que esos pleitos que hay con otras personas a nuestro alrededor es porque no hemos sabido verdaderamente tratar el interior. Por eso es que si yo estoy leyendo esto, mis hermanos, que cuando estemos en esa búsqueda de sabiduría no estés diciendo, Señor, dame sabiduría para saber tratar con fulano, fulana, mengana y sutana. No, pídele sabiduría para saber cómo tratar conmigo mismo, conmigo misma.

Que esa sabiduría me ayude a entender que si hay algo que yo estoy haciendo incorrectamente, que si estoy pensando incorrectamente, que si estoy actuando en la forma que no es debida, permite que esa sabiduría me ayude a mí, a yo poder descubrir esas cosas que están en mí para entonces ver esos cambios que yo quiero ver a mi alrededor. Pero Dios primero tiene que obrar en uno, por eso es que ese libro de Proverbios dice, busca la sabiduría, búscala como un tesoro, búscala como agua fría cuando estás en medio de un desierto y no tienes nada de beber. Búscala. Busca la inteligencia, busca la prudencia, busca todos esos atributos de Dios que puedan transformar tu ser para que entonces tu te conviertas en un agente de transformación de las cosas que están a tu alrededor. Amén.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Amado Dios yo te doy las gracias de verdad porque tu sabes cómo trabajar con nosotros, Señor, tu sabes cómo tratarnos, tu sabes cómo llenar nuestras vidas como nadie más lo puede hacer. Y yo te ruego, Padre, yo sé como dije hace unos minutos atrás, yo sé que esta noche ha sido una noche de renuevo, una noche refrescante para muchos, y a la misma vez tal vez puede ser que haya algunas personas que hayan dicho, aquí no ha pasado nada, gente cantando, gente llorando, eso es lo que he visto. Pero Padre, tu sabes tus tiempos, tus temporadas con la gente. Y aquellos que han sido renovados, Señor, yo sé que tu vas a seguir cumpliendo tu propósito en medio de sus vidas. Y en el segundo grupo de personas, mi Dios, yo sé que tu tiempo también vendrá para ellos, donde tu palabra va a penetrar tan profundo en su corazón que no van a poderse contener.

Yo te pido que esta palabra de sabiduría que hemos compartido hoy, traiga luz a nuestras mentes y a nuestros corazones, para saber descubrir, conocer nuestro interior como tu lo conoces, para entonces podernos convertir en hijos e hijas útiles para ti en la transformación de las circunstancias de nuestro alrededor.

Padre llénanos, llévanos con bien ahora hasta nuestros hogares, permite Señor, que tu espíritu vaya con nosotros, que tu renueves nuestro ser, que nuestros sueños esta noche sean reparador, que aún en nuestro sueño tu te encuentres con nosotros y nos hables, nos reveles tus propósitos, tus intenciones para con nuestra vida. Gracias te doy, bendice a cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado hasta aquí esta noche, Señor, y yo sigo orando que tu sigas trayendo a aquellos que tu sabes que necesitan ese toque tuyo los miércoles por la noche.

Reclamamos tu bendición sobre nuestras vidas, tu paz, tu poder, tu amor, tu unción, Señor, y mañana es otro día, que tu nos permites vivir, Señor, para declarar tu gloria, tu bendición, tu majestad y vivir a la altura de lo que tu pides para nosotros, Señor. Te bendecimos, te damos la gloria y la honra en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gracias Señor.

La Carrera

9 de agosto del 2010 - Por Miriam Díaz

Me dirigía a la iglesia con pasos muy aligerados, muy feliz, bien vestida y deseosa de adorar. Cuando de repente me percato de un hombre que iba para la iglesia en el mismo camino que yo. Los dos estábamos solos en el camino y si yo continuaba al mismo paso le iba a pasar por el lado bien pronto.

Me detengo y lo saludo, le sonrío y le invito a subir a la acera ya que los carros iban a pasar y además se nos hacía más rápido para llegar a la iglesia. Muy pronto me indicó que sus piernas no lo dejaban que había tenido un accidente y no podía subir tan ágilmente como yo. Su cadera había sido remplazada y tenía una pierna más corta que la otra. A medida que el SEÑOR me daba palabra para este hombre, el Espíritu Santo me tocaba a mí. El Espíritu le decía a él “que no importaba cuan rápida o lenta era su carrera que lo que importaba era que él estaba en la carrera y que no se saliera jamás de ella”. Recordaba a mi esposo en casa y como él no podía correr la carrera espiritual como la estaba corriendo yo. Miraba y escuchaba al hombre a mi lado y lo esperaba con paciencia a medida que caminaba a su paso y no al mío. El hombre me hablaba y estaba muy feliz de caminar con alguien.

El Espíritu continuaba redarguyéndome acerca de mi marido, no podía caminar tan ligero como yo, ni brincar los obstáculos con mi agilidad y estaba solo. Mis lágrimas a medida que caminaba con este hombre se detenían detrás de mis ojos. Quería correr al altar y pedirle perdón a mi Dios. Mi esposo necesitaba que me compadeciera de él, que le esperara, que lo acompañara y caminara a su paso al mismo lugar, el templo. Mi paso había sido tan aligerado que mi esposo había decidido no correr más ¿para qué? solo e impedido, se había desanimado.

El Espíritu Santo continuaba su conversación conmigo: “Para y camina con el lisiado y con los que han sufrido accidentes y no pueden correr tan rápido como tú. Sigue tu carrera, despacio o ligera más siempre con misericordia y amando aquellos que pueden mucho como a aquellos que no pueden.”

Los corredores de verdad paran y ayudan y no se preocupan tanto por quien llega primero, sino por los que no pueden llegar y necesitan ayuda, una palabra o simple compañía. Los corredores de verdad esperan, se sacrifican y aman de corazón. El camino está lleno de corredores que se paran a ayudar. Los lisiados están puestos ahí para enseñarte a amar y probar el crecimiento de tu amor. Están puestos ahí para moldearte, para Dios ver como Su trabajo está progresando en ti.
Para de correr y camina con aquellos que han sufrido accidentes, para y ten misericordia, anima y da compañía. Para, es necesario. Para y ama.

Pablo lo describe muy bonito en su carta a los corintios: 1 Corintios 9: 19-27.

“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

Gloria al que vive para siempre y por la eternidad.

El hombre propone y Dios dispone

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El hombre propone y Dios dispone. Cuantos de ustedes viven de acuerdo a ese refrán en muchas ocasiones? Vivimos de acuerdo de eso, y ¿Saben qué? Es bien interesante porque muchas veces en nuestras vidas nosotros podemos hacer planes, podemos trazarnos metas que queremos alcanzar y en varias ocasiones las logramos alcanzar. Pero qué pasa con esos momentos donde no se alcanzan esas metas, qué hacemos? Qué hacemos en esos momentos cuando estamos orando por cosas que son bien duras, que son bien profundas en nuestro corazón y estamos orando y no recibimos las respuestas a esas oraciones, qué hacemos? Qué hacemos entonces?

Y yo quisiera preguntarles algo, solamente para hacerlos reflexionar. Qué sería de un niño o una niña si su papá o su mamá le diera todo lo que ese niño o esa niña pide? Qué sería de él o de ella? Qué sería de una pareja, de un matrimonio, de una pareja de novios si una de las partes siempre está buscando que la otra le satisfaga todas sus necesidades a expensas de lo que el otro pueda pensar o sentir? Qué sería de esa pareja? O es más, qué sería de cada uno de nosotros, qué sería de cada uno de nosotros si Dios nos concediera todos los caprichos de nuestro corazón?

Yo me atrevería a decir que necesariamente no sería un mundo mejor. Porque estaríamos llenos de personas consentidas por todos lados. Y yo no estoy diciendo que Dios no nos consienta a nosotros, yo sé que Dios nos consiente pero no en todo y es precisamente en esto, mis hermanos, en lo que yo quiero meditar. Qué pasa en nuestras vidas cuando no recibimos lo que estamos buscando? Qué hacemos cuando no recibimos aquello por lo cual estamos, como quien dice, desesperados por ello en alguna forma u otra?

Y yo quisiera contarles una historia, un relato para que ustedes puedan, más o menos, ver mi sentir que quiero comunicarles a ustedes. Hace un mes atrás yo salí de vacaciones con mi familia, y estábamos en Orlando, y fuimos a uno de los parques de atracción, fuimos a Seaworld que es uno de los favoritos de mi hijo Lucas, a él le encanta ver las ballenas, los delfines, las focas, todo eso, entonces cuando fuimos el ticket que compramos nos daba la oportunidad de tener una segunda entrada gratis al parque. So, yo me dije, bueno, mira que chévere como ahí en Seaworld hay muchas montañas rusas y a mí me encanta todo eso. Bueno, no es que hay muchas, hay como tres al menos. Pues, siempre me gusta meterme en esas cosas, me gusta ese adrenaline rush que le da a uno. So, yo me dijo, bueno, pues este primer día déjeme concentrarme en Lucas, vamos a caminar con él todo el parque, que él vea todo lo que quiera ver, y entonces el segundo día que vengamos pues yo me doy el gusto, y me meto en todas las montañas rusas que puedo.

So, así lo hicimos. El primer día fue concentración en Lucas total. Lo consentimos definitivamente hablando de esa pregunta. Y fuimos a todos los lados, compartimos con él, fue una chulería. Ahora, el segundo día cuando vino para nosotros ir, pues ahora yo era el que estaba como que, guau, ahora yo voy a disfrutar. Entonces nosotros llegamos y yo hablo con mi esposa, con mi suegro y ellos dicen, pues, mira, vete tu a la primera montaña rusa y nosotros nos quedamos con Lucas. Fantástico. Voy, me meto en la fila, y para mi sorpresa había una espera solamente como de 20 minutos. Entonces yo voy ahí bien emocionado, a mí me gusta meterme en la línea al frente, así cuando uno lo ve todo bajando, dando todas las vueltas. So, yo voy estoy en la fila, y estoy a ley de una vuelta para entrar y montarme en la máquina, y de repente sale este mensaje, la máquina la tuvimos que parar por desperfectos técnicos. Por favor, espere en la fila. Y yo me quedo ahí esperando, pasan 5, 10, 15 minutos y el mismo mensaje se seguía repitiendo, se seguía repitiendo. Y no fue hasta 25 minutos después que de repente salen y dicen, necesitamos que desaloje el edificio por desperfectos técnicos. Entonces todo el mundo tuvo que salir del edificio, y yo me quedé con las ganas.

Ok, salgo yo así, medio tristón, no fue gran cosa, había otra máquina. Voy y le digo a mi esposa, mira, nos sacaron por desperfectos técnicos, pues me voy a ir a la otra entonces. Pues, fantástico, vete a la otra. Entonces voy a la otra, y la línea de espera allí era como de 15 minutos. Y yo, ahora, esta es mi oportunidad. Voy, me meto en la fila y llego casi, casi al frente. Me toca esperar como unos 15 minutos, y déjeme decirles, era un día bien caliente en Orlando. Yo no sé cuantos ustedes han experimentado el calor de Orlando, Florida, pero es caliente. Eso es como un sauna, ese vapor que se siente ahí. Ahí estoy yoi en la fila, los abanicos que ponen en la fila, lo que sopla es aire caliente, y uno ahí como que me estaba empezando a sentir medio débil, no tenía agua, yo veía a otra gente bebiendo agua y yo… pueden compartir un poquito de agua?

El asunto es que yo veo que viene el carro, sale, y viene otro grupo y sale, y me voy acercando, y estoy, mis hermanos, literalmente ahí en el portón para pasar y montarme en la máquina. Y cuando llego ahí algo pasó de nuevo, pasan el mensaje y dicen, la máquina la tuvimos que detener por desperfectos técnicos. Por favor espere en línea. Entonces, desde donde yo estoy yo veo el carrito que venía entrando que se quedó parado en el sol, y la gente ahí, en el sol esperando. Y yo ahí espera, vuelve y pasan el otro mensaje que había que seguir esperando. Y de repente la muchacha que estaba al frente mío, yo veo que la muchacha se desplomó completa, y se quedó agarrada de la verja y de repente se cayó, así para atrás. Guau! Un heat stroke le dio a la muchacha que estaba ahí esperando.

Entonces tuvimos que cogerla, ponerla en el piso, alguien tiene agua, por favor, para atenderla, echarle aire. Vamos a llamar a los paramédicos, algo así, pero yo no sé la muchacha de repente se levantó. Y nosotros como que, mira, vamos a buscar los paramédicos, y ella, no, no, yo me quiero montar. Y yo, pero hello, te acabas de caer y te quieres montar. Como quieras! Te quieres desmayar ahí arriba trepada. No, no, déjeme aquí.

La cosa es que se quedó ahí parada y nosotros seguimos esperando. Y miren, después de 20 minutos, saben lo que pasó? Necesitamos que desalojen el edificio por desperfectos técnicos. Y yo, noo! So, yo voy saliendo y no hace mi esposa y mi suegro más que verme la cara y yo, voy así como, cerraron otra vez. Y se echaron a reír. Y ese fue el chiste del día.

La cosa fue que seguimos paseando el parque y ya como a eso de las 5.30, 6 de la tarde, que yo me empiezo a dar cuenta que mucha gente se empieza a ir, yo me digo, bueno pues, esta es mi oportunidad. Yo le digo a mi esposa, voy a ver si ahora tengo el break de ir a montarme aunque sea en una.

Entonces vuelvo otra vez a una de las máquinas y cuando voy entrando para hacer la fila, pasan un mensaje que dice: la máquina está cerrada por causas de una tormenta eléctrica. Y yo, nooo! Mi frustración fue tanta que yo lo puse en Facebook. Entonces los que me han visto en Facebook vieron que yo escribí ahí como que, este no fue mi día de montaña rusa definitivamente.

Pero el asunto fue, mis hermanos, que al yo pensar en esto, yo no sé cuántos de ustedes han dicho como yo, no, si Dios me tiene que decir algo, tiene que caer un rayo y decírmelo. Yo no sé cuantos de ustedes han dicho eso, pero yo lo he dicho. Y el asunto fue que para mí se dio literal, porque yo vi la tormenta eléctrica pasar definitivamente. Pero el asunto fue que cuando yo estaba ahí, después que mi esposa y yo nos reímos, mi suegro, hicimos un chiste de esto, yo me quedé pensando y yo me decía, caramba, la verdad es que yo sería bien ignorante y bien inmaduro si yo no me doy cuenta que hay algo que Dios me quiere enseñar a través de este experiencia.

Y literalmente, mis hermanos, así fue. En medio de ese pensar, sí, Dios me llevó a ese pasaje de Proverbios que leí, el hombre propone y Dios dispone, pero también estaba haciendo eco en mi cabeza ese texto de Eclesiastés, Capítulo 3, que dice “todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora”.

Pero asimismo como digo eso, me atrevo a decir que no todo lo que se quiere debajo del sol se va obtener. Me siguen? No todo lo que se quiere está intencionado para ser obtenido. Y aquí es donde quiero reflexionar con ustedes un poco.

Por qué yo hago mención de esto, mis hermanos, miren, este miércoles por la noche, el miércoles pasado, mientras estábamos aquí en el servicio de oración, que tuvimos un momento bien bonito, un momento de oración bien lleno de la presencia de Dios, que de hecho, recuerden, no se olviden de nuestro servicio de oración los miércoles por la noche, si tienen el tiempo les animamos. Vengan, congréguense aquí en la iglesia para ese tiempo de oración. Cierro el paréntesis.

Cuando estábamos ahí orando el Señor puso una impresión en mi corazón. Estábamos cantando el himno Grandes cosas ha hecho Dios por su pueblo, y mientras estábamos cantando eso, el Señor puso esta impresión y me dijo, dile a la gente que aún si no han recibido la respuesta a su oración, con toda la declaración de fe se ve cuando podemos decir que Dios ha hecho grandes cosas por nosotros. Que aunque vemos esa respuesta, como quiera, Dios hace grandes cosas. Y yo compartí eso y miren oramos en línea de esa petición. Es más, hasta hicimos algo que hace tiempo no hacíamos. Yo le dije a la gente, mire, saque su celular y llame a alguien que usted entiende que necesita esa palabra. Y lo hicimos, y oramos por la gente a través de los celulares.

Y yo sé que cuando hacemos eso hay una bendición que sale de aquí y llega a cada una de esas personas. Pero el asunto fue que a medida que yo salí de aquí ese día, y me quedé pensando y reflexionando y yo me digo, mira, Señor, yo sé que tu haces grandes cosas por nosotros, y que tu te interesas de responder a nuestras peticiones, pero a la misma vez yo sé que no todo el tiempo tu vas a responder a esas peticiones que nosotros te hacemos. Y tal vez usted me diga, pero Omar, cómo va a ser? Si la Biblia dice que pedir y se os dará, buscad y hallareis, tocad a la puerta y se os abrirá. Sí, pero aún esa enseñanza no significa que siempre vamos a recibir lo que estamos pidiendo, lo que estamos buscando, lo que estamos tocando.

Por qué? Les explico. Déjeme solamente darles unos ejemplos bíblicos de lo que estoy diciendo. Si ustedes se recuerdan de la historia de Moisés, qué fue lo que pasó con Moisés? Moisés fue el líder escogido por Dios para llevar al pueblo de Israel a la tierra prometida. Moisés entró a la tierra prometida? No. Usted cree que él quería entrar a la tierra prometida? Usted no cree que en su tiempo, aunque Dios le dijo, porque hiciste esto y aquello y lo otro, usted no cree que en algún momento Moisés habrá dicho como que, Dios, tu sabes, reconsidera, dame un break, déjame entrar? No? No, entró. No entró.

Qué fue lo que le pasó al profeta Elías? Después que degolló a los profetas de Baal y que se enteró que la reina Jezabel quería cortarle la cabeza a él, qué fue lo hizo él? Se asustó, salió corriendo y mientras iba corriendo en el desierto, qué era lo que le pedía a Dios? Se recuerdan del relato? Busquen, Primera de Reyes, Capítulo 19 y lo leen ahí. Él le estaba diciendo a Dios, se volvió suicida el tipo, él estaba, Señor, quítame la vida porque no puedo con esto. Él estaba pidiendo algo bien craso, que yo sé que tal vez alguno de nosotros también nos ha pasado por la mente. Y si sí, pues, en el nombre de Jesús cancela esos pensamientos porque eso no es de Dios.

Pero él estaba pidiendo eso, y usted cree que se lo concedieron? No. Que fue lo que Dios le dijo, un verso después? Le dijo, levántate y come porque largo camino te resta. Pero él quería terminar su vida, y Dios le decía, no papá, te falta más todavía, así que sigue por ahí.

Otro ejemplo que les puedo mencionar tiene que ver con Daniel. No sé si ustedes recuerdan el relato de Daniel, entre los Capítulos 9 y 10, Daniel comienza a orar por el perdón de los pecados del pueblo de Israel. Y en el versículo 10 se cuenta el relato de cómo después de 21 días de oración, se le aparece el arcángel Gabriel y le da un mensaje, y como parte de ese mensaje, le dice a Daniel, Daniel, no te preocupes, porque desde el primer día que tu dispusiste tu corazón a orar por esto, tu respuesta fue dada.

Pero la respuesta no llegó. Por qué? Qué es lo que dice Gabriel? Porque el príncipe de Persia, él estaba hablando de Satanás, del enemigo, que estaba haciendo bulla allá arriba en los aires espirituales impidiendo que esa respuesta llegara a Daniel. So, muchas veces lo que nosotros pedimos encuentra en los aires resistencia, no porque Dios no quiera sino porque hay otro que está impidiendo que usted reciba lo que Dios quiere para su vida. Y uno tiene que entender esa dinámica también. Él lo recibió pero lo recibió más tarde.

Otro ejemplo que les puedo dar, Pedro, miren esto, Pedro en una conversación que tuvo con Jesús en el libro de Juan, Capítulo 13. Jesús estaba hablando acerca de la llegada de su muerte y Pedro de repente le pregunta, Señor, dinos a dónde vas? Porque él estaba insinuando, porque yo estoy dispuesto a ir contigo, yo quiero ir contigo. Y Jesús le responde como que, Pedro, a donde yo voy tu no puedes ir, tu no estás preparado para eso. Es más, antes de que cante el gallo, tu sabes lo que va a pasar? Tu me vas a negar 3 veces. Yo? Así mismo fue. Yo? Tu discípulo más fiel? Pero eso mismo fue lo que pasó, él estaba pidiéndole algo a Jesús que el mismo Jesús le dijo, ah, it’s not time for that yet. Todavía no es tiempo.

Y es más, miren este ejemplo de Pablo, a mí me gusta mucho este. Pablo en el libro de Hechos, Capítulo 16. En un relato muy interesante, porque esta fue una de las salidas de Pablo cuando fue en algunos de sus viaje misioneros, que Pablo tenía la intensión de parar en algunos puertos específicos, más sin embargo el relato cuando usted lo lee, dice específicamente que el Espíritu Santo le impidió él poder llegar a esos lugares. Porque lo que quería el espíritu de Dios es que él llegara a otro lugar.

Así que ustedes ven, mis hermanos, que bíblicamente y aún en nuestras vidas, nosotros podemos comprobar de que hay momentos que lo que nosotros pedimos no está intencionado a que se nos de. Y yo sé que podrá sonar algo fuerte, pero la intención que yo tengo con este mensaje, mis hermanos, el propósito que yo quiero compartir con ustedes, es que nosotros podamos hacer paz con la idea de que no siempre lo que estamos pidiendo se nos va a dar, y eso es algo que está en Dios.

Pero aún cuando digo eso, lo importante es que nosotros podamos buscar la forma de descubrir, de discernir y de entender por qué eso no se nos está siendo dado. Me siguen? Están conmigo?

Miren, déjeme darles unos cuatro puntos bien breves que quiero hablar, de por qué muchas veces cuando no recibimos algo, qué es lo que Dios está haciendo detrás de todo eso? Y lo primero que puedo decir, mis hermanos, es que plena y básicamente no te conviene. Cuando tu no recibes algo por lo cual tu estás pidiendo es básicamente porque no te conviene.

Acaso en Primera de Corintios, Capítulo 6, no hay un verso dice, “todas las cosas me son lícitas, pero qué dice después? ... pero no todo conviene”. Es más, hasta le añade, y no voy a dejarme dominar por ninguna. Pero eso es otro mensaje. Y más adelante en el Capítulo 10, versículo 23 y 24, también repite la misma frase. Pablo es bien intencionado porque él lo dice, todo me es lícito más no todo edifica.

Miren, ¿Saben qué? Salomón, cuando escribió Eclesiastés en el Capítulo 12 de Eclesiastés, él dijo, le dijo a la gente, se estaba dirigiendo a la gente joven, pero yo lo cojo para todos, él le estaba diciendo, mira, persigue los placeres de tu corazón, has todo cuanto tengas en tu mano de hacer, dondequiera tus ojos se siembren búscalo, aséchalo. Si un hombre que estás mirando y eres una mujer, y quieres ese hombre, persigue los deseos de tus ojos, y viceversa. Si viste un carro, busca ese carro. Si viste un cazón, vete y busca ese cazón. Pero lo que dice ese texto es que de todas esas cosas que tu decidas hacer, que va a pasar? Dios te va a juzgar por cada una de ellas.

So, definitivamente nosotros tenemos al alcance todas las cosas que nosotros queramos hacer, tanto lo bueno como lo malo, todo está a nuestro alcance. Pero sea bueno o sea malo, no todo nos es lícito, no todo edifica nuestras vidas. Yo puede decir, ah, pues, me voy a ir a Argentina, de misionero por un año, y puede sonar bien bonito, pero si no está en los planes de Dios, esa movida que yo estoy tratando de hacer no se va a dar. Porque no está intencionado.

Así que, si no recibe algo, mire, piense en eso, que tal vez no le conviene. Pleno y simple. El segundo punto, tal vez no es el tiempo de recibirlo. Tal vez no es el tiempo. Qué es lo que dice Eclesiastés cuando lo leímos ahorita? Todo tiene qué? Su tiempo. Lea el relato, ahí le dice un montón de cosas, hay tiempo para todo. Hay tiempo para llorar, hay tiempo para reír, tiempo para abrazar, tiempo para despegarse, tiempo para hablar, tiempo para estar en silencio. Hay tiempo para vivir y hay tiempo para morir.

Puede ser que por mucho tiempo usted tenga un familiar que está a punto de morir y usted está orando, orando, orando, Señor, que no se muera, dale vida, un milagro y es bueno orar de esa forma. Pero si es el tiempo de Dios de que el final de esa persona llegue, llega. Si Dios quiere hacer un milagro y darle vida, Dios lo puede hacer también. Pero tenemos que entender, mis hermanos, que si hay algo que no estamos recibiendo está en el tiempo de Dios o está en el tiempo de nosotros. Estoy yo queriendo ajustarme al reloj de Dios o estoy yo queriendo ajustar el reloj de Dios al mío, de que Dios haga las cosas en mi tiempo. Esto tiene que ser rápido, Dios, yo necesito esto inmediato, es como ir al ATH o el ATM, usted mete la tarjeta, saca los chavos y ya, Señor, así es como yo quiero que tu respondas aquí. Y consta, hay veces que uno tiene que orar de esa forma, diciendo Señor, esto es urgente. Y mire, puede ser que Dios en su misericordia responda inmediatamente, pero la mayor parte de las veces que yo sepa, Dios se toma su tiempo. Y nosotros tenemos que ajustarnos al tiempo de Dios.

Un tercer punto que les puedo mencionar, mis hermanos, es que tal vez la forma en la cual estamos orando no está en línea con la voluntad de Dios. Y esto es algo bien, bien importante de poder entender. Cuando hablamos de la voluntad de Dios muchas veces nosotros pensamos que la voluntad de mi Dios para mi vida es esto, esto así bien específico. Y yo sé, mis hermanos, que para algunas personas la voluntad de Dios es algo bien marcado, bien definido, muy determinado, pero aún cuando está eso ahí, la voluntad de Dios tiene, como puedo decir, tiene unos ámbitos que son bien vastos para explorar. Dios puede hacer muchas cosas y con todo y eso estamos en la voluntad de Dios.

Si yo hablo un poquito de mi ejemplo, cuando yo recibí mi llamado para ser pastor, yo creo que ya lo he compartido esto antes, yo recuerdo que yo completé mis estudios de bachillerato y para eso yo sabía que Dios me estaba llamando a ser pastor. Cuando me gradué de mi bachillerato yo quería venir aquí a hacer una maestría en fisiología del ejercicio, porque yo quería trabajar como un rehabilitador clínico. Y me vine aquí para estudiar eso y apliqué a universidades y ¿Saben qué? Ninguna de esas universidades me aceptó. Apliqué al seminario y en cuestión de dos meses ya me dieron beca y todo.

So, dígame usted cuando uno trata, como quien dice, de, ah, Señor dame un break de tu voluntad, déjame venirme por acá y hacer esto en otra forma. Miren, si Dios tiene algo, Dios lo va a hacer. Pero asimismo le doy otro ejemplo. Ya una vez yo estaba en el ministerio, yo entonces estaba explorando, ok, Señor, cuál es la forma específica ¿verdad? Porque nosotros no nos convencemos con algo tan general, siempre queremos algo más al dedillo. Si yo así en el ministerio digo, ok, Señor, dónde tu quieres que yo esté? Tu quieres que yo esté aquí, que yo esté allá, o por allá, o que haga esto con esta persona, con aquella otra? Y uno se pone a explorar, así en todas esas áreas, y ahí es donde yo digo, mis hermanos, que ahí es donde yo veo que la voluntad de Dios tiene sus, cómo puedo decirlo? Tiene sus áreas que son medio nébulas, por así decir. Me explico? Hay nébulas, es como si usted va por una calle y está todo el día soleado y de repente llega a un área de neblina, que cuando usted prende los headlights del carro usted solamente puede ver como 10 ó 15 metros al frente de usted, y tiene que reducir la velocidad, ir con precaución para poder ver por donde es que está yendo el camino, pero usted no discierne el camino hasta que no esté ahí.

Así muchas veces es la voluntad de Dios. Y no para todos pero sí con algunos. Que hay veces que nosotros estamos buscando, Señor, cómo tu quieres que yo te sirva? Qué tu quieres que yo haga? Y parece que el camino se pone medio nébulo. Y uno está tratando de discernir, Señor, qué es lo que tu quieres? Y uno tiene el miedo de que uno se está saliendo de la voluntad de Dios porque uno cree, no, porque la voluntad de Dios tiene que ser clara, no puede haber ningún tipo de sombra de duda, porque es la voluntad de Dios. Así fue como lo enseñaron. Pero mire, Dios permite que vengan esos tiempos de nébulas, para ver cómo uno va encaminándose y como uno va tanteando las cosas hasta que llegue el momento donde esa neblina se esfuma y uno puede ver que, all along the way, que a través de todo el camino usted estaba en los propósitos, en los planes, en la voluntad de Dios.

Tal vez uno estaba atrás freaking out, como quien dice, ya perdí de línea lo que Dios quería. Olvídate, aquí me fregué. Pero no, cuando usted sale al otro lado y usted mira para mira usted dice, guau, tu estabas ahí todo el tiempo. Tu estuviste ahí todo el tiempo conmigo.

Y eso yo lo traigo, mis hermanos, en este sentido de que muchas veces cuando pedimos, estamos pidiendo en línea con la voluntad de Dios. Miren esto: yo tuve una etapa de mi vida donde mi oración era toda centrada alrededor de mí, myself, and all mine. Ha escuchado esa expresión? Mi oración era eso, todo el tiempo. Yo sé que a ninguno de ustedes les pasa, yo sé que ustedes oran por muchas otras personas, usted nunca ora por usted. Pero yo no sé si usted se ha escuchado mucho a veces que uno está como que, Señor, has esto por mí, y Señor, yo quiero esto, y Señor, aquello otro conmigo. Y Padre, yo necesito que tu hagas esto en mi vida. Y ah, sí, Señor, acuérdate de Javier, pero Señor, yo necesito esto conmigo, esta es mi presión ahora mismo. Me siguen por donde voy? Es como que nuestra oración es todo nuestro entorno.

Y miren, saben lo que pasa? Cuando usted se queda orando mucho tiempo en ese entorno, usted pierde perspectiva de cuál es la voluntad de Dios para su vida y para otros a su alrededor. Y por ende, cuando termina orando, sabe lo que va a pasar? Va a estar orando más bien para satisfacer, usted lo que va a estar buscando es que Dios satisfaga caprichos suyos, en vez de que verdaderamente Dios opera en usted de acuerdo a su voluntad para su vida.

Miren esto, en Santiago, hay un pasaje en Santiago que cada vez que lo leo me fascina cada vez más y más, en Santiago, Capítulo 4. Hay un texto muy interesante. Santiago Capítulo 4, verso 1 dice: “… De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes, no es precisamente de esas pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? En otras palabras, de esos caprichos que uno tiene, esos anhelos, esos deseos empedernecidos que uno tiene por dentro.

Ustedes desean algo y no lo consiguen, matan y sienten envidia y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se echan a la guerra, no tienen porque no piden, y cuando piden no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Yo no sé pero para mí ese verso es bien revelador. Estaba leyéndole la nueva versión internacional, por si acaso, porque me di cuenta que no era lo mismo. Entendieron la idea? Cuando uno pide en oración, uno tiene que saber como alinearse. Señor, estoy pidiendo solamente por mero caprichos esto. O estoy pidiendo porque verdaderamente hay algo que tu me estás mostrando?

Así que ese es el tercer punto, mis hermanos, es bien importante. Medite en ello. Cuando usted ore, cuando usted pida algo, está pidiendo en línea con la voluntad de Dios? O está pidiendo en línea con la voluntad suya? Es más, déjeme darle otro ejemplo, este es el favorito de todos.

Miren lo que le pasó a Jesús. Qué le pasó a Jesús cuando estaba en Getsemaní, que estaba a horas de ser arrestado. Si yo recuerdo bien el relato bíblico, me pueden corregir si estoy mal, pero yo creo que en su oración él estaba llorando amargamente hasta que en un punto él dijo, Dios, Papá, tu hiciste este plan, tu me mandaste aquí con un propósito, pero ese propósito se me está haciendo difícil. Si es posible, podemos cambiar los planes? Se lo dijo así? Obviamente, si es posible pasa de mí esta copa. Pero entiendan, se lo estoy diciendo en la versión popular. Si es posible podemos cambiar los planes, Dios? Porque esto se me está haciendo bien difícil. Pero qué fue lo él dijo después? Pero que no sea mi voluntad sino que sea la tuya.

Miren lo que pasa, mis hermanos, cuando nosotros logramos discernir si estamos orando o no, de acuerdo a la voluntad de Dios, miren, nuestras oraciones se acomodan a lo que Dios quiere hacer en nosotros. Jesús mismo en un momento estaba diciendo, Señor, esto es duro, esto es muy difícil, yo no sé si estoy listo para morir por todas estar personas, así que vamos a cambiar los planes. Envía tus ángeles y vamos a hacer otra cosa para salvar el mundo. Pero cuando Jesús se dio cuenta que esa no era la intención, que ese no era el propósito de Dios, Jesús mismo tuvo que ajustar su oración y empezó a decir, yo me imagino, leyendo yo entre líneas el relato. Yo me imagino que Jesús tuvo que haber dicho, bueno , mira Dios, yo sé cuál es tu plan, yo sé cuál es tu propósito, así que yo te pido que tu me des fuerza para poder resistir todos los azotes que me van a dar. Yo te pido que tu me de s el valor moral que necesito para aceptar que uno de mis discípulos me va a negar. Yo te pido que tu me des la gracia para perdonar a ese ladrón que me va a pedir que me lo lleve conmigo al reino cuando estemos en la cruz.

Hermanos, ustedes se imaginan. Si Jesús hubiera seguido con sus deseos, como él lo quería, nosotros no estaríamos aquí ahora mismo. Más sin embargo, porque él entendía cuál era la voluntad del Padre, se sujetó a esa voluntad y supo cómo alinear su oración en línea con esa y por él nosotros estamos aquí ahora.

Un último punto que les quiero decir, y con esto voy terminando. Cuarto, saben por qué muchas veces no recibimos lo que queremos? Porque es parte de la disciplina de Dios para cada uno de nosotros. Hay algo que Dios quiere formar, hay algo que Dios quiere moldear en usted y en mí. Uno de los problemas más grandes que Dios tiene con nosotros, sabe lo que es? Nuestro orgullo. Tenemos problemas con nuestro orgullo. Vamos a ser honestos. Yo puedo levantar las dos manos, los pies. Yo tengo problemas con mi orgullo. Y ¿Saben qué? Uno de los mejores recursos que Dios usa para lidiar con nuestro orgullo es ponernos al lado de una persona que es más orgullosa que nosotros todavía. Yo creo que hay matrimonios que pueden probar esto. Yo creo que hay relaciones de colegas de trabajo que pueden probar esto. Muchos de ustedes pueden decirme, ese jefe mío, sí, esa jefa tuya, los dos. Dios te los pone ahí.

Y saben por qué digo eso? Porque…hasta cuando, hasta cuando, Señor. Yo no sé es el tiempo de Dios. Pero mira, saben por qué digo eso? Porque así como tu piensas de esos superiores que están por encima de ti, que tienen un problema de orgullo, lo mismo pensarán otros de ti, que están por debajo tuyo también. Y esto es re fácil, hermanos, yo estoy hablando esto con las muelas de atrás. Estoy siendo bien honesto.

Pero así es como Dios nos enseña. Eso es una de las formas que Dios usa para moldearnos a cada uno de nosotros. Porque él sabe que lo que él quiere darnos, que es mucho mejor de lo que nosotros podemos pedirle a él, nuestra forma de pedir siempre está limitada. Pero lo que él quiere darnos es mucho más de lo que usted puede pedir o entender, si yo leo bien el contexto bíblico.

Y como él quiere darle algo mejor, él se tiene que asegurar que ese vaso, que ese instrumento sobre el cual va a depositar su bendición tiene que estar en la forma apropiada, tiene que tener la capacidad apropiada para entonces poder depositar toda su gracia sobre cada uno de nosotros.

¿Saben qué? Jesús le dijo a sus discípulos cuando se estaba preparando para morir, él les dijo a sus discípulos, aún tengo muchas cosas que revelarles, que mostrarles, que hablarles, pero todavía ustedes no las pueden sobrellevar. No es el tiempo para mostrarles todas estas cosas. Ven? La bendición de Dios cae sobre nosotros cuando usted ora por algo, tal vez usted está pidiendo, Señor, yo quiero un Mustang rojo convertible y que la capa sea negra, y que los aros sean de cuántas pulgadas? De 22 pulgadas los aros, y que tenga el …., y que tenga sillas de cuero y cosas así. Y ¿Saben qué? Puede ser que Dios te día, de verdad? Pues, mira te voy a dar un Volki del 86 color azul, con los asientos que lo más seguro es que se los vas a tener que tapizar, y que para prenderlo le vas a tener que dar manigueta.

Aprende a apreciar ese tipo de convertible. Tu querías un convertible? Te dio un convertible. No era el que tu pedías, pero al menos te dio un convertible. Si tu lo que tu querías era quemarte ahí en el sol, y fiebrar ahí con el sol y que el aire te pase mientras ibas a la playa, pues al menos lo tienes. Eso es un ejemplo bien… pero siguen la idea ¿verdad?

Hay veces que lo que tu pides, Dios te lo da pero en otra forma. Te lo da en otro paquete. Te lo da con otro nombre. Te lo da con otro sabor. Te lo da con otros olores. Te lo da a través de otras personas. Y uno tiene que aprender que, ah, no, yo no puedo ser tan orgulloso que yo diga, no se dio a mi forma, no me lo dieron como yo quería, no estaba well done, estaba médium regular, metí el cuchillo y salió sangre todavía. No lo quiero. Si usted se porta así con Dios, sabe lo que va a pasar? Usted se va de time out. Usted se va ir de time out porque Dios que es nuestro Padre, él se procura en disciplinarnos a nosotros.

Miren, yo se los digo, yo como papá ahora, yo veo esta dinámica de Dios conmigo como yo la veo con Lucas ahora mismo. Cuantas veces yo le he tenido que poner a Lucas en time out, porque él se empeña en algo, y yo sé que no es el tiempo para dárselo, más sin embargo él está ahí, y dale y dale, y yo, ah sí, tu quieres? Nos vamos de time out. Y allá empieza a llorar y a pataletear como hacíamos nosotros.

Miren, quién de sus padres, dígame si es verdad o no, quién de sus padres cuando usted le pedía algo y le decía que no, usted… rápido se entrompaba rápido. Y empezaba a pataletear, y empezaba a hablar entre dientes, o se encerraba o se empezaba a dar cabezazos en la pared o algo o lo que sea para que su padre le diera lo que usted quería, ¿verdad?

Yo veo algunos por ahí que tienen chichones en la cabeza. Miren, y ¿Saben qué? Lo más interesante es que yo veo que Dios muchas veces nos trata igual. Es más, hay veces que los padres, para mantener el interés de sus hijos los dejan como quien dice, en standby. Yo no sé si a usted le pasó que cuando usted quería algo y su papá se lo quería dar, pero le decía después. ¿Verdad? Ahorita te lo doy, ahorita no, bueno, el ahorita mío puertorriqueño es como ahorita, más tarde. Pero el ahorita de algunos de ustedes es como que ya, ahora. So, a mí me decían, Omar, ahorita. Y saben lo que pasaba cuando me decían ahorita? Yo me llenaba de esperanza porque ok, me lo van a dar, tal vez no ahora, pero a los 5 minutos, qué pasaba? Yo volvía. Ahora sí me lo das? Después. Ok, volvía seguía haciendo lo mío, jugando por ahí, pero yo sabía en mi mente, ah, lo que yo quiero me lo van a dar. So, a los 5 minutos volvía de nuevo, mami, ya? Ahora? Ya mismo? Ok, ya mismo, ya no es después, ahora es ya mismo. O sea, se está acercando el momento.

Miren, dígame usted si Dios no trata con nosotros igual, que nos mantiene, como quien dice, on the hook, nos mantiene ahí enganchados y nosotros estamos orando, estamos orando, y Dios te puede traer una palabra que esa palabra profética, lo que está diciendo, ya mismo, después, sigue esperando, ya viene. Y usted, va y viene, y usted va y viene, esa es la única forma que Dios tiene para mantenerlo a usted ahí interesado. Porque si se lo da todo, sabe lo que va a pasar? Es más, qué es lo que pasa cuando usted obtiene lo que quiere? Ya, lo tengo, yo quería un teléfono y estaba esperando que me dieran la oportunidad de hacer el…. gratis para no tener que pagar gratis, so, me llegó el …. y todo el mundo corre a la tienda, coge su nuevo teléfono y una vez que lo tiene es como, y qué? Ya lo tengo. Tu querías tu carro convertible, pues, ya lo tienes, y ahora qué? Ahora necesito una compañera al lado para compartir el carro.

Miren, mis hermanos, yo traigo este mensaje de verdad porque para mí esto ha sido algo bien revelador. Yo no estoy tirando por el piso la enseñanza bíblica, yo sé que Dios quiere que nosotros oremos a él, que nosotros pidamos, que nosotros nos llenemos de valor para poder buscar aquellas cosas que él tiene para nosotros, pero cuando no recibimos lo que estamos esperando, mis hermanos, yo creo que Dios no intenciona con ese propósito. Dios no quiere niños consentidos y niñas consentidas, aunque muchas veces lo puede hacer. Hay veces que yo entiendo que Dios me ha consentido en algunas cosas. Pero aún así, Dios también me mantiene en la línea, no todo el tiempo me dice, Omar, esto todavía no va a llegar. Y yo sé que así ha pasado con muchos de nosotros.

Pero miren, nosotros tenemos que seguir buscando. Acaso, miren como dice el Salmo 37. Bruce lo tienes por ahí? El salmo 37 otra vez. Uno de mis salmos favoritos, cada vez que yo lo leo, me inspira, me da nuevas fuerzas, pero miren, como dice el salmo 37? Dice, confía en el Señor, lo estoy leyendo en otra versión, pero dice, confía en el Señor y has el bien. Confía en Jehová y has el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate, aquí está la clave, deleita asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.

Miren, mis hermanos, la Biblia está llena de todas estas promesas. El mismo Jesús nos enseñó a nosotros a pedir que se nos va a dar, a buscar porque vamos a encontrar, a tocar a la puerta porque tarde o temprano esa puerta se va a abrir. So, ese sentido de pedir, de búsqueda, es necesario, tenemos que insistir en ello.

Pero cuando no se vea la respuesta, cuando no se vea la respuesta al menos como a nosotros nos gustaría recibirla, entonces tenemos que entrar en un proceso de discernir, ok, qué es lo que está pasando aquí? Será que lo que estoy pidiendo no me conviene?, número 1. Será que lo que estoy pidiendo, no está en el tiempo de Dios?, número 2. Será que lo que estoy pidiendo está fuera de la voluntad de Dios y tengo que reajustarme en ese sentido? Y número 4, será que lo que estoy pidiendo, Dios necesita trabajar algo conmigo primero para entonces poderme dar aquello que él quiere darme.

Miren, como dije, aquello que él quiere darme. No lo que yo quiero. Yo creo, mis hermanos, que hoy más que nunca, escuchen bien estas palabra, hoy más que nunca, Dios está llamando a su pueblo a que pueda perseverar en él en sus promesas. Saben por qué lo digo? Porque hoy más que nunca cientos de cristianos, porque no reciben las respuestas a sus oraciones el mundo los seduce fácilmente y terminan yéndose como el hijo pródigo.

Y Dios no quiere que eso pase con su pueblo. Sabiendo que estamos en tiempos finales, hoy más nunca Dios quiere mantener a su pueblo bien unido, bien cubierto, bien protegido, bien nutrido. Dios quiere hacer eso. Pero nosotros como pueblo tenernos que tener eso en mente también. Fácilmente en el mundo en el cual estamos viviendo, cualquiera de nosotros puede ser engatusado por las mentiras del mundo y ponerse a pensar en papas fritas y en hamburguesas. Pero si estamos bien alertas, de poder discernir qué es lo que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros, a través de nuestras vidas como una comunidad, como una familia, miren, mis hermanos, ahí es donde está nuestro llamado de poder perseverar.

Es bien fácil tirar la toalla y hacer otra cosa. Es bien fácil poder hacer eso. Pero si nosotros seguimos el ejemplo de Jesús que no tiró la toalla cuando lo pudo haber hecho, más sin embargo se mantuvo ahí con los guantos puestos y aguantó, y a través de su triunfo nosotros estamos entonces donde estamos.

Yo creo que nosotros también podemos esperar en nuestro tiempo, podemos esperar a esas oraciones que no han llegado, que en el tiempo de Dios llegarán. Podemos entonces entender que tal vez que si lo que estoy pidiendo no está en línea con la voluntad de Dios, que entonces yo pueda sacrificar, entre comillas, que yo pueda sacrificar ese deseo, que yo pueda sacrificar ese capricho, que yo pueda sacrificar esa pasión interna, por entonces ajustarme a lo que Dios quiere.

Eso es lo que Dios está llamándonos a nosotros a hacer ahora más que nunca, mis hermanos. Así que yo quiere inspirarte un sentido de esperanza hoy. Yo los miro a ustedes aquí, y yo no sé si algunos de ustedes han sentido como que, para qué seguí orando por esto si no funciona, para qué voy a seguir insistiendo en esto si no llega. Y tu has sentido tal vez como que tu ánimo como que ha mermado, como que ha bajado. Si tu te sientes así hoy, yo creo que hoy es una oportunidad para coger nuevas fuerzas y seguir adelante.

Si tu estabas demasiado centrado en algo y tal vez Dios lo que te está queriendo dejar saber es como que tweak your prayers, ajusta tus oraciones de alguna forma, busca orar en una forma distinta para ver si entonces no vas a ver tu respuesta. Si se te hace difícil cambiar el enfoque de tu oración, pues mira, pídele al Señor que te muestre entonces qué es lo que hay ahí, para que tu oración pueda tener entonces la certeza con la cual Dios quiere que tu le des ….., por decirlo así. Si tu estás en un tiempo donde tu estás tratando de ajustar el reloj de Dios para ajustarlo al tuyo, definitivamente ten bien claro que el reloj de Dios es más importante que el tuyo. Nunca, escucha bien, nunca Dios se deja manipular. Dios es un Dios de amor, Dios responde a sus hijos, pero nunca se deja manipular. Dios sabe lo que hace en su tiempo.

Yo puedo ayunar, yo me puede tirar de cabeza en el piso, puedo caminar por fuego, Señor, estoy haciendo todo esto porque quiero esa respuesta, pero si no está en Dios, me quemé los pies.

Quiero que se pongan de pie, mis hermanos, que vamos a orar. A mi me gusta cuando todo el mundo se queda así bien callado. Yo sé que están reflexionando. Ya yo he aprendido mi lección. Pero hermanos, yo quiero orar por ustedes, esas cosas que yo he dicho aquí, usted sabe dónde usted está, usted sabe qué parte de este mensaje le llega a usted. You know better than me. Usted lo sabe.

Y si hoy usted necesita ajustarse, afirmarse, coger fuerzas, o mire, quién sabe si hasta alguno de nosotros tengamos que pedirle perdón a Dios, quién sabe si alguno de nosotros aquí tenemos que llegar delante de la presencia de Dios y decir, Señor, perdóname porque he sido un hipócrita, he sido un orgulloso. Aún eso, mis hermanos, si tenemos que pedirle perdón a Dios, estas son las oportunidades para poderlo hacer.

Así que yo te animo ahí donde tu estás, tu sabes, tu sabes lo que tu necesitas. Tu sabes cómo este mensaje se aplica a las circunstancias en las cuales tu estás, y Dios te está hablando a ti ahora mismo. Yo lo creo así, Dios te está hablando. No es el pastor Omar, yo sé que es el espíritu de Dios ahora mismo que está redarguyendo tu corazón.

Así que espíritu de Dios, en esta misma solemnidad yo te pido que seas tu operando en los corazones de mis hermanos y hermanas. Permite que ellos puedan recibir de ti hoy la fuerzas que necesitan para poder seguir adelante en su búsqueda de ti, su búsqueda de esa respuestas, de esas peticiones que tanto están anhelando, en cualquier forma que eso se pueda manifestar. Puede ser que estén orando por algún familiar, por alguna situación en el trabajo, alguna situación financiera, por alguna sanidad física, Señor, puede ser que hasta haya alguien que está pidiendo que tu confirmes un llamado en su vida y todavía esa confirmación no ha llegado. Puede ser que están pidiéndote que tu les des algún don específico y ese don todavía no se ha manifestado. Se puede aplicar de tantas formas, Señor, pero yo te ruego que de acuerdo a tu conocimiento sobre la vida de cada uno de nosotros, Señor, que esta palabra cobre vida y que tu traigas convicción sobre nuestros corazones. Trae convicción en nuestras mentes, de lo que tu verdaderamente quieres revelarnos a nosotros.

Señor, si nuestra respuesta no llega porque no conviene, pues, mira, Señor, let it be. Que nosotros no sigamos empujando en algo que tu no nos vas a dar, que podamos entonces re enfocarnos en alguna otra dirección.

Señor, si lo que estamos tratando de hacer es que tu te ajustes a nuestro tiempo, cuando lo que tu quieres es que nosotros nos ajustemos a tu tiempo, mira, Señor, danos la sensibilidad de espíritu para hacer precisamente eso. Si estamos orando fuera de tu voluntad, si estamos pidiendo cosas que no están en línea con lo que tu quieres para nosotros, si estamos pidiendo cosas que no están en acorde con esos planes de bien que tu tienes para nuestras vidas, pues, mira Señor, ayúdanos a discernir tu voz para saber acomodarnos entonces a lo que tu tienes, lo que tu mandas.

Y Señor, si en algunos de nosotros tu lo que estás haciendo es dándonos una disciplina para poder moldear nuestro carácter, para poder moldear la forma en que hablamos con otros, para poder moldear la forma en que pensamos acerca del mundo a nuestro alrededor, o quién sabe si hasta poder cambiar la forma en que nos apreciamos a nosotros mismos, Señor, entonces ayúdanos a recibir esa disciplina porque tu a quien amas disciplinas, porque somos tus hijos, tus hijas, sino fuéramos unos bastardos.

Pero porque somos tuyos, somos tu posesión, somos parte de familia, tu buscas corregirnos. Así que, Señor, sea cual sea la etapa, o la situación de vida en la cual estemos, yo te pido que tu nos hables y que nosotros podamos responder al llamado de tu voz, que sepamos discernir cuáles son tus intenciones, mi Dios, para entonces vivir en esa vida abundante que tu tienes para cada uno de nosotros. Te damos la gloria y el honor, solamente a ti Señor y como decía al principio aunque no veamos la respuesta, Señor, tu pueblo te dice gracias, porque son grandes las cosas que tu has hecho, son grandes las cosas que tu estás haciendo, y son grandes las cosas que tu harás en nosotros, en favor de nosotros y a través de nosotros. Por eso mismo entonces, Señor, te damos toda la gloria y toda la honra, por tu hijo Jesús te bendecimos, Señor. Amén. Amén.

Esperanza contra esperanza

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Cuantos están aquí esperando que el Señor realice una promesa que le ha hecho, que hace tiempo que el Señor ha hecho esta promesa. Y usted vive con esperanza, contra esperanza por esta promesa. Cuántos de ustedes pueden describir, ese soy yo?

Hermano, sabe lo que usted está a punto de ser? Un héroe de la fe. Así el Señor crea héroes de la fe. Esa es la manera en que el Señor lo hace. Vamos abrir a Romanos Capítulo 4, por favor. Mis hermanos, yo no sé cuáles opciones usted tuvo esta noche a propósito, pero yo no cambio estar en la casa de Dios por nada del mundo. Esto ha sido una fiesta esta noche, es un gozo estar en la presencia del Señor, no por nada.

Romanos, Capítulo 4, comenzando, mis hermanos, con el versículo 17. Venimos delante de la presencia del Señor. Señor, tu has llenado este altar con tu presencia. Tu presencia ha sido manifiesta aquí, palpable. Señor, este pueblo te ha tocado, se ha acercado a ti. Tu nos has permitido ver tu gloria manifiesta. Señor, nuestros corazones se abren ahora, son tratables. Tu has rasgado el velo, espíritu de Dios, para darnos acceso a tu gloria shekina, y un pueblo hambriento, espera que tu los nutras y que sacies nuestra sed. Espíritu de Dios sopla sobre esta palabra y vivifícala, te suplico en el nombre de Jesús.

Mis hermanos, declaro esta palabra comenzando con el versículo 13, es más todo este Capítulo trata la idea de que Abraham es el padre de la fe. Cuántos han oído esa frase? Que Abraham es el padre de la fe y que el Señor le dio la promesa que él iba a ser, como declara aquí, en el versículo 17, eso es promesa que el Señor le ha hecho a Abraham, el cual, versículo 16, declara, el cual es padre de todos nosotros, padre de todos nosotros, padre de cada uno de ustedes, siendo gentil, siendo judío, siendo puertorriqueño, siendo dominicano, siendo colombiano, siendo de donde es, de la China, èl es padre de todos nosotros en este sentido, como está escrito, te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios y esto nos dice cómo él se hizo padre de todos nosotros, a quién el creyó, creyó en este Dios el cual da vida a los muertos y llama a las cosas que no son. Él llama a las cosas que no son como si fuesen. Y él creyó. Él creyó en esperanza.

Diga conmigo, esperanza contra esperanza. Digamos de nuevo, esperanza contra esperanza. Él creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme lo que se había dicho, así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe a considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto, siendo de casi 100 años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Cómo iba Dios a hacer esto? Ahí veremos.

Pero fíjese, en el versículo 20, “…tampoco dudó por incredulidad de la promesa de Dios sino que se fortaleció en fe dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido, por lo cual también su fe fue contada por justicia…”

Ese es el punto, hermanos, esperanza contra esperanza. Hermanos, nosotros somos descendencia de Abraham, no por linaje de sangre. Esto es algo más poderoso que esto. Para mí esto es emocionante. Nosotros somos descendencia de Abraham porque Abraham fue el que fui primogénito, el que abrió todo… nos introdujo a una fe práctica, y nosotros que caminamos en esta fe, esto es lo que nos está diciendo el Señor. Si nosotros aprendemos a caminar en esta fe, si nosotros nos abrimos al tratamiento de Dios que desde ahora yo les advierto, este tratamiento no es para todo el mundo, aquí se descalifican muchos porque no es fácil. Es un horno que nos prueba y quema lo que no hace falta y que nos purifica y nos hace algo especial.

Pero mi hermano, yo le garantizo, si usted se deja tratar por este proceso de esperanza contra esperanza, hermanos, una cosa es la promesa del Señor, pero vale mucho más a Dios el proceso por el cual nosotros pasamos para que se realice esa promesa.

Ustedes saben, mis hermanos, que le importa más a Dios este proceso que aún la promesa. El proceso, hermanos, el que ha experimentado esto, y para nadie esto es cómodo, pero el que ha experimentado el proceso, el que puede testificar, sí, pastor, yo conozco lo que es esto de vivir, de creer en las promesas del Señor, en esperanza contra esperanza, sí, a lo largo el Señor me bendijo con creces. Vi la promesa del Señor una y otra vez, pero yo bendigo a Dios más por el proceso que por la misma promesa.

Ya Dios está cumpliendo sus propósitos, aún por la jornada en que nosotros pasamos para que se cumplan sus promesas. Y hermanos, es fácil describir el proceso, lo difícil es vivirlo. Y el proceso es muy fácil. Aquí cada palabra de esta fórmula está cargado con significancia y son tres palabras muy fáciles, y dos de ellas se repiten: esperanza. Esta frase y solamente lo encontramos en la versión Reina Valera, fíjate, en la nueva versión internacional y probablemente ellos están traduciendo el griego mucho más efectivamente pero, como yo no leo griego, yo prefiero esta versión que declara esto: con esperanza contra esperanza creyó Abraham.

Esperanza. Saben lo que esa primera palabra me indica a mi? La promesa en sí, que recibimos de parte del Señor. Usted ha recibido una promesa de parte del Señor? Sabe, Abraham fue padre de una gran herencia, una gran descendencia habiendo recibido una promesa que le parecía imposible. Un día el Señor visitó a Abraham, ustedes se acuerdan tal vez el día en que el Señor los visitó. Un día el Señor visitó a Abraham, y le dijo, Abraham, tu no seguirás siendo como eres, yo tengo otro plan para ti. No es semejante a lo que tienes, no tienes idea lo que yo tengo para ti, pero si tu confías en mí, si me crees, si te atreves a creer, si te atreves a seguirme, si te atreves dar la espalda a tu parentela y a tu pueblo, y a todo lo que tu conoces y todo lo que da seguridad, si tu dejas el mundo que tu conoces, deja que yo te dirija a donde yo te quiera dirigir, deja que yo te tome de la mano y te diga dónde ir, qué hacer y cómo actuar, yo te voy a dar un herencia inconcebible. Y no serás el mismo.

Mis hermanos, a cuántos el Señor le habló así? Saben, yo creo que esto es un milagro. El Señor habla así domingo tras domingo. El Señor habla así a seres a cada rato. Esto es el Evangelio. Qué es el Evangelio si no es la promesa de Dios anunciada y la gente atreviéndose a creer esta promesa. El Evangelio diciendo, no importa la condición en que llegaste, no importa quién fue su padre, no importa qué es lo que tienes o qué es lo que falta, no importa cómo has vivido, no importa las deudas que tu tienes con Dios, no importa lo que tu has conocido, no importa quién está en tu árbol familiar, no importa nada de eso, no importa lo que estudiaste o dejaste de estudiar, si te atreves a creer a Dios y sus promesas, tu vida cambiará, tu vida dejará de ser igual.

Si te atreves a creer las promesas de Dios el Señor te hará otro. El Señor te hará otro hombre, el Señor te hará otra mujer, el Señor te dará otra familia, el Señor te dará otro futuro, el Señor cambiará lamento en baile, el Señor cambiará silicio por lino fino. El Señor cambiará tus ropas viles por ropa de sacerdote. El Señor te cambiará. Si te atreves a creer las promesas del Señor. Y gloria a Dios que aún hoy bendito es el nombre de Jesús. Aquí hay gente que se atreven a creer eso.

No estaríamos aquí si no nos atreviéramos a creer eso. Si usted está aquí es porque una promesa del Señor se le acercó y en ese momento usted se apropió de esa promesa y la hizo suya. Esa es la manera en que nosotros llegamos al Evangelio.

Saben, mis hermanos, conozcan las promesas del Señor. Sabe cuántas promesas? Yo les he contado, pero yo leí en alguna parte, yo no sé cómo lo hizo, Dios bendiga al hermano, la hermana que lo hizo, pero alguien se molestó en contar las promesas que se encuentran en la Biblia. Hay 1260 promesas en la Biblia. 1260 promesas. Si usted se atreviera a aprenderlas todas, memorizarlas, una promesa al día, se tardaría 3 años y medio memorizando las promesas del Señor, y haciéndolas suyas.

Saben, mis hermanos, pero solamente requiere una promesa para cambiar una vida. Para mí fue Hebreos Capítulo 13, versículo 5 al 6, me acuerdo como hoy, esto hace más de 20 años atrás, y tropecé con este texto, leí cuando el Señor prometió: “… no te desampararé ni te dejaré de manera de que podamos decir confiadamente, el Señor es mi ayudador, no temeré lo que me puede hacer el hombre.

Cuando tropecé con este versículo, ya no era meramente una promesa anónima, a través del espíritu de Dios el Señor me dijo, Samuel, esta promesa se aplica a ti, esto es tuyo. Esto es para ti. Y saben, yo aprendí en ese momento, eso fue 20 años atrás, pero lo que hice en ese momento fue arrodillarme, abrir la palabra delante de mí, señalarla al Señor y dije, Señor, esta promesa en esta página, Padre, yo me lo aplico a mí.

Y de una forma muy distinta todavía el Señor habla mi vida. Cuantos tomaron la clase de discipulado? Eso es meditar en la palabra. El verdadero meditar en la palabra no es nada menos que leer la palabra, apropiarte de la palabra, hacerla tuya. Se acuerdan, masticar la palabra y aplicársela a su vida. Sea de una forma así a través de sus oraciones, o sea usando un diario, pero hermanos, conozca las promesas del Señor. Aprópiate de las promesas del Señor. Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces. Son promesas del Señor, si mi pueblo se humillare y me buscare y si apartare de sus malos caminos, él tornará su rostro hacia nosotros y nos bendecirá y oirá nuestras oraciones.

1260 promesas, comience esta noche. Nos vemos en tres años. Pero véalas todas, conózcalas todas, porque son suyas en el nombre de Jesús. Sabes por qué es tan importante? Esperanza, y la próxima es qué? Contra. Esperanza contra esperanza. Saben lo que es la contra en esta fórmula? Confrontando la verdad. Dice la palabra, sigue diciendo

“….que Abraham su fe no flaqueó… Él creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de mucha gente, del siglo XIX …y no se debilitó la fe al considerar su cuerpo…”

Qué es lo que quiere decir esto? Saben, mis hermanos, en la fe, en la verdadera fe, la verdadera no corre contra la realidad sino la abraza, sino la abraza. Abraham sabía esperar. Él no se había olvidado de que el tenía casi 100 años. Abraham sabía que su mujer era estéril. Él no se había olvidado de esto. Él estaba consciente de los hechos. Él estaba consciente de la realidad.

Saben, me gusta como este versículo es traducido en la nueva versión internacional. Ese versículo se traduce, “Abraham faced the facts of his age”. Abraham faced the facts. Abraham confrontó la realidad. Abraham confrontó los hechos.

Mis hermanos, este proceso es al instante. Cuántos de ustedes experimentaron… praise the lord, estamos hablando en lenguas en esta noche! Por todas partes. No siente usted una… he regresado al púlpito pentecostal, sigan hablando en lenguas, mis hermanos, bendiciendo al Señor. Gloria a Dios.

Mis hermanos, él conocía la condición – and if someone would just love that child and give him a big hug and tell him that Jesus loves him, that would be awesome. Amen.

Mis hermanos, en el momento que nosotros recibimos al Señor y te llena, cuántos de ustedes experimentaron eso? Usted se llena de gozo. Usted no sabe quién primero saludar, está flotando sobre una nube, hasta el momento que usted llega a su coche. Y es el mismo coche hecho leña que llevaste a la iglesia. Y te subes a ese coche, a ese carro con sus llantas con tres llantas ya medias cuadradas, llega al mismo apartamento que dejaste y sobre la mesa de ese apartamento está la montaña de cuentas que dejaste cuando saliste a la iglesia. Y cuando llegas al trabajo, si es que tienes trabajo, te encuentras con la misma situación que el día anterior. Sabe qué es eso? The facts. Los hechos. La realidad.

Hermanos, eso es parte de la fe, parte de la gloria de Dios en su vida es confrontar los hechos. Y mis hermanos, yo conozco muchos hermanos que abrazan la promesa hasta que se encuentren, hasta que chocan con los hechos. Y los hechos te dicen, ‘pero cómo es esto posible?’ El Señor me ha prometido que él sanaría mi hogar, pero cómo si esto es un infierno? El Señor ha prometido que él bendecirá mis finanzas, pero cómo si esto es un caso perdido, si ni siquiera tengo un trabajo?

The facts. The facts. Hermanos, tome este consejo: no corra de los hechos, abrácenlos. No tenga temor de los hechos, no se amedrenten por los hechos, no se sienta deprimido por los hechos. Mírale los ojos, mírale los dientes a ese perro bravo, confróntalo. Eso es precisamente la manera en que Dios te va a bendecir en ti, en lo imposible de la promesa.

Hermanos, y muchos de estos hechos son muy difíciles. Hermanos, tal vez usted está orando por una bendición financiera. Muchos de nosotros hoy estamos `pidiendo eso al Señor, face the facts. Face the facts. Confronta los hechos.

Hermanos, usted está pidiendo una bendición de parte del Señor? Haga algo que te va a hacer la mano temblar. Pida un reporte de crédito. Pida un reporte de crédito. Face the facts. Abra esos sobres. Cuenta y preséntalos delante del Señor. Señor, yo no sé ni siquiera dónde comenzar aquí? Face the facts. Estos son los hechos.

Hermanos, los hechos van a señalar tal vez cosas que tu no quieres confrontar. Nuestra realidad como padres, nuestra realidad como hijos, nuestra realidad como esposos, nuestra realidad como empleados, nuestra realidad, la realidad de nuestro carácter. Estos son los hechos. Y saben qué? Eso es precisamente la manera en que Dios se va a glorificar en ti.

No tengas pena, confróntalo. Confróntalo. Señor, yo creo, es más, quiere una historia fresca y verídica? El lunes tuve el privilegio de orar con una hermana que le han dado un pronóstico muy pobre. Los doctores ya no le están administrando medicina, le han dado 3 días de vida. Hace 3 días que la vi y hoy estoy seguro, hoy está tan en victoria como el lunes. Aquí está todavía. Sabe por qué yo sé que ella tiene 3 días? El doctor le dio ese pronóstico. Porque ella me lo dijo. Ella está muy consciente de su situación. Ella sabe los hechos, pero ¿Saben qué? El Señor le ha dado esperanza y a pesar de los hechos que ella está confrontando, ella sabe que ella sirve a un Dios poderoso. Y esta es la clave, hermanos.

Esperanza, la promesa del Señor. Contra, usted va confrontar hechos que te van a decir, esto es imposible, jamás se va a cumplir. Esperanza contra esperanza. Y esa última esperanza representa esto, el poder de un Dios poderoso que te ama y que esto no depende de ti. Declara la palabra. Declara la palabra:

“… él no se debilitó la fe al considerar su cuerpo y estaba ya como muerto, siendo casi cien años, pero tampoco dudó por incredulidad la promesa de Dios, sino que se fortalecía en fe dando a gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido….”

¿Saben qué? Cuando al Señor bendecirte, al Señor cumplir sus promesas, por el hecho de que usted ha confrontado los hechos, sabe quién va a tomar la gloria y el crédito y el que se va a quedar con el show? Ese Dios que te hizo esa promesa. God it had to be you. Tenías que ser tu. Era imposible. No había manera, no había nada en mí que prometía que esto iba a ser un éxito. Solo por tu gracia. Solo porque tu eres un Dios que hace vivir los muertos y un Dios que llama las cosas que no son, como si fueran.

Espera en ese Dios. Espera en ese Dios. Hermanos, te hizo una promesa, confronta hechos que te dicen, jamás el Señor va a cumplir esa promesa. Sepa que si Dios te lo prometió, él es justo y fiel y poderoso para cumplirlo. Él tomará el tiempo que él tomará y a través de ese tiempo, porque Abraham esperó bastante, y eso hizo de ese hombre un gigante en la fe, un hombre que conocía este Dios.

Pongámonos de pie. Un Dios que conocía en esta jornada que Dios era un Dios fiel y que él cumpliría su palabra. Ahora hermanos, tomemos un momento. Vamos a revisitar esa promesa. Vamos a revisitar por un momento esa promesa. Cerremos nuestros ojos por un momento. Thank you Jesus, for this opportunity.

Por más grande que sea la promesa que el Señor ha hecho en ti, para muchos de nosotros ni siquiera hemos compartido las promesas, porque parecerían ridículos aún entre cristianos. Cuántos de ustedes están esperanza en una promesa de ese tamaño? Usted ni siquiera se atreve a compartirlo, porque aún su hermano en la fe, tal vez no lo entendería, así de grande es.

Sabe, eso se aplica a iglesias también. Nosotros estamos esperando un avivamiento en Nueva Inglaterra. Imagínese, en Nueva Inglaterra. Entre las iglesias de Nueva Inglaterra. Ridiculous. Imposible. No way.

Pero nuestro Dios llama a las cosas que no son, como si fueran. Él nos prometió. Él lo sigue prometiendo. Él no nos deja en paz. Recordándonos de su fidelidad y su poder. Él ha hecho lo mismo contigo, ¿verdad? No te ha dejado olvidar sus promesas. No importa lo que esté confrontando, Señor, así es. Declaramos que sí. Tu has hecho grandes, grandes promesas delante de nosotros y tenemos grandes peticiones delante de ti, y no vemos la manera cómo, aparte de esto, vemos tu gloria, vemos tu fidelidad, vemos tus promesas a través de la palabra, vemos cómo una y otra vez tu nos has rescatado desde el lodo, vemos Señor, cuando no hubo provisión, tu proveíste de una forma milagrosa. Vemos Señor, como cuando ya habíamos dado la espalda, Señor, a la promesa, tu enviaste un ángel o una voz profética, o alguien, y no nos dejaste olvidar. Tu nos arropaste en tu mano, nos amarraste a esta promesa y por eso, Señor, nuestra confianza, dilo, nuestra confianza está en ti. Nuestra confianza está en ti.

Tu eres justo. Tu no mientes. Tu eres poderoso y tu eres fiel. El hombre nos faltará, yo mismo puedo me faltar, pero jamás tu faltarás, Señor. Hermano, a través de su promesa en ti el Señor está levantando un pueblo imparable, un pueblo que se atreve a creer en él. Amén.

Amén. Las promesas del Señor mías son, en la Biblia yo las leo. Las promesas del Señor mías son, gloria a Dios, las promesas del Señor mías son y en la Biblia yo lo leo y yo sé las promesas del Señor mías son.

Hermanos, démosle la bienvenida a la hermana Josefita, no ha hecho falta. Dios te guarde. Padre, estas promesas son nuestras. Es más importante que la promesa, tu eres nuestro y nosotros tuyos, nosotros tuyos. El ver tu rostro es promesa suficiente, Señor, para atarnos a ti. Bendice a este pueblo, creemos, Señor, ayuda a nuestra incredulidad.

Gracias Señor por la promesa que has hecho a cada familia, a cada padre, a cada hijo, a cada joven, a cada techo, a cada puerta, representada aquí. Te bendecimos, bendice este pueblo y nuestra jornada hacia la gloria en el nombre de Jesús.

Dígale a su vecino, la promesas del Señor mías son. Dígale a su vecino y bendícelo en el nombre de Jesús.

Detente a lo largo del camino… ¡y deléitate!

2 de agosto del 2010 - Por Meche López-Miranda

Al final del día una mujer le contaba con entusiasmo a su amiga las cosas maravillosas que había visto desde la mañana. Le contó de la misteriosa neblina que se posó sobre el lago. Habló del concierto que disfrutó gracias al canto de las aves, de la lluvia que le refrescó la frente. Le relató cómo se fortalecieron sus músculos al subir una alta colina y trepar sobre grandes rocas. Como si eso fuera poco, continuó contando la mujer, aspiró el olor de las flores silvestres a lo largo del camino y observó la labor de las abejas extrayéndoles su néctar.

La otra amiga, por su parte, le compartió cuán difícil había sido su jornada. Se quejó del fastidio de la niebla y la lluvia. Lamentó los molestosos ruidos del ambiente y los grandes obstáculos a los cuales se enfrentó que la agotaron y frustraron. Apenada por la dura experiencia de su amiga la mujer le preguntó por cuál duro camino había pasado hoy. Al comparar cuidadosamente sus trayectorias se dieron cuenta de que habían atravesado exactamente por los mismos lugares.

¿Con cuál de estas amigas te identificas tú? ¿Permites que una actitud de queja y descontento contamine tu visión de los sucesos de la vida? O por el contrario ¿ves claramente las oportunidades para deleitar tu corazón a lo largo del camino? Es muy cierto el dicho popular de que las cosas se ven del color del lente a través del cual se miran. Dependiendo del nivel de contentamiento que tenemos en nuestro corazón así aprovecharemos o rechazaremos los pequeños placeres que Dios en su misericordia nos regala cada día. He mirado con el lente de la amiga negativa más de lo que quisiera admitir. Pero me he determinado a contrarrestar los efectos del afán y de los contratiempos inevitables de la vida. Me he dado cuenta de que es mi decisión decidir cada mañana si voy a decir: “¡Qué día tan pesado me espera”!, o si voy a declara como el rey David en el salmo 118, “¡Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en El!

La verdad es que prácticamente ningún día es perfecto. Así que si estamos esperando que todo marche como queremos vamos a perder muchas oportunidades para nutrir el gozo de nuestro corazón y de los corazones de los que nos rodean. Diariamente le pido a mi Señor que forme en mí un corazón que desborde en contentamiento para no despreciar, ni ignorar ninguna de Sus bendiciones. Me he propuesto detenerme a lo largo del camino sólo con el propósito de deleitarme en Sus multiformes maravillas. Mi querida amiga, ¿me acompañas a hacer lo mismo?

En esta semana medita y examina tu corazón en base a la verdad universal de Proverbios 17:22:

El corazón alegre constituye buen remedio;
Mas el espíritu triste seca los huesos.

Tres actitudes - perserverar, compartir y orar

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Hechos Capítulo 2, quiero comenzar en el versículo 42. Recordemos que estamos estudiando el libro de los Hechos y que no es solamente un libro lo que estamos estudiando, estamos usando el libro de los Hechos para estudiar muchos textos, muchos temas de la Biblia, muchos principios espirituales que son parte de nuestra vida. El libro de los Hechos es simplemente un trampolín, un punto de partida hacia las demás enseñanzas. Así que no se sienta como que estamos demasiado limitados porque estamos solamente estudiando el libro de los Hechos. Al contrario, esto es parte de conocer las cosas bien a fondo y sacarle máximo provecho a la Escritura. Así que vamos a tomar, yo creo que en realidad, aunque hay una división, no sé si en su Biblia está, comenzando en el versículo 43 hasta el 47, en realidad el versículo 42 debiera estar metido ahí también junto con los demás versículos finales porque hacen parte de una totalidad, de una idea que quiere proyectar el escritor. Dice el versículo 42:

“…Y perseveraban en la doctrina de los Apóstoles en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones…”

Cuatro cosas que dice que los primeros cristianos enfatizaban y se mantenían en eso como parte central, fundamental de su vida como iglesia, como comunidad. La doctrina de los Apóstoles, la comunión unos con otros, el partimiento del pan y las oraciones. Entonces el versículo 43 dice:

“… y sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles…”

Recuerden, nos está dando un reporte, un resumen de lo que era la vida de las cosas que caracterizaban a esa comunidad de fe, y por extensión, nosotros creemos que también debe caracterizar nuestra vida como iglesia. Esos son los elementos que deben caracterizar la vida de León de Judá también y la vida de cada persona que está integrada a esta iglesia.

“… sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el final de toda esa vida y de toda esa forma de vivir, dice, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como ustedes ven, hermanos, aquí tenemos un retrato de la vida de los primeros creyentes. El domingo pasado vimos a Pedro aprovechando una oportunidad para predicar un sermón que conmovió a las personas que lo escucharon. Como resultado de ese sermón 3000 personas se convirtieron al Señor. Pedro los llamó a arrepentirse, es decir, cambiar de forma de vivir, cambiar de forma de pensar, reconocer que habían pecado, crucificando al Hijo de Dios que ahora, por medio de su resurrección, Dios había mostrado que efectivamente era el Mesías del cual hablaban los profetas, los animó a bautizarse como una señal de arrepentimiento y también los animó a abrir sus vidas y recibir el don del Espíritu Santo.

Y decíamos que esas son tres cosas que son importantes, en cualquier experiencia de conversión de un hombre o una mujer que entra al Evangelio: arrepentimiento, cambio de corazón y de mente, bautizarse, porque es un acto de obediencia al Señor y vemos que los primeros cristianos le daban mucha importancia al bautismo y que de hecho bautizaban a la gente inmediatamente que se convertían, desde que podían los pasaban por las aguas del bautismo.

El bautismo no salva, recuerde eso, el bautismo no salva pero sí es una expresión de algo muy poderoso que se da en nuestra vida y es uno de esos sacramentos, es una de esas ordenanzas que hacemos muy bien en nosotros obedecer. Y también, no quedarse solamente con esas dos cosas, sino pasar a pedirle al Espíritu Santo que se activara dentro de ellos, que vivir una vida llena del Espíritu Santo, recibir la presencia del espíritu, el bautismo del espíritu, los dones del espíritu, para poder vivir una vida verdaderamente sobrenatural.

Hemos estado enfatizando a través de todas estas enseñanzas que el Espíritu Santo es tremendamente importante a la vida del creyente, que tenemos que vivir una vida llena del espíritu, una vida vital, una vida gozosa, una vida de poder, no podemos vivir una vida simplemente a la merced de las circunstancias, viniendo a la iglesia como si fuera una rutina, es una vida vital, es una vida llena de fuerza y de poder. Tenemos que cultivar.

Pablo le dice a Timoteo, “te aconsejo que avives el fuego del don de Dios…”. La misma palabra, el don del Espíritu Santo, “…el don de Dios que está en ti…” No podemos simplemente conformarnos, ok, bueno yo ya tengo el don del espíritu y ahora vivir una vida toda rutinaria. No, hay que siempre estar atizando el fuego, hay que estar siempre asegurándose de que el fuego tiene combustible para poder hacer lo que tiene que hacerse.

Entonces, esos tres elementos y exhortaba a la persona a convertirse al Evangelio. Y entonces, el resultado de todo ese sermón dice, que se convirtieron como 3000 personas y uno se pregunta, bueno, y qué le pasó a esa gente? Porque está apenas comenzando la predicación del Evangelio, es apenas una iglesia virgen, una iglesia bebé, es la primera vez que se predica en realidad de una manera multitudinaria después que Cristo asciende, un sermón que inicia la vida evangelística de la iglesia en el mundo, en la historia.

Qué pasó con esas 3000 personas más los pocos discípulos que ya conocían a Jesús durante el tiempo del ministerio terrenal de Jesucristo? Bueno, dice que estas personas tenían un cierto estilo de vida, y cómo se caracterizaba ese estilo de vida? Bueno, primeramente perseveraban en la doctrina de los Apóstoles. Dos palabras aquí bien importantes, perseveraban. Eso quiere decir que se mantenían enfocados. La palabra proscareontes en griego, que se traduce perseveraban, quiere decir como que estaban enfocados seriamente, se dedicaban a, le daban mucha atención y energía a eso que estaban haciendo. Y a qué perseveraban? Dice, en la doctrina de los Apóstoles. La palabra didaqué es la palabra que se traduce doctrina en español. En qué perseveraban ellos? En la doctrina de los Apóstoles.

A qué se refiere la doctrina de los Apóstoles? Se refiere a la enseñanza de los Apóstoles. Y cuál era esa enseñanza? Bueno, los principios que Cristo les instruyó cuando estaba en la tierra acerca de él como el Señor, su muerte expiatoria en la cruz, su ascenso al cielo, su venida algún día, un Dios que los amaba, acerca del Espíritu Santo. Eran los elementos de la fe cristiana que los Apóstoles eran los que, al iniciarse la fe cristiana, eran los que estaban diseminando esa.

Siempre recuerden, la enseñanza bíblica no es algo que uno se inventa. La enseñanza bíblica que forma parte de nuestra fe nos viene a través de esta Escritura. Los libros que fueron escritos por los Apóstoles, los profetas de Dios, los escritores de Dios, no es una doctrina hecha por nosotros, es una doctrina que nosotros hemos recibido y que no tenemos derecho a cambiar.

Hay cosas de la Biblia que a mí no me gusta. Yo se lo confieso. Hay que cosas que si yo pudiera controlar, yo lo hubiera escrito diferente. Yo lo hubiera hecho diferente y me haría la vida más fácil a mí como pastor y como predicador, pero ¿Saben qué? Yo no tengo derecho a cambiar ni una letra de esa palabra. Yo tengo que sujetarme a ella. Yo tengo que vivir por ella. Yo tengo que dedicarme a conocerla, indagarla, aprenderla y entonces a obedecerla, porque yo sé que viene de Dios a través de sus Apóstoles y profetas, viene de Dios a través de esos seres escogidos que él dejo que la registraron en su palabra. Y yo lo que tengo que hacer es perseverar en ella, en la doctrina.

Y ¿Saben qué, León de Judá? nosotros tenemos que hacer lo mismo como iglesia. Tenemos que perseverar en la doctrina. Tenemos que dedicarnos a conocerla. Por qué nosotros tenemos clases de discipulado? Por qué instruimos a los niños en sus clases ahora mismo, por ejemplo, allá arriba? Por qué está usted escuchando este sermón? Por qué estamos escogiendo un pasaje de la Biblia para exponerlo de la manera en que lo estamos haciendo? Por qué me tomo yo trabajo para dilucidar y extraer estos principios y enseñarles en una manera práctica y aplicarlos a la vida? Porque tenemos que perseverar en la doctrina.

Nosotros queremos una iglesia instruida en la palabra. Nosotros no queremos una iglesia solamente basada en emociones, ¿sabe? No podemos dedicarnos solamente a que nos den escalofríos y supuestos actos milagrosos y solamente eso, y palabras. No, hay que dedicarle tiempo a conocer la palabra, enseñar la doctrina. Conoces tu la doctrina bíblica? Si alguien te pregunta por qué tu crees en Dios? Por qué tu crees que Cristo es el Hijo de Dios? Quién era Abraham? Por qué tuvo Cristo que morir en la cruz del calvario? El bautismo salva o sino por qué es importante? Por qué hay que arrepentirse? Qué es el bautismo del Espíritu Santo? Por qué el Espíritu Santo es importante? Por qué Cristo es Dios y no simplemente una creación más de Dios? Preguntas que son partes de la doctrina de la Biblia. Y tu y yo debemos aprenderla para poder vivir vidas adecuadas, vidas efectivas.

Por eso es que yo te animo en el nombre del Señor Jesucristo, aprende de la Biblia, estudia la palabra y persevera en ella. No te salgas de ella. No trates de jugar con ella. No, persevera en la enseñanza de la palabra de Dios. Entonces, esta gente perseveraba en la doctrina que había recibido de parte de los Apóstoles que eran los que los pastores, eran los indoctrinadores de esa nueva comunidad. Pero no solamente se quedaron allí. Hay iglesias que solamente es palabra, palabra, palabra, Biblia, Biblia, Biblia, y ¿Saben qué? Cuando una gente viene a la iglesia quiere compañerismo, quiere amistad, quiere un sentido de familia.

Qué cosa más desalentadora que usted viene a una iglesia, primera vez a visitar, nadie lo mira, nadie lo saluda, usted se sienta al lado y es totalmente invisible. La persona que está a su derecha, a su izquierda ni siquiera se percatan de que usted llegó. Si usted está predicando, no le traen un poquito de te para que la garganta… gracias, hermana. Cuantas veces usted ha ido a una iglesia y se siente como que guau, mejor me hubiera quedado en mi casa. A nadie le importa que usted llegue, no le dan la bienvenida, no le hacen sentirse a gusto, no hay sonrisa, no hay alegría, no hay un saludo al final del servicio. Todo el mundo comienza a saludarse y se buscan por allá y usted ahí como perdido completamente, no importa y se va a su casa todo triste, cabizbajo porque nadie le amó. Y usted viene semana tras semana y se siente… y desgraciadamente debemos decir probablemente ha pasado y pasará aquí en nuestra iglesia, gracias a Dios mucha gente me dice, esta es una iglesia amorosa. Yo le doy gloria a Señor por eso. Podemos hacer un mejor trabajo, sabe?

De dónde yo saco eso? Dicen que estaban en la comunión unos con otros. Comunión, la palabra coinonía. Usted ha oído la palabra coinonía? Cuántos han oído esa palabra alguna vez? Coinonía quiere decir, compañerismo, comunión, familia, comunidad, compartir junto, coinonía. Una palabra muy bíblica. Y yo le tengo que pedir al Señor cada día, Padre, haznos más y más una iglesia amorosa.

Oiga, que bueno sería si la Ciudad de Boston conociera León de Judá como una iglesia amorosa, que nadie se siente extraño. Como el nombre de la serie “Where everybody knows your name” de la barra esa aquí en Boston. Cómo se llama la barra? Shear. Donde todo el mundo conoce tu nombre, esa serie, la recuerdan?

Y que bueno es una iglesia donde todo el mundo conoce tu nombre. Tenemos que esforzarnos. Somos una comunidad grande, diversa, hay dos servicios, para más fragmentación todavía, un grupo en inglés, podríamos ser una iglesia anónima, donde nadie conoce tu nombre. Pero Dios nos libre de eso.

Hermanos, permítanme hacer un llamado pastoral, en esta mañana. Vamos a hacer esfuerzos por ser una iglesia de amor. Y usted es parte de ese milagro. Quizás usted se siente como que no, son los ujieres y los pastores quienes tienen que darle el saludo a la gente, yo soy un miembro solamente. A mí que me saluden. Señores, si tu tienes a alguien allí, te sentaste al lado, viniste por la mañana, saluda a esa persona. Si no lo conoces, preséntate. Si se ve como que está un poquito perdido, es un visitante, más razón para asegurarte de que lo saludes. Cuando le damos la bienvenida a los visitantes identifícalos y al final del servicio ve y dale un saludo, sobretodo si están cerca de ti, que nadie se vaya sin recibir un cálido saludo. Y vamos a esforzarnos por tener vida de familia también. Invitémonos unos a otros a nuestras casas, llamémonos por teléfono. Todo eso lo que hace, esa comunión, esa coinonía posible. No nos conformemos.

Que lindo es cuando miramos, si pudiéramos ver una radiografía de la vida social de León de Judá, viéramos como una red de relaciones bien enmarañada donde todo el mundo está relacionado unos con los otros, nos amamos, nos conocemos, nos tratamos, nos respaldamos. Cuando yo fui a visitar con Gregory esta semana a la hermana María que estaba enferma en el hospital Mass General, en ese momento cuando salíamos del elevador, con quién me encuentro? Con Maira Rodríguez que iba a entrando al elevador que había estado visitando a la hermana María. Y la hermana Dilma y Marvin nos dijeron, varios hermanos, nos sentimos tan respaldados porque muchos hermanos han orado por nosotros y han estado visitando a mi mamá. Que lindo eso. Comunión, vamos a esforzarnos por ser una comunidad, no solamente gente de la palabra, muy lindo eso, pero la palabra es… la iglesia cristiana tiene que ser de toda una iglesia de amor, una iglesia de afecto, ayudémonos unos a otros, respaldémonos unos a otros y expresémonos amor unos a otros.

Perseveraban en la doctrina, en la comunión unos con los otros, en el partimiento del pan. Eso es raro, en el partimiento del pan. Es una expresión, no es que solamente comían pan, yo creo que el escritor quiere decir en compartir juntos comida, comer juntos. Es una expresión un poquito elusiva y difícil de entender, qué quiso decir Lucas con esa expresión? Algunos piensan que quiere decir el ágape del cual habla Primera de Corintios, Capítulo 11, el que yo leo cuando estoy celebrando la santa cena. El Señor Jesucristo dijo, cada vez que os reunís haced esto en memoria de mí, cada vez que coméis del pan haced esto en memoria de mí.

Vemos aquí, quizás, el comienzo de una tradición, que luego llegó a ser la eucaristía, o la santa cena de la iglesia, donde los cristianos se reunían para comer juntos y para recordar el sacrificio de Jesús en la cruz, y que llegó a ser todo un rito muy bello que era una celebración de la pascua, en la cual el cordero pascual, Jesucristo, se había entregado su sangre para salvación de la humanidad. No estamos seguros, parece que aquí se refiere, era una ocasión social con ciertas connotaciones espírituales.

Pero yo extraigo de aquí algo muy importante y es que: que lindo es cuando, sí, comemos juntos y compartimos juntos. A veces tenemos esas comidas allá abajo para levantar fondos, gloria a Dios por el aspecto financiero, pero también a mi me encanta la idea de que mis hermanos están ahí abajo comiendo juntos. Saben qué cuando usted come con alguien es como que se da algo bien importante, es un grado de intimidad mayor, cuando se comparte comida juntos.

Y yo les animo, en el nombre del Señor a invitarse unos a otros también, en nuestros países antes…, yo no sé cuantos de ustedes, pero la gente comía y se reservaba un plato para la vecina. Por su risa sé que muchos entienden a qué me refiero, no? Y ahí iba el plato, la vecina con el plato a cruzar el callejón, o lo que sea, vecina, aquí le traigo un plato de comida, un poquito de arroz, frijoles, un pedacito de carne, si podían.

Pero la idea era expresarse cariño. Había pobreza, muchas veces, y cuantas veces a cuantos nos salvó un plato de comida que trajo la vecina, quizás era la única comida que tenía. Que lindas esas experiencias, no? Eso se ha perdido en las ciudades anónimas y en las iglesias grandes, se pierde ese sentido de compañerismo, pero compartir el pan juntos es bien importante. Invite a alguien a su casa. Su casa no tiene que ser un palacio, ni todo tiene que estar absolutamente perfecto. La Biblia dice que no nos olvidemos de la hospitalidad. Recuerdan? Es un valor cristiano muy sólido: la hospitalidad. Hay gente que su casa es su castillo y lo cierran como con 40 candados para que nadie entre. Y cuando llegan del trabajo se refugian, corren, prenden el televisor y se sientan allí a adorarlo con un plato de comida y que nadie venga a su casa, porque es su refugio, no?

Hermanos, nuestra casa tiene que ser lugares también de hospitalidad. Tenemos que practicar la hospitalidad como un valor cristiano, sabe? Invite a alguien a su casa. Hay gente solitaria, hay gente que tiene sus familias en sus países, necesita gente que los invite. Compartan, invítense unos a otros, compartan el pan y hágalo como una muestra de amor cristiano. No tiene que ponerse muy religioso allí y parecer como que están celebrando la eucaristía. No, coman juntos, oren juntos, adoren al Señor y celebren el amor cristiano. Que cosa más linda que es esa. Y yo creo que el Señor recibe eso y le agrada, no? Amén. Eso es parte de ser una comunidad vital, así que visite a hermanos sobretodo a aquellos que quizás no le pueden reciprocar también con una invitación a su casa después. Y extienda el amor cristiano de esta manera.

Doctrina, comunión y esa comunión se expresaba prácticamente en compartir hospitalidad unos con los otros, y finalmente en las oraciones. Otra cosa que suena rara, participaban juntos en las oraciones, a qué se refiere? Bueno, yo me imagino que está hablando de tiempos juntos de adoración. Los judíos, y recuerde que esta es una comunidad que está saliendo del judaísmo. Ellos todavía se consideran judíos con el adicional elemento muy importante de que creen que ya el Mesías, ellos saben quién es el Mesías, que es Jesús, pero son judíos.

Todavía, lo que hoy en día es la iglesia evangélica o la iglesia cristiana católica o lo que sea, no ha llegado a su plena expresión. Esta gente todavía está como medio judíos y medio cristianos pero están todavía asumiendo una identidad cristiana. Entonces, probablemente estas oraciones las hacían en el templo judío, se reunían, algunos creen que en un lugar ahí en el templo que se llamaba el pórtico de Salomón, uno de esos espacios, porque el templo era grandísimo, y ahí se reunían esos primeros cristianos a hablar juntos de la Biblia, a orar juntos y llegaban al templo en el tiempo de las oraciones formales del templo. Pero ahí vemos algo, que es el inicio de la vida de adoración del pueblo de Dios que hoy en día es venir el domingo, por ejemplo, a la iglesia a adorar al Señor, venir el miércoles, ir a una casa para uno de estos grupos de células, los hombres se reúnen los martes en la noche para adorar juntos, los sábados por la mañana para orar como estuvimos aquí ayer por la mañana. Perseveraban en las oraciones unos con otros.

Que lindo es, hermanos, que nosotros entendemos algo que es bueno venir a la casa del Señor y adorar juntos, orar juntos. No solamente orar sino que perseveraban en la oración que incluía la oración. Cuando venimos al templo de Dios, venimos a cantar, orar, leer la palabra, dar nuestros diezmos, meditar en la palabra de Dios, todas estas cosas caracterizan una vez redondeada de adoración. Es importante venir a la casa del Señor. Mucha gente dice, yo puedo adorar a Dios dondequiera porque él está dondequiera. Eso es cierto, pero que bueno es cuando el pueblo de Dios así como estamos nosotros en comunión unos con los otros. Lea este momento, no venga así… lea este momento, entienda lo que estamos haciendo. Que raro es esto?

Si usted fuera un marciano viniendo de Plutón, de un planeta de esos y ve esto, no le parecería extraño? Lo que pasa es que nosotros lo hacemos tanto que ya es algo normal. Pero que cosa más rara. Gente de toda la ciudad se citan para venir a un lugar, sentarse y hacer una cantidad de musarañas y de cosas raras juntos. Eso es bello, eso es algo maravilloso, extraordinario, nunca pierda el sentido de misterio de lo que usted está haciendo, nunca piense que lo mismo es sentarse en su casa con un plato de cereal mirando el televisor, un predicador con una corbata de 700 dólares, y que usted cree que eso hace de sustituto de venir a la casa de Dios, de ser esfuerzo, de vestirse lo mejor que usted puede, venir a la iglesia, adorar con sus hermanos, gozar de coinonía juntos, y presentar nuestra adoración en vivo al Señor, eso es importante. Nunca pierda ese aspecto de su vida, mi hermano, mi hermana.

El Apóstol Pablo advierte a los creyentes, dice, “no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…”, algunos se quedan en su casa por allá. Estoy demasiado cansado, demasiado deprimido, demasiado molesto. Venga a la casa del Señor y adore el Señor. Persevere en la oración, juntos unos con los otros. Eso es parte de una vida cristiana balanceada. Yo creo que no se puede ser un cristiano fidedigno, verdaderamente sin gozar de la comunión de los santos. Eso es esencial, no hay cristianos llaneros solitarios, no lo hay. Los cristiano somos una comunidad por definición y tenemos que ser parte de esa comunidad dondequiera que vayamos tenemos que buscar una comunidad de creyentes.

Termino con esto. Lo que ven aquí en el resto es más bien una elaboración de todo esto que yo acabo de decir. El resultado final de todo esto, gracias Enrique, qué pasa en el versículo 43? Dice, “…sobrevino temor a toda persona…”

La palabra temor en el griego original es fobos, de donde viene la palabra fobia o miedo. No es que sobrevino miedo de esta gente, fue como un asombro lo que sucedió en toda la comunidad, fue como un sentido de guau, algo importante está pasando entre esta gente. Al ver estas miles de personas, en el segundo sermón de Pedro, se convirtieron 5000. Imagínense en una ciudad pequeña, relativamente pequeña de apenas unas decenas de miles Jerusalén, que se conviertan 3000 y después 5000, y que se hable de un hombre que murió y resucitó y que ahora su pueblo, su gente está predicando la palabra y que ven a esta gente viviendo una vida ejemplar, adorando juntos, comiendo juntos, amándose unos a otros, apoyándose unos a otros, sobrevino un temor. Los periódicos comenzaron a escribir, algo extraño está pasando en Jerusalén. El reportaje, sí, yo me convertí y conocí a Cristo y mi vida cambió. Otro por allá, sí, yo estaba enfermo y Dios me sanó. Otro por allá, fulanita vendió su casa y repartió dinero a todos los pobres. Guau! La gente está asombrada, no sabe que decir. Un sano sentido como que guau, Dios está en la ciudad, algo raro está pasando, Dios se está moviendo en medio Dios de su pueblo, guau! Muchos quizás que recuperaron un sentido de lo sagrado, dijeron, bueno, yo tengo que examinar mi vida también, estaré yo viviendo una vida como Dios quiere? Sobrevino temor.

Que pasa cuando una iglesia vive la vida cristiana en una forma ejemplar, como esta gente? ¿Saben qué? El mundo se da cuenta. Yo creo que, más adelante, en el versículo 47 en el final dice:

“… y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Mire que interesante. El resultado fue, primero, asombro en la gente; sano temor de Dios. Yo creo que por qué la gente no respeta más las cosas del Evangelio? Yo creo que la culpa mayormente es de la iglesia, no es de la gente, es que los cristianos no estamos viviendo la vida que Dios nos llama a vivir.

Cuando la iglesia se pone de pie comienza a vivir como Dios manda, nos amamos, nos arrepentimos de nuestros pecados, cambiamos de vida, oramos al Señor, adoramos al Señor, la gracia del Señor se manifiesta. Dios hace milagros y señales y prodigios, como vemos aquí. Estamos juntos, compartimos las cosas, el Espíritu Santo se manifiesta, vivimos con alegría y sencillez de corazón, como dice ese pasaje, mire, ¿Saben qué? La gente comienza a venir solo, sin que se les invite y se entregan su vida al Señor.

Por qué la sociedad no está experimentando un mayor efecto del Evangelio? Es que nosotros nos falta autenticidad, no estamos viviendo la vida cristiana como Dios quiere. O como iglesia, asumamos nosotros la responsabilidad de ser una iglesia vital, una iglesia llena del Espíritu Santo, una iglesia generosa, una iglesia de amor unos con los otros. Y yo creo yo sé que ya mucha gente en esta comunidad latina sabe que existe una iglesia que se llama Congregación León de Judá, para gloria del Señor, para gloria exclusiva de Dios.

Gregory y yo fuimos a una cita con un miembro de la iglesia que está tomando consejería con un psicólogo, un psiquiatra hispano, aquí en la comunidad, estuvimos el jueves, el viernes, jueves. Este hombre es un profesional, un excelente psicólogo, de paso, y yo creo que es un hombre temeroso de Dios. ¿Saben qué? Ahí yo me di cuenta, él conoce nuestra iglesia, conoce a nuestro ministerio y tiene mucho respeto por nuestra iglesia. Gloria a Dios por eso, porque podemos dar buen testimonio y la gente sabe que hay gente que ama a Dios y que están sirviendo a Dios como Dios quiere. Y esos son trabajos evangelísticos, lo que pasa es que poco a poco va viniendo al Evangelio.

Ahí mismo cuando entrábamos a la clínica una señora estaba sentada ahí en una silla de espera, cuando nos vio, se levantó con una gran sonrisa: yo asisto a su iglesia pastor hace poco, escuchamos su programa en la radio y yo estoy asistiendo a su iglesia. Que lindo eso. Que hermoso cuando una comunidad se da a conocer por la genuinidad de su vida y genera buen testimonio en la comunidad y como que el Señor está trayendo la gente.

Yo creo que no hay que retorcerse para que la gente conozca a Jesucristo, lo que hay que hacer es vivir la vida cristiana a diario, mantener buena higiene espiritual y cuando una iglesia vive la vida cristiana como se supone que la viva, todos los días, de día en día, suavemente sin mucha agonía, ni nada, Dios añade los que han de ser salvos, van viniendo ellos solos. Y también uno hace sus esfuerzos, como hemos hecho esta semana, gloria a Dios.

Pero Dios va añadiendo la vida, y si León de Judá se une a la iglesia que está a tres cuadras, y esa iglesia se une a la iglesia que está a cinco cuadras, y esas tres iglesias se unen a otra que está por allá, por el otro lado de Roxbury y esa se unen a tres o cuatro que están en el Southend, y otras se unen a los que están en Randolph, o en Queency o en Brighton o en Cambridge, óigame, qué pasaría, hermanos si esta ciudad se llenara de iglesias, de comunidades viviendo auténticamente la vida cristiana como describe aquí? Sería la gloria de Dios en la tierra, los demonios tendrían que salir huyendo y gritando, aullando saldrían, se escucharían mientras van metiéndose al hoyo de donde vinieron. Porque la vida de Dios se manifiesta en medio de su pueblo, nuestra comunidad.

Así que yo le pido, Señor, ayúdanos a nosotros a ser una iglesia auténtica, una vida guau! Puntos de hoy: who did this? Tremendo. Gracias. Eso es el comienzo de una traición? Ojalá que así fuera.

Perseveraban en la doctrina, esfuerzo para hacer una iglesia de amor, compartir el pan, hospitalidad y oraciones, comunión, comunidad, coinonía entre hermanos, autenticidad, vivir una vida cristiana auténtica.

Hermanos, si León de Judá hace eso, si usted y yo lo hacemos, no hay fracaso posible. Dios va a hacer cosas extraordinario en medio de nosotros. Amén. Que lindo es saber que ahora mismo hay hermanos en inglés recibiendo su sermón, aquí en español, quien sabe si un día lo tendremos en chino y en creole, en portugués. Gloria a Dios, eso va a ser la gloria de Dios en la tierra. Amén.

Gloria al Señor. Que bueno. Coinonía, comunidad, compartir unos con los otros, amarnos, apoyarnos a pesar de nuestras diferencias. Si hay una necesidad acudir todos allí al lugar de encuentro para llenar esa necesidad. Yo le doy gracias al Señor.

Levántese un momentito y reciba un pedacito de esta enseñanza, algo que le toque a usted, algo que le toque su corazón en esta mañana, recíbalo en el nombre de Jesús. Yo sé que hay cosas que a mí me toca recibir. Donde está la parte que Dios me está llamando a ejecutar en este día en mi vida? Yo pido que el Señor Jesucristo haga real esta vida del espíritu en León de Judá, en esta comunidad, una iglesia de amor, una iglesia de perdón, compasión, misericordia, afecto fraternal, entrega a los valores del Reino de Dios, todas esas cosas buenas.

Cuando llegue el Lunes a tu vida

26 de julio del 2010 - Por Gloria Marroquín

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 5:3

Mientras pagaba la cuenta en una tienda de la ciudad de Boston, la persona que me atendía no podía disimular lo disgustaba que se encontraba, parecía estar muy contrariada, como si estar ahí, en ese día a esa hora y en ese lugar fuera el castigo más grande que pudiera recibir. Traté de iniciar una conversación diciéndole, que la temperatura estaba muy agradable, a lo cual me contestó, lo mucho que detestaba los días lunes, siempre había sido el día que a ella más le disgustaba. A lo cual le respondí, fíjese que el lunes es uno de mis días favoritos. “No veo por qué”, dijo ella, “pues a mí me parece que son muy pesados, y me ponen de muy mal humor”. Porque he aprendido, le respondí, que ese día es un día que hizo Dios, que es una nueva oportunidad, un nuevo comienzo de semana, un nuevo reto, un día de trabajo donde mi tiempo será recompensado en forma especial. En cambio, en este día, mucha gente no tendrá un trabajo donde ir, muchos estarán postrados en una cama con alguna enfermedad, deseando mejorarse y poder ganar para el sustento de su familia o en alguna prisión sin poder salir, para estar en cualquier otra parte. Muchos estarán buscando la oportunidad de conseguir un trabajo, tal vez más pesado o difícil que el que nos toca hacer y darían cualquier cosa por una oportunidad nueva hoy y nosotros que la tenemos, no lo vemos así. A la verdad debemos de dar gracias a Dios y pedir por aquellos que no tienen un trabajo. Ella me escuchó en silencio y poco a poco su expresión fue cambiando, los músculos de su cara se suavizaron en una tímida sonrisa mientras decía, “nunca lo había visto de esa manera, creo que hay mucha razón en eso”.

Mientras me alejaba pensaba, Dios danos un corazón agradecido, que no nos olvidemos de dar gracias, porque recibimos las cosas, casi sin prestar atención, sin escuchar la voz de Dios que en medio del vaivén del mundo nos regala sus milagros y su gran misericordia.
¿Qué haremos cuando venga el lunes a nuestra vida? Ese tiempo difícil donde no tenemos deseos de agradecer ni de ver que bendición encierra, cuando las circunstancias son tan y tan negativas que no vemos nada bueno y solamente deseamos quejarnos y criticar. Vamos a presentarle a Dios nuestra queja en oración, a buscar su consejo en su Palabra, vamos a cambiar nuestra actitud, ver las opciones que nos presenta Dios.

¿Qué haremos cuando llegue el "Lunes" a nuestra vida?

Oración:
Padre Celestial, queremos ser un pueblo agradecido, que obremos bien, que bendigamos a los demás, con una vida que cada día se presente ante tu trono de gracia para buscar consejo y presentar nuestras cargas. Que como el profeta podamos testificar “Jehová es Bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” Nahúm 1:7

Tres pasos - arrepentimiento, bautismo, y recibir el Espiritu Santo

TRANSCRIPT

Vamos al Capítulo 2, versículo 36, el sermón del Apóstol Pedro, el día de Pentecostés. Dice el Apóstol Pedro:

“… Sepa pues, ciertísimamente toda la casa de Israel que a este que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis le ha hecho Señor y Cristo. Y al oír esto, dice el 37, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: varones hermanos, qué haremos? Y Pedro les dijo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para cuántos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo: sed salvos de esta perversa generación…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como le decimos, estamos haciendo un recorrido cuando podemos del Libro de los Hechos. Ustedes recordarán que la última vez que estuvimos hablando aquí, hablamos del pasaje anterior en el cual vimos, que cuando se manifestó la presencia del Espíritu Santo, cuando cayó el Espíritu Santo sobre esos discípulos que estaban reunidos, ellos comenzaron a profetizar y a hablar en lenguas comprensibles para esos judíos que venían de diferentes países y que estaban allí en Jerusalén precisamente para celebrar el festival del Pentecostés.

Y al ellos ver la conmoción y ver estos discípulos exaltados en el poder del Espíritu Santo y me imagino que ese era un gran festín, estaban embriagados con la presencia del Señor, mucha gente que no tenía experiencia previa con este tipo de manifestaciones, pensaron que estaban borrachos. Y el Apóstol Pedro aprovechó esa oportunidad para aclarar, no, esta gente no está embriagada, esta gente no está borracha, es temprano en la mañana, lo que pasa es que tienen la llenura del Espíritu Santo y entonces Pedro aprovecha y va al libro de Joel, uno de los profetas judíos y les muestra que allí en el libro de Joel, en el Capítulo 2, había una profecía donde decía que en los postreros tiempos Dios derramaría de su espíritu sobre toda carne.

Entonces Pedro les aclara y les dice, eso que profetizó el profeta Joel es lo que ustedes están viendo en este momento. Es el cumplimiento de esa profecía. Y queremos aclarar aquí de nuevo y enfatizarles que esta profecía de Joel es muy profunda porque en realidad es una profecía que se ha cumplido ya dos veces y todavía le falta una tercera vez para cumplirse. La primera vez que se cumplió en el mismo tiempo del profeta Joel, en un tiempo de sequía espiritual, un tiempo de tristeza para el pueblo de Israel, y donde Joel llamó a los judíos en ese tiempo a convocar una solemne asamblea, humillarse, pedir bendición de Dios y que Dios vendría y sanaría la tierra y traería prosperidad y que después de eso derramaría de su espíritu.

Y entonces la segunda vez que se cumplió esa profecía fue precisamente en el tiempo de Pentecostés, cuando Pedro dirigido por el Espíritu Santo, discierne que esa profecía no era solamente para aquel tiempo, sino también para el tiempo en que estaban viviendo, en que Dios ahora estaba derramando de su espíritu en una manera más universal, más abundante, más abarcadora porque antes, como decíamos, los dones del espíritu estaban reservados para los profetas, para los sacerdotes y para los reyes. Pero el Señor había dicho que él derramaría su espíritu sobre toda carne. Y Pedro dice, eso es lo que está pasando aquí.

La tercera vez que se ha de cumplir esa profecía es cuándo? En los últimos tiempos, en los postreros días, como dice Joel. Yo creo que los tiempos que estamos viviendo, donde habrá una gran manifestación de los dones del espíritu. Y quiero enfatizar eso, y re enfatizarlo porque es importante para que nosotros podamos discernir los tiempos que estamos viviendo.

Y el profeta Joel dijo que en esos tiempos también muchos clamarían al Señor. Dice que todos los que clamaren al nombre del Señor serán salvos. Nosotros creemos que va a haber una gran cosecha de almas en los últimos tiempos. Creemos también que, como dice esa misma profecía, el pueblo de Israel, sería reunido de todos los países a donde había sido disperso como lo fue en el año 1948, Israel pasó a ser una nación después de dos mil años de no existir como nación. Y los judíos han estado viniendo de todas partes de la tierra, de la India, en la India se han encontrado judíos perdidos durante siglos y siglos que han reconocido su trasfondo hebreo. En Etiopía, yo cuando estuve la última vez en Jerusalén visité un centro comunitario donde hay etíopes, es una comunidad grandísima que han sido traídos de Etiopía, que habían retenido sus costumbres judías durante siglos. En la China se han encontrado judíos. En África del Sur se han encontrado descendientes de judíos. En la India hay toda una población que ya está casi despareciendo completamente de judíos que trazan su linaje a los tiempos de siglos y siglos atrás. Y esa gente ha estado viniendo. Esa profecía dice que junto con ese derramamiento sería el recogimiento de las naciones.

Y habla también del día de Jehová que es un día de grandes conmociones naturales, manifestaciones sobrenaturales en el cielo y en la tierra, en el mar, que es el gran día de Jehová, y todo esto estaba bullendo ahí en el espíritu del Apóstol Pedro mientras él expresaba este primer sermón bajo la unción del Espíritu Santo.

Entonces, ahora Pedro, después de decir esto, en los versículos anteriores, lleva el evento de Pentecostés hacia la figura de Jesús. En el versículo 32 Pedro dice:

“… a este Jesús resucitó Dios, a ese mismo Jesús que ustedes crucificaron y que lo había entregado, y dice en el versículo 23, … a este entregado por el determinado consejo, y anticipado conocimiento de Dios, ustedes lo prendieron y lo mataron por manos de inicuos, crucificándole. Y ese mismo Jesús que ustedes crucificaron Dios lo ha levantado y lo ha hecho Señor y Dios, Señor y Cristo.

Versículo 36 dice: “… sepa pues ciertísima toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

En otras palabras, después de hacer ese recorrido en la Escritura profética, y también va al libro de los Salmos para mostrar que Cristo, ese hombre resucitado del cual hablaba David, en el libro de Salmos, era Jesús también. Y qué interesante que Pedro, una y otra vez va a la Escritura para interpretar lo que está pasando en ese momento de unción pentecostal.

Yo decía esta mañana a los hermanos, que es importante que nosotros conozcamos la Biblia, hermanos, para que cuando vengan momentos en nuestra vida como este, que nosotros podamos acudir a la palabra de Dios para interpretar lo que está pasando en nuestra propia vida. Que importante es que cuando estamos pasando por tiempos de crisis, o momentos de celebración, porque Dios nos ha dado una victoria o cuando hay una oportunidad de hablarle a alguien de la palabra de Dios, que nosotros tengamos dentro de nosotros la palabra porque nos las hayamos memorizado, porque la leamos continuamente, porque estemos familiarizados con esos grandes temas de la Escritura, con los personajes de la Escritura, con los grandes eventos de la Escritura, con los grandes temas de la Escritura y podamos acudir a ellos en los momentos en que necesitamos acudir a ellos.

Pedro en este momento conocía la Escritura y va al libro de Joel, al libro de los Salmos, e ilumina lo que está pasando a la luz de la palabra de Dios. Y también decimos que siempre toda cosa en nuestra vida, toda experiencia sobrenatural, toda palabra profética, tiene que caber dentro de la revelación divina.

Si la palabra de Dios no afirma lo que estamos experimentando y viendo, entonces no es de Dios. Cuántos dicen amén a eso? Están ahí, todavía o el calor ya me los durmió? Están ahí? Están vivos y están ahí, como dice una hermana predicadora? Amén. Es importante, hermanos, que siempre la palabra sea el fundamento de todas las cosas que nosotros hacemos y experimentamos.

Y que a la larga todo apunte hacia Jesús, por eso es que Pedro, después de hablar de lo que ha pasado, gira la predicación hacia Cristo, y dice, esto que nosotros estamos experimentando es porque Dios ha hecho a Cristo Señor y Cristo y le ha dado el poder para manifestar eso que ustedes están viendo.

En otras palabras, es importante también que nosotros dirijamos la mirada de la gente hacia Jesús, porque en él, en Cristo es donde está el poder para transformar las vidas. Y yo creo que el nombre de Jesús tiene un poder extraordinario, la figura de Jesús tiene el poder para romper cadenas. Hay gente que está atada, muchas veces, espiritualmente, y cuando usted les habla de Jesús, del nombre de Jesús aclara su mente, o los confronta de manera que huyen, porque a mucha gente no le gusta conocer el nombre de Jesús porque están endemoniados, están bajo presión demoníaca.

Pero cuando usted habla en nombre de Jesús las aguas se dividen, hay claridad. Y Pedro, dirígela visión de esta gente hacia Jesús, les dice, lo que está pasando aquí es muestra de que Cristo es el Señor, Cristo es el rey.

Y un detalle que me interesó de estos pasajes también, es el hecho de que Pedro no titubea en confrontar a la gente que está predicándole con el hecho de que ellos han pecado, con el hecho de que ellos crucificaron a Cristo.

En el versículo 23 dice que ustedes prendieron y mataron por manos de inicuos a Cristo y lo crucificaron. Y en el versículo 36 dice, sepa pues, toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Es importante, hermanos, que nosotros seamos claros cuando predicamos el Evangelio y que con una gran humildad, y con una gran gracia, incluyéndonos nosotros también como pecadores que somos, le recordemos a la gente también que todos estamos bajo pecado, y que sin Cristo estamos condenados a la condenación eterna.

Hoy en día hay mucha gente que dice que las iglesias no deben hablar de pecado, no deben mencionar ni siquiera la palabra pecado, que hay que hablarle a la gente de cosas lindas y atractivas y resolver sus necesidades y decirles que Dios les ama y que Dios les sana, y que Dios les prospera, pero no les hablemos de que tienen que cambiar su estilo de vida, no les hablemos de que están bajo pecado y que necesitan recibir a Cristo como Señor y salvador.

Y yo creo que eso es cambiar la Escritura. Yo veo siempre que en la palabra de Dios los cristianos, los predicadores sean claros. El Apóstol Pablo en Romanos dice: “… por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios…”.

Ahora, que bueno que nosotros nos quedamos allí en decir, no, tu has pecado, sino que también decimos, pero en Cristo Jesús hay perdón de pecados, en Cristo Jesús hay salvación. Siempre acompañe cualquier tipo de señalamiento de pecado con una palabra de sanidad y de bendición y de esperanza. Necesitamos siempre, sí, si abrimos la herida, asegurémonos de poner también ungüento sobre la herida, y ese ungüento es Cristo Jesús. Siempre, nuestra palabra esté sazonada con sal, siempre nuestra predicación emita la gracia y la simpatía de Cristo Jesús.

El modelo para evangelizar a la gente yo lo veo cuando Cristo le predica a la mujer samaritana. Que linda combinación! El Señor le recuerda a la samaritana, sí, tu tienes una vida pecaminosa, has tenido 5 maridos y el que tienes ahora ni siquiera es tu marido también. Pero le dice también que Dios la ama y que tiene un propósito para su vida. Y dice, yo, el que habla contigo, soy el Cristo. Y esa mujer que nadie quería saber de ella, de momento, recibe a Jesús como el enviado de Dios y se va a su aldea y se convierte, yo diría, en la primera evangelista que registra el Nuevo Testamento y trae a su aldea al conocimiento de Cristo. Por qué? Porque el Señor combinó esa claridad, él le dijo, sí, ustedes adoran, los samaritanos adoran a Dios en su lugar pero nosotros los judíos, lo adoramos y conocemos al Padre. Y él aclara, ustedes tienen un culto que no es el verdadero, pero también le dice, pero el que habla contigo, yo soy el verdadero objeto de toda adoración. Y entonces la bendice y ella se va gozosa y así tenemos que hacer nosotros.

Sí, yo creo que a la gente hay que hablarle acerca del pecado, porque el pecado es real, pero también entonces le hablamos acerca de Cristo Jesús en el cual hay misericordia y perdón. Entonces, es interesante, yo creo que cuando nosotros combinamos, hermanos, ese balance de una llamada al arrepentimiento y al reconocimiento de los pecados con una palabra de esperanza y de gracia y de restauración por medio de Jesucristo la gente generalmente va a reaccionar positivamente.

Y eso es lo que pasa aquí en el versículo 37 dice, que al oír las palabras del Apóstol Pedro se compungieron de corazón. En otras palabras, sintieron la penetración de esa flecha que era necesaria para desangrar esa herida, sacar esa sangre mala de pecado que estaba en ellos. Se compungieron, se entristecieron, reconocieron su pecado y entonces preguntaron lo que cada uno de nosotros debe preguntar, cuando somos confrontados con la verdad de Dios. Cada vez que usted lee la palabra si hay algo que la palabra le señala, si alguien le confronta con una verdad de la palabra, usted sabe lo que tiene que hacer? No ofenderse, ni cerrar su corazón, sino hacer lo que esta gente hizo. Varones, hermanos, qué haremos?

Cuando la palabra de Dios llega a tu vida, cuando la verdad de Dios llega a tu vida en cualquier manera, no rehúyas de ella, no te cierres a ella, no la rechaces, tu tienes que preguntar, Señor, qué quieres que yo haga? Siempre lee la Biblia con esa pregunta en mente, cómo puedo yo ajustar mi vida a esa palabra que Dios me está trayendo? El cristiano que vive así su vida cristiana, siempre va ir creciendo, creciendo, creciendo, porque cada día Dios le va a recordar algo más y algo más y será un hombre, una mujer que siempre estará en perpetuo estado de desarrollo.

Varones, hermanos, qué haremos? Estamos claros, sí, hemos pecado, hemos ofendido a Dios, entregando a este hombre que verdaderamente no reconocimos, era y es el Hijos de Dios. Y Pedro, entonces ahí les da la savia, ahí les da el aceite, el ungüento, ahí les da el vino que va a sanar su herida. Y Pedro les dice, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Yo digo que aquí tenemos tres cosas, hermanos, tres cosas que constituyen la esencia misma de la experiencia de conversión de cada creyente. Toda persona que verdaderamente vaya a pasar por unas etapas de verdadero acercamiento a Dios por medio de Cristo, necesita incluir estos tres elementos.

El primer elemento es arrepentimiento, el segundo elemento bautismo en agua, y el tercer elemento es recibir el don del Espíritu Santo. Déjeme dilucidar cada uno de ellos brevísimamente.

Él dice arrepentíos, toda confrontación con Cristo Jesús y sus reclamos tiene que incluir arrepentimiento. Cuando estamos sin Cristo estamos perdidos en nuestros pecados y maldades, dice la palabra. Nuestra mente está turbia, nuestro entendimiento está contaminado con toda la maldad del enemigo y entonces cuando nos confrontamos con el Evangelio tenemos que arrepentirnos. Arrepentirse quiere decir cambiar de rumbo. La palabra que se incluye en el griego original del cual se traduce arrepentíos y arrepentimiento es la palabra meta noia, que quiere decir cambiar de mente. Meta es cambiar, de ahí la palabra metamorfosis, en el griego. Y noia es la palabra que se usa para mente, en el griego original. Entonces meta noia quiere decir un cambio de mentalidad. Esa es la palabra que nosotros llamamos arrepentimiento.

Y que linda manera de expresar las cosas. Cuando tu te arrepientes de tus pecados lo que tu haces es cambiar de mente. El Apóstol Pablo, de hecho, en el libro de Romanos dice, no os conforméis a este siglo, sino transformaos. Por qué? Por medio de la renovación de vuestra mente, de vuestro entendimiento.

Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es cambiar de manera de pensar, cambiar la modalidad con que nosotros procesamos la vida. Eso es arrepentimiento. Yo les llamo a ustedes y a mi propia persona, hermanos, a ir cada día renovando nuestra mente. Ser un pueblo en perpetuo estado de arrepentimiento, cambio de manera de pensar, cambio de manera de ver la vida, cambio en la manera en que relacionamos unos con los otros, cambio en la forma en que tratamos a nuestros cónyuges, cambio en la forma en que le hablamos a nuestros hijos, cambio en la forma en que nos divertimos, cambio en la forma en que nos vestimos, cambio en la forma en que gastamos nuestro dinero, cambio en la forma en que nosotros invertimos nuestro tiempo, cambio en la forma en que vemos la adoración al Señor, cambio en la proporción que le dedicamos de nuestras energías y de nuestro tiempo a las diferentes cosas que hacemos en la vida.

Eso es arrepentimiento. Yo creo que arrepentimiento es algo sí que se da en un momento dado, cuando reconozco que yo estoy sumido en pecados y que necesito la gracia que solo Cristo puede ofrecer, y me prometo a mí mismo, cambiar de forma de vivir y de pensar.

Pero también arrepentimiento es algo que se debe dar cada día en nosotros. No creen ustedes? Que cada día hay cosas de las cuales yo me tengo que arrepentir. Cada día hay algo que yo he hecho y haré que no está conforme a la voluntad de Dios y tengo que venir ante el Padre y decir, Señor, me arrepiento. Y tengo que confesar mi pecado, y tengo que mejorar. Es perpetuo arrepentimiento. Mucha gente se estanca en la vida cristiana porque no se arrepienten más frecuentemente. Continuamente tenemos que estar trayendo nuestra necesidad de perdón delante de Dios. Y el arrepentimiento tiene que ser algo que no rehuyamos de ello, sino que lo cultivemos con gozo, porque tenemos un Padre que cuando nos arrepentimos inmediatamente dice, te perdono, y me olvido de lo que hiciste.

La palabra dice que “… si vuestros pecados fueren rojos como la grana, vendrán a ser como blanca lana. Y dice, y no me acordaré más de sus pecados, los echaré al fondo del mar…”

Que bueno es cuando uno reconoce sus pecados y en vez de quedarse allí como nadando en su propia culpabilidad, se siente libre porque ya sabe que su padre nos perdonó. Y ahora entonces nos prometemos ser mejores y seguir adelante. Tenemos que cambiar de forma de actuar. El llamado a la santidad y al arrepentimiento es algo muy importante en la vida cristiana.

El segundo elemento, Pedro dice aquí en su sermón, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo. Es interesante aquí para perdón de los pecados, yo quiero aclarar algo acerca de eso. Primeramente, ayer tuvimos el gran gozo de bautizar 30 hermanos, gloria a Dios. Estuvimos allá en Hopkinton y nos gozamos en entrar a las aguas bautismales a 30 hermanos y no se nos hundió ninguno de ellos, no se nos ahogó nadie. Gloria a Dios. También hay que darle gracias a Dios por eso. Que lindo. Y si usted ha conocido a Cristo recientemente y no lo ha hecho todavía, prepárese porque queremos también bautizarlo a usted. Un hermano me pidió que lo hundiera dos veces y yo tuve que hacerlo. Parece que necesitaba bastante purificación. No sé si eso está en algún libro de teología, pero yo lo hice de todas maneras. Y él sabrá ya con su Dios lo que hace con eso.

Amén. Pero el bautismo es necesario. El bautismo es una ordenanza del Señor, dice, bautícese en el nombre de Jesucristo, es decir, es algo que hacemos por obediencia. Bautizarse quiere decir dar muestra pública de lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas y en nuestros corazones. El bautismo es uno de los sacramentos que nosotros hacemos para dar expresión al morir al mundo, y eso es lo que hacemos cuando nos sumergimos en el agua, estamos como muriendo al mundo. Es un acto muy simbólico. Usted en un momento está sumergido en el agua y entonces cuando usted sale del agua está saliendo simbólicamente a una vida nueva, resurrección en Cristo Jesús. Que lindo símbolo ¿verdad?

Y tenemos que practicar. Ahora, qué dice, y bautícese para arrepentimiento de pecado. Yo quiero aclarar algo, hermanos, como es que dice, para el perdón de los pecados. Yo no creo que el bautismo perdona los pecados, el que perdona los pecados es Cristo Jesús. Amén. Y aceptar a Cristo como Señor y salvador. Yo creo que si una persona acepta a Cristo y no tiene oportunidad de bautizarse y se muere, esa persona se va al cielo de todas maneras, como todo y zapatos. Eso no tiene nada que ver. Pero sí, es como una expresión de arrepentimiento y de perdón de los pecados, porque es clara, la Escritura dice que solo Cristo salva, ni la circuncisión, ni el bautismo ni ninguna otra cosa externa puede salvarnos, solo Jesús y su sangre. Pero sí el bautismo es algo muy importante y mucha gente como que descuida eso.

Si usted ha recibido como Señor y salvador, no se ha bautizado, yo le recomiendo, a través de la historia la iglesia ha creído que el bautismo tiene una gracia especial. Y cuando uno se bautiza por fe uno recibe una bendición especial. Y usted no quiere perderse esa vitamina extra, así que busque del Señor en ese sentido.

Otra cosa bien interesante es que la iglesia primitiva bautizaba a los nuevos conversos inmediatamente. Que interesante. Hoy en día nosotros los pasamos a través de una clase de discipulado y los metemos ahí un rito hasta que finalmente creemos que están bien cociditos y entonces los bautizamos. Y eso tiene su mérito, no se crea, porque mucha gente entra a los caminos del Señor, hoy en día, donde hay tanta superficialidad en las cosas de Dios. La gente pasa aquí al frente cree que con levantar la mano, ya le meten un sello en la cabeza y ya son cristianos y están salvos. La vida cristiana es algo dinámico, usted vive continuamente la vida cristiana. Y es por eso que es importante que la gente conozca lo que ha creído y por qué ha creído antes de bautizarse. Pero también, es bien clara la Escritura que los primeros creyentes y la forma más escritural de bautizar a la gente es muy pronto después que se convierten.

Recuerdan al eunuco? Que cuando Felipe, el evangelista, le predicó el Evangelio pasaron por un charco de agua y el eunuco dijo, bueno, mira, aquí hay agua, que impide que yo me bautice? Vamos ‘pa ‘lante le dijo Felipe. Esa es la traducción Miranda de la Biblia. Metamos mano, y lo bautizó ahí mismo y el hombre se fue feliz por su camino.

Y está el carcelero de Filipos que cuando se convirtió esa misma noche, antes de cenar ya lo estaban metiendo en el agua. Ahora, yo me pregunto dónde bautizaron al carcelero? Un pedacito de trivia, porque yo no creo que a las 12 de la noche se fueron por ahí en el medio de la oscuridad, a buscar un charco por ahí para bautizar al pobre carcelero y su familia. No, yo creo que ellos cogieron una batea, la llenaron de agua y lo metieron ahí como pudieron y lo bautizaron de esa manera.

Cuántos saben lo que es una batea? Es una palabra muy dominicana. Se me salió lo dominicano. Eso es como una vasija grande de agua, y ahí lo metieron al pobre hombre. Yo creo que no tenemos que andar con tantos miramientos, lo importante es que haya fe. Yo creo que si usted lo único que tiene es una ollita de agua, pues vamos a echarle el agua al pobre hombre por la cabeza, o la mujer, y que se bautice. Lo importante es la fe con que recibimos esos elementos.

Pero dice, bautícese para perdón de pecado. Así que: arrepentimiento, bautismo y el tercer elemento que vemos aquí, muy interesante, dice: y recibiréis. Ahí no hay nada intermediario, ni que quizás, posiblemente, si Dios está de buen humor. No dice, y recibiréis el don del Espíritu Santo. A qué don se refiere? Bueno, el don es el regalo de Dios, la caída del Espíritu Santo. Recuerde que Pedro está hablando en el contexto de Pentecostés. Ese mismo don, dice Pedro, que nosotros hemos recibido también es para ustedes.

¿Saben qué, hermanos? Es muy importante que a los cristianos siempre se les recuerde que además de recibir a Cristo como Señor y salvador pueden recibir la entrada, la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, el bautismo del Espíritu Santo. Porque es que Dios hace las cosas completas y cuando él nos llama también nos equipa. Y cuando él nos da nueva vida en Cristo Jesús nos da también la capacidad para servirlo, para obedecerlo y para vivir una vida victoriosa y vencer al diablo que va a querer también sacarnos del camino que Dios nos ha encomendado. Y para eso Dios ha provisto algo, una unción especial, una dotación especial, una capacitación especial, el regalo del Espíritu Santo.

Todo creyente que está en Cristo Jesús tiene el Espíritu Santo. Ahora, yo animo a todo creyente también a buscar como ese activamiento de la unción del Espíritu Santo en su vida. Eso es lo que los pentecostales llamamos el bautismo del Espíritu Santo. Yo veo gente que son muy imperfecto en muchas maneras, pero han tenido ese encuentro frontal con el Espíritu Santo y esa presencia del espíritu en sus vidas les da un sello especial, tienen algo diferente, vienen las pruebas, las dificultades pero ellos se mantienen firmes, testifican con entusiasmo de Cristo como Señor y salvador, viven una vida apasionada para con Dios, sirven al Señor en diferentes maneras, evangelizan a otros, hablan con convicción de que Cristo es el Señor. Yo creo que eso viene de esa presencia del Espíritu Santo.

Por eso es que tenemos que pedirle al Señor, Señor, bautízame con tu Espíritu Santo, lléname con tu Espíritu Santo. Usted puede hacer eso, simplemente como reclamando lo que es suyo. Esa es una posesión suya. Si la palabra dice, para los que están lejos y los que están cerca, para todos cuantos nuestro Señor llamare. Es decir, hermanos, que todos nosotros podemos acudir y tener eso, es simplemente reclamarlo y decir, Señor, yo recibo tu Espíritu Santo.

Y entonces busque esa unción realizándose en su vida. Una vez que usted aspire la presencia del Espíritu Santo y la activación del poder de Dios en su vida, entonces, éntrese a vivir una vida sobrenatural. Crea que Dios está dentro de usted, que los dones del Espíritu Santo van a comenzar a manifestarse, comience a orar, comience a profetizar, comience a evangelizar, abra su boca y adore al Señor con vitalidad y con entusiasmo y abra su boca y hable en otras lenguas también. Ya está dentro de usted, comience con una o dos palabras que Dios ponga en su espíritu y Dios irá abriendo más y más ese caudal hasta que usted pueda fluir plenamente en los dones del Espíritu Santo.

Yo creo que mucha gente no fluye en el espíritu, no porque no lo tengan ya dentro de ellos, sino porque no han aprendido simplemente a comenzar a dar pasos de fe, como un bebé comienza titubeante y se cae, y vuelve y se levanta, y tiene accidentes y se ve un poco gracioso y hasta ridículo caminando y nos reímos de él, pero después sus pies se van afirmando hasta que corre inclusive y es un gran atleta. Así pasa, comience con lo que usted tiene a la mano, y diga, yo tengo el bautismo del Espíritu Santo, porque lo reclamé, lo pedí, y eso es para mí, para mi vida. Y entonces comience a vivir esa vida apasionada cristiana. De pasos de fe, use.

La Biblia dice, te pido que avives el fuego del don de Dios que está en ti. Muchos cristianos están mendigándole al Señor, dame, dame, dame y Dios dice, pero si ya lo tienes, menso, ya está ahí dentro de ti. Úsalo ahora. Aviva el fuego del don que está dentro de ti. Pero sí, te pido, vive una vida pentecostal y no dependas de tu propia fuerza ni de tu propia integridad, sino depende de la unción del espíritu, la gasolina que Dios ha puesto dentro de ti.

Póngase de pie. Me quedan 15 segundos, todavía. Gloria a Dios, parece que había una unción especial en esta mañana. Hermano, deja que la palabra del Señor hable a tu vida en este día y agarra algo de lo que yo he predicado en esta tarde porque es para ti. Si necesitas arrepentirte de algo ahora mismo porque estás practicando en tu vida, toma de eso. Si hay algo que tienes que cambiar en tu vida, entrégaselo al Señor. Si Dios te confronta con algo, recíbelo y has lo que tienes que hacer. Si Dios te está llamando a bautizarte físicamente prepárate para hacerlo. Si Dios te está llamando a buscar una unción fresca del Espíritu Santo en tu vida, no esperes más. Rechaza la idea de que ya tu tienes todo lo que necesitas y ábrete a la idea de que Dios quiere darte alas para que surques los aires como el águila.

Y Dios quiere darte poder y autoridad. No te conformes con una vida mediocre, una vida convencional, sino abre tus ojos a la idea de que Dios quiere que tu seas un gigante espiritual, que tu seas un gran guerrero, una guerrera espiritual, un hombre, una mujer de santidad, un hombre, una mujer de dominio propio, un hombre, una mujer de pasión evangelística, un hombre, una mujer generoso, generosa para con el Reino de Dios y todas sus necesidades, un hombre en perpetuo, una mujer en perpetuo estado de santificación y de creciente entrega a las demandas y expectativas del Reino de Dios; un hombre, una mujer en perpetuo estado de crecimiento sabiendo que tienes un Dios que quiere sanar tus heridas, un Dios que no quiere que tu vivas en enfermedad, un Dios que no quiere que tu vivas en depresión, un Dios que no quiere que tu vivas esclavo del pecado y de las fantasías, y de las ataduras que hacen daño a tu vida.

Dios te llama a ser un hombre, una mujer libre y a celebrar la sanidad que tu has recibido a través de Cristo Jesús. Quítate ese manto mojado y frío de depresión, de dependencia de alguna sustancia, de baja autoestima, de resentimiento y creo que el Señor le está hablando a algunos de ustedes ahora mismo, de paso. El Señor te dice, quítate el manto feo y opresivo del pasado porque yo te quiero dar vestiduras nuevas. Así como vestía Josué y le quité sus vestiduras viles y le puse vestiduras blancas y le puse mitra sobre su cabeza, y vara de autoridad en su mano, así yo también te digo ahora, hijo mío, hija mía, quítate el manto de impureza, quítate el manto de opresión, quítate el manto del pasado, quítate el manto de pecado y asume las vestiduras nuevas que yo pongo sobre ti y toman en tu mano mi palabra de autoridad con la cual yo te envío para que venzas al enemigo porque yo te he dado poder y te he dado autoridad, para que no vivas debajo de las circunstancias, sino sobre las circunstancias, dice el Señor, para que no vivas bajo la opresión del diablo, porque yo lo he sujetado a mi buena voluntad para con mis hijos y vivas por encima de todo ataque del diablo y seas victorioso en toda situación que tu confrontes.

Y pongo esa mitra sobre tu cabeza porque es una mitra de reinar y de ejercer autoridad y de andar con elegancia en el mundo en el cual yo te he puesto, señalando que tu eres uno de esos redimidos que yo he comprado con la sangre de mi Hijo.

Así que recibe todo lo que yo he puesto en tus manos y no andes como un mendigo, no andes como un pobre que no tiene nada, porque tu eres un hijo de un rey, tu eres una hija de un rey, tu eres realeza espiritual y yo he puesto grandes cosas en ti y tengo grandes propósitos para tu vida, tengo grandes visiones para ti, tengo grandes planes para ti y te he de usar, te he de usar, y te he de usar, pero te llamo, ponte la ropa que yo he designado para ti y vístete según la posición que tu ocupas, no camines más como un pordiosero, no camines más como una mendiga, no camines más como un ciudadano común un corriente, porque tu eres real sacerdocio, tu eres nación santa, tu eres un pueblo escogido por Dios para que anuncies las virtudes de aquel que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable, dice el Señor.

Así que, mi hermano, mi hermana, has un viro, un viraje de 180º ahora mismo, si ibas en la dirección opuesta, ahora camina directamente hacia el propósito de Dios en tu vida. Eso es arrepentimiento, cambiar de dirección, moverse de los caminos de las tinieblas y de la opresión del diablo a los caminos de liberación y de buenas obras y dar fruto para gloria del Señor. Recibe la buena voluntad de tu Padre, recibe la bendición de Dios, recibe el llamado de Dios para tu vida en esta tarde, y sabe que Dios tiene buenos propósitos para ti, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.

Como orar?

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Hoy quisiera enfocarme en algo que tiene que ver con el tema de la oración. Y si pudiesen ir conmigo al libro de Lucas, capítulo 11, hay algo que quisiera hacer referencia aquí a este verso. Voy a estar en Lucas, capítulo 11 y en Mateo, capítulo 6. Y tal vez usted dirá, como que guau, el tema de la oración está quemado como quien dice, pero no, no, no; el tema de la oración siempre es vital, muy importante.

Esto no pasa de onda ni de moda. Lucas, capítulo 11, verso 1. Yo estoy leyendo la edición Dios habla hoy, así que me pueden seguir. Me gusta mucho la versión, Dios habla hoy. Dice, una vez, Jesús estaba orando en un lugar y cuando terminó uno de sus discípulos le dijo, ‘Señor, podrías enseñarnos a orar así como Juan le enseñó a sus discípulos,’ y Jesús les dijo, ‘digan cuando…’ No, no, no lean el resto.

Él dijo, cuando oren, digan… Miren, aquí hay algo que yo creo es bien importante. Y lo primero que estoy viendo es que si usted tiene que preguntar algo, muchas veces es importante que usted le pregunte a un experto en esa área que usted está preguntando, ¿verdad? Si usted quiere saber de computadoras a quién le tiene que preguntar… A un Bill Gates o un Steve Jobs, o algo así, le tiene que preguntar a ellos.

Si usted quiere saber algo acerca de… estoy tratando de pensar. Ah, si quiere preguntar algo de ciclismo, pregúntele a Lance Armstrong, a mí no. Si usted quiere saber algo en el área de música, ¿a quién le puede preguntar? ¿A quién? A Bethoven, bueno, búsquelo siete pies bajo tierra o yo no sé donde esté ahora, pero, vamos más cercano no tan contemporáneo. ¿A quién le pueden preguntar? ¿Dónde está Quique? Se me pierde Enrique. Lo ve que está allá adentro, no, okay. Allá arriba, claro que sí a Arturo también. Oh, es más, si usted quiere saber de sonidos y audiovisual, otro experto también, allí está Bruno, a él también le pueden preguntar.

Si usted quiere saber acerca de cómo cocinar, al estilo, voy a mencionar distintos estilos. Voy a comenzar con el estilo dominicano, mire aquí tiene bastantes personas a las que le puede preguntar. Si quiere aprender a cocinar al estilo colombiano, ¿a quién le podemos decir? Colombianos, aquí, yeah? Miguel, claro, Tú eres un experto en la cocina. Si quieren preguntarle cómo se cocina algo en Costa Rica, ¿con quién vamos a hablar? Allí está Berta, allí está también Antonio. Le podemos preguntar a ellos. De Puerto Rico, yo sé que hay otros que no soy yo. Así que…

Ahora, pero cuando viene el tema de la oración, aquí es donde yo veo un ejemplo donde los discípulos de Jesús fueron al experto, fueron al Maestro a preguntar acerca de la oración. No se pusieron a hablar entre ellos, sino que fuero directamente al recurso de información. Y aquí es donde yo veo, mis hermanos, que había algo en el estilo de orar de Jesús, que les cautivó la atención a sus discípulos de tal forma que los provocó a ellos a ir en un momento donde Jesús, y decirles… ¡Chicos! Thank you. Les provocó a ellos decirles en un momento, ‘Jesús, necesitamos que nos enseñes a orar como Tú oras, nosotros queremos aprender a orar como Tú oras.’

Y aquí es donde yo veo que hay algo que es bien importante. Aquí hay algo bien importante, porque el asunto es que… Eso me lo hace Lucas a cada rato… Así… Diana, no te apures, yo estoy totalmente familiarizado con esa escena, así que me voy por un lado y se van por otro, pero yo estoy bien claro, mis hermanos, que hay algo en lo que Jesús estaba haciendo que los discípulos dijeron, guau, hay algo distinto aquí y yo quiero aprender como él lo hace.

Y miren lo que me llama la atención de lo que les dijo Jesús, cuando Jesús dice, bueno, “cuando ustedes oren háganlo de esta forma....” Miren, qué interesante, porque esa frase es bien importante. Él no dijo, si quieren oren de esta forma. Él dijo, cuando oren, háganlo de esta forma. En otras palabras, Jesús estaba asumiendo de que sus discípulos iban a tener… ¿qué? El tiempo para orar.

Y aquí fue donde yo me di cuenta de que esto es algo tan revelador y no es que yo esté diciendo, guau, yo no sabía que tenía que sacar tiempo para… Pero, más bien en esas palabras de Jesús, porque Jesús cuando nos enseña a orar es porque nos está diciendo, bueno, si Tú quieres orar es porque tienes el tiempo para hacerlo. Miren, cómo estoy diciendo esto. Si quieres orar, si quieres hablar conmigo es porque tienes el tiempo para hacerlo. Y mi pregunta básica hoy es, ¿le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración? ¿Le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración?

Y, miren mis hermanos, yo voy a hacer una confesión aquí delante de todos ustedes y de todo el mundo en el Internet, yo no le estoy sacando el máximo a mi tiempo de oración. ¿Por qué? Porque no tengo tiempo a veces, o no hago el tiempo, mejor dicho. Déjame decírtelo así. No hago el tiempo como debería hacerlo. Yo sé que muchos de nosotros cuando estamos orando, sí, yo oro en mi casa y cosas así, fácil, cuando me voy a acostar a dormir, yo me arrodillo y oro y allí estoy cinco minutos y después de cinco minutos, el cansancio es tanto que uno se queda dormido.

Entonces decimos que usamos la oración como una anestesia para poder dormir bien. O si no, cuando nos invitan a venir al tiempo de oración a las cinco de la mañana, es como que, ¡Ay, pero levantarme tan temprano! Cuando usualmente el mejor sueño se coge a las cinco de la mañana y hay veces que se hace difícil, y de cuatro sábados en la mañana vengo uno cada… fill in the blank. Mensual, okay, me entendió, gracias, uno mensual.

So, el asunto es, mis hermanos, que aquí el aspecto del tiempo es clave. Y el asunto es que el mismo Jesús en su ejemplo, él sacaba tiempo para orar. Y no es que Jesús no tenía, como quien dice, una agenda vacía. Jesús tenía una agenda bastante llena, pero aún en su agenda, él sacaba ese tiempo para hablar con papá… hablar con su papá, hablar con su padre. Y él nos estaba dejando ese ejemplo a nosotros también. Mis hermanos, yo sé, y aquí nos montamos todos en el mismo barco, las circunstancias de la vida pueden ahogar ese tiempo de oración.

Hay veces que uno se preocupa tanto por los afanes y los quehaceres del diario vivir, que mire, yo entiendo que muchas veces es difícil, es duro sacar ese tiempo; sacar ese tiempo es un sacrificio, es un esfuerzo, o hay que sacrificar, horas de sueño o hay que sacrificar horas para llegar al trabajo, o hay que sacrificar tiempo que compartir con la familia por hacer esto o aquello o lo otro. Requiere tiempo, pero si yo no saco ese tiempo hay algo que nos estamos, hay algo que no, sí, que lo estoy diciendo por todos… Hay algo que nos estamos perdiendo. ¿Y qué es eso que nos estamos perdiendo?

Vayan conmigo a Mateo, un momentito, Mateo, capítulo 6. Solamente algunas observaciones que quiero hacer aquí desde el verso 5 en adelante, porque cuando digo que hay que sacarle el máximo a ese tiempo de oración, es poder aprovechar bien el tiempo. No significa que el tiempo tiene que ser una hora entera, que yo pase orando delante de la presencia del Señor, o dos horas, o tres horas. Sino que el más mínimo tiempo que yo pueda sacar, aunque sean cinco o diez, o quince minutos, pero que sean cinco, diez o quince minutos bien intencionados, bien significativos pero que yo le estoy sacando el máximo a ese tiempo.

Miren como dice el verso 5, “y cuando ustedes oren…” Es más, Jesús está haciendo el énfasis, “y cuando oren,” en otras palabras, cuando saquen el tiempo para orar, “no seamos como los hipócritas a quienes les gusta orar de pie en la sinagoga y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio.”

Ahora, déjame hacer una nota al calce aquí. Porque no significa que si nosotros estamos aquí en la iglesia en público, no significa que estamos siendo hipócritas, no es eso, al contrario cuando estamos aquí en la iglesia nosotros fomentamos el hecho de que todos podamos orar, porque esa oración que estamos haciendo aquí es para bendecir unos a los otros, para llamar la presencia de Dios aquí en este lugar, invocar su presencia y pedirle que Él se mueva en medio de la iglesia.

So, ese tipo de oración, a la cual nosotros practicamos es una totalmente distinta a la que Jesús está hablando aquí. Porque lo que Jesús está enfatizando es la gente que habla más bien por un sentido, o que ora, no que habla… sino, gente que ora más bien con un sentido de altanería y egoísmo y vanagloria, como quien dice, mírame aquí qué bien oro con toda esta palabrería de… las últimas palabras del Diccionario de la Real Academia Española y nadie puede orar con la elocuencia que yo lo hago.

Ese tipo de espíritu, yo creo que es el espíritu… entiendo que es el espíritu que Jesús dice, mira no lo hagas así, porque eso es una forma falsa, no es genuino. Allí estás queriendo aparentar algo que no eres, o estás queriendo ofrecer algo que no tienes. Y no estoy diciendo que uno no aprenda a hablar bien, obviamente con Dios, pero el asunto es que también Dios se enfoca en las palabras que uno habla con sencillez. Miren cómo dice, el verso 7, voy a brincar el verso 6.

Dice el verso 7, “pero al orar no repitan ustedes palabras inútiles como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les va a hacer Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.” Miren esto, aquí yo quiero parar un momento, mis hermanos, porque a mí el Pastor Gilberto, cuando él estuvo predicando ciertos miércoles atrás me hizo reflexionar en esto.

Él estaba hablando de el ejemplo de muchas veces la gente que viene, “Oh, Santo Dios, Aleluya!” Y tienen que adornar su oración con esta palabra así, miren a mí me cayó el baño de agua. Yo oro en la misma forma, y me embollo y estoy allí, “Santo Señor, Aleluya, y Tú vives y tienes poder y me salen todas estas palabras que son como quien dice, bien, repetitivas.

Pero el asunto es que muchas veces el uno quedarse en esas palabras bien repetitivas, uno le está perdiendo el son y el ton a lo que la oración verdaderamente quiere hacer. No se ha dado cuenta usted que hay algunas personas que cuando están orando tienen la frase, “Santo Padre” y “Santo Padre” esto y “Santo Padre” aquello, y “Santo Padre” lo otro, y todo esto es “Santo Padre” y “Santo Padre” y la mayor parte de la oración se va en “Santo Padre”. ¿Han escuchado eso o yo soy el único que ha escuchado eso? Okay. Ya me estaba asustando yo como que, estoy yendo a otra iglesia o algo así.

Pero uno oye eso y, mis hermanos, la cosas es que eso se convierte en una muletilla, eso es como le dicen, una muletilla, que hay que, como quien dice, para que la oración se más larga y más llena y más poderosa, pues tengo que decir estas cosas para que Dios me oiga un poquito más o para que la gente grite, “¡Gloria a Dios, Aleluya!” Pero no necesariamente es así.

Saben, hay veces que la oración que Dios más escucha es la oración que es más una conversación. Cuando tratamos de definir oración, ¿qué es lo que siempre decimos? Es una conversación con Dios. Sentarme yo con Dios a hablar con Él y expresarle mi sentir. Por eso es que Jesús cuando está diciendo, miren cómo Jesús dice, en el verso 6: “pero cuando Tú ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en lo secreto.” O sea, eso está implicando una conversación bien sencilla entre dos personas, y esto aquí es donde yo veo que está la belleza de la oración. Porque hay veces que yo pienso en lo que Jesús dice, como que queremos adornar y elaborar nuestra oración en una forma tan religiosa, dominguera, con un vocabulario bien bíblico, bien proper, y como que esta es la forma, esta es la fórmula en la cual Dios me va a escuchar a mí.

Pero mira, no, hay veces que el mero hecho que uno se siente en una silla y que uno pueda decir, ‘Señor, no puedo más.’ Ya eso se convierte en una oración. Es decir, el mero hecho de que yo pueda venir y sentarme y mirar las estrellas una noche y yo quedarme así atónito, es decir, ¡guau Dios, la verdad es que Tú eres increíble! Tú que hiciste todo eso, si Tú estás en control de todas esas cosas que están allá arriba, cómo no vas a estar en control del dolor de muela que yo tengo, por decir un ejemplo.

Y yo entiendo que hay veces que la oración se pone intensa. ¿Cuántas veces una conversación entre dos personas no se pone intensa? Que uno está hablando entre dos personas y el argumento se puede poner medio intenso, mira, hay veces que uno expresa esa intensidad en esa conversación con Dios. Pero el asunto es que estamos hablando en una forma tan libre con Él. Y si yo veo lo que dice la segunda parte del verso 6, “y tu Padre que ve lo que haces en secreto te dará tu premio.” Y la versión de ustedes dice, te dará tu premio en público.

Miren esto, o sea, no te creas como que para que Dios me recompense en público me voy de aquí, me voy a mi casa, me encierro en el cuarto y vamos a orar porque yo quiero ver mi recompensa en público Oiga si usted procede con la oración así yo creo que su recompensa se va a quedar en privado y se va a quedar en privado en Dios porque ni usted la va a ver. O sea, no procedamos en la conversación. Ahora sé yo, ahora sé yo que yo voy a hablar con Blanca que se está riendo aquí y yo voy a hablar con Blanca porque yo quiero que ella me dé 10 dólares para yo poder llegar a mi casa hoy. Y voy a empezar a hablar y le voy a dar la vuelta a Blanca solamente porque quiero 10 dólares. Solo estoy esperando aquí en público, ahora, los 10 dólares.

Mis hermanos, allí es donde yo veo que está la sencillez de cómo Jesús nos enseña a orar. Tal vez los discípulos estaban esperando que Jesús les diera una cátedra en la oración. Estas son las palabras apropiadas para usar para dirigirse al Padre, para dirigirse al Rey de Reyes, al Señor de Señores… no vengas con palabras así, porquerías del bajo mundo, no, no, no, no. Te estás dirigiendo al creador del universo, tienes que hablarle así con este tono de voz porque si no pones ese tono de voz no te va a escuchar Dios. Si le hablas así pues no te va a escuchar.

No, esa es otra cosa porque a veces hasta el tono de voz nos cambia cuando estamos orando. ¡Dios! Hasta con eco y todo. O sea, Dios escucha ese corazón sencillo. La oración del justo, Dios la escucha, mis hermanos. Esa oración suave que muchas veces hasta se susurra. ¿Qué fue lo que pasó con Ana, la mamá de Samuel? Ella estaba hablando entre labios pero su oración estaba siendo tan intensa que Dios la escuchó. Es más, miren, ¿saben qué? Hay veces que hasta yo mismo cuando estoy en una conversación con otra persona, en una consejería o algo, hay veces que la gente se asombra de por qué yo no termino orando al final de esa consejería.

Y sabes lo que yo siempre le respondo a esa persona, mira, yo creo que esta conversación fue una conversación delante de Dios, también. Que tal vez lo único que tengo que decir, amén, que Dios se encargue de todo pero la persona espera que yo le imponga manos y que la unja con aceite y reprenda al diablo y allí es donde se da la consejería.

No, mira, hay veces que una mera conversación. Yo lo creo, cuando… antes de que la persona llegue a mi oficina, allí estoy, “Señor, esta conversación es delante de ti, toma control, guíanos y que Tú te encargues de hacer lo que tienes que hacer.” Y nos sentamos, hablamos, lloramos, reímos, nos hacemos chiste y todo. Aún los chistes, Dios se ríe con nosotros de los chistes también. Los que sean buenos, porque Dios tiene sentido del humor. Si el chiste no es bueno, no se va a reís. Se tenían que reís allí ustedes.

Miren, mis hermanos, quiero dejarlos con este pensamiento. Yo creo que en esa enseñanza que Jesús le estaba dando a sus discípulos era una enseñanza de mantener un corazón sencillo delante de Él. Si ustedes se quieren llevar algo esta noche, llévese eso. Cuando usted saque su tiempo para hablar con Dios, mantenga su conversación con Él sencilla. No se preocupe por adornarla, de ponerle sabores, de ponerle sonidos, si usted quiere poner música de fondo, ponga música de fondo pero su oración hágala sencilla delante de Él.

Y Él que lo está escuchando a usted, Él se va a encargar de darle su respuesta. No tan solamente en público sino también en privado, como Él quiera hacerlo en su vida. Él se va a encargar de darle su respuesta. Así que yo solamente quiero animarlos con esto, es más voy a terminar así: Hay veces que Dios los va a poner en situaciones y yo no sé a quién le caiga esta gota pero, hay veces que Dios los va a poner a algunos de ustedes en situaciones que podrá parecer algo medio, como ¿qué pasó? Si yo le estoy pidiendo algo bueno y me sucede esto y hay veces que Dios tiene que ponernos en esas situaciones que aparentemente podrán ser negativas pero si no caemos en esas situaciones no vamos a poder prestar atención o sacar el tiempo para conectar con Él.

Yo, en mis vacaciones me tuve que enfermar de cama por dos días para prestar atención. “Señor en mis vacaciones, ¿por qué? ¿Por qué me tengo que enfermar?” Pero, por eso les estoy predicando, aprendí mi lección muy bien.

Así que, mis hermanos, no se sorprendan si hay algún… digo, no estoy deseando ningún mal sobre su vida, conste. Quiero aclarar eso. Pero no se sorprenda si aún cuando usted esté tratando de sacar ese tiempo, si usted ve que aún llegan situaciones que puedan parecer un poco adversas, mire, no vaya como quien dice, en contra de Dios rápido. ¡Ah! Pero Señor, ¿por qué Tú permites esto? Porque tal vez la respuesta que usted va a recibir es, lo permití porque necesito sacar tiempo contigo. Necesito que bajes tus revoluciones para verdaderamente Tú y yo poder conectar.

Así que hablemos, hablemos con Dios. No adornes tu vocabulario, déjalo sencillo, keep it simple, directo al grano. Dígale, “Señor, mira aquí está.” Si tus lágrimas no te dejan hablar, pues mira, deja que tus lágrimas hablen por ti, porque Dios entiende el lenguaje de las lágrimas también, pero el mero hecho es que estamos manteniéndolo sencillo y que estamos siendo intencionales en sacar ese tiempo. ¿Cuándo? No sé, yo no te voy a dar una receta, mira la mejor hora para orar es a las cinco de la mañana. Para algunos esa pueda ser la alternativa, para otros tal vez, la mejor hora para orar es en el trabajo al medio día cuando se cogen su lunch break que se meten en ese cubículo allí donde nadie los molesta, esa es su mejor hora para orar. Para otros tal vez su mejor hora para orar es cuando los niños se acuestan a dormir, que entonces usted puede, como quien dice, aunque sea separar media hora y sentirse, okay, Dios, one on one. Maintenance check, let’s talk.

Proceda con Dios, proceda con Dios. Y obviamente no nos olvidemos estos tiempos congregacionales también, esto es tiempo no solo para hablar con Dios. Cuando usted viene aquí los miércoles, usted tiene su tiempo para quedarse allí a solas en su silla y hablar con Dios como también tiene tiempo para unirse con otro hermano, con otra hermana, y hablar juntos con Dios a interceder unos por otros en favor de… Así que el tiempo está allí, solamente tenemos que estar bien alertas de… y recordar la sencillez en nuestras palabras.

Así que, mis hermanos, los dejo con eso, no dejemos que las vacaciones del verano nos coman el tiempo de… nuestro tiempo – nos coman el tiempo de nuestro tiempo de oración con Dios. Pero entienden la imagen, ¿verdad? Okay. Estoy volviendo de vacaciones todavía. El miércoles que viene voy a hablar más claro.

Mis hermanos, vamos a ponernos de pie, vamos a terminar. Terminar. Vamos a concluir nuestro tiempo hoy. ¡Guau! Y tengo tiempo todavía, Dios mío. Okay. No, tengo diez minutos, ¿sí? Tenemos diez minutos para hablar con Dios, así que ¿por qué no? ¿Por qué no?

Amado Dios, ¡qué lindo fue verte en los rostros de cada una de estas personas, Señor! Qué lindo es saber que Tú buscas a que nosotros te hablemos, que Tú anhelas que nosotros hablemos contigo. Y, Señor, te dejamos saber que nosotros anhelamos el escucharte a ti hablar a nuestras vidas. Tal vez, si escuchamos tu voz no lo podríamos resistir. Pero, Señor, anhelamos escucharte, Dios, a través de tu palabra, a través de la palabra de otras personas a nuestro alrededor.

A través de la naturaleza, Señor, al medio nuestro. A través de una palabra predicada, una palabra cantada, a través del silencio queremos escucharte. Así que, Señor, como dijeron muy bien los discípulos, nosotros también lo decimos. Enséñanos a orar cada día, más y más. Enséñanos a saber lo que significa verdaderamente entrar en una conversación directa contigo, sin distracciones, una conversación bien intencionada, una conversación que aunque sea de cinco minutos, pero son cinco minutos que llenan ese espacio que solamente Tú puedes llenar.

Y que nosotros podamos llenar ese espacio que está en tu corazón también. Que Tú anhelas, y que nosotros podamos alegrar tu vida, Señor, cuando podemos hablar contigo. Dios, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas aquí esta noche, te ruego Jesús que en sus agendas como puedan ser cualquier de ellas, Señor, llenas o medio llenas, yo te ruego que por favor nos ayudes a ser bien intencionales con nuestro tiempo, Señor. Y poder verdaderamente apartar esos momentos, Señor, en que podamos hablar contigo.

Provee esas oportunidades, Señor. Donde quiera que sean esas oportunidades, pero ábrelas. Señor, sea en el tráfico, sea mientras estamos cocinando, sean cuando estemos hablando con una persona o sea que estemos caminando por el parque solos o sea que estemos disfrutando con la familia, Señor. Sea cual sea la oportunidad, permite que siempre podamos ser bien intencional con usar nuestro tiempo y separar la porción que Tú mereces en ese día.

Enséñanos también a cómo orar, a cómo usar nuestras palabras, Señor, que no estemos repitiendo cosas que no tienen son ni ton, Señor. Y que sí sepamos usar nuestras palabras en los momentos específicos, estratégicos donde verdaderamente invoquen tu presencia, Señor, en medio de nuestras vidas, en medio de la reunión congregacional. Ayúdanos a estar bien pendientes de eso, Señor. Que no oremos como se dice por allí, a lo papagayo, sino que oremos siempre conscientemente, Señor, de lo que está saliendo por nuestras bocas.

Porque nuestras bocas reflejan lo que está en el corazón, y si el corazón está hablando a lo papagayo, pues entonces, hay problemas. Llena nuestros corazones de conversaciones contigo, Señor. Yo declaro tu bendición sobre cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche. Llénalos con bien, su familia, sus hogares, sus trabajos, mi Dios, que ellos puedan salir de aquí con un sentido de paz que solamente Tú puedes dar.

Renueva nuestras vidas en el descanso de esta noche y que mañana si así Tú lo permites, Señor, podamos echarle mano a todo lo que venga en el día. Lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús. Amén y amén.

Sal de la tierra

19 de julio del 2010 - Por Raquel De Jesús

Vosotros sois la sal de la tierra; Mateo 5:13a

¿Cuántas veces hemos escuchado este términos y nos ha gustado? Pero ¿sabemos cuáles son las implicaciones de ser sal de la tierra? En Santo Domingo donde yo nací, me pongo a pensar en cuando mi mama estaba cocinando y una de las primeras cosas que hacia al preparar el sazón era agarrar las piedras enteras de sal y echarlas en el pilón y comenzar majarlas hasta que quedaran en granitos tan pequeñitos que parecía polvo.

Cuantas veces no nos hemos sentido como una de esas piedras de sal que hemos sido machacadas y machacadas una y otra vez y cuando pensamos que el proceso termino entonces viene el cocinero y encuentra que todavía hay en nosotras aun un pedacito que no ha sido pulverizado y comienza el proceso nuevamente.

Muchas veces le hemos dicho al Señor que queremos ser sal de la tierra pero para que la sal sea usada tiene que primeramente ser pulverizada antes de este proceso no puede ser usada. Hay procesos de pruebas que parecen que nunca van a terminar o que simplemente parecen que van a terminar con lo que somos y tal vez ese es el propósito que salgamos transformados a una nueva vida. Una nueva vida que pueda ser usada por el Señor y que pueda usar esos procesos y esas pruebas por los cuales ha atravesado no solo para publicar sus heridas sino para levantar a otros que en el camino van atravesando por el mismo proceso de ser pulverizados. No desmayemos que el que la buena obra empezó El es fiel en completarla.

Iglesia, levántate y evangeliza!

TRANSCRIPT

Capítulo 26 en el Libro de los Hechos comenzando con el versículo 14. No se de su versión, yo estoy leyendo de la versión Reina Valera antigua y los Editores de mi Biblia comienzan esta porción Bíblica con el título: Pablo relata su conversión. ¿Cuántos de nosotros tenemos una Biblia que tiene un título así? Y ustedes reconocerán, especialmente los que han estado en el Señor por un tiempo o los que han estado leyendo el Libro de los Hechos, van a conocer esta historia.

Esta historia es relatada bastantes veces en el Libro de los Hechos, y por una razón. Y los que no la conocen; Pablo está en camino a Damasco. En ese momento lo conocía como Saulo. Él era un enemigo de la verdad, un enemigo de cristianos, su misión en la vida era terminar con todo lo que era ser cristiano. Iba a Damasco con cartas de autoridad para arrestar, detener y aún a lo largo la gente que él arrestaba y detenía se entendía que esa gente: hombres, mujeres, jóvenes, niños lo iban a matar, lo iban a apedrear.

Pues iba a Damasco con el propósito de matar a esta gente y de momento al mediodía se le aparece esta luz del Cielo. Lo tumba de su caballo, los que están a su alrededor ven esta misma luz. Esta impactó a Pablo y él relata en esta historia –en el versículo 14-: ‘Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba y decía en lengua hebrea: "Saulo, Saulo, ¿por qué les persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” Y entonces dije: “¿Quién eres señor?” y el Señor le dijo “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.”

“Pero levántate y ponte sobre tus pies porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti. Librando de tu pueblo y de los gentiles a quienes ahora te envío”. Y digan todos: ¿Para qué? “Para que abras sus ojos”. ¿Para qué? “Para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios”. ¿Para qué? “Para que reciban por la Fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los santificados".

Gloria a Dios. Vamos a la presencia del Señor, mis hermanos. Señor nosotros te damos gracias por el tiempo en el que tú nos has permitido vivir. Gracias, Señor, que Tú nos has permitido nacer y vivir para ver lo que nuestros ojos… “Benditos son los ojos que ven”, que verán lo que Tú has preparado para Tu iglesia en este tiempo. Y para esta región. Señor, sopla sobre esta palabra. Queremos ver transformación de vidas. Señor, ya este edificio que se está edificando como un faro de luz en este vecindario.

Padre, queremos que desde ya Tú estés llamando corazones y que desde ya este lugar esté lleno de familias enteras que a la vez que a la vez vengan a conocerte como Rey y Señor, arrodillados allí buscando Tu rostro. Padre, comenzando desde hoy, desde esta tarde, aquí sopla sobre esta Palabra. Vivifícala, Señor. Padre, que el poder de la verdad de Tu salvación, Jesús, inunde nuestros corazones y que Tú seas exaltado sobre toda carne, Jesús. En el nombre de Jesús, Amén.

Mis hermanos, esta sí es la historia de la conversión de Pablo pero desde ahora les digo mis hermanos, al leer esta encomienda que el Señor le comparte a Pablo, Pablo nunca se olvidó de lo que el Señor le dijo en ese camino. Pablo nunca se olvidó de la misión que el Señor le delegó. Mis hermanos, aunque esas palabras fueron dirigidas a Pablo, podemos tomar la libertad hoy y estar muy seguros de que también el Señor está dirigiendo la misma misión, está delegando el mismo encargo a nosotros como su iglesia.

Pablo compartió esta historia, una y otra vez y lo compartió con sus discípulos; con Tito, con Timoteo, esto se convirtió en su misión y la razón por la que ellos ministraban. Y por generaciones, la iglesia, vivió para agradecer el corazón de Jesús, para cumplir con la encomienda de Jesús. Y mis hermanos, yo le doy gracias al Señor por los tiempos en que estamos viviendo. Como compartía el Pastor Gregory, la semana que viene, será una semana extraordinaria.

Viene un grupo de misioneros, entrenados, mis hermanos para trabajar con niños específicamente. Y son misioneros que el Señor ha traído a Boston, ha traído a esta ciudad y escogieron a la Congregación León de Judá, gracias a Dios, de cuantas Congregaciones pudieron escoger en esta ciudad. Todas muy aptas, todas ungidas del Espíritu Santo. Gloria hacia el Señor que contactaron a esta Iglesia, al Pastor Gregory y nuestro vecindario para esta obra de evangelismo viendo alguna de las esquinas más tenebrosas de esta ciudad: Ramsey Park, Villa Victoria, las calles que nos rodean.

Y allí ellos estarán ministrando directamente a niños y a sus padres. Y yo le pido al Señor que el viernes que viene, este humilde templo, este humilde lugar esté repleto de gente que no tienen ni siquiera idea de cómo ellos llegaron aquí, con sus niños oyendo la Palabra de Dios, tal vez por primera vez. Y viniendo ellos, ya mis hermanos, han hecho caminatas de oración, han repartido folletos, estamos orando aún, deseamos sus oraciones. Pero ellos vienen con este propósito.

Si eso no fuera suficiente… el viernes pasado tuve el privilegio de compartir en una reunión con el Pastor Sámano, el Pastor Gilberto de aquí de la Congregación León Judá y el Pastor Joshua Malten que es el Pastor que dirige la operación de Teen Challenge, el ministerio de Teen Challenge aquí en Boston. Yo no dudo si eso no es el Pastor Sámano, ahora mismo, diciendo Amén, llamándome, Gloria a Dios. El Pastor Sámano y yo, el Pastor Joshua salimos de allá como niños, sonriendo.

Imagínate, tres Pastores Pentecostales, hablando de evangelismo en Boston e imaginándonos maneras en que cientos de hombres de nuestra iglesia colaboren con Teen Challenge. ¡Imagínese! Los hombres del ministerio de hombres de nuestra iglesia caminando estas calles acompañados con brigadas de Teen Challenge, tomado posesión de Blackstone Park; tomando posesión de Ramsey Park y allí anunciando la Palabra de Dios. Y por cierto el día 31 de julio, el último sábado de este mes, habrá un gran rally también auspiciado por Teen Challenge en Ramsey Park.

Y ya nosotros estamos orando que el Señor haga milagros de evangelismo aquí. El Señor nos ha llamado a evangelizar. El Señor nos ha llamado a compartir su Palabra con las mismas razones que el Señor lo comparte con Pablo. Él le dice “¿Sabes? Yo te voy a sacar de dentro de tu pueblo. Te voy a rescatar de entre ellos para enviarte de nuevo a ellos y a los gentiles. Te voy a enviar a ellos". ¿Para qué? Es una serie de " ¿Para qué?" Pero esa serie de "Para qué" terminan en esta realidad.

¿Vamos a ver si estamos de acuerdo? Cuando yo veo eso, el Señor le está diciendo a Pablo “Te envío a ellos, a tu pueblo” y todos tenemos un pueblo, tenemos hermanos, tenemos padres, tenemos colegas en el trabajo, tenemos esposos, esposas, tenemos hijos, tenemos seres queridos. “A tu pueblo y a los gentiles”. La gente desconocida a tu alrededor que quizás hasta son hostiles al evangelio. Ahí yo te he enviado a ellos para una razón y solo una razón: para que ellos sean transformados.

En otras palabras, para cambiar la cultura. Para crear entre ellos una cultura que esté en sintonía con el corazón y el deseo de Jesucristo. Para que la oración apostólica de Jesús, el Reino de Dios, se establezca sobre la Tierra. Y eso, mis hermanos, por lo menos en esta iglesia, eso es lo que nosotros queremos decir cuando usamos la palabra “avivamiento”. Ver a nuestro alrededor una cultura que se asemeje al corazón de Dios, una cultura que esté en sintonía con los propósitos de Cristo para esta área, para esta ciudad.

Hermanos, les confieso que sí hay un debate teológico en estos días. Hay algunos hermanos que se identifican por lo menos como evangélicos pero han puesto en tela de juicio aún la necesidad de evangelizar. Y no se sorprendan si oyen o leen mensajes así, está bien. Y son predicados por hermanos que yo los conozco, yo los amo, yo recibiría palabra de ellos aparte de esto. Good men and women of God. Buenos ministerios, el Señor los usa. Yo no dudo de esto.

Pero en esto tenemos una diferencia, yo creo, clave. Porque en estos mensajes que algunos llamarían ‘The emerging church movement' se predica que tal vez el llamado de la iglesia no es cambiar la cultura que eso es demasiado confrontativo y radical. Tal vez lo que el Señor prefiere es que la iglesia esté entretejida en la cultura. O sea, y es cierto, estamos en este mundo aunque no somos de este mundo; no nos vamos a despegar de este mundo. Pero la diferencia está en esto: ¿con qué propósito?

Y ellos dirían: tal vez el propósito es coexistir. ¿Cuántos no han visto aún ese afiche en Cambridge, en Somerville y aquí? “Coexist” Y tal vez la gente llegará a Dios a través de osmosis, a través de los buenos testimonios y de las buenas obras. Eso está bien. Sí, hermanos, nuestras palabras sin un testimonio que lo respalde no vale nada. Pero yo quisiera, hermanos, que fuera tan fácil como eso. Es más, yo no puedo leer la Palabra de Dios y no puedo leer esta Palabra sin ver claramente que querámoslo o no lo queramos el Evangelio es confrontativo.

El Evangelio es directo. No hay debate en la Palabra acerca de esto. El Señor usó esta Palabra “Te envío para que se conviertan”. Esas son palabras muy directas, no hay debate en la Palabra. Y ¿sabes qué? Tampoco hay debate en las calles, tampoco hay debate en el pueblo que nos rodea. Compartimos esto hace poco. No hace mucho el Alcalde de la ciudad junto con el comisionado del Departamento de Policía de la ciudad, junto con el Departamento de Salud, junto con Representantes del Sistema escolar de Boston. Imagínate.

Toda esa gente reunidos en una reunión en la Sede Central del Departamento de la Policía y entre ellos Pastores. Muy específicamente Pastores. Pastores de iglesias de nuestro alrededor, ministros. Y uno oye estos Directores de estas agencias, estos políticos sin ningún problema, sin ninguna duda diciéndole a la iglesia '¿A dónde han estado?' Ellos, paganos, diciéndonos 'Póngase de pie, Levántense’ que hay jóvenes de 14 años -true story- matándose por una mirada que ellos perciben que sea inadecuada en una parada de bus en Boston. Eso aconteció hace tres semanas.

Y ellos juntaron a los Pastores, a los ministros de esta ciudad con un mensaje increíble: “Te necesitamos. Salgan a las calles, hagan lo que ustedes hacen. Hace tiempo que no lo hacen. ¡Salgan!”. Como dijo un director de una Agencia sin Fines de Lucro: ‘La cultura” –dicho por una persona que no es cristiana- si hay debate entre los cristianos, entre la gente a nuestro alrededor, ya no hay debate. Ella dice: “La cultura tiene que cambiar”.

Mis hermanos, ellos están diciendo “Iglesia, levántate y ponte sobre tus pies”. Y esto es lo triste porque, francamente, después de muchos años de esta misma gente diciéndonos "No oren en el nombre en ese nombre. No prediquen en ese nombre. ¡Por favor! No coexistamos”. Ahora que estamos en un aprieto ellos dicen: “Salgan en el nombre de Jesús. Digan ‘Padre, Hijo y el Espíritu Santo si quieren’. Vayan. Do what you have to do. Tú sabes lo que tienes que hacer”.

Ya no hablemos más: ¡Caminen, caminen! El problema es que después de muchos años, una iglesia, yo vi esto entre estos ministros, no saben siquiera como comenzar. How do you do this? ¿Cómo se hace eso? Yo como que me recuerdo una vez hasta evangelizar. Pero una iglesia acobardada después de muchos años ahora tomar las calles de nuevo. Jesús ¿qué hacemos? Yo veo la respuesta de Jesús aquí. Yo oigo al Señor diciéndonos: “León de Judá levántate. León de Judá ponte sobre tus pies". Pero Señor, ¿a hacer qué? ¿Qué digo?

Tú eres testigo, se tu testigo, tú eres un ministro. Se tu testigo de lo que yo te he revelado. Hermanos, la Palabra declara que algunos de nosotros son llamados a Pastor, otros a evangelistas, otros a profetas, otros a maestros. Pero, mis hermanos, aparte de su llamado, todos nosotros somos llamados a ser testigos de Jesucristo. Tú eres testigo de Jesucristo. Es más, uno no puede ser un testigo de segunda mano. En sí, el evangelizar quiere decir que no estamos hablando de algo que nosotros oímos de otra parte, o que leímos una vez o que alguien nos contó.

El ser testigo implica una experiencia personal que usted tuvo. Usted tuvo esta experiencia con un Cristo que vino a tu encuentro en el camino y usted está relatando por más primitivo que sea, por más simple que sea usted está relatando lo que usted vio, lo que usted oyó, lo que usted sintió, lo que usted experimentó en su presencia. Usted está relatando la historia de ese Jesús frente al cual usted se arrodilló en un momento de crisis y esa es su historia. Esa es su historia, mi hermano.

Pablo nunca olvidó su historia. Mira que cosa. Al estudiar el Libro de Hechos, usted verá que la historia de la conversión de Pablo usted la lee en Hechos Capítulo 9 pero usted descubre que también está relatado en Hechos Capítulo 22. Pablo aprovechó en momento en que él estuvo delante del Sanedrín, en Hechos Capítulo 22. En ese momento de su defensa legal a donde estaba en tela de juicio si era vivir o morir, él aprovechó ese momento para compartir esta historia relatada prácticamente palabra por palabra de la misma manera en que está relatada en Hechos Capítulo 9.

Ahora, en Hechos Capítulo 26, frente del Rey Agripa, está compartiendo la misma historia. Jesús convenció. ¿Qué te dice esto? Primeramente, me dice a mí que de todas las cosas que experimentó Pablo en su vida esto lo impactó y él nunca se olvidó de esto. Este es un hombre que pudo predicar de la manera que él quiso predicar. Un hombre entrenado tanto en la cultura griega y romana como a la vez empapado de las Escrituras. El hombre pudo predicar del tema que le daba la gana predicar pero siempre, siempre, siempre regresaba a su historia.

¿Por qué? Mis hermanos, podrán debatir teología, pero nadie, nadie puede negar tu historia. Nadie puede negar lo que Jesús hizo por ti. Nadie puede borrar los hechos que Dios hizo por ti. Yo estaba caminando por el camino, como Pablo, de momento el Señor me iluminó con su luz. Yo estaba equivocado y caminando en un camino en un camino que no iba bien y de momento el Señor me convirtió, me cambió de camino. Llenó mi vida de paz. Y me dio significancia, me perdonó mis pecados, me sanó mis heridas, sanó mis relaciones, abrió mis ojos.

Me devolvió el sentido de risa y de paz. Tengo una paz indescriptible, eso lo hizo un día con Cristo. Y así como Jesús tiene imborrablemente en sus manos y en sus pies las marcas de su cruz, tú también tienes tus marcas y el Señor lo ha permitido así. ¿Saben? Yo no soy perfecto, pero un día, el Señor me libró de esto. Un día el Señor me sanó de esto. Es poderoso. Tu historia. Hermanos que se bautizan este sábado, cada uno de ustedes, cada uno de ustedes, sin excepción, cada uno de ustedes tiene su historia.

Y no se olviden de lo que Dios, de lo que Jesús ha hecho por ti. Hay en poder en esa historia que el Señor ha plantado en ti. Y sabemos que eso es dinámico. El Señor le dice a Pablo “No es meramente lo que te he revelado. Pero de las distintas maneras en que te apareceré". Y mientras usted está caminando en el Señor y disfrutando de su Palabra, conociéndolo, obedeciéndolo, integrándote a Él, ¿no has visto tú una revelación o dos del Señor en el camino? ¿No ha visto usted como el Señor contestó su oración en el momento que usted estaba entregado a lo que iba a hacer?

En el momento de aprieto y “pum” el Señor apareció con su provisión y salvación. ¿Cuántos aquí tienen un testimonio así? ¿Cuántos aquí? El Señor es mi provisión. El Señor es mi sanidad, el Señor escuchó mi oración. Este pobre clamó y el Señor inclinó su oído y oyó mi clamor y me rescató del lago cenagoso. Ese es tu testimonio y como nunca se necesita ese testimonio. We need your story. Se necesita esa historia de salvación y de rescate. No lo archives. No lo archives. No te olvides de eso.

Con cada día que pase, si es meramente para agradecerle a Dios, no te olvides de lo que Él ha hecho por ti. ¿Por qué? Porque no es poca cosa a lo que nos ha llamado el Señor. Si esta iglesia está siendo efectiva en su llamado de evangelismo lo que el Señor ha encomendado que nosotros hagamos, los objetivos, the outcomes, los resultados que espera el Señor de la iglesia no es poca cosa. El Señor, su corazón, se quebranta al ver esta cultura y esta sociedad y Él comparte eso con Pablo.

Él abre su corazón a Pablo y le deja por lo menos estos tres objetivos, estas tres metas. No es poca cosa. Lo primero que Él le dice a Pablo es esto: “Yo te envío para que seas testigo, para que les digas lo que vista ahorita. Para que compartas lo que tú oíste de mi". ¿Para qué? Y lo primero que Él dice en el versículo 18 es: "Para que abran sus ojos". ¿Ven ahí? 'Para que abran sus ojos. Para que se conviertan de las tinieblas a la luz'. Hermanos, los ciegos no distinguen entre las tinieblas y la luz. Necesitan a alguien que de, a alguien que sí puede distinguir entre las tinieblas y la luz.

Necesitan a alguien que los puedan, alguien que los pueda guiar como a Ananías, que pueda poner mano sobre ellos para que la escama caiga de sus ojos y para que ellos vuelvan a ver. Para que vean la luz. ¿Saben? El Señor advirtió a su iglesia hablándonos a nosotros a través de los años. Al principio, al comenzar el sermón del Monte, una de las primeras advertencias del Señor es esto: 'Vosotros sois la luz del mundo'. Vosotros. Mateo 5:14. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Interesante nota de historia. Historia de Nueva Inglaterra. El Gobernador Jonathan Winthrope aún antes de desembarcar, en el año 1630, su nave “El Arabela” todavía estaba anclado en la bahía de Boston y él ni siquiera había bajado. Aún antes de salir de su cabina, a solas con el Señor, él escribió un pacto. Hizo esta declaración y le dijo al Señor: “Señor, esa península a donde nosotros vamos” –no era muy prometedor Boston en esos días. Boston era solamente una península de un milla y media. A través de los años hemos estado añadiendo terreno, ha crecido. Dios ha bendecido a Boston.

Selami y Boston se fundaron en el mismo año. ¿Se dan cuenta? Y antes de él desembarcar para traer ese pueblo a este bosque lleno de peligros y mucha lucha y trabajo, él le hizo esta promesa al Señor. Él le dijo: “Señor, esta ciudad, que ni siquiera existe será una luz asentada sobre un monte”. Esas palabras usted las puede encontrar ¿saben donde? En una placa de bronce sobre una verja frente del Boston Common. Entre el Boston Common y la casa Estatal como si fuera un testimonio eterno y frío.

A la Casa Estatal, al gobierno de Massachusetts, al Gobernador y los Senadores y los que dirigen este país, este estado. Esa tabla de bronce le testifica aún ahora ese silencio: esta ciudad es un monte, es una luz, una ciudad fundada sobre un monte con ese propósito. Esa es nuestra herencia mis hermanos. Y el Señor nos advierte: ‘Si eso no acontece, si se enciende una luz y se pone debajo de un almud, no se enciende la luz, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa'.

Y eso es lo que ha pasado en Boston, mis hermanos. La Iglesia en Boston, con “i” mayúscula, la Iglesia de Jesucristo en Boston ha escondido su luz bajo un almud y eso ha provocado unas tinieblas que han descendido palpablemente sobre Boston. No hay quien distinga entre las tinieblas y la luz. No hay manera de distinguir. ¿A quién se le ocurre que un joven de 14 años mate por matar? Eso no aconteció 10 o 20 años atrás. Eso es nuevo. ¿Por qué? Porque no hay un eje moral.

El Señor ve a ese joven y estoy seguro que si buscáramos la opinión de Jesús: ese muchacho es una oveja sin pastor. Sin que alguien le diga: “joven esto es luz, esto es tiniebla. Esto es vida esto es muerte”. En Gloucester, ¿Quién ha visto esto? Un grupo de jovencitas haciendo un pacto para ver cual de estas jóvenes de high school saldrá embarazada primero. ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un "Vale esperar"? ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un ministerio de niños?

¿Por qué cree que se necesita un ministerio de jóvenes? ¿Dónde está la luz allí? No hay credibilidad. Aún los mismos maestros que intentan distinguirle la luz de la verdad no lo pueden hacer. Porque es claro, es evidente, que aún a ellos les falta la luz y la verdad. Ciegos dirigiendo a ciegos. Ciegos criando a nuestros niños. Ciegos levantando a nuestros jóvenes.
Ciegos ofreciéndose como mentores a nuestros jóvenes sin poder distinguir la luz de las tinieblas. ¡Oh, Samuel! ¿Cual es la luz? My friend, mi amigo, aquí está.

“Lámpara es a mis pies, tu palabra y lumbrera a mi camino”. La palabra de Dios revelado por el Espíritu Santo, soplado sobre ella para que sea una palabra viva y eficaz esa es la luz y por eso mis hermanos, el Señor insiste y pide. Si nosotros nos vamos a meter en este terreno, Él insiste que nosotros vivamos, también, aferrados incondicionalmente a la luz del Señor. Por eso es que nosotros nos encontramos en nos encontramos en los enredos que nos encontramos, mis hermanos.

Por eso en una comunidad, rodeado de una comunidad que se opone a muchas de las mismas cosas de las cuales nosotros defendemos, creemos que el matrimonio -esto es raro aquí ahora en Massachusetts- como bíblicamente es entre un hombre y una mujer. Cuarenta años atrás, no problem, hoy somos radicales. Hoy eso es tiniebla. Hoy somos excepcionales. Pero si queremos ser la gente capaz de guiar a otros tenemos que tener nuestras lámparas encendidas y aceite en nuestra lámparas.

Como declara el Apóstol Pedro en su Primera Carta –Primera de Pedro, capítulo 2 versículo 9, muchos de nosotros lo conocemos de memoria- ‘Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó -¿de dónde te llamó? ¿De donde te sacó? y ¿te metió donde?- a su luz admirable’. Para anunciar las virtudes del que me sacó, ese que me sacó de las tinieblas. Sus virtudes.

Yo no se lo que tú has oído de Dios, pero yo lo conozco, ¿Tú lo conoces? Yo lo conozco porque Él habló esta mañana. Él es bueno, Él es bondadoso, es generoso, es misericordioso. Yo no se que opinión tú tienes. Yo lo conozco, yo te puedo decir, de primera persona: Él escucha la oración del justo. Él es bueno, Él es poderoso. Él puede hacer milagros en tu vida si tú le das la oportunidad. Anunciad virtudes de un Dios que nos sacó de tinieblas.

Don't forget your shadows. No te olvides las tinieblas. No para habitar allí pero para que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te olvides que tú una vez conociste tinieblas, que una vez tú no tenías respuesta, que una vez, tú eras como ellos no tenías quien te guiara, que una vez no tenías a quien orar; que una vez no sabías la diferencia entre lo bueno y lo malo, las tinieblas y la luz, la vida y la verdad. Y ahora tenemos por sentados, estamos en su luz admirable.

¡Eso lo hizo Jesús contigo! ¡Él lo hizo contigo! Eso es gran cosa, mi hermano. Sure, there's more to do! ¡Hay trabajo que hacer! Pero, my God! ¡Que bueno estar en la luz admirable! Y eso lo tienes tú. ¡Lo tienes tú! Lo tiene tu hogar, lo tienen tus hijos, lo tienen tus nietos, lo tienen tus tataranietos hasta la tercera, la cuarta, la quinta, la séptima generación. Dale Gloria a Dios que ya las tinieblas no tienen que ver nada más contigo, con tus hijos, con la generación que te siga. La tuya es una generación ¡de luz! It is light.

En tu genealogía hasta ese momento en la rama que venía había tinieblas pero “¡pum!” nace un gran rayo de luz en tu árbol familiar; fruto brotando de ese árbol. Nace vida. Forever, forever hasta que el Señor regrese en Gloria. Una viña de vida brota de ese momento en el árbol familiar. Gloria a Dios. Gloria a Dios para siempre. Él dice que salimos de las tinieblas a su luz admirable y la potestad de Satanás a Dios.

Mis hermanos, nadie fue más claro que Jesús en su ministerio terrenal para enfatizar que estamos… esto es guerra espiritual. Eso es guerra espiritual. Él lo dijo cuando los discípulos se acercaron a Jesús después de salir por todos sus vecindarios como el Señor nos ha llamado a hacer declarando ¡Guau! Ahora Jesús vimos mudos y sordos, testificando grandeza. Vimos cojos levantarse y danzar en adoración a Ti Vimos muertos resucitar, vimos demonios salir saltando de cuerpos y dejándolos libres.

Yo les digo: ‘¿Sabes? En esos momentos yo vi al diablo, yo vi a Satanás caer como rayo del Cielo. Hay autoridad. En esa historia tuya, es más que una historia, es más que meramente una historia. Esa historia tuya es nada menos que exaltar el nombre de Jesucristo. Esa historia tuya es una bomba atómica que Satanás no quiere que se comparta, que quiere como nada más que se detenga. Eso es guerra. Por toda la palabra es así, se dice así. El mismo Pablo en Efesios Capítulo 6 nos añade, nos advierte.

¿Saben? Nuestra lucha no es contra nuestro vecino, el que se opone a ti en Villa Victoria o en Ramsey Park. Nuestra lucha no es contra tu jefe del trabajo, nuestra lucha no es contra tu esposo, tu amigo o tus hijos. Nuestra lucha es contra potestades y principados y nos dice: “Párate firme. Mantente firme. Aférrate. Ármate con la armadura de Dios". Asegúrate que estás armado de la verdad, de la justicia. Que estás, que tienes en tu mano la espada de la fe. Asegúrate que estás revestido.

En la Primera Carta de Juan, él declara muy claro a que vino Jesús. Yo te voy a decir a que vino Jesús. Jesús vino para destruir las obras del diablo. Así de claro. Primera de Juan, Capítulo 3. Él vino para destruir las obras del diablo. Mis hermanos, vale esperar. Nosotros a través de ese ministerio estamos tratando de destruir todas las obras del diablo. En el futuro tratar de revestir a esos jóvenes y convertirlos a un futuro que se asemeje a un futuro al que el Señor quiere para ellos.

Igual Berk, igual Alpha. Pero ¿sabes qué? Yo creo que el Señor, ¿no está usted cansado mi hermano de estar limpiando la telaraña? Es tiempo de buscar la araña, ¿no? Es tiempo de buscar esa araña. Es tiempo de ¡pisar la araña! Es tiempo de pisarla. Un día de estos lo veremos encadenado y echado en el lago de fuego. Pero ese día solamente vendrá a través de una iglesia revestida del poder del Espíritu Santo. Y, mis hermanos, no hay opción. Esta es la razón por la que nuestro Pastor se ha detenido en el Libro de los Hechos.

¿Por qué tantas semanas en el Libro de los Hechos? Porque al Señor despertar en nuestro Pastor su llamado Apostólico y el llamado de esta iglesia y el llamado de la iglesia de Jesucristo en esta era, en estos días, es necesario volver al manual y ver como el Espíritu Santo se movía en la iglesia. Como estos hombres buscaban la llenura del Espíritu Santo, como fueron sus obras respaldadas por el Espíritu Santo; como es que nace la Palabra con el poder y la autoridad del Espíritu Santo.

Mi hermano, hay una razón por la que nos ha hecho tan difícil entrar en Villa Victoria. Eso sería la cosa más fácil del mundo. Son latinos, son nuestros vecinos. ¿Por qué esta iglesia después de 20 años es una frontera para nosotros? I’ll tell you why. Yo te digo por qué. Yo viví en Villa Victoria. Yo tenía un apartamento en Villa Victoria, yo te digo también como testigo de allí: hay estructuras que no respetan a nada y a nadie menos la sangre de Jesucristo. Hay estructuras en ese lugar que no respetan sino un pueblo revestido del poder del Espíritu Santo.

Por mejor que usted testifique será por testimonio del poder de Dios, ese pueblo vendrá a conocer al Señor. El Apóstol Pablo escribió de una comunidad semejante. Cuando Pablo testificó, predicó en Corintios ¿no cree usted que habían estructuras diabólicas allí? Esto es Corintios, mis hermanos. Él no iba a llegar con tres puntos y un poema y creer que esta gente dado a prostitución y dado a avaricia y dado a mercantilismo, comercialismo, dado a Satanás en tantos niveles de momento se iban a entregar al Señor.

Es más, el Señor le tuvo que aparecer a Pablo en un sueño y decir: 'Mira, no te des por vencido aquí', le dijo a Pablo. 'No te des por vencido aquí. Yo tengo mucha gente aquí. Sigue predicando aquí. Tú estás haciendo más efecto de lo que piensas'. ¿Te ha pasado así? ¿Has pensado que tal vez tú estás predicando a las paredes? ¿Qué no está teniendo efecto? A Pablo le pasó esto. El mismo Señor tuvo que revelarse a él y decirle 'Mi hermano, mantente fiel. Predica la Palabra del Señor. Yo estoy contigo'.

Y Pablo le escribe. 'Ni mi palabra, ni mi predicación' –Primera de Corintios Capítulo 2, Versículo 4- 'fue con palabras persuasivas de humana sabiduría sino con demostración del Espíritu y del poder porque vuestra Fe no está fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios'. En la mayoría de los casos nosotros hemos venido al Señor a través de un momento de crisis. No se si eso fue así con usted. En la mayoría de los casos venimos al Señor con líos que de momento necesitamos que Él arregle y rápido.

Y en ese momento lo que necesitamos es una demostración del poder de Dios. Y eso se hace más importante cuando nosotros pensamos en la tercera prioridad de Jesús. Él dice, también ahora esto es Capítulo 26 versículo 18, regresando a ese versículo, Él le dice a Pablo: "Para que reciban por la fe que es en mi perdón de pecados y herencia entre los santificados". Pecados. Esa palabra del siglo diecinueve, por lo menos.

Una palabra totalmente desclasificada y fuera de moda. Especialmente en el mundo occidental, especialmente en los Estados Unidos y en Europa. No es la costumbre hablar de pecado. Aún en las iglesias usar esa palabra “pecado” ¡tan fuerte! ¿verdad? ¡Tan feo! Aún esa palabra. Es fea esa palabra: pecado. Hay razones porque es fea. Un consejo: no subestimen, mis hermanos. No subestimes la carga del pecado sobre una vida. No subestimes el efecto de lo que es vivir bajo una mancha de pecado o el gozo que es recibir las nuevas que no tenemos que vivir así; que hay una solución, que podemos ser libres.

Pecado. Este es el punto. Este es el blanco. Hermanos, dirijan sus rifles espirituales allí. Pecado. La frontera entre la luz y la verdad. Pecado. Lo que le da a Satanás la autoridad de hacer lo que a él le da la gana de hacer con nuestra sociedad, con nuestras instituciones, con nuestros hijos, con nuestros jóvenes. Pecado. Y qué cosa que la única solución a este problema de pecado está en la fe en Jesucristo. Está en la sangre de Jesucristo. Cuando uno llega a reconocer eso, ¡qué fácil se pone la cosa!

Una intervención de parte del Señor y de momento uno traspasa las tinieblas a la luz. De momento Satanás pierde su autoridad porque declara la Palabra que el acta y el decreto que Satanás tenía contra ti, dice la Palabra que “fue clavada sobre la Cruz del Calvario y ya no tiene autoridad sobre ti”. Ya él no te lo puede sacar en cara aunque fuera esta mañana o treinta años atrás, fue grabada en la Cruz y pierde su autoridad. Y si eso no fuera suficiente, y ese es el corazón latente de Dios, ese ser querido, esa alma que usted ve perdida, el Señor lo ve y lo que Él ve es un hijo, una hija por el cual Él ha preparado una herencia.

¿Sabe? El Señor está loco por entregárselo como el padre del hijo pródigo. Está loco por entregarle la herencia que Él le tiene guardada desde antes de nacer el mundo a estos chicos. Usted se puede ahora imaginar este mundo como lo ve Jesús. Un ejército, toda una generación de jóvenes levantándose conociendo su herencia en el Señor y creciendo bajo la Gracia de Jesucristo. Can you imagine that? Tu familia viviendo Su herencia, la herencia que el Señor desde antes de usted nacer, desde antes de nacer el mundo, su familia compartiendo esa herencia.

Sentado a la mesa con el Señor. Compartiendo su Gloria. My God! ¡Qué tremendo sería! El Señor anhela que esta iglesia se levante, que la iglesia de Jesucristo… Porque ¿sabes qué? Si usted está oyendo en el Internet lo que distingue una iglesia efectiva de una iglesia no tan efectiva en Perú, en Venezuela, en Brasil, en Guatemala, en la República Dominicana, en Ecuador, en Colombia, en Puerto Rico, en Orlando, en Inglaterra, en Alemania, en el Polo Norte; lo que distingue una iglesia efectiva y una iglesia que existe pero no está haciendo mella en su cultura es una iglesia que puede dirigirse al enemigo del pecado a su alrededor y plantar la bandera de Jesucristo de una forma palpable.

Y ver esta generación convertirse a Cristo. Convertirse a Cristo. Hacer una decisión de que ahora mi vida pertenece a Cristo. Y si usted hace esa decisión su vida cambiará, la vida de sus familiares cambiará, la vida de sus hijos nunca será igual, la vida de su vecindario no será igual. Y a lo largo ¿sabe lo que ha hecho por el hecho de que usted ha venido al Señor y le eres fiel? Has cambiado la cultura. No me diga a mí que la cultura no puede cambiar. Estoy mirando una cultura cambiada. Estoy mirando una evidencia detrás de la otra, un testimonio tras el otro.

Yo estoy viendo testigos que dudan que una cultura no puede cambiar, no te conoce y no sabe lo que Dios ha hecho en ti. My Goodness! ¿Qué es una iglesia sino es una cultura cambiada en la imagen de Cristo? Antes no éramos pueblo pero ahora somos real sacerdocio, nación santa, pueblo escogido por Dios para anunciar las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable.

Iglesia de Jesucristo levantémonos y pongámonos de pie. Pido que los músicos me acompañen en este momento. Oh, God! I thank you Lord. Oren conmigo, mis hermanos. Señor, nosotros no esperábamos, tal vez, muchos de nosotros no esperábamos encontrarnos aquí en esta ciudad, en esta iglesia, digamos tal vez, en este edificio, en este momento de nuestras vidas. Era otro camino que teníamos, era otra cosa, era otro destino, era otra jornada. Padre no sabíamos lo que estábamos haciendo, no sabíamos como vivíamos, no teníamos idea lo que era la luz, lo que era la tiniebla, lo que era la vida, lo que era la verdad. Estábamos muertos, todo eso era desconocido.

Señor, nos recordamos de eso y te damos gracias por encontrarnos en el camino. Te damos gracias, Señor, por revelarte a nosotros. Te damos gracias, Señor. You are a good God. We thank you Jesus. Thank you my Jesus for that day. Thank you Jesus for that long night. Thank you dear God that you had mercy. Thank you, Jesus! Thank you, Lord God that we have something to share, that we've seen your Glory, that we've seen the Revelation of Your presence, that we know who You are because You in your Grace and in your Mercy you revel Your beauty.

The beauty of Your one and only living Son of the most I’ve got. We rebelled against you Jesus because we didn't know what we were doing. We didn't know who You were, we didn't know how beautiful You were but You are a God of Mercy. You are a God of Love. You are a God who's good. You've made us along the way. You have Mercy on us Jesus and you flooded us with Your lights. Nos inundaste con Tu luz. Nos inundaste con Tu verdad, nos rescataste de nuestro camino. Nos dirigiste en camino de verdad.

Nos convertiste en hijos de luz y viviremos, viviremos, viviremos agradecidos Señor Jesús. Viviremos agradecidos. Padre, una vida puede pasar como la flor que se marchita. Señor, la hierba que se seca. Pero podemos vivir toda una eternidad agradecidos de Ti Ahora, Padre, revístenos de poder, revístenos de poder. Señor, cada alma aquí, como una saeta en Tu alforja. Cada alma aquí como una saeta lista para ser enviada a donde Tú has marcado al blanco que Tú tienes para cada vida, cada hombre, cada mujer, cada hijo, cada hija aún de los labios de los bebés y de los que maman. De allí, Señor, salga palabra profética.

God is saying that we may not know what hit them, that He may not know what hit them, Jesus. A mighty army prepared as a bride for You, Jesus. Prepared as a bride for You, Master, that you would see pride on it, Jesus. That you may use us as You see fit for the Glory of your Holy name. Do it, Master.

Quiero que hagas esto. Primeramente, tomo este momento, si hay alguien aquí que no ha dicho: “Señor, yo te quiero en mi vida y te recibo". Tal vez lo hiciste pero no estás seguro, pero no te acuerdas. Si usted dice: 'Samuel yo no tengo una historia así como tú dices. No me acuerdo haber tenido este encuentro que tú describes. Pero yo lo quiero. Yo quiero eso lo que que acabas de compartir". Si ese eres tú, yo te invito a levantar tu mano en alto. Si ese eres tú, Gloria a Dios.

Si quieres recibir a Cristo de una forma pública que es lo que el Señor quiere que hagas contigo, te invito ahora en nombre de Jesús. Amen. Si usted ha levantado su mano para ese propósito le invito a que pase al altar y públicamente recibas al Señor como tu Salvador. Oraremos por ti y de aquí en adelante, de este momento en adelante tu vida no será igual. Glory God. Glory God. Glory God. Praise the Lord. Praise the Lord. Amén. Gloria a Dios. ¿Alguien más antes de orar por esta hermana preciosa? Démosle un aplauso al Señor. Permítenos orar por usted, mi hermana. Padre, Gracias por esta bella hermana. Yo declaro Tu cobertura sobre su vida. Yo declaro el Cielo abierto sobre ella, yo declaro un velo rasgado, yo declaro acceso a Tu Trono, yo declaro Tus verdades abiertas delante de ella. Yo declaro este cuerpo que ella trae a aportar es Templo del Espíritu Santo y Tú mora en ella. La bendecimos, la cubrimos, Señor. Cúbrela con la sangre del cordero.

Declaramos, Señor, el poder de Satanás cancelado en su vida y en la vida de su alrededor. Padre, la lámpara que Tú enciendes en su corazón en esta tarde, Tú tendrás aceite suficiente, Señor para que esa lámpara siga prendida hasta que ella te lo entregue en Gloria. Tú eres su sanador, Tú tienes compasión de ella y eres su sanador. Su sanador. En nombre de Jesús. Amén. Los demás hermanos antes de despedirnos les tenemos una asignación.

Cierren sus ojos por un momento. Solamente porque quiero que se concentren ahora. Yo no se donde está esta persona pero hay alguien en tu vida que tu amas y que todavía está en el otro lado de la frontera y el Señor te ha dado autoridad. Hermanos, tú eres el evangelista primordial asignado para esa vida. No se si es tu hermano, tu hermana, tu madre, tu esposo, tu colega en el trabajo, tu vecino. No se donde se encuentra esta persona. Yo quiero que te enfoques en una persona que ha resistido la luz de Jesucristo pero tú estás allí.

I know who I am praying for. I know who I am praying for. I hope they watch it. I know who I am praying for. Toma un momento e intercede. Intercede. Tú eres un testigo. Hay autoridad en tu corazón. Intercede por esa vida. Levántalo, nómbralos, nómbralos, nómbralos ante este Altar. Place that name here. Entrégaselos al Señor. Pide sabiduría, pide unción, pide unción, pide unción. Pida la Palabra. La autoridad de Jesús está sobre ti, la autoridad de Jesús está en ti, sobre ti.

Tú tienes lo que ellos necesitan y el Señor lo ha plantado en ti. Nómbralos delante del Señor, nómbralos, entrégaselos al Señor. Espíritu Santo persíguelos, Espíritu Santo ve a su encuentro, Espíritu Santo ve a donde están, ve a su lecho. Hazles la vida imposible, Maestro hasta el día que ellos se entreguen a ti. Señor, yo te traigo mis seres queridos, Maestro. Te traigo lo que más amo, Maestro. Pido que Tu luz sea derramada y que Tus promesas sean cumplidas.

Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Mas yo y mi casa serviremos a Jehová. Yo y mi casa serviremos a Jehová. Señor, Tú lo prometiste. Padre lo traemos delante de Ti Nos paramos porque es promesa tuya. Te creemos, Señor. Tantas cosas, tantas promesas que Tú has cumplido, Señor. Cumple esta, Señor.

Lord God! Bring them to peace, bring them to victory, bring them to life, bring them to your presence, Jesus. Bring them to your Glory, bring them. Tráelos, trails. Tráelos, Jesús. Tú los amas. Maestro, de la misma manera que te encontraste conmigo. De la misma manera que te encontraste en mi camino, de la misma manera que me iluminaste. De la misma manera. Ilumínalos. Tráelos a Ti, Señor.

Eres testigo del poder de Dios en tu vida?

TRANSCRIPT

El Señor es el Señor de nuestras vidas y es nuestro salvador. Quiero invitarles a abrir sus Biblias en el libro de Hechos, capítulo 1, versículo 8. Es un texto muy evangélico, muy pentecostal, así que el que no se lo sepa de memoria, tenemos que meterlo en una centrífuga de pentecostalismo. Así que no quiero preguntar quién no se lo sabe, quiero preguntar quién se lo sabe de memoria? Ah? Sino, parece que vamos a tener que meter a toda la iglesia en…

Hay una cosa importante, probablemente mucho tiempo hemos hablado de esto, pero yo quiero invitarles a tomar detalle en una parte, en un aspecto de este versículo y luego nos vamos a trasladar a otra historia en el libro de Juan, porque quiero ilustrarle a través de esa historia, el efecto de este versículo. Aunque este versículo es para estos tiempos, es para los que tienen ese poder del Señor adentro, que explota, que está como un volcán a punto de hacer erupción. Lo bueno es que haga erupción ya.

Dice, Hechos, capítulo 1, versículo 8 dice:

“… pero recibiréis poder, poder, poder… diga poder, diga poder, dígale a su hermano que está al lado, recibirás poder. Cuando haya venido sobre vosotros, quién? Quién? Quién? El Espíritu Santo y me seréis testigos. Diga testigos. No testigos de Jehová, por si acaso. Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra…”

Interesante porque no empieza por lo último de la tierra y termina en Jerusalén. Empieza en Jerusalén y termina en lo último de la tierra. Alguno que se quieren a lo último de la tierra primero, y todavía no han ni siquiera dado sombras en Jerusalén. Pero es interesante. Aquí yo quiero invitarlos a que podamos analizar este versículo un poquito. Y hay tres aspectos importantes en este versículo.

Dice la primera declaración es una declaración de que somos dependientes del Espíritu Santo. Es necesario que la iglesia del Señor entienda que somos dependientes del Espíritu Santo. No solo en lo teórico, no solo en la lectura, sino en la acción, en hechos concretos, en experiencias espirituales, poderosas. Cualquier persona que no sea dependiente del Espíritu Santo es una persona que está expuesta a que el enemigo haga y deshaga con él. Así que dígale al Señor, Señor, yo quiero ser dependiente del Espíritu Santo. Quiero depender cada día.

La segunda declaración es que al ser dependientes del Espíritu Santo recibimos, recibimos, recibimos poder. O sea, ahora usted va a empuñar su mano así, y cuando diga poder, usted va a hacer poder. Recibimos poder. Recibimos poder. Imagínese que le está dando un piñazo a alguien. Recibimos poder. A quién le dio? A ver? A quién le dio? No, no, no se metan en problemas familiares. Yo no me meto en eso. Ni con la suegra, ni con el suegro, ni nadie.

Al recibir y al recibir el poder del Espíritu Santo, aquí es donde yo quiero detenerme, obligadamente al recibir el poder del Espíritu Santo obligatoriamente somos testigos, somos testigos de las maravillas que él ha hecho en nosotros y puede hacer en el que está a nuestro alrededor, el que está aquí en Jerusalén, el que está en Samaria, el que está en Judea, y hasta lo último de la tierra.

Y aquí quiero detenerme. Quiero enfocarme en este tercer punto. Como evangélicos estamos saturados probablemente de mucha teología acerca del Espíritu Santo, y probablemente sabemos más del Espíritu Santo de lo que el mismo Espíritu Santo sabía de él mismo. Hasta inventamos algunas cosas, intentamos algunos pasitos espirituales, algunos vocabularios espirituales. Inventamos algunos hábitos del espíritu y que muchas veces son producto de nuestras emociones, muchas veces son producto de nuestras inquietudes naturales como seres humanos.

Pero quiero invitarlos a ir más allá. Quiero invitarlos a que hoy día usted comience a declararse un testigo del poder de Dios en su vida. Romanos capítulo 1, versículo 16 dice:

“… porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios…”

Hay una conexión. El Evangelio habla de Cristo y el Espíritu Santo viene a establecer lo que Cristo vivió en este mundo para nosotros. Así que cuando usted sienta esa palabra del Espíritu Santo en su vida, va a sentir que hay una convicción de poder sobre usted que lo va a obligar a ser testigo de las maravillas del Señor.

Alguien puede ser testigo? Alguien tiene algún testimonio de lo que el Señor ha hecho en su vida? Alguien el Señor lo sanó? A alguien el Señor lo libró de alguna cosa? A alguien el Señor milagrosamente le proveyó de algo? A alguien el Señor lo sacó de alguna situación personal? Hay testigos del poder del Señor aquí? Pueden levantar la mano aquellos que son testigos del poder del Señor. Puede mirar a su lado, mire a su alrededor con la mano levantada, con personalidad, y diga, yo soy testigo del poder del Espíritu Santo en mi vida. Así es.

Y debemos declararlo con convicción. Debemos declararlo con autoridad. Debemos declararlo sin miedo a que el enemigo quiera avergonzar a los hijos de Dios, porque el enemigo no puede avergonzar a los hijos de Dios que andan caminando con el poder del Espíritu Santo.

Pero definamos un poquito lo que es ser testigo. Según alguna definición, el testigo es el que ha estado presente o ha visto algunos acontecimientos. Usted ha visto algún acontecimiento que le permita ser testigo del poder del Señor? Sí? Está seguro?

También es una persona que declara, mira esta es la que me gustó a mí, hechos relevantes. Yo soy un convencido de que las cosas que Dios hace son relevantes. Yo soy un convencido de lo que Dios hace no es nada así nomás. Por muy simple que parezca a la mente humana, o a la vista del hombre, Dios hace cosas relevantes. Y esas cosas relevantes tienen que ver con un relieve, con algo que sobresale de lo normal. Y usted sobresale de lo normal porque usted es un fruto del poder de Dios, activo en estos tiempos.

Se dice que hay tres clases de testigos: los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto; los que han visto mal, pero creen haber visto bien; y los que no han visto nada y aseguran haberlo visto todo. Cuál de esos es usted? Espero que ni uno. Vale más un testigo de vista que diez de oídas.

Es interesante la capacidad de un testigo, en la Biblia encontramos testigos presenciales del poder de Dios. Y aquí quiero invitarles al libro de Juan, capítulo 4. Romanos, capítulo 3, versículo 23 dice:

“… La fe viene por el oír y el oír, no oír cualquier cosa, oír la palabra de Dios..”

Y es interesante porque aquí se habla de la mujer samaritana. Hay un diálogo entre Jesús y la mujer samaritana. Y aquí podemos sacar muchas enseñanzas. En estos días hablé con un pastor que sacó todo un manual de evangelismo de este capítulo, que lo enseñó en tres días de 6 cada día, imagínense, 18 horas, solo para enseñar el capítulo 4 del libro de Juan, para enseñarle a su iglesia una metodología de evangelismo, una mentalidad de evangelismo. Y aquí hay algo que nosotros tenemos que empezar a entender. Versículo 39:

Después que Jesús habló con la mujer y declaró sobre ella algunas verdades. Cuántos conocen esta historia? O quieren que leamos completo el capítulo? No lo vamos a leer completo. Versículo 39. Acuérdense de Hechos capítulo 1, versículo 8, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Okay? Y me seréis testigos. Aquí vino el Cristo poderoso a encontrarse con una mujer no tenía por dónde, a los ojos naturales representar ser testigo del poder de Dios. Versículo 39 dice:

“… y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en el…. En qué? en él por la palabra de quién? De la mujer que daba testimonio…

Miren, el impacto que tuvo esta mujer al hablar con Cristo, al abrir su corazón. ¿Saben qué? cuando nosotros nos presentamos en diferentes lugares, en la ciudad, con nuestros amigos, qué interesante sería que nuestros amigos, nuestra familia recibieran un impacto de nuestras palabras que el Señor ponga en nuestro corazón para hablar del plan de salvación que Dios tiene para la vida del ser humano.

Hablamos del juego, hablamos de la telenovela, hablamos de lo que dijo la vecina, hablamos de lo que le pasó a la tía, pero no hablamos de lo que realmente Cristo hace y puede hacer en nuestra vida y en la vida de otros.

La mujer samaritana no fue a decir, miren, saben, me encontré con un hombre judío que me pidió agua. Ella no fue a decir eso. Ella fue a hablarle a su pueblo de lo que este hombre había declarado sobre el corazón de ella y ella había creído en el poder de la palabra del Señor. Ella se había transformado en un testigo de la palabra poderosa, transformadora y restauradora del Señor.

Muchos de nosotros solo somos evangélicos. No nos alcanza para ser testigo. Nos falta entender, o nos falta creer que realmente Dios ha depositado en nosotros una autoridad, un poder tan grande para declarar las maravillas que Dios hace y hará, que él es el mismo según Juan capítulo 14:6

“…. Yo soy el mismo ayer, hoy y siempre…”

Hay una verdad, la palabra de Dios no pasa, no pasa de moda. La palabra de Dios sigue siendo tan poderosa como en los días en que Jesús estuvo caminando en Galilea. Nosotros le hemos quitado autoridad a la palabra del Señor diciendo, que estos tiempos hay tanta gente que cree tantas cosas, mejor los respetamos a todos y así no nos hacemos problema.

Hasta la iglesia ha caído en ese camino. Y yo quiero invitarle hoy día a que salga dispuesto a ser testigo del poder del Señor. La mujer samaritana reflejó este acontecimiento. Versículo 40:

“… Entonces vinieron los samaritanos a quién vinieron? A él, a Jesucristo, y le rogaron que se quedase con ellos, y se quedó allí dos días. El Señor permanece hasta cuando…, él está al lado nuestro hasta cuando es necesario para que su poder se haga realidad.

Versículo 41, dice, “… y creyeron algunos pocos, y creyeron muchos más por la palabra de él..” fíjese, que la mujer samaritana con su testimonio llegó hasta ahí, pero cuando Jesús realmente entró en la vida de este pueblo, muchos más fueron transformados por el poder.

A mi me encanta el último capítulo del libro Juan, en su versículo dice: “y aún mayores cosas vosotros haréis…”

Si el Señor tuvo poder, caminó la tierra haciendo milagros, hablando y transformando corazones, conductas, hábitos, transformando la vida de las personas, mire usted donde se pare usted puede ser un revolucionario de la palabra del Señor, donde esté. Deje de estar callado, deje de ser un cristiano de la policía secreta del Evangelio, y comience a identificarse como un hombre o una mujer que es pertenecedora al ejército del Señor.

Versículo 42: “… y decían a la mujer, yo no creemos solamente por lo que tu has dicho, y aquí hay un misterio enorme… ya no creemos solamente por lo que tu has dicho, porque nosotros mismos, ya ellos mismos, se transformaron en testigos presenciales de hechos relevantes, directamente con la palabra de Jesús.

Ya no necesitaban que la mujer les dijera cuántas cosas el Señor estaba haciendo, ellos mismos ya se habían hecho testigos del poder de Dios. Y ¿saben qué? a la iglesia hoy día le falta esa convicción de que son testigos poderosos del poder de Dios. A usted y a mí nos falta caminar con personalidad en la calle y decir, y hablar, y demostrar que dentro de nosotros hay un poder que no todos tienen y que usted puede, es la voluntad del Señor, desarrollarlo cuando el Señor se lo pida.

Se acuerda de este camino de Pedro y Juan, cuando iban al templo y estaba el paralítico ahí sentado, el ciego, y pasa la sombra, solo la sombra. Dice que la sombra de Pedro pasaba y muchos eran sanados. Yo creo que la sombra de nosotros se nos esconde de nosotros, no quiere ni andar con nosotros la sombra, de tanta vergüenza que le damos. Se imagina, la sombra de Pedro, toda orgullosa, y yo voy aquí al lado de Pedro, y la de nosotros, nosotros la andamos buscando. Dónde estará mi sombra? Pregúntele a su sombra por qué no anda con usted. Yo creo que su sombra sabe mucho más de por qué usted no es testigo del Evangelio de Cristo.

No, no me haga caso. En Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49: “…. Todas las cosas que Jesús hizo significan que somos testigos de su poder y él nos recomienda ser investidos, vestidos, transformados, revestidos por el Espíritu Santo. Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49.

En Hechos capítulo 22, versículo 12 y 16, hay otra experiencia de testimonio, la sanidad de Pablo. Cuando Pablo relata su sanidad. Podemos seguir buscando en la palabra ejemplos de personas que fueron tocados por el poder de Dios y comenzaron a ser testigos de las maravillas hacia otros.

Usted es testigo del poder de Dios en su familia? Sus hijos le creen cuando usted levanta sus manos al cielo? Su esposa le cree cuando usted cierra sus ojos y se pega esa llorada bien buena? Su esposo le cree? Entre la familia hay capacidad de mirarse y llorando y siendo ministrados y ministrar el nombre del Señor? Es testigo del poder de Dios en su familia? Es testigo del poder de Dios con sus familiares, con los que están un poquito más alejados? Es testigo del poder de Dios con sus vecinos? O cuando ya se junta con su vecino, ya vengan las coronas, y vengas las cervezas, total, al borracho más borracho, dice Pablo.

Es necesario en estos tiempos, donde las definiciones cuestan. Usted va por el mundo y usted habla con alguien y hoy día tiene una posición y mañana tiene otra. Y los cristianos estamos en la misma. Muchas veces no somos de una misma posición. Cambiamos de acuerdo a como alumbre el sol o depende como cambie la luna, o nuestro estado de ánimo. El Señor no está buscando esos testigos, está buscando testigos relevantes del poder de Dios, que sean capaces de levantarse y aunque sea mordiendo el piso, no volver a caerse.

El Evangelio del Señor hoy día necesita hombres y mujeres que no andan haciendo escusas, simplemente porque, no, yo no aguanté, cedí a la tentación y ya. Soy hombre, soy mujer, soy ser humano. Usted es hijo de Dios. Usted es hijo de Dios. Y representa los valores del reino. Cuando usted camina, el Reino de Dios camina con usted. Usted se imagina la impresión de un reino? Usted puede imaginarse en su cabeza lo que es un Reino. No se imagina a la Reina Isabel con su corona y toda sentadita ahí, apena moviéndose. Esos reinos de hoy día no valen. El reinado de Inglaterra no vale. El reinado de España no vale. Los tienen ahí para no quitarles el poco salario que tiene esa gente.

Cuando usted camina en la calle, en downtown, aquí por vía Victoria está caminando aquí en los proyectos, y usted siendo testigo del poder de Dios, usted no está caminando solo. Está el Reino de Dios caminando con usted. Y en el Reino de Dios hay sanidad. En el Reino de Dios hay provisión. En el Reino de Dios hay abundancia. En el Reino de Dios hay justicia. En el Reino de Dios hay paz. En el Reino de Dios hay salud. En el Reino de Dios hay bienestar. En el Reino de Dios está el shalom de Dios operando de diferentes maneras, Jehová rafa, Jehová giré. Dios todopoderoso, es el Señor transformador de la vida.

Lo que pasa es que usted y yo no vemos al reino, y como no lo vemos, no creemos que está con nosotros. Pèro donde usted camina, el Reino de Dios se mueve con usted. Donde está tu testimonio? Es un testimonio válido? Es un testimonio que está siendo presencia? Eres un testigo fiel del poder del Señor? Crees que el Evangelio de Cristo es poder para transformar al que cree? Tu crees que el Señor transforma al que cree?

Para el que cree todo es posible y nada es imposible para Dios. Esta palabra ha sido un impacto en mi vida. Esta pequeña palabra de testigo en este versículo donde lo he leído cientos de veces, toda mi vida he escuchado este versículo, y el Señor me llevó a esta expresión de testigo. Si realmente soy un hijo de Dios transformado por la sangre de Jesús estoy obligado a ser testigo verdadero, un testigo relevante, no hoy día testigo y mañana mejor escondo la mano. No, todos los días estoy obligado a ser testigo del poder de Dios.

En palabra, en conducta, en pensamiento, si eres una persona que tiene un negocio, en lo justo de tu negocio, en la responsabilidad, si eres un trabajador en lo responsable de tu trabajo, puedes ser testigo de que eres un hombre o una mujer lavado por la sangre de Jesús.

Ahí demuestras el poder del Espíritu Santo. Puedes hablar en lenguas. Yo creo eso. Puedes danzar. Yo creo eso. Y puedes levantar las manos, y puedes llorar, y puedes decir, el domingo estuvo el servicio bonito, y el miércoles estuvo bonito, pero la verdad de las cosas es que aquí adentro no somos testigos. Los testigos se demuestran allí afuera, cuando tu caminas, cuando el diablo te confronta, cuando estos gigantes se levantan cada mañana contigo a desafiar tu fe, a desafiar lo que el Señor ha puesto sobre ti.

Así que no tengas miedo, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y serás testigo, y serás testigo. Ya nadie más se reirá de ti, tu comenzarás a rescatar a otros, de las manos, de las garras del enemigo. Cierra tus ojos.

Que le parece si nos ponemos de pie en una actitud de reconocer, de reflexionar acerca de lo que realmente estamos planteando como hijos de Dios. Quiero invitarle a tener un tiempo de oración con su palabra, quiero invitarle a que pueda a ser sincero y honesto con el Señor, quiero invitarle que pueda abrir su corazón y su mente. Nunca es suficiente lo que hacemos, nunca, ninguno de nosotros por mucho que estemos en el pastorado, ya es suficiente con lo que hemos hecho, al contrario, cada día necesitamos ponernos más ahí, cubrirnos con el manto del Espíritu Santo para ser testigos fieles.

Quiero invitarle que su abra su boca y comience a declarar delante del Señor que quiere ser un testigo fiel. Señor, queremos ser testigos fieles del poder tuyo. Cuan grandes cosas tu has hecho, cuan grandes cosas, Señor, tu haces en medio nuestro cada día, Señor, son grandes, Señor, tus maravillas. Cada día, Señor, son grandes tus obras. Cada día, Señor, son grandes las cosas, tus milagros. Necesitamos ser una iglesia, Dios, que sea fiel testigo de lo que tu has hecho en nuestra vida.

Señor, enséñanos a ser responsables con tu Evangelio, una responsabilidad que nos lleve, Señor, a hablarle a otros de lo maravilloso que tu has sido para nuestra vida. Saca nuestro secularismo, saca nuestro humanismo, saca nuestra liberalidad de nuestra mente, y pon tus pensamientos, pon tus emociones, pon los deseos de tu corazón en nosotros, Señor.

Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

Señor, si en algo hemos fallado, si en algo hemos ofendido, Señor, el maravilloso nombre de Jesús, perdónanos, Señor, y enséñanos a ser testigos poderosos, porque grandes cosas aún tienes para nosotros.

Gracias, Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor por este tiempo. Gracias, Señor, por estar en tu casa de oración. Gracias, Señor, porque hoy día ha sido un día que tu creaste para nuestra vida, para orarte, para bendecirte, para dejar nuestras cargas delante de ti y para rendirte todo honor y toda gloria, y toda majestad, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Dele un buen abrazo a su hermano, bendígalo.

De regreso a la vida

12 de julio del 2010 - Por Miriam Carrasquillo

“Y estas señales seguirán a los que creen... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mr. 16:17-18).

Quisiera compartir una experiencia que tuvo un impacto incalculable en mi vida cristiana. A Dios le plació que fuese testigo de su poder sanador y su gran misericordia para con los míos.

Recuerdo años atrás se nos notifico que a mi hermana le quedaba poco tiempo de vida, a causa de a una enfermedad que se le había desarrollado. Mi hermana no había cumplido aún los 27 años de edad, y era madre de dos criaturas cuando fue diagnosticada. De acuerdo a los doctores, todo su sistema inmunológico se había debilitado. Sus músculos, piel, y órganos se endurecerían, en un proceso lento y agonizante, que al final la dejarían sin vida. El diagnostico fue “Escleroderma”.

Toda mi familia fue profundamente impactada con esta noticia. Para mi madre y mi anciana abuelita esta noticia fue devastadora. Una enfermedad que no conocíamos, que nunca habíamos oído hablar de ella. Teníamos temor por no saber a que nos estábamos enfrentando.
Pero como una familia cristiana que somos por generaciones, empezamos a pedirle a Dios misericordia, sin cuestionarlo, solo suplicándole su favor. No sabíamos cual sería su última voluntad, pero confiábamos en su promesa de que todo lo que pasa en nuestras vidas obra para bien, de acuerdo a su palabra (Romanos 8:28).

Mientras la enfermedad avanzaba, nosotros también avanzábamos en la oración y el ayuno, sin darnos por vencida, confiando en la misericordia de Dios. Todos sabíamos que El podía tornar esta tragedia en bendición.
Recuerdo que en una ocasión mi hermana me pidió que le acompañara a una conferencia de Escleroderma, que su Doctora le había recomendado. En dicha conferencia vimos muchas personas desfiguradas por la enfermedad, muchas de ellas en sillas de ruedas por lo avanzado de su estado. Salimos de aquel lugar totalmente compungidas, atemorizadas, con un sin número de emociones encontradas, que no sabíamos que hacer, o decir. Recuerdo que mientras esperábamos la persona que nos recogería, entre lágrimas le dije a mi hermana: nosotras le servíamos a un Dios poderoso. El es el dueño y Señor de nuestras vidas, El tendrá la última palabra en tu enfermedad. Le dije con una convicción sobrenatural: Dios te va a sanar. Sin embargo, en aquel momento todo indicaba lo contrario porque ya en su cuerpo se podían notar las huellas de la enfermedad.
Los médicos le habían recetado un sin número de medicamentos los cuales ella no quiso tomar, porque sabía que los efectos secundarios podrían ser peor que la enfermedad misma.

Pero sin darnos cuenta... sin un momento específico, sin saber cómo, ocurrió el milagro. Lentamente la enfermedad se detuvo - La gloria sea a Dios.
De los 2 a 3 años que le daban de vida ya han pasado 18 años. Los médicos no se explican que sucedió porque incluso ella no tomaba medicamentos para poder atribuirle su sanidad.

Dios para confirmar que El había hecho la obra completa, le concedió otro hijo a mi hermana, confirmando así que todo su organismo estaba en buen estado.
Nuestro Padre Eterno quiso mostrar su poder y su gran misericordia entre nosotros, y en el proceso aumentarnos la fe.

Oración:
Señor, te pedimos muestres tu poder y tu gran misericordia en aquellos que estén pasando por situaciones similares en estos momentos. En Jesús tu hijo. Amén.

Celebrar la vida como Jesús la celebró

TRANSCRIPT

Esto que los jóvenes hayan compartido, para mí, ha sido algo espectacular, porque conecta tan y tan bien con lo que yo quiero compartir con ustedes hoy. Y lo que quiero hablarles tiene que ver acerca del hecho de poder celebrar la vida como Jesús la celebró.

Muchas veces nosotros nos enredamos tanto en los asuntos del diario vivir, en el ajetreo de las cosas, y hay veces que nos olvidamos de poder verdaderamente celebrar esos aspectos más básicos, los detalles más chévere, más chulos de la vida que el Señor quiere que nosotros celebremos.

Por ejemplo, hoy yo celebro precisamente esto, nosotros nos reímos al escuchar a Gabriela hablando con su acento bien dominicano, bien marcado, pero que lo habla con una genuinidad tan de ella, eso es algo que yo lo celebro. Una muchacha que antes era bien tímida y que no decía nada, y mírenla ahora con el valor que coge el micrófono y que puede comenzar a compartir estas cosas, es así con todos los demás muchachos.

Y en la misma forma, hermanos, yo celebro lo que Dios hace en cada uno de nosotros. Y nosotros todos, tenemos que aceptar el llamado y el reto de vivir como Jesús vivió y de poder celebrar en la forma que Jesús vivió también.

Quiero que vayan conmigo al libro de Efesios, capítulo 5. Ese va a ser, como quien dice, mi base para salir de ahí. Oye Fernando, tienes el video ready? Ponlo un segundo nada más que les quiero dar un taste a la gente? Cuantos están esperando esto? Cuantos están esperando ver algo así ahorita? Todos. Ok, pues quítalo porque quiero que estén pendiente al mensaje ahora. Ya. Ya.

Mis hermanos, allá en España, estamos orando por ustedes, nos gozamos por ustedes y que Dios haga como él quiera en este juego, así que ahí vamos.

Pero miren, Efesios, capítulo 5, verso 1, cómo dice, yo creo que todos lo podemos leer aquí al unísono, conmigo, vamos, dice:

“Sed pues imitadores de Dios como hijos amados”

Dile a la persona al lado tuyo, oye, tienes que ser un imitador de Dios. Y claro está, cuando habla acerca de imitar a Dios, esto es lo que verdaderamente representa es imitar a Jesús. En Jesús nosotros tenemos el ejemplo perfecto que nosotros podemos imitar. Nadie de nosotros puede imitar a Dios, es difícil imitar a Dios. Dios es muy grande, demasiado inmensurable para poderlo imitar a él. Ahí sí que nosotros nos quedamos cortos. Y en la naturaleza de Jesús definitivamente está la naturaleza de Dios, pero la forma en que Jesús vivió cuando estuvo aquí en la tierra, nos dejó un ejemplo para nosotros saber cómo vivir e imitar y emular el ejemplo que él nos dio a cada uno de nosotros.

Y hay cosas que yo quisiera compartir hoy con ustedes, mis hermanos, esta mañana yo les confieso, esta mañana yo estaba bien pendiente a mis notas y sentí que me perdí en un momento. Yo estoy más acostumbrado a hablar así, de mi corazón, así que voy a seguir mi corazón ahora. No voy a creer que estoy en un servicio de los miércoles y les voy a hablar así desde mi corazón. Yo hablo siempre hablo de mi corazón, pero, entienden por dónde voy?

El asunto es este, mis hermanos, cuando yo pienso en nuestra vida como discípulos de Jesús, un discípulo se define porque sabe cómo imitar a su maestro, sabe cómo imitar a su líder, y hace todo lo posible por vivir a la altura de lo que ese maestro quiere para ellos, como discípulos. Y en la vida de Jesús ciertamente Jesús siempre mantuvo una vida bien balanceada. Él estaba muy claro concerniente a cuál era su misión en la vida, en su vida aquí en la tierra. Él sabía que su misión era expandir el Reino de Dios aquí en la tierra, predicar el Evangelio, restaurar al caído, sanar enfermos, liberar a los poseídos. Esa era parte del propósito de Jesús, pero la otra parte también tenía que ver con esa conexión, del uno a uno, con la gente.

Jesús siempre buscaba tiempo para compartir con personas a su alrededor, personas que tal vez él conocía y compartía con ellos, pero también Jesús sacaba su tiempo y su oportunidad para compartir con aquellas personas que no necesariamente conocía. Y hoy yo entiendo que más que nunca el Señor nos está llamando a nosotros a que como iglesia podamos emular ese ejemplo de Jesús, de poder sacar esos momentos donde nosotros podamos celebrar de la vida, como él también la celebró, celebrar lo que él está haciendo en nosotros, en uno individualmente, lo que él hace en otras personas también, y también de celebrar otras cosas.

Y aquí es donde yo quiero dirigirles, mis hermanos. Miren, en la Biblia hay muchos ejemplos de cómo Jesús celebró, cómo Jesús celebró con distintas personas. Miren por ejemplo, esto me voy a hacer más referencia al libro de Lucas, hay muchas referencias en el libro de Lucas. Pero miren, en Lucas, capítulo 5 está la historia de cuando Jesús se encuentra con Leví, el publicano, que también es conocido como Mateo. Cuando Jesús ve a Mateo él le dice, yo quiero que tu me sigas, y él le siguió pero qué es lo que dice el texto después? Lo que el texto dice fue:

“… a Leví fue a su casa y preparó un banquete para Jesús y todas sus amistades y allá se fue Jesús con todos sus discípulos, y qué fue lo que hizo? Compartió el pan con ellos. El problema era que él estaba en presencia de todos los publicanos y cobradores de impuestos, que en aquel entonces para los fariseos, ellos eran considerados como personas pecadoras. So, qué fue lo que pasó? Empezaron a criticar a Jesús. Ven acá, qué es lo que tu te crees? Estás aquí comiendo con este chorro de pecadores y tu te crees ser un maestro, un rabino, cómo va a ser eso posible?

Más sin embargo, Jesús estuvo allí. Jesús decidió, sacó su tiempo para compartir intencionalmente con esas personas y celebrar lo que estaba sucediendo en medio de ellos. Si yo les doy otro ejemplo, se recuerdan de la hija de Jairo? Yo digo esto, porque yo creo que Jesús tenía un poquito de latino en su corazón también. Todo estaba envuelto con comida y nosotros todo lo resolvemos con comida también. Pero miren, cuando Jesús resucita a la hija de Jairo, todo el mundo estaba diciéndole a los padres, no, mira, no molestes al maestro ya, la niña murió, no lo molestes. Y qué era lo que Jesús decía? Está durmiendo, y qué pasó? Se burlaron de Jesús. Jesús entró al cuarto, toca la niña, la levanta y cuando sale qué es lo primero que le dice a los padres? Denle de comer. Vamos a comer. Hay hambre, ella tiene hambre y yo también, así que vamos a comer.

Otro ejemplo que también les puedo mencionar, qué pasó con los 5 mil que estuvieron escuchando a Jesús mientras él estuvo predicando en el monte? De repente los discípulos vieron a Jesús y le dicen, Jesús, tienes que mandar a estas personas a irse, ya se está haciendo tarde, aquí no hay nada para ofrecerles. O sí? Mira, qué idea más buena, vamos a hacer un barbecue aquí en esta loma ahora mismo. Y se le ocurrió hacer a Jesús un barbecue con 5 panes y dos peces.

Si yo les doy otro ejemplo: yo no sé cuantos de ustedes conocen el término de ser un cachetero. Algunos de ustedes sabe lo que es ser un cachetero? Si les explico, un cachetero es esa persona que dondequiera que lo inviten a comer, esa persona va. Y otra dimensión de ser un cachetero es que no necesariamente lo tienen que invitar, la persona se invita sola a comer. Eso es lo que yo hacía durante mis años de seminario aquí cuando yo empecé. Yo era un cachetero y lo confieso. A mí me invitaban y yo, sí, yo no decía que no, yo sí, allá voy. Y habían veces que también… como se dice en dominicano, lambón. Qué otro grupo tengo aquí por si acaso? Como se dice cachetero y lambón en Guatemala, cómo se dice eso? Comilón, así se dice. Ok, pues. Yo lo confieso yo fui cachetero, yo fui lambón y fui comilón. Y hay veces que todavía me queda un poquito de eso, así que cuidado si me invita a comer a su casa.

Pero el asunto es, mis hermanos, que Jesús yo pienso que Jesús tenía un poquito de eso. Qué fue lo que pasó cuando se encontró con Zaqueo? Qué fue lo que le dijo a Zaqueo cuando lo vio trepado en el árbol, qué le dijo? Zaqueo, ¿saben qué? baja de ese árbol porque hoy yo voy a comer en tu casa. Ni lo invitó y allá fue a comer a la casa de Zaqueo.

Pero ustedes más o menos están siguiendo la idea de lo que yo les estoy mencionando, mis hermanos. Yo creo que Jesús tenía esta jovialidad, donde él disfrutaba y aprovechaba cualquier oportunidad para conectar con la gente, sea que lo hubiesen invitado, o que él mismo se estuviera invitando, había algo, y aquí es donde quiero, como quien dice, right the point, había algo de cada una de esas oportunidades de celebrar con la gente, en cada una de esas oportunidades lo que terminaba era en vidas transformadas. Dondequiera que Jesús se metía, sea que le invitaran o que él mismo se invitara terminaba en transformación de vida.

Zaqueo, qué fue lo que terminó haciendo? Fue tan tocado por el espíritu que terminó dando todo lo que él tenía, devolviendo todos los taxes que él había robado, lo terminó devolviendo todo. Mateo que era otro cobrador de impuesto, que fue lo que terminó siendo? Se convirtió en uno de los discípulos de Jesús y lo siguió a dondequiera que iba.

Con la hija de Jairo, obviamente de muerte a vida, transformación total, igualmente con todos los que estaban allí. Yo creo que Dios nos llama a nosotros a poder hacer lo mismo, mis hermanos. Dios quiere, Jesús quiere que nosotros emulemos ese ejemplo. Y ¿saben qué? yo quiero compartir con ustedes algunos tips de cómo hacer esto. Les voy a dar mis tips de cachetero.

Así que síganme, apunta por ahí, pero está basado en el ejemplo de Cristo Jesús, claro está. Miren, el primero que les voy a decir, para usted celebrar la vida sea espontáneo, sea espontáneo. La espontaneidad es clave. Una cosa es usted planificar un evento para celebrar con alguien una boda o una graduación, o que sacó la licencia y ahora tiene carro, lo que sea, que se compró una casa. Esas son cosas que usted las puede planificar, pero cuando las cosas son espontáneas, mis hermanos, eso da como una dimensión totalmente distinta, porque ya aquí entra el sentido de familiaridad que uno tiene con la gente.

Miren, yo les voy a dar un ejemplo, para que se rían un poquito: hace dos semanas atrás, un sábado yo hice el sábado de 4 de julio, el fin de semana del 4 de julio, yo hice un barbecue en casa con el equipo de alabanza y de oración de los miércoles, y estábamos mientras lo estábamos planificando estábamos intercambiando opiniones de qué íbamos a hacer, qué comida íbamos a traer y cosas así. y entonces de repente, a uno de los muchachos se le ocurrió, yo había dicho que iba a traer una piscina chiquita para los nenes chiquitos, con chorrito y todo esto, y alguien dijo: ah, nosotros nos podemos meter en la piscina también, y yo dije, es muy chiquita, no cabemos ninguno de nosotros. Entonces una persona salió y dice, qué tal si hacemos una guerra de globos de agua. Ah, fantástico! Ese fue el show del día. Mis hermanos, imagínense ustedes este chorro de adulto, corriendo por todo el patio de mi casa, tirándose globos de agua. Yo quiero que usted se imagine eso, y yo era el primero que yo empecé. Yo empecé tirando la primera bomba. Yo quiero que usted se imagine este panorama del tipo de celebración que se estaba llevando a cabo en ese lugar. Yo no sé si Enrique está por ahí, pero miren, miren lo que pasó con Enrique. Enrique, te lo dije que te iba a coger de punto, así que miren esto.

Yo quería darle a Enrique una bienvenida propia desde México, yo te dije, yo te voy a bombardear a ti y estaba ahí tirándole bombas de agua, pero qué pasó? En una él me cogió de improviso a mí, y saben con qué me bautizó él? Con una Pepsicola y no de lata, trajo el padrino entero y me lo vació a mí encima. Y cualquier otra persona hubiese dicho, guau, qué falta de respeto, vaciarle una soda encima al pastor! Pero ¿saben qué? yo me eché a reír tanto y tanto que yo busqué una cubeta de agua entera y sin que él se diese cuenta, yo lo bauticé a él, y eso fue el dime y direte de toda la tarde, porque entonces buscamos la manguera, y ya no eran bombas de agua, ahora era con cubo. La piscina de los nenes se vació, porque todo el mundo empezó a buscar cubos y tirarnos cubos unos al otro. Eso fue el chiste de la tarde.

Pero en medio de eso, mis hermanos, se formó una amistad tan y tan bonita, que para el viernes pasado, mi hermana Vanessa, de repente, el jueves, ella tiró un email el jueves y sale y dice: oiga, algunos de ustedes estaría disponible para venir a casa el viernes por la tarde? Y de repente, empezaron a intercambiar todos estos emails y miren, no les voy a negar, por un minuto, yo en mi cabeza, yo me dije, caramba, pero si ya compartimos el fin de semana pasado, no es suficiente. Ahora tenemos que compartir este fin de semana otra vez, pero en mi espíritu el Señor me dio una convicción tan y tan fuerte, que yo sentí como que el Señor me hubiese hecho, pa…pa… esta es tu familia, compártete con ellos.

Y miren mis hermanos, yo fui de los primeros que respondí, yo creo, lo voy a llevar a Lucas, porque yo estaba pensando, yo estoy solo con Lucas, quién me va a cuidar a él? Si me quedo con él tengo que jugar con él y nadie me lo va a poder cuidar, y de repente el Señor me dice, manos de más vas a tener allí para cuidar a Lucas, así que no te preocupes.

Y miren, mis hermanos, fue algo tan y tan bonito, de repente llegar allí el viernes por la tarde, encontrarnos y relajarnos, mis hermanos, hacer chistes unos con otros. Anthony, yo no sé si te diste cuenta de los niños, pero, hasta Anthony, nosotros somos de los que si nos dan así, cogemos así. Anthony estaba escribiendo un… y de repente, él escribió algo con una letra x, en vez de decir expresó, escribió espresó, y eso se convirtió en el chiste de todo los niños. Todo el mundo cuando escribió un email reemplazaba todas las eses con x. así que imagínense ustedes leyendo esos emails, pero todo lo hacemos en un espíritu de amor, porque sabemos que hay una amistad que nos une, hay una hermandad que nos une y eso es algo digno de celebrar, eso es algo de celebrar, mis hermanos, y la espontaneidad en esto es clave, es crucial.

Y no tan solamente eso, sino que el segundo punto, requiere intencionalidad. Fuiste muy espontáneo, hermano, definitivamente. … me tiró un globo de agua en la cabeza que nos explotó y lo sentí completo ahí. So, el punto número uno sería ser espontáneo. Ahí tienes, un cachetero tips para el verano.

El punto número dos del cachetero tip, sea intencional, mi hermano y mi hermana, uno tiene que ser intencional cuando uno hace esto. Si usted no es intencional, si no hay un sentido de genuinidad en esto, la gente lo va a oler, la gente sabe cuando uno está queriendo hacer algo así, como superficial, por cumplir con algo. Pero mire, mi hermano, cuando usted lo hace de todo corazón, porque usted quiere compartir con estas personas, que tal vez usted no los conoce bien, y quiere conocerlos bien y uno fomenta ese tipo de camaradería entre uno y los otros, mira, cuando llegue el momento de pisarnos los callos, va a doler, pero después de pisarnos los callos nos podemos volver a reír otra vez. Porque sabemos cómo celebrar lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.

Así que miren, sea espontáneo, sea intencional, número dos, celebre lo que Dios está haciendo en otras personas. Por más pequeño que eso pueda ser, por más pequeño que haya sido el logro que esa persona haya logrado alcanzar, celébrelo. Aaah, me corté el pelo. Mira, celebre que se cortó el pelo. Oooh, mira que me dieron mis papeles de residencia. Celebre eso con la persona. Logré comprar una casa. Celebre eso con la persona.

Nosotros tenemos que aprender a fomentar ese sentido de celebración unos con los otros, mis hermanos. Yo sé que para algunos, ¿saben qué? yo sé que para algunos esto es bien difícil, porque tal vez las circunstancias de la vida le han dado tan y tan duro que se hace difícil el poder celebrar, poder encontrar algo bueno que se pueda celebrar. Pero con más razón aún yo me atrevo a decir que aquí es donde viene la fe, aquí es donde viene la fe. Porque si yo me dejo llevar por todas esas cosas que yo tengo de frente a mí, no voy a poder ver lo que Dios está haciendo en medio de todas las cosas. Y cuando yo me apoyo en la fe, cuando yo dependo completamente de Dios entonces yo puedo encontrar una razón para poder celebrar, no tan solamente lo que Dios está haciendo en usted, sino también celebrar lo que Dios está haciendo en mí. Porque yo no puedo celebrar lo que está haciendo en otros si no puedo celebrar lo que Dios está haciendo en mí.

Y miren, hay veces que uno viene de trasfondos que son un poquito pesimistas, donde no se fomentaba ese sentido de celebración, donde yo podía llegar a mi casa y enseñar mi examen, mira, saqué A de 100 puntos y lo único que me decían era, ah, que bien, me voy, tengo que ir a trabajar. Y eso había veces que troncha uno, y no es que yo estoy culpando el núcleo donde yo nací, pero es que no se fomentaba eso. Y ahora yo, en el contexto en el cual yo me encuentro ahora, yo me he visto tantas veces que fácilmente yo puede hacer caer en eso así de, ah, me dicen, mira logré hacer esto. Ah, mira que chévere y por ahí lo sigo.

Pero el celebrar requiere que yo pueda decir, mira, esta persona está reconociendo algo importante y yo tengo que reconocer eso también. Y para yo poder reconocer eso, yo tengo que reconocer lo que Dios está haciendo en mí. Y hay veces que nosotros nos tenemos que dar un poquito de amor a nosotros mismos y poder saber y reconocer, mira, que a pesar de las circunstancias hay algo que Dios está haciendo en nosotros.

Yo no sé, esto podrá sonar bien simplista, pero el mero hecho de que yo me pueda levantar cada día, que pueda respirar, vestirme y salir adelante y hacer cosas, emprender cosas, estar con la familia, estar con la iglesia, estar con personas que yo no conozco, esas son razones para celebrar. Porque es la oportunidad de vida que Dios da. Y si usted no puede celebrar eso, pues, caramba, entonces, yo me digo, mira, pues, tenemos que prestar mas atención en esos aspectos más sencillos de la vida, lo que Dios está haciendo en medio de nosotros. Pero tiene que suceder primero en mí para entonces después proyectarlo en el otro o en la otra.

Y eso ¿saben qué? me da gracia porque esto sucede mucho en la dinámica de parejas, de matrimonios también. Y hago esto como un paréntesis, mis hermanos, ¿saben qué? Como pareja tenemos que aprender a afirmar y a reconocer y celebrar lo que Dios está haciendo en nuestro cónyuge. Yo no sé si usted puede decirle amén a eso, pero tenemos que aprender a hacer eso y ser intencionales con esto aún más.

Esta semana pasada yo estuve escuchando un podcast de consejería matrimonial y estaba escuchando a un predicador que decía que para el hombre era como, estaba hablando de un survey que se hizo, una encuesta que se hizo de qué era más importante para el hombre o para la mujer y da a entender que para el hombre es más importante poderse sentir respetado, que amado por parte de su esposa. Entendieron? Para el hombre es más importante sentirse respetado que amado, y a la esposa entonces es todo lo contrario, es más importante poderse sentir amada que respetada.

Podrá sonar como algo irónico pero ok, así fue como Dios nos hizo los cables en nuestro cerebro. Pero el mero hecho de poder reconocer eso significa entonces que cuando uno está en la relación conyugal, uno tiene que aprender a cómo valorar esos aspectos del cónyuge. Es bien interesante porque este predicador decía que por qué muchas veces el esposo pasa tanto y tanto tiempo en el área de trabajo y no en su casa, porque cuando están en el trabajo todo el mundo está validando lo que él hace. El jefe le dice, muy bien el trabajo, nos ayudaste a ganar tanto ingreso y están ahí validando, sus colegas de trabajo le dicen, guau, muy bien, tremendo trabajo. Entonces no hacen más que llegar a la casa, aaah, muchacho, que si esto, que si hay que lavar platos, que si hay que comprar carne. Y es toda una lista de cosas que hay que hacer. Y la validación no está ahí. Y obviamente se da por el otro lado también. Muchas veces a la mujer en su área de trabajo, muchas mujeres profesionales hoy día son muy bien validadas en su trabajo, y cuando llegan a la casa, su esposo es como un cero a la izquierda que no proyecta ese tipo de validación y reconocimiento y celebración de la vida de esa persona.

Y al yo escuchar estas cosas, mis hermanos, yo me pongo a pensar, guau, esto es bien importante y bien revelador. Porque yo entonces tengo que hacerme la disciplina de poder validar a esa persona que Dios me ha permitido compartir mi vida con ella, y ella conmigo, y de podernos afirmar el uno al otro en ese aspecto. El problema es que cuando uno está de pelos parados, como quien dice, molesto con la persona, pues, uno no quiere hacer ese tipo de confirmación. Pero ahí es donde está el meollo de todo. Ahí es donde está el meollo de poder emular, como Cristo, de poder celebrar emular el ejemplo de Cristo, de celebrar como Cristo celebró.

Jesús muchas veces no demostró el hecho de que celebrar dependía de si estaba en el mood de hacerlo o no. Jesús siempre buscaba la oportunidad de hacerlo. Y aquí es donde está ese sentido, mis hermanos, que nosotros también tenemos que buscar celebrar, reconocer y afirmar lo que Dios está haciendo en esas personas más queridas que están cercanas a nosotros, que aunque si tal vez hubo una disputa o algo, pero el mero hecho que después que eso pasó, podamos aplicar el contexto bíblico, mira, en tu enojo, no te acuestes con ese enojo, que tu enojo no dure todo el día. Busca reconciliarte con esa persona, busca sanar lo que sucedió con esa persona.

Y yo les digo, mis hermanos, yo reconozco la dificultad de esto, pero es lo que Dios quiere que nosotros hagamos, que podamos celebrar todas esas cosas.

Por último, cuando usted celebre, esté bien alerta de cualquier cosa que pueda distraer, esté bien pendiente de lo que pueda funcionar como distracción en medio de todo ese sentido de la espontaneidad, en medio de esa celebración de compartir con otro. Miren por qué lo digo: hay un ejemplo en la Biblia con Jesús también, cuando el fariseo Simón lo invitó a su casa a comer otra vez. Otra comida, ahí está, y en medio de esta comida se presenta la historia de una mujer que llegó y empezó a enjugar los pies de Jesús con sus lágrimas, los empezó a limpiar con sus lágrimas. Las personas que estaban allí comenzaron a malinterpretar lo que estaba sucediendo, y comenzaron a pensar de Jesús, guau, si este fuera profeta de verdad sabría qué tipo de mujer es ella, y no estaría dejando que ella lo toque así. Más sin embargo, como Jesús estaba en sus cabales correctos, él entendió lo que estaba pasando.

Yo recuerdo que hubo una vez que el pastor Roberto estuvo predicando acerca de ese pasaje y me estuvo muy particular porque él en un momento dijo, que esa misma escena podría haber resultado como algo muy sensual, el que una mujer se le acercara a los pies de un hombre y empezara a lavarlos con sus lágrimas, tocarlos, besarlos. Eso podría ser una escena bien sensual que fácilmente se puede malinterpretar por muchos. Más sin embargo, el mero hecho de que Jesús sabía lo que estaba sucediendo, él no dejó que las malinterpretaciones siguieran a otro nivel, porque él sabía la transformación que se estaba dando en esa mujer.

Y ¿saben qué, mis hermanos? Yo uso a esto como un ejemplo porque muchas veces, y esto hay veces que se da tal vez en las reuniones de los singles, que se dan aquí en la iglesia, pero también se da en otros contextos, aún con parejas casadas también. Muchas veces cuando uno está compartiendo con otras personas del sexo opuesto, si uno está hablando demasiado con alguien, y alguien que está mirando de afuera no entiende, va a empezar r a pensar como que oye, esta está hablando mucho con este muchacho, pero él está casado. Y uno empieza a pensar así con un sentido de malicia que Dios lo reprenda.

Y miren, yo estoy hablando a calzón quitado aquí, mis hermanos, porque yo sé que son situaciones que se presentan. Aún yo, como pastor, yo me cuido mucho de esto. Cada vez que yo hablo con una fémina yo siempre trato de mantener mi distancia, mi respeto, porque yo sé que muchas veces las interacciones que uno pueda tener se pueden malinterpretar, cuando uno quiere que sea de esa forma. Y eso pasa tanto de hombres a mujeres como de mujeres a hombres también.

Y por eso es que yo estoy diciendo, que en este sentido de celebración cuando uno está en ese tipo de contexto, que las cosas pueden ser un poco más, como que se relaja, como uno que baja sus defensas, que no necesariamente tenemos que estar ahí como pastor con una corbata, sino que trato de compartir más con la gente, one on one. Yo creo que uno tiene que estar bien pendiente de esto, porque sí obviamente hay gente que está dolida y que muchas veces pueden malinterpretar las acciones que uno tengo. Pero es bien importante que uno sepa estar en su mentalidad correcta y no dejar que ese tipo de distracción vaya a evitar el sentido de celebración que Dios quiere hacer. Porque al uno afirmar lo que Dios está haciendo en esas otras personas, uno nunca sabe cómo Dios pueda tocar y bendecir a esa otra vida, a esa otra persona en el trato que Dios está haciendo con cada uno de ellos y ellas.

Cuál ha sido mi cura con esto, mis hermanos? Yo me aplico siempre, lo que le dice Pablo a Timoteo en el capítulo 5. Pablo en el capítulo 5 le dice a Timoteo, mira, no reprendas al anciano si no exhórtale como a padre. A los más jóvenes trátalos como a tus hermanos, a las ancianas como si fueran madres, y a las jovencitas como hermanas con toda pureza.

Ese verso, mis hermanos, yo me tomo esa medicina todos los días, todos los días. Yo vengo de un trasfondo donde si se hubiese dado esa escena con Jesús, que se hubiese acercado una mujer y me empiece a besar los pies y algo así, yo vengo de un trasfondo donde alguien hubiese pensado, guau, esa tigresa lo que quiere es un canto mío o algo así, o viceversa, si hubiese sido un hombre a una mujer. Y uno muchas veces tiene que pelear con eso de no pensar con esa mentalidad tergiversada, por así decirlo, sino uno poder proceder con cordura, proceder con pureza, de saber que las mujeres están aquí, mira, yo las trato como si fueran mis hermanas, con su debido respeto, con su debida categoría, nos relajamos, nos reímos, hacemos chistes, pero siempre está ese respeto presente porque Dios lo quiere así.

Y a los hombres también los trato con su debido respeto. Nos reímos, relajamos, gozamos, nos hacemos chistes, si escribimos con la x o con la s pero el asunto es que siempre está esa categoría, ese respeto, esa ética moral bajo la cual Dios quiere que nosotros procedamos. Y yo creo, mis hermanos, que esto es todo parte de ese sentido de la celebración. Dios quiere, Dios anhela que nosotros seamos una iglesia que celebra, que celebra la vida, que sí celebramos esos momentos de oración, que hay que hablar en lenguas, que hay que brincar en el espíritu, que hay que reírnos, que hay que gozar en el Señor, que hay que ayunar, que hay que participar de la iglesia, pero mira, también sea espontáneo, vamos a jugar volley ball, tira el frisbee, mójate con globos de agua si hace calor, no le tires un padrino de Pepsi, por favor a nadie, porque después uno se queda pegajoso. Pero entienden lo que estoy diciendo, mis hermanos, esa idea de uno poder ser espontáneo con la familia de fe, que Dios nos permite tener.

Yo creo que eso es lo más bello de nosotros, que tenemos una familia aquí, más allá de nuestra familia de sangre, aquí estamos en una familia que nos une la sangre de Cristo Jesús. Y eso es algo digno de celebración. Ahora, en esta época de verano que tal vez todos los fines de semana usted va a tener barbecue, mire, no se olvide de su familia de fe, comparta con su familia de fe, invite o si encuentra algunos cacheteros como yo por ahí, pues mire, tire bastante carne en el grill.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar, mis hermanos. Saben, yo termino con este pensamiento, mis hermanos. Yo tengo gente que me…. con otros cacheteros. Me cambiaron el tema de mi mensaje por completo. Miren, hermanos, miren esto, yo sin duda alguna, yo personalmente yo estoy buscando de imitar a Jesús en todos los aspectos, y se me ha hecho bien difícil, mis hermanos, yo no lo puedo negar. Es difícil muchas veces porque la naturaleza de uno se opone a las cosas que el Señor quiere que nosotros verdaderamente hagamos e implementemos con otros. Pero yo no les puedo negar que las veces que me he tirado a hacer lo que el Señor Jesús pide de mí, yo he logrado disfrutar los resultados de esas acciones. El yo saber que tengo una familia aquí que podemos disfrutar, que podemos reírnos, que aunque tal vez no hablemos en dos o tres semanas pero que cuando nos encontramos fue, guau, nos hablamos ayer, por así decirlo, porque está ese sentido de unidad y familiaridad. Y eso es algo que es todo permisible por la gracia y la misericordia de Dios viviendo en nosotros.

Si el Señor quiere que nosotros crezcamos en nuestra dinámica adoración, en nuestro fervor con el Señor, él quiere que nosotros crezcamos en eso, en nuestra devoción a Dios, que apartemos tiempo para orar a solas, para estudiar la palabra, que apartemos tiempo para hacer eso en nuestras reuniones congregacionales, pero mire, el Señor también quiere que nosotros compartamos el pan, nosotros vayamos, salgamos, mira, vamos a caminar por un parque o algo así y hablemos de España y Netherlands hoy, o algo así, hable de otra cosa. Eso nutre, eso recarga.

Cuantas veces Jesús no se fue aparte a un monte a orar y como que a recargar sus baterías, a enfocarse de nuevo en lo que tiene que hacer para entonces venir y seguir conectando con la gente. A mí me gusta mucho esa escena, termino con esto, en el libro de Juan, cuando Jesús por última vez se le aparece a sus discípulos que ellos estaban pescando. Cuando ellos llegan a la orilla ya Jesús tenía como quien dice, un barbecue con peces listos y entonces le pregunta a ellos, hey, qué pescaron ustedes? Tráiganlo, vamos a tirarlo aquí y vamos a compartir el pan. Vamos a compartir un pedazo de pez. Ya se me acabó el tiempo. 5 minutos más. Vamos a compartir el pan, mis hermanos, Dios quiere que hagamos eso. Dios quiere que fomentemos ese sentido de unidad, de celebración, de celebrar lo que está haciendo en cada uno de nosotros. Así que yo te animo a que cuando tu salgas de aquí, salgas con ese sentido de ‘yo quiero celebrar lo que Dios está haciendo en mí’, aunque tal vez no lo veo con todo detalles por las distintas cosas que me puedan estar abrumando, pero que yo pueda celebrar lo que Dios está haciendo. Porque cuando yo conozco lo que Dios está haciendo en mí, entonces puedo celebrar lo que Dios hace en otros.

Tu puedes ayudar a otros a poder sacar sus ojos de las presiones que tienen alrededor y poderlos ayudar a celebrar otras cosas. Se espontáneo cuando hagas eso. Se intencional. Se genuino, se genuina. Y mira, lo más importante de todo esto es que en cada una de esas interacciones se va a dar una oportunidad de transformación, transformación en tu vida y en la vida de otros, porque el Señor Jesús es el ingrediente que nos une a todos.

Así que Padre, yo oro ahora mismo basado en estas palabras que acabo de compartir, Señor, yo te pido que esta iglesia cada día más y más, Señor, podamos fomentar entre nosotros ese sentido de poder celebrar tu gracia, tu misericordia, tu bondad, tu amor en medio de cada una de nuestras vidas. Gracias te doy, Señor Jesús, por esta familia de fe con la cual tu me permites compartir. Si hay alguno aquí en el día de hoy, Señor, que tal vez no ha logrado como encajar, como conectar con personas, mi Dios, que pueda sentir esa familiaridad, Padre, yo te pido que tu proveas las oportunidades, las herramientas, los medios para que esas personas puedan conectar con este cuerpo en el cual tu nos has permitido vivir.

Señor, aquellas personas que son buenos hospedadores, Señor Jesús, personas que tienen ese don de motivación, de ánimo, de afirmación, usa a esas personas para contagiar a otros. Y si hay alguna persona, Señor, que se le hace difícil celebrar por lo duro que ha sido la vida con ellos o con ellas, yo pido tu sanidad sobre sus mentes, sus corazones y su espíritu, Señor, para que ellos se puedan abrir a ese don de celebración que tu quieres que todos nosotros tengamos.

Padre, que nuestra cara de ogros se pueda cambiar en cara de felicidad, de gozo, que trasmitan tu energía a otros, Señor Jesús. Y que aprendamos a administrar bien el tiempo, Señor, nuestro tiempo aparte contigo, en nuestra parte, nuestro tiempo como iglesia, y nuestro tiempo de poder celebrar, de poder jugar, de podernos divertir, Señor, y celebrar la vida como tu la celebras.

Pido tu bendición sobre tus hijos y tus hijas. A medida que vamos de aquí hoy, vamos a ir con tu gracia y con la bendición de tu espíritu, Señor, y con tu amor en medio de cada uno de nuestros corazones. Gracias una vez más, Señor Jesús. A ti te damos toda la gloria y toda la honra, en el nombre de Jesús. Amén y amén.

Compra la verdad y no la vendas!

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Quiero rápidamente entrar un pequeño pensamiento, una reflexión que Dios me dio ahora, regresando de California. En el avión venía pensando una de las cosas más importantes en la vida es poder nosotros estar seguros de lo que Dios nos ha dado. Y a veces hermanos, por falta de conocimiento el diablo nos roba el terreno espiritual y a veces, hermanos, no es que el diablo tenga poder o autoridad para robarnos, es que nosotros le damos la oportunidad por falta de conocimiento.

Cuántos dicen amén a esto? A cuántos les ha pasado esto, que han bajado la guardia y han perdido una bendición? Sean sinceros. No más poquitos, que bueno que aquí no hay mucha batalla. Pero yo le digo a los hombres todos los martes y todos los sábados, si no hay batalla… y dejen el violín, dónde, hermano Manuel? En la casa.

Hermanos, voy a pedirles que abran su Biblia a Proverbios 23:23 y entrar rápidamente a esta reflexión. Y si ustedes me ayudan voy a tratar de ser corto, como un buen pentecostal voy a decir corto tres veces, y eso quiere decir, que ya me voy a acabar. Proverbio 23:23, quiero que lo digan conmigo, vamos a decir tres versículos y si nada más aprendemos en esta tarde, van a ser estos tres versículos. Primero Proverbios 23:23. Ya lo tienen? Digan amén.

Pero dice la palabra de Dios, todos juntos:

“… Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia no la menosprecies..”

Dígalo a su hermano, es tiempo de comprar la verdad. In English it says, “buy the truth and sell it not…” Compra la verdad y no la vendas.

Por allá en Juan 8:32 hay otra Escritura si usted quiere sígala, márquela porque esta va a ser el siguiente versículo que quiero que aprendamos en esta tarde. 8:32, un versículo muy conocido, todos Juan 8:32, es muy cortito que lo podemos todos aprender en esta tarde. Todos díganlo conmigo:

“…Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres…”

You shall know the truth and the truth….

Juan 17:17 será el último versículo y entraremos, hermanos, inmediatamente en esta reflexión. Juan 17:17, dice:

“…Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad…”

A ver vamos a decir los 3 juntos: Proverbios 23:23, qué dice:

“Compra la verdad y no la vendas y la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia…”

Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

Y Juan 17:17: “Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad”

Praise the Lord. En esta tarde quisiera dejar una reflexión titulada, Compra la verdad y no la vendas. Dígale a su hermano, compra la verdad y no la vendas.

Buy the truth and sell it not.

Qué cosa es verdad? Óigame bien, en el lenguaje humano, hay dos tipos de verdad. La verdad absoluta y la verdad abstracta. La verdad abstracta es la verdad teórica o sabia o humanamente que es correcta, que es una verdad teórica, que tiene teoría, tiene ciencia detrás. Pero hay una verdad absoluta, esa es pura, es santa y de esa verdad yo quisiera, o una de ellas, hablar porque, hermanos, una de las cosas que como hijos de Dios tenemos que nosotros comprender, que el enemigo de nuestras almas, su trabajo es de tratar de quitarnos la posición que Dios nos ha dado. Y él trabajo overtime. Trabaja horas extras. Cuántos dicen amén a esto? Él no duerme. Él anda buscando una oportunidad para robarnos esta posición que Dios nos ha dado, porque él la perdió, él un día la tenía pero la perdió. Y él ya no la puede regresar a tenerla, pero gracias a Dios que nosotros por la misericordia de Dios, Dios nos ha dado una grande posición.

Y esa posición se encuentra en Juan, capítulo 1, versículo 12 que lo dice más claro este Evangelio, este versículo, donde dice:

“… más todos los que le recibieron, y quienes creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios…”

Les dio la potestad de qué? de ser hijos de Dios. Saben lo que están diciendo, hermanos? Hijos de quién? Hijos de Dios. Debíamos de estar felices que hemos creído en su nombre, hemos conversado con nuestra boca, hemos creído en nuestro corazón y hemos pasado de ser creación de Dios a qué? a ser hijos de Dios. Esta posición es tan elevada. Es una verdad absoluta que Dios nos ha hecho sus hijos. No lo merecíamos, cuántos dicen amén a esto? Pero por la misericordia de Dios, Dios nos hizo sus hijos.

Y allá en Primera de Juan, 3:1 dice: “… mirar cuál amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios…”

Y hermanos dice; “… y por esto el mundo no nos conoce porque no le conoce a él..”

Ser un hijo de Dios implica que tenemos ciertos privilegios y derechos y bendiciones. Yo estoy seguro que todos los que hemos experimentado lo que es tener un padre, una madre, en casa, el privilegio más grande es saber que un padre, una madre, demuestra su amor hacia sus hijos. Cuántos dicen amén a esto?

A veces, hermanos, esta verdad absoluta de que somos hijos de Dios, el diablo busca la manera de hacerte pensar que tu ya no eres hijo de Dios o que no mereces ser hijo de Dios, que no tienes derecho de ser hijo de Dios, porque lo que haya pasado en tu vida, o por lo que estás pasando. Pero quiero en esta tarde de una vez más decirte que tu eres hijo, hija de Dios, no importa lo que estés pasando, no importa la necesidad que tengas, tu sigues siendo hijo de Dios. Y tu Padre es Dios. Dije que tu Padre es Dios, y si tu Padre es Dios, tienes bendiciones que no se pueden contar con las manos ni con los pies.

Una de las cosas más importante es que nadie nos vaya a quitar ese privilegio de ser hijos de Dios. Y a veces, hermanos, las circunstancias de la vida, para poder entender más estas Escrituras, en la parábola del hijo pródigo se explica claramente lo que es la posición de ser un hijo de Dios.

El hijo menor estaba en la casa de quién? De su padre. Y él gozaba de las bendiciones de la casa de su padre, pero un día algo lo hizo pedir su herencia, algo le hizo pensar que él no estaba bien ahí en la casa de su padre, que se fuera a buscar divertimiento, que se fuera a buscar algo para llenar el vacío que él sentía según él, en aquella época.

Y ahí en el capítulo 15 de San Lucas nos explica claramente que este hombre se fue y malgastó toda la herencia, se quedó sin nada. A veces nos tenemos que quedar sin nada para recordar que somos hijos de Dios. Pero qué bueno es que allí a veces como aquel hombre, que ya había gastado todo, que estaba trabajando para sobrevivir, dicen que él miraba esa comida que le daba a los cerdos con deseo de comérsela. Ya no había nada peor que él ver esa comida sucia y querer desearla comer. Porque él había dejado su posición en la casa de su padre.

Allá en una Escritura en Apocalipsis dice, reten lo que tienes para que ninguno tome tu corona. Tu tienes una posición, una bendición especial. Y, hermanos, yo quiero en esta tarde solamente dejarte esta grande enseñanza de que nosotros tenemos una verdad absoluta que somos hijos e hijas de Dios. Y eso nos debe motivar a seguir buscando más de ese amor de Dios, seguir buscando más de esa presencia de Dios en nuestras vidas, porque el amor de Dios lo podemos sentir cuando estamos cerca de él.

Nuestros hijos, cuando se acercan a nosotros y los acariciamos, que hermoso es cuando un niño siente las caricias de su padre. Cuántos se acuerdan? Los míos ya están grandes, mi baby ya tiene, pesa 300 libras, pero ese Arón, allí donde lo ven, a veces , hermanos Orlando, así como el tuyo que está chiquito, a veces vengo y le comienzo a sobar la cabecita así como ayyy, él comienza a sentir las caricias. Por qué? porque es su papá que lo está bendiciendo.

Sabes que Dios te quiere bendecir en esta tarde? Te quiere acariciar, te quiere hacer sentir su amor en tu vida. Dije que él te quiere hacer sentir sus caricias. Muchas veces, hermanos, el diablo nos roba la bendición. Pero que hermoso es cuando llegamos con ese deseo, así como Arón, a veces estoy ahí en el carro, Omar, y le rasco un poquito y han de ver, él está grande ya no necesita a papá ni a mamá, pero de repente como que esas caricias lo hacen recordar que papá está allí para apoyarlo.

Cuantos saben que papá está aquí para apoyarnos? Cuántos saben que papá está aquí para levantarnos? Aquí está papá para sanarnos. Aquí está papá para darnos nuevas fuerzas. A veces necesitamos nosotros, hermanos, pelear por nuestra posición para que nadie nos vaya a quitar de nuestras vidas.

Yo quisiera decirles algo muy importante: como hijos de Dios tenemos ciertos derechos y yo les voy a decir que cuando usted va a casa de su papá, usted puede pedir lo que quiera. Yo veo a la hermana Davie allí con su mamá, ya veo que está bien chequeada, ella está bien contenta, tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque Wilson está por allá escondido pero yo sé que también a Wilson le gusta la presencia, porque ahí está mamá.

Yo no sé si ya la hermana Ema le hizo unos seviches de esos que hace ella, no sé si le hizo algo, y no me invitó pero quiero decirle que la mamá, el papá cuando ofrece… Levi puede pedirle a mamá lo que quiera porque es su mamá. El primer derecho como hijos de Dios es que nosotros tenemos derecho porque Dios nos ha hecho sus hijos. El que pide, recibe.

Muchas veces, hermanos, este derecho… y hay gente que le ha metido mucha técnica, lo ha hecho muy teológico eso. Es simplemente ir, es fácil, el que pide recibe. Algunos le ponen allí otras cosas, otra teología, y otras logias, y otras cosas, le ponen mucho adorno, pero que hermoso es cuando uno puede llegar a la casa del Papá y decirle, Papá, te necesito, necesito una bendición, quiero una bendición, me siento solo, necesito que toques mi vida. Y viene Papá a bendecirnos, tenemos derecho de pedir porque Cristo nos ha comprado con su sangre.

Cuántos dicen amén a esto? Ese derecho es tan explícito y tan directo, es una autoridad dada, es algo absoluto. Yo estoy seguro, cuando yo voy a casa de papá, y ahora me tocó ver a mi papá casi de 80 años, y cuando yo voy a casa no es que pido si puedo abrir la nevera, porque es casa de papá. Yo llego y abro la nevera a ver si hay algo ahí que me gusta, y si hay, no le digo, papá, puedo comer? Puedo agarrar una soda o puedo agarrar eso? Por qué? porque es la casa de papá.

Cuantos traen una necesidad en esta tarde? Levante su mano para que Papá lo vea. Todos traemos, pero a veces no sabemos pedir y ustedes saben que yo viajo mucho y he escuchado de todo tipo de oraciones, he escuchado oraciones elocuentes, palabras catedráticas y karatecas y yo no sé qué más. Una vez fui y un hermano que mencionó a Dios solo una vez pero le dijo Altísimo, majestuoso, buenísimo, tantísimo y tanto que duró cinco minutos cuando llegó Dios.

Pero hermanos, ahí llegó otro hermano que no sabía, no tenía mucha educación pero el vino y dijo, Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Porque a veces le ponemos mucha crema a los tacos, a las empanadas le ponemos mucho Padre santo que estás en los cielos, ayúdame por favor, tu sabes y le hacemos con eco… ooooooh, Señoooooor, pero que hermoso cuando llega un hijo de Dios y sabe que Papá lo ama, que no tiene que poner apariencia, que puede llegar a su presencia, puede levantar sus manos, puede levantar su voz y sentir a su Dios.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que aprender hasta a pedir, hermanos, a veces no recibimos porque no sabemos pedir. Le pedimos tanto a Dios que dice, qué quiere mi hijo? What? Una vez estaba yo en una iglesia y venía un hermano y pedía, dámela, Señor, dámela, Señor, dámela, y yo pensé que era la promesa del Espíritu Santo. Y oraba, Señor, séllalo, séllalo, y un día me llega ahí con una novia y dijo, pastor, ya me la dio el Señor. Ojalá no haya aquí eso. Pero contestó el Señor ¿verdad?

Pero ¿saben qué? hermanos, es que Dios quiere que le pidamos con corazón. Muchas veces no importa si usted necesita una compañera o compañero, todos digan amén, los que quieren una. Dios bendiga. Los que necesitan no digan gloria a Dios. Hay que pedir. Es un derecho. Usted es hijo de Dios, pero pida como un hijo. Muchas veces decimos, Señor, tu sabes mi necesidad. Llega el orgullo. A veces le sacamos la vuelta porque no queremos decir la verdad. Pero cuántos saben que ya Dios ve el corazón? Antes que pidamos él ya sabe lo que necesitamos.

Yo siempre le decía a mi mamá que era bruja porque cuando llegaba me decía, mijo, quieres unos taquitos? Amén. Quieres unas flautas? Amén. Quieres una carne asada? Amén. Porque mamá ya sabía lo que me gustaba. Cuantos saben que ya Dios conoce nuestro corazón? Oh, hermanos, y saben lo que toca el corazón de Dios cuando sus hijos pueden levantar sus manos en las buenas y en las malas, y decir, quiero alabar mi Dios, yo necesito sentir su presencia. Yo necesito que él me bendiga. Pero a veces llegamos antes de alabar a Dios, con la lista, Señor, necesito trabajo nuevo, necesito pantalones nuevos, carro nuevo, y hermanos, nunca le decimos gracias Papá. Gracias porque tu me salvaste por gracia y yo no lo merecía esto. Pero tu me salvaste, me escogiste antes de la fundación del mundo, moriste en la cruz por mí, yo quiero alabar, te quiero glorificar, te quiero dar honra porque tu me salvaste.

Hay que aprender a pedir, es un derecho. Número dos, quiero tocar es que tenemos entrada a la casa de Papá. Allá en Hebreos dice que tenemos entrada al lugar santísimo. Antes, en el Antiguo Testamento solo el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo una vez al año, pero nosotros sí podemos entrar los miércoles, los domingos, los lunes, los martes, los jueves, los viernes, los sábados. Cuantos saben que podemos entrar a la casa de Papá?

Estoy hablando del tabernáculo espiritual, no las 4 paredes. A veces llegamos aquí pero no estamos aquí. Que usted pueda entrar al lugar santísimo, tiene entrada libre. Cuando Cristo dice consumado es, si rompió el velo, y aquel lugar que estaba cerrado solamente para el sumo sacerdote, ahora tenemos entrada.

Dígale a su hermano, tu tienes entrada al lugar santísimo. You can go to the holies of holies. Y luego dice, que hermoso que podamos entrar, no tenemos que pedir permiso. No necesitamos un secretario, no necesitamos a San Antonio que toque la puerta. Nosotros tenemos entrada para dónde voy? Voy a ver a Papá. Voy a entrar al lugar santísimo porque allí está Papá. Yo necesito una bendición de Papá, yo tengo que entrar.

Pero ¿saben qué? el diablo dice que tu no eres digno, tu no lo mereces, para qué cantas, para qué oras, para qué vas a la iglesia. Pero hermanos, yo le quiero decir al diablo, mentiroso. Yo tengo entrada al lugar santísimo. Soy hijo de Dios. Puedo entrar. Y no tengo que ni tocar.

Algunos tocan mucho y después buscan al mediador, mejor, a lo mejor la madre porque está un poquito más cerca. No, hermano, usted no necesita la madre de Jesús, usted puede entrar directamente al lugar santísimo. Es hijo e hija de Dios. Si usted lo cree denle un aplauso fuerte a Cristo.

Número 3: Dios nos ha dado potestad de pedir, de entrar, número 3, dígale a su hermano, de caminar o andar en el espíritu. Somos hijos de Dios. Hermanos, cuántos saben que Dios camina con nosotros? La Biblia dice que caminó con Dios y Dios lo llevó. Cuantos están caminando con Dios? Algunos Dios los está jalando. A ver tu que estás distraído, ven para acá. Caminar con Anthony es una cosa, caminar junto, o quien lo vaya siguiendo, pero que hermoso es cuando yo camino con él, estoy con él. Estoy con él. Lo voy a levantar. Cuantos saben que Dios camina con nosotros? Y dentro de nosotros, con nosotros. Y Anthony Dios lo ama aunque está allí fallito, Dios lo ama. Por qué? porque él está caminando, él es hijo de Dios y porque él es hijo de Dios es mi hermano, hermana Vanessa. Este es mi hermano, porque tenemos el mismo Padre, y si él sufre yo sufro, si él se goza, yo me gozo. Porque estoy caminando con él y él conmigo. Y Dios con nosotros.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que caminar. Usted es hijo de Dios, no necesita preocuparse, Dios camina con usted y usted camina con él en el espíritu. A allá en Romanos, Pablo lo dice más claro, que tenemos que andar. Ahora no hay ninguna condenación, allá en Romanos 8, para los qué? Los que están en Cristo. Cuántos están en Cristo en esta tarde? A ver mueva su mano si usted está en Cristo, y Cristo está en usted? Eso es hermoso, hermanos. Es una comunión íntima.

Número 4, ya voy a terminar. Donde está el hermano Enrique? Es la segunda que voy a terminar, pero ya faltan dos más. Puedes comenzar Enrique. Quiero terminar pero quiero terminar diciendo esto: número 4, tenemos el derecho de gozarnos. Óigame bien, muchos todavía no han aprendido a gozarse, por eso en su vida siempre andan amargados, siempre andan frustrados, no hay una sonrisa. No me vengan que se pinte uno allí, como el payaso, trae una sonrisa pintada pero adentro anda llorando. Pero el hijo de Dios tiene derecho de gozarse, tiene el derecho de gozarse. Y el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Y yo me puedo gozar, se vale reír, se vale también gozarse en el Señor.

Mucha gente que toman esto muy serio, hermanos. Y hasta ponen la carita de… Ese hermano anda bien almidonado, no se puede ni mover, está bien stiff. Oh, pero cuando el que sabe gozarse, ahora que estaba viendo el mundial, miraba unos fanáticos que echaban maromas, Omar, cuando le hacía gol, se acercaban y echaban maromas, se gozaban, y decía yo, que bueno que ese hombre se sabe gozar, porque su escuadra está jugando. No hacen ni un gol y echaban maromas.

Y nosotros a veces venimos a la iglesia todos… esa hermana se está gozando. Gózate hermana. Ahora, hay que aprender a gozarnos. Saben que reír también sana el alma? Ya por 30 años he querido cambiar y no cambio, hago peor, porque he aprendido a gozarme. Yo me estoy gozando en esta tarde, porque soy hijo de Dios. Cuantos son hijos de Dios? Voltee a su hermano, dele una cachetada para que se sonría. A veces, hermanos, hay gente que no sabe gozarse, y no sabe que es un derecho en las buenas y en las malas, usted se puede gozar aunque ande en el valle de sombra de muerte, por qué? y él ha cambiado nuestro lamento. Algunos no saben ni danzar.

Oh, pero cuando están jugando los Celtics y perdieron los Seattle, ya están llorando. Pero qué, porque también al Señor se sirve con cuerpo, alma y espíritu. La familia de Dios. La palabra comprar es adquirir, tu buy is tu purchase, to get something.

En Isaías 55, que lo voy a leer y con esto voy a terminar. Mucha gente dice, pero cuánto cuesta para comprar la verdad. Mucha gente le pone precio, pero quiero decirte que Cristo ya pagó el precio por nosotros. No fue con oro ni con plata, fue la sangre preciosa de Jesucristo que compró la verdad absoluta para ti y para mí. Me gusta como el profeta Isaías lo dice, y se ponen de pie porque ya quiero terminar.

A todos endientes venid a las aguas y a los que no tienen qué? Venid, qué cosa? Comprar sin dinero, porque Cristo ya pagó el precio. Voltee a su hermano y dígale, somos hijos de Dios. Turn tu your neighbor and tell him, We’re children of God. Somos hijos de Dios.

Esto me emociona a mí saber que soy hijo de Dios, saber que Papá está en el cielo, en la tierra y en todo lugar. Venía en el avión de San José, California, a South Lake City y venía por la ventana viendo, hermana Vanessa, miraba las nubes y de repente en mi corazón sentí algo tan hermoso, dije es mi Papá hizo todo esto. Este avión Dios le dio la sabiduría, la inteligencia. Me sentí orgulloso. Esto es de mi Papá. Y Pablo lo dijo, aba Padre, todos digan aba Padre. Es como decir, Daddy en inglés. Papito.

Que hermoso cuando un hijo de Dios conoce su posición! Y sabe que esa posición nada ni nadie se la puede quitar. Las luchas, las pruebas… cuántos saben de luchas y pruebas? Levanten sus manos si usted conoce las… esa déjelas a un lado. Pero usted es hijo e hija de Dios. La verdad absoluta es que pase lo que pase en su vida, usted tiene una posición muy elevada. Somos la familia de Dios. A todos los que le recibieron y creyeron en su nombre les dio potestad de qué? de ser hijos de Dios.

Cuantos ya recibieron a Cristo en su vida? Y si tu no lo has hecho, hoy lo puedes hacer. Si usted todavía no ha aceptado a Cristo, hoy puede pasar de ser creación de Dios a ser hijo o hija de Dios. Habrá alguien en esta tarde que no haya aceptado a Cristo?

Yo tengo que tirar la red. Que Dios quiere que tu también seas hijo o hija de Dios. Voltee a su hermano y diga, es tiempo de no vender la verdad. Voltea a su hermano y dígale, es tiempo de no vender la verdad. It’s time not to sell the truth.

Dios te bendiga hermana. Hoy tu eres una hija de Dios. Otra hermana, mi familia está creciendo, madre. Blanca, véngase a ayudar a esta hermana, Cármen, Ángela. Oh, hermanos, this is beautiful.

Yo quisiera, siento en mi espíritu decir esto: la posición de ser hijo o hija de Dios nos da derechos pero también nos da responsabilidades. Y hay que retener lo que tenemos. Esa verdad que Dios nos ha dado, venga lo que venga, hay muchas doctrinas falsas que se están predicando, pero que hermoso es cuando nosotros sabemos en quién hemos creído y sabemos que Papá está con nosotros en las buenas y en las malas.

Oh, hermanos, óigame bien, como que Papá me dice, uno de tus hermanos trae un peso muy fuere en el corazón. Quién es ese hermano? Un hombre que está pasando por algo muy duro en su vida. Papá me dice, ora por tu hermano. Dónde está ese hombre? Quiero ministrar rápidamente. Un peso muy fuerte, está pasando por algo muy duro en tu corazón, Dios te bendiga. Vamos a ayudar, es nuestro hermano, Dios te bendiga. Dios te bendiga, mi hermano. Yo siento a Dios aquí en este lugar.

Quiero ministrar a alguien más, hay una hermana que se siente muy sola, tu lloraste hoy en este día, el espíritu me está mostrando. Estabas llorando porque te sentías muy sola como que si nadie se interesara en tu vida. Pero quiero decirte que Papá te trajo hoy para decirte que él te ama y que tienes una familia. Dónde estás amiga o hermana? Yo quiero orar por ti. No te sientas sola. Dios te bendiga mi hermana. Alguien ayúdeme a orar, hermanos. Es la familia de Dios y este hombre es mi hermano, él está llorando porque Dios lo está tocando. Tu eres mi hermano, hermano. Lo que tu sientes, yo lo siento por eso Dios te ha llamado en esta tarde. Oh hermanos esto está tremendo.

Quiero orar por una persona más y ya voy a parar, pero siento en mi corazón que una de mis hermanas también está por hacer una decisión y no sabía, no ibas a venir ahora, Jesús. No se preocupen, es el espíritu de Dios. Esa es la presencia de Dios. Alguien que quiere hacer una decisión y Dios quiere ayudarte a hacer esta decisión.

Hermanos, nadie se mueve, también los miércoles Dios sana y salva, también los miércoles Dios libera. No nomás los domingos. Dios te bendiga, hermana. Mi hermana siente que ella tiene que hacer una decisión. Óigame bien, aquí está otra hermana. Necesito ayuda hermanas. Estas son tus hermanas, acá viene otra. Hermanos, somos la familia de Dios, aquí están tus hermanas, tus hermanos, ayudémoslos.

Señor, tu hija, mi hermana, ….. toca tu… alguien dele gloria a Dios. Que Papá está en la casa. Dios te bendiga. Espíritu Santo sopla. Toca a mi hermana, ayúdala Señor. Es mi hermana, te pido la bendición. Sopla.

Nadie se mueva porque el espíritu me dice que hay más. Algunos de ustedes vinieron, no sabía lo que iba a pasar, pero Dios hizo cita contigo porque te ama tanto Papá, voy a traer a mi hija, mi hijo para mostrarle que lo amo. Dios bendiga. Mire hermano, qué hermoso. Mi hermana, en el nombre de Jesús. Hay poder en Jesús. No te duermes, just put him there.

Súbanse para allá para alabar a Dios. Papá está aquí. Pasen para arriba, vamos a cantar, ya vamos a terminar. Toda familia, levanten sus manos hacia el cielo y dígale gracias Papá. Quiero orar por alguien que está muy enfermo, trae dolor, siento mucho dolor aquí al lado derecho. Donde esa persona que trae mucho dolor al lado derecho? Dios te bendiga hermana, Dios te quiere sanar. Cuantos saben que Dios también sana a sus hijos? ¡Aleluya!

Dios ya hizo lo que tenía que hacer. Hermana, Dios te va a sanar este dolor. Donde te duele? Ahí es donde dijo Dios. Ayude a la hermana, alguien ayude. Alguien dele un aplauso a Cristo, hermanos. Somos hijos de Dios. Dios sana. Dios sana. Compra la verdad. Esta es la verdad. Cante algo porque yo siento a Papá aquí en este lugar. Levanta tus manos y deja que la presencia de Dios invada tu corazón.

Estableciendo nuestras prioridades

5 de julio del 2010 - Por Fanny Rodríguez

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1Corintios 13:13

En un día de verano, contemplaba unos niños que estaban jugando y construyendo un castillo de arena. Trabajaban arduamente, trayendo agua para humedecer la arena, usaban baldes y vasos para formar las torres y sus cúspides. Con sus deditos formaban puertas y ventanas; fueron muchas las horas que pasaron entretenidos en este proyecto. En la tarde empezó a subir la marea, ya te imaginarás lo que pasó, una ola destruyó completamente el castillo ante sus ojos. Me entristecí y esperé ver a los niños buscar a sus papas llorando, pero no fue así. Salieron corriendo por la playa, riéndose y gritando.

Ahora entiendo como el Señor nos llama a ser como niños, ellos no se preocuparon por lo que habían construido sino por seguir gozando. Cuantas cosas nos preocupan a nosotras y nos quitan la paz. Estamos afanadas por construir una carrera profesional, una vida financiera que nos permita vivir holgadamente y otras tantas cosas que de por si no son negativas pero nos consumen todo nuestro tiempo, nuestro pensamiento y nuestros esfuerzos. La palabra de Dios nos advierte que todo esto pasará, pero lo único que no perecerá es el amor. Te haz preguntado: ¿Que estoy sembrando en mis hijos? Les estás dando tu tiempo y cuidado estas alimentando tu hogar y tu matrimonio con lo único que no perece, el amor. Toma tiempo diariamente para encontrar en la Palabra a solas con el Señor sabiduría y guía.

Oración: Señor gracias porque tu palabra es lumbrera a mi camino, perdona las veces que olvido que tu eres lo primero en mi vida, que la familia que me haz dado es para nutrirla con el amor que recibo de tí. Ayúdame a ser un vaso moldeado por ti que pueda derramar de tu amor de continuo y que los afanes por las cosas de este mundo no nublen las prioridades en mi vida. Lléname diariamente de tu presencia para que otros te puedan ver a través de mí. Amén.

Borracho en el Espíritu Santo?

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Vamos al libro de los Hechos, en el capítulo 2. Como recordarán muy bien estamos atravesando cuando el Señor nos da permiso y nos permite dentro de todas las demás cosas que hacemos aquí en las predicaciones, regresando al libro de los Hechos y tomando temas de allí que nos ayudan a forjar lo que llamamos esa mentalidad sobrenatural, esa mentalidad pentecostal, espiritualmente profunda que Dios quiere que nosotros tengamos, basada en su palabra.

Y aquí en el capítulo 2, en el versículo 14 retomamos la historia que dejamos hace unas dos ó tres semanas atrás, donde vimos el día de pentecostés cuando desciende el Espíritu Santo sobre esos discípulos que estaban reunidos, posiblemente en el aposento alto, algunos dicen que quizás estaban aún en el templo ese día y que no fue en el aposento alto necesariamente.

Si usted lee el texto no está totalmente claro al respecto, pero ya que siempre hemos dicho que fue en el aposento alto, pues para qué cambiar ahora, ¿verdad? Vamos a dejarlo así, fue en el aposento alto. Pero es posible que fuera en otro lugar también.

Ahora, vimos cómo en ese pasaje los elementos del viento, de las lenguas y del fuego, eran parte de lo que Dios quería expresar acerca de cómo sería la manifestación del ministerio del Espíritu Santo en la vida de su pueblo, un ministerio de poder, de sanidad, de manifestaciones sobrenaturales, de comunicación directa con Dios, de acceso universal de todos los creyentes a los dones del Espíritu Santo, todas esta cosas. Y ahora retomamos la historia aquí en este pasaje donde Pedro se pone en pie y dice:

“… que alzó la voz y les habló a la multitud, y vamos a ver de dónde viene esa multitud, y les dijo, ‘Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén esto os sea notorio y oíd mis palabras, porque estos que ustedes ven aquí no están ebrios, es decir, no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día, las 9 de la mañana. Más esto es lo dicho por el profeta Joel y en los postreros dice Dios, y cita ahora el Libro de Joel, derramaré de mi espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños. Y de cierto sobre mi siervos y mis siervas en aquellos días, derramaré de mi espíritu y profetizarán y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo, el sol se convertirá en tinieblas, la luna en sangre, antes que venga el día del Señor grande y manifiesto, y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo. Varones israelitas, entonces aquí entran…”

No lo voy a leer todo, entra aquí en un pasaje donde habla acerca del ministerio de Jesucristo y voy a tocarlo un momentito más adelante, el llamado de Cristo a ser mesías y a ser Señor. Y entonces más adelante en el versículo 32, vamos a acelerar un poquito la lectura, dice:

“…A este Jesús resucitó Dios, todavía estamos en el sermón de Pedro, a este Jesús resucitó Dios de lo cual todos nosotros somos testigos, así que exaltado por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo ha derramado esto, que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos pero él mismo dice, dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies…”

Y aquí está la conclusión absoluta y certera: “… sepa pues, ciertísimamente, toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Amén. Amén. Qué pasó aquí? Vimos lo siguiente, el Espíritu Santo se derrama, hay un estruendo que levanta toda la comunidad, se crea un revuelo alrededor de los discípulos. La gente se acerca, es un día de un festival inmenso, es una época donde gente de todos los países donde hay judíos esparcidos, en todos los países de la tierra, han venido a Jerusalén a hacer un peregrinaje para celebrar precisamente esa fiesta muy importante que es la fiesta de los nuevos frutos, de la nueva cosecha, que se llamaba pentecostés. Era un festival judío religioso.

Hay gente de todas las naciones. Hay un estruendo. La gente acude al lugar donde están esta gente teniendo unas manifestaciones muy interesantes. De momento esta gente comienza a hablar, se sabe que no son estudiosos, no son eruditos, no han estudiado idiomas y sin embargo están hablando con perfecto acento, cada uno de los diferentes idiomas de las tierras donde están estos judíos, y por eso pueden ellos reconocer el idioma de esas tierras donde ellos viven. Y hay un gran revuelo, entonces Pedro aprovechando la oportunidad para explicar lo que está pasando se pone de pie y comienza este texto que acabamos de leer.

Y cómo comienza Pedro su sermón? De paso, este es el primer sermón que registra la Biblia y probablemente el primer sermón que fue predicado bajo la nueva época, digamos así, del Evangelio ya después que Cristo muerte, resucita y asciende al cielo. Es el primer sermón podríamos decir, de la era cristiana. Por eso es que es tan importante ese sermón.

Y entonces, miren lo primero que Pedro aclara. Dice: “… porque éstos no están borrachos, no están ebrios, como ustedes suponen…” Qué había pasado aquí? Uno se pregunta, por qué Pedro se siente impulsado a hacer esta primera aclaración? Lo primero que dice, señores, esta gente no están borrachos como ustedes piensan. Yo me pregunto, yo traté de visualizar qué estaba pasando allí? Probablemente había unas manifestaciones raras, porque si hubiera sido solamente que estuvieran hablando en una forma muy ordenada, en secuencia, un idioma tras otro, la gente hubiera dicho, guau, esto es algo absolutamente… No, pero estaban pensando que esta gente estaba borracha. Por qué? Porque yo creo que había otras manifestaciones allí entre ellos. Yo me imagino que algunos estaban…

Ha oído usted hablar de alguna persona que ha sido bautizada en el Espíritu Santo y hay que arrastrarlas como si estuvieran borrachos? Se ríen como locos, están que no coordinan sus movimientos, borrachos en el Espíritu Santo. Esto es algo que se ha dado mucho en los últimos tiempos también. Y sabe que hay gente que se escandaliza acerca de ellos. Y dicen, no, eso no puede ser de Dios porque Dios es un Dios de orden. Quizás estaban todos glorificando. Dice que profetizaba, yo creo que la Biblia usa eso en términos de que estaban glorificando a Dios exaltadamente. Algunos adoraban al Señor y decían, tu eres grande, tu eres poderoso. Otros, Cristo Jesús tu has sido enviado para salvar a la humanidad, gloria a Dios.

Usted ha ido a un culto de esos pentecostales donde esto es un sal para fuera, todo el mundo está adorando al Señor, alabando al Señor. Dice el corito, unos cantaban, otros oraban, pero todos alababan al Señor. Había una fiesta en ese momento. El Espíritu Santo había descendido y estos judíos con su rutina, con su religión muerta, seca, al ver esa exuberancia, pensaron, no, esta gente se le volaron los fusibles de los sesos, están locos, están ebrios. Están borrachos. Y Pedro dice: no señores.

Por qué será que la gente que no tiene costumbre de discernir el Espíritu Santo siempre piensa que los que tienen el Espíritu Santo están borrachos, o están fuera de orden. Usted recuerda a Elí el sacerdote, cuando Ana, llorando, derramando su corazón ante Dios clamando por un hijo y decía Elí allí, esta mujer discierne tu ron. Yo no creo que tenían ron en ese tiempo, pero lo que fuera, tu vino, contrólate, esta es la casa de Dios.

Cuando la gente no tiene experiencia con el Espíritu Santo muchas veces interpreta la exuberancia que viene por medio de la visitación del espíritu con borrachera, con desorden. Recuerdan a Mical, la esposa de David, cuando David lleno del espíritu se quita la ropa y se queda en calzoncillo y danza entre las cámaras de televisión y de internet y todo eso. Y allá está Mical, la hija de un rey, con su nariz puesta para arriba, mirando a su esposo y dice en qué lío yo me he metido casándome con este hombre. Está loco. Míralo ahí como si fuera un cualquiera, danzando frente a la comunidad.

Por qué? porque la gente que no tiene experiencia en el Espíritu Santo no entiende muchas veces, y cuando el Espíritu Santo se manifiesta, a veces pasan cosas raras. Y yo creo que toda mentalidad sobrenatural, toda gente que tiene experiencia en los dones del espíritu tiene que reservar un espacio para cosas raras. Escuche cómo lo estoy diciendo. No todo va a ser bien ordenadito, todas las botellas de Coca Cola puestas en línea, una en frente de otra. Va a haber a veces un poquito de desorden. Y lo digo con cautela porque voy a matizar eso un poquito más, para que no se me salgan tampoco del corral las vacas.

Pero yo creo que sí, nosotros tenemos que saber que a veces Dios hace cosas raras cuando el Espíritu Santo visita, los cables del cerebro como que se salen un poquito de su lugar y hay manifestaciones un poquito raras. Y nosotros tenemos que aprender a discernir esas cosas.

Entonces Pedro les aclara, señores, esta gente no está borracha, miren la hora, son las 9 de la mañana. Las licorerías todavía están cerradas, habrá dicho él. Pero quería aclarar eso, porque yo creo que nosotros tenemos que saber, sí, yo creo en el orden, yo creo en la disciplina y creo que no se predica lo suficiente acerca del orden en la adoración. Y ustedes saben que muchas veces me han visto intervenir para mantener el orden. Porque yo creo que cuando una iglesia se abre las manifestaciones del Espíritu Santo también tiene que haber orden, tiene que haber coordinación, tiene que haber autoridad, tiene que haber un réferi que no deje que los muchachos se jalen los moños unos a otros, porque a veces en la manifestación del espíritu, pues, la gente se cree que esto es un, ok, como chivo sin ley, como dice Gregory muchas veces. No, tiene que haber también un balance.

Yo creo que una cosa y la otra, hay una tensión allí que tenemos que mantener. Pero yo creo que la persona que tiene experiencia en el Espíritu Santo no se escandaliza por la mayoría de las cosas que ve. Hay gente que pierde la comunión de cualquier cosa. Una hermanita comienza a danzar un pasito allí y ya de una vez, es como si se rompe en de cualquier cosa. No, uno tiene que, hey, amén, amén, usted siga con lo suyo y no se preocupe.

Ahora, habiendo dicho eso, aprovecho para decir, hermanos, que también cuando uno adora, uno tiene que tener cuidado de lo que están alrededor de uno también. Si usted lee Primera de Corintios, capítulo 14, no es como que tampoco, pues yo estoy teniendo mi fiesterita aquí y los demás por allá ellos, que se la bandeen como puedan, no? Si no les gusta eso es problema de ellos. Yo estoy aquí adorando a mi Dios. No, no, uno tiene que siempre tener conciencia de los demás. Eso lo dice el Apóstol Pablo porque somos un cuerpo.

Entonces si yo estoy desentonando demasiado con mi adoración, el Padre entiende, no se crea, él no me va a castigar porque yo aguanté un poquito en mi adoración por consideración a los hermanos. No, al contrario, el Padre me va a alabar porque estoy ejerciendo misericordia, compasión.

Muchas veces en una iglesia como la nuestra viene mucha gente de diferentes trasfondos, tenemos el Internet donde nos ven miles de personas. No es lo mismo usted ver a través de una cámara de dos dimensiones a gente que usted ni siquiera saben a dónde están a veces, haciendo cosas raras, que si usted los conoce, los ama, es parte de ellos.

Es decir, que todas estas cosas hay que tener un balance en la vida. Yo digo, hermanos, mire, si usted siente que tiene que en algún momento de la adoración que pegar un grito, yo no le digo, no lo pegue, pero váyase al baño, corra y métase una toalla en la boca o algo, o simplemente hágalo lo más inobtrusivamente posible y exprese su adoración, pero considere a los que están alrededor de usted también. Hay un balance en la vida.

Ahora, yo creo también, que en un momento de exhuberancia donde todos estamos adorando al Señor, glorificándolo, que lindo es la alabanza libre al Señor, un cántico nuevo, cuando se oye una adoración por acá de una manera, otra por allá, alguien se arrodilla, unos danzan, eso es la gloria de Dios en la tierra. Yo creo en la libertad de la adoración también. Pero también considerándonos unos a otros, dice la palabra del Señor.

Yo lo que busco es ese balance, esa tensión. Cuando usted me ve a mí poner orden en un tiempo de adoración, no diga, no, el pastor es un sangrigordo, el pastor mata el espíritu, no, vea al pastor simplemente teniendo un corazón pastoral y considerando a todas sus ovejas, no solamente una o dos. Y eso es lo que yo quiero que Dios nos lleve más y más.

Quería aprovechar ese momento para sacarme eso de allí, esa espinita. Y son momentos en que podemos instruir a la iglesia porque por eso fue que Pedro aquí dice, no están ebrios, no están locos. No, es la manifestación del Espíritu Santo.

Ahora, dónde va Pedro para probar, dónde va Pedro para señalar que lo que está pasando es de Dios? Al profeta Joel. Va a la palabra, va la Biblia que ellos tenían disponible en su tiempo que era el Antiguo Testamento, lo que llamamos el Antiguo Testamento. Y allí Pedro encuentra un pasaje, iluminado por el Espíritu Santo, en el libro de Joel, un famoso pasaje que yo estoy seguro que toda esa gente en una manera u otra, había escuchado acerca de ese pasaje. Y yo sospecho también inclusive que el mismo Jesucristo, en realidad yo creo que Jesús hablándole a los discípulos en su ministerio terrenal, acerca del mover del Espíritu Santo les había dicho, cuando venga el Espíritu Santo lo que va a pasar allí, se va a parecer. Está basado en lo que el profeta Joel había profetizado cientos de años antes.

Ahora, en este momento Pedro queriendo explicarle a la gente y aprovechando esa oportunidad, les habla acerca del libro de Joel. Y qué importante es, hermanos, que nosotros aprovechemos oportunidades para hablar de Dios. Esta gente estaba confundida, había confusión, había revuelo en el aire, y Pedro dijo, esta es mi oportunidad para predicar acerca de Jesús, esta es mi oportunidad para sensibilizar a la gente acerca de las cosas del Evangelio.

Hermanos, nosotros tenemos que estar preparados cuando Dios nos abre una puerta para pasar por ella. Quizás en tu trabajo, quizás en tu vecindario, tu vas a tener una oportunidad en algún momento, alguien va a venir con un problema matrimonial, alguien te va a pedir un préstamo porque está sin trabajo, alguien está teniendo una crisis de salud, y esos son momentos preciosos en que tu puedes apropiadamente aprovechar ese momento para decir, ¿saben qué? Está bien, tu necesitas un préstamo, ok, aquí lo tienes, pero me gustaría orar por ti para que el Señor bendiga tus finanzas. Puedo orar para que el Señor te consiga un trabajo? Puedo orar por ti para que Dios te sane o sane a tu hijo? Y esos son momentos preciosos en que nosotros podemos…, Dios abre puertas y nosotros tenemos que estar preparados.

Lo que Samuel decía de que ahora hay una crisis aquí en la ciudad de Boston, muchos jovencitos matándose unos a otros, es una situación muy difícil, muchas gangas, pero estas gangas, como decía él, no tienen cabeza, simplemente son gratuitas reuniones de muchachos matándose unos a otros y la policía no sabe cómo bregar con ellos. Las escuelas están con el grito al cuello y están diciéndole a la iglesia, miren, hagan su trabajo, salgan por las calles, prediquen el Evangelio. Entonces nosotros tenemos que aprovechar esos momentos.

Las crisis de los hombres son nuestra oportunidad. Nosotros somos como la gente que trabaja en la funeraria. Las crisis de la gente son…. Yo creo que es un poquito mejor para nosotros que ellos. Pero la idea es que lo que a veces es un momento para la sociedad, son los momentos en que la iglesia le puede decir, mire, Dios tiene una respuesta. Cristo puede resolver los problemas y tenemos entonces que aprovechar.

Pedro aprovecha esa oportunidad y le dice, miren, lo que dice el profeta Joel. Ahora, aquí hay algo bien importante. Ese texto de Joel, como yo compartí esta mañana, es un texto clave, es un texto que yo diría que está preñado, por así decirlo, si podemos ir un momentito a ese libro de Joel, y yo quiero aprovechar porque ¿saben qué? El pastor Fumio Taku, quien vino el domingo pasado, este hermano japonés nos habló acerca de Israel, nos habló acerca de los últimos tiempos y este texto de Joel precisamente es un texto que tiene que ver con una manifestación que se habría de dar dos veces en la historia.

Si usted lee el libro de Joel, allí el profeta Joel, dice eso precisamente. Dice:

“… Y después de esto, versículo 28, capítulo 2:28, después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones, y también sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días…”

Cuáles son aquellos días? Aquellos días son los últimos tiempos. Aquellos días son tiempos que se están acercando ahora y en los cuales nosotros estamos entrando. La cosa con esta profecía, es como yo digo, se cumple dos veces. Pedro, iluminado por el Espíritu Santo, discernió que Joel estaba hablando precisamente de ese tiempo que ellos, Pedro y sus discípulos, y la gente que estaba alrededor de ellos, estaba viviendo. Ese derramamiento del Espíritu Santo Pedro le dice, es lo que el profeta Joel dijo originalmente que había de pasar, que Dios iba a derramar de su espíritu en una forma general sobre toda carne.

Qué había pasado antes? Que el Espíritu Santo era algo muy reservado solamente para gente muy escogida de Dios, los profetas, que eran ungidos con aceite, los reyes, que tenían una misión muy exaltada que lleva a cabo y necesitaban el espíritu de Dios, se ungían con aceite, y los sacerdotes que eran consagrados con aceite para recibir la unción del Espíritu Santo. El resto de la nación se la tenían que bandear como ellos podían, no tenían acceso al espíritu y Dios dijo, no, llegará el día en que yo voy a derramar de mi espíritu. El chofer de camiones va a poder recibir mi espíritu y no solamente el sumo sacerdote. La ama de casa que cocina y lava sus platos y mantiene a su familia recibirá el Espíritu Santo. El médico lo recibirá pero también lo recibirá el obrero que trabaja en construcción. La secretaria en su trabajo podrá recibir el Espíritu Santo, yo lo derramaré sobre los ancianos, pero ¿saben qué? También lo voy a derramar sobre los jóvenes, lo voy a derramar sobre la dueña de la casa, pero también sobre la sierva, la que trabaja para ella. Ya mi Espíritu Santo lo daré sin medida, dice, y eso fue lo que sucedió en Pentecostés.

Cuando en esa nueva economía que Cristo hace posible y cuando Dios derrama de su Espíritu Santo, Dios abrió la puerta para cualquier cristiano pudiera tener acceso a los dones del Espíritu Santo. Diga gloria a Dios.

Entonces Pedro dice, ¿saben qué? Lo que ustedes ven aquí ahora son 120 pero como vemos más adelante, él dice, cualquiera que reciba a Cristo como Señor y salvador, podrá tener acceso a esta maravilla que ustedes ven también, porque Dios dijo, yo derramaré mi espíritu sobre toda carne. Lo haré, lo distribuiré, es como antes, quién podía tener una computadora? Solamente una persona con mucho dinero. Quién podía tener un carro? Una persona que era muy rica. Hoy en día cualquiera tiene un carro aunque esté destartalado pero lo tiene, 4 ruedas, un guía, lo que sea, porque se ha ido diseminando. Un celular, lo mismo, también. Un laptop, antes era algo muy… solamente un grupo de personas muy selecta y asimismo… entonces Dios dijo, ¿saben qué? Hoy en día no solamente los grandes, no solamente los profesionales de la religión, sino todos podrán disfrutar de mi Espíritu Santo. Y entonces por eso, dice aquí, pero ¿saben qué? Recuerde algo, el contexto original de este capítulo de Joel se refiere a los últimos tiempos, los tiempos que nosotros estamos viviendo.

Miren lo que dice aquí: “… y derramaré mi espíritu en aquellos días, versículo 29 y 30, y daré prodigios en el cielo, en la tierra, sangre y fuego, columnas de humo, el sol se convertirá en tiniebla, la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo, porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación.

Usted ve, cuando el Espíritu Santo se derrama en Pentecostés no hay esas señales. El sol no se oscurece, la luna no deja de dar su resplandor, no hay sangre y fuego como dice aquí, no hay prodigios espantosos, pero dice la Biblia que en los últimos tiempos, cuando dice aquí en aquellos días, sí, habrá.

Hermanos, yo les digo, yo no sé si será en tu tiempo y en el mío, yo creo que sí, pero nosotros vamos a ver grandes manifestaciones en los cielos y en la tierra. Dios manifestará su poder en el cosmos, lo manifestará en el mar, lo manifestará en la tierra. Vemos ya manifestaciones de cómo la tierra se está como revelando contra la humanidad en tantas diferentes maneras, temblores de tierra, cataclismos inmensos, cosas raras que están pasando.

Hebreos capítulo 12 dice que en los últimos tiempos Dios conmoverá los cielos y la tierra. Todo lo que pueda ser conmovido será conmovido. Yo creo inclusive, que esto que está pasando en el Golfo de México, este petróleo que no saben cómo parar completamente es parte de esos mensajes de Dios que han ido viniendo. La crisis económica sin precedentes que está viviendo el mundo y que ha vivido esta nación y tantos países de la tierra. El 9-11 todas estas cosas han sido un cataclismo tras otro, una cosa terrible tras otra y como que todo se va acelerando y estas son manifestaciones que irán creciendo.

Ahora, en ese tiempo también de grandes manifestaciones y cataclismos habrá una segunda visitación del Espíritu Santo. Yo creo que lo se dio en Pentecostés va a quedarse corto para la manifestación última de este poder del espíritu. Porque lo que dice aquí Joel es que en los últimos tiempos Dios derramará de su espíritu sobre las naciones. Yo creo que la iglesia de Jesucristo puede mirar hacia adelante porque yo creo que los mejores tiempos para la iglesia de Cristo están adelante. Yo espero grandes manifestaciones del poder de Dios, grandes conversiones, grandes manifestaciones de unción sobre la iglesia y nosotros tenemos que estar deseando esos tiempos, pidiéndole al Señor, Señor, envía tu poder, envía tu manifestación porque Cristo no va a venir sin que antes haya esa visitación de poder.

Dos cosas van a pasar, va a haber grandes cataclismos pero también grande unción sobre la tierra. Millones de personas, yo creo, van a llegar a conocer a Jesús y van a clamar a Dios. Ahora, hay algo interesante también en este pasaje que Pedro usa y es…, yo quiero que mire esto también porque empalma con lo que decía el pastor Fumio. Yo creo que nosotros como cristianos, tenemos que estar muy atentos a lo que está pasando en Israel. Cómo sabemos nosotros que esto que Dios prometió de esa visitación de su Espíritu Santo sin precedentes se va a dar todavía en este tiempo sobre la tierra.

Miren lo que dice en el capítulo 3, versículo 1, dice: “… porque he aquí, en aquellos días, ese mismo tiempo en que el Espíritu Santo va a ser derramado con gran poder sobre la tierra, como lo fue en el día de Pentecostés, he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo y de Israel, mi heredad, a quien ellos esparcieron entre las naciones y repartieron mi tierra…”

Usted ve lo que dice aquí, esa visitación del Espíritu Santo en los últimos tiempos que se dio en Pentecostés, que se dice que será en los últimos días estará acompañada por un par de cosas, número 1, el regreso de los judíos a su tierra. Y también un gran evento donde todas las naciones Dios las va a reunir. Dice la Biblia que en los últimos tiempos muchas naciones se van a juntar para ir en contra de Israel. Israel se verá en el peor momento de toda su historia, y miren que Israel ha pasado por tiempos terribles, el cautiverio babilónico, el exilio, ataques muchas veces, pero el trago más amargo todavía le espera a Israel en estos tiempos precisamente.

Recuerden lo que dijo el pastor Fumio que estos rabinos ortodoxos que declararon que hemos entrado en los tiempos que se parecen mucho a la guerra de Gog y Magog, que es una guerra que habla en el Antiguo Testamento que será cuando muchas naciones se unan para ir contra Israel y atacarlo. Esas naciones creerán que lo están haciendo por su propia iniciativa, pero será Dios mismo moviendo esas naciones, enemigas de su pueblo, para llevarlas a un lugar, algunos creen que es el valle de Meguido, es un valle, si usted ha ido por el área de Israel, usted va a ver hay un valle inmenso, un lugar muy, muy grande que es el valle de Meguido, y allí dice la palabra que Dios va a reunir estas naciones. Estas naciones van a ir contra Israel y en el momento más terrible de su historia, cuando parece que no hay salida, dice la Biblia, que los judíos clamarán a Cristo, a Jesús y lo reconocerán como su Mesías. Dios abrirá sus ojos, ellos clamarán a Jesús y Dios visitará su pueblo y esas naciones van a ser destruidas completamente.

Dice Dios que él las reunirá en el valle de Josafat y hará juicio con ellas. Por qué? Porque Dios, hermanos, todas estas naciones que han perseguido a Israel, todas estas naciones que se han ensañado contra el pueblo judío, que han perseguido al pueblo hebreo y esas naciones que al final de los tiempos desatarán su odio y perseguirán a Israel Dios les está guardando sus deudas, y un día Dios dirá, bueno, es el tiempo ahora de arreglar cuentas. Y las reunirá para enjuiciarlas. Por eso es que hay dos cosas, el corazón de Dios es apasionadamente pro Israel, hermanos, aunque Israel es un pueblo rebelde y Dios los castiga y los disciplina, pero Dios ama a su pueblo, entonces en este tiempo que nosotros estamos viviendo, esos son los días.

Fíjese, cómo sabemos nosotros que estamos en esos días? Porque en aquel tiempo haré volver a la cautividad de Judá y de Jerusalén. Qué quiere decir eso? Vendrán de todas las naciones los judíos de nuevo como han hecho en las últimas décadas. Se reunirán de nuevo. Dios se reunirá estas naciones.

Dios que esas naciones esparcieron a Israel entre las naciones y repartieron mi tierra. Ahí hay algo bien revelador y es lo siguiente, hermanos, los judíos nadie tiene derecho de repartir la tierra de Israel, entienda esto. Dios le dio cada pulgada de ese territorio a su pueblo y los dones de Dios son irrevocables. Esa tierra pertenece al pueblo de Dios. Dios no ha cambiado su intensión con respecto a esa tierra.

Yo digo que ni los judíos mismos tienen derecho a dar un pedacito de esa tierra para ganar paz. Sabe lo que pasa asimismo? Hay un pueblo palestino y yo creo que son gente excelente, yo no tengo nada contra el pueblo palestino, pero tampoco podemos decir que Israel puede cometer un pecado para cubrir otro pecado. Es decir, esa gente necesita un lugar donde estar, pero Israel no puede entregar tierra y hacer de esa nación palestina otra nación separada y coger a Jerusalén como se quiere hoy en día, y dividir a Jerusalén, darle una parte a los musulmanes, palestino, y otra parte que se quede con el pueblo de Dios, porque la idea es eso, de que la parte oriental de Jerusalén, yo he estado allí, hay muchos árabes que viven allí en esa parte, que esa parte se divida y se le entregue a una nueva nación palestina, y que la otra parte se quede Israel con ella.

Hermanos, el que conoce Israel, Israel es del tamaño de Rhode Island, `más pequeño que New Jersey, es un pedacito de tierra solamente. Estos judíos han sido tirados de todas las partes del mundo, han sido perseguidos y han regresado a su tierra ancestral, que Dios les entregó, lo sabemos por su palabra. Esos judíos tienen derecho a tener su tierra.

Yo no se qué se va a hacer con el pueblo palestino. Yo diría que tendrían que convertirse en ciudadanos judíos, porque eso es lo que son asimismo. Muchos de los palestinos son ciudadanos judíos pero lo que pasa es que los palestinos quieren la destrucción de Israel, y quieren una nación aparte, y quieren estar tirándole bombas a Israel, y no reconocen a Israel como nación. Israel no puede entregarles esa tierra.

Y los hombres han querido repartirse la tierra. Hoy en día, Estados Unidos está pidiendo que Israel entregue parte de Jerusalén, y no se puede. Dice aquí claramente, Dios no quiere que su tierra sea repartida. Repartieron mi tierra, echaron suertes entre mi pueblo. Entonces entendemos esto, hermanos, que este tiempo del cual habla el Apóstol Pedro aquí en Hechos, se está refiriendo a dos cosas: una visitación muy poderosa del Espíritu Santo que se daría en ese tiempo en que él estaba, pero también en nuestro tiempo, pero también en los últimos tiempos habrá otro derramamiento, la Biblia habla de la lluvia temprana y la lluvia tardía. La lluvia temprana fue la lluvia que cayó del Espíritu Santo en el libro de los Hechos. Pero habrá una lluvia tardía al final de los tiempos que será para la última gran cosecha de almas antes de que Cristo venga. Y entonces en ese tiempo, esa visitación del Espíritu Santo, esa lluvia tardía del espíritu estará acompañada de una gran cosecha de almas como la hubo el día de Pentecostés, la reunión del pueblo de Israel, un ataque terrible contra la nación judía, y un Dios que se levantará con poder para defender a su pueblo y para consumar la historia y que Cristo venga por segunda vez y todo haya terminado.

Así que tenemos que estar concientes de todas estas cosas para poder leer los tiempos que están sucediendo. Ahora, concluyo con esto. Después que el Apóstol Pedro declara todas estas cosas hasta el versículo 21, él orienta su predicación a una sola cosa y dice, hermanos, lo que ustedes ven aquí, este derramamiento del Espíritu Santo que ustedes están viendo es producto de que ha habido un cambio en el mundo del espíritu. Dios ha tomado a ese hombre que ustedes crucificaron, ese profeta que ustedes vieron que hacía señales y prodigios, dice aquí en el versículo 22, entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como ustedes mismos saben, y Pedro les dice, lo que ustedes ven, esta nueva distribución del Espíritu Santo se debe a que Dios tomó a ese hombre que ustedes crucificaron y que fue entregado por el consejo determinado y el conocimiento anticipado de Dios.

Por qué está diciendo Pedro esto aquí? Está diciendo, en última instancia ustedes no fueron los que mataron a Jesús. Dios fue su voluntad que así fuera. Dios sabía que esto iba a suceder y era el plan de Dios. La iglesia primitiva siempre dijo lo mismo, Cristo tenía que padecer, Jesús tenía que ir a la cruz, Jesús tenía que ser sepultado. Esto era parte del plan de Dios. Y entonces dice, ustedes prendieron a Jesús, lo mataron por manos de inicuos, crucificándole. A ese Jesús Dios lo levantó, una vez que los dolores de la muerte fueron quitados de él, porque era imposible que fuese retenido por ella.

Qué está haciendo Pedro aquí? Está dando en clave una esencia de lo que es el Evangelio. Cuando usted le predique a alguien el Evangelio predíquele acerca del hecho de que Dios envió a su hijo, porque amaba a la humanidad y Dios entendía que tenía que haber un derramamiento de sangre porque la sangre era lo que justificaba ante Dios, era el sacrificio que Cristo hizo posible, que Cristo murió en la cruz por los pecados suyos y que Dios lo levantó de entre los muertos y que Dios ahora, por medio de ese Cristo puede darle reconciliación a esa persona. Ese es el Evangelio, eso es lo que nosotros tenemos que predicar. Esa es la base del Evangelio. Eso es todo, usted no tiene que ser demasiado sofisticado, predíquele a Cristo en carne, predíquele a Cristo crucificado, predíquele a Cristo resucitado, y predíquele a Cristo bautizando con el Espíritu Santo. Eso es todo. Y entonces dígale, te gustaría recibir ese paquete completo gratis? Y recíbelo ahora y tienes salvación.

Entonces, los versículos 25 al 28, lo que él hace es simplemente mencionar cómo el salmista David decía algo proféticamente acerca de la resurrección de Jesús, que habría de venir. Entonces, mire, el versículo 32, aquí Pedro como que lleva su sermón ya a aterrizar. Los ha llevado a través de una secuencia de cosas, les ha dicho el profeta Joel profetizó acerca de esto, habló de lo que ustedes están viendo aquí. También nos habla a nosotros diciendo, esto también va a suceder en los tiempos en que ustedes están viviendo. Habló acerca de que todo eso era posible porque Cristo había sido crucificado y había resucitado de los muertos.

Entonces, mire el versículo 33, “… así que exaltado por la diestra de Dios habiendo recibido del padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís…”

Lo que ustedes están viendo aquí, señores, es porque el Padre le dio al Hijo la potestad de bautizar con el Espíritu Santo. Qué vemos aquí? La Trinidad trabajando en concierto unos con los otros. El Padre tiene el derecho absoluta potestad, exalta a su Hijo y dice, este es mi Hijos amado en quien yo tengo contentamiento. Escúchenlo a él. Le da al Hijo la potestad, le transfiere al Hijo la potestad de distribuir el Espíritu Santo sobre los que creen en él, y entonces el Espíritu Santo se mueve con poder. La Trinidad trabajando para que la humanidad sea salvada, perfecta coordinación.

Si alguien le dice que la Trinidad no existe, dígale, y qué pasa aquí? El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los 3 trabajando para edificación de su iglesia, para el avance de los propósitos de Dios sobre la tierra.

Y Pedro les dice, eso que ustedes están viendo es producto de todas estas cosas. Termina con el versículo 36, pido a los músicos que pasen por aquí rápidamente, por favor, versículo 36. Pedro termina con una sentencia muy, muy seria y dice:

“… Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, era como un anuncio real, como algo casi gubernamental que se estaba declarando allí. Dios le estaba dando a una nación una notificación que venía de parte de otra nación, la nación celestial. El Reino de Dios le decía a la casa de Israel, sepa ciertamente toda la casa de Israel que a éste Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

¡Aleluya! Y eso es lo que nosotros, hermanos, tenemos que hacer con la humanidad. Tenemos que decirle a la gente, hermana, quiere pasar simplemente a adorar, amén, pase por acá. Quiero terminar esto, un momentito, porque no tenemos tiempo para hablar. Siéntese por favor, hermanos, sí, gracias.

Quiero terminar esto más bien aquí. Discúlpeme. Pero hablando acerca de eso, la importancia de nosotros tener cierto orden. Quiero terminar con este mensaje bien esencial: cuando nosotros le notifiquemos a la gente acerca del Evangelio, tenemos que concluir con una cosa, el Padre ha hecho a Jesús Señor, lo ha hecho salvador. El Señor en su persona une todas las cosas. Nosotros venimos a Cristo y lo primero que hacemos es reconocemos su señorío, reconocemos su autoridad, reconocemos su gobierno sobre nuestra vida, le anunciamos a la humanidad. Tenemos que recibir a Cristo, sí, él nos salva, pero también él viene a ser señor, a ser gobernador de nuestras vidas. Él lo ha hecho Señor y lo ha hecho Cristo. Dios estableció sobre su Hijo ese manto de autoridad y nosotros tenemos que apuntar a la humanidad hacia Jesús.

La próxima vez que yo predique yo quiero tomar el resto de este pasaje y quiero mostrarles a ustedes cómo en la mente del Apóstol Pedro, o cuando él termina su sermón, él une tres cosas: aceptar a Cristo como Señor y salvador, ser bautizado en las aguas, y también recibir el bautismo del Espíritu Santo. Estas tres cosas están unidas una con la otra y nosotros tenemos que ir mirando ya hacia eso, como iglesia, de siempre anunciarle a la gente, sí Jesús te salva, bautízate también. El bautismo no salva de pecados, pero sí es algo que nosotros tenemos que hacer, debemos hacer y busca la unción del Espíritu Santo, busca el bautismo del Espíritu Santo. Eso es parte importante también de la experiencia cristiana.

Así, hermanos, mediten en estas cosas. Entiendan que Dios ha enviado a su Espíritu Santo y que en este tiempo estamos en un tiempo bien claro, miremos mucho el reloj de Israel, miremos mucho lo que está pasando allí porque Dios tiene grandes cosas que quiere hacer también a través de esta nación.

Vamos a ponernos de pie. Te damos gracias, Señor. Te damos gracias por tu palabra, Señor, en esta tarde. Gracias porque tu has enviado a Jesús para ser el que nos bautiza con su santo espíritu. Gracias porque no solamente fue para un tiempo hace 2000 años sino que todavía la mejor porción, el mejor vino está reservado para este tiempo.

La lluvia tardía todavía está por venir, Señor. Y nosotros queremos estar atentos a esa visitación. No queremos perdérnosla, Señor. Permite que nuestra iglesia pueda estarse preparando para esa gran visitación de tu espíritu, Señor, en los últimos tiempos de la cual habló Joel y que tu iniciaste hace dos mil años en el día de Pentecostés.

Y pedimos también por la nación de Israel, Padre, porque este es el tiempo que tu estás acelerando un proceso paralelo allá también, trayendo a ese pueblo a su tierra nativa y también naciones que están levantándose poco a poco en contra de tu pueblo también. Pero gracias, Padre, porque tu también tienes eso ya preparado y estás trabajando en tu iglesia, aquí entre nosotros también para una gran cosecha de almas, como la hubo el día de Pentecostés. Nosotros también, Señor, queremos ser parte de esa cosecha, como Pedro lo fue ese día de tu visitación.

Te bendecimos Señor en esta tarde. Queremos que tu nombre sea glorificado, Señor. Ayúdanos a ser entendidos, ayúdanos a amar a tu nación, amar a tu pueblo Israel, Señor, pedimos tu bendición sobre esa nación. Así como la pedimos sobre esta nación en la cual nosotros estamos también, Padre. Sabemos que estamos en tiempos significativos y queremos discernir los tiempos, queremos discernir lo que tu estás haciendo y alinearnos a lo que tu quieres que nosotros hagamos como pueblo tuyo, Padre. Alabamos y glorificamos tu nombre. Gracias, Señor Jesús. En el nombre de Jesús oramos. Amén. Amén.

Prepárate para tu cita eterna

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Como siempre, el Señor es perfecto en todas sus cosas y acabamos nosotros de orar por un hombre que acaba de perder su hijo, y vamos a seguir orando por Tom y por su hijo. Pero, fíjate, el Señor me puso una palabra en esta mañana que se trata de la fragilidad de la vida y lo largo que es la eternidad. Y nadie… ¿quién quiere perder un hijo? Y, parte del choque de perder un hijo es el hecho de que, por lo menos nosotros pensamos, nadie debe morir de tale dad. Y yo me imagino, no conozco a Tom ni conozco a su hijo, pero you me imagino un joven en la flor de su vida con toda su vida delante, con planes y propósitos. Pero ahora con una larga eternidad delante.

Y Dios nos invita, vamos a pensar en eso, en la promesa que Dios nos ha dado, y la preparación para ese día. Y les invito a abrir el Libro de Hechos, capitulo 24. Hechos, capítulo 24, comenzamos a leer desde el versículo 14, 15 y el 16 de Hechos, capítulo 24. Aquí el Apóstol Pablo está compareciendo delante de… él está detenido, ha estado detenido él en Cesaría por dos años o estará detenido, perdón, en Cesaría por dos años después de comparecer delante de este rey – delante de este gobernador, Félix. Vinieron desde Jerusalén los líderes del Sanedrín para traer ciertos cargos contra Pablo, y fíjate en su defensa – a propósito, como alguien que era un abogado, Pablo era un tremendo abogado, ¡en verdad! El hombre sabía defender sus derechos en la corte, conocía sus derechos como un ciudadano romano y como un judío y fariseo, y él pudo desmentir todos los cargos contra él y probar su falsedad, menos una.

Él abiertamente admitió este cargo, es el único cargo que él admitió delante de esta corte y delante de este gobernador y le dice, “Pero esto te confieso que según el Camino…” Lo habían acusado de ser un cristiano y un líder entre los cristianos. “… que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo a Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la Ley y los Profetas están escritas, teniendo esperanza en Dios la cual ellos también abrigan: de que ha de haber resurrección de los muertos, así de los justos como de injustos. Por luego él añade, y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante de Dios y ante los hombres.”

Ahora, hermanos, primeramente, dos cosas que podemos ver acerca de él, este evento, llamado por distintos nombres, el Tribunal de Cristo, el Tribunal del Gran Trono Blanco, no estoy aquí para entrar en detalles de teología pero sí dos cosas podemos sacar inmediatamente del versículo 15 y versículo 16, acerca de este evento.

Primeramente, mis hermanos, yo les puedo decir con certeza, esto es una verdad incontrovertible bíblicamente. En toda la palabra de Dios se afirma que el ser humano tendrá tarde o temprano una confrontación con su Creador. La Creación conocerá su Creador, compadeceremos delante del trono de Dios, esto está en el Antiguo Testamento, vemos esto en el Libro de Génesis, vemos esto en los Salmos y en los Proverbios, en Eclesiastés escribe de esto, los Profetas escribían de esto. En el Nuevo Testamento es más declamatorio acerca de esto, está regado por todo el Nuevo Testamento.

Jesús fue tal vez el que predicó más que todos acerca de el hecho de que nosotros estaremos delante de un rey, que el Señor iba a evaluar, él en un instante habló de una separación en ovejas y cabritos, de separar algunos para su izquierda, otros para su derecha, él fue muy explícito en los cuatro evangelios acerca de esto. El Libro de los Hechos, ya tenemos aquí el Apóstol Pablo hablando de esto. Aparece en Romanos, aparece en ambos libros – ambas Cartas a los Corintios, aparece en el Libro de Hebreos, aparece en el Libro de Judas, aparece en los dos libros de el apóstol Pedro… Apocalipsis.

Mis hermanos, si ustedes se estremecieron al ver Avatar, no han visto nada. El Apocalipsis es esto en tres dimensiones. Se trata de esto nada más, it’s coming, es inevitable. ¡Qué bueno saber esto de antemano!

Pues, número uno, mis hermanos, nosotros vamos a ver a nuestro rey y estaremos delante de él, ahora esto es lo que nosotros creemos y lo que nosotros enseñamos, los justos y los injustos tendrán dos días muy distintos. Los injustos conocerán tal vez este rey por primera vez y lo único que sucederá entre ellos y este rey es que ellos se vean inevitablemente obligados de reconocerlo, este es mi rey. Y este es el punto, toda rodilla se doblará delante de él, toda lengua confesará que él es rey, that is it. Y hasta allí llegó su relación con este rey. Nosotros los justos tendremos otro tipo de día, y si usted ha tomado su clase de discipulado, y si usted ha llegado a nivel tres, usted bien se acuerda que seremos evaluados. Eso es más bien una evaluación y sabe, nada se evalúa que no tiene valor.

El Señor que valora tanto, que Él detiene toda la operación del cielo para detenerse contigo y su vida, y evaluarla. Interesantemente el pastor Omar, en un momento en la oración, intercediendo por este pueblo él pidió delante del Señor Padre, confesemos, confesamos que te hemos ofendido… y lo digo automáticamente, con nuestros pensamientos, con nuestros hechos, con lo que decimos, we have ofended you with our words, with our deeds and with our thoughts y hermanos, esto es… si usted quiere saber qué es lo que será evaluado, sepa eso. Cúbrase de esas cosas, y estás bien. That’s it.

Todo se trata de nuestras palabras, de nuestros pensamientos y de nuestros hechos. Lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos. Eso es lo que será evaluado. Ahora, hermanos, si esto es tan obvio y si el Señor es tan enfático sobre esto, ¿no crees tú que estaríamos constantemente preparándonos para esto?

Y esto es lo triste, porque lo segundo que vemos nosotros, lo segundo que puedo ver de esta escritura y en nuestra experiencia es que la mayoría de nosotros no pensamos en esto. Francamente, si fuéramos honestos, dice el Apóstol Pablo en el versículo 16, “y por esto…” Al saber usted que este día va a llegar. Al saber yo que ese día va a llegar, ¿cómo usted termina esa frase “y por esto…”? “Y por esto…”

Vendrá un día en que nuestros pensamientos, nuestros hechos, nuestras palabras serán evaluadas por nuestro creador, so what? Y por esto dice el Apóstol Pablo, encarcelado, mira este símbolo de un hombre en cadenas delante de este gobernador. Él era el ùnico hombre libre y tranquilo en todo este tribunal. Y dice, “por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”

Hermanos, espero no escandalizarlos, y eso lo vemos en nuestro diario vivir, y por eso el Señor en su misericordia nos trae esto, yo me cubro bajo esta carpa. ¿Si estuviéramos nosotros constantemente pensando en esto nos daríamos las libertades que a veces nos damos?

¿Nos atreveríamos pensar lo que a veces pensamos? Nos atreveríamos decir lo que a veces decimos? ¿Nos atreveríamos? Y, mis hermanos, eso es tal vez el ángulo tal vez más negativo en que se puede contemplar esto. El otro ángulo es esto, hay un ángulo muy positivo y es esto: yo comparto con mi clase de discipulado cuando llegamos a este punto, es más ni siquiera cuando llegamos a este punto, cuando llegamos a una clase acerca de la mayordomía del tiempo. ¿Por qué nos importa medir nuestro tiempo, distinguir lo importante de lo urgente? ¿Qué ironía que en los materiales de discipulado, esa es la clase que sigue la clase acerca de la visión, Omar. Y yo le digo a estos hombres, ¿sabes qué? La distancia entre el hombre que eres y el hombre que Dios te ha llamado a ser, se mide en tiempo.

Dios nos ha dado a todos cierto tiempo – un ejemplo, unos años atrás un hermano, tal vez un año atrás, un hermano tomando la clase de discipulado llego ese tiempo… Hay una sección en donde nosotros escribimos nuestro propio funeral y qué van a decir de nosotros en nuestro propio funeral. ¿Qué quisiéramos que dijeran de nosotros en nuestro funeral? ¿Cuántos hicieron eso, se acuerdan de ese ejercicio? ¿Cuántos todavía lo tienen? ¿Cuántos se están acercando a que su gente diga eso de usted? Yo todavía estoy en ese proyecto, gracias a Dios, y Dios ha sido misericordioso con nosotros.

Porque no es lo que dirían de nosotros, es lo que quisiéramos que dijeran de nosotros y después que ellos comparten qué quisiéramos que ellos dijeran de nosotros, entonces yo me atrevo a hacerles esta pregunta, mis hermanos, ahora… entre nosotros, de verdad, ¿qué diría tu vecino de ti? De verdad, qué diría, eso es… No, como ustedes pueden imaginar, no nos detenemos mucho en ese punto pero se asustan en esto, ellos inmediatamente, es obvio que para llegar a ser ese hombre se cruza una jornada medida por tiempo.

El detalle es que no sabemos qué tiempo tenemos. Y uno de estos hermanos comenzando esta jornada, casi a la mitad del curso de discipulado, descubrieron que él tenía un cáncer muy agresivo, Terminal y faltando unas semanas –unas semanas- antes del examen final del discipulado, en diciembre de ese año, él falleció. Pero Dios le dio unas semanas y en ese tiempo que el Señor le dio, si usted ve este hombre trabajando, es más, esa proclamación que él hizo fue su mapa, él inmediatamente… en el hospital se casó con su esposa, él quería hacer eso hace tiempo, lo llegó a hacer, se reconcilió con sus hijos… porque cuando nosotros llegamos a esa jornada, fíjate lo que… en nuestra ancianidad, no es como si estuviéramos llegando a un fin, es como si estuviéramos caminando una larga jornada y de momento llegamos a la costa, y no es que llegaste a nada, es todo lo contrario.

Hemos llegado a un gran mar, un gran océano delante de nosotros, oímos sus ondas y vemos su viento y no hay un horizonte y allá el Señor nos está llamando, eso es lo que nos espera delante de nosotros, la verdadera jornada, todo lo demás ha sido puro entrenamiento.

Ahora, sabiendo esto mis hermanos, ¿qué hacemos? Buenas noticias, yo tengo las preguntas del examen ya. Ya tenemos las preguntas de ese examen… ese examen que tendremos delante del Señor ya usted tiene las preguntas, son dos nada más, mira si esto es fácil: Primero, ¿quién fuiste? O si te llegara a preguntar hoy, ¿quién eres? Segundo, ¿qué hiciste?

¿Quién fuiste? ¿Qué hiciste?

¿Por qué comenzamos con quién fuiste? Sabe, la gente que no piensan bien en esto, que no se preparan, que no conocen la esperanza delante de esto… las cosas locas que nosotros hacemos para dejar un legado, ¿cuántos…? No hay un edificio en una universidad que no tenga el nombre de alguien, un donador. ¿Por qué? Porque esa persona desesperadamente quería asegurar que su nombre fuera honrado y recordado y amado. Hospitales, monumentos, calles, queremos dejar una granja a nuestros niños y sus nietos… Saben, nos preocupamos tanto de eso, sin pensar que si te preocupas… si nos preocupamos de la obra de Dios en nosotros, participar en la obra redentora de Dios en nosotros… Mira, hermano, si hay buen árbol dará buen fruto. Si hay buen árbol, dará buen fruto… Si nos preocupamos por el árbol que somos, no nos tenemos que preocupar por el fruto.

Lo que pasó a Samuel, ese día me preocupo porque yo sé que no soy perfecto, no he sido perfecto… No he sido la madre perfecta, el padre perfecto, el trabajador perfecto, el jefe perfecto, el amigo perfecto, el hijo perfecto no lo he sido. ¿Sabes lo que celebra la palabra de Dios, lo que dice la palabra de Dios de la senda del justo?

Interesantemente la senda del justo no es medio día, todo el día con una constancia. Dice la palabra, que la senda del justo… “mas la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Lo que honra a Dios es que estemos en aumento, que estemos participando en la obra redentora y santificadora y de perfección en nuestras vidas.

Hermanos, esto en verdad, los cambios más radicales en nuestras vidas a veces comienzan con los gestos más sencillos. La semana pasada tuve el privilegio de estar en un grupo de oración. El miércoles en la noche con un grupo de hermanos americanos, no carismáticos ni nada pero un grupo de un puñado de hombres buscando el rostro de Dios; y uno de estos jóvenes que se reunió allí, en una de las oraciones, aún en ese sentido fue una de las oraciones más sinceras que yo he oído.

Y su oración fue algo así: Dios yo prefiero los Red Sox a ti, yo prefiero tantas cosas locas, yo prefiero, oh God, I confess I love the Red Sox more than you, I love – I love my gameboy more than you, also silly things… prefiero mis juegos electrónicos pero quiero… Oye esto: yo quiero darte a ti más que eso, más que eso. Start with that. Maestro, yo deseo desearte. Deseo desearte, tengo hambre por tener hambre de ti. In pursuit of God. I hunger the hunger for you.

Esta misma noche, delante de la presencia del Señor, como declaró el predicador el domingo pasado predicando el libro de Ezequiel, pídele al Señor un corazón de carne. Start with that! Señor, quiero tu corazón, quiero tu corazón, quiero desearte, quiero aprender a amar como tu, amar tu presencia, veo que otros lo hacen, veo que otros lo han crecido, y tú has prometido dármelo. Una oración así mis hermanos, derrite el corazón de Dios.

Y comienza una obra milagrosa y cuando llegamos a la pregunta, ¿qué hiciste? Si usted está armado, si el Señor está trabajando en nuestros corazones, y ya el Señor está perfilando, alijando, perdón, nuestras asperezas. Tal vez esa palabrita que usted decía todos los días, solamente lo dice una vez a la semana. Tal vez esa cosita que le ofendía al Señor, usted ni siquiera se acuerda como usted paró de hacerlo, pero por el amor de Dios en ti ha crecido tanto y tu búsqueda de Él se ha convertido tanto en la meta de su vida.

Usted ni siquiera se está dando cuenta cuando o cómo dejó usted este hábito o esta manera de pensar, o esta manera de hablar pero como el Cristo en ti ha crecido tanto y tú te identificas tanto con su corazón y Él con el tuyo, bueno… lo comienzas a imitar, lo comienzas a imitar, y cuando llegamos a la parte, ¿qué hiciste? Sabes, el cielo es muy diferente que la Tierra, a propósito, el cielo es muy diferente que la Tierra y las cosas que nosotros contamos como significantes: “Oh, Master, I had a wing of the hospital named after me… Señor, yo tuve una ala del hospital que nombraron…”

Mis hermanos, hojarasca u oro… nos vamos a sorprender. Dice la palabra que habrán sorpresas en el cielo, y los primeros que nos sorprenderemos somos nosotros de lo que Dios celebra y lo que deja de celebrar.

Sabe, unos años atrás cuando me despedí de mi último trabajo y algunos de mis colegas estaban diciendo distintas cosas de cómo nosotros interactuamos, las cosas que más les significaron a esta gente… ni siquiera yo me di cuenta que cuando mi mamá murió, Samuel me dejó una tarjeta, I forgot all about that. Ni siquiera me había acordado de eso, pero sabe lo que yo pensé en los cientos de oportunidades que yo tuve para hacer más cosas así, tomar más momentos así, sencillamente… ¿qué hiciste? Será seguido de las preguntas, ¿a quién amaste? ¿a quién serviste?

¿A quién amaste? ¿A quién serviste?

Usted se va a sorprender, mientras usted está creciendo enamorado de Dios y por pura obediencia del Espíritu Santo, tú ama. Toma su momento y amas y el Señor te va a dirigir cómo, cuándo y quién y a cuál extremo amar. Lo que dice la palabra, el Señor celebra al que le da el vaso de agua a un visitante porque Él celebra actos insignificantes y totalmente olvidables de amor, invisibles a todos menos a Él.

Hermanos, somos evaluados porque usted vale mucho oyó. Nadie nos toma más en serio, el Señor toma nuestros pensamientos en serio porque te valúa y te valora, tu vida es lo que se estará celebrando delante de su trono ese día.

Vamos a ponernos de pie. Por favor. Enrique, yo quiero más de ti… Tomemos un momento, mis hermanos, y yo les voy a invitar a que si no lo ha hecho, por lo menos esta semana, cierre sus ojos por un momento y transpórtese, tú estás delante de la presencia del Señor… ahora yo te voy a decir algo, eso será precioso. Para eso fuimos hechos, ese es tu hogar, that’s home. Por fin estamos en casa, Dios en toda su luz y majestad, Jesucristo sentado en su trono, gobernando, ya por fin, todo como tenía que ser… Justicia total, recta, por toda una eternidad, everything is as should be.

Jesús entronado, gobernando, tú su hijo delante de su presencia a donde perteneces con invitación. Ahora delante de su presencia, gracias a Dios podemos hacer esto aquí, vamos a tomar esta oportunidad y decirle, Señor, esto es precisamente lo que queremos, queremos desearte sobre todo. Queremos Señor, que al fin del día, traer nuestros libros delante de ti, equilíbralos en esta noche. Equilibra nuestros libros.

Señor, no queremos cuenta contigo, no queremos cuenta con nuestros hermanos. Padre, queremos Señor, que nos dé tu corazón, que nos instruya en amor y que seamos, Maestro, faros, señalando ese día precioso que nos espera, Maestro. Te amamos.

Seguimos orando por Tom, Padre, que cuando él llegue a la orilla del mar, cuando llegue su día, él te vea a ti y que Él sepa lo que está delante de él, y que es bueno y vale la pena esperarlo en el nombre de Jesús.

Busquemos de Dios

28 de junio del 2010 - Por Betsy Behan

"Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente"
1 Crónicas 16:11

Cuando buscamos de Dios
la carga es más ligera, el camino más corto
las cadenas son rotas.
Cuando buscamos de Dios
él nos dirige, su gracia nos decora
el ambiente tiene aroma de rosas.
Cuando buscamos de Dios
su gozo es melodía, su espíritu nos llena,
sentimos su presencia
cuando buscamos de Dios

El domingo pasado el servicio en mi iglesia "Congregación León de Judá" fue diferente, el Señor nos habló de una manera especial. El está llamando a la "oración", a buscarlo en "espíritu y verdad". El nos está hablando de muchas maneras, y una de ellas es por medio de la naturaleza, de la cual él tiene total control "es obra de sus manos". Todo lo que está pasando son señales que deben cumplirse, y no debemos tener temor, pero si "buscar de Dios" “busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” (salmo 34:4).

Mi esposo y yo serviríamos como ujieres en el servicio en inglés, pero el Señor cambió el programa, y celebramos los dos servicios juntos, bueno los tres porque la presencia de Dios era tal que los servicios en español e inglés siguieron corridos con el de la tarde. El Señor usó a mi pastor para que así fuera, se sentía una visitación especial; particularmente yo por un momento me sentí como sedada ~ fue una experiencia diferente.

Es un llamado general. Mi madre me comentó que también en su iglesia celebraron un servicio-retiro, el cual culminó en la tarde, y el Señor ministró de manera especial. Estoy segura que muchas otras iglesias estaban unidas en el espíritu. Amados prestemos atención al mensaje que Dios nos está mandando, y recordemos que él nos ama, él es bueno. "busquemos de Dios".

Amado Dios: nos entregamos a ti, nos doblegamos ante ti para que se haga tú voluntad en nuestras vidas. Nos humillamos y buscamos más de ti Señor. Amén.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo
Sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,
El cual tendrá de el misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:6-7

La iglesia y el pueblo de Israel

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Nuestro predicador de esta mañana es nacido en el Japón, originalmente vino a los Estados Unidos a los 13 años. Su nombre es Fumio Taku y ha sido pastor. Es también administrador de empresas, graduado de Yale University. Tiene una maestría en administración de empresas. Ha vivido en Israel por varios años donde dirigió una Compañía israelí y también asistió y ayudó en una congregación mesiánica allí en Jerusalén y en Israel. Es un hombre que ama a Israel muchísimo. Es presidente también de una organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Jerusalén. Es un gozo tener al pastor Fumio con nosotros. Digan todos, bienvenido Fumio.

Buenos días todos. Mis amigos y mis hermanos. Es bueno estar aquí hoy. Como ha mencionado el pastor Miranda, nací en Japón y fui criado en una típica familia japonesa. Nunca escuché la palabra Dios mencionada jamás en mi familia. Somos una familia muy secular, y no tenía absolutamente nada que ver con el cristianismo. No tenía nada que ver con los judíos. No tenía nada que ver con los latinos tampoco. Pero aquí estoy, todo por los milagros de Dios. Verdaderamente Dios reina en nuestras vidas, no es así? Y él dirige nuestros pasos.

Lamento decirles que mi esposa no está aquí hoy conmigo. No pudo reunirse con nosotros, pero hace muchos años fue a través de sus oraciones y sus testimonios que yo llegué a recibir a Cristo en mi vida. Si hay alguna persona aquí cuya esposa o esposo no ha recibido a Cristo todavía, no se de por vencido.

He tenido esta oportunidad de dirigir esta organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Israel. Es una organización compuesta de judíos y cristianos que aman a Israel. Y estamos parados brazo con brazo a favor de Israel. Israel como la tierra bíblica y nacional para el pueblo judío, y sostenemos a Jerusalén como la ciudad indivisible que Dios tiene para el pueblo de Israel, su capital indivisible.

Estuvimos tan bendecidos de tener al pastor Roberto, Delmi Martínez, y muchos de ustedes en esa marcha en Boston a favor de Israel que tuvimos hace unas semanas. Todos los amigos judíos, y los rabinos judíso que son amigos nuestros, los que estuvieron allí fueron tan impactados en su corazón sabiendo que ustedes y otros cristianos estaban allí sosteniendo y apoyándoles.

Como cristianos somos estudiantes de las Escrituras. Como sabemos la Biblia fue escrita hace miles de años, y sin embargo hoy en nuestros días, si uno prende el televisor, o abren un periódico frecuentemente uno todavía lee noticias acerca de los judíos, Israel. Parecería que todos los conflictos del mundo dan vueltas siempre alrededor del mismo tema: Israel.

Hace tres semanas se reportó que el Consejo Rabínico de Judea y Samaria, un grupo oficial de judíos y rabinos ortodoxos en Israel hizo una declaración, que el reciente incidente de la Flotilla de Gaza, algo que sucedió hace poco, una protesta bien fuerte que hubo contra Israel, fue un esfuerzo por hacer una especie de protesta invasiva que venía de Turquía para entrar en Gaza, donde están los palestinos en esa parte de Israel. Esos rabinos hicieron una declaración oficial que esa situación se parecía muy cercanamente a la guerra que predice el libro de Apocalipsis de Gog y Magog, y otros libros proféticos, y esa es una de esas guerras que se dará en el fin de los tiempos, como dice en el libro de Ezequiel, capítulo 8:38 y 39, y Zacarías, capítulo 12 también habla de esta guerra de Gog y Magog, y en esa declaración los rabinos decían que todas las naciones del mundo se agolparán contra Israel. Pero, dicen ellos, al final de ese conflicto se dará la redención final del pueblo de Israel.

Ahora, como cristiano no podría estar más en acuerdo con ellos, estoy totalmente de acuerdo. De hecho, el tiempo del fin está cerca. En nuestros días el tiempo de la venida de nuestro Mesías Jesucristo está bien cercano y el tiempo de la redención final del pueblo de Israel también está muy cercano.

Quiero compartir con ustedes en esta mañana de la palabra de Dios, esa parte del pueblo de Dios que es el pueblo de Israel, el corazón de Dios para ellos y relación entre la iglesia, nosotros como iglesias, y el pueblo de Israel. Me alegro de estar entre gente que sabe que como pueblo cristiano se supone que amemos a Israel.

Voy a comenzar mi enseñanza esta mañana yendo a tres versículos primeramente. Vamos primeramente a Éxodo 24, versículo 12. Y después voy a ir a Juan 14:15 y 17 y Segunda de Corintios capítulo 3.

Éxodo 24:12: “…Entonces Jehová dijo a Moisés, sube a mí al monte y espera allá y te daré tablas de piedra y la ley y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se levantó Moisés con Josué, su servidor, y Moisés subió al monte de Dios…”

Ahora vayamos a Juan, capítulo 14, versículo 15 hasta el 17: “…. Si me amáis guardad mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y él os dará otro consolador para que esté con vosotros para siempre. El espíritu de verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero ustedes conocen ese espíritu porque ese espíritu mora con ustedes y estará en ustedes…”

Vamos a Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2: “… Nuestras cartas sois vosotros escritas en nuestros corazones conocidas y leídas por todos los hombres , siendo manifiesto que sois carta de Cristo, expedida, escrita por nosotros, escrita no con tinta, sino con el espíritu de Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón…”

Ahora, hablemos entre nosotros como cristianos un momento. En Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2, Dios nos describe lo que es caminar como un creyente en Jesucristo, qué es lo que constituye, cómo se camina como un creyente. Como una persona que ha recibido salvación a través de Cristo Jesús, no por nuestras propias obras, sino por las obras de Dios a través de Cristo Jesús, esa salvación que ustedes han recibido por fe. Como cristianos Dios nos instruye que hemos recibido las palabras mismas de Dios, de Jesucristo, directamente a nuestros corazones, que Dios había escrito en sus corazones de carne las palabras de Cristo: quién es Dios, por ejemplo, lo que él ha hecho por ti, todas las promesas que Dios tiene para ti, su poder, su fuerza, so gozo, su amor, su misericordia, su bondad, todas esas cosas han sido impresas en sus corazones. Y estas palabras de Jesús, nos dice Dios, tienen que ser manifestadas, expresadas, a través del Espíritu Santo, por medio del Espíritu Santo.

Como cristianos, nos dice la palabra, se espera que no solamente que sepas quién es Dios, o quién tu eres en Cristo Jesús, sino también se espera que tu camines en el amor, en le poder, en la misericordia de Dios, en tu conducta expreses estos valores, no por tu fortaleza personal, sino por la unción, por el poder del Espíritu Santo. Ya sea que estemos hablándoles o encontrándonos con nuestros amigos judíos, o hablando con algún conocido amigo de África, de Sudamérica, de Asia, donde sea, no importa quién sea esa persona, dice la palabra que Jesús murió por nosotros, aún cuando estábamos pecando en contra de él. Fue un amor incondicional el que nosotros recibimos de parte de Dios.

Y se supone que nosotros amemos a los demás con ese mismo amor incondicional que muestra Jesús. Debemos orar por otros y orar para que sus cuerpos sean sanados por medio del poder del Espíritu Santo. Tenemos que venir en contra de cualquier espíritu demoníaco que esté atando a una persona y en el nombre de Jesús orar por ellos. Como cristianos hemos venido a ser el pueblo de Dios, como cristianos hemos venido a ser embajadores de Cristo Jesús. Y como dice la palabra, ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en y a través de nosotros.

Así que aquí en Segunda de Corintios, en este texto, Dios nos instruye, nos revela quién se supone que seamos como cristianos, pero no podemos terminar allí solamente. Regresemos un poco al tiempo de los corintios, cuando fue escrita esta carta. Esta carta fue escrita por Pablo, más o menos en el año 50 ó 55 dc, estamos hablando de unos 20 años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, muy cercana a la vida y muerte de Jesús. Piense en eso un momentito, qué estaba usted haciendo hace 20, 25 años, en su propia vida, no hace tanto tiempo, ¿verdad?

Pongamos que esta sea la congregación de los corintios, el tiempo es el año 53 dc, hace solamente 20 años que Jesús murió y se levantó de los muertos. Quizás algunos de ustedes conozcan a gente que estuvo allí en ese momento, quien sabe si algunos de ustedes estuvieron allí en el mismo día de Pentecostés cuando vieron a 120 recibir poder de lo alto en el bautismo del Espíritu Santo.

Ahora, Pablo era un judío creyente, Jesús era un mesías judío, ahora esta congregación corintia comenzó cuando Pablo, ese plantador de iglesias judío, llegó a esta ciudad se encontró y conoció a una pareja llamada Aquila y Priscila. Estas dos personas se convirtieron en los primeros dos conversos en Jesús en la ciudad de Corinto y Pablo fue entonces a la sinagoga, la iglesia judía local, ahí en esa sinagoga donde se nos dice que los judíos locales y también algunos gentiles creyentes estaban allí orando en esa sinagoga, y Pablo llegó a ella. Y Pablo comenzó a enseñarles acerca de Jesucristo y de la salvación en él.

Y Pablo usó las Escrituras originales, es decir lo que llamamos hoy en día el Antiguo Testamento de las Escrituras judías que tenían disponibles en ese tiempo, y el libro de Hechos, capítulo 18 registra lo que pasó en esa ocasión en la ciudad de Corinto, cuando Pablo llegó allí; ahí se nos dice que a pesar de que la mayoría de los judíos que estaban en la sinagoga cuando Pablo predicó, rechazaron a Jesús, Crispas que era el líder de la sinagoga, como el pastor de la sinagoga en ese momento, sí aceptó a Jesús como su mesías, junto con toda su casa, su familia y varios otros judíos también de esa sinagoga y algunos gentiles también conversos judíos que también estaban allí en ese momento.

Así que aquí estamos en la ciudad de Corinto hace dos mil años atrás piensen muchos de ustedes son judíos de hecho, y muchos de ustedes son gentiles que han estado asistiendo a la sinagoga, y muchos de ustedes son paganos como era yo antes de conocer a Jesucristo. Y entonces aquí estamos. Y cuando Pablo escribe estas palabras a esa congregación mixta de judíos, de inconversos, de paganos, es una congregación mixta, como se pueden imaginar, ustedes si hubieran estado en ese momento cuando se lee esta carta, tendrían una comprensión mucho más cabal, más profunda de las palabras de Pablo que la que hoy tenemos a dos mil años de distancia, porque usted habrá crecido como judío, habría sido educado en una sinagoga. Usted se imagina en esa congregación las enseñanzas judías y los ritos y costumbres judías le habrían sido muy familiares a esa gente de ese tiempo.

El problema es que para nosotros hoy en el Siglo XXI, a dos mil años de distancia de esas palabras, nosotros nos hemos, como cristianos, nos hemos separado de nuestras raíces judías originales y verdaderamente no entendemos las conexiones entre nosotros como cristianos e Israel, como nación. No entendemos cabalmente cuánto verdaderamente Dios ama a su pueblo en Israel, cómo Dios ha establecido un pacto inviolable con su pueblo Israel y cómo a través del pueblo de Israel Dios hizo llegar la palabra suya a nosotros. Y fue a través del Mesías de Israel, Jesús, que nosotros recibimos salvación. Y es a través del pueblo de Israel que Jesús vendrá a la tierra otra vez, y acerca de lo que dijeron esos rabinos de los cuales me refería al principio, de que se daría entonces la redención final del pueblo de Israel.

Ahora, miren de nuevo en Segunda de Corintios 3, versículo 2, dice allí en la segunda sección: “…no en tablas de piedra, versículo 3, sino en tablas de carne del corazón…”

Pablo dice aquí claramente que la ley de Dios entonces había sido escrita no en tablas de piedra, como originalmente en el Antiguo Testamento, sino en tablas de carne, en el corazón humano. Cuando él escribió estas palabras él no estaba hablando solamente de que las Palabras de Dios no se deben entender solamente con los sentidos físicos, con la mente, sino que la palabra de Dios tiene que ser interpretada por medio del espíritu. Porque es nuestro espíritu el que el Espíritu Santo de Dios le da testimonio a nuestro espíritu.

Pero, no solamente eso, Pablo se estaba refiriendo a promesas específicas dadas al pueblo de Israel por profetas de la antigüedad. Ahora, nosotros hablamos acerca de esto de recibir la salvación de Jesús, de caminar por el espíritu de Dios, y de recibir lo que Cristo dijo de que este es el nuevo pacto en mi sangre, a veces nosotros pensamos que esa palabra de Jesús del pacto de sangre, de que este es mi carne molida por ustedes, como que estas cosas eran habladas solamente a nosotros los gentiles, no a los judíos. Pero no es así.

Esta promesa de la cual estamos hablando fue y ha sido dada a un pueblo judíos, hebreo, al pueblo de Israel. Vaya conmigo a Jeremías, capítulo 31:31

“… He aquí que vienen días, dice el Señor, en los cuales haré nuevo pacto…”

Esa palabra nuevo pacto, en el hebreo original brit hadasha, esa es la misma palabra, la misma expresión que Cristo usó es mí brit hadasha, en otras palabras este es el nuevo pacto en mi sangre, la misma palabra que Cristo usa cientos de años después.

De nuevo leamos, “… en los cuales días haré un nuevo pacto con quién? Con la casa de Israel y con la casa de Judá, un nuevo pacto con Israel y con Judá, no como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto…”

Así que Dios habló a través de Jeremías al pueblo de Israel, diciéndoles, “yo haré con ustedes un nuevo pacto”, no como el pacto que ustedes originalmente, les decía, recibieron cuando salieron de Egipto, ese pacto en el Monte Sinaí, tablas de piedra, cuando Moisés recibió esas tablas de piedra y recibió allí la palabra de Dios, sino que este nuevo pacto, declara el Señor, yo haré con la casa de Israel después de estos días, y oigan esto, yo pondré dentro de ellos en su corazón yo escribiré mi ley, dice.

Oyeron eso? En su corazón yo voy a escribir mi ley. Y luego declara, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y entonces dice, y entonces ellos me conocerán. Quizá usted no se recuerde, pero cuando leímos Juan 14:17, hace unos minutos atrás, leímos que cuando venga el Espíritu Santo, dice el Señor Jesucristo, ustedes me conocerán porque el Espíritu Santo estará con ustedes y en ustedes. Y más adelante el Señor habló a través de Jeremías, dice, perdonaré sus iniquidades y sus pecados y no me acordaré más de ellos.

Así que aquí vemos en Juan y en Corintios que lo que Dios le había prometido a los judíos dos mil quinientos años antes, o 500 años antes de que Cristo muriera y resucitara de entre los muertos, Dios ya había dado a través del profeta Jeremías, esa promesa al pueblo de Israel que recibirían un nuevo pacto, ese brit hadasha, a través del cual él decía, ustedes, los judíos, me conocerán como su Dios, para que entonces la palabra de Dios sean escritas no en tablas externas de piedra, sino adentro en sus corazones, para que sus pecados sean perdonados y ya no sean tomados en cuenta jamás.

Esa es la restauración final del pueblo de Israel. Ahora, no solamente Jeremías sino también otro profeta, el profeta Ezequiel. Era un contemporáneo, vivía en el mismo tiempo que Jeremías, Dios le había dado a Ezequiel ese mismo mensaje. Si uno busca en Ezequiel, capítulo 36, versículo 24 al 28. Esto es lo que Dios le dijo al pueblo de Israel:

“… Yo os tomaré de las naciones, de todas las tierras y os traeré a vuestro país. Luego esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis limpios de vuestras iniquidades, de todos vuestros ídolos os limpiaré, os daré un corazón nuevo, pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne…”

Recuerden, ese corazón de carne al cual nos hemos estado refiriendo. Y entonces Dios dice a través de Ezequiel, le dice a los judíos:

“… y pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos… Y dice en el versículo 28, … ustedes me serán por pueblo y yo les seré por Dios…”

Así que una vez más a través de Ezequiel, Dios le prometió al pueblo de Israel que un día ellos recibirían su espíritu, el espíritu de Dios, que estuviera dentro de ellos. Eso de lo cual nosotros hablamos como cristianos, que el espíritu de Dios habita dentro de nosotros. Pablo dice en Primera de Corintios, capítulo 6 versículo 19:

“… que tu cuerpo, mi cuerpo, nuestros cuerpos han llegado a ser templos del Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo de Dios está sobre nosotros y dentro de nosotros, y que esa promesa que el mismo espíritu de Dios vendría a morar dentro de nosotros fue dada al pueblo de Israel hace miles de años atrás, 2500 hace Dios les dio esa misma promesa a ellos.

Ahora, si le ponemos mucha atención a lo que estudiamos en Ezequiel, Dios añadió otra pieza de información, que ese nuevo pacto que él iba a hacer con el pueblo de Israel, iba a tener lugar cuando Dios los trajera otra vez a su país de todas las naciones, que sabemos muy bien sucedió en el año 1948, después de 2000 años de estar esparcidos.

Ahora, tenemos que tener en cuenta que estoy hablando de las promesas de Dios al pueblo de Israel, ha tenido usted alguna vez una experiencia en la cual Dios le da una palabra, una visión, un sueño? Y uno se pregunta, caramba, me pregunto qué querrá decir esto, Señor? Y un tiempo después Dios le da otra visión la cual le da un poco más de entendimiento de la visión anterior.

Ahora, acabamos de leer aquí en Ezequiel, capítulo 36 acerca de esta promesa de Dios a Israel, y en Ezequiel 37, en el próximo capítulo vemos que Ezequiel describe otra visión adicional que él tiene, la cual da un poco más de iluminación y entendimiento sobre el primer evento al cual se refiere en el capítulo 36. Es una famosa visión, muchas veces se describe como la visión del valle de los huesos secos. Es un capítulo larguísimo, así que no lo voy a leer todo, pero quiero que lo lean en sus casas. Pero déjenme relatarles acerca del capítulo: Dios le dio una visión a Ezequiel acerca de un valle. Todo lo que podía verse eran huesos secos por dondequiera, y Dios le habló a Ezequiel y le pregunta a Ezequiel, profeta, tu crees que estos huesos pueden revivir? Y Ezequiel contesta, bueno, solamente tu lo sabes. Era diplomático el hombre.

Y Dios le dice a Ezequiel, profetiza sobre esos huesos secos y diles, revivan, vivan y Ezequiel vio que esos huesos se juntaban y formaban hombres, y pudo ver ese gran número de hombres levantarse y ponerse de pie. Pero estaban rígidos, no tenían vida, no tenían movimiento, no se movían porque no había aliento de Dios en ellos todavía.

Ahora, la palabra aliento en hebreo es ruac que también quiere decir, no solamente aliento, sino también espíritu. Ruac es el espíritu, el aliento de Dios. Así que Ezequiel le dice, pero Señor, no hay espíritu, no hay aliento, no hay vida en ellos, y le dijo, profetiza al ruac, al viento, al aliento, ven, espíritu, entra en ellos para que vivan. Y el aliento de Dios entró en esos seres inertes y tomaron vida y se convirtieron en un ejército poderoso.

Esto describe en más detalle exactamente aquello de lo cual venimos hablando, que cuando el pueblo de Israel regrese a su tierra y comiencen a formarse juntos en una nación, como los huesos secos, pero todavía la restauración final como esos huesos que están sin vida, todavía está por venir. El espíritu de Dios todavía, el aliento de Dios todavía no ha entrado en esa nación, en ese valle, y se espera que nosotros oremos para que el espíritu de Dios caiga y entre en ellos para que tomen vida y vengan a ser, para que la promesa de Dios para el pueblo de Israel sea realizada plenamente.

Ahora, como vemos esta es la promesa para el pueblo de Israel, entonces dónde encajamos nosotros, los gentiles? Cuál es nuestro lugar? Pensábamos que el nuevo pacto era solamente para nosotros, los gentiles, la iglesia gentil. Pensábamos como que era algo nuevo que Dios había hecho, completamente nuevo. Siempre estuvo en el plan de Dios, desde los tiempos de antaño. Así que cómo encajamos nosotros en todo ese plan de Dios?

Quiero ahora que vayan conmigo a otro profeta, Isaías esta vez. Isaías capítulo 49 en el versículo 6. Isaías era otro profeta de Dios enviado a la nación de Israel y esto es lo que Dios habló a Isaías para el pueblo de Israel,

Dice Dios, “…poco es para mí que tu seas mi siervo…”

Ahora, este siervo al cual se refiere aquí es el Mesías para el pueblo de Israel, ese Mesías que nosotros adoramos como nuestro Señor Jesucristo, que viene de nuevo, aquel Mesías a quien el pueblo judío actualmente todavía está esperando que llegue. Dice:

“… por que tu eres mi siervo para levantar las tribus de Jacob y para que restaures el remanente de Israel. También te di por luz de las naciones para que seas mi salvación hasta los postrero, lo último de la tierra…”

Casi 3000 años atrás Dios habló estas palabras, estas promesas tanto al pueblo de Israel como también a nosotros, los gentiles, que cuando venga el mesías de Israel él iba a hacer dos cosas: iba a trabajar, a esforzarse para restaurar la tribu de Jacob, levantarla de nuevo, esa es la promesa de la cual hemos estado hablando, y que un día pronto esa promesa va a realizarse. Que cuando el Mesías, Jesús, regrese de nuevo y que el espíritu de Dios caiga sobre su pueblo, que ellos recibirán este brit adasha y que ellos entonces serán restaurados, la tribu de Jacob, Israel. Y a la misma vez Dios también le asignó al Mesías Jesucristo una segunda misión, dice aquí, que él será luz a las naciones, para que la salvación de Dios alcance hasta los fines mismos, los extremos de la tierra.

Ahora, recuerden lo que dijo Jesús: dijo a través de sus 120 discípulos, quédense allí en el aposento alto y esperen porque pronto el Espíritu Santo caerá, vendrá sobre ustedes para que reciban poder de lo alto, para que me sean testigos en Judea, Samaria y aún los extremos, los fines de la tierra, como dice la tierra, como dice aquí; luz a las naciones hasta los extremos de la tierra. Jesús también dijo, en Mateo 24, que cuando ese mensaje de las buenas nuevas llegue hasta los fines de la tierra, entonces vendría el fin.

Y cuántos de ustedes aquí creen que el mensaje del Evangelio ya casi ha llegado hasta el final de la tierra? Estamos bien cerca. Así que lo que Jesús le dijo a las naciones gentiles, creyentes gentiles, que nosotros se supone que vayamos hasta los fines de la tierra con el mensaje de salvación de Jesucristo, ya casi eso se ha cumplido plenamente.

A la misma vez, esa promesa que Dios le dio al pueblo de Israel que ellos regresarían de nuevo a su tierra, que serían de nuevo levantados como una nación establecida, y como esos rabinos de los cuales hablamos al principio, ellos declararon que pronto la restauración del pueblo de Israel está ya a las puertas, está cercana.

Ven ustedes, este es el plan de Dios? Desde los tiempos antiguos Dios había declarado a través del pueblo de Israel las palabras de Dios, el plan de Dios y el Mesías del Señor. Salvación de Dios, brit hadasha, el nuevo pacto, y que nosotros, los gentiles, hemos recibido esa bendición de Dios a través del Mesías Jesucristo que vino de Israel. Y estamos casi llegando al final y ahora ha llegado el tiempo para no solamente nosotros ir hasta los fines de la tierra, sino para regresar al pueblo de Israel, orar por ellos, amarlos, pararnos junto a ellos en apoyo, gozarnos con ellos mientras esperamos ya la inminente venida del Mesías Jesucristo para verlos a ellos recibir restauración.

Ahora, vayan conmigo a Zacarías, capítulo 12, este es el versículo final al cual voy a estar yendo hoy, versículo 3.

Dice aquí, “… en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella…”

Versículo 9 “… y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén…”

Estos son esos mismos versículos que esos rabinos de los cuales yo me refería al principio estaban usando para concluir, sí, definitivamente este es el tiempo en que las naciones van a estar juntándose para venir contra Israel. De hecho, no tengo tiempo para ir en todo el detalle, pero si ustedes estudian otros versículos en el libro de Ezequiel, aquí se nos dice que esas naciones que van a venir en contra de Israel, serán capitaneadas, dirigidas por el pueblo del norte que vendrá por las partes de Rusia, en alianza con los ejércitos de Persia, que están alrededor de Siria, junto con todas las demás naciones islámicas árabes, musulmanas, y que esas naciones se juntarán para venir en contra de Israel.

Y por eso es que nosotros lo podemos ver, según las profecías, y también esos rabinos ortodoxos pueden ver el mismo tipo de mensaje, que este tiempo de Gog y Magog y esa guerra final están cercanas. Pero escuche lo que dice en el versículo 10, y dice:

“…Y derramaré sobre la casa de David, es decir, judíos, y sobre los moradores de Jerusalén espíritu de gracia y de oración y mirarán a mí a quien traspasaron…”

A quién traspasaron los judíos? A Cristo Jesús. Esto fue escrito cientos de años antes y casi 2500 años antes de este momento.

Y aquí estamos ahora actualmente, el tiempo está cerca. La palabra de Dios está siendo cumplida aquí ante nuestros propios ojos. Atravesando miles de años Dios habló estas promesas al pueblo de Israel y Dios declaró estas promesas a ti y a mí, y esas promesas se están cumpliendo hoy.

Escúchenme bien, Dios nunca miente, las promesas y las palabras de Dios nunca fallan. El amor de Dios nunca te fallará. Dios nunca te dejará no importa lo que seas, quién seas, dónde estés, el Señor Jesucristo nunca te ha de abandonar. Él estará contigo hasta el final mismo de los tiempos.

Si uno prende las noticias y ve las noticias financieras del tiempo, sobre guerras y rumores de guerras en este tiempo y todas las demás cosas y temas con todas las demás cosas que quizás le estén pasando a sus vecinos y a sus familiares, uno se dice a uno mismo, qué les va a pasar a mis seres queridos y a mí en el día de mañana?

Recuerde, Dios quien expresó palabras de promesa y que las ha cumplido en nuestras vidas a través de muchos años, es una cosa muy sencilla que él puede venir y él estará contigo, te va a ayudar en los eventos de tu vida, donde tu te encuentras. Como yo les dije a ustedes, yo no soy nadie, yo nací en Japón, no tenía absolutamente ninguna idea de quién era Dios, y a través de mis seres queridos yo llegué a recibir a Jesucristo. El Dios todopoderoso que creó los cielos y la tierra y en el camino, el peregrinaje espiritual mío he hecho tantos errores, le he fallado a él, a mi familia y a mí mismo tantas veces, fui por acá cuando él me decía ve por allá. En un momento me llegué a desesperar y decir, Dios dónde estás? Pero saben algo, aún cuando nos apartamos de él, él nunca se apartó de nosotros. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Dios no te abandonará. Y Dios no abandonará al pueblo de Israel. Y Dios no abandonará al pueblo judío. La palabra de Dios llegará a cumplirse. ¡Aleluya! Gracias al Señor. Un aplauso al Señor. Amén, amén, amén.

Hermanos simplemente ya poniendo una pequeña nota a lo que dice Fumio. Si ustedes preguntan, bueno, cuál es la posición de la congregación León de Judá concerniente a el estado y el pueblo de Israel actualmente? Yo espero que todos entiendan que nuestra posición como iglesia es como decía Fumio, nosotros amamos al pueblo de Israel. Yo sé que Israel es un pueblo desobediente, un pueblo rebelde, sabemos que la nación de Israel actualmente es una nación secular, sin embargo, como decía Fumio, las promesas de Dios son incondicionales, se cumplen. Nosotros pecamos y abandonamos pero Dios nunca deja de cumplir sus promesas.

Hermanos, yo diría que una congregación, un cristiano que conoce las Escritura, un cristiano que conoce las profecías como Fumio las ha tejido en esta mañana, frente a nosotros, no puede abandonar a Israel en este tiempo. Nosotros tenemos que expresar apoyo por Israel en un tiempo en que todo el mundo está criticando y atacando a Israel, y cuando yo creo que un espíritu antisemítico está ahora levantándose de nuevo en las naciones, y donde yo veo aún evangélicos en esta nación comenzando a tirar críticas contra el pueblo de Israel.

Es decir, que la posición de un creyente que representa a nuestra iglesia y su posición, debe ser, nosotros respaldamos al pueblo de Israel. Hermanos, yo entiendo que la situación con respecto a los palestinos es bien complejo y yo sé también que Israel ha cometido sus errores. Que nación confrontando una situación tan compleja no cometería errores peores. Lo que yo sé es que Dios le ha dado esa tierra al pueblo judío, ni aún los judíos mismos tienen derecho a entregar una sola pulgada de esa tierra a nadie. Esa tierra Dios se la dio a su pueblo, Israel. Y Cristo viene por segunda vez a ocupar esa tierra.

Estudien las Escrituras y usted entenderá por qué nosotros estamos tan apegados a defender esa nación y a ese pueblo de Israel. Que Dios los bendiga. Y estudiemos las Escrituras en este tiempo más y `más cada día.

Señor, te damos gracias por este tiempo tan especial. Se han enseñado muchas cosas aquí y nuestra mente ha sido puesta en prueba, pero nosotros pedimos que tu selles tus enseñanzas y que nos des entendimiento, y nos des iluminación acerca de tu palabra para que podamos caminar por ella y estar preparados para los tiempos que vienen.

Pedimos por tu pueblo Israel, que venga el día de su redención, que vengan el día en que tu Espíritu Santo caiga sobre ellos y sus ojos espirituales sean abiertos y puedan mirar hacia su mesías y bendecir a aquel que traspasaron y entregar sus vidas y su nación a Cristo Jesús.

Pedimos en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gloria al Señor.